EL PADRE UNIVERSAL
Dios Padre es el Dios de toda la creación y de todos los seres vivos. El profeta Nehemías dijo al respecto:
"TU SOLO ERES JEHOVA, TU HICISTES LOS CIELOS, Y LOS CIELOS DE LOS CIELOS, CON TODO SU EJERCITO, LA TIERRA Y TODO LO QUE ESTA EN ELLA, LOS MARES Y TODO DE LO QUE HAY EN ELLOS; Y TU VIVIFICAS TODAS ESTAS COSAS, Y LOS EJERCITOS DE LOS CIELOS DE ADORAN"
Al reflexionar en este maravilloso texto bíblico, podemos decir que nuestro Dios Padre es CREADOR, CONTROLADOR Y SUSTENTADOR INFINITO. Mediante el texto bíblico deducimos que Dios controla nuestro universo donde estamos nosotros en nuestro respectivo planeta tierra y como somos seres inteligentes podemos expresar "que Dios no creo este mundo en vano, sino para que fuera habitado lo creo".
Al meditar en Dios Padre, preguntémonos: ¿No nos sentimos motivados de conocer que nos halla diseñado de manera que podamos distinguir de lo bueno y lo malo? ¿No nos motiva el hecho real que podemos sacar una lección positiva espiritual de cada vivencia de nuestra vida? La vida es, no solo desde mi óptica, sino también la de muchos, eterna con bellas experiencias inexcusables solo entendible para aquellos que la viven a plenitud, como un regalo dadiva de Dios y como es.
Para vivir la vida a plenitud, para verla bella, como un aprendizaje, debemos captar el mensaje espiritual universal de Cristo al decir: "SED VOSOTROS PERFECTOS COMO VUESTRO PADRE QUE ESTA EN LOS CIELOS ES PERFECTO". En si Cristo nos dice la "buena y perfecta voluntad de Dios". Cada día de nuestras vidas tenemos que tratar ser como Dios como él lo es en su esfera de eternidad. Este mensaje empuja al hombre hacia adelante, hacia el progreso del bien basado en el poder del amor y la bondad al prójimo. El mandato nos abre un camino hacia las edades de la eternidad porque puede que jamás podamos ser perfectos en el concepto finito o en el sentido pleno material. Este mensaje debe ser el gran deber, la más alta ambición de cada criatura que dice amar, servir y reverenciar a Dios Padre.
Los mortales de este planeta tierra difícilmente pueden esperar ser perfectos en el sentido infinito, pero es enteramente posible para los seres humanos, que comienzan como lo hacen en este planeta, alcanzar la meta excelsa y divina que el Dios infinito ha puesto para el hombre mortal; y cuando alcancen este destino estarán, en todo lo que corresponde a la autorrealización y alcance de la mente, tan pletóricos en su esfera de perfección divina como Dios mismo lo está en su esfera de infinidad y eternidad. Puede que tal perfección no sea universal en el sentido material, ni ilimitada en comprensión intelectual, ni final en experiencia espiritual, pero es final y completa en todos los aspectos finitos de divinidad de voluntad, perfección de motivación de personalidad, y conciencia de Dios.
Éste es el verdadero significado de ese mandato divino: «Sed perfectos, así como yo soy perfecto», que insta constantemente al hombre mortal hacia adelante y le atrae hacia adentro en esa larga y fascinadora lucha por alcanzar niveles cada vez más elevados de valores espirituales y auténticos significados de universo. Esta sublime búsqueda del Dios de los universos es la aventura suprema de los habitantes de todos los mundos del tiempo y el espacio.