CULTURA RELIGIOSA / IMÁGENES, ¿IDOLOS?, ¿¿IDOLATRIA??

abel34

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16 Abril 2000
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CULTURA RELIGIOSA / IMÁGENES, ¿IDOLOS?, ¿¿IDOLATRIA??


¿POR QUE LOS CATOLICOS VENERAN IMAGENES?

Estimados hermanos protestantes:
Debido a la serie de confusiones que Uds tienen o a las que pretenden llevar me he permitido pacientemenete ofrecerles eel siguiente escrito.


Nos preguntan por qué los católicos “veneramos imágenes”.

En realidad veneramos a la Madre de Dios y a los santos.

Santo Tomás de Aquino, en la Summa Teológica enseña:
El culto de la religión no se dirige a las imágenes en sí mismas como realidades, sino que las mira bajo su aspecto propio de imágenes que nos conducen a Dios encarnado. Ahora bien, el movimiento que se dirige a la imágen en cuanto tal, no se detiene en ella, sino que tiende a la realidad de la que es imágen. (Santo Tomas de Aquino, Summa theologiae, II-II, 81, 3, ad 3.)

El hombre siempre ha usado pintura, figuras, dibujos, esculturas, etc., para darse a entender o explicar algo. Estos medios sirven para ayudarnos a visualizar lo invisible; para explicar lo que no se puede explicar con palabras.
Cuando el hombre cayó por el pecado y perdió la intimidad con Dios, comenzó a confundir a Dios con otras cosas y a darles culto como si fueran dioses. Este culto se representaba frecuentemente con esculturas o imágenes idolátricas. La prohibición del Decálogo contra las imágenes se explica por la función de tales representaciones.

¿La Biblia prohibe las imágenes?
El Primer Mandamiento: Puesto que no visteis figura alguna el día en que el Señor os habló en el Horeb de en medio del fuego, no vayáis a prevaricar y os hagáis alguna escultura de cualquier representación que sea... (Dt 4:15-16) (cf. Catecismo de la Iglesia Católica #2129s.)
Los Israelitas eran una minoría rodeada por pueblos idólatras. Dios quiso protegerlos de esas prácticas pero ellos frecuentemente caían. Los profetas, especialmente Oseas, Jeremías y Ezequiel hablaron en nombre de Dios para prohibir la idolatría y se llevaron a cabo muchas reformas para purificar las malas prácticas (cf. 2 R 23: 4-14).
Sin embargo, ya en el Antiguo Testamento, Dios ordenó o permitió la institución de imágenes que conducirían simbólicamente a la salvación por el Verbo encarnado. Dos ejemplos: la serpiente de bronce (cf. Nm 21: 4-9; Sb 16:5-14; Jn 3: 14-15), El Arca de la Alianza y los querubines:
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Ex 25, 18-20: “Harás, además, dos querubines de oro macizo; los harás en los dos extremos del propiciatorio: haz el primer querubín en un extremo y el segundo en el otro. Los querubines formarán un cuerpo con el propiciatorio, en sus dos extremos. Estarán con las alas extendidas por encima, cubriendo con ellas el propiciatorio, uno frente al otro, con las caras vueltas hacia el propiciatorio.”

Las imágenes y los cristianos.

Las primeras comunidades cristianas representaban al Salvador del mundo con imágenes del Buen Pastor; mas adelante aparecen las del Cordero Pascual y otros iconos representando la vida de Cristo. Las imágenes han sido siempre un medio para dar a conocer y transmitir la fe en Cristo y la veneración y amor a la Santísima Virgen y a los Santos. Testigo de todo esto son las catacumbas donde aun se conservan imágenes hechas por los primeros cristianos
El Hijo de Dios, al encarnarse, inauguró una nueva economía de las imágenes.

Algunos objetan que la Iglesia cambió la enseñanza del Antiguo Testamento. No es cierto. Mas bien es Jesucristo mismo quien tomó lo antiguo y le dio una interpretación mas perfecta en su propia Persona.
Mientras antes de Cristo nadie podía ver el rostro de Dios, en Cristo, Dios se hizo visible. Antes de Jesús las imágenes con frecuencia representaban a ídolos, se usaban para la idolatría. En la plenitud de los tiempos, el verdadero Dios quiso tomar imágen humana. Jesucristo es la IMAGEN visible del Padre.

Nos dice el Catecismo # 476:
“Como el Verbo se hizo carne asumiendo una verdadera humanidad, el cuerpo de Cristo era limitado (cf. Cc. de Letrán en el año 649: DS 504). Por eso se puede “pintar” a faz humana de Jesús (Ga 3,2). En el séptimo Concilio Ecuménico (Cc de Nicea II, en el año 787
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S 600-603) la Iglesia reconoció que es legítima su representación en imágenes sagradas.
[]Juan 14:9 “Le dice Jesús: “¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”?”[/b] El uso cristiano de las imágenes no es contrario al Primer Mandamiento que proscribe los ídolos. En efecto, el honor dado a una imágen se remonta al modelo original. El que venera una imagen venera en ella la persona que en ella está representada. El honor tributado a las imágenes sagradas es una veneración respetuosa, no una adoración, que sólo le corresponde a Dios.
Fundándose en el misterio del Verbo Encarnado, el séptimo Concilio Ecuménico, celebrado en Nicea en 787, permitió la institución de imágenes (Este concilio no instauró el uso de las imágenes, que como vimos se remonta al comienzo del cristianismo, mas bien afirmó la práctica)
Las imágenes de la Virgen Santísima y de los santos. La Iglesia Católica venera pero no adora. Adorar algo o alguien fuera de Dios es idolatría. Hay que saber distinguir entre adorar y venerar. San Pablo enseña la necesidad de recordar con especial estima a nuestros precursores en la fe. Ellos no han desaparecido en la nada sino que nuestra fe nos da la certeza del cielo donde los que murieron en la fe están ya victoriosos EN CRISTO.

La Iglesia respeta las imágenes de igual forma que se respeta y venera la fotografía de un ser querido. Todos sabemos que no es lo mismo contemplar la fotografía que contemplar la misma persona de carne y hueso. No está, pues, la tradición Católica contra la Biblia. La Iglesia es fiel a la auténtica interpretación cristiana desde sus orígenes.

No es sorprendente que algunos persistan en acusar a la Iglesia sin querer entender razones. Ya ocurrió así con los fariseos hace 2000 años. Acusan a Jesús y sus discípulos por sus prácticas sin querer ver la realidad. Acudían a El con muchas preguntas torcidas, acusándolo de romper la ley, hasta de ser del demonio (Cf. Jn 8). Las explicaciones de arriba solo servirán para los hermanos que sinceramente preguntan porque tienen dudas y quieren entender. Con gusto les podemos explicar lo que los cristianos siempre hemos creído y practicado.


Esta página es obra de Las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María.
 
Abel, pacientemente????
Para qué ocupas la paciencia, si lo que hiciste fue una copia común y corriente??? Paciencia ocupamos nosotros, que leemos estas tonterías/herejías.
 
DLB Abel:


Le respondo bajo la siguiente base bíblica:

1Cor:11:1:
SED imitadores de mí, así como yo de Cristo. (RVA)


En este pequeño verso el Apostol Pablo nos insta a ser Imitadores de Cristo, hacer como Cristo hizo, al leer eso llega a mi mente el claro mensaje, de "haz como Cristo Hizo" actúa como Jesús Actuó en pocas palabras, es decir, este probablemente sea el resumen de todos los mandamientos, Amar a Dios y al prójimo se incluyen ahí, ser tan perfecto como Cristo fué y es, aunque en nuestra carne en la presente edad no logramos ser perfectos, la biblia dice que así como el es nosotros somos (Juan 4:17).
por lo tanto, todos mis actos van a la imitación de Cristo, le hago las siguientes sencillas preguntas:

1 ¿Cristo veneró imagenes como hacen los católicos hoy en día?
2 ¿Cristo le rezó a alguna imagen hecha por el hombre?
3 si en el se cumplieron las sombras del Arca y la serpiente de bronce ¿acaso el debe ser pues a la suerte de nuestra imaginación en otro simbolo (hablo de los crucifijos)?
4 ¿acaso no mora ya en el corazón del creyente?
5 ¿no dijo el que cuando oraramos lo hicieramos al padre solamente?
6 ¿Usted hace las Obras de Cristo?
7 ¿Ha resucitado un muerto?
8 ¿Ha sanado un enfermo?
9 ¿ Ha liberado a alguien de demonios?
10 ¿le ora usted solo al Padre como Cristo hizo?
11 ¿Es usted salvo y tiene vida eterna?
12 ¿Cual es el uso de una imagen muerta si soy salvo y Cristo el Rey de Gloria vive en Mí?


Espero sus respuestas a estas sinceras preguntas...



------------------
Bendecidos en Cristo:
Artus
 
Hermanos, santos hijos de Dios,

Con lo que acaban de hacer Abel y Juan Manuel a mí se me ha metido una sospecha:

Estos son enviados de Roma para ver, para auscultar lo que sabemos y cómo reaccionamos. Estos dos no son miembros del Foro, son personas que se han vendido al oro vatiquense con un p[lan bien hecho: Les copiamos todo lo que Roma nos ha dicho que les copiemos y averiguamos dónde están estos evangélicos sonsos. Creo que se debe hacer algo para no caer en la redada de estos espúreos conocedores de la religiosidad de este siglo.

Levanto mi voz de protesta por las maquinaciones de Roma que, como león rugiente, quiere devorar al pueblo de Dios.

Sinceramente,

Ezequiel Romero
 
DICE DIOS:

" Yo Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas." (ISAÍAS 42:8.)

-----¿que le parece Abel?...
 
Originalmente enviado por abel34:
CULTURA RELIGIOSA / IMÁGENES, ¿IDOLOS?, ¿¿IDOLATRIA??


¿POR QUE LOS CATOLICOS VENERAN IMAGENES?

Estimados hermanos protestantes:
Debido a la serie de confusiones que Uds tienen o a las que pretenden llevar me he permitido pacientemenete ofrecerles eel siguiente escrito.
Nos preguntan por qué los católicos “veneramos imágenes”.

En realidad veneramos a la Madre de Dios y a los santos.


Estmado Abel:
Ni estamos confundidos, ni pretendemos confundir a nadie. El que está muy confundido eres tú. Pregúntale a tu cura, a tu obispo, o consulta la bibliografía romana, y verás que es un dogma de fe que "Es lícito y provechoso venerar las imágenes de los santos."
Al respecto te ofrezco, con el sincero deseo que de veras lo aproveches, el siguiente comentario:

LA VERDAD HISTORICA SOBRE EL CULTO A LAS IMÁGENES

No es necesario insistir aquí con el hecho de que en el Antiguo Testamento se prohíbe que los israelitas se hagan imágenes y que les rindan culto (Exodo 20:4-5; Deuteronomio 5:8-9). Los profetas, en particular Isaías y Jeremías, ridiculizan el culto a las imágenes idolátricas: Isaías 44: 9-20; Jeremías 10: 1-16. El episodio del becerro de oro (Exodo 32), como los de Jeroboam (1 Reyes 12: 26-33) ilustran las consecuencias de la transgresión.
Cabe subrayar que lo que se prohíbe de manera absoluta es que el hombre se haga imágenes por su propia iniciativa con el objeto de rendirles culto. Por tanto, no está prohibida para los cristianos la hechura de imágenes con fines didácticos, recordatorios u otros. La mayoría de los cristianos toma fotografías de los seres queridos y admite la erección de monumentos públicos y esculturas. Empleamos imágenes para enseñar a nuestros niños y vemos películas y videos donde Jesús y los Apóstoles son representados.
Aunque el judaísmo tardío entendió la prohibición de las imágenes de manera absoluta, tal actitud no está justificada por los datos bíblicos. En efecto, Dios mismo mandó hacer imágenes bordadas, talladas y esculpidas para el tabernáculo, como también la serpiente de bronce (Números 21:9) que según Jesús enseñó era un tipo de su muerte redentora (Juan 3:14). Lo que evidentemente estaba proscripto era rendir culto a las imágenes, como lo demuestra la aprobación divina ante la destrucción de la serpiente de bronce cuando ella se tornó objeto de culto para los israelitas (2 Reyes 18:4).
Los primeros cristianos dejaron testimonios de su fe por medio de las imágenes que hasta hoy se conservan en las catacumbas. Sus representaciones, mayormente pictóricas, incluían episodios de la Biblia, símbolos como el pez (griego YCHTHYS, acrónimo de Iesous Christos , Theou Hyious, Soter = Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador), y del Buen Pastor. Sin embargo, no existe evidencia de que existiese ningún tipo de culto hacia tales imágenes recordatorias. Adrian Fortescue escribe en la Catholic Encyclopedia:

“Diferente de la admisión de imágenes es la cuestión del modo en que eran tratadas. ¿Qué signo de reverencia daban los primeros cristianos a las imágenes de sus catacumbas, si es que daban alguno? Para el primer período no tenemos información. Hay tan pocas referencias en absoluto a las imágenes en la literatura cristiana más primitiva que difícilmente hubiésemos sospechado su ubicua presencia si no estuviesen realmente allí en las catacumbas como el argumento más convincente. Pero estas pinturas de las catacumbas no nos dicen cómo eran tratadas. Podemos dar por sentado, por una parte, que los primeros cristianos entendían perfectamente que las pinturas no tenían parte alguna en la adoración debida sólo a Dios. Su monoteísmo, su insistencia en el hecho de que servían solamente al todopoderoso e invisible Dios, su horror ante la idolatría de sus vecinos, la tortura y muerte que sufrían los mártires antes de derramar una pizca de incienso ante la estatua del numen del emperador son suficientes para convencernos de que no estaban disponiendo filas de ídolos propios. Por otra parte, el lugar de honor que le dan a sus símbolos y pinturas, el cuidado con el que decoran, indica que trataban a las representaciones de sus creencias más sagradas con el menos una decente reverencia. Es a partir de esta reverencia que toda la tradición de venerar las imágenes sagradas se desarrolló gradual y naturalmente.
(s.v. Images, Veneration of . The Catholic Encyclopedia, Volume VII, 1910; negritas añadidas)

Tal vez las escasas alusiones a las imágenes no nos proporcione información de cómo eran tratadas, pero este mismo hecho testimonia que su papel en la vida cristiana era modesto, y en modo alguno tenía la importancia indebida que adquirió luego.
De hecho, diversos escritores cristianos primitivos (siglos II y III) fueron explícitos acerca de la prohibición de imágenes en el culto, ya que veían claramente el peligro de idolatría que esto suponía. El citado autor católico reconoce que ellos no sólo denunciaron la adoración, sino incluso la manufactura y posesión de las tales imágenes, y menciona a Atenágoras en su “Legación a favor de los cristianos”, Teófilo en su “Carta a Autólico”, Minucio Félix en su “Octavio”, Arnobio en “Contra los Gentiles”, Tertuliano en “Sobre la Idolatría” y Cipriano en “La vanidad de los ídolos.”
A esto podríamos agregar el testimonio de Orígenes (m. 254):
“Son los más ignorantes quienes no se avergüenzan de dirigirse a objetos sin vida ... y aunque algunos pueden decir que estos objetos no son sus dioses sino tan sólo imitaciones de ellos y símbolos, sin embargo se necesita ser ignorante y esclavo para suponer que las manos viles de unos artesanos puedan modelar la semejanza de la Divinidad; os aseguramos que el más bajo de los nuestros se ve libre de tamaña ignorancia y falta de discernimiento.” (Contra Celso, 6:14).
Javier Gonzaga narra la siguiente ilustrativa anécdota:
“Cuando los soldados de Diocleciano [emperador que lanzó la última gran persecución contra los cristianos] irrumpieron en una iglesia en Nicomedia [en] el año 297 mostraron su ignorancia total del cristianismo al sorprenderse de no encontrar ninguna representación de lo que los cristianos adoraban allí. Esto era precisamente lo que diferenciaba a una iglesia cristiana de un templo pagano.” (Concilios. Grand Rapids: International Publications, 1965; 1: 237).
Por la misma época del acontecimiento recién narrado, Lactancio (240-320) escribió:
“Es indubitable que en donde quiera que hay una imagen no hay religión. Porque si la religión consiste de cosas divinas, y no hay nada divino más que en las cosas celestiales, se sigue qu e las imágenes se hallan fuera de la esfera de la religión, porque no puede haber nada de celestial en lo que se hace de la tierra ... no hay religión en las imágenes, sino una simple imitación de religión.” (Instituciones Divinas 2:19).
En 305 ó 306 un concilio reunido en Elvira, cerca de la actual Granada, estableció en su canon 36: “Ordenamos que no haya pinturas en la Iglesia, de modo que aquello que es objeto de nuestra adoración no será pintado en las paredes.” En el pasado, apologistas católicos como Baronio y Bellarmino cuestionaron este sínodo español, pero su ortodoxia es hoy generalmente admitida.
Eusebio de Cesarea habla de una estatua de Cristo existente en Paneas que tuvo ocasión de ver, y comenta:
“Y no es extraño que hayan esto aquellos paganos de otro tiempo que recibieron algún beneficio de nuestro Salvador, cuando hemos indagado que se conservaban pintadas en cuadros las imágenes de sus apóstoles Pablo y Pedro, e incluso del mismo Cristo, cosa natural, pues los antiguos tenían por costumbre honrarlos de este modo, sin miramiento, como a salvadores, según el uso pagano vigente entre ellos.” (Historia Eclesiástica 7,18:4; negritas añadidas).
Asimismo Epifanio (315-403), obispo de Salamina en Chipre, quien era un acérrimo enemigo de las enseñanzas de Orígenes, concuerda con éste contra las imágenes, según una carta a Juan, obispo de Jerusalén , conservada por Jerónimo. Epifanio fue a una iglesia de Palestina a orar y, según dice: “hallé allí una cortina colgada en las puertas de la citada iglesia, teñida y bordada. Tenía una imagen de Cristo o de uno de los santos; no recuerdo precisamente de quién era la imagen. Viendo esto, y oponiéndome a que la imagen de un hombre fuese colgada en la iglesia de Cristo, contrariamente a la enseñanza de las Escrituras, la desgarré ...” Epifanio aconseja además a Juan que instruya a los responsables para que no se cuelguen cortinados de esa clase en ninguna Iglesia de Cristo, “opuestos como están a nuestra religión” , y continúa: “Un hombre de tu rectitud debiera ser cuidadoso en quitar una ocasión de ofensa, indigna por igual de la Iglesia de Cristo como de aquellos cristianos que están confiados a tu cargo.” (Jerónimo, Ep. 51:9).
En uno de sus escritos contra los maniqueos, Agustín de Hipona admite que algunos adoran imágenes, pero no reconoce a los tales como a verdaderos cristianos: “No reúnas contra mí a los profesantes del nombre cristiano, quienes ni conocen ni dan evidencia del poder de su profesión... Sé que hay muchos adoradores de tumbas y de pinturas ... Ni es sorprendente que entre tantas multitudes [de cristianos] hayas de encontrar algunos por la condenación de cuya vida puedas engañar a los incautos y seducirlos [para sacarlos] de la seguridad católica.” (De Moribus Eccl. Cath., 34:75).
El obispo de Hipona, como Orígenes antes que él, refutó de antemano el argumento de Santo Tomás acerca de que no se le rinde culto a la imagen, sino a lo que representa:
“¡Avergüéncense todos los que sirven a una escultura, los que se glorían en los ídolos! Pero avanza uno que se cree docto y dice: ‘Yo no adoro a una piedra ni esta imagen que no tiene sentimientos; porque no es posible que vuestros profetas hayan imaginado que tenían ojos y no veían, y que yo sea ignorante hasta el punto de no saber que la imagen no tiene alma y no ve por sus ojos y no oye por sus oídos. Yo no adoro esto; sino que me inclino ante esto que veo y sirvo a aquel a quien no veo’, ‘¿quién es éste?’. ‘Algún poder invisible –se nos dice- que radica en esta imagen.’ Mediante esta clase de explicación acerca de sus imágenes, piensan que son muy listos y que en modo alguno se les puede contar entre los adoradores de ídolos .” (Sobre Salmos 96, 2; negritas añadidas).
De este modo, la enseñanza unánime de los Padres, la cual la Iglesia de Roma se precia de respetar y venerar, es opuesta al uso de imágenes en el culto. Adicionalmente, como notó Agustín, tampoco los paganos, salvo los muy incultos, tomaban a las imágenes como algo más que representaciones; pero son precisamente tales representaciones lo que los escritores cristianos antiguos prohíben como contrarias a las Escrituras y por tanto opuestas al cristianismo.
Sin embargo, a partir del siglo IV y sobre todo del V, luego de que el cristianismo devino la religión oficial del Imperio y de que vastas mutiltudes de paganos incultos ingresasen a la iglesia, el empleo de imágenes comenzó a generalizarse. La razón invocada fue que las imágenes eran los libros de los analfabetos, y que eran necesarias para la enseñanza. A fines del siglo VI el papa Gregorio Magno censuraba al obispo de Marsella, Sereno, por haber destruido las imágenes de las iglesias de su diócesis:
“Hemos sabido, hermano, que habiendo observado a algunas personas adorando imágenes, habéis destruido y arrojado esas imágenes de las iglesias. Os alabamos por haberos mostrado celoso ya que nada hecho de manos debe ser adorado , pero somos de la opinión que no debíais haber roto estas imágenes. La razón por la que se usan las representaciones en las iglesias es la de que aquellos que son iletrados puedan leer en las paredes lo que no pueden leer en los libros. Por tanto, hermano, debíais haberlas conservado, prohibiendo al mismo tiempo al pueblo que las adorase .” (Epístola 7,2:3).

En una epístola posterior a Sereno escrita en 600, Gregorio Magno reitera su posición; “tomad todas las medidas para evitar la adoración de las imágenes” (Epístola 9,4:9). He aquí un obispo de Roma que, a fines del siglo VI y principios del VII, desconoce todo culto lícito a las imágenes y las considera exclusivamente de valor didáctico. Ludwig Ott escribe: “Por efecto de esa proibición existente en el Antiguo Testamento, vemos que el culto a las imágenes solamente se forma una vez que el paganismo gentílico está totalmente vencido....” (Manual de Teología Dogmática, Ed. Rev. Barcelona: Herder, 1969, p. 480).

Sin embargo, el tiempo mostraría que el paganismo distaba de estar vencido y que el temor de Sereno de Marsella era muy fundado. Se descuidó la catequesis y la predicación, y pronto proliferó el culto a las reliquias e imágenes, de puro linaje pagano. Ott admite: “Primitivamente, las imágenes no tenían otra finalidad que la de instruir: La veneración a las mismas (por medio de ósculos, reverencias, cirios encendidos, incensaciones) se desarrolló principalmente en la iglesia griega desde los siglos V al VII” (l.c.). Es decir que, como lo reconoce este autor católico, no se trata de una práctica trazable a los apóstoles, y ni siquiera a la Iglesia de los primeros siglos. Tal verdad es reafirmada por Fortescue, en el artículo de la Catholic Encyclopedia ya citado:

“El desarrollo fue entonces un asunto de moda general más que de principio. Para el cristiano bizantino de los siglos V y VI las postraciones, besos e incienso eran las formas naturales de mostrar honor a cualquiera; él estaba habituado a tales cosas, aún aplicadas a sus superiores civiles y sociales; estaba acostumbrado a tratar a los símbolos del mismo modo, dándoles el honor relativo que era obviamente en realidad dirigido a sus prototipos. Y así llevó sus hábitos normales a la iglesia. La tradición, el instinto conservador que en asuntos eclesiásticos insiste siempre en la costumbre, gradualmente hizo estereotipos de tales prácticas hasta que se inscribieron como rúbricas y se hicieron parte del ritual...
Al mismo tiempo uno debe reconocer que justo antes del surgimiento del iconoclasmo [reacción violenta contra las imágenes] las cosas habían ido muy lejos en la dirección de la adoración de las imágenes. Aunque es inconcebible que nadie, excepto quizás el más estúpido campesino, pudiese haber pensado que una imagen podía oír las oraciones o hacer nada por nosotros. Y sin embargo, la forma en que algunos trataban a sus íconos sagrados indica más que el honor meramente relativo que se les enseña a los católicos a observar hacia éstos. En primer lugar, las imágenes se habían multiplicado enormemente en todas partes, las paredes de las iglesias estaban cubiertas por dentro de piso a techo con íconos, escenas de la Biblia [y] grupos alegóricos (un ejemplo de esto es Santa María Antigua, construida en el siglo VII en el foro romano, con su disposición sistemática de pinturas que recubren toda la iglesia). Los íconos, especialmente en el Oriente, eran llevados como protección en los viajes, marchaban a la cabeza de los ejércitos, y presidían las carreras en el hipódromo; colgaban en un lugar de honor en cada habitación, sobre cada comercio; cubrían copas, vestimentas, muebles, anillos; dondequiera que se encontrase un espacio, era llenado con un cuadro de Cristo, nuestra Señora, o un santo. Es difícil entender lo que aquellos cristianos bizantinos de los siglos VII y VIII pensaban acerca de ellos. El ícono parece haber sido en cierto modo el canal a través del cual se aproximaban al santo; tiene un valor sacramental ... en aquellos que lo miraban; por y a través del ícono Dios obraba milagros; el ícono hasta parece haber tenido una especie de personalidad propia en la medida en que ciertas imágenes eran especialmente eficaces para [obtener] ciertas gracias. Los íconos eran coronados con guirnaldas, se les quemaba incienso, eran besados. Delante de ellos ardían lámparas y se cantaban himnos en su honor. Los enfermos eran puestos en contacto con ellos, eran atravesados en el camino de un fuego o una inundación para detenerlos por una especie de magia. En muchas oraciones de este tiempo la inferencia natural de las palabras sería que se dirigían a la imagen misma.”

Es interesante que este autor romanista, al tiempo que intenta eximir a los católicos de aquello que achaca a los orientales, presenta como paradigma de la profusión de imágenes a una iglesia de Roma. Del mismo modo, para cualquiera que, como quien esto escribe, viva en un país de tradición católica, el retrato que hace de los excesos de los orientales resulta dolorosamente familiar.
Cuando el emperador León III Isaurio emitió decretos contra las imágenes, el papa Gregorio III (731-741) convocó un sínodo que excomulgó a los adversarios de las imágenes. “El emperador por toda respuesta arrebató los obispados griegos de la Ialia meridional y Sicilia de la superintendencia del papa, trasladándola a la del patriarca de Constantinopla. Mientras tanto en Roma, el papa ordenaba la multiplicación de las imágenes en los templos, construyendo también una capilla especial para la veneración de reliquias ‘sagradas’.” (Gonzaga, o.c., 1: 242).
Más de 300 obispos concurrieron a un concilio convocado en Hiereia por Constantino V, hijo y sucesor de León III en 754. Allí tras escuchar y discutir los argumentos de los partidarios de las imágenes, se estableció que los únicos símbolos del culto cristiano eran el pan y el vino de la Eucaristía. Los iconolatras fueron excomulgados, y se prohibió el uso de imágenes tanto privado como público.
Sin embargo, más tarde la emperatriz regente, Irene, ardiente partidaria de las imágenes, depuso al patriarca de Constantinopla y nombró a un hombre de su confianza en su lugar. Convocó a un concilio ecuménico que se reunió en Nicea en 787; solamente pudieron concurrir obispos partidarios de las imágenes, entre ellos los representantes del papa Adriano (772-795).Como no podía ser de otro modo, el concilio anuló los decretos imperiales contra las imágenes, como asimismo las decisiones de Hiereia. Los acuerdos del sínodo fueron firmados por la regente Irene y su hijo Constantino VI.
Fue en este concilio que se introdujo la arbitraria distinción entre el culto de latría, debido sólo a Dios, y el de dulía, que es lícito para los santos. También se habló de un culto “terminativo”, dirigido a la persona, y otro “relativo” dirigido a la imagen que la representa. Desde luego, tales bizantinismos (strictu sensu!) son por completo ajenos a las Escrituras, donde hay un solo culto válido, el que se dirige a Dios.
Este concilio niceno, de infausta memoria, al no poder fundamentar escrituralmente el culto a las imágenes, declaró la insuficiencia de las Escrituras y lanzó un anatema contra quienes no estaban dispuestos a aceptar doctrinas sobre la autoridad de la tradición y de los concilios, si las tales no tenían claro fundamento bíblico. La importancia de esta novedad para las progresivas desviaciones romanas de la doctrina escritural debiera ser obvia:
“Porque de esta manera se mantiene la enseñanza de nuestros santos Padres, o sea, la traidición de la Iglesia Católica, que ha recibido el Evangelio de un confín a otro de la tierra; de esta manera seguimos a Pablo, que habló en Cristo [2 Corintios 2:17] y al divino colegio de los Apóstoles y a la santidad de los Padres, manteniendo las tradiciones [2 Tesalonicenses 2:14] que hemos recibido...
Así, pues, quienes se atrevan a pensar o enseñar de otra manera; o bien a desechar, siguiendo a los sacrílegos herejes, las tradiciones de la Iglesia , e inventar novedades, o rechazar alguna de las cosas consagradas a la Iglesia: el Evangelio o la figura de la cruz, o la pintura de una imagen, o una santa reliquia de un mártir; o bien a excogitar torcida y astutamente con miras a trastornar algo de las legítimas tradiciones de la Iglesia Católica ... si son obispos o clérigos, ordenamos que sean depuestos; si monjes o laicos, que sean separados de la comunión.” (Denzinger 303-304).
Nótese que los obispos iconolatras no pudieron ni siquiera apelar a la supuesta tradición apostólica, pues ninguna había para apoyar el culto a las imágenes. Esgrimieron en cambio una espuria “tradición de la iglesia católica” cuando, en realidad, todos los escritores cristianos de los primeros siglos que trataron el tema se opusieron por completo a semejante abominación. Y esto para no hablar de las Escrituras.
Así que, queridos católicos y orientales, les invito a rechazar a los falsos maestros que los extravían y a volver a las Escrituras y a la práctica de la Iglesia primitiva. Esto será sin duda agradable a Dios.

Bendiciones en Cristo,
Jetonius
 
Abel:

Excelente tu aporte.

Muestra la nula fuerza los argumentos que sustentan las pueriles acusaciones de "idólatras" con que nos pretenden tachar los iconoclastas evangélicos.

Esta antigua disputa de "iconoclastas versus iconódulos" refleja en el fondo nustra manera de entender y vivir la Encarnación de Dios en Jesucristo.

Las Iglesias Católicas (Romana y Ortodoxa), admiten su uso (además de estar justificado su uso teológicamente) , porque por medio de él podemos de alguna manera "experimentar" la Encarnación de Dios, de manera que nos protege de darle a nuestra fé un sentido al que le llamaría "espiritualista", o sea separar en exceso las realidades Sagradas de la vida cotidiana.

Los protestantes, como así los antiguos iconoclastas, hacen énfasis en la "Adoración en Espíritu y Verdad" pero su fé y las estructuras de sus iglesias (su eclesiología)manifiestan muy débilmente la Encarnación y todas sus consecuencias.

De allí surge también su rechazo a los Sacramentos, como vehículos materiales y eficaces de la Gracia de Dios.

Para concluír, añado un artículo (perdón por lo extenso) donde se abunda en la historia de esta disputa y se vé cómo fué DEFINITIVAMENTE ZANJADA POR UN CONCILIO ECUMENICO (dejando de lado aspectos anecdóticos y historias de cortes imperiales).

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La crisis iconoclasta en la Iglesia Oriental
Siglos VIII-IX
Presupuestos histórico-teológicos



Bibliografía
Las notas que siguen se basan fundamentalmente en los apuntes del curso Fundamentos para una teología
icónica del P. Sante Babolin, Universidad Gregoriana, año académico 1986-87. Se puede consultar también: M. Donadeo, El ícono, imagen de lo invisible (Brescia 1980) hay traducc. cast.; Paul Eudokimov, L'Art de l'icone: théologie de la beauté, ed. BDB (Paris 1972) hay traducc. cast.; L. Ouspensky, Théologie de l'icone dans l'Eglise orthodoxe, éd. du Cerf (Paris 1980); C. von Schoenborn, L'Icone du Christ. Fondements théologiques élaborés
entre le Ier et le IIe Concile de Nicée (325-787), éd. Universitaires Fribourg (Suisse 1976); E. Sendler, L'Icône,
image de l'invisible: élements de théologie, esthétique et technique, ed. BDB (Paris 1981) traducc. italiana, ed.
Paulinas (Roma 1984).


1. El ícono como imagen de culto

Distinguimos en primer lugar entre arte profano, arte religioso y arte sacro (cf. Guardini, La
escencia de la obra de arte, Guadarrama, Madrid 1960.)

• El arte profano y religioso tienen en común que el nacimiento de lo representado viene del
corazón del artista, de su inspiración. El arte en este sentido es un medio de comunicación con el
artista y con su experiencia inspiradora (sea esta de origen religiosa o profana)

• El arte sagrado expresa un contenido que es dado al iconógrafo a partir de la fe de la Iglesia y la
celebración litúrgica. El iconógrafo es un ministro que debe representar un arquetipo que lo
trasciende y que se encuentra vivo en la comunidad cristiana. La imagen sagrada hace culto, es
elemento escencial de la acción cultual (no se puede celebrar la misa sin la cruz y las velas; en
oriente no se puede celebrar sin el ícono).

• La diferencia entre arte religioso y arte sacro podría ejemplificarse como la diferencia entre un
poema religioso y un himno litúrgico. Cuando la imagen sagrada llega a ser «cosa» (res) deja de
ser sacra.

El ícono:
• en cuanto arte, dice relación a la experiencia estética humana
• en cuanto a arte sacro, entra en relación con la expresividad cultual humana que se realiza
normalmente en todas las religiones
• en cuanto arte figurativo es una de las expresiones humanas, junto con la escultura, arquitectura,
etc.
• en cuanto arte cristiano de alguna forma expresa la novedad cristiana en la historai: el misterio
de la encarnación.

Otra distinción:
• El arte simbólico: hace pensar, asociar, reflexionar (ej. las figuraciones de Cristo: cordero, buen
pastor, primer Adan etc.)
• El arte representativo (el signo) hace conocer (ej. por una fotografía se cómo es una persona,
una casa, un lugar etc.)

La expresión privilegiada de la «novedad cristiana» es ciertamente la palabra.
Cuando Dios habla, el hombre escucha. Pero cuando Dios «mira» (a través del ícono), el hombre debe dejarse mirar. El ícono cristiano está estrechamente ligado a esta palabra en cuanto que el único y verdadero ícono es el Verbo hecho carne, Jesucristo (cf. Hb 1,3: irradiación de la gloria de Dios e impronta () de su substancia).


El Verbo imprime el «caracter» del Padre a toda la creación.

Se puede representar a Dios visiblemente entonces porque confluyen la creación por el Verbo y la encarnación del Verbo.

El lenguaje del ícono no es conceptual, no es sonoro, no tiene la violencia de la evidencia;
en cambio habla a quien lo mira con corazón tranquilo y por mucho tiempo.

Dice expresivamente
Daniel Ange:

Amo los íconos solo por esto: en ellos Dios habla con un lenguaje de pobres. Es
una consolación para los pobres. Amo a los íconos, porque se parecen a Dios: tienen su misma manera de acercarme, pobremente, discretamente, silenciosamente.

Un ícono no se impone. No violenta la mirada (como hace la cultura contemporanea). No demuestra nada, no comprueba nada, no quiere ser una evidencia. Como Dios. Se necesita tiempo, muchas veces años para entrar en ellos. Delante a quien mira el ícono aguarda, espera, espera ser penetrado y
comprendido, y por esto amado.
Pide una confianza, suscita una larga paciencia, despierta una cierta ternura.
Como hace Dios.
Sus formas son austeras, pobres, se abren solo al corazón.
No crea un «pathos», no está adornado, no exagera, no estimula la emoción o la sensibilidad, sino solamente aquella que despierta la sonrisa en un niño.
Atrapa la mirada solamente para ablandar el corazón del hombre.

En el ícono todo es pobre y pide alzar los ojos hacia lo alto,
hacia aquella región de la cual recibe --no se sabe bien cómo-- su silencio y su luz.(1)


Desde el punto de vista histórico, la crisis iconoclasta de los siglos VIII y IX maduró una conclusión expresada en pocas palabras:

«Lo que el Libro dice con las palabras, el ícono lo anuncia con los colores y lo hace presente» (Concilio Constantinopolitano IV, X, 3.)

2. El nacimiento del ícono
Confluyen muchos factores: por un lado el impacto cultural realizado por el cristianismo en los
primeros siglos, por otro la progresiva reflexión teológica expresada sobre todo en los Concilios
cristológicos. Las culturas que más han condicionado al cristianismo son el judaismo, el
helenismo y la latinidad. Cada una a su manera ha contribuido a que la Iglesia desarrollara la
teología icónica.

• Cultura judáica: prohibía todas las representaciones, pero usaba algunas imágenes; i.e. la
serpiente de bronce, los querubines. El cristianismo lentamente supera y hace pasar el arte
simbólico (ej. imagen del buen pastor en las catacumbas) al arte figurativo o representativo (ej.
Cristo pantocrator, etc.).

• Cultura griega: las imágenes sagradas recibían el nombre de agalmatas (del verbo agallo:
celebrar con ofrendas u otros dones de piedad). Lo contrario de agalma es el eidolon, que
significa sombra, fantasma, imagen sin profundidad. Los eidolon no tenían un arquetipo o un
paradigma. La representación de los eidolon eran los eikones: por ejemplo retratos e imágenes
históricas en general. Podríamos decir entonces que a los dioses convenían las agalmatas, en
cambio a los hombres los eikones. El cristianismo va a desarrollar su arte usando el género de los
eikones (aporta la historicidad a la cultura griega). De aquí deriva la palabra ícono.

• Cultura romana: continúa la cultura griega pero aporta dos elementos propios, el culto de
latria, dado al Emperador y a su imagen, y la función jurídica que tenía la imagen (estatua) del
emperador (por ej. colocar las llaves de una ciudad delante de la estatua del Cesar implicaba un
acto jurídico).

En resumen: el cristianismo desarrolla las consecuencias de la encarnación al confrontar la cultura hebrea, la idea de semejanza con los griegos y la presencia con el mundo romano.

El arte cristiano en los tres primeros siglos es sobre todo arte simbólico. El ícono como tal nace
en el arco de tiempo que va de Constantino (306-337) a Justiniano (527-565). Desde la batalla del Puente Milvio se sustituyen las insignias del ejército con el chrismón


Al tiempo el chrismon se unió a un retrato simbólico de Cristo: el símbolo cristiano se hace símbolo eficáz, ya que ayuda a los soladados y aquienes le invocan. De aquí también surgen los rostros arquetípicos de Cristo, sustituyendo inclusive al retrato del emperador, adquiriendo por
este lado la misma «presencia» que inspiraba la figura imperial.

3. Primeros adversarios del ícono
• El concilio de Elvira (300-303) se pronuncia contra las imágenes en las iglesias por el temor a
la idolatría pagana.
• Eusebio de Cesaréa en carta a Costanza, hermana del Emperador que le pedía una imagen de
Cristo, le dice que no es posible tener una imagen de la humanidad glorificada de Cristo:
«Quieres conocer la imagen de Cristo como esclavo o la del Cristo inmutable...» Eusebio dirá que el Cristo
conocido según la carne no existe más.

• Los monofisistas absorven la humanidad de Cristo en su divinidad, por lo tanto despues de la resurrección no es representable.

• En los siglos IV y V hay muchos obispos e inclusive santos que se oponen a la veneración de las imágenes, tanto en oriente como en occidente: Epifanio de Salamina (315-403) dice:
...tened siempre a Dios en vuestros corazones, y no en la iglesias, porque es indigno para un cristiano
tener que recurrir al auxilio de los ojos y de los sentidos para permitir que la propia alma se eleve a Dios.

• San Gregorio Magno por el contrario defenderá a las imágenes porque tienen una función catequética para los fieles.

• En general podríamos decir que la preocupación por mantener puro el culto, para que se realize según el dicho del Señor «en Espíritu y Verdad», será la raíz de todo movimiento iconoclasta.

4. Primer período de la crisis iconoclasta (726-787)
El iconoclasmo es una herejía imperial, es una lucha por la «verdadera religión» conducida sobre todo por dos Emperadores: León III (714-741) y su hijo Constantino V (741-775).
Llevarán adelante las tesis anti-icónicas propuestas por 388 obispos en el Concilio de Hiería (754).

Los argumentos se pueden resumir en tres proposiciones:

• El prosopon o hypostasis de Cristo es inseparable de sus dos naturalezas
• Una de estas dos naturalezas, la divina, es incircumscrivible
• Por lo tanto es imposible circumscrivir (delinear, diseñar) el prosopon de Cristo.
Los defensores o iconúdolos contestan sin mucha fundamentación teológica: afirman simplemente que el ícono es akeropita (no hecha por mano de hombre).

El Concilio Niceno segundo (787)
simplemente apela a la tradición: el culto de las imágenes sagradas es conforme a la tradición de toda la Iglesia.

En esta primera fase el pensamiento más profundo es el de San Juan Damaceno (657-749). En sus tres Discursos defendiendo las imágenes sagradas va a centrarse sobre todo en el misterio de la encarnación:
• «Yo no venero la materia, sino al Creador de la materia que se ha hecho materia a causa mía;
aceptó habitar en la materia y con la materia ha obrado mi salvación... Yo honro y trato con veneración también a toda la otra materia a través de la cual me ha venido la salvación, ya que está llena de potencia de gracia.
¿O no es acaso de materia la madera de la cruz? ¿Nó es materia
el monte venerable y santo, el lugar del Gólgota?
¿No es materia la piedra y roca santa, dadora y portadora de vida, tumba santa, fuente de nuestra resurección?
¿No es materia el santísimo libro
de los evangelios? ¿No es de materia la mesa vivificante que nos prepara el pan de la vida?
¿No son materia el oro, la plata con los cuales se hacen cruces, patenas y cálices?

¿Y ántes de estas cosas, no son materia el cuerpo y la sangre del Señor?
Y entonces, elimina del culto y la veneración todas estas cosas, o sinó concede a la tradición de la Iglesia también la veneración de las imágenes santificadas por el nombre de Dios y por los amigos de Dios y por este motivo cubiertas con la gracia del Espíritu Santo» (I, 16).


5. Nueva crisis y superación definitiva (813-842)

El iconoclasmo va a ser retomado por el Emperador León V el armenio. Esta fase va a culminar con el Triunfo de la ortodoxia el 11 de marzo del 843.

Los iconoclastas en esta etapa se van a
volver más exigentes y van a obligar a la Iglesia a elaborar mejor los argumentos pro-icónicos.

El aporte decisivo luego continuado por los padres Capadocios y por San Máximo el Confesor lo hará el patriarca San Nicéforo de Constantinopla (758-829).

• Distingue entre imagen natural (como la presenta Platón en el timeo) y imagen artificial (como la presenta Aristóteles en sus Categorías: dif. entre la physis y la tecné).
La imagen natural nace de una relación de semejanza entre el objeto y su arquetipo. La trasfiguración de Cristo no cambia su
naturaleza humana; el cristiano al ser divinizado por la vida cristiana, no se modifica en su ser natural (sigue comiendo, creciendo, padeciendo, muriendo).

• Se profundiza también el valor y el significado de la oikonomia o dispensatio con el consecuente esclarecimiento de la relación entre Verbo creador y Verbo encarnado.

Otro aporte al esclarecimiento teológico lo hace San Teodoro Studita (759-826).

• Teodoro clarificará la relación entre el prototipo (Cristo) y su presencia en el ícono.

Va a exluir de la presencia una energía o necesidad material, ya que el ícono no realiza una participación entitativa en el cuerpo de Cristo. El que mira y se deja mirar por el ícono es el que participa de la
naturaleza divina de Cristo, por estar bautizado. El ícono realiza un servicio en orden a tal participación.


• El prototipo no está en la imagen según la escencia sino que tiene una relación de semejanza.

La presencia del arquetipo en el ícono es análoga a la presencia del locutor en la palabra que profiere. La relación de semejanza realiza en el que mira una comunión con Cristo de orden
intencional (orienta la mirada hacia aquel que mira).

• En este sentido, la parte central del ícono son sus ojos: ellos son la ventana hacia el Rostro de Cristo.

Los ojos están cargados de «intencionalidad» expresiva.

El segundo Concilio de Nicea (787) pone fin, desde el punto de vista teológico y dogmático a la controversia sobre los íconos.

Los padres establecen que:
«... de modo semejante a la imagen de la preciosa y vivificante cruz han de exponerse las sagradas y santas imágenes, tanto las pintadas como las de mosaico y de otra materia conveniente, en las santas iglesias de Dios,
en los sagrados vasos y ornamentos, en las paredes y cuadros en las casas y caminos, las de nuestro Señor y Dios y Salvador Jesucristo, de la Inmaculada Señora nuestra la santa Madre de Dios, de los preciosos
ángeles y de todos los varones santos y venerables.

Porque cuanto con más frecuencia son
contemplados por medio de su representación en la imagen, tanto más se mueven los que éstos miran al recuerdo y deseo de los originales y a tributarles el saludo y adoración de honor,

no ciertamente la latría verdadera que según nuestra fe sólo conviene a la naturaleza divina;

sino que como se hace con la figura de la preciosa y vivificante cruz, con los evangelios y con los demás
objetos sagrados de culto, se las honre con la ofrenda de incienso y de luces, como fue piadosa costumbre de los antiguos.

"Porque el honor de la imagen se dirige al original" (San Basilio)

y el que venera una imagen, venera a la persona en ella representada.» (Ds 302).


• El Concilio establece por lo tanto que se deben venerar de igual manera la imagen visible y la imagen verbal, la que entra en la mente por los ojos y la que entra por las orejas,
la imagen luminosa y la imagen sonora, la palabra oral o escrita y una imagen.

Dicen más: la imagen es una palabra, es un lenguaje análogo al de la palabra que realiza el anuncio y la celebración de la
salvación.

6. Fundamentos teológicos

• La encarnación del Verbo de Dios
Quien me ve a mi ve al Padre (Jn 14,9)
El es imagen (ícono) del Dios invisible (Col 1,15)
Es irradiación de la Gloria e impronta de su substancia (Hb 1,3)
Este Jesus que ha estado entre ustedes y fue llevado al cielo volverá de la misma manera
que lo han visto ir al cielo (Hch 1,1)

• El ícono es mediador entre las dos venidas, entre los dos hechos: la encarnación y la escatología.

• La Iglesia de la misma manera que guarda su palabra debe guardar su rostro para reconocerlo cuando vuelva.


7. Himno en la fiesta de la Ortodoxia
El 11 de marzo, primer domingo de Cuaresma, se celebró en Constantinopla la victoria de los sostenedores de la latría a los íconos.

El kontákion, breve oración bizantina se sigue repitiendo desde entonces una y otra vez:

El Verbo incircumscripto de Dios Padre,
se ha circumscripto encarnándose en tí Madre de Dios,
y habiéndo restablecido la imagen (eikon) deformada a su antigua dignidad,
la ha unido a la divina belleza.

Por lo tanto reconociendo y confesando la salvación,nosotros la representamos con la acción y la palabra.

El Dios-Hombre, el Señor, está presente en su Palabra para hablarnos, en el prójimo para encontrarnos, en su Nombre para socorrernos, en su ícono para mirarnos, en la asamblea para reunirnos, en su Cuerpo y Sangre entregados para asimilarnos a Él.



1. Daniel Ange (pseudónimo de P. Andronicof), El abrazo de fuego: el ícono de la Trinidad de Roublov, ed.
BDB (Paris 1981) 45-46.

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Dios nos mire con Bondad y nos mueste su Rostro.



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Ev. San Mateo cap. 28,18-20
Acercándose, Jesús les dijo: "Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra.
Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos
en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,
y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estaré
siempre con ustedes hasta el fin del mundo".

Juan Manuel

e-mail: [email protected]
 
DIOS HABLA:

Y HABLO DIOS TODAS ESTAS PALABRAS DICIENDO:
YO SOY JHV TU DIOS ,QUE TE SAQUE DE LA TIERRA DE EGIPTO,DE CASA DE SERVIDUMBRE.

NO TENDRAS DIOSES AJENOS DELANTE DE MI.

NO TE HARAS IMAGEN,NI NINGUNA SEMEJANZA DE LO QUE ESTE ARRIBA EN EL CIELO,NI ABAJO EN LA TIERRA,NI EN LAS AGUAS DEBAJO DE LA TIERRA.

NO TE INCLINARAS A ELLAS,NI LAS HONRARAS,PORQUE YO SOY JEHOVA TU DIOS,FUERTE,CELOSO,QUE VISITO LA MALDAD DE LOS PADRES SOBRE LOS HIJOS HASTA LA TERCERA Y CUARTA GENERACION DE LOS QUE ME ABORRECEN.

Y HAGO MISERICORDIA A MILLARES, A LOS QUE ME AMAN Y GUARDAN MIS MANDAMIENTOS.(EX.20:1-6).
---------------------
Nota:
Venerar:Respetar en sumo grado a una persona por su santidad,o a una cosa por lo que representa o recuerda;Dar culto a Dios;Dar culto a los santos o a las cosas sagradas.
(diccionario.Espasa-Calpe).

Es evidente que el concepto de veneración de la iglesia romana está en oposición a los MANDAMIENTOS DE DIOS;y está en oposición tanto culturalmente como en contenidos.
 
Jetonius, gracias por otro excelente y bien fundamentado aporte.

Juan Manuel, no leíste lo que escribió Jetonius????? Te iba a poner unas observaciones al escrito que copiaste, que están bien extraviadas, pero son tantas y no tengo tiempo...
 
Originalmente enviado por Juan Manuel:
Abel:

Excelente tu aporte.

Muestra la nula fuerza los argumentos que sustentan las pueriles acusaciones de "idólatras" con que nos pretenden tachar los iconoclastas evangélicos.


Estimado Juan Manuel:

Son de fuerza tan nula, y tan pueriles como lo que Pablo decía de los gentiles: "Pretendiendo ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por imágenes de hombres corruptibles, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles." (Romanos 1:22-23).
Cualquiera que conozca las Escrituras y la historia sabe perfectamente que la veneración de imágenes es una práctica opuesta a la Palabra de Dios y desconocida en la Iglesia de los primeros siglos. Puede que sea "pueril" porque no la practicaba la iglesia de Cristo en su infancia.
Sin embargo, la fuerza acumulativa de los argumentos escriturales e históricos contra la veneración de imágenes es devastadora para cualquiera que la analice seriamente.

Esta antigua disputa de "iconoclastas versus iconódulos" refleja en el fondo nustra manera de entender y vivir la Encarnación de Dios en Jesucristo.

Por supuesto, a través de lo que se puede ver y palpar, no sólo con imágenes de Cristo sino de la bienaventurada María y todo el panteón , perdón, santoral romano. Muy diferente de lo que dice Hebreos acerca de la fe, "la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que NO se ve."

El artículo que cita deja entrever el origen de la veneración de imágenes al mencionar las contribuciones griega y romana a la salvación que venía de los hebreos. Esto en buen romance se llama sincretismo y es el gran pecado de la Iglesia de Roma.
La veneración de las imágenes se estableció por apelación a una pseudotradición que ciertamente no es apostólica y en contra del consenso de los Padres primitivos.
Es un excelente ejemplo del verdadero valor y de la auténtica naturaleza del Magisterio del que Roma se enorgullece.

Entre paréntesis, se perdió la oportunidad de comentar lo que escribí, a pesar de que lo coloqué casi 3 horas antes que su transcripción.
Ahora sería bueno que buscase en su bibliografía
1. Mandato o siquiera algún ejemplo de veneración de imágenes en la enseñanza de Cristo y los Apóstoles.
2. Algunos Padres de los primeros tres siglos del cristianismo que defendiesen tal práctica.

Que Dios le bendiga e ilumine,
Jetonius
 
Dios los bendiga

Hebreos 11:1

“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.”

Romanos 8:24

“Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo? Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos.”

Romanos 10:17

“Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.”

Lucas 17:5

“Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe”

**

Creo que el principal objetivo de las imágenes según los católicos es obtener fe, una fe de que son escuchados.

Pero la Palabra de Dios jamás nos llama a venerar imágenes a ir a ellas para obtener o incrementar la Fe, y jamás nos llama a tener un objeto físico (imagen) para que sea algo mediador hacia el objeto celestial, la Palabra dice que la Fe no es por las imágenes por algo que se pueda ver sino por el oír la Palabra.

No se deben venerar imágenes por la sencilla razón de que las cosas celestiales no tienen imagen física. No hay ninguna imagen fotográfica del Señor Jesús, en cambio hay cientos de dibujos diferentes y hasta de color de piel que NO ES nuestro Señor, imágenes falsas que quedan impregnadas en las mentes de los fieles católicos QUE MAL! dando veneración a una figura humana.
Y aunque se tenga fotografías de Santos hombres la sola veneración debe de ser siempre a Nuestro Señor porque EL SOLO merece la Gloria y La Honra, todo Santo solo merece ser recordado por sus hechos pero no venerarlo.

La necesidad de imágenes solo implica una falta de fe, una fe mal buscada o una inseguridad de obtenerla simplemente con elevar una oración a Dios por medio de Jesucristo con los ojos de la Fe.

Nosotros los Cristianos sinceramente no se nos olvida de que hay un Dios a quien venerar, no necesitamos de imágenes que nos recuerden a nuestro Dios, nuestra Fe es eso FE que el Señor da a quien se lo pida, y la buscamos solo en El como la Palabra dice claramente, no la buscamos en imágenes por ser antibiblico y peligroso porque el peligro de idolatría esta siempre presente en las imágenes y condena.

Bendiciones
M
 
Juan Manuel, tú tienes problemas de personalidad. Cuando quieres apareces como una santa palomita que no rompe un cristal; pero en otras, como la presente, suenas como un tigre, te estás pareciéndote a mí. Yo soy el único tigre del Foro, tú eres la palomita que pregonas estabilidad sicológica. No cambies. De otra manera, te aconsejaremos que visites a un consejero para que te aconseje y quedes bien aconsejado, por lo menos.

Abel:
Excelente tu aporte.

Aquí, con este consejo, te derrumbaste y lo derrumbaste al pobre Abel. Tú que dices que estás cerca del Señor, deberías usar el discerni iento que Dios da. ¿Por cuál lado miraste el aporte de Abel para calificarlo de excelente?

Muestra la nula fuerza los argumentos

Si lo que decimos los santos hijos de Dios tienen nula fuerza, ¿por qué no te enfrentas al detalle? Nosotros los hemos analizado a la luz de la Palabra de Dios y lo único que han hecho ustedes es conversar entre ustedes o decir alguna que otra tontería. Nuestra fortaleza está en el Señor, y tenemos el EVANGELIO DE JESUCRISTO que es mejor que 100000000000000 de bombas de nitrógeno.

que sustentan las pueriles acusaciones de "idólatras"

PUERILES: Si son pueriles, ¿para qué te preocupas de esas acusaciones? A lo pueril se lo deja pasar sin hacerle caso.

ACUSACIONES: En realidad no son acusaciones, son sencillamente alarmas para que la humanidad recuerde que Dios ha hablado sobre el particular. Recuerda que espúreamente ustedes todavía se llaman "cristianos"; cuando dejen de llamarse así los trataremos como tratamos a islámicos, budistas, marxistas, ateos, etc. Ustedes son una secta que pervierte el EVANGELIO DE JESUCRISTO trayendo confusión y pecado.

IDOLATRAS: No necesito abundar en esto porque asumo qué es lo queremos decir. Pero para los otros lectores tengo que decir que CUANDO REMPLAZAMOS A DIOS O NO LE DAMOS TODA NUESTRA ADORACION Y VENERACION SOLO A EL, ESTAMOS EN PECADO DE IDOLATRIA, y eso, Juan Manuel, es PECADO MORTAL según la terminología de yu Secta.



con que nos pretenden tachar los iconoclastas evangélicos.

PRETENDEN TACHAR: Discúlpame, Juan Manuel, nosotros no pretendemos, no, de ninguna manera, nosotros lo estamos haciedno, no suavices la píldora: USTEDES SON IDOLATRAS. Lo declaramos enfáticamente.

¿Qué declaramos? Declaramos que ustedes SON idólatras. No los tachamos, no, de ninguna manera. DECLARAMOS LA VERDAD que son idólatras. No les ponemos esa tacha, porque la IDOLATRIA no es una TACHA, es un INGEDIENTE INHERENTE de la Secta. Para dejar de ser IDOLATRA, Juan Manuel, tienes que dejar la Secta.

Lutero intentó reformar la SECTA, pero Dios sabía mejor: ES IMPOSIBLE HACERLO PORQUE ES EL INSTRUMENTO DE SATANAS PARA OPACAR LA PERSONA DE JESUS.



Más tarde comentaré el resto de tu felicitación a Abel, que le hace tanto daño. Si amas a Dios, ayuda a Abel conduciéndolo por el Camino de la Verdad y no por la IDOLATRIA.
 
Esto corresponde al final de mi escrito anterior:


con que nos pretenden tachar los iconoclastas evangélicos.

Para tu fortuna terminaste este párrafo diciendo una gran verdad, nos llamaste “ICONOCLASTAS EVANGELICOS”. En la Historia de la Iglesia Cristiana, diferente a la Historia de la Secta Romana, ha habido tres momentos cúspides de acercamiento a Dios. Además de los apóstoles, de María, la madre de Jesús, y de todos los fieles de los primeros siglos que no se sirvieron ni sirvieron las imágenes (ídolos), hubo un grupo de cristianos ortodoxos que rechazaron el aumento de idolatría en los siglos VIII y IX . Más tarde, los bienaventurados reformadores del siglo XVI también mostraron su aversión a las imágenes (ídolos). Ahora, los evangélicos tampoco toleramos que se adoren a todas esas imágenes que se adoran en tus templos. Juan XXIII intentó modificar esa situación, pero fracasó.
 
Hermanos, no os dejéis sorprender por las oscuras intenciones, la desvergüenza y el amaritud de algunos hermanos separados de la Iglesia. No os confundáis, he aquí el resumen del pensamiento católico indicado en la apertura:
- En realidad veneramos a la Madre de Dios y a los santos.

- Santo Tomás de Aquino, en la Summa Teológica enseña:
Para el católico el culto de la religión no se dirige a las imágenes en sí mismas como realidades, sino que las mira bajo su aspecto propio de imágenes que nos conducen a Dios encarnado.

- Para los católicos las imágenes han sido siempre un medio para dar a conocer y transmitir la fe en Cristo y la veneración y amor a la Santísima Virgen y a los Santos. Testigo de todo esto son las catacumbas donde aun se conservan imágenes hechas por los primeros cristianos.

- El católico que venera una imagen venera en ella la persona que en ella está representada.

- El honor tributado a las imágenes sagradas es una veneración respetuosa, no una adoración, que sólo le corresponde a Dios.

- La Iglesia Católica venera pero no adora.

- Adorar algo o alguien fuera de Dios es idolatría. Distingo entre adorar y venerar. San Pablo enseña la necesidad de recordar con especial estima a nuestros precursores en la fe.

Comentario:
No es sorprendente que algunos persistan en acusar a la Iglesia sin querer entender razones. Ya ocurrió así con los fariseos hace 2000 años acusando a Jesús y sus discípulos por sus prácticas sin querer ver la realidad

No os dejéis engañar cuando dicen que los católicos son idólatras, porque adoran a los palitos , a los muñequitos, a las maderitas, etccc.

Se miente, se miente, El católico que venera una imagen venera en ella la persona que en ella está representada..SOLO DIOS ES DIGNO DE ADORACION.

Que Cristo los bendiga.

ABEL
 
VENERAR ES IGUAL A DAR CULTO..

ROMA ENGAÑA...PUES DIOS DICE:

NO TE INCLINARAS A ELLAS,NI LAS HONRARAS,PORQUE YO SOY JEHOVA TU DIOS,FUERTE,CELOSO,QUE VISITO LA MALDAD DE LOS PADRES SOBRE LOS HIJOS HASTA LA TERCERA Y CUARTA GENERACION DE LOS QUE ME ABORRECEN.

Y HAGO MISERICORDIA A MILLARES, A LOS QUE ME AMAN Y GUARDAN MIS MANDAMIENTOS.(EX.20:1-6).
 
<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>Originalmente enviado por abel34:
Hermanos, no os dejéis sorprender por las oscuras intenciones, la desvergüenza y el amaritud de algunos hermanos separados de la Iglesia. No os confundáis, he aquí el resumen del pensamiento católico indicado en la apertura:

Estimado Abel:
Nuestras intenciones no son en absoluto oscuras, aunque a ti en tu extravío te parezcan así. Nuestra única intención es predicar, defender y proclamar el glorioso Evangelio de Jesucristo libre de adiciones paganas.
Lo de desvergüenza puede ser cierto, ya que repetimos con Pablo, "no me avergüenzo del Evangelio, pues es el poder de Dios para la salvación de todo el que cree." También seguimos los consejos del Apóstol a Timoteo:
"no te avergüences del testimonio de nuestro Señor ... sino participa conmigo en las aflicciones por el evangelio, según el poder de Dios" y también: "Procura con diligencia presentarte ante Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse."
Así, pues, ciertamente no nos avergonzamos, antes bien nos gloriamos del Evangelio.
Lo de "amaritud" no se lo contesto porque ignoro qué significa.


- En realidad veneramos a la Madre de Dios y a los santos.


Sí, y a sus imágenes. Ya le indiqué que es un dogma de fe que la veneración a las imágenes es lícita y provechosa.
Venerar imágenes y dar culto a los santos es una abominación.

- Santo Tomás de Aquino, en la Summa Teológica enseña:
Para el católico el culto de la religión no se dirige a las imágenes en sí mismas como realidades, sino que las mira bajo su aspecto propio de imágenes que nos conducen a Dios encarnado.


Ocurre lo mismo con los paganos más o menos cultos y, como señaló Juan Manuel, con la mayoría de las religiones. Pero ocurre que las citadas religiones son manifiestamente falsas, y quien las imita se identifica con ellas.
Como ya señalé, el argumento de Tomás ya había sido refutado de antemano por Orígenes y Agustín contra los paganos. Notablemente, el más grande teólogo de la Iglesia de Roma lo reflotó para justificar lo injustificable.
Además, lo que expone es la teoría que los frailes y curas no enseñan a la gente ignorante y supersticiosa que todos los días en nuestros países idolatra las imágenes. Usted lo debe saber bien, porque vive en México, al igual que lo sé yo que vivo en la Argentina. Y si no se ha dado cuenta es porque hace mucho que no va a su iglesia o a una procesión.

- Para los católicos las imágenes han sido siempre un medio para dar a conocer y transmitir la fe en Cristo y la veneración y amor a la Santísima Virgen y a los Santos. Testigo de todo esto son las catacumbas donde aun se conservan imágenes hechas por los primeros cristianos.

La función docente y memorial de las imágenes del cristianismo primitivo y moderno es aceptable. Lo que no es lícito es su veneración.

- El católico que venera una imagen venera en ella la persona que en ella está representada.

Igual que los paganos

- El honor tributado a las imágenes sagradas es una veneración respetuosa, no una adoración, que sólo le corresponde a Dios.
La Iglesia Católica venera pero no adora.


Sí que es una adoración, aunque se le llame dulía y se la distinga de la latría. Pero esta distinción artificial que carece de fundamento bíblico-como ya lo demostré antes- es además ignorada por la inmensa mayoría de los católicos que se postran ante sus santos, les encienden cirios, los besan los llevan en procesión, disputan cuál imagen es más milagrosa, etc.

- Adorar algo o alguien fuera de Dios es idolatría. Distingo entre adorar y venerar. San Pablo enseña la necesidad de recordar con especial estima a nuestros precursores en la fe.

"Recordar con especial estima" es una cosa que hacemos todos los cristianos excepto los muy desagradecidos. Rendir culto, sólo los extraviados.

Comentario:
No es sorprendente que algunos persistan en acusar a la Iglesia sin querer entender razones. Ya ocurrió así con los fariseos hace 2000 años acusando a Jesús y sus discípulos por sus prácticas sin querer ver la realidad
No os dejéis engañar cuando dicen que los católicos son idólatras, porque adoran a los palitos , a los muñequitos, a las maderitas, etccc.

Se miente, se miente, El católico que venera una imagen venera en ella la persona que en ella está representada..SOLO DIOS ES DIGNO DE ADORACION.

Que Cristo los bendiga.

ABEL
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Me alegro que reconozca que sólo Dios es digno de adoración: proskinesis, latría y dulía. Sólo Dios. Ni ángeles, ni santos. Sólo Dios.
Es curioso que nos acuse de fariseos, ya que quienes han pretendido abrogar la Palabra de Dios con sus propias tradiciones han sido precisamente los maestros de la Iglesia Católica.

En lugar de repetir sonceras, ¿por qué no lee y contesta lo que escribí y lo que le pregunté a Juan Manuel?

Y ya que estamos... ¿por qué no revisa su actitud?
Usted publica un escrito en defensa de las imágenes, sabiendo que ellas son escandalosas para los evangélicos. ¿Qué esperaba? ¿Que todos dijéramos "Sí, Abel tiene razón; veneremos las imágenes"???
Le he contestado con fundamento bíblico e histórico, por lo cual tengo derecho a esperar (1) una respuesta con iguales características; o bien, (2)el reconocimiento de que lo que dije es correcto; o, si le resulta demasiado penoso, al menos (3) el respetuoso silencio.
Lo que es intolerable es la actitud paranoide que ha adoptado, reiterando una y otra vez las mismas declaraciones insustanciales e infundadas, asociadas ahora a la cobarde calumnia.
Quien esto le escribe no es un odiador de la Iglesia de Roma, ni de los católicos, a quienes considero mis hermanos separados.
"¿Me he vuelto, por tanto, vuestro enemigo al deciros la verdad?" (Gálatas 4:16).

Que Dios le bendiga e ilumine,
Jetonius
 
Hermano Jetonius:

Tiene que leer bien, no estar prejuiciado y tener buena fe. En lo que he manifestado no hay ninguna calumnia, por el contrario desenmascaro los continuos ataques infundados por parte de algunos. Incluso aparecen citas del catecismo. Se estipula en claro una serie de posiciones católicas y Ud., por supuesto en prejuicio, no acepta lo que es verdad.

Se le repite una vez más:

- Para el católico el honor tributado a las imágenes sagradas es una veneración respetuosa, no una adoración, que sólo le corresponde a Dios.

- La Iglesia Católica venera pero no adora.

- Adorar algo o alguien fuera de Dios es idolatría. Distingo entre adorar y venerar. San Pablo enseña la necesidad de recordar con especial estima a nuestros precursores en la fe.

No es sorprendente que algunos persistan en acusar a la Iglesia sin querer entender razones. Ya ocurrió así con los fariseos hace 2000 años acusando a Jesús y sus discípulos por sus prácticas sin querer ver la realidad
No os dejéis engañar cuando dicen que los católicos son idólatras, porque adoran a los palitos , a los muñequitos, a las maderitas, etccc.

Se miente, se miente, El católico que venera una imagen venera en ella la persona que en ella está representada..SOLO DIOS ES DIGNO DE ADORACION.

Ahora , si esta verdad duele Sr. Jetonius, más no puedo hacer, por mi parte no hay mala fe, ni malas intenciones como me lo dicen algunos hermanos, solo quiero exponer mis puntos de vista independiente si les agradan o no. Indudablemente que una biografía de un Santo, o una apreciación sobre algún tema o algún copy&paste que aclare conceptos que desde el punto de vista protestante son objetados, les va a molestar Sr. Jetonius. Basta tener dos dedos de frente para pensar así. Y eso no me va a impedir que siga participando en el Foro ni mucho menos, por el contrario, pondré las verdades que considere necesaria para que no se engañe a foristas o lectores del foro, cuando dicen que los católicos son idólatras, porque adoran a los palitos , a los muñequitos, a las maderitas, etccc.


Que Cristo lo bendiga.

ABEL
 
Según Dic. Laroussse

Adorar
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= Reverenciar con sumo honor o respeto/Rendir a la divinidad el culto que es debido: adorar a Dios/Amar con extremo: adorar la música..

Venerar
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= Respetar en sumo grado, o dar culto: venerar las reliquias./ tener gran respeto a: venerar a un bienhechor.


Bastante diferencia ah. Considerable,

Por lo demás en la presentación inicial esta expresado lo siguiente:


Santo Tomás de Aquino, en la Summa Teológica enseña:
El culto de la religión no se dirige a las imágenes en sí mismas como realidades, sino que las mira bajo su aspecto propio de imágenes que nos conducen a Dios encarnado. Ahora bien, el movimiento que se dirige a la imágen en cuanto tal, no se detiene en ella, sino que tiende a la realidad de la que es imágen. (Santo Tomas de Aquino, Summa theologiae, II-II, 81, 3, ad 3.)
 
Abel...siempre intentando colar billetes de 22 en vez de 20...

Diccionario Espasa-Calpe(literal):

VENERAR:Respetar en sumo grado a una persona por su santidad,dignidad o grandes virtudes,o a una cosa por lo que representa y recuerda//DAR CULTO A DIOS,A LOS SANTOS O A LAS COSAS SAGRADAS.


REPETIMOS:
//DAR CULTO A DIOS,A LOS SANTOS O A LAS COSAS SAGRADAS.

Oiga Abel,Culto,SOLO SE LE DEBE DAR A DIOS,si se lo damos a las criaturas es ...!BLASFEMIA!.

No me dirá usted que el diccionario Espasa-Calpe no es representativo de la lengua castellana ,universalmente hablando,no es precisamente el diccionario de la tia Paca.

Ustedes han prostituido tanto la verdadera religión que llegan a meter en el "mismo saco",a DIOS nuestro Señor,que los Cielos de los Cielos no le pueden contener,con criaturas como nosotros que ante EL somos mas pequeños que los microbios.


Respetuosamente en Jesucristo.