Después de eso, ¿por qué sigo siendo a menudo esclavo del pecado?

Maya Tulia

Miembro activo
7 Agosto 2025
79
15
¿Has notado que,
aunque ya hemos confesado y nos hemos arrepentido,
nuestro corazón a menudo sigue atado al pecado, débil y fallando, sin verdadera libertad?
El Señor Jesús dijo: "Todo el que comete pecado es esclavo del pecado" (Juan 8:34 LBLA®).
La Biblia también nos recuerda: "Sed santos, porque Yo soy santo " (1 Pedro 1:16 LBLA®).
Sentimos que el perdón es solo el comienzo,
y que librarnos del dominio del pecado y eliminar la naturaleza pecaminosa interior es el camino hacia la santidad.
Entonces, ¿cómo podemos caminar por este camino de purificación y libertad?
 
¿Has notado que,
aunque ya hemos confesado y nos hemos arrepentido,
nuestro corazón a menudo sigue atado al pecado, débil y fallando, sin verdadera libertad?
El Señor Jesús dijo: "Todo el que comete pecado es esclavo del pecado" (Juan 8:34 LBLA®).
La Biblia también nos recuerda: "Sed santos, porque Yo soy santo " (1 Pedro 1:16 LBLA®).
Sentimos que el perdón es solo el comienzo,
y que librarnos del dominio del pecado y eliminar la naturaleza pecaminosa interior es el camino hacia la santidad.
Entonces, ¿cómo podemos caminar por este camino de purificación y libertad?
Todo creyente, en algún momento, se ha lamentado de su incapacidad para dejar de pecar. Aunque solemos pensar que el problema se debe a nuestra debilidad, la incapacidad para dejar de pecar suele indicar una comprensión deficiente de la fuerza de Dios. Cuando no comprendemos su poder para salvarnos, perdonarnos y limpiarnos de toda maldad (1 Juan 1:9), podemos caer en un ciclo destructivo de pecado, culpa y temor, lo que nos lleva a una falta de gozo en nuestra salvación, lo que a su vez nos lleva a pecar más.

En el Salmo 51:12, David suplica a Dios: «Devuélveme el gozo de tu salvación y concédeme un espíritu generoso que me sustente». Escribió esto después de haber caído en los graves pecados de adulterio y asesinato. Es interesante notar que le pide a Dios que le devuelva el gozo de su salvación. El gozo es clave para nuestra victoria sobre el pecado. También es importante que entendamos que Dios nos sostiene «con un espíritu generoso». Dios se regocija al salvarnos, y nosotros nos regocijamos al ser salvos.

Dios nos ha salvado voluntariamente, para mostrar su gracia, amor y fuerza. Nuestra salvación no depende de cuánto o cuán poco pecamos, cuánto o cuán poco evangelizamos, nos arrepentimos o hacemos buenas obras, cuán amorosos o desamorosos seamos, ni de ninguna otra cosa en nosotros. Nuestra salvación es enteramente producto de la gracia, el amor y el propósito de Dios (Efesios 2:8-9). Es importante entender esto, porque (irónicamente) creer que somos responsables de cumplir la ley nos lleva inevitablemente a la incapacidad de dejar de pecar.

Pablo lo explica en Romanos 7:7-10. Cuando entendemos una ley, como “no codiciar”, nuestra naturaleza pecaminosa inevitablemente se rebela contra ella y codiciamos. Esta es la difícil situación del hombre; simplemente es nuestra forma de ser. La ley agrava nuestra naturaleza pecaminosa. John Bunyan ilustra esta verdad en El Progreso del Peregrino. En la Casa del Intérprete, Cristiano ve una habitación llena de polvo que nunca había sido barrida. Primero, un hombre con una escoba intenta limpiar el suelo, pero el único efecto de la escoba es levantar nubes de polvo asfixiantes. Cuanto más barre, más polvo levanta; esto es una imagen de la ley, dice Bunyan, que no puede limpiar un corazón pecador, sino que solo aviva el pecado. Sin embargo, Cristiano observa cómo se aparta la escoba y una joven rocía toda la habitación con agua. Después de eso, la habitación se limpia rápidamente; Esta es una imagen del evangelio de la gracia y su capacidad para purificar el corazón. La gracia de Dios puede hacer lo que la ley jamás pudo: limpiarnos del pecado.

Así que, la manera de dejar de pecar no es añadir más reglas. Dios lo sabía. De hecho, nos dio la ley para que fuéramos conscientes de nuestro pecado y nos volviéramos a Él (Romanos 3:19-20; Gálatas 3:23-26). La ley es buena. Es un reflejo de la naturaleza de Dios y su perfección. Pero no nos fue dada para nuestra salvación. Cristo cumple la ley por nosotros (Mateo 5:17).

La única manera de romper el ciclo y dejar de pecar es aceptar que no podemos dejar de pecar. Puede parecer contradictorio, pero si una persona no deja de intentar salvarse, nunca descansará en la certeza de que Dios la ha salvado. El gozo de la salvación proviene de aceptar que la gracia de Dios nos cubre, que Él nos transformará y nos conformará a la imagen de Cristo, y que es obra suya, no nuestra (Romanos 8:29; Filipenses 1:6; Filipenses 2:13; Hebreos 13:20-21). Una vez que comprendemos plenamente esta realidad, el pecado pierde su poder. Ya no sentimos el impulso de recurrir al pecado como un alivio temporal de la ansiedad, porque Cristo ha aliviado la ansiedad y la presión de una vez por todas (Hebreos 10:10, 14). Entonces, las buenas obras que realizamos con fe se hacen por amor y gozo, no por miedo o deber. El aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la ley. Pero gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. Por lo tanto, mis amados hermanos, manténganse firmes e inquebrantables, abundando siempre en la obra del Señor, sabiendo que su trabajo en el Señor no es en vano. (1 Corintios 15:56-58, NVI)

Saludos
 
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¿Has notado que,
aunque ya hemos confesado y nos hemos arrepentido,
nuestro corazón a menudo sigue atado al pecado, débil y fallando, sin verdadera libertad?
El Señor Jesús dijo: "Todo el que comete pecado es esclavo del pecado" (Juan 8:34 LBLA®).
La Biblia también nos recuerda: "Sed santos, porque Yo soy santo " (1 Pedro 1:16 LBLA®).
Sentimos que el perdón es solo el comienzo,
y que librarnos del dominio del pecado y eliminar la naturaleza pecaminosa interior es el camino hacia la santidad.
Entonces, ¿cómo podemos caminar por este camino de purificación y libertad?
Buen tema, lastima que no haya participación.

Hay varios puntos a considerar:

1- Nuestro cuerpo mortal aún está bajo el pecado original adamico; El apóstol Pablo decía "Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí" (Rom. 7:19-20)

2- El que seamos pecadores concientes de que no debemos pecar, es una paradoja necesaria que nos enseña a encontrar el camino hacia la restauración espiritual, es decir, cuando tenemos plena conciencia del pecado pero a la vez también tenemos la convicción de que debemos luchar contra esa mala acción.

3- Ningún ser humano puede dejar de pecar, sino es mediante la acción del Espíritu Santo de Dios; Sólo mediante el poder divino puede haber una transformación en cada creyente, en un proceso constante de renovación espiritual en una perfecta comunión "verdadera" con el Padre.

4- Él que seamos concientes de que somos pecadores y que luchamos en contra de ese poder, en cierta manera también nos hace comprender que somos débiles y que necesitamos el auxilio divino para poder alcanzar y mantener nuestra salvación.

5- Hay que tener mucho cuidado para comprender como debemos manejar el pecado cuando somos creyentes, pues en ciertas religiones en vez de ayudar a qué los creyentes abandonen el pecado, más bien los estimulan más al pecado, ya que malinterpretan el hecho de que "somos pecadores" y cuando los creyentes pecan les dicen: "está bien no te preocupes, Dios te ama y sabe que somos pecadores" y de esta manera se lo toman a la ligera y se complacen en sus pecados, pensando que así serán perdonados.

Bendiciones
 
¿Has notado que,
aunque ya hemos confesado y nos hemos arrepentido,
nuestro corazón a menudo sigue atado al pecado, débil y fallando, sin verdadera libertad?
El Señor Jesús dijo: "Todo el que comete pecado es esclavo del pecado" (Juan 8:34 LBLA®).
La Biblia también nos recuerda: "Sed santos, porque Yo soy santo " (1 Pedro 1:16 LBLA®).
Sentimos que el perdón es solo el comienzo,
y que librarnos del dominio del pecado y eliminar la naturaleza pecaminosa interior es el camino hacia la santidad.
Entonces, ¿cómo podemos caminar por este camino de purificación y libertad?
Buen tema, lastima que no haya participación.

En mi opinión este tema es el eje principal que todo creyente cristiano debe comprender a plenitud, ya que Cristo precisamente vino a morir y a resucitar en razón del pecado que afecta a la humanidad.

Hay varios puntos a considerar:

1- Nuestro cuerpo mortal aún está bajo el pecado original adamico; El apóstol Pablo decía "Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí" (Rom. 7:19-20)

2- El que seamos pecadores concientes de que no debemos pecar, es una paradoja necesaria que nos enseña a encontrar el camino hacia la restauración espiritual, es decir, cuando tenemos plena conciencia del pecado pero a la vez también tenemos la convicción de que debemos luchar contra esa mala acción.

3- Ningún ser humano puede dejar de pecar, sino es mediante la acción del Espíritu Santo de Dios; Sólo el poder divino puede transformar a cada persona creyente, mediante un proceso constante de renovación espiritual en una perfecta comunión "verdadera" con el Padre.

4- Él que seamos concientes de que somos pecadores y que luchamos en contra de ese poder, en cierta manera también nos hace comprender que somos débiles y que necesitamos el auxilio divino para poder alcanzar y mantener nuestra salvación, en un ejercicio constante de crecimiento en la fe.

5- Hay que tener mucho cuidado para comprender como debemos manejar el pecado cuando somos creyentes, pues en ciertas religiones en vez de ayudar a los creyentes para que abandonen el pecado, más bien los estimulan más al pecado, ya que malinterpretan el hecho de que "somos pecadores" y cuando los creyentes pecan les dicen: "está bien no te preocupes, Dios te ama y sabe que somos pecadores" y de esta manera se lo toman a la ligera y se complacen en sus pecados, pensando que así serán perdonados, manteniéndose por años en un círculo vicioso de pecados constantes.

Bendiciones
 
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¿Has notado que,
aunque ya hemos confesado y nos hemos arrepentido,
nuestro corazón a menudo sigue atado al pecado, débil y fallando, sin verdadera libertad?
El Señor Jesús dijo: "Todo el que comete pecado es esclavo del pecado" (Juan 8:34 LBLA®).
La Biblia también nos recuerda: "Sed santos, porque Yo soy santo " (1 Pedro 1:16 LBLA®).
Sentimos que el perdón es solo el comienzo,
y que librarnos del dominio del pecado y eliminar la naturaleza pecaminosa interior es el camino hacia la santidad.
Entonces, ¿cómo podemos caminar por este camino de purificación y libertad?
Creo que YA se cual es tu problema especifico.... NO eres consistente.

Si creas un tema y luego desapareces, si esa misma es tu consistencia, puedo entender por que te sientes tan débil.

Tienes nombre de Mujer...NO se si eres mujer, las mujeres son muy distintas a los hombres por configuración, vienen YA mas selectivas, no se sienten tan atraídas por la fornicación como el pobre hombre que ve una linea curva y YA se emociona. Seria interesante analizar, soy experto en temas de mujeres.
 

-"Después de eso, ¿por qué sigo siendo a menudo esclavo del pecado?"-​


¿DESPUÉS DE ESO?

Tenga cuidado con el vocabulario que usa cuando se refiera a Cristo como el Autor de nuestra Salvación.
El tema que usted plantea es una batalla diaria entre la carne y el espíritu.

Y nadie está libre de esa lucha, algunos ocupados en su trabajo, no tienen tiempo para esas cosas, otros con su celular pegado a tiktok son más vulnerables por el contenido que esta aplicación ofrece.

Vivimos en una constante tensión espiritual. Aunque hemos sido redimidos por Cristo, aún sentimos el peso de la carne que batalla contra nuestra alma. Esta lucha no es nueva: Salomón, Pablo y Pedro la reconocieron en sus escritos.

Y ellos no tenía a su alcance, a un solo click, la vista de mujeres desnudas de distintas razas, y en el caso de Sara, la mujer de Abraham, ella no estaba ocupada en pensar en otros hombres.

¿Qué cómo lo sé?

Hay varias razones bíblicas para reconocer su fidelidad a Abraham:

1. El Espíritu Santo por medio de apóstol Pedro las encasilla como "santas mujeres" (1P.3:5) entre ellas Sara como vemos en el versículo siguiente:

2. 1Pe 3:6 como Sara obedecía a Abraham, llamándole señor; de la cual vosotras habéis venido a ser hijas, si hacéis el bien, sin temer ninguna amenaza.

Y cuando observamos el escenario donde ocurre este suceso, notamos que Sara estaba escondida detrás de la puerta cuando los ángeles en forma humana, hablaban con su esposo Abraham.

Gén 18:10 Entonces dijo: De cierto volveré a ti; y según el tiempo de la vida, he aquí que Sara tu mujer tendrá un hijo. Y Sara escuchaba a la puerta de la tienda, que estaba detrás de él.

Esto significa que cuando Pedro la menciona "llamándole Señor" ella lo decía en su mente, aquí está el texto:

Gén 18:12 Se rió, pues, Sara entre sí, diciendo: ¿Después que he envejecido tendré deleite, siendo también mi señor ya viejo?

Se rió pero lo llamó "señor" dentro de sí misma, es decir, el respeto y sujeción a su esposo nunca fue hipocresía.

La batalla contra la carne está escrita como formando parte de la vida del creyente:

Salomón declara: “No hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque” (Ecl. 7:20).


Pablo confiesa: “Yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien” (Ro. 7:18).

Pedro nos exhorta: “Absteneos de los deseos carnales que batallan contra el alma” (1 P. 2:11).

Estos pasajes revelan que la concupiscencia no desaparece al recibir a Cristo, pero sí cambia nuestra posición: ya no somos esclavos del pecado, sino hijos redimidos que luchan con poder del Espíritu.

Reconocer esta lucha nos lleva a depender más de Dios.

No se trata de perfección inmediata, sino de comunión constante.

Cada tropiezo es una oportunidad para volver a la cruz, donde la misericordia y la justicia se abrazan (Sal. 85:10).

La victoria no está en nuestra fuerza, sino en la gracia que nos sostiene.

-"Señor, gracias por tu paciencia y tu amor. Ayúdame a vivir guiado por tu Espíritu, a no rendirme en medio de la batalla, y a recordar que en ti tengo victoria.
Fortalece mi fe y renueva mi mente cada día. Amén."-
 
Amando cada día más al Señor.

Es correcto... pero, ¿por qué deberíamos amar al Señor?

En el momento que nos liberemos de las culpas del pasado, se nos abrirá la eternidad de un modo que no habríamos imaginado antes. Todo comienza con saber lo muchísimo que el Altísimo nos ama, aún cuando le damos razones para abandonarnos a nuestra suerte y perdición eterna.
 
¿Y si es un trans?
Un trans, jejeje, un trans es una persona con serios serios problemas psicológicos.

Una persona que le gusta las personas de su propio sexo puede fornicar y disfrutar el desenfreno de sus deseos de una manera estable psicológicamente pero, una persona trans hay que abordarla como quien aborda a una persona con depresión crónica, con mucho tacto y evangelio.

Las personas trans, sobre todo hombres castrados, son personas con un muy alto indice de suicidio. La Ideología les engaña, les dicen que con castraciones y terapias químicas van a alcanzar la paz y la felicidad. NO, todo lo contrario, comienzan una serie de problemas médicos he inseguridades como nunca antes, ademas, la crisis¨de identidad es insoportable porque NO te aceptan ninguno de los 2 grupos, las mujeres NO te aceptan en sus baños ni en sus competencias deportivas y los hombres NO te aceptan como mujer. Esto ocasiona crisis depresivas graves.
 
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la crisis¨de identidad es insoportable porque NO te aceptan ninguno de los 2 grupos, las mujeres NO te aceptan en sus baños ni en sus competencias deportivas
Creo que hace poco en un evento de boxeo femenino, hubo un caso así.

Pues la trans pegaba con la fuerza de un hombre.
 
Es correcto... pero, ¿por qué deberíamos amar al Señor?
Yo lo amo, porque estuvo en un cuerpo semejante al nuestro, y conoce que pecamos cuando nos olvidamos de nuestra comunión con él, entonces surge la concupiscencia como un río desbordado arrastrando todo a su paso.

Si todo el tiempo anduviésemos de su mano, la concupiscencia no se alborotaría en nuestros cuerpos, por cuanto la comunión con Cristo lo impide.
 
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Reacciones: Efe-E-Pe y Maya Tulia
Creo que hace poco en un evento de boxeo femenino, hubo un caso así.

Pues la trans pegaba con la fuerza de un hombre.
Es peligroso porque adicionalmente las trans se ensañan contra las mujeres naturales porque las envidian...He visto como le dan con saña.

Hablando de identidad, le decía el otro día a M1stico que ahorita el catolicismo sufre una crisis de identidad también, que no saben ni quienes son porque, todas esas cosas del pasado, que si "solo en roma" hay salvación, que si el matrimonio como una institución sagrada, que si los homosexuales son salvos, que si Dios acepta a todas las religiones y denominaciones, etc. Un católico viejo, criado en los años 70 y 80 anda bastante confundido con crisis de identidad porque incluso los católicos solían ponerse severas penitencias como ofrendas para "Dios" para "cubrir pecados" y ahora es un "valetodo".
 
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Yo lo amo, porque estuvo en un cuerpo semejante al nuestro, y conoce que pecamos cuando nos olvidamos de nuestra comunión con él, entonces surge la concupiscencia como un río desbordado arrastrando todo a su paso.

Si todo el tiempo anduviésemos de su mano, la concupiscencia no se alborotaría en nuestros cuerpos, por cuanto la comunión con Cristo lo impide.

Eso es precisamente el meollo del asunto: sabernos amados por el Señor.

Es una cosa tan maravillosa, que nos cuesta tanto a algunos creerlo. Desde luego, el que se sabe amado por Él, nunca podrá pecar, y no habrá manera de hacer que peque, aún a pesar de la flaqueza humana con la que tenemos que batallar a diario.
 
el que se sabe amado por Él, nunca podrá pecar, y no habrá manera de hacer que peque,
NO veo una relación directa entre "saberse amado" y ""NO pecar" o la razón detrás de esta hipótesis pero, lo que si he reflexionado años atrás es que si hay una relación entre "saber que Dios te esta mirando" y "pecar".

YO te aseguro que si Jesús estuviera serio con los brazos cruzados mirándote fijamente y pudieses mirarlo, si esto sucediera, el 99% de tus pecados NO sucederían, pero suceden porque nos olvidamos que estamos siendo observados...NO respondas por acto reflejo pero reflexiona unas cuantas semanas sobre esto.
 
Mira esto...

Se alegrarán el desierto y la soledad; el yermo se gozará y florecerá como la rosa. Florecerá profusamente, y también se alegrará y cantará con júbilo; la gloria del Líbano le será dada, la hermosura del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la gloria de EL SEÑOR, la hermosura del Dios nuestro.
Fortaleced las manos cansadas, afirmad las rodillas endebles. Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará. Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán. Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo; porque aguas serán cavadas en el desierto, y torrentes en la soledad. El lugar seco se convertirá en estanque, y el sequedal en manaderos de aguas; en la morada de chacales, en su guarida, será lugar de cañas y juncos.
Y habrá allí calzada y camino, y será llamado "Camino de Santidad"; no pasará inmundo por él, sino que él mismo -Dios- estará con ellos; el que anduviere en este camino, por torpe que sea, no se extraviará.
No habrá allí león, ni fiera subirá por él, ni allí se hallará, para que caminen los redimidos. Y los redimidos de EL SEÑOR volverán, y vendrán a Sion con alegría; y gozo perpetuo será sobre sus cabezas; y tendrán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el gemido.
 
¿Has notado que,
aunque ya hemos confesado y nos hemos arrepentido,
nuestro corazón a menudo sigue atado al pecado, débil y fallando, sin verdadera libertad?
El Señor Jesús dijo: "Todo el que comete pecado es esclavo del pecado" (Juan 8:34 LBLA®).
La Biblia también nos recuerda: "Sed santos, porque Yo soy santo " (1 Pedro 1:16 LBLA®).
Sentimos que el perdón es solo el comienzo,
y que librarnos del dominio del pecado y eliminar la naturaleza pecaminosa interior es el camino hacia la santidad.
Entonces, ¿cómo podemos caminar por este camino de purificación y libertad?
Si no entra Cristo a limpiar todo y ordenar todo y a dirigir todo siempre volveremos a pecar... ¿como entra? por medio de la Escritura... el conocimiento de Dios da sabiduría y eso requiere dedicar tiempo a ese Libro, leerlo, memorizarlo, meditar en Él, escribir, llenar cuadernos... no de estudios de hombres... de tu lectura en oracion delante de Dios... debes invocar a Dios para que sea Él el que te enseñe, si te enseña un hombre estás propenso a caer en una secta o religion...
 
Si no entra Cristo a limpiar todo y ordenar todo y a dirigir todo siempre volveremos a pecar... ¿como entra? por medio de la Escritura... el conocimiento de Dios da sabiduría y eso requiere dedicar tiempo a ese Libro, leerlo, memorizarlo, meditar en Él, escribir, llenar cuadernos... no de estudios de hombres... de tu lectura en oracion delante de Dios... debes invocar a Dios para que sea Él el que te enseñe, si te enseña un hombre estás propenso a caer en una secta o religion...
Y sin embargo has caído en la secta dispensacionalista fundada por un solo hombre en el siglo XIX, como dice el proverbio Ruso, consejos doy pero para mi no tengo...