A continuación expongo un texto (se está haciendo costumbre), pues he visto que asisten muchos a este foro, y da la impresión, que no todos han conocido al Señor Jesucristo como Señor y Salvador personal. Pues en vista de eso, es que doy un pequeño aporte de un texto que los hermanos acá en Chile hemos usado para evangelizar. Es un texto que fue escrito hace mucho tiempo por un hermano chino. Es un resumen de este. Espero sea de bendición para vuestras vidas.
Un saludo a todos.
Hermano Oscar.
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DIOS QUIERE... ¿ Y USTED ?
"Porque de Tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo Unigénito para que todo aquel que en él cree no se pierda mas tenga vida eterna" (Juan 3:16)
Ser mal comprendido por otros es una cosa que desagrada a la mayoría de la gente. Una persona desea el bien, sin embargo lo que hace es interpretado como si quisiera el mal. Hace algo por amor, y no obstante se cree todo lo contrario Cuántas cosas hay en la vida que molestan a la gente, y ser mal comprendido es ciertamente una de ellas! Sin embargo, quisiéramos hablarle acerca de alguien que ha sido más mal comprendido que nadie: Dios mismo, que es tan terriblemente mal comprendido por el mundo entero.
Nuestra actitud es que cuando escuchamos la palabra "Dios" nos sentimos disgustados e incómodos, cómo si creyéramos que El no trae buenos propósitos en su trato con los hombres. Así es como tenemos dos grupos de personas en el mundo: las que han oído hablar de Dios y creen en Jesucristo, y las que no han creído ni en Dios ni en Jesús. Los que han creído, testificarían que antes de creer se sentían incómodos, al oír siquiera mencionar a Dios o a Jesús. Pero después de haber creído, todos dirían, sin excepción: "¡Que lástima que no creí en El antes!".
El beneficio por creer en Jesucristo es mucho mayor que el de recibir una herencia. La Palabra de Dios nos dice que si creemos en Jesucristo iremos al cielo y tendremos vida eterna. Nosotros testificamos la veracidad de esta declaración. Lo primero que quisiéramos pedirle es que no tenga temor de oír hablar acerca de Dios ni piense que Dios trae malas intenciones con usted. Si tan sólo nos oyera, se daría cuenta de que El es en verdad un Dios bueno y maravilloso.
¡Cómo se mal interpreta a Dios!. Piense por un minuto ¿Qué clase de Dios cree usted que es El? Quizá se lo imagine con un rostro espantoso, aterrador y severo. O quizá piense que El se deleita viendo que los humanos pecan, para poder enviarlos al infierno. ¿Cómo se lo imagina usted?
Una vez un creyente en Jesucristo trataba de persuadir a un Doctor en Filosofía profesor de una Universidad, a que creyera en Jesús, recibiendo la sgte. respuesta:
- Tu Dios es malo. No hace más que pasarse el tiempo en el cielo vigilando a la gente que vive en la tierra. Toma nota de cualquier cosa mala que vea en los hombres y luego la escribe en un gran diario. Después juzga a todos de acuerdo a ese libro y los manda al infierno. O sea, que tu Dios no tiene un buen corazón. Sólo toma en cuenta las maldades de los hombres y se goza en ver que van al infierno.
¡Qué gran malentendido! ¡Qué mal conocía este hombre el corazón de Dios! Quizá se imagine también que Dios lo aborrece y que desea condenarlo al infierno en lugar de salvarlo. Pero déjenos decirle que nosotros conocemos a nuestro Dios. Deseamos presentarle un mensaje. Si lo escucha, usted no querrá apartarse de este Dios. ¡Escuche su propia Palabra!.
"Porque de tal manera amó Dios al mundo." Tenga en cuenta esto, por favor. ¡Dios es amor! Qué hermoso es saber que Dios no sólo piensa en usted, lo cuida, lo tiene en cuenta y le muestra su misericordia, sino que también lo ama.
Quizá usted se está preguntando qué clase de Dios es El. ¿Querrá salvarme? ¿Puede salvar a una persona como yo? Quisiéramos decirle que Dios no sólo tiene misericordia de usted, sino que también lo ama. Desde el principio de los tiempos lo más difícil que Dios pudo hacer fue amar al hombre. Sin embargo, lo primero que hizo después que pecó contra El, fue amarlo. Sus propósitos para con el hombre son buenos. ¡Cómo anhela El que el pecador sea salvo!. La Biblia nos declara que Dios es amor. Usted es pecador, pero Dios lo ama. Está lejos de El y no obstante, lo ama. El mismo vino a este mundo como un hombre a demostrarnos ese amor. En Hebreos 1:1,2 dice que Dios nos envío siervos, y de muchas maneras trató de hablarnos, pero el hombre no lo comprendió. Entonces no le quedaba otro camino 0q0ue venir El mismo a este mundo y convertirse en un hombre a quien nosotros conocemos como Cristo Jesús. El Dios de gloria se digna hacerse hombre. ¡Qué gran muestra de humildad! El que está por encima de todos se despojó a sí mismo y tomó forma de hombre. Permítanos decirle que la totalidad de la vida terrenal de Cristo tenía como propósito expresarnos el amor de Dios hacia los hombres. Anteriormente, nosotros mal interpretábamos a Dios, pensando que El nos aborrecía, pero ahora se ha hecho hombre. Así como es el carácter de Jesús, así mismo es Dios. Lo que Jesús manifestó durante sus treinta y tres años sobre la tierra, fue ni más ni menos que el corazón mismo de Dios. La manera en que Jesús trató a los hombres en la tierra es la manera como nos trata Dios siempre. Una vez vino un leproso y le rindió homenaje a Jesús diciendo: "Señor, si quieres, puedes limpiarme" (Mateo 8:2). Hubiera sido muy fácil para Jesús curarlo con una sola palabra; sin embargo, extendió la mano y lo tocó, diciendo: "Quiero, sé limpio"(v.3). Imagínese la inmundicia y el mal olor de un leproso. El Señor, no obstante, extendió su mano y le tocó. Demostró su infinita compasión por aquel hombre. Es como si le hubiera dicho: Cómo tú no quieres acercarte a mí, yo me acercaré a ti, y te tocaré.
En una ocasión los fariseos le dijeron a los discípulos de Jesús: "¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores?" (Mateo 9:11). Jesús respondió: "Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos...Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores" (vv.12,13)¿ Se da cuenta de que lo que hizo Jesús fue abrir el corazón de Dios para que los hombres lo vieran?.Quizá usted se considere como el más malvado pecador y piense que Dios nunca lo va a aceptar. O quizá hay sido ladrón, adúltero, mentiroso o libertino. Por eso duda que Dios llegue a aceptarlo. Sin embargo, el Señor Jesucristo vino para abrir y mostrar el corazón de Dios. El le está diciendo que Dios lo quiere consigo y lo ama.
El Señor Jesucristo llevó nuestros pecados y murió en la cruz en nuestro lugar. ¿Cree usted que no ha cometido pecado? ¿O nunca hecho nada malo?. Quizá en el transcurso de un minuto, a aun de un segundo haya tenido un pensamiento pecaminoso. Eso ya es suficiente para que vaya al infierno.
Entendamos de una vez que Dios aborrece intensamente el pecado. Nuestra actitud de rechazo hacia todos los pecados del mundo es mucho menos insignificante que la repugnancia de Dios por nuestra mentira más pequeña.
El sabía que el hombre había pecado y no le quedaba más que una solución para el problema: El mismo vendría al mundo, se haría hombre y llevaría el pecado de la humanidad en una cruenta cruz. Y eso fue lo que hizo, demostrando su gran amor. Eso fue la primera gran cosa que hizo. La segunda fue que, a pesar de que Cristo murió por nuestros pecados, podemos continuar pecando después de creer en El. Por esta razón nos dio al Espíritu Santo (su propio Espíritu) para que habite en nosotros y nos dé poder para no pecar.
Cuántas veces nos ponemos a reflexionar sobre nuestra propia situación diciéndonos: "Soy un pecador, ¿me amará Dios algún día?" Pero permítanos anunciarle en este momento que Dios nunca ha cerrado la puerta. De manera que no hay absolutamente ningún problema de parte de Dios; todo el problema descansa en la posición que usted asuma ante su invitación. Si en este momento viene un pecador y le dice al Señor: "Yo he sido un pecador y te he malentendido, pero sé que Tú quieres aceptarme tal como soy", éste será salvo, sin lugar a dudas.
Nadie tiene necesidad de ir al infierno. Lo que usted sí necesita es recordar que Dios lo ama. Usted puede ser salvo con que sólo esté dispuesto a decirle: "Oh Señor, soy un pecador, pero estoy dispuesto a ir hacia ti, porque quiero tu salvación" Si esto ocurre de verdad, tanto usted como el Señor sentirán inmenso regocijo.
Porque Dios es amor.
Un saludo a todos.
Hermano Oscar.
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DIOS QUIERE... ¿ Y USTED ?
"Porque de Tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo Unigénito para que todo aquel que en él cree no se pierda mas tenga vida eterna" (Juan 3:16)
Ser mal comprendido por otros es una cosa que desagrada a la mayoría de la gente. Una persona desea el bien, sin embargo lo que hace es interpretado como si quisiera el mal. Hace algo por amor, y no obstante se cree todo lo contrario Cuántas cosas hay en la vida que molestan a la gente, y ser mal comprendido es ciertamente una de ellas! Sin embargo, quisiéramos hablarle acerca de alguien que ha sido más mal comprendido que nadie: Dios mismo, que es tan terriblemente mal comprendido por el mundo entero.
Nuestra actitud es que cuando escuchamos la palabra "Dios" nos sentimos disgustados e incómodos, cómo si creyéramos que El no trae buenos propósitos en su trato con los hombres. Así es como tenemos dos grupos de personas en el mundo: las que han oído hablar de Dios y creen en Jesucristo, y las que no han creído ni en Dios ni en Jesús. Los que han creído, testificarían que antes de creer se sentían incómodos, al oír siquiera mencionar a Dios o a Jesús. Pero después de haber creído, todos dirían, sin excepción: "¡Que lástima que no creí en El antes!".
El beneficio por creer en Jesucristo es mucho mayor que el de recibir una herencia. La Palabra de Dios nos dice que si creemos en Jesucristo iremos al cielo y tendremos vida eterna. Nosotros testificamos la veracidad de esta declaración. Lo primero que quisiéramos pedirle es que no tenga temor de oír hablar acerca de Dios ni piense que Dios trae malas intenciones con usted. Si tan sólo nos oyera, se daría cuenta de que El es en verdad un Dios bueno y maravilloso.
¡Cómo se mal interpreta a Dios!. Piense por un minuto ¿Qué clase de Dios cree usted que es El? Quizá se lo imagine con un rostro espantoso, aterrador y severo. O quizá piense que El se deleita viendo que los humanos pecan, para poder enviarlos al infierno. ¿Cómo se lo imagina usted?
Una vez un creyente en Jesucristo trataba de persuadir a un Doctor en Filosofía profesor de una Universidad, a que creyera en Jesús, recibiendo la sgte. respuesta:
- Tu Dios es malo. No hace más que pasarse el tiempo en el cielo vigilando a la gente que vive en la tierra. Toma nota de cualquier cosa mala que vea en los hombres y luego la escribe en un gran diario. Después juzga a todos de acuerdo a ese libro y los manda al infierno. O sea, que tu Dios no tiene un buen corazón. Sólo toma en cuenta las maldades de los hombres y se goza en ver que van al infierno.
¡Qué gran malentendido! ¡Qué mal conocía este hombre el corazón de Dios! Quizá se imagine también que Dios lo aborrece y que desea condenarlo al infierno en lugar de salvarlo. Pero déjenos decirle que nosotros conocemos a nuestro Dios. Deseamos presentarle un mensaje. Si lo escucha, usted no querrá apartarse de este Dios. ¡Escuche su propia Palabra!.
"Porque de tal manera amó Dios al mundo." Tenga en cuenta esto, por favor. ¡Dios es amor! Qué hermoso es saber que Dios no sólo piensa en usted, lo cuida, lo tiene en cuenta y le muestra su misericordia, sino que también lo ama.
Quizá usted se está preguntando qué clase de Dios es El. ¿Querrá salvarme? ¿Puede salvar a una persona como yo? Quisiéramos decirle que Dios no sólo tiene misericordia de usted, sino que también lo ama. Desde el principio de los tiempos lo más difícil que Dios pudo hacer fue amar al hombre. Sin embargo, lo primero que hizo después que pecó contra El, fue amarlo. Sus propósitos para con el hombre son buenos. ¡Cómo anhela El que el pecador sea salvo!. La Biblia nos declara que Dios es amor. Usted es pecador, pero Dios lo ama. Está lejos de El y no obstante, lo ama. El mismo vino a este mundo como un hombre a demostrarnos ese amor. En Hebreos 1:1,2 dice que Dios nos envío siervos, y de muchas maneras trató de hablarnos, pero el hombre no lo comprendió. Entonces no le quedaba otro camino 0q0ue venir El mismo a este mundo y convertirse en un hombre a quien nosotros conocemos como Cristo Jesús. El Dios de gloria se digna hacerse hombre. ¡Qué gran muestra de humildad! El que está por encima de todos se despojó a sí mismo y tomó forma de hombre. Permítanos decirle que la totalidad de la vida terrenal de Cristo tenía como propósito expresarnos el amor de Dios hacia los hombres. Anteriormente, nosotros mal interpretábamos a Dios, pensando que El nos aborrecía, pero ahora se ha hecho hombre. Así como es el carácter de Jesús, así mismo es Dios. Lo que Jesús manifestó durante sus treinta y tres años sobre la tierra, fue ni más ni menos que el corazón mismo de Dios. La manera en que Jesús trató a los hombres en la tierra es la manera como nos trata Dios siempre. Una vez vino un leproso y le rindió homenaje a Jesús diciendo: "Señor, si quieres, puedes limpiarme" (Mateo 8:2). Hubiera sido muy fácil para Jesús curarlo con una sola palabra; sin embargo, extendió la mano y lo tocó, diciendo: "Quiero, sé limpio"(v.3). Imagínese la inmundicia y el mal olor de un leproso. El Señor, no obstante, extendió su mano y le tocó. Demostró su infinita compasión por aquel hombre. Es como si le hubiera dicho: Cómo tú no quieres acercarte a mí, yo me acercaré a ti, y te tocaré.
En una ocasión los fariseos le dijeron a los discípulos de Jesús: "¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores?" (Mateo 9:11). Jesús respondió: "Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos...Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores" (vv.12,13)¿ Se da cuenta de que lo que hizo Jesús fue abrir el corazón de Dios para que los hombres lo vieran?.Quizá usted se considere como el más malvado pecador y piense que Dios nunca lo va a aceptar. O quizá hay sido ladrón, adúltero, mentiroso o libertino. Por eso duda que Dios llegue a aceptarlo. Sin embargo, el Señor Jesucristo vino para abrir y mostrar el corazón de Dios. El le está diciendo que Dios lo quiere consigo y lo ama.
El Señor Jesucristo llevó nuestros pecados y murió en la cruz en nuestro lugar. ¿Cree usted que no ha cometido pecado? ¿O nunca hecho nada malo?. Quizá en el transcurso de un minuto, a aun de un segundo haya tenido un pensamiento pecaminoso. Eso ya es suficiente para que vaya al infierno.
Entendamos de una vez que Dios aborrece intensamente el pecado. Nuestra actitud de rechazo hacia todos los pecados del mundo es mucho menos insignificante que la repugnancia de Dios por nuestra mentira más pequeña.
El sabía que el hombre había pecado y no le quedaba más que una solución para el problema: El mismo vendría al mundo, se haría hombre y llevaría el pecado de la humanidad en una cruenta cruz. Y eso fue lo que hizo, demostrando su gran amor. Eso fue la primera gran cosa que hizo. La segunda fue que, a pesar de que Cristo murió por nuestros pecados, podemos continuar pecando después de creer en El. Por esta razón nos dio al Espíritu Santo (su propio Espíritu) para que habite en nosotros y nos dé poder para no pecar.
Cuántas veces nos ponemos a reflexionar sobre nuestra propia situación diciéndonos: "Soy un pecador, ¿me amará Dios algún día?" Pero permítanos anunciarle en este momento que Dios nunca ha cerrado la puerta. De manera que no hay absolutamente ningún problema de parte de Dios; todo el problema descansa en la posición que usted asuma ante su invitación. Si en este momento viene un pecador y le dice al Señor: "Yo he sido un pecador y te he malentendido, pero sé que Tú quieres aceptarme tal como soy", éste será salvo, sin lugar a dudas.
Nadie tiene necesidad de ir al infierno. Lo que usted sí necesita es recordar que Dios lo ama. Usted puede ser salvo con que sólo esté dispuesto a decirle: "Oh Señor, soy un pecador, pero estoy dispuesto a ir hacia ti, porque quiero tu salvación" Si esto ocurre de verdad, tanto usted como el Señor sentirán inmenso regocijo.
Porque Dios es amor.