Amigo don Luis, gracias por preguntarme acerca del pensamiento de Calvino. Usted tiene interés en saber qué pensaba Calvino de este regalo de Dios, y eso está muy bien. Usted ha comenzado a preguntar, en este foro reformado, y nosotros los reformados estamos en la obligación de contestarle.
No tengo los comentarios ni los sermones de Calvino aquí en mi casa; están en mi oficina.
Para no perder el tiempo abro este epígrafe para su ilustración y la ilustración de muchos de mis hermanos evangélicos. Yo les pido a mis hermanos que intervengan en este epígrafe; que hagan las preguntas pertinentes.
Les dire que Calvino, el perseguido francés que pasó a ser el principal pastor de Ginebra, fue el maestro más importante de la Biblia del siglo de la Reforma.
Calvino es el sistematizador bíblico por excelencia. No sólo fue uno de los más grandes reformadores sino que ahora se le reconoce su amplitud, profundidad y calidad ortodoxa de sus enseñanzas; el calvinismo ha sido y seguirá siendo la fuerza viva del cristianismo.
Su monumental obra teológica y de piedad, "La Institución de la Religión Cristiana", sigue siendo el manifiesto clásico del pensamiento protestante, y sus comentarios de las Escrituras, sin paralelos en la literatura bíblica de todos los tiempos.
Verdaderamente este “pecador”, odiado por muchos, ha mantenido absortas a muchas generaciones que lo han consultado. Su vida y su obra siguen siendo hitos en el estudio bíblico.
En honor a esta realidad, quiero compartir la vida y pensamiento de este hombre, educado en la intelectualidad clásica de la época, encontró en las Escrituras la fuente de la Sabiduría Divina y la puso al nivel de los seres humanos que, como yo, no tienen la gran capacidad de análisis y sistematización que Calvino tuvo.
La vida de Calvino fue azarosa. La obra de Calvino, por su volumen, sólo puede ser comparada a la de Lope de Vega, el gran dramaturgo y novelista español.
Nosotros los evangélicos hispanoamerícanos no hemos prestado mucha atención directa a Juan Calvino; pero gracias a Dios que su influencia ha sido extraordinaria en todas las denominacione.
Aquí en este foro reformado, Dios nos está dando la oportunidad de examinar todo y retener lo bueno.
Al hablar de teología, es muy importante recordar el orden que debemos conservar:
(1) Biblia, (2) Doctrina, y (3) Biblia.
Este es el orden calvinista. Calvino fue a la Palabra de Dios primero; enunció y sistematizó la doctrina cristiana, que siempre tiene que ser remitida a la Biblia, la Palabra de Dios.
Para los calvinistas, la autoridad en fe y conducta es la Palabra de Dios. Poseemos una doctrina, pero esta doctrina siempre tiene que ser constantemente cotejada y corregida por la Palabra de Dios.
Bueno, don Luis Fernando, usted me dijo una vez que odiaba a Calvino y el calvinismo. Eran los tiempos que ustede no me conocía tan bien como ahora, inclusive le da consejos a don daniel bri on para que se cuide de mí. Está bien, Acab y Jezabel tenían que cuidarse de Elías porque, como profeta de Dios, Elías era temible. Y yo sé que usted me teme a mí. Mi consejo: Tema a Dios y no tema a los hombres; porque los hombres solo pueden destruir al cuerpo, pero Dios puede mandarlo a la Gehena.
Como usted ve, don Luis, yo no cito pasajes bíblicos como siempre lo hemos hechos los santos hijos de Dios, los evangélicos, y como ahora los "clásicos quemadores" de Biblias lo quieren hacer.
Si está nervioso, disfrute de más
<IMG SRC="palomitas.gif" border="0"> , mientras tanto, yo tengo que refrescar mis conocimientos de la vida y la obra del santo varón Juan Calvino, el gran pecador transformado en hijo de Dios, como yo, como María.
No tengo los comentarios ni los sermones de Calvino aquí en mi casa; están en mi oficina.
Para no perder el tiempo abro este epígrafe para su ilustración y la ilustración de muchos de mis hermanos evangélicos. Yo les pido a mis hermanos que intervengan en este epígrafe; que hagan las preguntas pertinentes.
Les dire que Calvino, el perseguido francés que pasó a ser el principal pastor de Ginebra, fue el maestro más importante de la Biblia del siglo de la Reforma.
Calvino es el sistematizador bíblico por excelencia. No sólo fue uno de los más grandes reformadores sino que ahora se le reconoce su amplitud, profundidad y calidad ortodoxa de sus enseñanzas; el calvinismo ha sido y seguirá siendo la fuerza viva del cristianismo.
Su monumental obra teológica y de piedad, "La Institución de la Religión Cristiana", sigue siendo el manifiesto clásico del pensamiento protestante, y sus comentarios de las Escrituras, sin paralelos en la literatura bíblica de todos los tiempos.
Verdaderamente este “pecador”, odiado por muchos, ha mantenido absortas a muchas generaciones que lo han consultado. Su vida y su obra siguen siendo hitos en el estudio bíblico.
En honor a esta realidad, quiero compartir la vida y pensamiento de este hombre, educado en la intelectualidad clásica de la época, encontró en las Escrituras la fuente de la Sabiduría Divina y la puso al nivel de los seres humanos que, como yo, no tienen la gran capacidad de análisis y sistematización que Calvino tuvo.
La vida de Calvino fue azarosa. La obra de Calvino, por su volumen, sólo puede ser comparada a la de Lope de Vega, el gran dramaturgo y novelista español.
Nosotros los evangélicos hispanoamerícanos no hemos prestado mucha atención directa a Juan Calvino; pero gracias a Dios que su influencia ha sido extraordinaria en todas las denominacione.
Aquí en este foro reformado, Dios nos está dando la oportunidad de examinar todo y retener lo bueno.
Al hablar de teología, es muy importante recordar el orden que debemos conservar:
(1) Biblia, (2) Doctrina, y (3) Biblia.
Este es el orden calvinista. Calvino fue a la Palabra de Dios primero; enunció y sistematizó la doctrina cristiana, que siempre tiene que ser remitida a la Biblia, la Palabra de Dios.
Para los calvinistas, la autoridad en fe y conducta es la Palabra de Dios. Poseemos una doctrina, pero esta doctrina siempre tiene que ser constantemente cotejada y corregida por la Palabra de Dios.
Bueno, don Luis Fernando, usted me dijo una vez que odiaba a Calvino y el calvinismo. Eran los tiempos que ustede no me conocía tan bien como ahora, inclusive le da consejos a don daniel bri on para que se cuide de mí. Está bien, Acab y Jezabel tenían que cuidarse de Elías porque, como profeta de Dios, Elías era temible. Y yo sé que usted me teme a mí. Mi consejo: Tema a Dios y no tema a los hombres; porque los hombres solo pueden destruir al cuerpo, pero Dios puede mandarlo a la Gehena.
Como usted ve, don Luis, yo no cito pasajes bíblicos como siempre lo hemos hechos los santos hijos de Dios, los evangélicos, y como ahora los "clásicos quemadores" de Biblias lo quieren hacer.
Si está nervioso, disfrute de más
<IMG SRC="palomitas.gif" border="0"> , mientras tanto, yo tengo que refrescar mis conocimientos de la vida y la obra del santo varón Juan Calvino, el gran pecador transformado en hijo de Dios, como yo, como María.