Dios tenía buenos motivos para querer fundar una Iglesia.

Tyr

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29 Noviembre 2003
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En primer lugar, para renovar la Alianza frente a la corrupción farisea.

En segundo lugar, para extenderla a todos los pueblos (en palabras de Juan Bautista "hacer de las piedras hijos de Abrahán").

En tercer lugar, para vincularla a la razón, oponiéndola a las falsas filosofías de hombres.

En cuarto lugar, para promover una hermandad verdadera partícipe de sus misterios.

Pero sobre todo para mostrarnos el camino de la inmortalidad, como único Ser soberano sobre la muerte, y levantar el velo de las Escrituras, que Él mismo dictó y sólo Él conocía en espíritu y con claridad meridiana.

Eso no habría podido hacerlo Dios, salvo obrando un milagro continuo, desde el cielo y sin encarnarse, o por medio de simples profetas que le representasen imperfectamente.

La Iglesia, entonces, es sólo un medio para lograr esto último, frente a lo cual todo lo demás es subsidiario. Pero un medio válido hasta el fin de los tiempos: el único medio.

Saludos, Tyr.
 
Jesús NO FUNDÓ NINGUNA IGLESIA


La Iglesia, es un organismo vivo, no una institución, y mucho menos coruupta y podrida.
 
¿Vivo... e invisible? :D

En lo tocante a la 'corrupción': es inevitable, ya fue prevista por Jesucristo y ello no nos autoriza a abandonarla. A pesar de todo, la Iglesia seguirá siendo la casta esposa del Señor mientras no rompa la regla de fe y mantenga el depósito.

Considero que la Inquisición fue anticristiana y que en cierto modo abonó el terreno al protestantismo. Porque es doctrina católica el que salvos y condenados permanezcan juntos hasta el día de la siega, pero es cosa de los herejes el que la separación se realice prematuramente y según criterio de hombres.

En pocas palabras: En el caso de la Iglesia católica puede hablarse de vicio sobrevenido; en el caso de las sectas protestantes, de vicio "in natura".

Saludos, Tyr.
 
La Iglesia de Cristo NO TIENE NOMBRES NI APELLIDOS, y es visible cada vez que dos o tres están reunidos en el Nombre de Jesús, no de papas o vírgenes.