DIEZMOS: NO SE TOMAN DE LA BIBLIA SINO DEL CATOLICISMO

28 Febrero 1999
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Los diezmos en la historia del cristianismo

Como dije anteriormente, hemos de ver ahora como la actual práctica del diezmo en las iglesias evangélicas, no surge de ningún estudio bíblico que llevara a la convicción de que debía ser practicado con igual fundamento escritural como tienen las ordenanzas del bautismo y la Cena del Señor, sino como un legado -y hasta originalmente apropiación- de lo que tradicionalmente recaudaba la Iglesia Católica Apostólica y Romana.
Siendo que no es fácil dar con los libros donde se pueda estudiar esta secuencia histórica, al menos el lector podrá valerse de un recurso informático al que tiene fácil acceso debido a su divulgación: Me refiero a la Enciclopedia Encarta de Microsoft. Bastará escribir la palabra “diezmos” en el recuadro de Buscar, para que a continuación aparezca la lista de artículos que contiene dicha palabra. Entre todos, seleccionamos los que más interesan a nuestro tema, extrayendo algunos pocos párrafos de los artículos por brevedad:
Evangelización en América, acción misionera realizada bajo la dirección de los monarcas españoles en la América hispana, por concesión papal a través de diferentes bulas.
A partir de la llegada de las primeras noticias del descubrimiento de lo que sería dado en llamar Nuevo Mundo a cargo de Cristóbal Colón, los Reyes Católicos y sus sucesores comenzaron a recibir numerosas concesiones, relacionadas con el derecho de ocupación de las nuevas tierras y el dominio sobre sus habitantes, como una donación papal. El Papa, que tenía la potestad de entregar los territorios recién descubiertos a los príncipes cristianos, en función de este principio repartió el continente americano entre España y Portugal. Para poder llevar a cabo esta labor, la Corona adquirió el derecho a intervenir en numerosas competencias, que hasta ese momento eran exclusivas de la Iglesia católica: cobro de diezmos, capacidad para organizar la Iglesia de América y el envío de misioneros, presentación de candidatos a todos los cargos eclesiásticos y decisión sobre la construcción de catedrales e iglesias.

Iglesia de Irlanda, en el uso común, iglesia cristiana de Irlanda. En una acepción más precisa hace referencia a la Iglesia anglicana, que se convirtió en Iglesia establecida o estatal en tiempos de la Reforma. Tras el establecimiento del anglicanismo en Irlanda, los católicos se vieron en una situación de serias desventajas civiles, no permitiéndoseles enseñar ni desempeñar funciones policiales, siendo obligados al pago del diezmo para mantener la iglesia establecida. Cuando se llevó a cabo la unión política con Inglaterra en 1800-1801, también se unieron las iglesias oficiales de ambos países, se suprimieron las desventajas que sufrían los católicos en 1829 y en 1838 quedó abolido el pago del diezmo.
Diezmos.- La Sociedad de los Amigos (Cuáqueros) dado que rechazaban toda organización religiosa, no pagaban el diezmo a la Iglesia de Inglaterra.
Consecuencias de la Revolución Francesa: La Asamblea Nacional Constituyente comenzó su actividad movida por los desórdenes y disturbios que estaban produciéndose en las provincias (el periodo del 'Gran Miedo'). El clero y la nobleza hubieron de renunciar a sus privilegios en la sesión celebrada durante la noche del 4 de agosto de 1789; la Asamblea aprobó una legislación por la que quedaba abolido el régimen feudal y señorial y se suprimía el diezmo. Soto, Marco Aurelio (1846-1908), político hondureño, presidente de la República (1876-1883). Su gobierno restableció el orden, fomentó la riqueza del país y aplicó importantes reformas legislativas: se promulgó la Constitución de 1880, se suprimieron el fuero eclesiástico y los diezmos y se estableció la enseñanza laica y la reorganización de los estudios universitarios. Por su gran labor, Soto fue un hombre de reconocido prestigio. Murió en 1908 en París.
Como es de notar con esta primera entrega, grandes denominaciones evangélicas reimplantaron los diezmos cuyo cobro la iglesia anglicana a su vez apropió de la católica.
Ricardo.
 
Aportemos datos

Aportemos datos

También los Obispos de Sigüenza, señores espirituales de la zona, expresaron su deseo de beneficiar a los monjes de Huerta, concediendo, en un documento de 1175, la percepción de los diezmos que correspondían al Obispo y Cabildo catedralicio en Arandilla y en las alinas de Terzaguilla, amén de otros muchos lugares ya por entonces propiedad de los Bernardos. Era una forma de conceder la total propiedad de hecho y de beneficio sobre esos territorios y minas.

http://www.molina-aragon.com/curios...an/smhuerta.htm
 
¿Cuando los teólogos no católicos cuestionaron el diezmo?

¿Cuando los teólogos no católicos cuestionaron el diezmo?

Ricardo, ¿cómo surgió la idea de que el diezmo no era obligatorio en el nuevo pacto?
¿Cuando los teólogos no católicos cuestionaron el diezmo y optaron por considerarlo exclusivamente atinguotestamentario?
Tengo la sensación (de lo que observo en mis años de creyente) que después de un periodo de liberación del yugo de la ley del diezmo es pos de la ofrenda libre y alegre, vuelve la ley del diezmo con renovadas fuerzas. Igual es una sensación erronea, ... ¿Tu como lo percibes? ¿tienes la misma sensación?
 
Re: DIEZMOS: NO SE TOMAN DE LA BIBLIA SINO DEL CATOLICISMO

Originalmente enviado por: Ricardo
Los diezmos en la historia del cristianismo

Como dije anteriormente, hemos de ver ahora como la actual práctica del diezmo en las iglesias evangélicas, no surge de ningún estudio bíblico que llevara a la convicción de que debía ser practicado con igual fundamento escritural como tienen las ordenanzas del bautismo y la Cena del Señor, sino como un legado -y hasta originalmente apropiación- de lo que tradicionalmente recaudaba la Iglesia Católica Apostólica y Romana.
Siendo que no es fácil dar con los libros donde se pueda estudiar esta secuencia histórica, al menos el lector podrá valerse de un recurso informático al que tiene fácil acceso debido a su divulgación: Me refiero a la Enciclopedia Encarta de Microsoft. Bastará escribir la palabra “diezmos” en el recuadro de Buscar, para que a continuación aparezca la lista de artículos que contiene dicha palabra. Entre todos, seleccionamos los que más interesan a nuestro tema, extrayendo algunos pocos párrafos de los artículos por brevedad:
Evangelización en América, acción misionera realizada bajo la dirección de los monarcas españoles en la América hispana, por concesión papal a través de diferentes bulas.
A partir de la llegada de las primeras noticias del descubrimiento de lo que sería dado en llamar Nuevo Mundo a cargo de Cristóbal Colón, los Reyes Católicos y sus sucesores comenzaron a recibir numerosas concesiones, relacionadas con el derecho de ocupación de las nuevas tierras y el dominio sobre sus habitantes, como una donación papal. El Papa, que tenía la potestad de entregar los territorios recién descubiertos a los príncipes cristianos, en función de este principio repartió el continente americano entre España y Portugal. Para poder llevar a cabo esta labor, la Corona adquirió el derecho a intervenir en numerosas competencias, que hasta ese momento eran exclusivas de la Iglesia católica: cobro de diezmos, capacidad para organizar la Iglesia de América y el envío de misioneros, presentación de candidatos a todos los cargos eclesiásticos y decisión sobre la construcción de catedrales e iglesias.

Iglesia de Irlanda, en el uso común, iglesia cristiana de Irlanda. En una acepción más precisa hace referencia a la Iglesia anglicana, que se convirtió en Iglesia establecida o estatal en tiempos de la Reforma. Tras el establecimiento del anglicanismo en Irlanda, los católicos se vieron en una situación de serias desventajas civiles, no permitiéndoseles enseñar ni desempeñar funciones policiales, siendo obligados al pago del diezmo para mantener la iglesia establecida. Cuando se llevó a cabo la unión política con Inglaterra en 1800-1801, también se unieron las iglesias oficiales de ambos países, se suprimieron las desventajas que sufrían los católicos en 1829 y en 1838 quedó abolido el pago del diezmo.
Diezmos.- La Sociedad de los Amigos (Cuáqueros) dado que rechazaban toda organización religiosa, no pagaban el diezmo a la Iglesia de Inglaterra.
Consecuencias de la Revolución Francesa: La Asamblea Nacional Constituyente comenzó su actividad movida por los desórdenes y disturbios que estaban produciéndose en las provincias (el periodo del 'Gran Miedo'). El clero y la nobleza hubieron de renunciar a sus privilegios en la sesión celebrada durante la noche del 4 de agosto de 1789; la Asamblea aprobó una legislación por la que quedaba abolido el régimen feudal y señorial y se suprimía el diezmo. Soto, Marco Aurelio (1846-1908), político hondureño, presidente de la República (1876-1883). Su gobierno restableció el orden, fomentó la riqueza del país y aplicó importantes reformas legislativas: se promulgó la Constitución de 1880, se suprimieron el fuero eclesiástico y los diezmos y se estableció la enseñanza laica y la reorganización de los estudios universitarios. Por su gran labor, Soto fue un hombre de reconocido prestigio. Murió en 1908 en París.
Como es de notar con esta primera entrega, grandes denominaciones evangélicas reimplantaron los diezmos cuyo cobro la iglesia anglicana a su vez apropió de la católica.
Ricardo.

Parece que el tema ha provocado KAo tecnico en los católicos, un argumento menos a borrar de sus listas.

Felicitaciones a los que averiguaron ese dato.

Shalom!!
 
Re: Re: DIEZMOS: NO SE TOMAN DE LA BIBLIA SINO DEL CATOLICISMO

Re: Re: DIEZMOS: NO SE TOMAN DE LA BIBLIA SINO DEL CATOLICISMO

Originalmente enviado por: toni
Parece que el tema ha provocado KAo tecnico en los católicos, un argumento menos a borrar de sus listas.

Felicitaciones a los que averiguaron ese dato.

Shalom!!


Toni, nunca creí que me harías reír tanto.


Resulta que cuando hoy día los protestantes son los que NO SABEN armonizar una práctica eclesial ENTRE UDS. recurren AL UNICO argumento que en verdad los une: a La Iglesia Católica.

Si uno mira la realidad los que diezman NO SON LOS CATOLICOS sino los evangélicos, mas propiamente dicho, algunos.

Así que, por favor, solucionen sus problemas internos como hombres de fe adultos, que nosotros tenemos los nuestros propios que resolver. :cool:

Como ya conozco tus prácticas de toreo de católicos (cosas del rating, por cierto) anticipo que nada mas tengo para decir al respecto.
 
Re: Re: Re: DIEZMOS: NO SE TOMAN DE LA BIBLIA SINO DEL CATOLICISMO

Re: Re: Re: DIEZMOS: NO SE TOMAN DE LA BIBLIA SINO DEL CATOLICISMO

Originalmente enviado por: daniel brion
Toni, nunca creí que me harías reír tanto.


Resulta que cuando hoy día los protestantes son los que NO SABEN armonizar una práctica eclesial ENTRE UDS. recurren AL UNICO argumento que en verdad los une: a La Iglesia Católica.

Si uno mira la realidad los que diezman NO SON LOS CATOLICOS sino los evangélicos, mas propiamente dicho, algunos.

Así que, por favor, solucionen sus problemas internos como hombres de fe adultos, que nosotros tenemos los nuestros propios que resolver. :cool:

Como ya conozco tus prácticas de toreo de católicos (cosas del rating, por cierto) anticipo que nada mas tengo para decir al respecto.


Daniel


El diezmo no representa un problema, es un simple divergencia de opiniones; de las que nosotros no tenemos NINGUN PROBLEMA EN RECONOCER DE FORMA PUBLICA.

Sin embargo,tu iglesia, ha escondido SIEMPRE aquello que para ella es verguenza, como las divergencias de opiniones, y los pecados sexuales del clero, este último, lo calla con el dinero que le roba a los pobres para pagar a curas pedófilos y para comprar mantos de oro a las estatuas; mientras millones de niños y adultos se mueren de hambre en el mundo. :llorando:

Quien escupe para arriba.............
 
Re: Re: Re: Re: DIEZMOS: NO SE TOMAN DE LA BIBLIA SINO DEL CATOLICISMO

Re: Re: Re: Re: DIEZMOS: NO SE TOMAN DE LA BIBLIA SINO DEL CATOLICISMO

Originalmente enviado por: Maripaz
Daniel


El diezmo no representa un problema, es un simple divergencia de opiniones; de las que nosotros no tenemos NINGUN PROBLEMA EN RECONOCER DE FORMA PUBLICA.


Los hechos dictan otra cosa. Fijate que quien abrió el epígrafe formulando "que el diezmo es una práctica católica" lo que dice en realidad (a buen entendedor pocas palabras) es que es una práctica "no bíblica" y por ende que no debería aplicarse entre los evangélicos.

Acaso también "otra divergencia de opiniones" es si deben haber pastores o no; si se deben reunir en las casas o no; si se deben bautizar o no; si se deben practicar los sacramentos o no .......


Sin embargo,tu iglesia,


No es mi Iglesia, es de Crsito.


ha escondido SIEMPRE aquello que para ella es verguenza, como las divergencias de opiniones, y los pecados sexuales del clero, este último, lo calla con el dinero que le roba a los pobres para pagar a curas pedófilos y para comprar mantos de oro a las estatuas; mientras millones de niños y adultos se mueren de hambre en el mundo. :llorando:

Quien escupe para arriba.............


No puedes con tu genio .......

Aquí se discute sobre el diezmo, que se sepa. Y como pongo en blanco sobre negro las cosas, la emprendes con medias verdades sobre 5 o 6 temas distintos.

Es mas, ¿quien escupe para arriba? simplemente menciono que en la Iglesia Católica NO EXISTE el diezmo y entre Uds. no se ponen de acuerdo, ¿dónde esta el escupir para arriba?

DTB
 
Hermano Rafael:
1 – Preguntas: “¿cómo surgió la idea de que el diezmo no era obligatorio en el nuevo pacto?”
Respondo: Nunca surgió la idea de que el diezmo no fuese obligatorio en el Nuevo Pacto, porque
tampoco existió en la forma positiva de que sí lo fuese. Basta mirar el libro de Los Hechos y las
epístolas en aquellos pasajes que se refieren al dinero, las ofrendas y el sostén de los apóstoles y
evangelistas itinerantes, para constatar absoluto silencio con respecto al diezmo. Aunque sí hay
constancia de los cristianos judaizantes que insistían todavía con el ritual de la circuncisión y otros
aspectos de la Ley, no leemos que a ellos les hubiese preocupado introducir la práctica del diezmo
en las iglesias. Probablemente la razón de esto estaba en que para los primeros discípulos era muy
claro en qué consistía aquella institución del diezmo, y la iglesia era algo tan nuevo y diferente que
resultaba inconcebible transferirle a ella una práctica relacionada con el Templo y el sacerdocio
levítico.

Tu segunda pregunta: “¿Cuando los teólogos no católicos cuestionaron el diezmo y optaron por
considerarlo exclusivamente antiguotestamentario?”, la dejo por contestar en próxima entrega, pues
por seguir un orden cronológico prefiero aportar a continuación la información que reuní con relación a
tu primer pregunta.

En cuanto a tu sensación de que se haya comenzado a darle en las iglesias visado de legalidad a la práctica del diezmo, creo que no está lejos de la realidad. Probablemente va de la mano con otras sombras del Antiguo Testamento que se incorporan a las iglesias sin percibir que son tipos, símbolos o
emblemas de realidades espirituales para el disfrute del pueblo de Dios en la presente dispensación.
Así, ellos están recuperando las sombras, mientras nosotros nos recreamos a la luz que el Espíritu Santo
proyecta desde las páginas neotestamentarias. Si comparto tu misma sensación, es porque también deploro el paulatino abandono que se viene haciendo de estudios bíblicos serios y profundos. La ignorancia de la Escrituras deja el campo despejado para asimilar cualquier cosa novedosa.


En el intento de lograr una secuencia histórica del cobro de los diezmos en el cristianismo, nos remitimos al Diccionario Enciclopédico Hispano – Americano, monumental obra en 28 grandes volúmenes a tres columnas y una treinta mil páginas en total, editado por Montaner y Simón Sociedad Internacional, Barcelona, año 1912. Dada su antigüedad y origen español, no hallaremos en él información en cuanto al cobro de los diezmos por los cristianos evangélicos, pero servirá al menos para demostrar su procedencia católica romana. Subrayaré las palabras o frase que haré notar con alguna observación en entre paréntesis, intercalada dentro del texto que copio, o para simplemente llamar la atención del lector.
Por brevedad, extractaremos los párrafos más substanciales: Tomo VII página 609: “Esta porción de frutos que percibía antiguamente la Iglesia, se llamaba con el nombre de diezmo, no porque era o debiera ser la décima parte de los frutos, sino porque este derecho había sido introducido en la nueva ley, a imitación de la antigua, que lo había fijado en favor de los levitas, en la décima parte de los frutos. “Los diezmos con respecto a su destino –dice el Abate Andrés-, son tan antiguos como la misma Religión. La ley de Moisés hizo de ellos una obligación expresa a los hebreos. Si Jesucristo y los Apóstoles no hablaron de diezmos, establecieron bien claramente la necesidad de sostener a los ministros del altar (Mt.10:9,10; 1Co.9:7-15)”. Ahora bien; este sostenimiento debido de derecho divino a la Iglesia o sus ministros por los fieles ¿cómo debe satisfacerse? La forma de este pago no está prescrita por la ley nueva. Nos hace conjeturar las Actas de los Apóstoles, por la comunidad de bienes de que hablan, de que en el principio de la Iglesia no se conocieron los diezmos ni primicias; despojándose los fieles de todos sus bienes daban más de lo que era necesario para la subsistencia de los clérigos. Los pobres eran también sustentados cómodamente, o, más bien, a nadie le faltaba nada, sin ser rico ni pobre (Hch.4:34,35). A esta vida común que fue el primer medio por el que recibieron su sustento los clérigos, le sucedieron las colectas que se hacían aún en tiempo de los Apóstoles, como aparece en muchos lugares de las epístolas de Pablo (1Co.16:1-4), es decir, cada Domingo. (Nótese por estos comentarios, que ya de antiguo prevalecía este error de confundir el pago de los diezmos con el sostén de los ministros en las iglesias, que si bien está unido en la vieja Ley con el sostén de los levitas, no ocurre lo mismo en el cristianismo primitivo, de modo que podríamos decir: ofrendas y sostén de los obreros del Señor: sí; diezmos: no).
San Jerónimo nos manifiesta en su carta contra Vigilio que estas colectas se usaban todavía en su tiempo. ... aparece por los escritos de Tertuliano y por los de San Cipriano que durante los tres primeros siglos los fieles daban siempre abundantemente todo lo que necesitaba la Iglesia para el culto del Señor y sostén de sus ministros. Dice San Cipriano que el clero sólo subsistía de estas oblaciones, las que comparaba a los diezmos de la antigua ley. (Es de temer que lo que sólo comenzó como una inocente comparación desprovista de cualquier intención de recuperar el diezmo levítico, luego diera pie a su incorporación en el cristianismo, como tantas otras cosas más) San Jerónimo (345-419) y San Agustín (354-430) hablan de los diezmos y de las primicias (prácticamente ya estamos en el siglo quinto) de modo que dan a entender que era una obligación que los pagasen los fieles; pero por otro lado parece que la Iglesia o los clérigos no tendrían bienes, puesto que estos santos hacen el sostenimiento de los ministros todo el motivo de esta ley. No quiere San Agustín que los clérigos exijan los diezmos, pero dice al mismo tiempo que deben dárselos los fieles sin esperar a que se los pidan. Este mismo santo parece que en otro lugar favorece menos la libertad del pago del diezmo. Los Benedictinos, en la revisión de las obras de este santo Doctor, han dicho que el susodicho sermón parece que no es de este Padre. Como quiera que sea, según Fleury, la primera ley penal que prescribe el pago de los diezmos se halla en el canon cinco del segundo concilio de Macón, sobre lo que han observado muchos autores que se hizo obligatorio lo que hasta entonces había sido voluntario. En efecto, no puede asegurarse que el diezmo se pagase en Francia de un modo coactivo antes de que Carlomagno y sus sucesores hubiesen manifestado tan expresamente en sus capitulares la obligación de pagarlo... (sigue una declaración en latín promulgando el pago por similitud a lo preceptuado en la Ley; obsérvese el gradual y paulatino avance en la instauración del diezmo en la cristiandad: primero, apenas un comentario a lo visto como una analogía entre las ofrendas y los diezmos levíticos; luego un cobro voluntario no obligatorio, y finalmente el pago por coacción a partir del siglo sexto). En uno de los parlamentos que tuvo Carlomagno en Worms hizo añadir la pena de excomunión. Los concilios posteriores a estas capitulares contienen el mismo precepto; así que en esta época es en la que se debe fijar el pago de los diezmos tal como se pagaba poco más o menos antes de su supresión (1789). (Véase como nada de esto surge como resultado de que los fieles cristianos descubrieran su necesidad de pagar los diezmos tras estudiar concienzudamente las Escrituras, sino por la decisión y fuerza del Emperador Carlomagno, que vivió desde el año 742 al 814). Desde el siglo IX hallamos una tercera especie de bienes eclesiásticos, además de las oblaciones voluntarias y de los patrimonios: estos son los diezmos que desde este tiempo se erigieron como una especie de tributo. Antes se exhortaba a los cristianos que los diesen a los pobres, lo mismo que las primicias, y que hiciesen también otras limosnas; pero la ejecución se dejaba a su conciencia y la confundían con sus obligaciones diarias. Como se descuidase este deber a partir del siglo VI, empezaron los obispos a imponer la excomunión contra los que faltasen a él, no obstante de que estos apremios estaban prohibidos en Oriente desde tiempo de Justiniano (¡pero no en muchas iglesias evangélicas actualmente!). Aumentándose la dureza de los pueblos en el siglo IX se renovó el rigor de las censuras, a las que añadieron los príncipes penas temporales. Quizá la disipación de los bienes eclesiásticos obligó a hacer valer este derecho que creía fundado en la ley de Dios; porque por aquel entonces fue cuando las guerras civiles y las correrías de los normandos hicieron los mayores estragos en todo el Imperio francés. Los habitantes de Turingia se negaban todavía en 1073 a pagar los diezmos al arzobispo de Maguncia, y sólo a la fuerza se sometieron a ello. Queriendo San Canuto, rey de Dinamarca, obligar a este pago a sus vasallos, produjo una revolución en cuyas manos pereció. Resulta de todo lo que acabamos de decir, que el diezmo no es de derecho divino, sino con relación a su empleo; que los fieles están obligados por el Nuevo Testamento a proveer a la subsistencia de los ministros del altar, pero que el modo de llenar este precepto no es más que de derecho positivo, puesto que, como acabamos de ver, ha variado en la Iglesia según las diferentes ocurrencias de los tiempos, y que en la actualidad ya no existe. (Nótese el reconocimiento de que el diezmo no es de derecho divino, sino el empleo que se haga de él para el sostén de los ministros. Derecho positivo es el legal, convencional, utilitario o pragmático. O sea, que siendo deber de los fieles contribuir al sostén de los ministros, se pretende inferir de ello que entonces el diezmo también es obligatorio, puesto que apunta a lo mismo, siendo ilógica tal inferencia, puesto que de aquello no es posible deducir esto otro. Que el diezmo sea una opción válida como forma de ofrendar, es conforme a razón; pero que desplace a las otras, o que pretenda a más de otras erigirse como la exigible a todo efecto, es una insensata argucia. Es una calamidad actual que los cristianos no sepan distinguir, diferenciar, discernir entre cosas semejantes o relacionadas entre sí; y así les basta verlas con algún parecido o parentesco para confundir todo en un mismo montón). Fuera de estos justos títulos, todo el que deja de pagar el diezmo, los que lo impiden o lo sustraen, cometen un pecado mortal, incurren en excomunión, de lo que no pueden ser absueltos si no satisfacen o dan garantías suficientes de ello, y si son pecadores notorios quedan privados de sepultura eclesiástica (Concilio Tridentino, ses.25 cap.411) En la mayor parte de las naciones se han abolido los diezmos...”
Hasta aquí han sido transcripciones del Diccionario Enciclopédico Hispano – Americano. Conviene recordar de lo expresado en la última frase, que los diezmos que dice haberse abolido en la mayor parte de las naciones (por el año de esta edición del 1912), se refiere a los percibidos por la Iglesia Católica Romana. Los redactores del artículo no tenían entonces cómo imaginar que después vendrían los cristianos evangélicos a hacerse de aquellos viejos, resistidos y odiados diezmos.
A mayor abundamiento, citamos un párrafo de un artículo menos extenso que el anterior, expresando en otras palabras un concepto similar al visto más arriba. Enciclopedia Ilustrada Seguí, Barcelona, 1914, Tomo VI, Pág. 393: “Resulta, por consiguiente, que el origen de este tributo no es divino, sino por la aplicación; que si bien el Nuevo Testamento dispone y exhorta a los fieles que procuren el sostenimiento del culto, este es un derecho positivo, ejercido en formas diversas, según fueran las circunstancias y modalidades de las distintas épocas de la historia.”
Algo más, extraído de la literatura secular, es una selección de párrafos de la siguiente obra: Estudios sobre la Historia de la Humanidad, impresa en Madrid en el Año de 1877; por F. Laurent, belga, profesor en la Universidad de Gante, 1810-1877, Tomo VIII – La Reforma – Libro Primero: La Reforma en la Edad Media; Segunda Parte: La Reforma Social; s. III La dominación de la Iglesia; Los diezmos: pg.234:
“Los diezmos son el recuerdo más odioso que ha dejado el régimen abolido por la revolución; basta hacer temer a las poblaciones de los campos el restablecimiento de este impuesto vejatorio para sublevarlas contra el clero aun donde todavía reina sobre los espíritus. Asustada de esta impopularidad, la Iglesia contesta a los que le oponen la inmutabilidad de su institución divina, que los diezmos no son un derecho divino. Vamos a ver que esta excusa está en abierta contradicción con los testimonios históricos; no prueba más que una cosa, que el clero se ve obligado a renunciar a su pretendido derecho divino, precisamente en un punto en que tiene a su favor el texto de una Escritura revelada. No hay sutilezas que puedan disimular la inconsecuencia de la Iglesia; se ve arrastrada a su pesar en el movimiento general que impulsa al mundo. En vano pretende ser inmutable; el privilegio que ha reivindicado durante siglos como un derecho divino, lo abandona bajo esta ley de progreso que niega, y que sin embargo la domina, haga lo que haga y diga lo que diga. (El autor está aludiendo a la actitud de la Iglesia Católica en el Siglo XIX tras la declaración universal de los derechos humanos promulgada cuando la Revolución Francesa del 1789). El derecho del clero a los diezmos está escrito en los libros sagrados. Los Padres de la Iglesia lo reclamaron desde los primeros siglos, y entre ellos uno de los espíritus más libres del cristianismo. Orígenes demuestra extensamente que la ley de Moisés, en lo que se refiere a los diezmos, debe ser observada siempre, como emanada de Aquel que, habiéndonoslo dado todo, ha podido reservarse una parte. A este recuerdo del judaísmo se mezcló un sentimiento cristiano. La idea de una contribución impuesta a los fieles para alimentar a los clérigos, repugnaba a la esencia misma del Evangelio; además no se hubiera podido tener lugar en los primeros siglos. Mientras la cristiandad fue una asociación perseguida por la sociedad pagana, los diezmos no podían ser más que una limosna. Siguieron siéndolo, aún después que los emperadores cristianos hicieron al clero un gran lugar en el Estado. ¿Por qué San Jerónimo y San Agustín dicen que los fieles están obligados a dar el diezmo de sus bienes a la Iglesia? Porque “Jesucristo quiere que sus discípulos vendan todos sus bienes y los distribuyan a los pobres. Lo menos, pues, que deben hacer es darles una parte de aquellos bienes.” Si el diezmo hubiese conservado el carácter que le dan los Padres de la Iglesia, no hubiera suscitado oposición ni odio, porque era esencialmente voluntario, como toda obra de caridad. Pero el clero no lo entendía así. El diezmo voluntario no era más que una utopía; no fue pagado ni aún cuando los concilios hicieron de él una ley. Al declarar los diezmos obligatorios, los concilios cambiaron su naturaleza; la obra de caridad se convirtió en un impuesto. Pero para establecer un impuesto la Iglesia necesitaba del concurso del Estado; halló en Carlomagno un príncipe dispuesto a prestarle su apoyo. Sin embargo, las poblaciones se resistieron; para vencer su oposición, fue preciso asustar a los espíritus por el efecto visible de la cólera de Dios. El clero no retrocedió ante este piadoso fraude (como tampoco hoy algunos “pastores evangélicos”); el concilio de Francfort dijo que se habían encontrado espigas de trigo devoradas por los demonios, y que se les había oído a estos censurar a los fieles por no haber pagado el diezmo. (Véase cuán antigua es la argumentación estúpida: ¡utilizan a los demonios como inspectores de la D.G.I.!) A pesar de todos estos esfuerzos, el diezmo siguió siendo el más impopular de los impuestos; aún en el siglo X, los labriegos dejaban sus campos sin cultivar para eximirse de su pago. Ha sido preciso que los pueblos estuviesen bien convencidos del derecho divino del clero para sufrir la pesada carga que les imponía. La Iglesia no dejó en ninguna ocasión de inculcar esta creencia: en todos los cánones, dice Thomassin, los diezmos están fundados en la Escritura. Es inútil acumular pruebas; el carácter divino de esta odiosa contribución se revela en todas las disposiciones que a ella se refieren. Los concilios declaran incesantemente que los diezmos se deben para la salvación de las almas; ¿la salvación eterna está interesada en una contribución ordinaria? Aquel que se niega a pagar el diezmo, lesiona el derecho de Dios, dice el concilio de Marsella; ¿sucede lo mismo con el que no paga sus recibos? Los fieles recalcitrantes pecan mortalmente, dice el mismo concilio; he aquí el diezmo elevado al nivel de un artículo de fe; ¿sucede lo mismo con la contribución territorial? Para que no quede duda alguna sobre el carácter sagrado del diezmo, la Iglesia lanza de su seno y entrega a los demonios a aquel que se niega a pagarlo. Los que no pagan los derechos de registro o los eluden (nuestro IVA, p.ej.) ¿serán también condenados? En fin, la Iglesia obliga al porvenir de la misma manera que grava el presente. Las leyes ordinarias cambian, y aún las leyes fundamentales; el tiempo anula por medio de la prescripción los derechos más sagrados; ¿pero se puede prescribir contra Dios? Por la misma razón no puede oponerse a la Iglesia la falta de costumbre, porque los diezmos son de derecho divino, dice Santo Tomás: ¿quién se atreverá a abrogar lo que Dios ha establecido? He aquí, pues, a la humanidad ligada por toda una eternidad lo mismo por una ley de impuesto que por el dogma.
Los diezmos son la señal de la soberanía de la Iglesia, del mismo modo que el impuesto es la señal del poder soberano del Estado. “Aunque los diezmos pertenezcan por derecho divino a los clérigos, dicen los concilios, vemos con dolor que la avaricia lleva a los laicos a quitar a la Iglesia un derecho que Dios se ha reservado en señal de su soberanía; diríase que quieren renunciar a la fe que han profesado en el bautismo”. Se ha necesitado la resurrección de las naciones soberanas para volver a someter al clero al derecho común. La abolición de los diezmos fue uno de los grandes beneficios de la revolución.” (No tenía como imaginar el autor que ya se encargaría de restaurarlo la muy cristiana y evangélica clerecía descendiente de la Reforma Protestante del Siglo XVI).
Hasta aquí las citas de la obra histórica de F. Laurent, y las que aporto respecto al cobro de los diezmos por la Iglesia Católica Romana durante un milenio (fines del siglo IX a fines del XVIII).
Ricardo.
 
Entonces Ricardo, sería interesante buscar las cítas pertinentes en las que se ve el uso abusivo de la exigencia del diezmo también dentro del catolicismo a lo largo de la historia.


Me llamó la atención la cita de Trento, en cuanto disponga de tiempo, me gustaría seguir esta investigación, que nos aclara muchas cosas. ;)
 
Hermana Maripaz y demás foristas:
El punto que propongo presenta dos ribetes distintos:
1 - Por un lado, cuando los católicos critican actualmente a los
evangélicos que cobran diezmos, generalmente ignoran que la
Iglesia Católica los cobró nada menos que durante mil años.
2 - Los evangélicos que defienden a porfía el actual pago de los
diezmos, de buena fe creen que es una práctica escritural, e
ignoran que no fue tomada de la Biblia sino de las iglesias que se
escindieron de la Católica, apropiándose del cobro de los diezmos
que era de exclusivo privilegio de aquella.
A todo esto, todavía católicos y evangélicos nada han respondido.
Ricardo.
 
Desde hace mucho tiempo que tengo dudas de si la entrega de los diezmos es la voluntad de Dios o no en la actualidad, pero lo sigo haciendo igual, por obediencia a mi Iglesia y Pastor (en mi iglesia los diezmos no se ocupan para mantener al Pastor, sino para la expansión de la obra de Dios). He leído los estudios de Ricardo y todas las opiniones --Maripaz, sin agredir, por favor--, pero aún no podría decir que los diezmos, como mandato, no tienen nada que ver con el nuevo pacto.
De todas maneras, si esto fuere un error, está muy arraigado en mi iglesia.

Buscaré la respuesta en la Palabra de Dios y orando.

Por ahora, los entrego con agrado y de corazón A DIOS, y no es que piense que con los diezmos "ya estoy listo" o "ya cumplí", porque de todos modos entrego ofrendas. El Señor ha sido tan bueno conmigo, que el diez por ciento de mi dinero es poco en gratitud.

Eso sí, de todo el tiempo que entrego mi diezmo, NUNCA me ha faltado nada, y aún más, siendo yo estudiante --estudio en Valparaíso y mi familia está en Santiago--, he tenido abundancia, aun cuando mi familia ha pasado por estrecheces. El Señor es muy generoso.
 
janomena


¿donde he "agredido" yo? :confused:


¿he dicho alguna mentira? ¿quizá he sido demasiado clara? bueno, la verdad, muchas veces, ofende........además, piense que Daniel y yo nos conocemos en persona y nos tenemos especial aprecio, como comprobará, no personalizo, sino que denuncio en forma generalizada, diciendo la verdad.


¿sabe? estamos en un foro de debate, no en un retiro de hermanitas de la caridad. :D
 
Veremos ahora lo que han comentado respecto al diezmo y su pago obligatorio, reconocidas autoridades del protestantismo anglosajón:
Comentario de Adam Clarke (1762-1832, discípulo de Juan Wesley) Monumental obra en 8 volúmenes y once mil páginas:
Gn.28:22
“Ciertamente sería bueno encontrar un substituto apropiado de los diezmos, y que el clero sea pagado por algún otro método. Tal como están ahora las cosas esto viene resultando muy inaceptable; el modo de cobrarlos es molesto en extremo, y sirve para sembrar disensiones entre el clérigo y sus parroquianos por lo que muchos no sólo se alejan de la Iglesia, sino también de la virtud y toda forma de piedad.
En la iglesia de Inglaterra, sus dignatarios se visten con la lana, y alimentan de la grosura; pero ellos no cuidan del rebaño, y sus colaboradores realizan la labor y hacen el trabajo pesado de la oficina, manteniéndolos hambreados con una remuneración inadecuada. Manténgase un culto nacional rentado, pero permítase que el sostén provenga de una fuente menos inadmisible que los diezmos; así como está todo bajo la vigente ley, no podría promoverse con tal sistema ninguna iniciativa de instrucción moral o piadosa.
Los actuales métodos de diezmos son opresivos e injustos; el clérigo tiene derecho por ley al diezmo del producto de la tierra, y con el diezmo de todo se sustenta. Él exige incluso el décimo huevo, así como la décima manzana; el décimo de todo grano, de todo el heno, e incluso de todo el producto del jardín de la cocina; pero él no contribuye en nada al cultivo de la tierra.
Un pobre aparcero de granja queda completamente fuera de su corazón, pues aunque se agote en sus labores, el rendimiento es muy pequeño, y el diezmo no puede ser gran cosa. Al gasto que él tiene, labrando y abonando esta tierra ingrata, para reembolsarse con lo invertido le requeriría tres años de producción. Cuando empieza a rendir bien, el clérigo toma el diezmo que ahora sí en cantidad y calidad vale más que una libra dónde antes no alcanzaba a un chelín. Pero la cosecha entera no reembolsará los gastos del granjero. En proporción al logro del granjero es mejor el diezmo del clérigo que nunca contribuyó con un chelín para ayudar con algo extra.
Aquí entonces no sólo la tierra paga los diezmos, sino también cuanto el hombre invirtió en ella; también se diezma su habilidad e industria, o si se ha visto obligado a pedir prestado dinero en efectivo, él tiene no sólo que pagar los diezmos del dinero del préstamo, sino también el 5% de interés del propio dinero. Todo esto es opresivo y cruelmente injusto. Yo digo de nuevo, haya una religión nacional, y un clero nacional rentado por el estado; pero permítase que sea solventado por un impuesto, no por los diezmos, o más bien, obténgase de las contribuciones generales; o, si el sistema del diezmo debe continuarse, exímase de su pago a los trabajadores pobres, y el clero -diezmos aparte-, apoye a los pobres en sus respectivas parroquias, como era la costumbre original.”


W. B. Godbey
Comentario al Nuevo Testamento
Hebreos 7

“La declaración histórica en este párrafo refuerza lógicamente la superioridad de Melchisedec, es decir de Cristo, sobre el sacerdocio aarónico, autenticado por el hecho que el último pagó los diezmos al anterior.
¿Es la ley del diezmo obligatoria en la Iglesia de Dios al día presente? El mismo hecho que nosotros no estamos viviendo bajo la ley, sino bajo la gracia, da por impertinente el esfuerzo por legalizar el diezmo: Jesús dijo que él no vino a abrogar la ley sino a cumplirla. Por lo tanto, la Iglesia Evangélica nunca puede caer bajo la dispensación de la ley. Consiguientemente, nosotros debemos dar al Señor no menos de una décima parte, de acuerdo a la gloriosa libertad espiritual de santificación íntegra, que nos demanda no solamente todo lo nuestro, sino a nosotros mismos también. El estado presente de esclavitud legal prevaleciente en la Iglesia, es deplorable en extremo; no sólo en el Romanismo, sino que las iglesias protestantes lamentablemente han retrocedido a la esclavitud legal de la dispensación mosaica, estorbando tremendamente con las instituciones humanas de sus propia invención, poniendo yugos en los cuellos de sus miembros, que son demasiado fuertes de llevarlos, trabajando así difícilmente por lo que no es pan, y nunca puede satisfacer al alma hambrienta.
Entretanto ellos no tienen tiempo para servir a Dios, sino que realmente la gente queda fuera de su corazón. Así es popular en las iglesias de todos los países, papales y protestantes, que giman bajo el yugo de esclavitud legal, trabajando todavía en la dispensación mosaica tres mil años después. Nada más que el evangelio glorioso de la entera santificación puede emancipar la Iglesia de una vida en la dura esclavitud de la ley mosaica. El movimiento de santidad al día presente está agitando al mundo con velocidad de terremoto, sacudiendo por todas partes las trabas y quebrando las cadenas de esclavitud legal que ha ligado a la Iglesia del evangelio desde la apostasía de Constantino, a pesar de todos los esfuerzos del catolicismo, clericalismo y sacerdotalismo, por mantener a todos los miembros asegurados en esta esclavitud legal. Egipto es la tierra del pecado; el desierto, la tierra de la ley; Canaán, la tierra de la gracia; y el cielo, la tierra de la gloria.

Otros extractos de citas históricas respecto al diezmo:

Compendio de Historia y Doctrina Menonitas:
Pg. 30:
“Luego de esta profundización de su experiencia cristiana Zwinglio
prosiguió con sus tareas reformistas. Por 1520 estaba predicando en
contra de los diezmos, el ayuno, el monasticismo, la intercesión de los santos y la creencia en el purgatorio. Los monjes le acusaron de ser un seguidor de Lutero, cosa que él negó, defendiendo, sin embargo, los escritos del reformador alemán.
Pg.33:
(Respecto a Conrado Grebel, de los Hermanos Suizos)
“Como leal seguidor de Zuinglio, Grebel asumió una firme posición en contra de la usura. Se hallaba también en completo acuerdo con el reformador en su condena de los diezmos que obligatoriamente eran exigidos de los creyentes”.

Bueno, dejo por acá las citas de fuentes protestantes.
Ricardo.
 
para aquellos católicos

para aquellos católicos

Hay católicos romanos que enuncian que ellos no pagan diezmos. Pues para muestra basta un botón, y estas son las legislaciones que estan regulando el tema en la Argentina

DIRECCIÓN GENERAL DE CULTO CATÓLICO

NORMATIVA VIGENTE

1) Acuerdos con la Santa Sede
Suscripto: 10/10/66. Ratificado por Ley 17.032 (23/11/66) Acuerdo entre la República Argentina y la Santa Sede
Suscripto: 28/06/57. Ratificado por Decreto Ley 7.623/57 (05/07/57). Modificado mediante Intercambio de Notas en el año 1992 Acuerdo con la Santa Sede sobre Jurisdicción Castrense y Asistencia Religiosa en las Fuerzas Armadas


2) Sostenimiento de Culto
Ley 21.540 (25/11/77) Asignación a Arzobispos, Obispos y Auxiliares eméritos
Ley 21.950 (07/03/79) Asignación a Arzobispos, Obispo y Auxiliares
Ley 22.162 (18/02/80) Asignación a Párrocos de Frontera
Decreto 1.928/80 (18/09/80) Otorgamiento de la Asignación a Párrocos de Frontera
Ley 22.430 (16/03/81) Asignación Mensual Vitalicia a Sacerdotes Seculares no Amparados por Regímenes Previsionales
Ley 22.552 (18/03/82) Inclusión de Vicarios Capitulares y Administradores Apostólicos en la Ley 21.950
Ley 22.950 (14/10/83) Sostenimiento para la Formación del Clero de Nacionalidad Argentina
Decreto 1.991/80 (06/10/80) Otorgamiento de Pasajes a Representantes del Culto Católico
3) Obispado Castrense
Decreto 1.526/92 (24/08/92) Reconocimiento del Obispado Castrense de la República Argentina
(extraido de http://www.cancilleria.gov.ar/ministerio/sculto/info/web.htm)

Legislaciones similares se podrán ver en otros países 'católicos'. Y esos 'diezmos' no los pagan solamente los religiosos, sino todo el pueblo, pertenezca o no a tal culto.
 
Apreciado emaidana:
Aunque tu informe es interesante por demás, gravita fuera de la órbita de este epígrafe. Fíjate que para nada aparece allí la palabra "diezmo". Seguramente que ese aporte estaría bien ubicado en el epígrafe de Maripaz sobre el sueldo o sostén de los pastores. Pero
no debemos caer en la vulgaridad de tomar como términos sinónimos
"diezmos", "ofrendas", "sostén pastoral", etc. pues son cosas
distintas. No conozco ninguna legislación vigente que obligue al
pago compulsivo de los diezmos. Eso se vio durante mil años en la iglesia católica, y actualmente en muchas evangélicas que de aquella
y de la Anglicana los tomaron.
Ricardo.
 
Re: para aquellos católicos

Re: para aquellos católicos

Estimado e-maidana,


Deberá perdonarnos a nosotros los argentinos que hemos incluído en nuestra constitución nacional al catolicismo como culto oficial de nuestra Nación.

Y hasta ahora no he visto manifestaciones populares (léase cacerolazos) para cambiar esa regulación de nuestra Ley de Leyes.


Dios lo bendiga.
 
Dado que católicos y anglicanos no se han presentado a desmentir el abusivo cobro de sus diezmos que la historia secular registra –no solamente la historia eclesiástica-, seguiremos nuestro camino ahora tomando de referencia la práctica seguida entre evangélicos.

De la literatura bautista:
Las numerosas obras sobre Mayordomía proveen generalmente una visión
equilibrada del tema, mientras otras son de fuerte tendencia legalista:
la del Dr. Frank W. Patterson MANUAL DE FINANZAS PARA IGLESIAS, c.4 El Diezmo Aprobado y Probado, p.45,Bendiciones Espirituales, consigna un testimonio personal:
“En la iglesia del autor, cuando éste era pastor, el primer año con 15
diezmeros en la iglesia, se bautizaron 22; el segundo, con 65 diezmeros se bautizaron 46, y el tercer año con 150 diezmeros se bautizaron 78”.
No hay que ser un escolar demasiado precoz para darse cuenta que con
una pasmosa ingenuidad por poco logra demostrar lo contrario de lo que
pretende. Efectivamente, si bien es cierto que a más diezmeros hubo más bautizados, los hubo en cantidad pero se redujeron en porcentaje. Veamos: con 15 diezmeros tuvieron 22 bautizados o sea: 150%
con 65 “ “ 46 “ “ “: 71%
con 150 “ “ 78 “ “ “: 52%
El mayor éxito se obtuvo al primer año, reduciéndose a menos de la mitad en el segundo, y a casi una tercera parte entre el primero y el
último.
De todos modos, si un criollo indocto examinara esta estadística, su
conclusión podría ser: -¿Así que a más diezmeros más bautizados? Entonces, ¿es que recibían algún dinero por bautizarse?
Pero fuese cual fuese la realidad que los números canten, es un argumento muy pobre (estuve por usar la palabra: “ruin”), significar que “a mayor cantidad de diezmeros fieles más bautizados”, suponiendo que se trate de “bautizados” previamente convertidos. En realidad, conforme al tenor de todo el Nuevo Testamento, la cosa es al revés: un despertar de la iglesia, dispone el corazón de sus miembros tanto a intensificar su actividad evangelística, como la generosidad de sus ofrendas que la promueve. La unidad y el amor entre los discípulos podrá convencer al mundo que Cristo es el enviado del Padre (Jn.17:20:23), así como la santidad y piedad personal dotará de eficacia al testimonio del evangelio; pero el Espíritu no anhela celosamente nuestros diezmos y ofrendas sino a nosotros mismos (Stg. 4:5). Si Pablo podía decir: “Ni plata ni oro ni vestido de nadie he codiciado” (Hch.20:33) el Dios de quien es la plata y el oro, el mundo y los que en el habitan ¡pues mucho menos! Bien harían los clérigos en no porfiar cubriendo su codicia con hojas de la Biblia, cuando su luz transparente deja expuesta tal vergüenza.
En la misma obra anterior (p.55) su autor responde a la pregunta:
¿Cuál es la mejor actitud para conseguir el diezmo?:
“No se debe exigir en Espíritu bélico que traigan el diezmo, pero se debe exponer la doctrina bíblica de la mayordomía, como las demás doctrinas en el espíritu de convicción y de amor. Recordemos que el diezmo como mínimo es un principio tan fijo como el bautismo. No decimos: “El bautismo no es ley, por lo tanto no voy a bautizarme”, sino nos sometemos a la ordenanza porque sabemos que es bíblica. Seguimos predicando el bautismo por la inmersión como un deber cristiano, porque es la verdad. Así debemos hacer con la doctrina del diezmo.”
Tras leer este párrafo queda la impresión de que nunca fue leído por un teólogo, historiador, erudito, pastor, maestro o miembro bautista; de lo contrario hubiese sido corregido en alguna de sus cuantas ediciones.
Lo que dice nada tiene que ver con la mejor tradición bautista.
A la muy correcta primer cláusula, siguen otras cuatro, a cual peor.
El escritor parte de una premisa correcta inicial (se debe exponer la doctrina bíblica de la mayordomía), tropezando hasta la conclusión final (Así debemos hacer con la doctrina del diezmo). ¿Quién le dijo a él que exista “la doctrina del diezmo”? Que en la introducción de una buena enseñanza de la mayordomía se incluya el tema del diezmo es a todas luces aconsejable, pero eso no convierte al diezmo en doctrina (excepto “en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres”) Col.2:22. Pero deja por el camino errores no menos graves : ¡equiparar al diezmo con un principio tan fijo como el bautismo! Tal declaración dejaría perplejos a los mejores bautistas y anabaptistas de los que hayamos leído. Pero no se detiene allí, sino que vuelve a igualar al bautismo con el diezmo, deduciendo que si el primero es predicado como un deber cristiano, así con el diezmo, sobre la única base de que también nos sometemos al bautismo aunque no sea ley. Entonces llega al colmo del absurdo, pues de la correcta confesión de la bíblica ordenanza del bautismo, concede similar carácter al diezmo infiriéndolo de nuestro sometimiento a lo que sabemos bíblico, asemejándolo al bautismo como un deber cristiano. En toda la literatura bautista que conozco jamás hallé más que las dos ordenanzas del bautismo y la Cena del Señor. Que la generalizada práctica de reciente imposición haya conferido al diezmo cualidad de “ordenanza”, es posible; pero es algo que ningún bautista en sus cabales se atreverá a confesar.
En otra pregunta anterior (p.54): “¿Debo contribuir con el diezmo mientras tenga deudas?”, responde:
Los cristianos deben pagar sus deudas, porque son honorables, y los
honorables cumplen sus deberes, pero tenemos que recordar que adeudamos al Señor también. No sería justo tomar lo que debemos al
Señor para pagar lo que debemos a otra persona. Nuestra deuda personal
no es la deuda del Señor. “Dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios” (Marcos 12:17).
¡Algo así hubiera provocado un infarto a un bautista como Spurgeon!
En la página 56, citando al doctor J. B. Gambrell dice que:
“las ovejas son de Jehová, y si los pastores esquilaran a las ovejas más frecuentemente las ovejas gozarían de mejor salud”.
¿Más tijera todavía? ¡Pero si las están desollando! Qué bueno sería oír del doctor un sermón sobre Ezequiel 34.
Muy distinto al enfoque legalista anterior es la obra de Cecil A. Ray: La Vida Responsable. Por ejemplo, en el c.9: El Cristiano y el Diezmo, concluyendo de historiar su práctica, nos brinda un informe revelador por lo desconocido del mismo:

Los bautistas y el diezmo.- El diezmo exigido por la ley de Roma e Inglaterra, y sus abusos, indudablemente influyeron en los movimientos
cristianos primitivos de iglesias libres o no estatales como las de los Estados Unidos, particularmente entre los bautistas. La historia sobre el énfasis de los Bautistas del Sur acerca del diezmo es relativamente breve.
El movimiento diezmador entre ellos comenzó a principios de este siglo.
En 1909 el Movimiento de los Laicos estableció como uno de sus objetivos: “instar a los laicos en todo lugar a adoptar el diezmo como el modelo mínimo para ofrendar”.
En la década de 1920 las iglesias fueron animadas por la votación de la Convención a promover los “grupos de diezmeros”.
Durante la década de 1930 la nota de énfasis sobre el diezmo fue establecida sobre: “Confía en mí, pruébame, compruébame”, como idea
fundamental, basada en Malaquías 3.
En 1948 la Convención Bautista del Sur aprobó el lema: “Cada bautista
un diezmero”, y en 1965 se aprobó un desafío de dos años sobre el tema: “Diezma Desde Ahora”. La campaña de “Diezma Desde Ahora” fue
aprobada junto con la meta de buscar dos millones de nuevos diezmeros.
(Hasta aquí la crónica de Cecil A. Ray).

Adviértase que todo este movimiento se origina y desarrolla en los Estados Unidos durante el recién transcurrido siglo XX. No surge como
una nueva revelación de los estudios bíblicos, sino originalmente como una loable intención del mismo cuerpo eclesial de los creyentes, en que el diezmo es un punto de referencia sobre el cual construirían su modelo de un ofrendar progresivo. No nos es posible asegurar tampoco que dicho “Movimiento de Laicos” no recibiera alguna orientación oficial en tal sentido. El mismo sistema tributario de los EE.UU. en que después de cierto tope las contribuciones a las iglesias, como a fundaciones e instituciones filantrópicas o de beneficencia, es deducible de la liquidación anual que debe efectuar cada ciudadano, favorecía también la implantación de este sistema. En forma similar a como la “Ley Seca” (1920/1932) llevó a que el jugo de uva suplantara al vino en la Cena del Señor, y la costumbre extendida por las misiones a todo el mundo llevó luego a elaborar un fundamento bíblico que legitimara la nueva práctica, así también paulatinamente, el auge y difusión del sistema de diezmos necesitó explicar su trasfondo bíblico, y de allí apenas bastó un salto más para imponerlo como una obligación vigente en la iglesia de Cristo. Los actuales efectos del globalismo nos ayudan a comprender esta realidad. O sea, como una repetición cíclica, nos hallamos ante la misma película que ya vimos en el comienzo de esta historia: La comparación que hacen algunos Padres de la Iglesia (Ireneo, Cipriano) contrastando el antiguo diezmo de los judíos con la liberalidad de los cristianos que lo daban todo para el uso del Señor, da pie y abre los ojos de Jerónimo y Agustín en una época en que ya había declinado el fervor neotestamentario en las ofrendas liberales, y así de a poco comienzan a apretar a los fieles, convenciéndoles primero, comprometiéndoles luego, y conminándoles finalmente.
¡Gracias a Dios que por el conocimiento de la verdad histórica hallemos explicación a los errores presentes!
Es comprensible también que la feligresía cristiana evangélica ignore esta realidad, y que los pocos que la conocen de entre sus dirigentes no tengan mayor interés en divulgarla.
Esta situación anómala explica la natural reacción de unos y otros contra lo que parece una intifada anticlerical.
Unos y otros todavía no alcanzan a darse cuenta (pero ya se darán, si Dios quiere), que el sistema actual de diezmos compulsivos en las iglesias cristianas evangélicas, no solamente malogra las congregaciones, sino que también hambrea a la gran mayoría de los pastores evangélicos criollos.
Otra selección de la obra de Cecil A. Ray puede verse en el capítulo 6.
Bibliografía consultada:
Cecil A. Ray – La Vida Responsable
Frank W. Patterson – Manual de Finanzas para Iglesias
N. Aldo Broda – El Desafío de la Mayordomía y las Misiones
N. Aldo Broda – Alberto Pizzicatti – Mayordomía Integral de la Vida.
João Falcão Sobrinho – Teología de la Mayordomía Cristiana
Maxie de Kirk - ¡Tome cuenta!
Comisión de Mayordomía Total – Mayordomía para la Iglesia Local.
Todos editados por la Casa Bautista de Publicaciones.
 
el porque

el porque

Originalmente enviado por: Ricardo
Apreciado emaidana:
Aunque tu informe es interesante por demás, gravita fuera de la órbita de este epígrafe. Fíjate que para nada aparece allí la palabra "diezmo". Seguramente que ese aporte estaría bien ubicado en el epígrafe de Maripaz sobre el sueldo o sostén de los pastores. Pero
no debemos caer en la vulgaridad de tomar como términos sinónimos
"diezmos", "ofrendas", "sostén pastoral", etc. pues son cosas
distintas. No conozco ninguna legislación vigente que obligue al
pago compulsivo de los diezmos. Eso se vio durante mil años en la iglesia católica, y actualmente en muchas evangélicas que de aquella
y de la Anglicana los tomaron.
Ricardo.

Gracias Ricardo, pero mi aporte iba en respuesta a la presunción de Daniel Brion:
"Si uno mira la realidad los que diezman NO SON LOS CATOLICOS sino los evangélicos, mas propiamente dicho, algunos.
"


Lo que quiero responder a este señor es que si los Católicos Apostólicos Romanos no diezman, es por que a lo largo de la historia encontraron la manera de colocar tal pago en la legislación de cada país que tiene relación con la Santa Sede. Con esto, no sólo evitan la incobrabilidad de los diezmos, sino que se aseguran el aporte incondicional de toda una nación - cualquiera sea la religión de sus habitantes.
 
Apreciado hermano emaidana.
Entendida tu intención. Es bueno que los católicos no presuman de nada tener que ver con los diezmos, cuando por todo un milenio sus clérigos fueron más celosos que inspectores de la D.G.I.
Pero por otra parte la vergüenza la pasamos hoy los evangélicos cuando tenemos que entrar a explicar a la gente menos informada, que el actual cobro compulsivo en algunas iglesias y denominaciones no es escritural.
Ricardo.