Doctrina Santa Cena/ La Confesión Escocesa/Semilla y Fruto en Buena Tierra

18 Noviembre 1998
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Como complemento a la apertura de este foro "Fruto del Testimonio/Doctrina Santa Cena/ Gloria mundana" (ref. 1), que reproduce parte del documento de la Reforma alemana titulado el "Catecismo de Heildelberg", que en particular cita la enseñanza cristiana de la Santa Cena del Señor Jesucristo, se presenta a continuación parte del documento de la Reforma en Escocia, llevada adelante por Juan Knox, luego de haber estudiado la Doctrina Cristiana, con el Reformador Juan Calvino en Suiza.


Este documento de la Reforma escocesa es conocido como "La Confesión Escocesa".

La Confesión Escocesa (ref. 2,3)

Introducción

""La Confesión Escocesa fue escrita en un momento crítico en la historia de Escocia. Cuando la reina regente María de Guisa murió en su sueño en 1560, la nobleza protestante de Escocia aseguró el reconocimiento Inglés de la soberanía de Escocia en el tratado de Edinburgo. Para los escoceses, esta conclusión favorable de la guerra civil contra las fuerzas armadas de María (apoyada por los franceses) representó una liberación providencial.

El parlamento Escocés, habiendo declarado a Escocia una nación protestante, le pidió al clero que escribiera una confesión de fe. Seis ministros incluyendo a Juan Knox completaron la tarea en cuatro días. En 1560, el Parlamento ratificó el documento como "Doctrina basada en la Palabra Infalible de Dios".

Los primeros once capítulos de la Confesión Escocesa narran los actos providenciales de Dios en la historia Bíblica. Empieza con una promesa de compromiso incondicional al Dios trino que crea, sostiene, gobierna y guía todas las cosas. La Iglesia del presente y futuro es continua con la Iglesia del pueblo de Dios desde los días de Adán. A la vez que afirma que la Biblia es la norma por la cual la Iglesia se juzga a si misma, la Confesión Escocesa también considera a las Escrituras como una Historia Sagrada en la cual la Iglesia del presente, a través del Espíritu Santo participa hasta el fin de los tiempos. La liberación providencial de Dios es una realidad continua, que no está limitada al pasado.


La Confesión Escocesa plantea las tres señales de la Iglesia Fiel y Verdadera: "La verdadera predicación de la Palabra de Dios" , "La administración correcta de los sacramentos de Cristo Jesús," y "la disciplina eclesiástica...con la cual se reprime el vicio y se nutre la virtud".

"Adherirse, servir, adorar, confiar," todas son palabras claves en este documento. Como un llamamiento a la acción en una época turbulenta, la Confesión Escocesa refleja un espíritu de confianza y cometido al Dios cuya liberación milagrosa los Escoceses vivieron.""


A continuación se cita el capitulo XXI de la Confesión Escocesa. Apartado relativo a Los Sacramentos, con la finalidad de que el lector tenga una visión mas o menos general de la claridad con la que hablaban y confesaban los cristianos de la época de la Reforma, en contraste con los modernos, en particular respecto de la perniciosa enseñanza romana de la Santa Cena.

Capitulo XXI

Así como los Padres bajo la Ley, además de los Sacrificios, tenían dos Sacramentos principales, esto es, la Circuncisión y la Pascua, y quienes los rechazaban no eran reconocidos como parte del Pueblo de Dios, nosotros reconocemos y confesamos que ahora, en el tiempo del Evangelio, tenemos dos Sacramentos principales, los únicos instituidos por el Señor Jesucristo, y ordenados para ser practicados por todos aquellos que serán contados como miembros de Su Cuerpo, esto es, el bautismo y la Santa Cena o la Mesa del Señor Jesús, también llamada la Comunión de Su Cuerpo y de Su Sangre.

Estos Sacramentos, ambos del Antiguo y del Nuevo Testamento, fueron instituidos por Dios, no sólo para hacer una distinción visible entre Su Pueblo y aquellos que estaban fuera del Pacto, sino para fortalecer la Fe de Sus Hijos y, por la participación de estos en los Sacramentos, sellar en sus corazones la Seguridad de Su Promesa, y esa más que bendita conjunción, unión y asociación que los elegidos tiene con Su cabeza, Cristo Jesús.

Y así condenamos absolutamente la vanidad de aquellos que afirman que los Sacramentos no son más que meros símbolos desnudos y vacíos.

No, nosotros creemos firmemente que por el Bautismo somos injertados en Cristo Jesús, participamos de Su Justicia, por la cual nuestros pecados son cubiertos y perdonados, y también que en la Cena, correctamente celebrada, Cristo Jesús, se une a nosotros de tal manera que Él llega a ser verdadero alimento y nutrición para nuestras almas.

No que imaginemos que ocurre una transubtanciación del pan en el Cuerpo de Cristo, y del vino en Su Sangre Natural, tal como los romanistas han enseñado perniciosamente y falsamente creído.

Pero esta unión y conjunción que tenemos con el Cuerpo y la Sangre de Cristo Jesús en la celebración apropiada de los Sacramentos, es forjada por medio del Espíritu Santo, quien por medio de una Fe Verdadera nos lleva por sobre todas las cosas visibles, carnales y terrenales, y nos alimenta con el Cuerpo Destrozado y la Sangre Derramada de Cristo Jesús, una sola vez por nosotros, quien está ahora en el Cielo y es nuestro Abogado ante el Padre.

A pesar de la distancia entre Su Cuerpo Glorificado en el Cielo y nosotros mortales en la tierra, debemos creer con toda seguridad que el pan que partimos es la comunión del Cuerpo de Cristo y la copa que bendecimos es la comunión de Su Sangre.

Así confesamos y creemos, sin duda alguna, que los fieles al hacer uso correcto de la Mesa del Señor, comen el Cuerpo y beben la Sangre del Señor Jesús en forma tal que Él permanece en ellos y ellos en Él, y son hechos carne de Su Carne y hueso de Su Hueso, de tal manera que, así como la Deidad Eterna ha dado a la Carne de Cristo Jesús , la cual por naturaleza era corruptible y mortal, vida e inmortalidad, así también comiendo y bebiendo de la carne de Cristo Jesús, hace lo mismo por nosotros.

Reconocemos que esto no se nos da en el momento, ni por el poder ni la virtud de los sacramentos solamente, sino que afirmamos que los fieles, en el uso apropiado de la Masa del señor, logran tal unión con Cristo Jesús que le ser humano natural no puede comprender, más aun, afirmamos que aunque los fieles impedidos por su inteligencia y debilidad, no benefician tanto como debieran en el momento mismo de la Cena; sin embargo, posteriormente ésta dará fruto siendo semilla viva plantada en buena tierra; porque el Espíritu Santo que nunca puede ser separado de la correcta institución del Señor Jesús, no privará a los fieles del fruto de esta mística acción.

Todo esto, sin embargo, únicamente hace que el Sacramento sea eficaz en nosotros. Por lo tanto, si alguien nos calumnia diciendo que afirmamos o creemos que los sacramentos son símbolos y nada más, son difamadores y niegan los hechos escuetos.

Por otro lado, inmediatamente reconocemos que hacemos una distinción entre Cristo Jesús en Su Eterna Substancia y los elementos de los signos sacramentales. Así que ni adoramos los elementos en lugar de lo que ellos representa, ni los despreciamos o subestimamos, sino que los utilizamos con gran respeto, examinándonos diligentemente a nosotros mismos antes de participar en ellos, ya que el Apóstol nos dice: "cualquiera que comiere este pan y bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del Cuerpo y de la Sangre del Señor"
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Fin capitulo XXI
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En Cristo
Rogelio

Ref.

1. "El Catecismo de Heildelberg; enseñanza de la Doctrina Cristiana". Zacarías Ursino y Gaspar Oleviano. Publicado en alemán en 1563. Tercera edición en castellano (1982) realizada por Fundación Editorial de Literatura Reformada "Stichting Uitgave Reformatorische Boeken", Rijswijk (Z.H.) Países Bajos.


2. "Constitución de la Iglesia Presbiteriana (EUA)" Parte I, Libro de Confesiones. 1995. Editado por la Oficina de la Asamblea General de la Iglesia Presbiteriana.

3. La Constitución de la iglesia Presbiteriana en EUA, cita como fuente: Reimpreso de "The Scots Confessión": 1560. Editado con una introducción por G.D. Henderson. Editado en inglés contemporáneo por James Bulloch. Saint Andrew Press, Edinburgh, 1960, páginas 58 - 80.
 
Hola Rogelio, Dios te guie y te guarde


¿Como puedo conseguir esa "Confesión escocesa" completa?


Gracias


En Cristo


Maripaz
 
Dios te bendiga Rogelio . Que gusto verte de nuevo . ¿ Ya nacio tu bebe ?
 
Hermana Maripaz

Los datos de la impresión en Inglés moderno son estos:

"The Scots Confessión": 1560. Editado con una introducción por G.D. Henderson. Editado en inglés contemporáneo por James Bulloch. Saint Andrew Press, Edinburgh, 1960.


Los datos de una edición en castellano son:

"Constitución de la Iglesia Presbiteriana (EUA)" Parte I, Libro de Confesiones. 1995. Editado por la Oficina de la Asamblea General de la Iglesia Presbiteriana. ;)


Hermana , en cualquier Iglesia Presbiteriana del mundo o en la Comunidad Teológica Evangélica de tu país puedes conseguir, a un precio muy pero muy bajo, "La Constitución de la Iglesia Presbiteriana" , cuyo primer libro corresponde al Libro de Confesiones.

Hermana Elisa


De igual manera haga El Señor contigo y familia, también para mí es un gusto poder saludarte, espero en el Señor que tu y familia se encuentren muy bien, saluda a tu esposo, y, acaricia en la cabeza y despeina a los pequeños. :D

Con la Gracia del Señor la "guagua" ya ha cumplido 2 meses, nació y está en perfecto estado, creciendo fuerte y sana.

Reciban un gran abrazo en El Señor


En Cristo
Rogelio
 
Se actualiza esta apertura como complemento al aporte relacionado, con los frutos de la Fe Reformada y el odio romano, en el epígrafe:


"NO TE VAYAS, AQUI TAMBIEN TENEMOS LO QUE OTROS TE OFRECEN!"

En Cristo
Rogelio
 
Originalmente enviado por Rogelio:
Se actualiza esta apertura como complemento al aporte relacionado, con los frutos de la Fe Reformada y el odio romano, en el epígrafe:


"NO TE VAYAS, AQUI TAMBIEN TENEMOS LO QUE OTROS TE OFRECEN!"

En Cristo
Rogelio
 
Estimado Rogelio:

Me ha gustado mucho esa página de la Confesión Escocesa. Como católico me gustaría saber si esa fe en la comunión real (aunque misteriosa e inefable) con el Cuerpo y la Sangre de Cristo a través de la comunión eucarística se da actualmente en lo evangélicos.

CITO:
Pero esta unión y conjunción que tenemos con el Cuerpo y la Sangre de Cristo Jesús en la celebración apropiada de los Sacramentos, es forjada por medio del Espíritu Santo, quien por medio de una Fe Verdadera nos lleva por sobre todas las cosas visibles, carnales y terrenales, y nos alimenta con el Cuerpo Destrozado y la Sangre Derramada de Cristo Jesús, una sola vez por nosotros, quien está ahora en el Cielo y es nuestro Abogado ante el Padre.

A pesar de la distancia entre Su Cuerpo Glorificado en el Cielo y nosotros mortales en la tierra, debemos creer con toda seguridad que el pan que partimos es la comunión del Cuerpo de Cristo y la copa que bendecimos es la comunión de Su Sangre.

COMENTO:

Es muy cierto que la actuación del Espíritu Santo es clave en la Eucaristía. "A pesar de la distancia"...Los católicos creemos que sólo la fuerza del Espíritu Santo nos hace contemporáneos con Cristo muerto y resucitado una sola vez y hace que el fruto de la comunión eucarística (o sacramental) sea la inhabitación de Cristo en nosotros como promete Jesús en Juan 6. La imaginación sobra en este misterio de fe.

Discrepo del juicio vertido sobre la "transubstanciación" porque pienso que los reformadores escoceses no la entendieron o los católicos no supieron explicarse. Advierto desde luego mucha más cercanía entre la fe católica y la escocesa de la que suponía, pero también capto un desentendimiento grande en una terminología que es muy escolástica.

CITO:

Así confesamos y creemos, sin duda alguna, que los fieles al hacer uso correcto de la Mesa del Señor, comen el Cuerpo y beben la Sangre del Señor Jesús en forma tal que Él permanece en ellos y ellos en Él, y son hechos carne de Su Carne y hueso de Su Hueso, de tal manera que, así como la Deidad Eterna ha dado a la Carne de Cristo Jesús , la cual por naturaleza era corruptible y mortal, vida e inmortalidad, así también comiendo y bebiendo de la carne de Cristo Jesús, hace lo mismo por nosotros.

Reconocemos que esto no se nos da en el momento, ni por el poder ni la virtud de los sacramentos solamente, sino que afirmamos que los fieles, en el uso apropiado de la Mesa del señor, logran tal unión con Cristo Jesús que le ser humano natural no puede comprender, más aun, afirmamos que aunque los fieles impedidos por su inteligencia y debilidad, no benefician tanto como debieran en el momento mismo de la Cena; sin embargo, posteriormente ésta dará fruto siendo semilla viva plantada en buena tierra; porque el Espíritu Santo que nunca puede ser separado de la correcta institución del Señor Jesús, no privará a los fieles del fruto de esta mística acción.

Todo esto, sin embargo, únicamente hace que el Sacramento sea eficaz en nosotros. Por lo tanto, si alguien nos calumnia diciendo que afirmamos o creemos que los sacramentos son símbolos y nada más, son difamadores y niegan los hechos escuetos.

COMENTO:
¿cual es la "correcta institución" y "el uso correcto del sacramento"?
Lo demás lo creo yo también.

CITO:
Por otro lado, inmediatamente reconocemos que hacemos una distinción entre Cristo Jesús en Su Eterna Substancia y los elementos de los signos sacramentales. Así que ni adoramos los elementos en lugar de lo que ellos representa...

COMENTO:
Llegamos al tema habitual en estos foros.
Los católico decimos en un himno: "La vista, el tacto, el gusto fallan ante Tí, escondida Deidad, sólo por la fe que entra por el oído en Tí creemos con certeza.." (Himno Adorote devote, del siglo XIII). Adoramos lo escondido.

CITO:

...ni los despreciamos o subestimamos, sino que los utilizamos con gran respeto, examinándonos diligentemente a nosotros mismos antes de participar en ellos, ya que el Apóstol nos dice: "cualquiera que comiere este pan y bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del Cuerpo y de la Sangre del Señor"

COMENTO:

Los católicos creemos que el Espíritu Santo mantiene esa vinculación entre los signos y la realidad también fuera de la celebración. Consta que siempre se llevó el pan eucarístico a los enfermos y a los presos por la persecución.Hay constancia de que en el siglo II en el Norte de Africa los fieles llevaban a sus casas el pan consagrado, lo guardaban con respeto y comulgaban a diario, porque la celebración era sólo los domingos y una sola presidida por el obispo.

EN RESUMEN

Hay distancias entre lo que la Iglesia Católica confiesa y esa confesión escocesa, pero mucho menores que lo que se refleja en mensajes de este foro.

PREGUNTO:

¿Con qué frecuencia celebran lo evangélicos la Cena del Señor?

Con todo respeto, porque no es éste un tema para tratarlo sin un sagrado respeto.

o_cambote
 
Para Rogelio:

El texto cristiano más antiguo y más extenso acerca de la fracción del pan es de Justino Mártir. Vale la pena releerla:

[De la primera Apología de Justino, mártir, en defensa de los cristianos (Caps. 66-67: PG 6, 427-431)]

A nadie es lícito participar de la eucaristía si no cree e son verdad las cosas que enseñamos y no se ha purificado en aquel baño que da la remisión de los pecados y la regeneración, y no vive como Cristo nos enseñó.
Porque no tomamos estos alimentos como si fueran pan común o una bebida ordinaria; sino que, así como Cristo, nuestro salvador, se hizo carne por la Palabra Dios y tuvo carne y sangre a causa de nuestra salvación de la misma manera, hemos aprendido que el alimento sobre el que fue recitada la acción de gracias que contiene las palabras de Jesús, y con que se alimenta y transforma nuestra sangre y nuestra carne, es precisamente la carne, la sangre de aquel mismo Jesús que se encarnó.
Los apóstoles, en efecto, en sus tratados llamados Evangelios, nos cuentan que así les fue mandado, cuando Jesús, tomando pan y dando gracias, dijo: Haced esto en conmemoración mía. Esto es mi cuerpo; y luego, tomando del mismo modo en sus manos el cáliz, dio gracias y dijo: Esto es mi sangre, dándoselo a ellos solos. Desde entonces seguimos recordándonos siempre unos a otros estas cosas; y los que tenemos bienes acudimos en ayuda de los que no los tienen, y permanecemos unidos. Y siempre que presentamos nuestras ofrendas alabamos al Creador de todo por medio de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo.
El día Llamado del sol se reúnen todos en un lugar, lo mismo los que habitan en la ciudad que los que viven en el campo, y, según conviene, se leen los tratados de los apóstoles o los escritos de los profetas, según el tiempo lo permita.
Luego, cuando el lector termina, el que preside se encarga de amonestar, con palabras de exhortación, a la imitación de cosas tan admirables.
Después nos levantamos todos a la vez y recitamos; preces; y a continuación, como ya dijimos, una vez que concluyen las plegarias, se trae pan, vino y agua: y el que preside pronuncia fervorosamente preces y acciones de gracias, y el pueblo responde Amén; tras de lo cual se distribuyen los dones sobre los que se ha pronunciado la acción de gracias, comulgan todos, y los diáconos se encargan de llevárselo a los ausentes.
Los que poseen bienes de fortuna y quieren, cada uno da, a su arbitrio, lo que bien le parece, y lo que se recoge se deposita ante el que preside, que es quien se ocupa de :repartirlo entre los Huérfanos, y las viudas, los que por enfermedad u otra causa cualquiera pasan necesidad, así como a los presos y a los que se hallan de paso como huéspedes; en una palabra, él es quien se encarga de todos los necesitados.
Y nos reunimos todos el día del sol, primero porque este día es el primero de la creación, cuando Dios empezó a obrar sobre las tinieblas y la materia; y también porque es el día en que Jesucristo, nuestro Salvador, resucitó de entre los muertos. Le crucificaron, en efecto, la víspera del día de Saturno, y al día siguiente del de Saturno, o sea el día del sol, se dejó ver de sus apóstoles y discípulos y les enseñó todo lo que hemos expuesto a vuestra consideración.
[fin de la CITA]


"Dia del sol" es sontag, sunday, en el mundo germánico. "Día del Señor", dies domini, en los países latinos que da en domingo, diumenge, dimanche, domenica, etc.

Hoy tenemos bastante evidencia de que en los siglos XV y XVI los primeros escritos cristianos son desconocidos. Los reformadores tuvieron que "dar un salto" hacia atrás, prescindiendo de toda la escolástica, sobre toda de la tardía e intentar reconstruirlo todo desde la Biblia. Quizá la excepción fue Agustín de Hipona que siempre tuvo prestigio entre los reformadores, pero la gran patrística y los padres apostólicos sólo empezaron a ser considerados en el mundo protestante en el siglo XIX y con gran acierto científico.

cordialmente

o_cambote
 
Estimado o_cambote, dices:

El texto cristiano más antiguo y más extenso acerca de la fracción del pan es de Justino Mártir.


¿No se halla en la Didajé, IX y X, en Padres Apostolicos BAC en pag 86-87?


Gracias


Maripaz
 
Maripaz, ha habido discusión sobre la datación de la Didajé.
Aunque parece ser que la corriente mayoritaria en la actualidad aboga porque es del siglo I, no siempre ha sido así.
De ahí quizás la supuesta confusión
 
Originalmente enviado por Maripaz:
Estimado o_cambote, dices:


¿No se halla en la Didajé, IX y X, en Padres Apostolicos BAC en pag 86-87?


Gracias


Maripaz

Tienes razón, Mari Paz.

Aparte del pasaje de la la Didajé que señalas hay otro en la p. 91:

XIV. Reunidos cada día del Señor, romped el pn y dad gracias, después de haber confesado vuestros pecados, a fin de que vuestro sacrificio sea puro.
2. Todo aquel, empero, que tenga contienda con su compañero, no se junte con vosotros hasta tanto no se hayan reconciliado,a fin de que no se profane vuestro sacrificio.
3. Porque éste es el sacrificio del que dijo el Señor:"En todo lugar y en todo tiempo se me ofrece un sacrificio puro, porque yo soy rey grande, dice el Señor, y mi nombre es admirable entre las naciones".

Gracias por la advertencia

o_cambote
 
Actualización

Actualización

Se actualiza esta apertura para comparación entre la Enseñanza Cristiana y la pervertida enseñanza católico romana, que se puede verificar y consultar en el epígrafe:


”El Satanismo Disfrazado/Eucaristía Romana/¿Firma Piadosa?”


Relativa al hermoso Sacramento de la Santa Cena del Señor Jesucristo.


En Cristo
Rogelio