Disfrutar la presencia del Señor hoy

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5 Septiembre 2001
3.029
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Practicando los libros de 1 y 2 de Tesalonicenses
Semana 23 --- Parousía
Miércoles --- Leer con oración: Mt 24:21; Ap 14:14; 1 Ts 4:15-17; 2 Co 5:10
“Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá con vara de hierro a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono” (Ap 12:5)
DISFRUTAR LA PRESENCIA DEL SEÑOR HOY
Segunda Tesalonicenses 2:1 nos habla de la venida, es decir, de la parousía de nuestro Señor Jesucristo. En los versículos 2 a 4, Pablo nos exhorta: “que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca. Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios”. Ese es el anticristo. Siempre que el Señor está a punto de hacer algo, Satanás llega antes para causar daño.
Hasta que el Señor vuelva, necesitamos vivir en el Espíritu. No seamos distraídos con tantas palabras que no traen vida, especialmente de personas que viven en el alma. Normalmente, cuando las personas son pecadoras, no creemos en ellas, pero si nos hablan palabras bonitas tenemos la tendencia de oírlas. Debemos prestar atención si lo que nos dicen nos conduce al Espíritu o no. Podemos hasta cantar buenos himnos, pero, si éstos no nos conducen al Espíritu, de nada sirve. Al cantar un himno, debemos discernir si éste toca el espíritu o la emoción, pues podemos incluso pensar que cantamos para el Señor, y debemos discernirlo bien. Hay himnos muy bonitos, que nos hablan de la muerte del Señor, del derramamiento de la sangre, del amor, y muchos otros temas, pero cuando cantamos no tocamos en el Espíritu. Necesitamos tocar en el Espíritu de tal manera que, cuanto más cantamos, más gozo y fuerza tenemos.
El mensaje de esta semana es sobre la parousía, término griego que significa presencia. La venida del Señor es Su parousía, Su presencia con nosotros, en los aires. Ya dijimos que, en 1 Tesalonicenses, cada capítulo nos habla de la venida del Señor. La venida de Cristo será Su presencia con Sus santos que queden en la gran tribulación, que comenzará con el arrebatamiento de los vencedores y terminará con la aparición pública de Cristo con los santos. Durante el período de Su parousía, será la gran tribulación (Mt 24:21; Ap 9:1-21; 11:14; 16:1-21), comenzarán las calamidades sobrenaturales (Ap 6:12-17; 8:7-12); será la venida de Cristo en los aires (Ap 14:14); y finalmente, el arrebatamiento de la mayoría de los creyentes a los aires (1 Ts 4:15-17); el tribunal de Cristo (2 Co 5:10); y después de eso vendrá el reino milenial con las bodas del Cordero (Ap 19:7-9). Por cuanto el Señor nos ama, estará en los aires preparando nuestro encuentro con Él; esto es Su parousía.
La presencia del Señor es algo muy dulce. Dios ama el estar junto con nosotros, y quiere nuestra presencia. Dios creó al hombre para que éste pudiese vivir en Su presencia y la disfrutara y también para que Él pudiese disfrutar de la presencia del hombre. Por eso, cuando Adán fue creado, Dios dijo: “No es bueno que el hombre esté solo” (Gn 2:18) y le edificó una ayuda idónea, una compañera, alguien para estar siempre junto a él. Dios colocó en el hombre la necesidad de tener contacto con otra persona, así como Dios mismo necesita de nuestra presencia. Cuando Él sopló en el hombre el aliento de vida, se formó el espíritu humano, Su deseo era que ese espíritu recibiese Su Espíritu y de esta manera, Dios y el hombre pudieran vivir en la presencia uno del otro. ¡Que busquemos siempre vivir en la presencia del Señor y disfrutarla en esta era, para que la disfrutemos más intensamente en la próxima era y en la eternidad!
Punto Clave: Disfrutar hoy y en la eternidad de la presencia del Señor
Pregunta: ¿Qué relación hay entre “No es bueno que el hombre esté solo” y la parousía del Señor?
Dong Yu Lan
Derechos reservados: Editora “Árvore da Vida”
¡Jesús es el Señor!