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jueves 24 de abril de 2003
Diez de cada cien católicos brasileños dejaron la Iglesia entre 1991 y 2001
Omar Lugo - Río de Janeiro.-
La Iglesia católica, que se precia de tener el mayor número de fieles en Brasil, está perdiendo terreno rápidamente en este país donde otros credos están cambiando el mapa religioso, según un estudio publicado por el semanario «Istoé». En 1991, el 83 por ciento de los brasileños se definía como católicos. Para el 2001 la cifra había caído a 73,9 por ciento, y sigue en picado en más de un punto porcentual por año. Las cifras son recogidas en el nuevo «Atlas de filiación religiosa e indicadores sociales de Brasil», que será discutido por la Confederación Nacional de Obispos católicos el 1 de mayo próximo, informó Istoé.
El trabajo asocia por primera vez la cartografía y la religión para arrojar luz sobre el proceso que está llevando a Brasil a convertirse en un país de pluralidad religiosa, a pesar del todavía dominio numérico de los católicos. La mayor parte de los fieles se ha ido a la Iglesia evangélica, incluyendo la pentecostal que reúne a 10,6 por ciento de los brasileños.
Un descenso acelerado
El porcentaje de los «sin religión» subió desde 4,7 por ciento a 7,4 por ciento en el mismo período en que la Iglesia católica perdió a uno de cada 10 de sus feligreses. «La Iglesia católica sabía que perdería fieles en este proceso, pero no contaba con una disminución tan acelerada» comentó el investigador César Romero Jacob, uno de los autores del estudio.
El porcentaje de fieles que ha desertado en la última década de la muestra es un poco mayor al porcentaje perdido en 90 años entre 1890 y 1980, observó Jacob, de la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro. La desbandada es mayor en zonas de fronteras agrícolas y en periferias de grandes centros urbanos, y varía según las regiones del país, de tal modo que en el centro oeste la Iglesia de Roma ha perdido más del 16 por ciento de sus fieles.
El auge de la iglesia protestante, se basa en su dominio de redes de radio y televisión seguidas por los más pobres. Efe