𝐃𝐈𝐒𝐓𝐈𝐍𝐂𝐈𝐎́𝐍 𝐃𝐄 𝐑𝐎𝐋𝐄𝐒 𝐄𝐍 𝐄𝐋 𝐌𝐈𝐋𝐄𝐍𝐈𝐎

Natanael1

Redimido por la sangre de Cristo.
25 Junio 2012
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𝐋𝐚 𝐈𝐠𝐥𝐞𝐬𝐢𝐚 (𝐄𝐬𝐩𝐨𝐬𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐂𝐨𝐫𝐝𝐞𝐫𝐨)

Es presentada como corregente (1Co 6:2-3; Ap 20:6).
Participa del sacerdocio real: “nos hizo reyes y sacerdotes” (Ap 1:6).
Su servicio está ligado a la autoridad y gobierno junto a Cristo, reflejando la unión íntima con Él, su mensaje (Hch.20:24).

𝐋𝐨𝐬 𝐬𝐢𝐞𝐫𝐯𝐨𝐬 𝐝𝐞𝐥 𝐑𝐞𝐲 (𝐀𝐩 𝟐𝟐:𝟑)

No son descritos como Esposa ni como sacerdotes.
Su identidad corresponde a los redimidos en otras dispensaciones
(Santos del AT, creyentes del tiempo de la tribulación, Israel restaurado) (Mt.24:14)
Su servicio no es de gobierno, sino de adoración, ministración y servicio directo al trono.

𝐒𝐞𝐫𝐯𝐢𝐜𝐢𝐨 𝐝𝐞 𝐚𝐝𝐨𝐫𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐢𝐧𝐮𝐚

“Sus siervos le servirán” (Ap 22:3) se conecta con Ap 7:15: “sirven día y noche en su templo”.
Este servicio es litúrgico, de honra y alabanza, distinto al sacerdocio de la Iglesia.

𝐒𝐞𝐫𝐯𝐢𝐜𝐢𝐨 𝐝𝐞 𝐦𝐢𝐧𝐢𝐬𝐭𝐫𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧

Como los levitas en el AT, que no lideraban, pero sí servían en el culto, estos siervos parecen tener un rol de ministerio en torno al trono, facilitando la adoración universal.

𝐒𝐞𝐫𝐯𝐢𝐜𝐢𝐨 𝐝𝐞 𝐫𝐞𝐩𝐫𝐞𝐬𝐞𝐧𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧

Ap 21:24 menciona “las naciones que hubieren sido salvas” andando a la luz de la ciudad.

Los siervos podrían representar a esas naciones, rindiendo gloria y llevando tributo espiritual al Cordero.

𝐒𝐞𝐫𝐯𝐢𝐜𝐢𝐨 𝐝𝐞 𝐭𝐞𝐬𝐭𝐢𝐦𝐨𝐧𝐢𝐨 𝐞𝐭𝐞𝐫𝐧𝐨

Mt 24:14 habla de “hijos del reino” en relación con el evangelio del reino.

En el Milenio, su servicio es el de testigos perpetuos de la gracia de Dios, mostrando cómo fueron alcanzados aparte de la unidad entre Cristo y su Iglesia (1Cor. 6:17; Ef.5:30), privilegio que menospreciaron (Is,50:1; Jer.3:8) al crucificar a su Mesías Rey cuando se hizo presente.

Nótese que la Iglesia acogió al que Israel menospreció y crucificó (1Cor.2:1-2) como Testimonio de Dios y se hizo una sola carne con él (2Cor.11:2).

𝐃𝐢𝐟𝐞𝐫𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚 𝐜𝐥𝐚𝐯𝐞

La Iglesia: reina y ejerce sacerdocio.

Los siervos: sirven en adoración y ministración, como una “hueste litúrgica” que rodea el trono.

Ambos están en comunión con Dios, pero la esfera de servicio difiere: unos en autoridad, otros en servicio reverente.

El servicio de estos “hijos del reino” no es de gobierno ni de sacerdocio, sino de adoración, ministración y representación.

Son súbditos que, redimidos por la sangre del Cordero, cumplen un rol eterno de tributar gloria y servir en torno al trono, mientras la Iglesia comparte la gloria del Esposo en el área del sacerdocio y como corregente en su actividad.
Ver menos


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𝐋𝐚 𝐈𝐠𝐥𝐞𝐬𝐢𝐚 (𝐄𝐬𝐩𝐨𝐬𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐂𝐨𝐫𝐝𝐞𝐫𝐨)

Es presentada como corregente (1Co 6:2-3; Ap 20:6).
Participa del sacerdocio real: “nos hizo reyes y sacerdotes” (Ap 1:6).
Su servicio está ligado a la autoridad y gobierno junto a Cristo, reflejando la unión íntima con Él, su mensaje (Hch.20:24).

𝐋𝐨𝐬 𝐬𝐢𝐞𝐫𝐯𝐨𝐬 𝐝𝐞𝐥 𝐑𝐞𝐲 (𝐀𝐩 𝟐𝟐:𝟑)

No son descritos como Esposa ni como sacerdotes.
Su identidad corresponde a los redimidos en otras dispensaciones
(Santos del AT, creyentes del tiempo de la tribulación, Israel restaurado) (Mt.24:14)
Su servicio no es de gobierno, sino de adoración, ministración y servicio directo al trono.

𝐒𝐞𝐫𝐯𝐢𝐜𝐢𝐨 𝐝𝐞 𝐚𝐝𝐨𝐫𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐢𝐧𝐮𝐚

“Sus siervos le servirán” (Ap 22:3) se conecta con Ap 7:15: “sirven día y noche en su templo”.
Este servicio es litúrgico, de honra y alabanza, distinto al sacerdocio de la Iglesia.

𝐒𝐞𝐫𝐯𝐢𝐜𝐢𝐨 𝐝𝐞 𝐦𝐢𝐧𝐢𝐬𝐭𝐫𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧

Como los levitas en el AT, que no lideraban, pero sí servían en el culto, estos siervos parecen tener un rol de ministerio en torno al trono, facilitando la adoración universal.

𝐒𝐞𝐫𝐯𝐢𝐜𝐢𝐨 𝐝𝐞 𝐫𝐞𝐩𝐫𝐞𝐬𝐞𝐧𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧

Ap 21:24 menciona “las naciones que hubieren sido salvas” andando a la luz de la ciudad.

Los siervos podrían representar a esas naciones, rindiendo gloria y llevando tributo espiritual al Cordero.

𝐒𝐞𝐫𝐯𝐢𝐜𝐢𝐨 𝐝𝐞 𝐭𝐞𝐬𝐭𝐢𝐦𝐨𝐧𝐢𝐨 𝐞𝐭𝐞𝐫𝐧𝐨

Mt 24:14 habla de “hijos del reino” en relación con el evangelio del reino.

En el Milenio, su servicio es el de testigos perpetuos de la gracia de Dios, mostrando cómo fueron alcanzados aparte de la unidad entre Cristo y su Iglesia (1Cor. 6:17; Ef.5:30), privilegio que menospreciaron (Is,50:1; Jer.3:8) al crucificar a su Mesías Rey cuando se hizo presente.

Nótese que la Iglesia acogió al que Israel menospreció y crucificó (1Cor.2:1-2) como Testimonio de Dios y se hizo una sola carne con él (2Cor.11:2).

𝐃𝐢𝐟𝐞𝐫𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚 𝐜𝐥𝐚𝐯𝐞

La Iglesia: reina y ejerce sacerdocio.

Los siervos: sirven en adoración y ministración, como una “hueste litúrgica” que rodea el trono.

Ambos están en comunión con Dios, pero la esfera de servicio difiere: unos en autoridad, otros en servicio reverente.

El servicio de estos “hijos del reino” no es de gobierno ni de sacerdocio, sino de adoración, ministración y representación.

Son súbditos que, redimidos por la sangre del Cordero, cumplen un rol eterno de tributar gloria y servir en torno al trono, mientras la Iglesia comparte la gloria del Esposo en el área del sacerdocio y como corregente en su actividad.
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Hola!

Excuse mi ignorancia, que seria un Israel restaurado?
 
Excuse mi ignorancia, que sería un Israel restaurado?

¡Hola PokeUSA!

Gracias por tu pregunta.

Bases bíblicas: Romanos 11:25-29; Isaías 59:20-21; Jeremías 31:31-34;


Un "Israel restaurado" es el pueblo de Israel reconciliado con Dios en la era milenaria, cuando se cumpla el Nuevo Pacto prometido en Jeremías 31.

Este pacto incluye perdón y transformación espiritual, y será cumplido con Israel como nación.

Sin embargo, el judío que cree en Cristo hoy es absorbido por la Iglesia, la Esposa del Cordero, y su herencia deja de ser terrenal para ser celestial.

En Cristo, tanto judíos como gentiles reciben una nueva ciudadanía (Fil 3:20), y son hechos uno en un solo cuerpo (Ef 2:15), con una herencia incorruptible en los cielos (1P 1:4).

Hay libertad para escudriñar la biblia y buscar las respuestas a nuestros interrogantes.

El que sabe es el Señor, nosotros solo abrimos su Palabra y buscamos respuestas que solamente lo glorifiquen a él, pues esa y no otra es la función del Espíritu Santo (Jn.16.14-15).
 
¡Hola PokeUSA!

Gracias por tu pregunta.

Bases bíblicas: Romanos 11:25-29; Isaías 59:20-21; Jeremías 31:31-34;


Un "Israel restaurado" es el pueblo de Israel reconciliado con Dios en la era milenaria, cuando se cumpla el Nuevo Pacto prometido en Jeremías 31.

Este pacto incluye perdón y transformación espiritual, y será cumplido con Israel como nación.

Sin embargo, el judío que cree en Cristo hoy es absorbido por la Iglesia, la Esposa del Cordero, y su herencia deja de ser terrenal para ser celestial.

En Cristo, tanto judíos como gentiles reciben una nueva ciudadanía (Fil 3:20), y son hechos uno en un solo cuerpo (Ef 2:15), con una herencia incorruptible en los cielos (1P 1:4).

Hay libertad para escudriñar la biblia y buscar las respuestas a nuestros interrogantes.

El que sabe es el Señor, nosotros solo abrimos su Palabra y buscamos respuestas que solamente lo glorifiquen a él, pues esa y no otra es la función del Espíritu Santo (Jn.16.14-15).
Perdon, eso no me responde y tenga pasciencia conmigo, soy de lento entendimiento.

Es que lo primero que me llego a la mente como Israel restaurado, es el pueblo Judio con practicas judias, tal cual el AT y porque no, el tercer templo restaurado! Es asi o usted se refiere a otra cosa?
 
Perdon, eso no me responde y tenga paciencia conmigo, soy de lento entendimiento.

Es que lo primero que me llego a la mente como Israel restaurado, es el pueblo Judío con practicas judías, tal cual el AT y porque no, el tercer templo restaurado! Es así o usted se refiere a otra cosa?
¡Hola PokeUSA!

Gracias por tu sinceridad y por seguir preguntando. Es así como se crece en el conocimiento del Señor.

Tu intuición sobre un Israel restaurado con prácticas judías y un templo reconstruido no está equivocada, pero necesita ser ubicada en el contexto profético correcto.

La Escritura sí habla de un templo futuro, mostrado al profeta Ezequiel (caps. 40–48), que será establecido en el reino milenario de Cristo.

Este templo no será una restauración del sistema levítico tal como funcionaba bajo Moisés, sino una manifestación nueva, donde el sacerdocio será ejercido por los descendientes de Sadoc (Ez 44:15), no por toda la tribu de Leví.


¿Por qué habrá sacrificios si Cristo ya murió?

Los sacrificios del Antiguo Testamento eran anticipativos, es decir, miraban hacia adelante, a la obra redentora de Cristo. Pero en el milenio, los sacrificios serán conmemorativos, como una forma de recordar la cruz y la redención obrada por el Mesías. No tendrán poder expiatorio, porque Cristo ya ofreció el único sacrificio perfecto (Heb 10:10-14).

Así como hoy la Iglesia celebra la Cena del Señor mirando hacia atrás a la cruz (“hasta que Él venga”), en el milenio, Israel restaurado celebrará sacrificios que miran hacia atrás, como testimonio visible de la obra redentora de Cristo, en el contexto de su reino terrenal.

¿Y qué pasa con la Iglesia?


La Iglesia no estará en la tierra durante el milenio como participante de esos rituales, su oficio es el de corregente, como se explica en un mensaje anterior.

La Cena del Señor terminará cuando los santos estén con Cristo en gloria (Mt.26:29).

La Iglesia será la Esposa del Cordero, reinando con Él desde la Jerusalén milenial (1Co 6:2-3).

Su adoración será celestial, no ritual. Su comunión será directa, no simbólica.

Resumiendo:

Sí, habrá un templo milenario con sacrificios, pero no como en el Antiguo Testamento.
El sacerdocio será de Sadoc, no levítico.
Los sacrificios serán memoriales, no expiatorios.
La Iglesia no participa de esos rituales, porque estará en gloria con Cristo como corregente.

Israel restaurado será el pueblo terrenal del reino, cumpliendo el Nuevo Pacto como nación redimida.

El Señor honra a los que escudriñan su Palabra. Y como dice Juan 16:14-15, el Espíritu Santo nos guía para glorificar a Cristo, no para volver a las sombras del pasado, sino para entenderlas a la luz de la cruz.
 
La Escritura sí habla de un templo futuro, mostrado al profeta Ezequiel (caps. 40–48), que será establecido en el reino milenario de Cristo.
La Escritura sí habla de un templo futuro, mostrado al profeta Ezequiel (caps. 40–48), que será establecido en el reino milenario de Cristo.

El problema con tu argumento es simple:
la profecía de las 70 semanas de Daniel no deja espacio para un tercer templo futuro, porque el segundo templo queda definitivamente invalidado en la semana 70.
  1. Daniel 9:26–27dice que:
    • el Mesías sería cortado,
    • la ciudad y el santuario serían destruidos,
    • y “cesarán el sacrificio y la ofrenda”.
Esto se cumplió literalmente en el año 70 d.C.
Daniel no anuncia ninguna restauración posterior del templo en la misma profecía.

No hay “pausa”, no hay “paréntesis”, no hay “reinicio”.
La profecía termina con la desolación, no con una tercera reconstrucción.

Respecto al templo de Ezequiel 40–48


Ese pasaje no puede ser un templo físico futuro por varias razones bíblicas:

1. Contradice totalmente la obra perfecta de Cristo, porque requiere sacrificios animales por el pecado
-cosa imposible después de Hebreos 10:10–14.

2. La gloria de Dios nunca vuelve al templo físico después de ser retirada (Ez 10), pero el NT enseña que ahora:
  • el templo es Cristo (Juan 2:19–21)
  • el templo es la Iglesia (Ef 2:20–22; 1 Cor 3:16)
  • el templo es el creyente (1 Cor 6:19).
3. El templo de Ezequiel incluye medidas imposibles de ubicar en Jerusalén actual, lo que sugiere un templo simbólico, no arquitectónico.

4. Apocalipsis 21:22 anula la idea de un templo del milenio:
  • “No vi templo en ella, porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero.”

Conclusión

  • Daniel no deja margen profético para un tercer templo futuro.
  • Ezequiel describe una visión simbólica del culto perfecto bajo la presencia de Dios, no un edificio literal.
  • El único templo futuro en la Biblia es Cristo y Su pueblo, no una estructura de piedra.
 
Jacob Esaú pregunta:

¿𝐏𝐮𝐞𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐈𝐠𝐥𝐞𝐬𝐢𝐚 𝐛𝐞𝐧𝐞𝐟𝐢𝐜𝐢𝐚𝐫𝐬𝐞 𝐝𝐞 𝐮𝐧 𝐩𝐚𝐜𝐭𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐟𝐮𝐞 𝐝𝐞𝐬𝐭𝐢𝐧𝐚𝐝𝐨 𝐚 𝐞𝐥𝐥𝐚?

Excelente pregunta.

Respuesta:

Si puede, por la gracia de Dios en Cristo Jesús que nos fue dada antes del comienzo de los siglos (2Tim.1:9), es decir, antes de la Creación.

La clave está en entender que:

El destinatario es aquel a quien el pacto fue prometido explícitamente, la casa de Judá y la casa de Israel (Jer.31:31).

El partícipe es aquel que, por la gracia de Dios, entra en los beneficios del pacto, aunque no sea el receptor original.

Por ejemplo:

Dios hizo pacto con Abraham (Gn 12:1-3), pero dijo: “en ti serán benditas todas las familias de la tierra”.

Las naciones no fueron destinatarias del pacto, pero sí beneficiarias por extensión.

Esto se cumple en Cristo, descendiente de Abraham, por quien la Iglesia entra en bendición (Gál 3:14).

𝐄𝐧 𝐞𝐥 𝐍𝐮𝐞𝐯𝐨 𝐏𝐚𝐜𝐭𝐨 𝐞𝐥 𝐝𝐞𝐬𝐭𝐢𝐧𝐚𝐭𝐚𝐫𝐢𝐨 𝐥𝐢𝐭𝐞𝐫𝐚𝐥:

“Con la casa de Israel y con la casa de Judá (Jer 31:31) en los días del reino dividido".

El Nuevo Pacto necesitaba la obra de la redención de un Mediador, y la muerte de Cristo es lo que hace posible el Nuevo Pacto cuya sangre no solamente sería derramada por Israel sino también por nosotros los gentiles, oigamos al Señor:

Mat 26:28 porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados.

Todas las bendiciones que recibe la iglesia hoy se basan en la sangre de Cristo, la cual fue necesariamente derramada para hacer posible el Nuevo Pacto.

𝐄𝐧 𝐞𝐥 𝐍𝐮𝐞𝐯𝐨 𝐏𝐚𝐜𝐭𝐨 𝐞𝐥 𝐩𝐚𝐫𝐭𝐢́𝐜𝐢𝐩𝐞 𝐞𝐬𝐩𝐢𝐫𝐢𝐭𝐮𝐚𝐥:

La Iglesia, redimida por la misma sangre del pacto (Mt 26:28; 1Co 11:25).

La Iglesia no reemplaza a Israel, pero participa de las bendiciones espirituales del pacto:

Remisión de pecados (Heb 8:12).

Morada del Espíritu Santo (2Co 3:6).

Ser pueblo de Dios (1P 2:9-10).

𝐋𝐎𝐒 𝐁𝐄𝐍𝐄𝐅𝐈𝐂𝐈𝐎𝐒 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐒𝐀𝐍𝐆𝐑𝐄 𝐃𝐄 𝐂𝐑𝐈𝐒𝐓𝐎

Efesios 2:12-16 — Somos incluidos por la sangre del Señor

Antes: Como gentiles estábamos “sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa” (v.12).

Ahora: “habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo” (v.13).

Resultado: Cristo “derribó la pared intermedia”, “abolió las enemistades”, y “creó de los dos un solo y nuevo hombre” (vv.14-15).

Conclusión: “reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo” (v.16).

El judío que oye el evangelio y cree a Cristo, su cédula es cambiada y sus promesas terrenales (Sal.37:9, 22, 29; Is.60;21) son transformadas en una herencia celestial (1P.1:4).

¿Qué significa esto?

La Iglesia no fue el destinatario original de los pactos (ni el abrahámico, ni el mosaico, ni el nuevo pacto de Jer 31:31).

Pero en Cristo, los gentiles son hechos cercanos, participan de las promesas, y son injertados en el cuerpo redimido (Ro 11:17-24).

Esto no anula el pacto con Israel, sino que extiende sus beneficios espirituales a los gentiles por gracia.

En base a estas escrituras, y espero que estés de acuerdo, podemos concluir lo siguiente:

La Iglesia sí puede beneficiarse de un pacto que no fue destinado a ella, porque:

La sangre del pacto es suficiente para incluir a todo creyente.
La gracia de Dios extiende los beneficios más allá del destinatario original.
La Escritura lo afirma explícitamente: “habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo” (Ef 2:13).

Estos son los resultados de la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos.


Tarjeta doctrinal.jpg
 
Y el tuyo es que escribiste antes de leer este mensaje:

Allí todas tus incongruencias hallan respuesta.

Tu respuesta no aporta ningún argumento nuevo.
Solo citas mi propio mensaje y dices que “allí están las respuestas”, pero no respondes a nada de lo expuesto.

Tu afirmación no refuta:
  1. Que Daniel 9 termina con la destrucción del santuario, no con su restauración.
  2. Que la profecía no deja ningún intervalo ni reinicio para colocar un templo futuro.
  3. Que un templo con sacrificios por el pecado contradice directamente Hebreos 10.
  4. Que el NT enseña un templo espiritual, no uno físico.
  5. Que Apocalipsis no muestra templo en el futuro, porque Dios y el Cordero son el templo.

Decir “ahí están las respuestas” no responde a nada.
Si quieres refutar mi argumento, necesitas mostrar en el texto bíblico dónde aparece ese tercer templo que tú afirmas.
Hasta ahora no lo has hecho.
 
Decir “ahí están las respuestas” no responde a nada.
La Escritura sí habla de un templo futuro, literal, físico, en el reino milenario de Cristo.

Este templo:

No contradice la obra de Cristo, sino que la conmemora.
No reemplaza el templo espiritual, sino que coexiste en otra dispensación.

No está en la Jerusalén celestial, sino en la Jerusalén terrenal restaurada.

Ponte a estudiar, tu orientación preterista te ciega.
 
Sieppetes jamás ha leído Ezequiel 40 al 48, para este forista lo que no lee, no existe.
 
Ezequiel 40 al 48

Respecto al templo de Ezequiel 40–48


Ese pasaje no puede ser un templo físico futuro por varias razones bíblicas:

1. Contradice totalmente la obra perfecta de Cristo, porque requiere sacrificios animales por el pecado
-cosa imposible después de Hebreos 10:10–14.

2. La gloria de Dios nunca vuelve al templo físico después de ser retirada (Ez 10), pero el NT enseña que ahora:
  • el templo es Cristo (Juan 2:19–21)
  • el templo es la Iglesia (Ef 2:20–22; 1 Cor 3:16)
  • el templo es el creyente (1 Cor 6:19).
3. El templo de Ezequiel incluye medidas imposibles de ubicar en Jerusalén actual, lo que sugiere un templo simbólico, no arquitectónico.

4. Apocalipsis 21:22 anula la idea de un templo del milenio:
  • “No vi templo en ella, porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero.”

Conclusión

  • Daniel no deja margen profético para un tercer templo futuro.
  • Ezequiel describe una visión simbólica del culto perfecto bajo la presencia de Dios, no un edificio literal.
  • El único templo futuro en la Biblia es Cristo y Su pueblo, no una estructura de piedra.
 
¿Es imposible ubicar el templo de Ezequiel en Jerusalén actual?

No, porque la topografía actual no será la misma en el reino milenario. La Escritura anuncia un cambio geográfico colosal:

Zacarías 14:4: “Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos… y se partirá por en medio, hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo un valle muy grande.”

Este evento reconfigura la geografía de Jerusalén, creando espacio suficiente para el templo descrito en Ezequiel.

Ezequiel 47:1-12 describe un río que fluye desde el templo, lo cual requiere una topografía nueva, no la actual.

Por tanto, el argumento de que “no cabe en Jerusalén” no invalida su literalidad, sino que confirma que será en una Jerusalén transformada por la venida del Mesías.