“Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en quien no hay mudanza ni sombra de variación.” –
Santiago 1:17
Dios No Cambia, y Sus Regalos Tampoco 
En un mundo donde todo fluctúa —las emociones, las circunstancias, las finanzas, la salud— hay una verdad que permanece inquebrantable:
¡Dios no cambia! Él sigue siendo el mismo Padre amoroso, poderoso y generoso que siempre ha sido.
“Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos.” –
Hebreos 13:8
“Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos.” –
Malaquías 3:6
ANECDOTA REAL: EL REGALO EN MEDIO DE LA NECESIDAD 
Una hermana de iglesia compartió que, estando desempleada y con deudas acumuladas, decidió
dar una pequeña ofrenda de lo poco que tenía. No era la cantidad, sino su corazón lo que movía su acto. Al siguiente día, una empresa la llamó para una entrevista que había olvidado por completo… y fue contratada el mismo día.
Ese trabajo no solo le proveyó,
sino que también le permitió ayudar a otros. Su testimonio nos recuerda que
Dios no se queda con nada y que
Él multiplica las fuerzas (y recursos) al que no tiene ningunas.
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“Dios multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.” –
Isaías 40:29
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“Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando...” –
Lucas 6:38
¿CUÁLES SON ESOS DONES QUE DIOS NOS DA?
El Espíritu Santo: Nos guía, nos consuela, nos da vida (Juan 14:26).
Vida nueva: Nacemos de nuevo, con una nueva perspectiva y propósito (2 Corintios 5:17).
Paz sobrenatural: Más allá de la lógica humana (Juan 14:27).
Fuerza diaria: Para hoy, no para mañana (Mateo 6:34).
Santificación: No es solo una mejora personal,
es Cristo en nosotros (Gálatas 2:20).
Generosidad como reflejo del amor: Como los macedonios...
“...dieron conforme a sus fuerzas, y aún más allá de sus fuerzas, pidiéndonos con muchos ruegos que les concediésemos el privilegio de participar en este servicio para los santos.” –
2 Corintios 8:3-4
REFLEXIÓN 
No pongas tu confianza en lo que cambia. Confía en Aquel que
no tiene sombra de variación.
Cuando ves tu vida llena de tribulación, recuerda: cada don perfecto, cada paso que das en fe, cada acto de amor, viene
de lo alto. No es suerte.
Es gracia.
Y como dice Pablo:
“Abundad también en esta gracia.” –
2 Corintios 8:7
TU LLAMADO HOY:

Reconoce que todo lo bueno que tienes viene de Dios.

Dale gracias por lo que has recibido, incluso en la escasez.

Y sobre todo: ¡comparte esa gracia con otros!
¿Te animó esta palabra? Compártela. Alguien más necesita saber que los regalos de Dios no fallan.