Cuidado con los herejes judaizantes de NOSOTROS.CL

9 Febrero 2018
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Queridos hermanos, hay una página de internet que pretende ser Cristiana y evangélica, pero en realidad quiere volver a hacernos esclavos de ly de doctrinas erradas. Esa página es Nosotros.cl

Ellos dicen e insinúan que hay que volver a las leyes del antiguo testamento, celebrar fiestas judías, referirse a Jesucristo con nombres “hebreos” (como Yeshua, Yeshu, Yehoshua, etc.), e incluso estudiar libros extra-bíblicos como el de Enoc:

https://m.facebook.com/nosotros.cl/...891091288/10154415804006289/?type=3&source=54

https://m.facebook.com/nosotros.cl/...891091288/10153893270906289/?type=3&source=54

https://m.facebook.com/nosotros.cl/...891091288/10153658668726289/?type=3&source=54

https://m.facebook.com/nosotros.cl/...891091288/10152642362216289/?type=3&source=54


http://www.nosotros.cl/enigmas/detalle_noticia.php?cont=734
 
Quieren volver a hacernos esclavos de la Ley. Como muestra un comentario de tantos que tienen en esa página donde pretenden regresar a las “raíces hebreas” del cristianismo:
3307657
 
Miren como el judaizante encargado de la página dice que hay que adaptarse al calendario hebreo. Noten que la fuente es de CHABAD, una organización del Judaísmo Rabínico que RECHAZA A JESUCRISTO!
 

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PREGUNTAS PARA LOS JUDAIZANTES MODERNOS SOBRE EL SAVADO Y LA LEY MOSAICA
O ADVENTISTAS


Tomado de las revistas El Contendor por la Fe

¿Por qué guardan ustedes un solo sábado? El año séptimo y también el año del jubileo eran sábados, Levítico 25.1 al 22. ¿Por qué guardan el uno y dejan de guardar los otros?


  1. ¿Por qué basan tanto de su religión en el día del sábado cuando sabemos que el Señor enseñó que la ley y los profetas se basan todos en el amor y no en guardar la ley? Mateo 22.34 al 40 con Romanos 13.8 al 10.


  1. ¿Cómo es que encienden lumbre en el séptimo día, ya que en la ley levítica esto estaba prohibido? Éxodo 35.3 Haciendo así, ustedes quebrantan la ley del sábado.


  1. Dígannos cuándo y dónde mandó el Señor Jesús, o alguno de sus apóstoles, u otro escritor de la Biblia, a que guardase algún gentil los diez mandamientos. No hay que discutir; bastarán sólo el capítulo y versículo.


  1. ¿Pueden darnos una escritura donde se manda a los gentiles observar el sábado según la ley? Otra vez, por favor: simplemente el capítulo y versículo.


  1. Según dicen ustedes, se guardaba el sábado antes de darse la ley a Moisés, y también fue dada la ley de la circuncisión antes de Moisés, Génesis 17.10. Entonces, ¿por qué no practican la circuncisión, siendo éste uno de los mandamientos claros de la ley? De nuevo preguntamos: ¿por qué el uno sí y el otro no?


  1. El apóstol Pablo escribe en Gálatas 3.19 que la ley fue por causa de las rebeliones. Ustedes enseñan que aquella parte de la ley referente al mandamiento de guardar el sábado fue dada al hombre inmediatamente después de su creación, pero las Escrituras dicen que fue después de la caída. ¿No ven que no concuerda con los hechos la teoría adventista de que la ley fue dada en dos entregas?


  1. ¿Por qué será que en los mandamientos dados a nuestros primeros padres en el Edén, y en los que fueron dados a los patriarcas —Noé, Abraham y otros— no se hace ni una referencia a un deber de guardar el sábado? ¿Por qué no se menciona la palabra sábado hasta haber pasado más de dos mil años desde la creación del hombre? Si las teorías adventistas fueran ciertas, ¿no se había de hacer referencia muchas veces antes del capítulo 16 del Éxodo al deber de guardar el sábado?


  1. ¿Dónde en las Escrituras leemos que se haya dado mandamiento alguno de guardar el séptimo día antes de ser redimido el pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto? Habrá que citar capítulo y versículo en cada caso, sin hacer referencia a Génesis 2.1 al 3, pues allí no hay mandamiento.


  1. Si fue como ustedes alegan, que el mandamiento fue dado a Adán en el día de la creación, ¿cómo es que se equivocó de fecha? Fue creado Adán en el sexto día; el séptimo día al cual se hace referencia en el Génesis fue el segundo de su existencia. Si Adán tuvo que trabajar seis días y luego descansar en el séptimo, ya estaría equivocado cinco días en su cálculo. El sábado suyo no sería el séptimo día porque habría trabajado un solo día. “El sábado de Adán fue un sábado del segundo día”.


  1. ¿No habrán leído en Nehemías 9.12 al 14, donde dice claramente que el sábado fue dado al pueblo de Israel en el Monte Sinaí? Al ver que el sábado fue dado solamente a Israel, ¿por qué insisten en obligar a otros a guardarlo?


  1. ¿Por qué ponen ustedes a los gentiles bajo el sábado, cuando a ellos nunca les fue dado? La ley dice: “Señal es para siempre entre los hijos de Israel”, Éxodo 31.16,17. No hace mención de los gentiles. Léanse también Ezequiel 20.10 al 12.


  1. La ley dice: “El día séptimo será santo, sábado de reposo para Jehová; cualquiera que en él hiciere trabajo alguno, morirá”, Éxodo 35.2, 31.14. Si la primera parte de la cita es obligatoria para los cristianos, debe serlo también la segunda parte. ¿Por qué no cumplir la ley en matar a los que trabajan en el día sábado? Por favor, no saquen el cuerpo a esta pregunta; explíquennos aquí también por qué una cosa sí pero la otra no.


  1. ¿Por qué comen lo que ha sido preparado sobre un fuego encendido en día sábado? ¿No saben que así infringen la ley sobre la cual basan su salvación eterna? Éxodo 35.1 al 3, 16.23 al 30.


  1. ¿Por qué no cumplen con la ley al ofrecer sacrificio cada sábado? Es parte esencial de la ley del sábado según Números 28.9,10, pero ustedes no respetan la ordenanza.


  1. Si los mandamientos o la ley quiere decir los diez mandamientos, y no más, ¿por qué respondió el Señor Jesús acerca de la ley citando dos mandamientos que no se encuentran entre los diez? En Mateo 22.35 al 40 Él citó uno del libro de Levítico y otro de Deuteronomio. ¿Acaso empleaba el engaño? Si está bien el adventismo, entonces sólo una u otra de estas cosas es verdad.


  1. El apóstol Pablo describe la ley como un ministerio de muerte en letra grabada en piedra; 2ª Corintios 3.1 al 18, Éxodo 20.1 al 17, 31.18, 32.15,16, 34.1 al 28. Nos dice que había de perecer, 2ª Corintios 3.7 al 11. ¿Puede el adventismo decirnos quién la hizo volver?


  1. En Gálatas 3.19 leemos que la ley fue puesta hasta que viniese la simiente, haciendo así claro que la ley no sería perpetua sino que servía por un tiempo definido. La Simiente, Cristo, ha venido y nos ha redimido de la ley, Gálatas 3.13. De manera que, según las Escrituras, ha terminado el período para el cual nos fue dada la ley. Somos libres de ella. Nótense también Romanos 7.1 al 6, ¿Aceptan los dichos de la Palabra de Dios en este sentido?


  1. Si los cristianos están obligados a guardar el sábado, ¿por qué no fue incluido esto en la importantísima carta enviada a las iglesias por el concilio de apóstoles y ancianos que se celebró en Jerusalén para considerar la cuestión de si los gentiles deberían guardar la ley? Hechos 15.1 al 29.


  1. Si es que los cristianos deberían guardar el sábado, ¿cómo se explica que el Señor Jesús no hizo mención del tema, al enumerar los mandamientos al mancebo de Mateo 19.16 al 22? Y, ¿cómo es que el apóstol Pablo, escribiendo bajo la inspiración del Espíritu Santo, no trata en ninguna parte de sus varias epístolas una supuesta gran importancia de guardar el sábado?


  1. Se encuentran en los capítulos 2 y 3 del Apocalipsis siete cartas de la gran Cabeza de las iglesias, dirigidas a siete iglesias locales. Son los últimos mensajes directos a las iglesias sobre la tierra. Si fuese verdad lo que enseña el adventismo, ¿no les hubiera recordado su deber de guardar el sábado?


  1. Ustedes dicen que el domingo entró con Constantino en el Siglo IV. ¿Cómo explican entonces que los “padres” de la Iglesia, quienes escribieron durante los primeros tres siglos después de Cristo, hablan del primer día de la semana para las reuniones de los creyentes?


  1. ¿Por qué porfían en que uno de los papas cambió el día de descanso del séptimo al primero? Hay plena prueba histórica que los cristianos observaban el primer día durante los siglos antes de haber papa alguno. ¿Cuándo y de qué manera actuó ese papa que ustedes tienen en mente?


  1. Si es que debemos guardar el séptimo día, ¿cómo es posible que los apóstoles y cristianos primitivos celebraban sus reuniones de mayor importancia, como es la cena del Señor, en el primer día en vez del séptimo?


  1. Y ¿cómo saben que de veras guardan el séptimo día? ¿Pueden estar seguros de que no ha habido errores en los cálculos desde el día en que descansó Dios? Hay que tener en cuenta los cambios efectuados en el calendario en A.C. 46 cuando se convino en que el año tuviera solamente 345 días, para así corregir los errores que se habían acumulado. Se debe pensar también en la ley del año 1751 hecha “para corregir el calendario” y que ordenó quitar once días del mes de septiembre. Con estas y otras modificaciones, ¿ustedes están seguros que saben contar los días desde la creación?


  1. ¿Han leído Colosenses 2.14 al 17 acerca de la cédula de los ritos (el mandamiento de guardar el sábado es uno de ellos) que ha sido raída, quitada de en medio y clavada en la cruz?


  1. En los versículos 16 y 17 del mismo capítulo vemos que ciertas cosas exigidas bajo la ley de Moisés — entre ellas el guardar el sábado — no son más de una sombra de lo por venir: el cuerpo espiritual de Cristo. Guardar el sábado es empuñar una sombra.


  1. ¿Habrán leído en Romanos 14.5,6 que unos hacen diferencia entre día y día pero otros juzgan iguales todos los días? Se agrega: “Cada uno esté asegurado en su ánimo”. ¿Por qué no insistir el apóstol en que los que juzgaban iguales todos los días debían estimar el séptimo como superior a los demás días para guardarlo santo?


  1. El adventismo predica sábado y más sábado, resultando en que su tema principal es el de guardar la ley y especialmente la ley del sábado. Ahora, encontramos en el Nuevo Testamento que cincuenta veces se hace mención de predicar el Evangelio, diecisiete veces de predicar la Palabra, veintitrés veces de predicar a Cristo y ocho veces de predicar el reino. Ni una vez se habla de predicar la ley o el sábado? Ni el Señor ni sus apóstoles ni ningún evangelista habla de esto. ¿Cómo lo explican?


  1. En el Nuevo Testamento se encuentra la palabra sábado unas sesenta veces. * Ustedes admiten que en todos los casos menos uno se hace referencia al día sábado. Sin embargo, en este solo caso, Colosenses 2.16, donde la palabra es la misma en los textos en griego, ustedes quieren hacernos entender que lleva otro sentido. ¿Por qué? ¿No será que los versículos 2.16,17 echan al suelo sus argumentos en cuanto a guardar los cristianos la ley? [ * El escrito se basa en la traducción Reina-Valera de 1909, la que se emplea corrientemente en las congregaciones adventistas. ]


  1. ¿Saben ustedes que en Gálatas 3.23 al 25 se lee que la ley fue nuestro ayo [mentor] para llevarnos a Cristo, pero que, ya venida la fe, no estamos bajo ayo? Por tanto, ya no estamos bajo la ley.


  1. Hay advertencia en el Nuevo Testamento contra el pecado mencionado en cada uno de los diez mandamientos, menos el cuarto. En cambio, no se hace mención en todo el Nuevo Testamento de un deber de guardar el sábado. Fíjense, por favor, en las citas de las Sagradas Escrituras que presentamos a continuación:


Los diez Advertencia en el

mandamientos Nuevo Testamento


Éxodo 20.3 No tener dioses ajenos Hechos 14.15

Éxodo 20.4,5 No hacer imagen 1 Juan 5.21

Éxodo 20.7 No tomar en vano

el nombre de Dios Santiago 5.12

Éxodo 20.8 Guardar el sábado No hay

Éxodo 20.12 Honrar a los padres Efesios 6.1,2

Éxodo 20.13 No matar Romanos 13.9

Éxodo 20.14 No adulterar Romanos 13.9,

1 Corintios 6.9

Éxodo 20.15 No hurtar Romanos 13.9,

Efesios 4.28

Éxodo 20.16 No mentir Colosenses 3.9

Éxodo 20.17 No codiciar Efesios 5.3

Ahora, si es pecado no guardar el sábado de los judíos, ¿cómo es posible no haber aviso de ello en todo el Nuevo Testamento, y especialmente cuando figuran en el Nuevo Testamento los otros mandamientos de la lista de diez?



  1. El sábado es parte de la ley; por lo tanto, ponerse bajo el sábado es ponerse bajo la ley. Pero Gálatas 3.10 dice que todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición. ¿Cómo puede uno desearse tanto la maldición de Dios?


  1. Dice Gálatas 5.4 que “vacíos son de Cristo” los que vuelven a ponerse bajo la ley después de ser salvos por gracia, y que ellos “han caído de la gracia”.


  1. Se nos enseña en Romanos 7.4 que el creyente en Cristo está muerto a la ley, pero la teoría adventista representa a sus creyentes como del todo vivos a la ley. He ahí una grave contradicción con la Palabra de Dios.


  1. Los diez mandamientos “en letra grabada en piedra”, son un ministerio de muerte, según lo expresa 2aCorintios 3.7. Este ministerio de muerte había de perecer, 3.11. Pero, ¿no es cierto que los señores del adventismo, al citar los mandamientos, casi siempre dejan afuera estas palabras de introducción? Este texto demuestra que los mandamientos fueron dados solamente a Israel (por mucho que nos manifiestan a nosotros la santidad de Dios), y dejan entrever que la teoría adventista es errada.


  1. ¿Han notado que los diez mandamientos comienzan con Yo soy Jehová tu Dios que te saqué de tierra de Egipto, de casa de siervo? De nuevo estamos frente a una manifestación de que se trata de ordenanzas dadas específicamente a Israel.


  1. Hay repetición de los diez mandamientos en Deuteronomio capítulo 5, y allí se encuentran las siguientes palabras: Te acordarás que fuisteis siervo en Egipto, y que Jehová tu Dios te sacó de allá… por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo, 5.15. De nuevo vemos claramente que la ordenanza del sábado fue dada a un pueblo que había salido de Egipto. Esto no cuadra con la teoría adventista.


  1. Los adscritos al adventismo enseñan que hay dos leyes: (i) los diez mandamientos, que ellos llaman la ley de Dios, y (ii) la ley ceremonial, que ellos llaman la ley de Moisés. ¿Pueden darnos, por favor, un solo capítulo y versículo (en el Antiguo Testamento o en el Nuevo) donde se hace tal distinción?


  1. Vamos ahora a Nehemías 8.1 al 3, 8.14 y 9.3. Al hablar del único libro que se leía, aquellos pasajes lo llaman (i) la ley de Moisés, (ii) la ley de Dios, (iii) el libro de la ley, y (iv) la ley de Jehová su Dios. Se trocan las palabras indiferentemente al tratarse de un solo libro, una sola ley
 
Queridos hermanos, hay una página de internet que pretende ser Cristiana y evangélica, pero en realidad quiere volver a hacernos esclavos de ly de doctrinas erradas. Esa página es Nosotros.cl

Ellos dicen e insinúan que hay que volver a las leyes del antiguo testamento, celebrar fiestas judías, referirse a Jesucristo con nombres “hebreos” (como Yeshua, Yeshu, Yehoshua, etc.), e incluso estudiar libros extra-bíblicos como el de Enoc:

https://m.facebook.com/nosotros.cl/...891091288/10154415804006289/?type=3&source=54

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http://www.nosotros.cl/enigmas/detalle_noticia.php?cont=734
No hay nada nuevo ahi. Han habido sectas de "Judios Mesianicos" por 200 años de este lado del mundo que se hacen llamar "cristianos". Leemos en Nuevo Testamente como Pablo confronto a los judaizantes una y otra vez. Las tradiciones judias estan tejidas en la fibra cultural e historico-social del ellos. Les resulta sumamente dificil hacer a un lado todo eso. Fundamentalmente porque su sentido de identidad esta tallado en esa piedra que tiene casi 5000 años. Esa es la razon primordial por la que rechazaron a Jesus entonces y aun ahora.

"Pero cuando Pedro vino a Antioquía, me opuse a él cara a cara, porque era de condenar. Porque antes de venir algunos de parte de Santiago, él comía con los gentiles, pero cuando vinieron, empezó a retraerse y apartarse, porque temía a los de la circuncisión (los judios que llegaron de Jerusalem). Y el resto de los judíos se le unió en su hipocresía, de tal manera que aun Bernabé fue arrastrado por la hipocresía de ellos. Pero cuando vi que no andaban con rectitud en cuanto a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como los judíos, ¿por qué obligas a los gentiles a vivir como judíos? Nosotros somos judíos de nacimiento y no pecadores de entre los gentiles; sin embargo, sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino mediante la fe en Cristo Jesús, también nosotros hemos creído en Cristo Jesús, para que seamos justificados por la fe en Cristo, y no por las obras de la ley; puesto que por las obras de la ley nadie será justificado." Gal 2:11-16

Cuando estos gentiles hoy dia, que se hacen llamar "cristianos" abogan por regresar a observar elementos de la ley Mosaica, ponene en evidencia que viven en la oscuridad en cuanto a la palabra de Dios y lejos de la luz del evangelio de Jesus Cristo. Quien cae presa de esas enseñanzas erroneas demuestra su ignorancia total de la biblia, en especial el Nuevo Testamento.

Saludos.
 
PREGUNTAS PARA LOS JUDAIZANTES MODERNOS SOBRE EL SAVADO Y LA LEY MOSAICA
O ADVENTISTAS


Tomado de las revistas El Contendor por la Fe

¿Por qué guardan ustedes un solo sábado? El año séptimo y también el año del jubileo eran sábados, Levítico 25.1 al 22. ¿Por qué guardan el uno y dejan de guardar los otros?


  1. ¿Por qué basan tanto de su religión en el día del sábado cuando sabemos que el Señor enseñó que la ley y los profetas se basan todos en el amor y no en guardar la ley? Mateo 22.34 al 40 con Romanos 13.8 al 10.


  1. ¿Cómo es que encienden lumbre en el séptimo día, ya que en la ley levítica esto estaba prohibido? Éxodo 35.3 Haciendo así, ustedes quebrantan la ley del sábado.


  1. Dígannos cuándo y dónde mandó el Señor Jesús, o alguno de sus apóstoles, u otro escritor de la Biblia, a que guardase algún gentil los diez mandamientos. No hay que discutir; bastarán sólo el capítulo y versículo.


  1. ¿Pueden darnos una escritura donde se manda a los gentiles observar el sábado según la ley? Otra vez, por favor: simplemente el capítulo y versículo.


  1. Según dicen ustedes, se guardaba el sábado antes de darse la ley a Moisés, y también fue dada la ley de la circuncisión antes de Moisés, Génesis 17.10. Entonces, ¿por qué no practican la circuncisión, siendo éste uno de los mandamientos claros de la ley? De nuevo preguntamos: ¿por qué el uno sí y el otro no?


  1. El apóstol Pablo escribe en Gálatas 3.19 que la ley fue por causa de las rebeliones. Ustedes enseñan que aquella parte de la ley referente al mandamiento de guardar el sábado fue dada al hombre inmediatamente después de su creación, pero las Escrituras dicen que fue después de la caída. ¿No ven que no concuerda con los hechos la teoría adventista de que la ley fue dada en dos entregas?


  1. ¿Por qué será que en los mandamientos dados a nuestros primeros padres en el Edén, y en los que fueron dados a los patriarcas —Noé, Abraham y otros— no se hace ni una referencia a un deber de guardar el sábado? ¿Por qué no se menciona la palabra sábado hasta haber pasado más de dos mil años desde la creación del hombre? Si las teorías adventistas fueran ciertas, ¿no se había de hacer referencia muchas veces antes del capítulo 16 del Éxodo al deber de guardar el sábado?


  1. ¿Dónde en las Escrituras leemos que se haya dado mandamiento alguno de guardar el séptimo día antes de ser redimido el pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto? Habrá que citar capítulo y versículo en cada caso, sin hacer referencia a Génesis 2.1 al 3, pues allí no hay mandamiento.


  1. Si fue como ustedes alegan, que el mandamiento fue dado a Adán en el día de la creación, ¿cómo es que se equivocó de fecha? Fue creado Adán en el sexto día; el séptimo día al cual se hace referencia en el Génesis fue el segundo de su existencia. Si Adán tuvo que trabajar seis días y luego descansar en el séptimo, ya estaría equivocado cinco días en su cálculo. El sábado suyo no sería el séptimo día porque habría trabajado un solo día. “El sábado de Adán fue un sábado del segundo día”.


  1. ¿No habrán leído en Nehemías 9.12 al 14, donde dice claramente que el sábado fue dado al pueblo de Israel en el Monte Sinaí? Al ver que el sábado fue dado solamente a Israel, ¿por qué insisten en obligar a otros a guardarlo?


  1. ¿Por qué ponen ustedes a los gentiles bajo el sábado, cuando a ellos nunca les fue dado? La ley dice: “Señal es para siempre entre los hijos de Israel”, Éxodo 31.16,17. No hace mención de los gentiles. Léanse también Ezequiel 20.10 al 12.


  1. La ley dice: “El día séptimo será santo, sábado de reposo para Jehová; cualquiera que en él hiciere trabajo alguno, morirá”, Éxodo 35.2, 31.14. Si la primera parte de la cita es obligatoria para los cristianos, debe serlo también la segunda parte. ¿Por qué no cumplir la ley en matar a los que trabajan en el día sábado? Por favor, no saquen el cuerpo a esta pregunta; explíquennos aquí también por qué una cosa sí pero la otra no.


  1. ¿Por qué comen lo que ha sido preparado sobre un fuego encendido en día sábado? ¿No saben que así infringen la ley sobre la cual basan su salvación eterna? Éxodo 35.1 al 3, 16.23 al 30.


  1. ¿Por qué no cumplen con la ley al ofrecer sacrificio cada sábado? Es parte esencial de la ley del sábado según Números 28.9,10, pero ustedes no respetan la ordenanza.


  1. Si los mandamientos o la ley quiere decir los diez mandamientos, y no más, ¿por qué respondió el Señor Jesús acerca de la ley citando dos mandamientos que no se encuentran entre los diez? En Mateo 22.35 al 40 Él citó uno del libro de Levítico y otro de Deuteronomio. ¿Acaso empleaba el engaño? Si está bien el adventismo, entonces sólo una u otra de estas cosas es verdad.


  1. El apóstol Pablo describe la ley como un ministerio de muerte en letra grabada en piedra; 2ª Corintios 3.1 al 18, Éxodo 20.1 al 17, 31.18, 32.15,16, 34.1 al 28. Nos dice que había de perecer, 2ª Corintios 3.7 al 11. ¿Puede el adventismo decirnos quién la hizo volver?


  1. En Gálatas 3.19 leemos que la ley fue puesta hasta que viniese la simiente, haciendo así claro que la ley no sería perpetua sino que servía por un tiempo definido. La Simiente, Cristo, ha venido y nos ha redimido de la ley, Gálatas 3.13. De manera que, según las Escrituras, ha terminado el período para el cual nos fue dada la ley. Somos libres de ella. Nótense también Romanos 7.1 al 6, ¿Aceptan los dichos de la Palabra de Dios en este sentido?


  1. Si los cristianos están obligados a guardar el sábado, ¿por qué no fue incluido esto en la importantísima carta enviada a las iglesias por el concilio de apóstoles y ancianos que se celebró en Jerusalén para considerar la cuestión de si los gentiles deberían guardar la ley? Hechos 15.1 al 29.


  1. Si es que los cristianos deberían guardar el sábado, ¿cómo se explica que el Señor Jesús no hizo mención del tema, al enumerar los mandamientos al mancebo de Mateo 19.16 al 22? Y, ¿cómo es que el apóstol Pablo, escribiendo bajo la inspiración del Espíritu Santo, no trata en ninguna parte de sus varias epístolas una supuesta gran importancia de guardar el sábado?


  1. Se encuentran en los capítulos 2 y 3 del Apocalipsis siete cartas de la gran Cabeza de las iglesias, dirigidas a siete iglesias locales. Son los últimos mensajes directos a las iglesias sobre la tierra. Si fuese verdad lo que enseña el adventismo, ¿no les hubiera recordado su deber de guardar el sábado?


  1. Ustedes dicen que el domingo entró con Constantino en el Siglo IV. ¿Cómo explican entonces que los “padres” de la Iglesia, quienes escribieron durante los primeros tres siglos después de Cristo, hablan del primer día de la semana para las reuniones de los creyentes?


  1. ¿Por qué porfían en que uno de los papas cambió el día de descanso del séptimo al primero? Hay plena prueba histórica que los cristianos observaban el primer día durante los siglos antes de haber papa alguno. ¿Cuándo y de qué manera actuó ese papa que ustedes tienen en mente?


  1. Si es que debemos guardar el séptimo día, ¿cómo es posible que los apóstoles y cristianos primitivos celebraban sus reuniones de mayor importancia, como es la cena del Señor, en el primer día en vez del séptimo?


  1. Y ¿cómo saben que de veras guardan el séptimo día? ¿Pueden estar seguros de que no ha habido errores en los cálculos desde el día en que descansó Dios? Hay que tener en cuenta los cambios efectuados en el calendario en A.C. 46 cuando se convino en que el año tuviera solamente 345 días, para así corregir los errores que se habían acumulado. Se debe pensar también en la ley del año 1751 hecha “para corregir el calendario” y que ordenó quitar once días del mes de septiembre. Con estas y otras modificaciones, ¿ustedes están seguros que saben contar los días desde la creación?


  1. ¿Han leído Colosenses 2.14 al 17 acerca de la cédula de los ritos (el mandamiento de guardar el sábado es uno de ellos) que ha sido raída, quitada de en medio y clavada en la cruz?


  1. En los versículos 16 y 17 del mismo capítulo vemos que ciertas cosas exigidas bajo la ley de Moisés — entre ellas el guardar el sábado — no son más de una sombra de lo por venir: el cuerpo espiritual de Cristo. Guardar el sábado es empuñar una sombra.


  1. ¿Habrán leído en Romanos 14.5,6 que unos hacen diferencia entre día y día pero otros juzgan iguales todos los días? Se agrega: “Cada uno esté asegurado en su ánimo”. ¿Por qué no insistir el apóstol en que los que juzgaban iguales todos los días debían estimar el séptimo como superior a los demás días para guardarlo santo?


  1. El adventismo predica sábado y más sábado, resultando en que su tema principal es el de guardar la ley y especialmente la ley del sábado. Ahora, encontramos en el Nuevo Testamento que cincuenta veces se hace mención de predicar el Evangelio, diecisiete veces de predicar la Palabra, veintitrés veces de predicar a Cristo y ocho veces de predicar el reino. Ni una vez se habla de predicar la ley o el sábado? Ni el Señor ni sus apóstoles ni ningún evangelista habla de esto. ¿Cómo lo explican?


  1. En el Nuevo Testamento se encuentra la palabra sábado unas sesenta veces. * Ustedes admiten que en todos los casos menos uno se hace referencia al día sábado. Sin embargo, en este solo caso, Colosenses 2.16, donde la palabra es la misma en los textos en griego, ustedes quieren hacernos entender que lleva otro sentido. ¿Por qué? ¿No será que los versículos 2.16,17 echan al suelo sus argumentos en cuanto a guardar los cristianos la ley? [ * El escrito se basa en la traducción Reina-Valera de 1909, la que se emplea corrientemente en las congregaciones adventistas. ]


  1. ¿Saben ustedes que en Gálatas 3.23 al 25 se lee que la ley fue nuestro ayo [mentor] para llevarnos a Cristo, pero que, ya venida la fe, no estamos bajo ayo? Por tanto, ya no estamos bajo la ley.


  1. Hay advertencia en el Nuevo Testamento contra el pecado mencionado en cada uno de los diez mandamientos, menos el cuarto. En cambio, no se hace mención en todo el Nuevo Testamento de un deber de guardar el sábado. Fíjense, por favor, en las citas de las Sagradas Escrituras que presentamos a continuación:


Los diez Advertencia en el

mandamientos Nuevo Testamento


Éxodo 20.3 No tener dioses ajenos Hechos 14.15

Éxodo 20.4,5 No hacer imagen 1 Juan 5.21

Éxodo 20.7 No tomar en vano

el nombre de Dios Santiago 5.12

Éxodo 20.8 Guardar el sábado No hay

Éxodo 20.12 Honrar a los padres Efesios 6.1,2

Éxodo 20.13 No matar Romanos 13.9

Éxodo 20.14 No adulterar Romanos 13.9,

1 Corintios 6.9

Éxodo 20.15 No hurtar Romanos 13.9,

Efesios 4.28

Éxodo 20.16 No mentir Colosenses 3.9

Éxodo 20.17 No codiciar Efesios 5.3

Ahora, si es pecado no guardar el sábado de los judíos, ¿cómo es posible no haber aviso de ello en todo el Nuevo Testamento, y especialmente cuando figuran en el Nuevo Testamento los otros mandamientos de la lista de diez?



  1. El sábado es parte de la ley; por lo tanto, ponerse bajo el sábado es ponerse bajo la ley. Pero Gálatas 3.10 dice que todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición. ¿Cómo puede uno desearse tanto la maldición de Dios?


  1. Dice Gálatas 5.4 que “vacíos son de Cristo” los que vuelven a ponerse bajo la ley después de ser salvos por gracia, y que ellos “han caído de la gracia”.


  1. Se nos enseña en Romanos 7.4 que el creyente en Cristo está muerto a la ley, pero la teoría adventista representa a sus creyentes como del todo vivos a la ley. He ahí una grave contradicción con la Palabra de Dios.


  1. Los diez mandamientos “en letra grabada en piedra”, son un ministerio de muerte, según lo expresa 2aCorintios 3.7. Este ministerio de muerte había de perecer, 3.11. Pero, ¿no es cierto que los señores del adventismo, al citar los mandamientos, casi siempre dejan afuera estas palabras de introducción? Este texto demuestra que los mandamientos fueron dados solamente a Israel (por mucho que nos manifiestan a nosotros la santidad de Dios), y dejan entrever que la teoría adventista es errada.


  1. ¿Han notado que los diez mandamientos comienzan con Yo soy Jehová tu Dios que te saqué de tierra de Egipto, de casa de siervo? De nuevo estamos frente a una manifestación de que se trata de ordenanzas dadas específicamente a Israel.


  1. Hay repetición de los diez mandamientos en Deuteronomio capítulo 5, y allí se encuentran las siguientes palabras: Te acordarás que fuisteis siervo en Egipto, y que Jehová tu Dios te sacó de allá… por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo, 5.15. De nuevo vemos claramente que la ordenanza del sábado fue dada a un pueblo que había salido de Egipto. Esto no cuadra con la teoría adventista.


  1. Los adscritos al adventismo enseñan que hay dos leyes: (i) los diez mandamientos, que ellos llaman la ley de Dios, y (ii) la ley ceremonial, que ellos llaman la ley de Moisés. ¿Pueden darnos, por favor, un solo capítulo y versículo (en el Antiguo Testamento o en el Nuevo) donde se hace tal distinción?


  1. Vamos ahora a Nehemías 8.1 al 3, 8.14 y 9.3. Al hablar del único libro que se leía, aquellos pasajes lo llaman (i) la ley de Moisés, (ii) la ley de Dios, (iii) el libro de la ley, y (iv) la ley de Jehová su Dios. Se trocan las palabras indiferentemente al tratarse de un solo libro, una sola ley
Muy buenas tardes queridos hermanos, el Señor les bendiga, creo que más que estar en oposición a los adventistas, están oponiendose al día santo del Señor.

#¿Por qué guardan ustedes un solo sábado? El año séptimo y también el año del jubileo eran sábados, Levítico 25.1 al 22. ¿Por qué guardan el uno y dejan de guardar los otros?

R. Hay una ley que fue abolida cuando Cristo murió en la cruz. Es la ley que regulaba las comidas y bebidas, y los sábados anuales, la instrucción de cada uno de ellos la conseguimos en lev 23. Siendo que estas fiestas anuales fueron usadas para el culto y caían en ciertos días fijos del mes estos sábados rituales también caían en diversos días de la semana, cómo sucede ahora con la navidad. Estos sábados anuales o rituales eran diferentes de los sábados semanales que siempre caen en séptimo día de la semana.
"Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo," Colosenses 2:16
Esta ley era de los símbolos y sombras, que señalaban al pueblo judío eventos por ocurrir. o de ello Juan 1:29 dónde él vio en el cuarto rdero que se sacrificaba un símbolo de Cristo. Cuando Cristo murió el símbolo encontró su cumplimiento, y por está razón los cristianos no celebran más la pascua judía anual, con sus sábados rituales, ni las otras fiestas.

#¿Porque basan tanto su religión en el día del sábado cuando sabemos que el Señor enseñó que la ley y los profetas se basan todos en el amor y no guardar la ley?

R. Por supuesto que estamos de acuerdo que el amor es el primer mandamiento, para el pueblo de Dios la ley(moral, no ritual) es una manera apropiada de demostrar amor a Dios y al prójimo. O... Pretende alguien decir ser seguidor o hijo de Dios, sin guardar sus mandamientos?
"Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él;"
1 Juan 2:3-4
"Nosotros como seguidores de Dios debemos seguir su ejemplo: "El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo." 1 Juan 2:6
"Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y REPOSÓ en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó.
Éxodo 20:9-11
Guardar el sábado es más que su mera obediencia; es vivir para Dios.


#¿Cómo es que encienden lumbre en el séptimo día, ya que en la ley levítica esto estaba prohibido? Éxodo 35.3 Haciendo así, ustedes quebrantan la ley del sábado.

El no encender fuego en día de reposo, así como otras normas fueron dadas transitoriamente al pueblo de Israel para que comprendiese el carácter sagrado de ese día. El sábado es un día completamente consagrado a Jehová y por lo tanto, se ordena no hacer obra alguna en beneficio propio, sino de Dios y del prójimo. De acuerdo a Exodo 16:23 vemos que Dios incluso ha ordenado tener preparada la comida el día anterior al shabat, es decir, el viernes.Considerando el contexto histórico de la época del Israel cuando le fue dada la norma de no encender fuego en día sábado, debemos tener presente que puesto que el clima era y es relativamente cálido en la zona del Sinaí, el fuego no hubiera tenido otro propósito que el de cocinar. En otras palabras, al dar este precepto (de no encender fuego), Jehová estaba recalcando su deseo de que no se preparase comida en sábado, sino de tenerla lista del día anterior.
Ahora, como es lógico, el ser humano tiende a pervertir el propósito de Dios manifestado en sus preceptos. Los rabinos y las sectas judías han malentendido y malinterpretado de mil maneras los principios divinos. Incluso han añadido muchas normas que no forman parte del mandato de Dios (tradiciones rabínicas). De hecho, algunas sectas judías en la actualidad siguen aplicando estas normas.
Sin embargo, el ejemplo de Jesús es fundamental. En el Nuevo Testamento podemos verlo en los sábados predicando, compartiendo y admirando la naturaleza, creación de su Padre.

Jesús sanó en sábado y permitió que sus discípulos cortaran espigas para alimentarse (Mt.12:1). Estas conductas fueron consideradas como "transgresiones" del sábado por algunos judíos.Pero nuevamente ¿quién tiene mayor autoridad para determinar qué era lo correcto y qué lo incorrecto de hacer en sábado? ¿Jesús o los fariseos?. Cristo es el Señor del Sábado (Mr.2:28), y él con amor reprochó a sus insidiosos acusadores y les dijo: "lícito es hacer bien en el sábado" (Mt.12:12). No dijo "lícito es transgredir el sábado", sino que "lícito es hacer el bien en sábado", reconociendo implícitamente la vigencia del sábado.

En consecuencia, no podemos unirnos a los judíos y pretender que Cristo transgredió el sábado porque lo que en realidad estaba haciendo era mostrarnos cómo observarlo. Jesús transgredió el sábado según éste era guardado por esos judíos, no cómo El mismo lo instituyó en la Creación (Gén.2:1-3; Jn.1:1-3).Cristo nos enseñó con su palabra y ejemplo la verdadera forma de observar el sábado. Una de ellas es hacer obras de misericordia. En Lc.4:16 vemos que, siguiendo el ejemplo.de Cristo, debemos asistir a la iglesia y estudiar las Sagradas Escrituras. En la Biblia no encontramos a Cristo o a sus discípulos haciendo obras seculares en sábado, o dedicándose a la atención de sus negocios o de las tareas comunes de la semana. Conforme al mensaje de Isa.58:13,14, el sábado es un día para deleitarse en el Señor, haciendo su voluntad, la que incluye entre otras cosas, hacer bien a los demás.

#¿Pueden darnos una escritura donde se manda a los gentiles observar el sábado según la ley? Otra vez, por favor: simplemente el capítulo y versículo.

R. "Así dijo Jehová: Guardad derecho, y haced justicia; porque cercana está mi salvación para venir, y mi justicia para manifestarse. Bienaventurado el hombre que hace esto, y el hijo de hombre que lo abraza; que guarda el día de reposo para no profanarlo, y que guarda su mano de hacer todo mal. Y el extranjero que sigue a Jehová no hable diciendo: Me apartará totalmente Jehová de su pueblo. Ni diga el eunuco: He aquí yo soy árbol seco. Porque así dijo Jehová: A los eunucos que guarden mis días de reposo, y escojan lo que yo quiero, y abracen mi pacto, yo les daré lugar en mi casa y dentro de mis muros, y nombre mejor que el de hijos e hijas; nombre perpetuo les daré, que nunca perecerá. Y a los hijos de los extranjeros que sigan a Jehová para servirle, y que amen el nombre de Jehová para ser sus siervos; a todos los que guarden el día de reposo para no profanarlo, y abracen mi pacto, yo los llevaré a mi santo monte, y los recrearé en mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos."
Isaías 56:1-7

#Dicen que el sábado se guardaba antes de darse la ley a Moisés. La ley de la circuncisión también fue dada antes de Moisés. (Génesis 17:10). Entonces, ¿por qué no practican la circuncisión, siendo que éste es uno de los mandamientos claros de la ley? De nuevo preguntamos: ¿Por qué el uno sí y el otro no?

R. El sábado de Jehová fue santificado no sólo antes de la ley de Moisés, sino antes de la entrada del pecado: "Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo SANTIFICÓ. Éxodo 20:11 La circuncisión, en cambio, entró años después del pecado: "Y circuncidó Abraham a su hijo Isaac de ocho días, como Dios le había mandado." Génesis 21:4. Como bien lo dice la Biblia, la circuncisión dejó de tener validez con la muerte de Cristo: "porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor." Gálatas 5:6 En cambio, la ley de Dios es válida aún. Pablo explica: "La circuncisión nada es, y la incircuncisión nada es, sino el guardar los mandamientos de Dios" (1 Cor. 7:19). ¿Nos autoriza Pablo a desobedecer los mandamientos? No, no lo hace. Lo que dice la Biblia sobre la circuncisión es claro: ya no es necesaria (Gál.5:2, 3). En cambio, no se encontrará en toda la Biblia esa misma declaración en relación con los Diez Mandamientos, sino la idea contraria.

#El apóstol Pablo escribe en Gálatas 3:19 que la ley fue dada a causa de las rebeliones. Ustedes enseñan que la parte de la ley que se refiere al mandamiento de guardar el sábado fue dada al hombre inmediatamente después de su creación, pero las Escrituras dicen que fue después de la caída. ¿No ven que la teoría adventista de que la ley fue dada en dos entregas no concuerda con los hechos?

R. Por alguna razón en esta pregunta se cita Gálatas 3:19 usando el verbo "dar" en vez del verbo añadir, que es el que usa Pablo. Esta pequeña diferencia lingüística marca sin embargo una importante diferencia cuando se lee el pasaje. Nótese que la ley de la que se habla en Gálatas 3:19 fue "añadida". El verbo "añadir" (prostíthemi) significa agregar, anexar, aumentar, sugiriendo la idea de complemento o adición a algo que ya existe. Por ejemplos, aumentar un codo a la estatura del hombre (Mat. 6:27), o aumentar el número de creyentes en la iglesia (Hechos 2:41, 47; 5:14; 11:24). Por eso, que Pablo diga que una ley fue "añadida", implica que otra ley ya existía. ¿Cuál ley es ésa? Precisamente la que fue transgredida por el pecado. El mismo versículo lo dice: "Entonces, ¿para qué sirve la Ley? Fue añadida a causa de las transgresiones…". Puesto que el pecado es la "transgresión de la ley" (1 Juan 3:4, Nueva Versión Internacional) se entiende que existía una ley transgredida antes de la ley que fue añadida; y que esta ley añadida se añadió precisamente a causa de la transgresión de aquella ley. Por tanto, la ley añadida que menciona Pablo en Gálatas 3:19 es una ley que no existió sino después que se introdujo el pecado, como representación del sacrifico expiatorio de Jesús y, por tanto, era una ley transitoria. El versículo 24 dice que la ley fue nuestro guía para llevarnos a Cristo. Esto ratifica la idea de que esta ley de que habla Pablo fue la que se introdujo a raíz de la entrada del pecado en el mundo. No se trata de la ley eterna de Jehová, aquella que fue transgredida, sino del sistema ritual judío que fue introducido a causa de esa transgresión, y que simbolizaba la muerte de Cristo.
Obsérvese cómo Pablo dice que antes del Sinaí ya había pecado en el mundo (Rom. 5:13). ¿Cómo podía haber pecado en el mundo si no había ley que transgredir? Porque "donde no hay ley, tampoco hay transgresión" (Rom. 4:15). Necesariamente, entonces, tenía que haber ley en la humanidad, o no habría habido pecadores.
Por otro lado, no es que la ley se haya dado "en dos entregas", sino que de hecho se dieron dos leyes diferentes, una ley eterna, inmutable, perfecta (Sal. 111:7, 8) dada antes de la caída; y otra pasajera, mutable, imperfecta (Heb. 10:1-4) y añadida a causa del pecado.

#Por qué será que en los mandamientos dados a nuestros primeros padres en el Edén, y en los que fueron dados a los patriarcas Noé, Abraham y otros no se hace ni una sola referencia al deber de guardar el sábado? ¿Por qué no se menciona la palabra sábado sino cuando habían pasado más de dos mil años desde la creación del hombre? Si las teorías adventistas fueran ciertas, ¿no se había de hacer referencia al deber de guardar el sábado muchas veces antes del capítulo 16 del Éxodo?

Dice ud que del sábado no hay ninguna referencia antes del capítulo 16 de éxodo Pero, ¿qué hay de los demás mandamientos que tampoco son mencionados antes de Sinaí? Por ejemplo, Dónde dice la Biblia, antes de Sinaí, que se le prohibió al hombre matar? Estaprohibición no aparece por ningún lado. Sin embargo, Caín mató a su hermano, y ya sabemos cómo reaccionó el cielo. ¿Por quéDios respondió de manera tan drástica contraCaín? ¿Qué de malo había en que él le diera muerte a su hermano, si no había un mandamiento que se lo prohibiera? Pablo declara inequívocamente que "donde no hay Ley no se inculpa de pecado" (Rom. 5:13). Si no se les había dado la ley a aquellos primeros hombres, ¿por qué entonces se inculpó de pecado a Caín?
Antes de dar muerte a su hermano le fue advertido: "Elpecado está a la puerta" (Gén. 4:7). ¿Porqué se le habla de pecado cuando no había ley? Si el pecado es la transgresión de la ley (1 Juan. 3:4), y si no hay pecado donde no hay ley (Rom. 4:15), ¿cómo puede explicarse que a Caín se le acuse de pecado?
Y que decir de los sodomitas? quienes sondescritos como "muy malos y pecadores contra Yahveh" (Gén.13:13, Biblia de Jerusalén). ¿Qué pecados cometían y dónde dice que eran pecados? El pacto sinaítico estaba todavía a unos 400 años en el futuro y, por demás, ¿porqué Dios demanda obediencia a los sodomitas si él a fin de cuentas no había hecho con ellos un pacto como el que establecerá después con los israelitas? Esto demuestra que, si los sodomitas pecaban contra Jehová, es porque conocían la voluntad divina en relación con lo que practicaban, y tenían una responsabilidad ante Dios. Y esto es así porque "por medio de la Ley es el conocimiento del pecado" (Rom. 3:20).

Enoc, séptimo desde Adán, testifica que los hombres de su tiempo eran "pecadores impíos" (Judas 15) , lo que comprueba que, 18 siglos antes de Moisés, los hombres conocían la ley de Dios y la transgredían a voluntad.

Pero, ¿cómo es que los hombres conocían los mandamientos de Dios si estos aun no se habían escrito? En esto nos ayuda el justo Job, quien pasó su prueba aproximadamente hacia el -1613, es decir, un siglo antes del Éxodo. Él nos dice: "Recibe la ley de su boca, pon sus preceptos en tu corazón" (Job 22:22). Esto quiere decir que Dios había expresado su voluntad oralmente, y así se había transmitido a todos los hombres. Job, quien no era judío y vivió antes del Éxodo, declara conocer los mandamientos de Dios: "¿Cuántas son mis iniquidades y pecados? Hazme entender mi transgresión y mi pecado" (Job 13.23). Además, enumera varios pecados que sabe que violaban la ley de Dios: asesinato (Job 24:14), adulterio (Job 24:15; 31:9), codicia (Job 31:1, 9), falso testimonio (Job 31:5), hurto (Job 27:8, 31:7), idolatría (Job 31:26). Aunque sólo menciona seis de los diez mandamientos, ¿significa eso que él desatendía los otros mandamientos?él declara: "Nunca me separé del mandamiento de sus labios, sino que guardé las palabras de su boca más que mi comida" (Job 23:12).

¿dónde hay una orden en el Génesis sobre los sacrificios? En ninguna parte. Sin embargo, vemos que Adán y Eva fueron vestidos con "túnicas de pieles", obviamente provenientes de animales sacrificados (Gén. 3:21). Además, vemos a Abel ofreciendo a Jehová una ofrenda "de los primogénitos de sus ovejas, y de la grasa de ellas" (Gén 4:4). ¿Dónde está la orden de los sacrificios? ¡No aparece en el relato!
¿Habrá de concluirse por eso que nunca se dio tal indicación? De ninguna manera. Así tampoco puede concluirse que Dios no reveló su voluntad a los primeros humanos, tan sólo porque en el relato no se registra tal indicación.

#¿Dónde en las Escrituras leemos que se haya dado mandamiento alguno de guardar el séptimo día antes de ser redimido el pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto? Habrá que citar capítulo y versículo en cada caso, sin hacer referencia a Génesis 2.1 al 3, pues allí no hay mandamiento.

R. Dios bendijo el sábado al terminar la obra de creación, y no ha de creerse que la bendición del sábado estuvo en estado de latencia hasta que llegó el pacto sinaítico. La Biblia dice claramente: "El séptimo día terminó Dios lo que había hecho, y descansó. Entonces bendijo el séptimo día y lo declaró día sagrado, porque en ese día descansó de todo su trabajo de creación" (Gén. 2:2, 3). Ahora bien, toda santificación es de efecto inmediato, pues aquello que Dios santifica no necesita esperar siglos para ser santo. Por consiguiente, la observancia del sábado atañó a los patriarcas, quienes vivieron después de que el sábado de Jehová fue santificado.

# Si fue como ustedes alegan, que el mandamiento fue dado a Adán en el día de la creación, ¿cómo es que se equivocó de fecha? Fue creado Adán en el sexto día; el séptimo día al cual se hace referencia en el Génesis fue el segundo de su existencia. Si Adán tuvo que trabajar seis días y luego descansar en el séptimo, ya estaría equivocado cinco días en su cálculo. El sábado suyo no sería el séptimo día porque habría trabajado un solo día. “El sábado de Adán fue un sábado del segundo día”

R. Es incorrecto hablar del "sábado suyo" refiriéndose a Adán, o "el sábado de Adán", pues el séptimo día no se cuenta en relación con el nacimiento del hombre, sino en relación con la creación del mundo. Este sofisma demuestra que el autor o los autores de las preguntas se ven obligados a recurrir al mínimo artificio posible con tal de desvirtuar la santidad de un día que se sabe que Dios santificó en el Edén. Que Adán descansara el segundo día de su vida ni viola ningún mandamiento ni desvirtúa la santidad del sábado. El cuarto mandamiento no significa descansar el séptimo día después que uno nace, sino descansar el séptimo día de la semana, es decir, de la semana que el Señor creó.En realidad, más absurdo sería creer que Adán se negara a guardar el primer sábado alegando que todavía le faltaban cinco días de trabajo.

#¿No han leído Nehemías 9:12-14, donde dice claramente que el sábado fue dado al pueblo de Israel en el Monte Sinaí? Viendo que el sábado fue dado solamente a Israel, ¿por qué insisten en obligar a otros a guardarlo?

R. Nehemías no dice que el sábado fue dado "solamente" a Israel. Esa palabra ha sido agregada a propósito. Jesús dice que "el sábado fue hecho por causa del hombre" (Mar.2:27). No dice "por causa del israelita", lo cual sería de esperar si este mandamiento fuese una exclusividad de los judíos. Pero al decir "por causa del hombre", Jesús ratifica la universalidad de este mandamiento, al igual que los otros.
Inclusive Cristo esperaba que el sábado siguiera vigente después de su ascensión, porque para cuando llegara el sitio de Jerusalén que sucedió en el 70DC les recomendó: "Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de sabado;" Mateo 24:20
El apóstol Juan, al referirse a los ritos de expiación, los llama indistintamente "fiestas de los judíos". A la Pascua, "Pascua de los judíos" (Juan 2:13; 6:4; 11:55; 19:42); a la Fiesta de los Tabernáculos, "la fiesta de los judíos, la de los Tabernáculos" (Juan 7:2); y a otras fiestas "de los judíos" (Juan 2:6; 5:1), con lo que Juan aclara la limitación de estas fiestas a la nación de Israel, y por lo tanto no son extensibles a los gentiles. Pero no ocurre así con el sábado. Juan se refiere al menos unas 11 veces al sabbáton, pero ni él, ni ningún otro escritor del NT se refiere al séptimo día como el "sábado de los judíos". Esto permite aclarar que no se trataba de un mandamiento limitado a los israelitas, sino que es extensivo a todos los hombres, como lo es el resto de los mandamientos.

#¿Por qué ponen ustedes a los gentiles bajo el sábado, cuando a ellos nunca les fue dado? La ley dice: "Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel". (Éxodo 31:16,17). No hace mención de los gentiles. Léanse también Ezequiel 20:10-12.

R. "También les dijo: El sabado fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del sabado." Marcos 2:27. Hoy hay un Israel espiritual, no de carne, sino de corazón. Esto es al menos lo que enseña Pablo a los efesios, quienes no eran israelitas según la carne, pero por la sangre de Cristo ya no pueden ser considerados extranjeros (Ef. 2:1-22). A los gálatas les dice: "…si vosotros sois de Cristo, ciertamente descendientes de Abraham sois, y herederos según la promesa" (Gál. 3:29), y a los romanos les dice: "No es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu y no según la letra. La alabanza del tal no viene de los hombres, sino de Dios" (Rom. 2:28, 29). Esto quiere decir que hay un Israel espiritual, heredero del nuevo pacto que Jehová estableció con el sacrificio de Cristo. Nótese en qué consiste el nuevo pacto: "Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Pondré mi ley en su mente y la escribiré en su corazón; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo." (Jer. 31:33)

# La ley dice: "El día séptimo os será santo, día de reposo para Jehová; cualquiera que en él hiciere trabajo alguno, morirá". (Éxodo 35:2; 31:14). Si la primera parte de la cita es obligatoria para los cristianos, debe serlo también la segunda parte. ¿Por qué no cumplir la ley que manda matar a los que trabajan en el día sábado?

En principio, no sólo los transgresores del sábado, sino todo aquel que viola los mandamientos de Dios sin arrepentirse de sus pecados, habrá de pagar con la muerte eterna, en conformidad con lo que estipula la Escritura (Rom. 2:12). "Dormirán el sueño eterno y nodespertarán" (Jer. 51:57). "Los abrasará, diceJehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama" (Mal. 4:1). Sin embargo, la pregunta sugiere que sólo los que profanaban el sábado debían morir en el antiguo Israel, lo cual es falso. Los asesinos (Éx. 21:12), los zoófilos (Éx. 22:19), los idólatras (Lev. 20:2; Deut. 13:5,10,13-15; 17:2-7; Núm. 25:1-9), los hechiceros (Éx. 22:18; Lev.20:27), los falsos profetas (Deut. 13:5; 18:20), los maldicientes a los padres (Lev. 20:9; Éx. 21:15,17), los adúlteros (Lev. 20:10; Deut. 22:22), los incestuosos (Lev. 18:6-17,29; 20:11,12,14), los sodomitas (Lev. 20:13; 18:22), los secuestradores (Éx. 21:16; Deut. 24:7) y otros que practicaban otros pecados eran igualmente llevados a la muerte

#El apóstol Pablo describe la ley como un ministerio de muerte en letras grabadas en piedra. (2 Corintios 3:1-18; Éxodo 20:1-17; 31:18; 32:15,16; 34:1-28). Nos dice que había de perecer. (2 Corintios 3:7-11). ¿Puede el adventismo decirnos quién la hizo volver?

Aunque se lea y se relea todo 2 Corintios 3, no se hallará allí una sola indicación de que la ley fuera borrada. Antes bien, dice que la ley estará escrita en "tablas de carne del corazón" (vers. 3). Si no hubiera ley, no habría nada que escribir en el corazón. No obstante, Jeremías indica que en el nuevo pacto la ley ha de ser escrita en las mentes y en los corazones de los hijos de Dios (Jer. 31:33). No para salvarse por cumplirla, sino como resultado de que han sido perdonados (Juan8:10).
El ministerio de muerte indica que, como todos los hombres han pecado, están destituidos de la gloria de Dios. Sin embargo, al aparecer Cristo los hombres reciben la oferta de perdón de Dios, en virtud de que el Hijo saldó esa deuda que teníamos con Dios. Sin embargo, aunque recibamos perdón, el sacrifico de Cristo quedaría sin efecto si el hombre perdonado se empeñara en seguir transgrediendo la ley. "¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? ¡De ninguna manera! Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?" (Rom. 6:28, 29).

Lo que explica Pablo en 2 Corintios 3 no es que la ley haya sido borrada, sino que ha sido escrita en el corazón, tal como se había prometido. Pero si la ley está escrita en el corazón, ¿significa eso que el cristiano debe olvidarla? ¿O por el contrario significa que vivirá de acuerdo con ella? Nuestro Dios lo aclara:
"Os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros. Quitaré de vosotros el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Pondré dentro de vosotros mi espíritu, y haré que andéis en mis estatutos y que guardéis mis preceptos y los pongáis por obra" (Ez. 36:26, 27). De modo que el hombre sincero que se acerca a Dios, en lugar de quejarse por la vigencia de la ley, cantará: El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu Ley está en medio de mi corazón (Sal. 40:8) Y también: ¡Cuánto amo yo tu Ley! ¡Todo el día es ella mi meditación! (Sal. 119:97)

#¿Por qué comen lo que ha sido preparado con un fuego encendido en día sábado? ¿No saben que así infringen la ley sobre la cual basan su salvación eterna? (Éxodo 35:1-3, 16:23-30).

Sobre encender fuego en sábado, véase la respuesta a la pregunta #3. Sobre la declaración de que los adventistas basan su salvación eterna en la observancia de la ley, es falso. La salvación es un don gratuito de Dios (Ef. 2:8). Nadie se salva por sus propias obras (Gál. 2:16). Sin embargo, la justificación por la fe no implica que deba desaparecer la obediencia a la ley. "¿Por la fe invalidamos la Ley? ¡De ninguna manera! Más bien, confirmamos la Ley" (Rom. 3:31).

#¿Por qué no cumplen con la ley ofreciendo sacrificios cada sábado? Es parte esencial de la ley del sábado, según Números 28:9,10, pero ustedes no respetan la ordenanza.

La mayor prueba de la falacia de este argumento es que los apóstoles observaron el día de reposo sin realizar sacrificios (Hec. 13:14, 42; 16:13; 18:3, 4). Y no lo hacían, porque los sacrificios ya no tenían sentido alguno, habiendo muerto ya Aquel a quien apuntaban los sacrificios (Heb. 10:11, 12).

#Si los mandamientos o la ley quiere decir los diez mandamientos, y nada más, ¿por qué respondió el Señor Jesús acerca de la ley citando dos mandamientos que no se encuentran entre los diez? En Mateo 22:35-40, Él citó uno del libro de Levítico y otro de Deuteronomio. ¿Acaso empleaba el engaño? Si el adventismo está en lo correcto, entonces sólo una u otra de estas cosas es verdad.

Tal como lo explican Jesús y Pablo, los Diez Mandamientos están fundamentados en el amor a Dios y al prójimo (Mat. 22:40; Rom. 13:9). Nadie que diga que ama al prójimo tendrá una conducta social impropia, como mentir, adulterar, robar y matar. Del mismo modo, nadie que diga amar a Dios lo ofenderá adorando ídolos, o blasfemando su nombre, o violando su sábado. Es algo que Dios ha escrito y ordenado, no el hombre ni la iglesia adventista.
En cambio, son los hombres los que dicen "no hay que guardar el sábado", y al respecto argumentan diferentes excusas. En tanto Dios dice "acuérdate de mi sábado", las iglesias dicen: "no lo guardes". ¿A quién hemos de obedecer? (Hechos
5:29).
Se equivoca quien diga que los adventistas enseñan que la frase "la ley" se refiere sólo a los Diez Mandamientos. Antes bien, la ley representa un caso de polisemia como otros en la Biblia y, por tal motivo, su significado ha de entenderse de acuerdo con el contexto en que aparezca. Los adventistas enseñan, de acuerdo con el texto sagrado, que la ley puede referirse a los Diez Mandamientos (Rom. 7:7), pero también a la ley ceremonial (Gál. 3:19).

# El apóstol Pablo describe la ley como un ministerio de muerte en letras grabadas en piedra. (2 Corintios 3:1-18; Éxodo 20:1-17; 31:18; 32:15,16; 34:1-28). Nos dice que había de perecer. (2 Corintios 3:7-11). ¿Puede el adventismo decirnos quién la hizo volver?*

Aunque se lea y se relea todo 2 Corintios 3, no se hallará allí una sola indicación de que la ley fuera borrada. Antes bien, dice que la ley estará escrita en "tablas de carne del corazón" (vers. 3). Si no hubiera ley, no habría nada que escribir en el corazón. No obstante, Jeremías indica que en el nuevo pacto la ley ha de ser escrita en las mentes y en los corazones de los hijos de Dios (Jer. 31:33). No para salvarse por cumplirla, sino como resultado de que han sido perdonados (Juan8:10).
El ministerio de muerte indica que, como todos los hombres han pecado, están destituidos de la gloria de Dios. Sin embargo, al aparecer Cristo los hombres reciben la oferta de perdón de Dios, en virtud de que el Hijo saldó esa deuda que teníamos con Dios. Sin embargo, aunque recibamos perdón, el sacrifico de Cristo quedaría sin efecto si el hombre perdonado se empeñara en seguir transgrediendo la ley. "¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? ¡De ninguna manera! Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?" (Rom. 6:28, 29).

Lo que explica Pablo en 2 Corintios 3 no es que la ley haya sido borrada, sino que ha sido escrita en el corazón, tal como se había prometido. Pero si la ley está escrita en el corazón, ¿significa eso que el cristiano debe olvidarla? ¿O por el contrario significa que vivirá de acuerdo con ella? Nuestro Dios lo aclara:
"Os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros. Quitaré de vosotros el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Pondré dentro de vosotros mi espíritu, y haré que andéis en mis estatutos y que guardéis mis preceptos y los pongáis por obra" (Ez. 36:26, 27). De modo que el hombre sincero que se acerca a Dios, en lugar de quejarse por la vigencia de la ley, cantará:
El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu Ley está en medio de mi corazón (Sal. 40:8)
Y también:
¡Cuánto amo yo tu Ley! ¡Todo el día es ella mi meditación! (Sal. 119:97)

# En Gálatas 3:19, leemos que la ley fue puesta hasta que viniese la simiente, dejando así claro que la ley no sería perpetua sino que serviría por un tiempo definido. La Simiente, Cristo, ha venido y nos ha redimido de la ley. (Gálatas 3:13). De manera que, según las Escrituras, ha terminado el período para el cual nos fue dada la ley. Somos libres de ella. Nótense también Romanos 7:1-6. ¿Aceptan los dichos de la Palabra de Dios en este sentido?*

En cuanto a Gálatas 3:19, estamos de acuerdo con que esa ley que allí se menciona está abolida. Pero nótese a qué ley se refiere: la que "fue añadida a causa de las transgresiones". Como hemos visto, si había transgresiones, es porque había una ley que se estaba transgrediendo (Rom. 4:15). Así, Gálatas 3:19 se refiere a la ley que se ordenó como sombra de Cristo, el conjunto de sacrificios y actos ceremoniales, los cuales fueron efectivamente añadidos como símbolos del sacrifico expiatorio del Cordero de Dios (Luc. 24:44).
Sin embargo, se declara en la pregunta que Cristo nos "ha redimido de la ley", como queriendo decir que ya no hay que obedecer la ley. Cristo nos redimió de la maldición de la ley, es decir, nos salvó de la condenación que pendía sobre nosotros como pecadores. Porque todos somos pecadores, pues todos hemos violado la ley de Dios (Rom 3:23; 5:12). Pero Gálatas 3:13 no dice que Cristo nos autoriza a desobedecer la ley de Dios, Tampoco lo dice el resto de la Biblia. Al contrario, Pablo declara enfáticamente: "yo no estoy sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo" (1 Cor. 9:21). ¿Y qué es la ley de Cristo? Es la Ley bajo la cual Cristo Mismo nació (Gál. 4:4). Es la Ley que está en su corazón (Sal. 40:8). Es la Ley que Él vino a "cumplir" (Mat. 5:17). La "Ley de Dios" es ahora llamada "la Ley de Cristo" porque ahora se relaciona con todos los Cristianos. Como criaturas estamos para "servir a la ley de Dios" (Rom. 7:25). Como pecadores redimidos estamos obligados a ser "siervos de Cristo" (Ef. 6:6), y así es como estamos obligados a servir "a Cristo el Señor" (Col. 3:24). La relación entre estas dos apelaciones, "la ley de Dios" y "la ley de Cristo" está claramente demostrada en 1 Cor.9:21, donde el apóstol declara, que él no estaba sin ley de Dios, porque él estaba "bajo" la ley de Cristo.

Una cuidadosa lectura de la Epístola mostrará que la Emancipación aquí no es de la Ley como regla de conducta moral, sino de la maldición o pena de la Ley; y la herejía particular de los Judaizantes no era que pretendían hacer presión en los santos en relación con los Diez Mandamientos como norma de vida, sino que insistían que las obras de la Ley debían cumplirse para que el pecador pudiera salvarse. (Véase Hechos 15:1). El problema en Galacia era el legalismo y el ritualismo.

A ver... Romanos 7:1-6. Romanos 7 es uno de los capítulos más esclarecedores en relación con el tema de la ley y la salvación. La ley, según lo que enseña Pablo allí, condena al hombre, por cuanto el hombre la violó: "al venir el mandamiento, el pecado revivió y yo morí" (Rom. 7:9). Sin embargo, la muerte de Cristo ha logrado que el hombre sea salvado del peso de muerte que pende sobre todo transgresor. Al morir Cristo en nuestro lugar, es como si nosotros mismos hubiésemos sido crucificados. Es lo que explica Pablo claramente al decir que "habéis muerto a la Ley mediante el cuerpo de Cristo" (vers. 4).Obsérvese que no es la ley la que ha muerto, sino nosotros a ella, por medio del sacrifico vicario de Cristo (Gál. 5:24). Puesto que ya Cristo murió por nosotros, quedamos libres de la condenación de la ley.
Nótese además que el problema no es la ley sino el pecado, es decir, la desobediencia a la ley. Pablo aclara que la ley no es mala: "el mismo mandamiento que era para vida, a mí me resultó para muerte, porque el pecado, aprovechándose del mandamiento, me engañó, y por él me mató" (Rom. 7:10, 11). No es malo el mandamiento en sí, sino su trnasgresión, con la consecuente pena de la muerte eterna. Pero Pablo aclara: "De manera que la Ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno" (vers. 12). ¿Pero cómo es que siendo bueno el mandamiento puede causar la muerte? Pablo lo explica: "Entonces, ¿lo que es bueno vino a ser muerte para mí? ¡De ninguna manera! Más bien, el pecado, para mostrarse como pecado, produjo en mí la muerte por medio de lo que es bueno, a fin de que el pecado, por medio del mandamiento, llegara a ser extremadamente pecaminoso" (vers. 13).
En los versículos 15-25 Pablo manifiesta claramente que él no puede quitarse el pecado obedeciendo la ley, sencillamente porque su naturaleza humana es pecadora. Sin embargo, él ratifica: "Según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios", dándole así plena vigencia a la ley. Con todo, Pablo sabe que es pecador y, aunque en su mente están escritos los mandamientos, él no puede dejar de pecar por su propio esfuerzo (17-21).

# Si los cristianos están obligados a guardar el sábado, ¿por qué no fue incluido esto en la importantísima carta enviada a las iglesias por el concilio de apóstoles y ancianos que se celebró en Jerusalén para considerar la cuestión de si los gentiles deberían guardar la ley? (Hechos 15:1-29).*

Si leemos atentamente el capítulo 15 de Hechos notaremos que en la iglesia primitiva algunos judaizantes querían imponer la circuncisión y todas las ceremonias mosaicas (Hec. 15:1, 5). Como puede verse, el problema no estaba relacionado con los Diez Mandamientos, sino con la ley ceremonial, la cual ya había sido abolida por la muerte de Cristo y por tanto invalidada (Ef. 2:13-15).
¿Creerá alguien que, como en Hechos 15:20 no se menciona el sábado, los cristianos están desobligados de guardarlo? Allí tampoco se les prohíbe a los cristianos mentir ¿Significa eso que los cristianos pueden mentir? Tampoco se prohíbe mentir. ¿Somos por eso libres de mentir? Decididamente no. la carta redactada por los apóstoles nada menciona sobre el espiritismo, ni sobre las borracheras, ni sobre las envidias, ni sobre las contiendas, ni sobre las mentiras, ni sobre las hechicerías, ni sobre otros pecados también reprobados por Dios. ¿Por qué no se hace mención de estas y otras responsabilidades igualmente trascendentales? ¿Acaso no son estos también asuntos importantísimos? (Rom. 13:13, 14; Gál. 5:19-21; Apoc. 21:8; 22:15). La respuesta más obvia es que en ese momento específico estos problemas no representaban una amenaza para la comunidad cristiana de Judea, y la carta estaba referida sólo a aquellos puntos en que la congregación estaba fallando.
Sin embargo, eso no significa que los cristianos de Judea no tuvieran que observar también otras disposiciones divinas. Del mismo modo, debe entenderse que el sábado no era ningún problema para ellos, o de lo contrario la indicación habría Sido impartida.

# Si los cristianos deben guardar el sábado, ¿cómo se explica que el Señor Jesús no hizo mención del tema, al enumerar los mandamientos al mancebo de Mateo 19:16-22 Y, ¿cómo es que el apóstol Pablo, escribiendo bajo la inspiración del Espíritu Santo, no trata en ninguna parte de sus varias epístolas la supuesta gran importancia de guardar el sábado?*

Si nos vamos al relato del mancebo Entonces creen que los seis últimos mandamientos están en vigor ya que Cristo allí los menciona, pero no así el sábado? Pero si al no mencionar al sábado Jesús lo estaba invalidando, entonces también estaba invalidando los primeros tres mandamientos, que Jesús tampoco se los menciona al joven rico. Difícilmente se aceptará que Jesús estaba autorizando al joven a tener otros dioses, a adorar ídolos y a tomar el nombre de Dios en vano. Del mismo modo, tampoco lo estaba autorizando a violar el sábado, ya que violar un punto de la ley, es violar la ley completa (Sant. 2:10-12). Recuerda Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos. Santiago 2:10

Pero ahora bien, A fin de ofrecer una respuesta clara, convendrá analizar los tres casos por separado.

El joven rico: Jesús fue explícito con él recordándole cinco de los Diez Mandamientos. No citó los cuatro primeros ni el décimo. Si por no mencionar el sábado, que es el cuarto, estamos autorizados a desobedecerlo" por lógica nos asiste el mismo derecho a desobedecer los otros no mencionados. En lógica se señala la falacia de este argumento diciendo que "el que prueba demasiado, no prueba nada". Jesús no mencionó al joven rico muchas cosas necesarias en la vida del creyente, como ser la fe, la gracia, el arrepentimiento, etc. No diríamos por eso que no son necesarias. Aceptamos, por otra parte, que Jesús como Maestro de los maestros no se equivocó en su método de enseñanza. Hizo lo único y mejor que convenía hacerse. No hay duda que si alguna vez ese joven reflexionó, se dio cuenta que era adorador de un dios ajeno: sus riquezas, pecado señalado por el primer mandamiento. Y es precisamente la fe, no mencionada al joven rico, la que a todos nos ayuda a ser obedientes (Rom. 3: 31; Heb. 11: 6). Por lo dicho, queda claro que no queda anulado el mandamiento del sábado porque Jesús no se lo menciono; como tampoco quedan anulados los otros mandamientos por la sola razón de que no fueron mencionados en esa ocasión.
Dos mandamientos y no diez: Los dos mandamientos citados por Jesús sus fueron tomados del Antiguo Testamento. El primero está en Deuteronomio 6: 5 y el segundo en Levítico 19: 18. Vale decir que fueron dada por el mismo Dios que dio los Diez Mandamientos; por lo tanto, no se anulan, sino que se complementan. Los dos son la síntesis de las manifestaciones de nuestro amor a Dios y al prójimo, y los diez son el análisis o la expresión detallada de cómo hacerlo. "De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas", dijo Jesús. "Depende" quiere decir, estar en sujeción o subordinación de uno, provenir, proceder, ser consecuencia. Y eso es justamente lo que sucede, Los Diez Mandamientos son consecuencia o provienen de los dos principales. Los primeros cuatro nos enseñan cómo amar a Dios con todo nuestro corazón y nuestra fuerzas, y los últimos seis, cómo amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
Así es que los dos mandamientos no anulan los diez, ni los diez contradicen a los dos. Los diez dependen o provienen de los dos.
¡¡El concilio de Jerusalén: La carta apostólica dice: "Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas necesarias: que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis" (Hech. 15: 28, 29). En la carta se hace referencia directa al séptimo mandamiento. Si aceptamos que por no haberse mencionado el sábado, eso significa que no hay que guardarlo, ¿qué de los otros ocho mandamientos no mencionados ¿Quedaron anulados? ¿Y qué de la fe, la gracia, el arrepentimiento, el bautismo, que tampoco fueron mencionados en la carta? ¿Eso nos autoriza a descartar tales verdades?
¿Qué cosas se estudian en un concilio? Los problemas que causan disputa o inseguridad, para encontrar la forma de resolverlos. Las doctrinas o mandamientos aceptados no se discuten en los concilios. Por eso nada dice la carta respecto al robo, al sábado, al bautismo, a la gracia, etc. En esas cosas no había desacuerdo. Para la iglesia cristiana de ese entonces no había duda si debían guardar el sábado o el domingo. Todos guardaban el sábado, y por esa sencilla razón nada se dijo respecto al día de reposo.
De haber habido cambio en cuanto al día de reposo, sin duda se hubiera levantado una seria polémica. Grandes fueron las reclamaciones de los judíos y serias las amenazas cuando Jesús se propuso enseñar la correcta observancia del sábado. Hasta quisieron matarlo (Mat. 12: 14; Juan 5: 16). ¡Qué clamor de protestas se hubiera levantado si los discípulos hubiesen enseñado que el sábado estaba abolido y el domingo era el verdadero día! Nada de eso aparece en el Nuevo Testamento. Ese silencio total en cuanto a un cambio, es la prueba mayor de que todos observaban el sábado.
Lo que nadie puede hacer es demostrar que Pablo o cualquier otro escritor de la Biblia ordene desobedecer los Diez Mandamientos. Ni el sábado, ni ningún otro.

#En los capítulos 2 y 3 del Apocalipsis se encuentran siete cartas de la gran Cabeza de las iglesias, dirigidas a siete iglesias locales. Son los últimos mensajes directos a las iglesias sobre la tierra. Si fuese verdad lo que enseña el adventismo, ¿no les habría recordado su deber de guardar el sábado?*

Cuando se le escriben estás cartas a las iglesias se hace mención de algunos pecados y se les exhorta a no seguirlos cometiendo, pero era porque cada iglesia había caído en el error de cometer dicho pecado, por ello no era necesario nombrar los otros. Ahora que se cita apocalipsis, allí también encontramos versículos muy interesante con respecto a los mandamientos, te cito algunos.
"Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús." Apocalipsis 14:12
"¡Temed a Dios y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado. Adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas!" (Apoc. 14:7). Si nos fijamos en el cuarto mandamiento, observaremos de inmediato que se nos ordena guardar el sábado "porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el sábado y lo santificó"
(Apoc. 14:7).

# Ustedes dicen que el domingo entró con Constantino en el siglo IV. ¿Cómo explican entonces que los "padres" de la Iglesia, que escribieron durante los primeros tres siglos después de Cristo, hablan del primer día de la semana para las reuniones de los creyentes?

Como ahora se toca un tema extrabíblico, será bueno revisar los datos históricos disponibles para determinar hasta qué punto los "padres" de la iglesia católica acertaron en la verdad. Pablo dice que ya en sus tiempos estaba en marcha el plan de la apostasía (2 Tes. 2:7-9), lo que permite entender que, si en algo los cristianos de los tres primeros siglos procedieron de manera diferente al evangelio eterno, es porque estaban apostatando.

Citar a los autores católicos del periodo postbíblico, ¿es una prueba fidedigna de la verdad? De ser así, ¿por qué los protestantes no hacen votos por los muertos, tal como lo enseñaron Tertuliano, Juan Crisóstomo, Lactancio, y Gregorio Magno? ¿Por qué no creen en el Purgatorio, tal como lo enseñaron Tertuliano y Agustín de Hipona? ¿Por qué no veneran a María,como lo enseñaron Justino Mártir e Ireneo de Lión? ¿Por qué no creen en la preexistencia del alma, tal como lo enseñó Orígenes? ¿Por qué además los protestantes no usan imágenes en sus iglesias, tal como lo hicieron Agustín, Jerónimo, Paulino de Nola, Basilo, Barlaam, Cirilo de Aljandría y tantos otros? Pues si el hecho de que ellos no guardaran el sábado demuestra la legitimidad de esta actitud, entonces todo lo demás que practicaron contra los mandatos divinos también será legítimo a los ojos de Dios.
Tal como lo entendió el protestante James Buchanan en el siglo XVI, hay una gran diferencia entre la teología histórica de la Escritura y la teología histórica de la iglesia, y esta diferencia está dada en razón de que los escritos bíblicos fueron inspirados, pero no los escritos "patrísticos".
Estos escritos [de la iglesia católica], sean antiguos o modernos, no poseen autoridad divina en asuntos de Fe, y su enseñanza en estos temas no deben afectar nuestras creencias, a menos que pueda probarse que están en conformidad con las normas infalibles de la palabra de Dios… La levadura anticristiana, que existía en la iglesia primitiva, gradualmente se expandió y fermentó en tiempos posteriores, y se ha vuelto casi universal, cuando el poder de Roma, que tenía obstruido su temprano desarrollo, tomó su camino, y la "Apostasía" predicha tuvo libre curso, hasta culminar en el "Hombre de Pecado", que se sienta "en el templo de Dios" como "Aquel Inicuo" (hoánomos), el cuerpo visible del "misterio de la iniquidad" (2 Tes. 2:3-8), u "hombre de pecado" (amartías). No podemos esperar que durante el progreso de esta Apostasía predicha, la verdad del Evangelio continuara en su pureza original, y hallamos que,consecuentemente, mientras continuó con su simplicidad durante los tiempos de la persecución y martirio, al final del segundo siglo comenzó a corromperse con muchas doctrinas erróneas y prácticas supersticiosas, que crecieron bajo el fomento de los padres más eminentes, tanto de la Iglesia Oriental como de la Iglesia de Occidente.
Esto lo escribe un protestante, no un adventista. Si es verdad que en el periodo postbíblico el Evangelio no continuó con su pureza original, ¿cómo podremos esperar una demostración doctrinal a partir de lo que aquellos hombres enseñaron? ¿No debe ser la Biblia, y la Biblia sola, la fuente de la doctrina? Por eso, recurrir a los "padres" católicos para demostrar una doctrina bíblica, sólo puede traernos más tinieblas que luz.

# ¿Por qué porfían en que uno de los papas cambió el día de descanso del séptimo día al primero? Hay plena prueba histórica que los cristianos observaban el primer día durante los siglos antes de que hubiese papa alguno.
Para empezar, hace falta que se citen las fuentes que demuestran que todos los cristianos de los primeros siglos guardaban el domingo en lugar del sábado. Por el contrario, consta en la historia que la observancia del domingo fue introduciéndose de manera gradual en el mundo cristiano.


La historia enseña (no los adventistas) que fue Constantino el Grande quien el 3 de marzo de 321 decretó la santidad del venerabilis dies solis, para legitimar una práctica pagana que se había infiltrado en la iglesia desde los primeros siglos. Tal como lo confiesa el sacerdote jesuita Félix Moracho, "El emperador Constantino, el año 321 decretó que el domingo tienen que descansar los jueces y las demás actividades ciudadanas. Este descanso, en los siglos V y VI se generalizó y se fue interpretando rigurosamente". Después de Constantino, Graciano y Teodosio ratificarán esta medida. El papa Inocencio I, en el 416 (su último año de pontificado), decretó que el domingo fuese día de ayuno. En el 538 el Concilio de Orleáns prohibió que se hiciera en domingo el trabajo con arado, o en viña, siega, cosecha, descasque, cultivo, seca, a fin de que las personas pudiesen frecuentar la iglesia. Y en el 590 el papa Gregorio I condenó como "anticristo" a quien enseñara que debiese guardarse el sábado como día de reposo. Esto revela que, al contrario de lo que se asegura en la pregunta 23, sí había cristianos que guardaban el sábado contrariando así los decretos imperiales y pontificales. De no ser así, ¿qué sentido tenía la amenaza de Gregorio?
El historiador católico Sócrates Escolástico registra hacia el año 440 que "aunque casi todas las iglesias del mundo celebran los sagrados misterios cada semana en sábado, los cristianos de Alejandría y de Roma, por una antigua tradición, han dejado de hacer esto". Por su parte Sozómeno, otro historiador católico, registra más o menos hacia la misma fecha: "la gente de Constantinopla, y de casi todas partes, se reúne en sábado, tanto como en el primer día de la semana, costumbre que nunca se observa en Roma ni en Alejandría". Así que la propia iglesia católica reconoce que la mayoría de los cristianos del mundo guardaba el sábado a mediados del siglo V.
Será con el paso del tiempo que la iglesia romana presionará por la implementación de la observancia del domingo, lo que finalmente conseguirá. El Catecismo del Concilio de Trento confiesa: "La Iglesia [católica] de Dios en su sabiduría ha ordenado que la celebración del día sábado fuese transferida al «día del Señor» [domingo]". Este catecismo fue escrito por orden del Concilio de Trento y publicado bajo la autoridad del papa Pío V.

Las investigaciones históricas confirman además el origen pagano de la celebración del domingo como día de reposo por parte del catolicismo. Franz Cumont declara: "La preeminencia asignada al dies solis ["día del sol"] ciertamente contribuyó al reconocimiento general del Domingo como día de fiesta", lo cual es ratificado por P. Cotton: "No puede negarse que el uso pagano del Domingo ha tenido un apreciable efecto en la Cristiandad al traer el Domingo Cristiano en preeminencia en la Iglesia como el único día de adoración".
Por su parte A. P. Stanley explica:
La retención del antiguo nombre pagano de Dies Solis, o Día del Sol ["Sunday", en inglés] para la observancia semanal cristiana se debe en gran medida a la unión del sentimiento pagano y el cristiano con que Constantino recomendó a sus súbditos, tanto paganos como cristianos, que el primer día de la semana fuera «el día venerable del Sol»
Pero si fue Constantino quien lo hizo, ¿por qué los adventistas denuncian al catolicismo de haberlo hecho? Porque, tal como lo explica el católico C. S. Mosna en su trabajo doctoral, fue la iglesia católica la que "influyó en la decisión de Constantino de hacer del domingo un día de reposo para todo el imperio, y esto indudablemente fue para darle al día del Señor un lugar preeminente sobre los otros días". Es por esto que la iglesia católica "puede reclamar el honor de haber garantizado al hombre una pausa en su trabajo cada siete días".

# Si debemos guardar el séptimo día, ¿cómo es que los apóstoles y cristianos primitivos celebraban sus reuniones de mayor importancia, como la cena del Señor, el primer día en vez del séptimo?*
Te cito algunos de los pocos versículos (9 total, 8 en el nuevo, 1 en el antiguo) en los que el primer día de la semana (domingo) es nombrado en la biblia, y te explico.
"Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros." Juan 20:19 En este versículo si, es más que claro que los discípulos estaban reunidos el primer dia de la semana Pero no estaban celebrando nada ni estaban guardando ningún reposo. El versículo dice que "los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos", es decir, que estaban escondiéndose. Ninguna celebración estaba llevándose a cabo. Contrariados por la muerte de Cristo y temiendo la arremetida de los judíos, los discípulos se sentían en completo abandono y procuraban evitar que los hallaran. Además, no podían estar reunidos en honor de la resurrección de Cristo porque, en primer lugar, aún no creían que él hubiera resucitado. Acá no se habla de santidad del domingo. No sé menciona una colecta en público. No está hablando de ninguna reunión en la iglesia, esto era una donación especial reunida entre las iglesias gentiles para los santos pobres de Jerusalén. Pablo llevaría esa donación con un representante de cada zona. Léase 1cor 16:3,4; Rom 15:24-28; 2Cor 8:1-4 y 2Cor 9:1-5.

"El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche." Hechos 20:7 Que los discípulos se hayan reunido un primer día de la semana para partir el pan, nada tiene de particular. En Hechos 2:46 se dice que los discípulos "todos los días se reunían en el Templo con entusiasmo, partían el pan en sus casas y compartían sus comidas con alegría y con gran sencillez de corazón" (Biblia Latinoamericana, 1995), pero eso no hace santos todos los días. Por demás, la cena del Señor puede celebrarse cualquier día de la semana y todas las veces que se desee celebrarla, sin que ello vaya a quitarle al sábado la santidad que Dios le confirió (1 Cor. 11:26). El pasaje dice textualmente: "El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche".
Los Hechos de los apóstoles fue escrito por el apóstol Lucas unos 35 años después de la resurrección de Cristo. La mayoría de los comentaristas aceptan que utilizó la manera bíblica de contar los días, respetada por los judíos y cristianos primitivos; vale decir, que el día comienza a la puesta de sol. El cómputo romano para contar el día de medianoche a medianoche, como se estila hoy, no aparece en los escritos del Nuevo Testamento; por lo tanto, la reunión de Troas tuvo que efectuarse en lo que nosotros llamamos "sábado de noche", pues a la puesta del sol comenzaba el primer día de la semana.
Dice el texto que Pablo "alargó el discurso hasta la medianoche", o sea, nuestro sábado de noche. A esa hora el joven Eutico se accidentó, después de lo cual habiendo "partido el pan y comido, habló largamente hasta el alba; y así salió"(vers.9,10).
Así queda claro que el apóstol Pablo salió de viaje después del alba, bien temprano, al aclarar o recién salido el sol. Mientras sus compañeros de viaje subieron al barco, él fue por tierra hasta Asón (vers.13), desde donde siguió con ellos. Con esto concluimos que después de la reunión nocturna del mismo día, en la parte clara de ese primer día de la semana, o sea el domingo por la mañana, el apóstol continuó su viaje.
Si alguien no pudiera aceptar que Lucas usó el cómputo bíblico para contar los días, y prefiere aceptar que ya había abandonado lo indicado por las Escrituras para plegarse a costumbres paganas de los romanos, lo cual no es fácil de aceptar, tampoco este texto puede usarse como prueba de que era COSTUMBRE la observancia del primer día de la semana, pues el mismo escritor se ocupó en indicar el motivo de la reunión: "Pablo les enseñaba, HABIENDO DE SALIR AL DIA SIGUIENTE" (vers.7). Esta explicación es muy importante, porque IMPIDE DAR OTRA RAZON. Si Lucas aclaró que la reunión de ese domingo fue porque Pablo había de viajar, ¿qué derecho nos asistiría, 20 siglos después, de indicar otro motivo? De haber sido costumbre observar el domingo, ésta hubiera sido la oportunidad de explicarlo. Pero al contrario, como si Lucas hubiera anticipado una equivocada interpretación futura respecto a esa reunión, dejó aclarada la razón de la reunión: el apóstol iba "a salir al día siguiente".
No es prudente hacerle decir a la Biblia lo que no dice, y mucho menos contradecir lo que dice con claridad. Por lo tanto, Hechos 20:7 no prueba en absoluto que era costumbre entre los cristianos del primer siglo celebrar reuniones en domingo. Esa fue una reunión ocasional, en la que se trató de aprovechar lo más posible la visita del apóstol a los creyentes de Troas.

LA CENA DEL SEÑOR EN ESA OCASION TAMPOCO PRUEBA QUE SE LA CELEBRÓ POR SER DOMINGO, PUES NO HABIA DIA FIJO PARA SU CELEBRACION. Cuando Jesús instituyó ese rito, fue jueves de noche. Aparentemente hubo un tiempo cuando se la celebraba todos los días (Hech.2:46). En su carta a los corintios, el apóstol Pablo dice: "Así, pues, TODAS LAS VECES que comiéreis este pan, y bebiéreis esta copa, la muerte del Señor aununciáis hasta que venga" (1 Cor.11:26). Así el apóstol reconoce que la celebración de la Cena del Señor se realizaba en ocasiones determinadas por las circunstancias, como lo fue en Troas.
"En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera que ordené en las iglesias de Galacia. Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas." 1 Corintios 16:1-2 Lo que allí recomienda Pablo es recoger una ofrenda especial para los hermanos pobres de Jerusalén. Con esto Pablo ni está santificando el domingo, ni está aboliendo el sábado. No se dice allí que el domingo sea día de reposo ni que hubiera sido santificado. Todo se trata de una medida de emergencia, y nada tiene que ver con el reposo semanal. Nótese que la recomendación era que "cada uno de vosotros reserve en su casa"; "cada uno ponga aparte en su casa"; "cada uno de vosotros aparte en su casa" (RV, 1909). No era una colecta en la iglesia, sino una donación particular que Pablo enviaría a buscar de casa en casa para llevarla a Jerusalén (vers. 3). Ahora bien, si todos los hermanos habían de reunirse en la iglesia ese día, ¿por qué Pablo tenía que molestarse en ir de casa en casa, en vez de que todos llevaran sus donativos a la reunión? Sin embargo, allí no se menciona ninguna reunión religiosa, ninguna lectura de las Escrituras, ninguna oración, ni ninguna discusión doctrinal.
Ahora cito versículos dónde afirman que se reunian los sábados, bien sea con judíos o gentiles:
El mejor ejemplo: "Vino a Nazaret, donde se había criado; y el sábado entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer." Lucas 4:16
¿Esperaba que Cristo que el Sábado fuera abolido? "Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en Sábado;" Mateo 24:20
"Ellos, pasando de Perge, llegaron a Antioquía de Pisidia; y entraron en la sinagoga un día de sábado y se sentaron."Hechos 13:14
"Cuando salieron ellos de la sinagoga de los judíos, los gentiles les rogaron que el siguiente sábado les hablasen de estas cosas." Hechos 13:42

"El siguiente sábado se juntó casi toda la ciudad para oír la palabra de Dios". Hechos 13:44
"Y un sábado salimos fuera de la puerta, junto al río, donde solía hacerse la oración; y sentándonos, hablamos a las mujeres que se habían reunido." Hechos 16:13
Pablo, también, trabajaba haciendo tiendas, y los sábados predicaba el evangelio a judíos y griegos: "y como era del mismo oficio, se quedó con ellos, y trabajaban juntos, pues el oficio de ellos era hacer tiendas. Y discutía en la sinagoga todos los días de reposo, y persuadía a judíos y a griegos." Hechos 18:3-4. Es llamativo el hecho de que, nuevamente, los griegos recibieran el evangelio no en domingo, sino en sábado, lo cual habla claramente de que era el sábado y no el domingo el día que los cristianos guardaban.
La Biblia es clara en señalar que "El que permanece en él (Cristo), debe andar como él anduvo" (Jn.2:6). Muchos citan la ocasión en que El apareció a sus discípulos después de su resurrección el primer día de la semana (Jn.20:19) como prueba de que deseaba instituir dicho día en lugar del séptimo para el servicio religioso. Sin embargo, éste no era su propósito. Cristo tenía la certeza de haber podido grabar en la mente de sus discípulos, durante tres años y medio, que su costumbre era la de observar el sábado. Jamás observó otro día, ni sus discípulos lo hicieron. Una sola reunión en un día distinto no sienta costumbre. La costumbre es un hecho repetido y constante en el tiempo, y la costumbre de Cristo, mientras estuvo en esta tierra, fue la de observar el sábado.
Además que el contexto demuestra que ellos no estaban celebrando un servicio religioso, sino que estaban reunidos "por miedo de los judíos". Es más, en aquella ocasión Cristo reprendió a los apóstoles porque "no habían creído a los que le habían visto resucitado" (Mr.16:14). Es decir, ni siquiera habían creído los informes referentes a su resurrección. No existe ningún versículo que explique que el primer día de la semana conmemore la resurrección, de manera que la evidencia es elocuente.
Otro porcentaje de observadores del domingo, casi desesperadamente aducen evidencias históricas de que en la iglesia cristiana primitiva muchos comenzaron a guardar el primer día de la semana. Pero Juan 2:6 es más poderoso. El ejemplo de Cristo no fue en vano, ni se vio obligado a obedecer las tradiciones de los judíos. Cristo enseñó con su ejemplo en vida. Si diéramos más autoridad a estos primeros "cristianos" guardadores del domingo que al ejemplo de Cristo, estaríamos cayendo en el mismo error de los judíos que le daban más valor a sus propias tradiciones que a la voluntad de Dios.
El domingo no fue instituido para conmemorar la resurrección, y mucho menos puede sustituir el papel que cumple el sábado que Dios estableció desde la Creación.



# Y, ¿cómo saben que de veras guardan el séptimo día? ¿Pueden estar seguros de que no han [sic] habido errores en los cálculos desde el día en que descansó Dios? Hay que tener en cuenta los cambios efectuados en el calendario en el año 46 a.C., cuando se convino en que el año tuviera solamente 345 días, para corregir los errores que se habían acumulado. Se debe pensar también en la ley del año 1751, hecha "para corregir el calendario", y que ordenó quitar once días del mes de septiembre. Con estas y otras modificaciones, ¿están ustedes seguros de que saben contar los días desde la creación?

Primero que nada resaltar que Jesús guardó el sábado durante toda su vida terrenal "Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer." Lucas 4:16 si el sábado se hubiera perdido o cambiado de algún modo, Él lo hubiera rectificado, puesto que Él reprendió a los judíos por muchos errores o descuidos religiosos, nunca señaló que guardaban un sábado falso.
El calendario ha sido un instrumento para contar los años, meses y días, inventado por el hombre desde que tenemos conocimiento de su historia. El sol y la luna intervienen en la medición y el fraccionamiento del tiempo (Gén.1:14). La semana es una excepción, pues es un período de tiempo marcado por el acto creador realizado por Dios en siete días.
Poco antes de Jesús, el emperador Julio César (101-44 AC) tuvo que ajustar el calendario civil al astronómico. Dicho en otras palabras, el invierno según el calendario astronómico estaba adelantado en 90 días. Por eso Julio César, asesorado por el famoso astrónomo egipcio Sosígenes, en el año 47, antes de Cristo, le quitó esos 90 días al calendario civil y lo ajustó así al astronómico. Esto se hizo sin afectar o alterar el ciclo semanal. Ese calendario era usado por el Imperio Romano en los días de Jesús.
Unos 1.600 años después de Julio César, se hizo necesario otro cambio. Como el calendario juliano se basaba en un año de 365 días y 6 horas, en vez de la realidad que son 365 días, 5 horas, 48 minutos y 46 segundos, al llegar al siglo XVI, esos 11 minutos y algunos segundos, sumaron 11 días de diferencia con el calendario astronómico. Por ello Gregorio VII, asesorado por el astrónomo Cristóbal Clavio, decidió seguir su consejo de omitir esos once días, lo que se hizo el jueves 4 de octubre de 1582, pasándose al viernes 15 de octubre. Tampoco en esta ocasión se alteró el ciclo semanal.
Por lo indicado, sabemos que no se ha alterado el ciclo semanal en todos los tiempos. Había razones fuertes para evitarlo, pues así como el pueblo conocedor del Dios verdadero santificaba el séptimo en honor del Dios vivo, el Creador, así los pueblos paganos tenían el primero en homenaje de su gran dios, el sol. De modo que ni para los paganos ni para los cristianos era aceptable despreciar su día sagrado.

La semana siempre ha Sido la misma, el domingo es el primer día de la semana y el sábado el séptimo día de la semana. Jesús vivió en el tiempo del imperio romano. Lo que ellos llamaban sábado y primer día de la semana, los romanos llamaban entonces día de Saturno y día del sol.

# ¿Han leído Colosenses 2:14-17 acerca del acta de los decretos o cédula de los ritos (el mandamiento de guardar el sábado es uno de ellos) que ha sido raída, quitada de en medio y clavada en la cruz?

El pasaje mencionado no habla de Sábado, sino de Sábados lo que marca una diferencia. Además, la frase "cédula de los ritos" (RV, 1909) se refiere precisamente a la ley ceremonial o ley ritual, que constaba de sacrificios, comidas, libaciones, etc. La frase "acta de los decretos" (gr. quirógrafon) no se refiere a las dos tablas escritas por Dios, sino precisamente al documento manuscrito, al rollo escrito por la mano de Moisés (Deut. 31:24)

# En los versículos 16 y 17 del mismo capítulo, vemos que ciertas cosas exigidas bajo la ley de Moisés, entre ellas la observancia del sábado, no son más de una sombra de lo por venir: El cuerpo espiritual de Cristo. Guardar el sábado es asi una sombra.

Pablo aquí no se refieren al sábado semanal, sino a otras fiestas rituales que se introdujeron en tiempos de Moisés, las cuales eran llamados "sábados" aun cuando no coincidían con el séptimo día de la semana, pues debían dedicarse por completo a la adoración. Para comenzar, las comidas, las bebidas, los días de reposo o sábados mencionados en Colosenses 2:16, son identificados por el versículo 17, donde dice: "Todo lo cual ES SOMBRA DE LO QUE HA DE VENIR; pero el cuerpo es Cristo". Esto demuestra que Pablo se está refiriendo al ritual del templo y su sacerdocio levítico, pues en él había fiestas, comidas, bebidas y días de reposo o sábados que eran "sombra" o SIMBOLOS de Cristo (Heb.10:1).
La sombra anuncia que la persona que la proyecta pronto llegará, pero cuando llega "el cuerpo", dice Pablo, la sombra ya no interesa; y agrega que "el cuerpo es Cristo"."La Pascua era un día de descanso, un "sábado" anual judío, celebrado con comidas y bebidas en recuerdo de la liberación de la esclavitud de Egipto. Desde que Cristo nos liberó de la esclavitud del pecado (Rom.6:17,18), se constituyó en nuestra pascua "sacrificada por nosotros" (1 Cor.5:7). Así, el apóstol reconoce en la Pascua una sombra de Cristo. La gran fiesta de la Purificación del Santuario, celebrada cada año el 10 del mes séptimo, otro día de descanso o sábado, también era una "sombra" de Cristo cumplida con su único sacrificio (Heb.9:23-26). Y lo mismo podría decirse de otras fiestas o días de reposo como los panes ázimos, el pentecostés, las cabañas, etc (Véase Lev.23:4-44). De esta manera, contrariamente a lo que enseñarían esas "filosofías y huecas sutilezas" contra las que Pablo precavía a los colosenses, los cristianos no necesitaban tomar en cuenta para su salvación ese ceremonial simbólico, pues las "sombras" dejaban su lugar a la realidad: Cristo -Incluso, en ocasión de la crucifixión de Cristo, "el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló" (Mt.27:51), con lo que se indicaba que el sistema típico había sido suprimido por Cristo-.
No podríamos decir lo mismo respecto al séptimo día, el día de reposo señalado por la ley de Dios, pues cuando fue establecido mediante la bendición y santificación del Señor (Gén.2:1-3), aún no había entrado el pecado en el mundo, por lo tanto no podía habérselo establecido como sombra de algo que no había ocurrido. Obsérvese que el mismo mandamiento da como razón de su santificación la creación del mundo (Exo.20:8-11).
Anular la observancia del sábado es anular la creación y a su Creador, Cristo (Col.1:15-18; Mar.2:28). "El día de reposo semanal fue dado al hombre en el Edén, no como una sombra de alguna cosa venidera, sino como un monumento conmemorativo de la obra creadora de Dios"
De esta manera, las fiestas señaladas en el versículo 16, eran referencia directa a las fiestas simbólicas o "sombras" de Cristo del ritual del templo y del sacerdocio levítico, que ya no tenían objeto. Por lo tanto, si alguno no quería celebrarlas no cometía falta y por ese motivo no debía juzgárselo como transgresor (Rom.14:10,13).
Después de la crucifixión de Cristo, hubo algunos judíos que hicieron caso omiso de la abolición de la ley ritual, y que predicaban la observancia de ella (Hch.15:1,24). Los versos 28 y 29 de ese mismo pasaje, aclaran que el problema planteado en el Concilio de Jerusalén se refería a la ley de Moisés. Esteban fue acusado por los judíos por hablar de la abolición de la ley de Moisés (Hch.6:13,14). Una acusación similar se levantó en contra de Pablo (Hch.18:13). Como se demuestra, la acusación contra Esteban y Pablo no se basaba en ninguna violación de la ley Moral, sino en sus enseñanzas acerca de la ley ritual. Pablo admitió de que él era culpable de lo que los judíos llamaban herejía, simplemente porque difería de ellos respecto a la obligación de seguir observando la ley ritual (Hch.24:14). Finalmente los apóstoles hicieron prevalecer la verdad.

#¿Han leído en Romanos 14:5,6 que unos hacen diferencia entre día y día pero otros juzgan iguales todos los días? Se agrega: "Cada uno esté asegurado en su propio ánimo." ¿Por qué no insiste el apóstol en que los que juzgaban iguales todos los días debían estimar el séptimo como superior a los demás días para santificarlo?

Pablo en Romanos 14:5 dice: "Uno hace diferencia entre día y día, y otro juzga iguales todos los días". ¿No significa esto que podemos considerar como día de reposo cualquier día, sea el sábado o el domingo? Para poder responder sin equivocarse, es necesario tener en cuenta el contexto del pasaje, y también los problemas existentes en la época en torno al posible cambio del día de reposo.
En primer lugar, es interesante notar que el Nuevo Testamento siempre hace distinción entre el sábado y el domingo. Al séptimo día de la semana siempre lo llama sábado, o "día de reposo", según la Versión Reina-Valera revisada en 1960. En esta versión se tradujo la palabra "shabbath" como día de reposo". En cambio, al domingo lo llama invariablemente "primer día de la semana". Pablo en este texto se refiere a "días" solamente.

En segundo lugar, un análisis del capítulo 14 revela que no se está tratando de posibles divergencias en cuanto al día de reposo. El tema es más bien la dificultad ocasionada por ciertos creyentes débiles en la fe, que tenían opiniones particulares respecto de algunas comidas (vers.1,2). Obsérvese que en ocho de los 23 versículos del capítulo, se hace referencia a esas comidas (2,3,6,14,17,20,21,23), y en ocho se aconseja no hacer de ello motivo de juicio o tropiezo (2,3,4,10,13,15,19,20). Además, en ningún otro capítulo de la epístola, el apóstol alude a un posible cambio del día de reposo semanal, como para concluir que en la expresión "diferencia entre día y día" se refiera al día de reposo.
Más aún, atenidos a todo lo expresado en el Nuevo Testamento, podemos asegurar que no había controversia en cuanto al día de reposo semanal. Se discute reiteradamente la circuncisión y se define con claridad que no era necesaria (Gál.5:6; 1 Cor.7:19). En cambio, Jesús mismo dijo que de los Diez Mandamientos ni una jota ni una tilde podría tocarse (Mat.5:17-19; Luc.16:17).
En cuanto a que todos los días son iguales, en referencia al día de reposo, la misma Escritura declara que no es así. Entonces, ¿a qué días pudo haberse referido el apóstol? Creemos que el versículo 6 nos revela la respuesta. Dice: "El que hace caso del día, lo hace para el Señor; el que no hace caso del día, no lo hace para el Señor. El que come, para el Señor come, porque da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor no come, y da gracias a Dios". ¿Significa esto que algún creyente de aquella época podía vivir sin comer? ¡De ninguna manera! Pero sí podrían haber vivido sin comer durante esos "días" mencionados. El que comía en esos días dedicados a no comer, no cometía falta, como tampoco el que no comía. Los ayunos o días de ayuno no eran ordenados por mandamiento de Dios, eran voluntarios.
Era costumbre judía ayunar dos veces por semana (Luc.18:11,12). En el Megillat Ta'anith (un tratado judío sobre el ayuno, escrito en el primer siglo de nuestra era), se explica que los judíos ayunaban los lunes y los jueves. En otro antiguo documento llamado laDidajé, escrito a principios del siglo II, en el capítulo 8:1, se señala que los cristianos no judíos, particularmente en el oeste del imperio romano, a causa de sus sentimientos antisemitas declararon los miércoles y los viernes como días de ayuno.
Teniendo en cuenta las consideraciones hechas, sería claramente admisible que en los versos 5 y 6 se hace referencia a los días de ayuno, pero es evidente, por lo expuesto, que no hace referencia al día de reposo, el sábado.
Es común escuchar de hermanos que observan el domingo "Todos los días son del Señor. No hay ninguno en especial". Aunque todos los días tienen la misma cantidad de horas, y en cada uno de ellos debemos manifestar una conducta cristiana, la Biblia señala que existe una diferencia. Al respecto surgen dos argumentos muy poderosos:
1) Dios apartó el séptimo día en la creación. La Biblia no dice "un" día séptimo, sino "él" día séptimo. El artículo definido nos muestra desde ya una diferencia, porque nos limita sólo a un día de la semana: el séptimo. En Isa.58:13,14, Dios lo llama "mi día santo". Ello recalca lo anterior.
2) Además, Dios bendijo y santificó el séptimo día, una vez que hubo terminado su obra creadora (Gén.2:1-3). Ello hizo la naturaleza del sábado notoriamente distinta del resto de los días de la semana, pues no encontramos en la Biblia que Dios haya bendecido o santificado otro día más que el séptimo. Tal vez, si comprendemos qué significa "bendecir" y qué "santificar" podamos comprender la naturaleza espiritual especial que Dios le asigna a este día.
BENDECIR significa "alabar, celebrar, ensalzar". En este sentido, Dios ensalzó al sábado sobre el resto de los días de la semana.
SANTIFICAR significa "hacer santo, dedicar algo a Dios, apartar algo para un uso sagrado". De modo que Dios anhela un trato especial y sagrado al sábado. En consecuencia, cuando Dios bendijo y santificó el séptimo día, lo hizo definidamente diferente de los demás días del ciclo semanal. ¿Podemos como cristianos rechazar o despreciar la bendición y santificación que Dios da a su día?
Todos los días son del Señor en el sentido de que en todos ellos debemos mantener una comunión personal con El. La fortaleza espiritual debe aprovisionarse cada día. Pero el sábado va más allá que nuestra relación diaria con Dios. Es el día que el Señor hizo "por causa del hombre" (Mr.2:27), y es a la vez el día del Señor (Mr.2:28). Dios quiere que le dediquemos un tiempo especial dentro de la semana, un día que El determinó en la creación. Quiere que ese día abandonemos nuestras labores comunes de la semana para tener un compañerismo más profundo con El; quiere que descansemos de nuestras obras para reposar espiritualmente en El.
Debemos tener cuidado con eso de que "todos los días son para el Señor, de modo que todos los días son iguales". Esa es una mentira mezclada con verdad. Es prácticamente lo mismo que el diablo le llevó a pensar a Eva (todas las frutas son buenas, porque Dios es bueno y no puede hacer nada malo).

# El tema principal del adventismo es el de guardar la ley, especialmente la ley del sábado. Ahora, en el Nuevo Testamento encontramos que cincuenta veces se hace mención de predicar el Evangelio, diecisiete veces de predicar la Palabra, veintitrés veces de predicar a Cristo y ocho veces de predicar el reino. Ni una vez se habla de predicar la ley o el sábado. ¿Cómo lo explican?


Esta pregunta sugiere que basta con predicar a Cristo y nada más. Pero Cristo dice: "No todo el que me dice: «¡Señor, Señor!», entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos" (Mat. 7:21). Y David nos dice: "Me agrada, Dios mío, hacer tu voluntad; tu ley la llevo dentro de mí" (Sal. 40:8, NVI).
Puesto que el sábado semanal no representó un problema doctrinal en la comunidad cristiana, no hay correcciones que hacer en ese sentido. Al contrario, vemos en los evangelios y en el libro de los Hechos que los cristianos observaban el séptimo día conforme al mandamiento. Hoy en día, en cambio, la ley divina es objeto de ataques al igual que en el pasado, pero esta vez se hace hincapié en violar el cuarto mandamiento. Puesto que no puede haber salvación en desobediencia, el tema del sábado se ha convertido en un punto álgido.
Unos citan los mandamientos como regla a seguir; otros cuestionan la observancia de los mandamientos. ¿A quién debemos creer? La Biblia establece: "Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres" (Hechos 5:29). el evangelio eterno está íntimamente ligado a la obediencia a Dios. De hecho, Pablo asegura que la ley es buena y sirve como testimonio contra los transgresores y desobedientes (1 Tim. 1:9-11). Obsérvese cómo Pablo presenta la ley como parte fundamental del "glorioso evangelio del Dios bienaventurado, que a mí me ha sido encomendado" (vers. 11). Y aunque en este pasaje no se mencionan ni la idolatría ni la observancia del sábado, está claro que Pablo no los excluye del concepto de obediencia.
Juan también enseña que "todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado" (1 Juan 3:7-10). Sí, el evangelio permitió sacar a los hombres de la desobediencia, habiendo hecho Dios provisión para rescatar al hombre perdido. Que alguien diga que el evangelio no implica la obediencia a la ley de Dios no es extraño, si se toma en cuenta que la Biblia profetizó que tal clase de cristianos existirían en los últimos tiempos:
También debes saber que en los últimos días vendrán tiempos peligrosos. Habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanidosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, sin templanza, crueles, enemigos de lo bueno, traidores, impetuosos, engreídos, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella. A esos, evítalos (2 Tim. 3:1-5).
De manera que el argumento de que la obediencia es un tema secundario, luce como una nueva treta para disminuir la necesidad de observar la ley de Dios. Pero se engañan ellos, y engañan a los que enseñan, al pensar que podrán entrar en el reino de Dios con sólo llamar a Cristo su "Salvador", omitiendo la responsabilidad que él les pone como hombres redimidos. En realidad, pretender que el cristiano está libre de pecar porque Cristo lo perdonó es blasfemia, y es tomar la sangre de Cristo por inmunda.

# En el Nuevo Testamento se encuentra la palabra sábado unas sesenta veces. [El escrito se basa en la traducción Reina-Valera de 1909, la que se emplea corrientemente en las congregaciones adventistas]. Ustedes admiten que en todos los casos menos uno se hace referencia al día sábado. Sin embargo, en este solo caso, Colosenses 2:16, donde la palabra es la misma en los textos en griego, quieren hacernos entender que tiene otro sentido. ¿Por qué? ¿No será que los versículos 2:16,17 echan por tierra sus argumentos en cuanto a que los cristianos deben guardar la ley?

Nuevamente se contradicen nuestros interpeladores al decir ahora que hay un solo significado para "sábado", cuando en la primera pregunta de este cuestionario de hecho declaran que hay varios sábados, incluyendo los años sabáticos mencionados en Levítico 25:1-22, y por eso quieren que los adventistas guarden esos otros "sábados". Puesto que, tal como ellos mismos confiesan, no sólo era "sábado" el séptimo día de la semana, sino también otros días del año, según Levítico 23, y hasta años completos, el significado de la palabra "sábado" en un texto habrá de entenderse según el contexto.
Nótese que Pablo recomienda que "nadie os juzgue en comida o en bebida…", como queriendo decir que el cristiano puede comer y beber cualquier cosa, y ése es el sentido que generalmente les da la cristiandad a estas palabras. Sin embargo, en Hechos 15:19, 20 se prohíbe a los cristianos comer sangre y animales ahogados. ¿Debe o no debe un cristiano apartarse de sangre y de ahogado, a pesar de lo que dice Colosenses 2? Si debe, entonces lo que Pablo escribe a los colosenses ha de tener un significado diferente del de un consejo alimentario, o de lo contrario estaríamos ante una insalvable contradicción.
La clave para entender el asunto está en las palabras que siguen: "…o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o sábados. Todo esto es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo" (Col. 2:16, 17). ¿Qué comidas y bebidas estaban relacionadas con el sacrifico de Cristo? En el AT se prescribe el consumo de ciertos alimentos durante las fiestas anuales, en tanto prohíben otros (Éx. 12:8, 9; Lev. 23:6, 13-15). Estas fiestas estaban ligadas a sacrificios que prefiguraban la muerte de Cristo y, por tanto, eran "sombra de los bienes venideros" (Heb. 10:1), y son esas comidas y bebidas las que refiere Pablo. Habiendo muerto Cristo –nuestro pan de vida (Juan 6:51) y nuestra Pascua (1 Cor. 5:7)–, todo rito de comidas relacionado con la salvación queda inutilizado. Por eso es que Pablo vuelve a describir aquel ceremonial como "símbolo para el tiempo presente, según el cual se presentan ofrendas y sacrificios que no pueden hacer perfecto, en cuanto a la conciencia, al que practica ese culto, ya que consiste solo de comidas y bebidas, de diversas purificaciones y ordenanzas acerca de la carne, impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas" (Heb. 9:9, 10).
¿Cuáles son, entonces, los "sábados" referidos en Col 2:16? Al igual que ocurre con las "comidas" y las "bebidas", los "sábados" aquí mencionados son precisamente aquellos que se introdujeron como ritos que prefiguraban la inmolación de Cristo. Estos reposos coincidían con la Pascua, la fiesta de los panes sin levadura, la fiesta de las Semanas, la fiesta de las Trompetas, el Día de la Expiación y la fiesta de los Tabernáculos. Como puede apreciarse de la lectura de Levítico 23, estos sábados no coincidían con el séptimo día de la semana, sino con "el primer día" (vers. 7, 24, 35,39) u "octavo día" (vers. 36, 39), y hasta con el "décimo día" (vers. 27). De modo que son estos los "sábados" aludidos como sombras de Cristo, y no el séptimo día, que es memorial de la Creación (Éx. 20:8-11).
Como el sábado semanal fue instituido en el Edén, no es una sombra del sacrifico de Jesús. Por tanto, Colosenses 2:16 no desvirtúa el cuarto mandamiento, ni las restricciones en cuanto a alimentación.

# ¿Saben ustedes que en Gálatas 3:23-25 se dice que la ley fue nuestro ayo [mentor] para llevarnos a Cristo, pero que, venida la fe, ya no estamos bajo ayo? Por tanto, ya no estamos bajo la ley.

¿Qué significa estar bajo la ley? ¿Se referirá la frase "los que están bajo la ley" a los que guardan los mandamientos de Dios? Si fuera así, todos los santos estarían perdidos, porque son precisamente los santos los que guardan los mandamientos de Dios (Apoc. 12:17). Como puede verse, "estar bajo la ley" y "guardar los mandamientos" son dos cosas distintas. Afortunadamente, Pablo ilustra lo que significa "estar bajo la ley" en Romanos 7 con la alegoría de la mujer casada. Él explica:
¿Acaso ignoráis, hermanos (hablo con los que conocen de leyes), que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que este vive? La mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras este vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley que la unía a su marido. Así que, si en vida del marido se une a otro hombre, será llamada adúltera; pero si su marido muere, es libre de esa ley, de tal manera que si se une a otro marido, no será adúltera (Rom. 7:1-3).
Según esta alegoría, una mujer casada vive comprometida con su marido en tanto éste viva. Si su esposo muere, la mujer queda libre de las obligaciones que tenía como esposa. Obsérvese que lo que queda destruido con la muerte del esposo es el matrimonio y no la ley. La mujer queda "libre de la ley", en el sentido de que ninguna responsabilidad tiene ya como si aún estuviese casada, pero eso no significa que la ley haya quedado destruida, pues la ley sigue vigente y así, si ella decide casarse de nuevo, la ley seguirá rigiendo su nueva unión.
De la misma manera el ser humano, habiendo pecado, tenía una deuda con la ley. Debía morir (Rom. 5:12). Sin embargo, Cristo se ofreció para morir por nosotros saldando así nuestra deuda como pecadores (Heb. 9:23). Una vez que se lleva a efecto su muerte vicaria, la demanda de la ley queda satisfecha como si nosotros hubiésemos muerto, y Dios nos otorga la vida eterna (Rom. 6:23).
Pablo lo explica así:
Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la Ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de entre los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios. Mientras vivíamos en la carne, las pasiones pecaminosas, estimuladas por la Ley, obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte. Pero ahora estamos libres de la Ley, por haber muerto para aquella a la que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra (Rom. 7:3-5).
El hombre queda libre de la ley porque su deuda fue saldada por la sangre de Cristo, y no porque la ley haya sido anulada. Puesto que Cristo pagó nuestra deuda, el cristiano no está bajo condenación sino bajo la gracia.
Si Cristo hubiera eliminado la ley, nadie podría hoy ser inculpado de pecado, pues "donde no hay Ley, no se inculpa de pecado" (Rom. 5:13). Y si nadie fuera pecador, entonces no se necesitaría un Salvador. Así, el antinominanismo rebaja a Cristo de su posición de Salvador de los hombres (1 Tim. 1:15). Por el contrario, el hecho de que haya pecadores, y de que haya Salvador, es la mejor evidencia de que la ley divina sigue vigente. En la doctrina de Pablo el perdón obtenido por la gracia divina no autoriza al hombre a pecar.
¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Romanos 6:1-6
Así, el hombre arrepentido y nacido de nuevo es perdonado porque Cristo pagó su pecado, pero esto no lo autoriza a seguir practicando el pecado, como si la gracia de Dios fuera susceptible de abuso (1 Juan 3:8, 9). En otras palabras, para Pablo el hombre perdonado ha de vivir de acuerdo con la voluntad divina, y no en contra de ella.
No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia. ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera. Romanos 6:12-15
De manera que no hay excusa para quien, habiendo sido objeto de la gracia divina, pretenda no tener que obedecer la ley de Dios pues, al desobedecer, pierde esa posición de gracia.
Vayamos ahora a Gálatas 3:23, 24. Dice que la ley fue nuestro guía para llevarnos a Cristo, pero que una vez que ha venido Cristo, ya no estamos bajo el guía. ¿A cuál ley se refiere? Indudablemente a la que viene mencionando: la ley que fue "añadida" (vers. 19). Es decir, a la ley ceremonial.

¿De qué manera la ley ceremonial nos llevó a Cristo? Al presentar un sistema ritual de sacrificios, la ley ceremonial esbozó durante siglos una lección sobre la futura obra expiatoria del Mesías. En este sentido, todo pecado cometido ameritaba un sacrificio vicario, que simbolizaba a Cristo (Heb. 9:13,14). Pero, una vez venido Cristo, cesan los ritos y las ceremonias que lo prefiguraban. Así que, si un cristiano persistía en practicar tales ritos, estaba negando a Cristo. Esto es lo que denuncia Pablo a los gálatas: "Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a cumplir toda la Ley. De Cristo os desligasteis, los que por la Ley os justificáis; de la gracia habéis caído" (Gál. 5:3, 4).

En otras palabras, quien estuviera observando la ley ceremonial para obtener por sus propios medios el perdón de sus pecados, estaba negando al Salvador. Y sin Salvador, no hay salvación. Nótese que es la ley ceremonial, la de los ritos y sacrificios, lo que Pablo cuestiona. Pablo no se refiere allí a los Diez Mandamientos. Es la ley ceremonial la que, prescribiendo la circuncisión, las fiestas anuales, las comidas y bebidas especiales, nos llevó a Cristo como Salvador. A él apuntaban todos los ritos, todos los sacrificios y todo el sistema sacerdotal israelita. Si nuestro guía nos había llevado hasta nuestro Maestro, ¿cómo íbamos a pretender ignorar al Maestro para quedarnos con el guía? Muy al contrario, Pablo ratifica a los gálatas la vigencia de la ley moral, cuando les dice: "porque toda la Ley en esta sola palabra se cumple: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo». Pero si os mordéis y os coméis unos a otros, mirad que también no os destruyáis unos a otros"(Gál. 5:14, 15). Así Pablo, al citar la ley que se resume en el amor, es decir, los Diez Mandamientos (Rom. 13:9), los está validando para los cristianos, y por eso los exhorta a cumplirla.

#Hay una advertencia en el Nuevo Testamento contra el pecado mencionado en cada uno de los diez mandamientos, menos el cuarto. En cambio, no se hace mención en todo el Nuevo Testamento del deber de guardar el sábado. Fíjense, por favor, en las citas de las Sagradas Escrituras que presentamos a continuación, citando en cada caso el capítulo de Éxodo con su pasaje correspondiente en el Nuevo Testamento: 20:3 No tener dioses ajenos; Hechos 14:15. 20:4,5 No hacerse imágenes; 1 Juan 5:21. 20:7 No tomar el nombre de Dios en vano; Santiago 5:12. 20:8 Guardar el sábado; ¡No hay! 20:12 Honrar a los padres; Efesios 6:1,2. 20:13 No matar; Romanos 13:9. 20:14 No adulterar; Romanos 13:9, 1 Corintios 6:9. 20:15 No hurtar; Romanos 13:9, Efesios 4:28. 20:16 No mentir; Colosenses 3:9. 20:17 No codiciar; Efesios 5:3. Ahora, si es pecado no guardar el sábado de los judíos, ¿cómo es posible que no se advierta de ello en todo el Nuevo Testamento, especialmente cuando figuran en el Nuevo Testamento los otros mandamientos de la lista de diez?

No sé enreden con sus propias contradicciones, porque habiendo insistido antes en que la ley estaba abolida y clavada en la cruz, ahora salen con que en realidad la ley sigue vigente, exceptuando el sábado, porque no se le menciona como a los otros. Tal vez si se estudiara la doctrina bíblica con el verdadero deseo de aprenderla tal y como aparece escrita se habrían evitado más de una de las incongruencias en que aquí han caído. Por ahora, sus muchas y muy variadas excusas para no guardar el sábado sólo revelan el interés de su parte por no someter su voluntad a la voluntad de Dios. Su claro objetivo, pues, es no obedecer el mandamiento del sábado, a como dé lugar y cueste lo que cueste, aunque para ello tengan que torcer las Escrituras y reinventar la historia, sin importar que ellos mismos se vean enredados en sus propias trampas.
Tras habernos insistido varias veces que los Diez Mandamientos estaban abolidos, cosa que la Biblia no dice, ahora dicen que en realidad sí están vigentes con excepción del cuarto. Obsérvese cómo lo aseguran en la pregunta: El apóstol Pablo describe la ley como un ministerio de muerte en letras grabadas en piedra. (2 Corintios 3:1-18 Éxodo 20:1-17;31:18; 32:15,16;34:1-28). Nos dice que había de perecer.(2 Corintios 3:7-11). ¿Puede el adventismo decirnos quién la hizo volver?
Creo que les toca a uds responder esa pregunta, porque si la ley fue clavada en la cruz, ¿cómo es que en el Nuevo Testamento se nos advierte obedecerla? ¿Quién hizo volver la ley que ellos habían asegurado que pereció? Porque si pereció, ¿cómo es que ahora hay que cumplirla? Peor aún, ¿cómo es que de estos Diez Mandamientos, nueve resucitaron y uno quedó muerto? Al contrario, el hecho de que se haya descubierto que estos mandamientos siguen vigentes, quiere decir que no fueron abolidos, y que todo fue una argucia de nuestros refractarios para invalidar el sábado.
¿Pretenden que Dios clavó los Diez Mandamientos en la cruz, sólo para después desclavar nueve de ellos, y dejar clavado sólo el sábado? ¿Acaso hay una parte en los Diez Mandamientos que era pasajera y otra que es permanente? Pero si una parte es permanente, ¿cómo es que fue clavada en la cruz? Cuando vemos que los Diez Mandamientos son citados en el NT, sólo puede concluirse que están vigentes, y en consecuencia, Dios no pudo clavarlos en la cruz. Además, si Dios clavó los Diez Mandamientos en la cruz, ¿cómo es que nueve siguen vigentes?
Cuando los discípulos fueron acusados de violar el sábado, ¿no hubiera sido momento ideal para que Jesús enseñara que el sábado habría de perecer, tal como lo dijo acerca del templo, y acerca de Jerusalén, o que al menos lo sugiriera? (Mat. 24:1,2; Luc. 19:44). Pero, al contrario, él ratificó que nada se eliminaría de los mandamientos (Mat. 5:17-19).
Santiago cita los Diez Mandamientos y señala que, si uno los guarda todos pero ofende en un solo punto, se hace culpable de todos (Sant.2:10-12). Aunque Santiago no cita todos los Diez Mandamientos, está claro que, al citar dos de ellos no hace sino validarlos todos.
Por eso ellos no pueden, a pesar de que citan nueve de los diez mandamientos, probar que el cuarto haya sido abolido.

#El sábado es parte de la ley; por lo tanto, ponerse bajo el sábado es ponerse bajo la ley. Pero Gálatas 3:10 dice que todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición. ¿Cómo puede uno desearse tanto la maldición de Dios?

Gálatas como el resto de la Biblia muestran que no es la ley el problema, sino el pecado, es decir, la transgresión de esa ley. Gálatas 3:13 dice que "Cristo nos redimió de la maldición de la ley", es decir, nos rescató de la pena que nos correspondía como pecadores. ¿Cuál es el papel de la ley en el plan de salvación? La ley sirve para mostrar al pecador su condición pecaminosa (Rom. 3:20; 7:7). Santiago compara la ley como un espejo donde el hombre puede ver su inmundicia espiritual (Sant. 1:23-25).
Pablo explica que, como el hombre es pecador, la ley lo acusó de pecado y lo condenó a muerte: "porque el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, me engañó, y por él me mató" (Rom. 7:8-11). Es el pecado el que mata, no la ley. Pero la ley sirve para señalar el pecado. Esto puso al hombre en un callejón sin salida, pues siendo pecador, debía morir para siempre. Pero Dios, en su infinito amor por el ser humano, proveyó la salida para otorgarle al hombre vida eterna, "porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro" (Rom. 6:23).
Muchos dicen que Dios eliminó su ley y todo resuelto. Pero si así fuera, ¿cómo es que hoy sigue habiendo pecados, es decir, "transgresiones de la ley"? Dicen que desear obedecer los mandamientos es estar bajo maldición, pero, al contrario, la Biblia dice que "son malditos cuantos se desvían de tus mandamientos" (Sal 119:21).

#Dice Gálatas 5:4 que "vacíos son de Cristo" los que vuelven a ponerse bajo la ley después de ser salvos por gracia, y que ellos "han caído de la gracia."

Si fuera verdad que la gracia nos exime de guardar el sábado, o sea de la obediencia al cuarto mandamiento, la misma gracia nos permitiría desobedecer cualquiera de los otros nueve mandamientos. Sin embargo, observamos que todas las congregaciones cristianas enseñan que aquellos deben ser obedecidos, y reconocen el hecho de la obediencia como prueba de la salvación lograda por gracia.
La gracia no sólo nos otorga el perdón de nuestros pecados (Rom.8:1), sino que nos da el poder para vencerlo cada día (Rom.6:4) De manera que ESTAR BAJO LA GRACIA NO ES VIVIR CON AUTORIZACION PARA DESOBEDECER LA LEY DE DIOS, sino recibir el poder divino que nos habilita para obedecerla.
El que vive bajo la gracia es el que ha aceptado el perdón de sus pecados por la fe en el sacrificio de Jesús, y ha recibido ese perdón sin pagar algo o realizar alguna obra especial. El perdón es gratuito, o sea, de gracia. Viene al caso la pregunta del apóstol Pablo que él mismo contesta: "¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?" (Rom.6:1,12). Vale decir que el perdón recibido por gracia no nos es dado para que sigamos pecando. Ya no vivimos para pecar, estamos muertos al pecado.
¿Qué acciones constituyen pecado? "Todo aquel que comete pecado, infringe la ley, pues el pecado es infracción de la ley" (1 Juan 3:4). Y para que sepamos a qué ley se refiere, citamos Romanos 7:7: "Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás".
"No codiciarás" es el décimo mandamiento de la Ley de Dios. De manera que si estamos muertos al pecado, significa que por la gracia de Dios ya no vivimos pecando voluntariamente. Así como el apóstol Pablo supo que la codicia es pecado, y la abandonó, podemos saber que la idolatría es pecado, porque lo dice el sexto mandamiento; o que el no santificar el sábado es pecado, porque lo indica el cuarto mandamiento. Lo mismo podríamos decir de cada uno de los Diez Mandamientos.
Vivir bajo la gracia no solamente es recibir el perdón gratuito de nuestros pecados o desobediencias a la ley de Dios, sino que también es recibir el poder de su gracia para vivir una nueva vida. "Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad" (2 Cor.12:9).
La fe adventista del séptimo día jamás ha enseñado que la justificación se obtiene por obras, ni que la salvación depende de la ley.
Pero sí enseña, de acuerdo con lo que demuestra la Escritura, que la gracia no nos autoriza a desobedecer la ley y que, al contrario, quienes renieguen su responsabilidad ante la ley son "convictos por la Ley como transgresores" (Sant. 2:9). Que esta advertencia a la humanidad es responsabilidad del pueblo de Dios, se desprende por las palabras de Pablo, quien enseña que los que se oponen a la ley se oponen a la "sana doctrina", y que la ley es parte del "glorioso evangelio del Dios bienaventurado, que a mí me ha sido encomendado" (1 Tim 1:8-11)

#Se nos enseña en Romanos 7:4 que el creyente en Cristo está muerto a la ley, pero la teoría adventista representa a sus creyentes como del todo vivos a la ley. He ahí una grave contradicción con la Palabra de Dios.*

¿Qué significa estar muerto a la ley? Pablo lo expone de manera clara. Indudablemente, todos los hombres pecaron, pues violaron la ley de Dios. Si la ley de Dios no estuviera vigente, no habría hoy pecadores, no habiendo ninguna ley que transgredir. Pero Dios hizo provisión por el pecado, por medio de la sangre de su Hijo. Puesto que yo, pecador, acepto a Jesús como Salvador, la pena de muerte que la ley imponía sobre mí es quitada, habiéndola llevado Cristo en la cruz. Al morir él en mi lugar, la paga del pecado queda saldada, y yo recibo la vida eterna gratuitamente. Por eso es que Pablo dice a sus hermanos "hermanos míos, habéis muerto a la Ley mediante el cuerpo de Cristo" (Rom. 7:4), no queriendo decir que ya no tenían que obedecer, sino que estaban libres de toda deuda.
Obsérvense las palabras clarificadoras que ha dicho Pablo unos renglones antes: "¿Qué, pues? ¿Pecaremos porque no estamos bajo la Ley, sino bajo la gracia? ¡De ninguna manera! ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerlo, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte o sea de la obediencia para justicia? Pero gracias a Dios que, aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina que os transmitieron; y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia" (Rom.6:15-18).
Nótese que Pablo no está autorizando a los cristianos a desobedecer la ley. Antes bien, los exhorta a ser hijos de obediencia, porque a los desobedientes les aguarda un fin de muerte (vers. 21). En cambio, los que han sido libertados del pecado, proceden a la santificación. Apropiadamente, los santos son descritos en la Biblia como "los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo" (Apoc. 12:17).

#Los diez mandamientos "en letras grabadas en piedra", son un ministerio de muerte, según lo expresa 2 Corintios 3:7. Este ministerio de muerte había de perecer, 3:11. Pero, ¿no es cierto que los señores del adventismo, al citar los mandamientos, casi siempre dejan afuera estas palabras de introducción? Este texto demuestra que los mandamientos fueron dados solamente a Israel (por mucho que nos manifiestan a nosotros la santidad de Dios), y dejan entrever que la teoría adventista está errada.

Lee la respuesta de la pregunta de más arriba

# Han notado que los diez mandamientos comienzan con Yo soy Jehová tu Dios que te saqué de tierra de Egipto, de casa de servidumbre? De nuevo estamos frente a una manifestación de que se trata de ordenanzas dadas específicamente a Israel.

Siguen enredandose en sus propias contradiciones.

# Los diez mandamientos se repiten en Deuteronomio capítulo 5, y allí se encuentran las siguientes palabras: Acuérdate que fuisteis siervo en Egipto, y que Jehová tu Dios te sacó de allá …; por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo, 5:15. De nuevo vemos claramente que la ordenanza del sábado fue dada a un pueblo que había salido de Egipto. Esto no cuadra con la teoría adventista.

A menudo se considera al séptimo día como el día de reposo judío por antonomasia. Esto es debido a que el pueblo judío ha sido uno de los pocos que respetó la santidad de ese día, pero nunca ha sido el propósito de Dios que sólo los judíos lo observaran. Dios dio el sábado a toda la humanidad. A continuación analizaremos los argumentos más importantes a este respecto:
El sábado es una institución conmemorativa de la Creación (Exo.20:8-11). Observarlo implica reconocer a Dios como el Creador de todo. Difícilmente esto puede ser privilegio exclusivo de los judíos. El hecho de que el sábado haya sido instituido en la creación (Gén.2:1-3) demuestra fehacientemente que fue dado a la humanidad entera, puesto que fue dado a Adán y Eva, quienes NO ERAN JUDIOS.
Exodo 16 demuestra que el sábado se observaba antes de la dictación de la Ley en el monte Sinaí. Al leer el capítulo verás cómo algunos judíos recogieron maná del desierto un sábado, transgrediendo el mandamiento del Señor. Esto demuestra cómo el sábado fue transmitido de generación en generación desde los días de nuestros primeros padres. Al parecer, esto ocurrió con todos los mandamientos. Si leemos Gén.26:5, ahí se dice que Abraham ya conocía y observaba los mandamientos de Dios. Fue con posterioridad a esta escena cuando Moisés recibió las tablas de la Ley.
Dentro del Decálogo. el mismo cuarto mandamiento nos dice que el sábado se extiende no sólo a los judíos, sino también "al extranjero" (Exo.20:10), con el objetivo de que todos puedan gozar de las bendiciones del sábado. ¿Ves cómo era el propósito de Dios que TODOS pudiesen disfrutar de las bendiciones del sábado?
Dios lo llama "SU DIA SANTO" (Isa.58:13, ver tb. Mr.2:28). En consecuencia, el Sábado es el día de Dios, de modo que tanto judíos como gentiles tienen acceso a él (Isa.56:6,7). Esto implica, por otra parte, que no puede el hombre disponer a su arbitrio el día especial de consagración a Dios. Cristo mismo declaró que el sábado fue hecho "por causa del hombre", es decir, para el hombre, en beneficio de él (Mr.2:27). Si ello es así, Dios nos invita a todos a participar de él.
Existen, además, datos históricos que demuestran que el postulado de "el sábado pertenece a los judíos" comenzó en la iglesia primitiva por parte de algunos profesos "cristianos" que para evitar la persecución de la que los judíos eran objeto, repudiaron lo que consideraban las características más comunes de los judíos, entre las que estaba observar el sábado.
El sábado, así como el resto de los mandamientos, fueron dados a la humanidad entera. Eclesiastés 12:13 nos dice que los mandamientos de Dios "son el todo del hombre". No dice que son el "todo del judío", sino "del hombre". "Estas leyes son mucho más que un conjunto pasajero de reglas para un determinado grupo de personas. Han sido ampliamente reconocidas como universales y permanentes"
Y Efectivamente, en estos dos ítems se hace
referencia al antiguo pacto establecido con el Israel natural. Sin embargo, el nuevo pacto, hecho con todo aquel que cree, incluye que, en lugar de tablas de piedra, la ley estará escrita en el corazón (Jer. 31:31-33). Ya no en tablas de piedra, sino en la carne del corazón. Pablo reitera la vigencia de la ley en el nuevo pacto, cuando explica a Jeremías: "con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.
El Espíritu Santo nos atestigua lo mismo, porque después de haber dicho: «Este es el pacto que haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, y en sus mentes las escribiré», añade: «Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones», pues donde hay remisión de estos, no hay más ofrenda por el pecado" (Heb. 10:14-17).
Como puede verse, esta promesa se aplica a la congregación cristiana, no a los judíos. ¿Dice en alguna parte que en el nuevo pacto la ley sería quitada? No, antes bien, aún cuando las tablas de piedra ya no están con nosotros, la ley de Dios está escrita en nuestros corazones, y el cristiano recibe poder de lo alto para poner por obra los mandamientos de Dios (Sal. 51:10).
Se menciona la esclavitud en Egipto como prueba de que la ley fue sólo para los judíos, como si la esclavitud al pecado no fuera igualmente objeto de liberación divina. Pablo enseña a los gentiles: "¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerlo, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte o sea de la obediencia para justicia? Pero gracias a Dios que, aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina que os transmitieron; y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia" (Rom. 6:16-18). Pablo, además, nos advierte que "si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te ha cambiado su ley. Si el cristiano de hoy pretende serle infiel a su palabra como lo fue el Israel natural, sencillamente Dios lo desechará como desechó a Israel.

# Los adscritos al adventismo enseñan que hay dos leyes: (i) los diez mandamientos, que ellos llaman la ley de Dios, y (ii) la ley ceremonial, que ellos llaman la ley de Moisés. ¿Pueden darnos, por favor, un solo capítulo y un versículo (en el Antiguo Testamento o en el Nuevo) donde se hace tal distinción?

Gálatas 3:19: "Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa, y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador". Como puede apreciarse, este pasaje aclara que existen dos leyes diferentes: una que fue transgredida (la ley de Dios), y otra que fue añadida a causa de esas transgresiones (la ley ceremonial). No puede entenderse que sea la misma ley la que se añadió y la que se transgredió, pues entonces la declaración de Pablo perdería todo sentido.
1) Deuteronomio 31:9,24-26 (La ley ritual fue escrita por Moisés en un libro y dada a los sacerdotes, quienes la pusieron al lado del arca.) Éxodo 31:18 y Deuteronomio 10:5 (La ley moral fue escrita por Dios en dos tablas de piedra y dada a Moisés, quien la puso dentro del arca).

2) Hebreos 10:1 (La ley ritual trata asuntos ceremoniales) Salmo 19:7,8 (La ley eterna de Dios trata asuntos morales)

3) Levítico 5:15 (La ley ritual prescribe ofrendas por el pecado) Romanos 7:7 (La ley moral revela qué es pecado)

4) Colosenses 2:16 (Por la ley ritual no seremos juzgados) Santiago 2:12 (Por la ley moral seremos juzgados)

5) Gálatas 5:1 (Quienes guardan la ley ritual pierden su libertad) Santiago 1:25 (La ley moral es para el cristiano una ley de libertad)

6) Gálatas 3:19 (La ley ritual pierde su significado en Cristo) Romanos 3:31 (La fe en Cristo establece la ley, no la deroga)

7) Efesios 2:15 (La ley ritual culminó sus funciones en la cruz del Calvario cuando Jesús murió) Mateo 5:18 (La ley moral durará mientras existan cielo y tierra)

La distinción entre la ley moral y la ley ceremonial no es ningún invento de "los adscritos al adventismo", sino de los "adscritos al protestantismo", pues fue la teología protestante la que concluyó, desde sus inicios y antes de que existiera un solo adventista, que la doctrina bíblica presenta una clara diferencia entre una ley eterna y otra ley transitoria.
Martín Lutero, padre de la reforma protestante, asegura una clara diferencia entre las "disposiciones referentes a ceremonias o «ley ceremonial»", y "la ley que rige el comportamiento moral o «ley moral»", es decir, "el santísimo Decálogo, los Diez Mandamientos eternos de Dios".

#Vamos ahora a Nehemías 8:1-3, 8:14 y 9:3. Al hablar del único libro que se leía, aquellos pasajes lo llaman (i) la ley de Moisés, (ii) la ley de Dios, (iii) el libro de la ley, y (iv) la ley de Jehová su Dios. Se intercambian las palabras indiferentemente por tratarse de un solo libro, una sola ley.

Efectivamente, en la Biblia la palabra "ley" es relativa y puede asumir diferentes significados. Por ejemplo, cuando Jehová entregó las dos tablas con los Diez Mandamientos, las describe como "la ley y los mandamientos que he escrito para enseñarles" (Éx. 24:12). Obsérvese que lo único que Jehová escribió con su dedo fueron precisamente los Diez Mandamientos (Éx. 31:18; Deut. 5:22). Sin embargo, también se llama "ley" a las prescripciones ceremoniales,civiles, mercantiles y de salud incluidos en elPentateuco.
Para diferenciar los Diez Mandamientos de las otras leyes, Moisés recurría a los términos"tablas del pacto" (Deut. 9:10; 10:4) y al rollo manuscrito lo llamaba "libro de la ley" (Deut. 31:24-26). Ahora, puesto que los Diez Mandamientos estaban dentro del arca del pacto (Deut. 10:4, 5), lo único que podían hacer los israelitas era leer el libro de Moisés, donde también estaban incluidos los Diez Mandamientos. Eso fue precisamente lo que hizo Esdras en Nehemías 8. El arca del pacto que contenía las tablas de la Ley se perdió durante la cautividad babilónica, pero en el "libro de la ley" podía leerse la voluntad divina.
Obsérvese que lo que leyó el escriba Esdras fue precisamente "el libro de la ley de Moisés", es decir, los rollos manuscritos de Moisés. No obstante, ¿qué fue lo que Moisés escribió ¿Fueron palabras suyas? ¿O fueron revelación divina? En Deu. 1:1 se lee: "Estas son las palabras que habló Moisés a todo Israel". Como eran palabras que Israel oyó de Moisés, apropiadamente puede llamársele "la ley de Moisés". Sin embargo, Deu. 1:3 aclara que "Moisés habló a los hijos de Israel conforme a todas las cosas que Jehová le había mandado acerca de ellos", por lo que también a los rollos podía llamárseles "la ley de Jehová".
En modo parecido, Jeremías inicia su libro diciendo que son "Las palabras de Jeremías" (Jer. 1:1), pero en el versículo 2 Jeremías aclara que no eran palabras suyas, sino "palabra de Jehová". Cuando citamos hoy a Jeremías, solemos decir igualmente "Jeremías dice" o "Jehová dice". Y así con cualquier libro de las Escrituras. Del mismo modo, que en Nehemías se refiera a "la ley de Moisés" o a "la ley de Dios", es sólo un recurso estilístico para referir el Pentateuco.
Con fines puramente pedagógicos, debido al amplio campo semántico de la palabra "ley", hoy en día recurrimos a los conceptos de "Ley de Moisés" para referir a la ley transitoria introducida después del pecado, y "Ley de Dios" para referir a los Diez Mandamientos. Pero, ¿se hace esto de manera arbitraria y en contra de las Escrituras? No. Obsérvese esta diferencia: en tanto en la Biblia las leyes ceremoniales son igualmente llamadas "ley de Moisés" o "ley de Dios", los Diez Ma
PREGUNTAS PARA LOS JUDAIZANTES MODERNOS SOBRE EL SAVADO Y LA LEY MOSAICA
O ADVENTISTAS


Tomado de las revistas El Contendor por la Fe

¿Por qué guardan ustedes un solo sábado? El año séptimo y también el año del jubileo eran sábados, Levítico 25.1 al 22. ¿Por qué guardan el uno y dejan de guardar los otros?


  1. ¿Por qué basan tanto de su religión en el día del sábado cuando sabemos que el Señor enseñó que la ley y los profetas se basan todos en el amor y no en guardar la ley? Mateo 22.34 al 40 con Romanos 13.8 al 10.


  1. ¿Cómo es que encienden lumbre en el séptimo día, ya que en la ley levítica esto estaba prohibido? Éxodo 35.3 Haciendo así, ustedes quebrantan la ley del sábado.


  1. Dígannos cuándo y dónde mandó el Señor Jesús, o alguno de sus apóstoles, u otro escritor de la Biblia, a que guardase algún gentil los diez mandamientos. No hay que discutir; bastarán sólo el capítulo y versículo.


  1. ¿Pueden darnos una escritura donde se manda a los gentiles observar el sábado según la ley? Otra vez, por favor: simplemente el capítulo y versículo.


  1. Según dicen ustedes, se guardaba el sábado antes de darse la ley a Moisés, y también fue dada la ley de la circuncisión antes de Moisés, Génesis 17.10. Entonces, ¿por qué no practican la circuncisión, siendo éste uno de los mandamientos claros de la ley? De nuevo preguntamos: ¿por qué el uno sí y el otro no?


  1. El apóstol Pablo escribe en Gálatas 3.19 que la ley fue por causa de las rebeliones. Ustedes enseñan que aquella parte de la ley referente al mandamiento de guardar el sábado fue dada al hombre inmediatamente después de su creación, pero las Escrituras dicen que fue después de la caída. ¿No ven que no concuerda con los hechos la teoría adventista de que la ley fue dada en dos entregas?


  1. ¿Por qué será que en los mandamientos dados a nuestros primeros padres en el Edén, y en los que fueron dados a los patriarcas —Noé, Abraham y otros— no se hace ni una referencia a un deber de guardar el sábado? ¿Por qué no se menciona la palabra sábado hasta haber pasado más de dos mil años desde la creación del hombre? Si las teorías adventistas fueran ciertas, ¿no se había de hacer referencia muchas veces antes del capítulo 16 del Éxodo al deber de guardar el sábado?


  1. ¿Dónde en las Escrituras leemos que se haya dado mandamiento alguno de guardar el séptimo día antes de ser redimido el pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto? Habrá que citar capítulo y versículo en cada caso, sin hacer referencia a Génesis 2.1 al 3, pues allí no hay mandamiento.


  1. Si fue como ustedes alegan, que el mandamiento fue dado a Adán en el día de la creación, ¿cómo es que se equivocó de fecha? Fue creado Adán en el sexto día; el séptimo día al cual se hace referencia en el Génesis fue el segundo de su existencia. Si Adán tuvo que trabajar seis días y luego descansar en el séptimo, ya estaría equivocado cinco días en su cálculo. El sábado suyo no sería el séptimo día porque habría trabajado un solo día. “El sábado de Adán fue un sábado del segundo día”.


  1. ¿No habrán leído en Nehemías 9.12 al 14, donde dice claramente que el sábado fue dado al pueblo de Israel en el Monte Sinaí? Al ver que el sábado fue dado solamente a Israel, ¿por qué insisten en obligar a otros a guardarlo?


  1. ¿Por qué ponen ustedes a los gentiles bajo el sábado, cuando a ellos nunca les fue dado? La ley dice: “Señal es para siempre entre los hijos de Israel”, Éxodo 31.16,17. No hace mención de los gentiles. Léanse también Ezequiel 20.10 al 12.


  1. La ley dice: “El día séptimo será santo, sábado de reposo para Jehová; cualquiera que en él hiciere trabajo alguno, morirá”, Éxodo 35.2, 31.14. Si la primera parte de la cita es obligatoria para los cristianos, debe serlo también la segunda parte. ¿Por qué no cumplir la ley en matar a los que trabajan en el día sábado? Por favor, no saquen el cuerpo a esta pregunta; explíquennos aquí también por qué una cosa sí pero la otra no.


  1. ¿Por qué comen lo que ha sido preparado sobre un fuego encendido en día sábado? ¿No saben que así infringen la ley sobre la cual basan su salvación eterna? Éxodo 35.1 al 3, 16.23 al 30.


  1. ¿Por qué no cumplen con la ley al ofrecer sacrificio cada sábado? Es parte esencial de la ley del sábado según Números 28.9,10, pero ustedes no respetan la ordenanza.


  1. Si los mandamientos o la ley quiere decir los diez mandamientos, y no más, ¿por qué respondió el Señor Jesús acerca de la ley citando dos mandamientos que no se encuentran entre los diez? En Mateo 22.35 al 40 Él citó uno del libro de Levítico y otro de Deuteronomio. ¿Acaso empleaba el engaño? Si está bien el adventismo, entonces sólo una u otra de estas cosas es verdad.


  1. El apóstol Pablo describe la ley como un ministerio de muerte en letra grabada en piedra; 2ª Corintios 3.1 al 18, Éxodo 20.1 al 17, 31.18, 32.15,16, 34.1 al 28. Nos dice que había de perecer, 2ª Corintios 3.7 al 11. ¿Puede el adventismo decirnos quién la hizo volver?


  1. En Gálatas 3.19 leemos que la ley fue puesta hasta que viniese la simiente, haciendo así claro que la ley no sería perpetua sino que servía por un tiempo definido. La Simiente, Cristo, ha venido y nos ha redimido de la ley, Gálatas 3.13. De manera que, según las Escrituras, ha terminado el período para el cual nos fue dada la ley. Somos libres de ella. Nótense también Romanos 7.1 al 6, ¿Aceptan los dichos de la Palabra de Dios en este sentido?


  1. Si los cristianos están obligados a guardar el sábado, ¿por qué no fue incluido esto en la importantísima carta enviada a las iglesias por el concilio de apóstoles y ancianos que se celebró en Jerusalén para considerar la cuestión de si los gentiles deberían guardar la ley? Hechos 15.1 al 29.


  1. Si es que los cristianos deberían guardar el sábado, ¿cómo se explica que el Señor Jesús no hizo mención del tema, al enumerar los mandamientos al mancebo de Mateo 19.16 al 22? Y, ¿cómo es que el apóstol Pablo, escribiendo bajo la inspiración del Espíritu Santo, no trata en ninguna parte de sus varias epístolas una supuesta gran importancia de guardar el sábado?


  1. Se encuentran en los capítulos 2 y 3 del Apocalipsis siete cartas de la gran Cabeza de las iglesias, dirigidas a siete iglesias locales. Son los últimos mensajes directos a las iglesias sobre la tierra. Si fuese verdad lo que enseña el adventismo, ¿no les hubiera recordado su deber de guardar el sábado?


  1. Ustedes dicen que el domingo entró con Constantino en el Siglo IV. ¿Cómo explican entonces que los “padres” de la Iglesia, quienes escribieron durante los primeros tres siglos después de Cristo, hablan del primer día de la semana para las reuniones de los creyentes?


  1. ¿Por qué porfían en que uno de los papas cambió el día de descanso del séptimo al primero? Hay plena prueba histórica que los cristianos observaban el primer día durante los siglos antes de haber papa alguno. ¿Cuándo y de qué manera actuó ese papa que ustedes tienen en mente?


  1. Si es que debemos guardar el séptimo día, ¿cómo es posible que los apóstoles y cristianos primitivos celebraban sus reuniones de mayor importancia, como es la cena del Señor, en el primer día en vez del séptimo?


  1. Y ¿cómo saben que de veras guardan el séptimo día? ¿Pueden estar seguros de que no ha habido errores en los cálculos desde el día en que descansó Dios? Hay que tener en cuenta los cambios efectuados en el calendario en A.C. 46 cuando se convino en que el año tuviera solamente 345 días, para así corregir los errores que se habían acumulado. Se debe pensar también en la ley del año 1751 hecha “para corregir el calendario” y que ordenó quitar once días del mes de septiembre. Con estas y otras modificaciones, ¿ustedes están seguros que saben contar los días desde la creación?


  1. ¿Han leído Colosenses 2.14 al 17 acerca de la cédula de los ritos (el mandamiento de guardar el sábado es uno de ellos) que ha sido raída, quitada de en medio y clavada en la cruz?


  1. En los versículos 16 y 17 del mismo capítulo vemos que ciertas cosas exigidas bajo la ley de Moisés — entre ellas el guardar el sábado — no son más de una sombra de lo por venir: el cuerpo espiritual de Cristo. Guardar el sábado es empuñar una sombra.


  1. ¿Habrán leído en Romanos 14.5,6 que unos hacen diferencia entre día y día pero otros juzgan iguales todos los días? Se agrega: “Cada uno esté asegurado en su ánimo”. ¿Por qué no insistir el apóstol en que los que juzgaban iguales todos los días debían estimar el séptimo como superior a los demás días para guardarlo santo?


  1. El adventismo predica sábado y más sábado, resultando en que su tema principal es el de guardar la ley y especialmente la ley del sábado. Ahora, encontramos en el Nuevo Testamento que cincuenta veces se hace mención de predicar el Evangelio, diecisiete veces de predicar la Palabra, veintitrés veces de predicar a Cristo y ocho veces de predicar el reino. Ni una vez se habla de predicar la ley o el sábado? Ni el Señor ni sus apóstoles ni ningún evangelista habla de esto. ¿Cómo lo explican?


  1. En el Nuevo Testamento se encuentra la palabra sábado unas sesenta veces. * Ustedes admiten que en todos los casos menos uno se hace referencia al día sábado. Sin embargo, en este solo caso, Colosenses 2.16, donde la palabra es la misma en los textos en griego, ustedes quieren hacernos entender que lleva otro sentido. ¿Por qué? ¿No será que los versículos 2.16,17 echan al suelo sus argumentos en cuanto a guardar los cristianos la ley? [ * El escrito se basa en la traducción Reina-Valera de 1909, la que se emplea corrientemente en las congregaciones adventistas. ]


  1. ¿Saben ustedes que en Gálatas 3.23 al 25 se lee que la ley fue nuestro ayo [mentor] para llevarnos a Cristo, pero que, ya venida la fe, no estamos bajo ayo? Por tanto, ya no estamos bajo la ley.


  1. Hay advertencia en el Nuevo Testamento contra el pecado mencionado en cada uno de los diez mandamientos, menos el cuarto. En cambio, no se hace mención en todo el Nuevo Testamento de un deber de guardar el sábado. Fíjense, por favor, en las citas de las Sagradas Escrituras que presentamos a continuación:


Los diez Advertencia en el

mandamientos Nuevo Testamento


Éxodo 20.3 No tener dioses ajenos Hechos 14.15

Éxodo 20.4,5 No hacer imagen 1 Juan 5.21

Éxodo 20.7 No tomar en vano

el nombre de Dios Santiago 5.12

Éxodo 20.8 Guardar el sábado No hay

Éxodo 20.12 Honrar a los padres Efesios 6.1,2

Éxodo 20.13 No matar Romanos 13.9

Éxodo 20.14 No adulterar Romanos 13.9,

1 Corintios 6.9

Éxodo 20.15 No hurtar Romanos 13.9,

Efesios 4.28

Éxodo 20.16 No mentir Colosenses 3.9

Éxodo 20.17 No codiciar Efesios 5.3

Ahora, si es pecado no guardar el sábado de los judíos, ¿cómo es posible no haber aviso de ello en todo el Nuevo Testamento, y especialmente cuando figuran en el Nuevo Testamento los otros mandamientos de la lista de diez?



  1. El sábado es parte de la ley; por lo tanto, ponerse bajo el sábado es ponerse bajo la ley. Pero Gálatas 3.10 dice que todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición. ¿Cómo puede uno desearse tanto la maldición de Dios?


  1. Dice Gálatas 5.4 que “vacíos son de Cristo” los que vuelven a ponerse bajo la ley después de ser salvos por gracia, y que ellos “han caído de la gracia”.


  1. Se nos enseña en Romanos 7.4 que el creyente en Cristo está muerto a la ley, pero la teoría adventista representa a sus creyentes como del todo vivos a la ley. He ahí una grave contradicción con la Palabra de Dios.


  1. Los diez mandamientos “en letra grabada en piedra”, son un ministerio de muerte, según lo expresa 2aCorintios 3.7. Este ministerio de muerte había de perecer, 3.11. Pero, ¿no es cierto que los señores del adventismo, al citar los mandamientos, casi siempre dejan afuera estas palabras de introducción? Este texto demuestra que los mandamientos fueron dados solamente a Israel (por mucho que nos manifiestan a nosotros la santidad de Dios), y dejan entrever que la teoría adventista es errada.


  1. ¿Han notado que los diez mandamientos comienzan con Yo soy Jehová tu Dios que te saqué de tierra de Egipto, de casa de siervo? De nuevo estamos frente a una manifestación de que se trata de ordenanzas dadas específicamente a Israel.


  1. Hay repetición de los diez mandamientos en Deuteronomio capítulo 5, y allí se encuentran las siguientes palabras: Te acordarás que fuisteis siervo en Egipto, y que Jehová tu Dios te sacó de allá… por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo, 5.15. De nuevo vemos claramente que la ordenanza del sábado fue dada a un pueblo que había salido de Egipto. Esto no cuadra con la teoría adventista.


  1. Los adscritos al adventismo enseñan que hay dos leyes: (i) los diez mandamientos, que ellos llaman la ley de Dios, y (ii) la ley ceremonial, que ellos llaman la ley de Moisés. ¿Pueden darnos, por favor, un solo capítulo y versículo (en el Antiguo Testamento o en el Nuevo) donde se hace tal distinción?


  1. Vamos ahora a Nehemías 8.1 al 3, 8.14 y 9.3. Al hablar del único libro que se leía, aquellos pasajes lo llaman (i) la ley de Moisés, (ii) la ley de Dios, (iii) el libro de la ley, y (iv) la ley de Jehová su Dios. Se trocan las palabras indiferentemente al tratarse de un solo libro,n hito fundamental que nunca debe olvidarse, y es lo que marca la pauta para diferenciar lo que hoy llamamos "la ley de Moisés" y "la ley de Dios".
 
Muy buenas tardes queridos hermanos, el Señor les bendiga, creo que más que estar en oposición a los adventistas, están oponiendose al día santo del Señor.

#¿Por qué guardan ustedes un solo sábado? El año séptimo y también el año del jubileo eran sábados, Levítico 25.1 al 22. ¿Por qué guardan el uno y dejan de guardar los otros?

R. Hay una ley que fue abolida cuando Cristo murió en la cruz. Es la ley que regulaba las comidas y bebidas, y los sábados anuales, la instrucción de cada uno de ellos la conseguimos en lev 23. Siendo que estas fiestas anuales fueron usadas para el culto y caían en ciertos días fijos del mes estos sábados rituales también caían en diversos días de la semana, cómo sucede ahora con la navidad. Estos sábados anuales o rituales eran diferentes de los sábados semanales que siempre caen en séptimo día de la semana.
"Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo," Colosenses 2:16
Esta ley era de los símbolos y sombras, que señalaban al pueblo judío eventos por ocurrir. o de ello Juan 1:29 dónde él vio en el cuarto rdero que se sacrificaba un símbolo de Cristo. Cuando Cristo murió el símbolo encontró su cumplimiento, y por está razón los cristianos no celebran más la pascua judía anual, con sus sábados rituales, ni las otras fiestas.

#¿Porque basan tanto su religión en el día del sábado cuando sabemos que el Señor enseñó que la ley y los profetas se basan todos en el amor y no guardar la ley?

R. Por supuesto que estamos de acuerdo que el amor es el primer mandamiento, para el pueblo de Dios la ley(moral, no ritual) es una manera apropiada de demostrar amor a Dios y al prójimo. O... Pretende alguien decir ser seguidor o hijo de Dios, sin guardar sus mandamientos?
"Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él;"
1 Juan 2:3-4
"Nosotros como seguidores de Dios debemos seguir su ejemplo: "El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo." 1 Juan 2:6
"Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y REPOSÓ en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó.
Éxodo 20:9-11
Guardar el sábado es más que su mera obediencia; es vivir para Dios.


#¿Cómo es que encienden lumbre en el séptimo día, ya que en la ley levítica esto estaba prohibido? Éxodo 35.3 Haciendo así, ustedes quebrantan la ley del sábado.

El no encender fuego en día de reposo, así como otras normas fueron dadas transitoriamente al pueblo de Israel para que comprendiese el carácter sagrado de ese día. El sábado es un día completamente consagrado a Jehová y por lo tanto, se ordena no hacer obra alguna en beneficio propio, sino de Dios y del prójimo. De acuerdo a Exodo 16:23 vemos que Dios incluso ha ordenado tener preparada la comida el día anterior al shabat, es decir, el viernes.Considerando el contexto histórico de la época del Israel cuando le fue dada la norma de no encender fuego en día sábado, debemos tener presente que puesto que el clima era y es relativamente cálido en la zona del Sinaí, el fuego no hubiera tenido otro propósito que el de cocinar. En otras palabras, al dar este precepto (de no encender fuego), Jehová estaba recalcando su deseo de que no se preparase comida en sábado, sino de tenerla lista del día anterior.
Ahora, como es lógico, el ser humano tiende a pervertir el propósito de Dios manifestado en sus preceptos. Los rabinos y las sectas judías han malentendido y malinterpretado de mil maneras los principios divinos. Incluso han añadido muchas normas que no forman parte del mandato de Dios (tradiciones rabínicas). De hecho, algunas sectas judías en la actualidad siguen aplicando estas normas.
Sin embargo, el ejemplo de Jesús es fundamental. En el Nuevo Testamento podemos verlo en los sábados predicando, compartiendo y admirando la naturaleza, creación de su Padre.

Jesús sanó en sábado y permitió que sus discípulos cortaran espigas para alimentarse (Mt.12:1). Estas conductas fueron consideradas como "transgresiones" del sábado por algunos judíos.Pero nuevamente ¿quién tiene mayor autoridad para determinar qué era lo correcto y qué lo incorrecto de hacer en sábado? ¿Jesús o los fariseos?. Cristo es el Señor del Sábado (Mr.2:28), y él con amor reprochó a sus insidiosos acusadores y les dijo: "lícito es hacer bien en el sábado" (Mt.12:12). No dijo "lícito es transgredir el sábado", sino que "lícito es hacer el bien en sábado", reconociendo implícitamente la vigencia del sábado.

En consecuencia, no podemos unirnos a los judíos y pretender que Cristo transgredió el sábado porque lo que en realidad estaba haciendo era mostrarnos cómo observarlo. Jesús transgredió el sábado según éste era guardado por esos judíos, no cómo El mismo lo instituyó en la Creación (Gén.2:1-3; Jn.1:1-3).Cristo nos enseñó con su palabra y ejemplo la verdadera forma de observar el sábado. Una de ellas es hacer obras de misericordia. En Lc.4:16 vemos que, siguiendo el ejemplo.de Cristo, debemos asistir a la iglesia y estudiar las Sagradas Escrituras. En la Biblia no encontramos a Cristo o a sus discípulos haciendo obras seculares en sábado, o dedicándose a la atención de sus negocios o de las tareas comunes de la semana. Conforme al mensaje de Isa.58:13,14, el sábado es un día para deleitarse en el Señor, haciendo su voluntad, la que incluye entre otras cosas, hacer bien a los demás.

#¿Pueden darnos una escritura donde se manda a los gentiles observar el sábado según la ley? Otra vez, por favor: simplemente el capítulo y versículo.

R. "Así dijo Jehová: Guardad derecho, y haced justicia; porque cercana está mi salvación para venir, y mi justicia para manifestarse. Bienaventurado el hombre que hace esto, y el hijo de hombre que lo abraza; que guarda el día de reposo para no profanarlo, y que guarda su mano de hacer todo mal. Y el extranjero que sigue a Jehová no hable diciendo: Me apartará totalmente Jehová de su pueblo. Ni diga el eunuco: He aquí yo soy árbol seco. Porque así dijo Jehová: A los eunucos que guarden mis días de reposo, y escojan lo que yo quiero, y abracen mi pacto, yo les daré lugar en mi casa y dentro de mis muros, y nombre mejor que el de hijos e hijas; nombre perpetuo les daré, que nunca perecerá. Y a los hijos de los extranjeros que sigan a Jehová para servirle, y que amen el nombre de Jehová para ser sus siervos; a todos los que guarden el día de reposo para no profanarlo, y abracen mi pacto, yo los llevaré a mi santo monte, y los recrearé en mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos."
Isaías 56:1-7

#Dicen que el sábado se guardaba antes de darse la ley a Moisés. La ley de la circuncisión también fue dada antes de Moisés. (Génesis 17:10). Entonces, ¿por qué no practican la circuncisión, siendo que éste es uno de los mandamientos claros de la ley? De nuevo preguntamos: ¿Por qué el uno sí y el otro no?

R. El sábado de Jehová fue santificado no sólo antes de la ley de Moisés, sino antes de la entrada del pecado: "Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo SANTIFICÓ. Éxodo 20:11 La circuncisión, en cambio, entró años después del pecado: "Y circuncidó Abraham a su hijo Isaac de ocho días, como Dios le había mandado." Génesis 21:4. Como bien lo dice la Biblia, la circuncisión dejó de tener validez con la muerte de Cristo: "porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor." Gálatas 5:6 En cambio, la ley de Dios es válida aún. Pablo explica: "La circuncisión nada es, y la incircuncisión nada es, sino el guardar los mandamientos de Dios" (1 Cor. 7:19). ¿Nos autoriza Pablo a desobedecer los mandamientos? No, no lo hace. Lo que dice la Biblia sobre la circuncisión es claro: ya no es necesaria (Gál.5:2, 3). En cambio, no se encontrará en toda la Biblia esa misma declaración en relación con los Diez Mandamientos, sino la idea contraria.

#El apóstol Pablo escribe en Gálatas 3:19 que la ley fue dada a causa de las rebeliones. Ustedes enseñan que la parte de la ley que se refiere al mandamiento de guardar el sábado fue dada al hombre inmediatamente después de su creación, pero las Escrituras dicen que fue después de la caída. ¿No ven que la teoría adventista de que la ley fue dada en dos entregas no concuerda con los hechos?

R. Por alguna razón en esta pregunta se cita Gálatas 3:19 usando el verbo "dar" en vez del verbo añadir, que es el que usa Pablo. Esta pequeña diferencia lingüística marca sin embargo una importante diferencia cuando se lee el pasaje. Nótese que la ley de la que se habla en Gálatas 3:19 fue "añadida". El verbo "añadir" (prostíthemi) significa agregar, anexar, aumentar, sugiriendo la idea de complemento o adición a algo que ya existe. Por ejemplos, aumentar un codo a la estatura del hombre (Mat. 6:27), o aumentar el número de creyentes en la iglesia (Hechos 2:41, 47; 5:14; 11:24). Por eso, que Pablo diga que una ley fue "añadida", implica que otra ley ya existía. ¿Cuál ley es ésa? Precisamente la que fue transgredida por el pecado. El mismo versículo lo dice: "Entonces, ¿para qué sirve la Ley? Fue añadida a causa de las transgresiones…". Puesto que el pecado es la "transgresión de la ley" (1 Juan 3:4, Nueva Versión Internacional) se entiende que existía una ley transgredida antes de la ley que fue añadida; y que esta ley añadida se añadió precisamente a causa de la transgresión de aquella ley. Por tanto, la ley añadida que menciona Pablo en Gálatas 3:19 es una ley que no existió sino después que se introdujo el pecado, como representación del sacrifico expiatorio de Jesús y, por tanto, era una ley transitoria. El versículo 24 dice que la ley fue nuestro guía para llevarnos a Cristo. Esto ratifica la idea de que esta ley de que habla Pablo fue la que se introdujo a raíz de la entrada del pecado en el mundo. No se trata de la ley eterna de Jehová, aquella que fue transgredida, sino del sistema ritual judío que fue introducido a causa de esa transgresión, y que simbolizaba la muerte de Cristo.
Obsérvese cómo Pablo dice que antes del Sinaí ya había pecado en el mundo (Rom. 5:13). ¿Cómo podía haber pecado en el mundo si no había ley que transgredir? Porque "donde no hay ley, tampoco hay transgresión" (Rom. 4:15). Necesariamente, entonces, tenía que haber ley en la humanidad, o no habría habido pecadores.
Por otro lado, no es que la ley se haya dado "en dos entregas", sino que de hecho se dieron dos leyes diferentes, una ley eterna, inmutable, perfecta (Sal. 111:7, 8) dada antes de la caída; y otra pasajera, mutable, imperfecta (Heb. 10:1-4) y añadida a causa del pecado.

#Por qué será que en los mandamientos dados a nuestros primeros padres en el Edén, y en los que fueron dados a los patriarcas Noé, Abraham y otros no se hace ni una sola referencia al deber de guardar el sábado? ¿Por qué no se menciona la palabra sábado sino cuando habían pasado más de dos mil años desde la creación del hombre? Si las teorías adventistas fueran ciertas, ¿no se había de hacer referencia al deber de guardar el sábado muchas veces antes del capítulo 16 del Éxodo?

Dice ud que del sábado no hay ninguna referencia antes del capítulo 16 de éxodo Pero, ¿qué hay de los demás mandamientos que tampoco son mencionados antes de Sinaí? Por ejemplo, Dónde dice la Biblia, antes de Sinaí, que se le prohibió al hombre matar? Estaprohibición no aparece por ningún lado. Sin embargo, Caín mató a su hermano, y ya sabemos cómo reaccionó el cielo. ¿Por quéDios respondió de manera tan drástica contraCaín? ¿Qué de malo había en que él le diera muerte a su hermano, si no había un mandamiento que se lo prohibiera? Pablo declara inequívocamente que "donde no hay Ley no se inculpa de pecado" (Rom. 5:13). Si no se les había dado la ley a aquellos primeros hombres, ¿por qué entonces se inculpó de pecado a Caín?
Antes de dar muerte a su hermano le fue advertido: "Elpecado está a la puerta" (Gén. 4:7). ¿Porqué se le habla de pecado cuando no había ley? Si el pecado es la transgresión de la ley (1 Juan. 3:4), y si no hay pecado donde no hay ley (Rom. 4:15), ¿cómo puede explicarse que a Caín se le acuse de pecado?
Y que decir de los sodomitas? quienes sondescritos como "muy malos y pecadores contra Yahveh" (Gén.13:13, Biblia de Jerusalén). ¿Qué pecados cometían y dónde dice que eran pecados? El pacto sinaítico estaba todavía a unos 400 años en el futuro y, por demás, ¿porqué Dios demanda obediencia a los sodomitas si él a fin de cuentas no había hecho con ellos un pacto como el que establecerá después con los israelitas? Esto demuestra que, si los sodomitas pecaban contra Jehová, es porque conocían la voluntad divina en relación con lo que practicaban, y tenían una responsabilidad ante Dios. Y esto es así porque "por medio de la Ley es el conocimiento del pecado" (Rom. 3:20).

Enoc, séptimo desde Adán, testifica que los hombres de su tiempo eran "pecadores impíos" (Judas 15) , lo que comprueba que, 18 siglos antes de Moisés, los hombres conocían la ley de Dios y la transgredían a voluntad.

Pero, ¿cómo es que los hombres conocían los mandamientos de Dios si estos aun no se habían escrito? En esto nos ayuda el justo Job, quien pasó su prueba aproximadamente hacia el -1613, es decir, un siglo antes del Éxodo. Él nos dice: "Recibe la ley de su boca, pon sus preceptos en tu corazón" (Job 22:22). Esto quiere decir que Dios había expresado su voluntad oralmente, y así se había transmitido a todos los hombres. Job, quien no era judío y vivió antes del Éxodo, declara conocer los mandamientos de Dios: "¿Cuántas son mis iniquidades y pecados? Hazme entender mi transgresión y mi pecado" (Job 13.23). Además, enumera varios pecados que sabe que violaban la ley de Dios: asesinato (Job 24:14), adulterio (Job 24:15; 31:9), codicia (Job 31:1, 9), falso testimonio (Job 31:5), hurto (Job 27:8, 31:7), idolatría (Job 31:26). Aunque sólo menciona seis de los diez mandamientos, ¿significa eso que él desatendía los otros mandamientos?él declara: "Nunca me separé del mandamiento de sus labios, sino que guardé las palabras de su boca más que mi comida" (Job 23:12).

¿dónde hay una orden en el Génesis sobre los sacrificios? En ninguna parte. Sin embargo, vemos que Adán y Eva fueron vestidos con "túnicas de pieles", obviamente provenientes de animales sacrificados (Gén. 3:21). Además, vemos a Abel ofreciendo a Jehová una ofrenda "de los primogénitos de sus ovejas, y de la grasa de ellas" (Gén 4:4). ¿Dónde está la orden de los sacrificios? ¡No aparece en el relato!
¿Habrá de concluirse por eso que nunca se dio tal indicación? De ninguna manera. Así tampoco puede concluirse que Dios no reveló su voluntad a los primeros humanos, tan sólo porque en el relato no se registra tal indicación.

#¿Dónde en las Escrituras leemos que se haya dado mandamiento alguno de guardar el séptimo día antes de ser redimido el pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto? Habrá que citar capítulo y versículo en cada caso, sin hacer referencia a Génesis 2.1 al 3, pues allí no hay mandamiento.

R. Dios bendijo el sábado al terminar la obra de creación, y no ha de creerse que la bendición del sábado estuvo en estado de latencia hasta que llegó el pacto sinaítico. La Biblia dice claramente: "El séptimo día terminó Dios lo que había hecho, y descansó. Entonces bendijo el séptimo día y lo declaró día sagrado, porque en ese día descansó de todo su trabajo de creación" (Gén. 2:2, 3). Ahora bien, toda santificación es de efecto inmediato, pues aquello que Dios santifica no necesita esperar siglos para ser santo. Por consiguiente, la observancia del sábado atañó a los patriarcas, quienes vivieron después de que el sábado de Jehová fue santificado.

# Si fue como ustedes alegan, que el mandamiento fue dado a Adán en el día de la creación, ¿cómo es que se equivocó de fecha? Fue creado Adán en el sexto día; el séptimo día al cual se hace referencia en el Génesis fue el segundo de su existencia. Si Adán tuvo que trabajar seis días y luego descansar en el séptimo, ya estaría equivocado cinco días en su cálculo. El sábado suyo no sería el séptimo día porque habría trabajado un solo día. “El sábado de Adán fue un sábado del segundo día”

R. Es incorrecto hablar del "sábado suyo" refiriéndose a Adán, o "el sábado de Adán", pues el séptimo día no se cuenta en relación con el nacimiento del hombre, sino en relación con la creación del mundo. Este sofisma demuestra que el autor o los autores de las preguntas se ven obligados a recurrir al mínimo artificio posible con tal de desvirtuar la santidad de un día que se sabe que Dios santificó en el Edén. Que Adán descansara el segundo día de su vida ni viola ningún mandamiento ni desvirtúa la santidad del sábado. El cuarto mandamiento no significa descansar el séptimo día después que uno nace, sino descansar el séptimo día de la semana, es decir, de la semana que el Señor creó.En realidad, más absurdo sería creer que Adán se negara a guardar el primer sábado alegando que todavía le faltaban cinco días de trabajo.

#¿No han leído Nehemías 9:12-14, donde dice claramente que el sábado fue dado al pueblo de Israel en el Monte Sinaí? Viendo que el sábado fue dado solamente a Israel, ¿por qué insisten en obligar a otros a guardarlo?

R. Nehemías no dice que el sábado fue dado "solamente" a Israel. Esa palabra ha sido agregada a propósito. Jesús dice que "el sábado fue hecho por causa del hombre" (Mar.2:27). No dice "por causa del israelita", lo cual sería de esperar si este mandamiento fuese una exclusividad de los judíos. Pero al decir "por causa del hombre", Jesús ratifica la universalidad de este mandamiento, al igual que los otros.
Inclusive Cristo esperaba que el sábado siguiera vigente después de su ascensión, porque para cuando llegara el sitio de Jerusalén que sucedió en el 70DC les recomendó: "Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de sabado;" Mateo 24:20
El apóstol Juan, al referirse a los ritos de expiación, los llama indistintamente "fiestas de los judíos". A la Pascua, "Pascua de los judíos" (Juan 2:13; 6:4; 11:55; 19:42); a la Fiesta de los Tabernáculos, "la fiesta de los judíos, la de los Tabernáculos" (Juan 7:2); y a otras fiestas "de los judíos" (Juan 2:6; 5:1), con lo que Juan aclara la limitación de estas fiestas a la nación de Israel, y por lo tanto no son extensibles a los gentiles. Pero no ocurre así con el sábado. Juan se refiere al menos unas 11 veces al sabbáton, pero ni él, ni ningún otro escritor del NT se refiere al séptimo día como el "sábado de los judíos". Esto permite aclarar que no se trataba de un mandamiento limitado a los israelitas, sino que es extensivo a todos los hombres, como lo es el resto de los mandamientos.

#¿Por qué ponen ustedes a los gentiles bajo el sábado, cuando a ellos nunca les fue dado? La ley dice: "Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel". (Éxodo 31:16,17). No hace mención de los gentiles. Léanse también Ezequiel 20:10-12.

R. "También les dijo: El sabado fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del sabado." Marcos 2:27. Hoy hay un Israel espiritual, no de carne, sino de corazón. Esto es al menos lo que enseña Pablo a los efesios, quienes no eran israelitas según la carne, pero por la sangre de Cristo ya no pueden ser considerados extranjeros (Ef. 2:1-22). A los gálatas les dice: "…si vosotros sois de Cristo, ciertamente descendientes de Abraham sois, y herederos según la promesa" (Gál. 3:29), y a los romanos les dice: "No es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu y no según la letra. La alabanza del tal no viene de los hombres, sino de Dios" (Rom. 2:28, 29). Esto quiere decir que hay un Israel espiritual, heredero del nuevo pacto que Jehová estableció con el sacrificio de Cristo. Nótese en qué consiste el nuevo pacto: "Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Pondré mi ley en su mente y la escribiré en su corazón; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo." (Jer. 31:33)

# La ley dice: "El día séptimo os será santo, día de reposo para Jehová; cualquiera que en él hiciere trabajo alguno, morirá". (Éxodo 35:2; 31:14). Si la primera parte de la cita es obligatoria para los cristianos, debe serlo también la segunda parte. ¿Por qué no cumplir la ley que manda matar a los que trabajan en el día sábado?

En principio, no sólo los transgresores del sábado, sino todo aquel que viola los mandamientos de Dios sin arrepentirse de sus pecados, habrá de pagar con la muerte eterna, en conformidad con lo que estipula la Escritura (Rom. 2:12). "Dormirán el sueño eterno y nodespertarán" (Jer. 51:57). "Los abrasará, diceJehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama" (Mal. 4:1). Sin embargo, la pregunta sugiere que sólo los que profanaban el sábado debían morir en el antiguo Israel, lo cual es falso. Los asesinos (Éx. 21:12), los zoófilos (Éx. 22:19), los idólatras (Lev. 20:2; Deut. 13:5,10,13-15; 17:2-7; Núm. 25:1-9), los hechiceros (Éx. 22:18; Lev.20:27), los falsos profetas (Deut. 13:5; 18:20), los maldicientes a los padres (Lev. 20:9; Éx. 21:15,17), los adúlteros (Lev. 20:10; Deut. 22:22), los incestuosos (Lev. 18:6-17,29; 20:11,12,14), los sodomitas (Lev. 20:13; 18:22), los secuestradores (Éx. 21:16; Deut. 24:7) y otros que practicaban otros pecados eran igualmente llevados a la muerte

#El apóstol Pablo describe la ley como un ministerio de muerte en letras grabadas en piedra. (2 Corintios 3:1-18; Éxodo 20:1-17; 31:18; 32:15,16; 34:1-28). Nos dice que había de perecer. (2 Corintios 3:7-11). ¿Puede el adventismo decirnos quién la hizo volver?

Aunque se lea y se relea todo 2 Corintios 3, no se hallará allí una sola indicación de que la ley fuera borrada. Antes bien, dice que la ley estará escrita en "tablas de carne del corazón" (vers. 3). Si no hubiera ley, no habría nada que escribir en el corazón. No obstante, Jeremías indica que en el nuevo pacto la ley ha de ser escrita en las mentes y en los corazones de los hijos de Dios (Jer. 31:33). No para salvarse por cumplirla, sino como resultado de que han sido perdonados (Juan8:10).
El ministerio de muerte indica que, como todos los hombres han pecado, están destituidos de la gloria de Dios. Sin embargo, al aparecer Cristo los hombres reciben la oferta de perdón de Dios, en virtud de que el Hijo saldó esa deuda que teníamos con Dios. Sin embargo, aunque recibamos perdón, el sacrifico de Cristo quedaría sin efecto si el hombre perdonado se empeñara en seguir transgrediendo la ley. "¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? ¡De ninguna manera! Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?" (Rom. 6:28, 29).

Lo que explica Pablo en 2 Corintios 3 no es que la ley haya sido borrada, sino que ha sido escrita en el corazón, tal como se había prometido. Pero si la ley está escrita en el corazón, ¿significa eso que el cristiano debe olvidarla? ¿O por el contrario significa que vivirá de acuerdo con ella? Nuestro Dios lo aclara:
"Os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros. Quitaré de vosotros el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Pondré dentro de vosotros mi espíritu, y haré que andéis en mis estatutos y que guardéis mis preceptos y los pongáis por obra" (Ez. 36:26, 27). De modo que el hombre sincero que se acerca a Dios, en lugar de quejarse por la vigencia de la ley, cantará: El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu Ley está en medio de mi corazón (Sal. 40:8) Y también: ¡Cuánto amo yo tu Ley! ¡Todo el día es ella mi meditación! (Sal. 119:97)

#¿Por qué comen lo que ha sido preparado con un fuego encendido en día sábado? ¿No saben que así infringen la ley sobre la cual basan su salvación eterna? (Éxodo 35:1-3, 16:23-30).

Sobre encender fuego en sábado, véase la respuesta a la pregunta #3. Sobre la declaración de que los adventistas basan su salvación eterna en la observancia de la ley, es falso. La salvación es un don gratuito de Dios (Ef. 2:8). Nadie se salva por sus propias obras (Gál. 2:16). Sin embargo, la justificación por la fe no implica que deba desaparecer la obediencia a la ley. "¿Por la fe invalidamos la Ley? ¡De ninguna manera! Más bien, confirmamos la Ley" (Rom. 3:31).

#¿Por qué no cumplen con la ley ofreciendo sacrificios cada sábado? Es parte esencial de la ley del sábado, según Números 28:9,10, pero ustedes no respetan la ordenanza.

La mayor prueba de la falacia de este argumento es que los apóstoles observaron el día de reposo sin realizar sacrificios (Hec. 13:14, 42; 16:13; 18:3, 4). Y no lo hacían, porque los sacrificios ya no tenían sentido alguno, habiendo muerto ya Aquel a quien apuntaban los sacrificios (Heb. 10:11, 12).

#Si los mandamientos o la ley quiere decir los diez mandamientos, y nada más, ¿por qué respondió el Señor Jesús acerca de la ley citando dos mandamientos que no se encuentran entre los diez? En Mateo 22:35-40, Él citó uno del libro de Levítico y otro de Deuteronomio. ¿Acaso empleaba el engaño? Si el adventismo está en lo correcto, entonces sólo una u otra de estas cosas es verdad.

Tal como lo explican Jesús y Pablo, los Diez Mandamientos están fundamentados en el amor a Dios y al prójimo (Mat. 22:40; Rom. 13:9). Nadie que diga que ama al prójimo tendrá una conducta social impropia, como mentir, adulterar, robar y matar. Del mismo modo, nadie que diga amar a Dios lo ofenderá adorando ídolos, o blasfemando su nombre, o violando su sábado. Es algo que Dios ha escrito y ordenado, no el hombre ni la iglesia adventista.
En cambio, son los hombres los que dicen "no hay que guardar el sábado", y al respecto argumentan diferentes excusas. En tanto Dios dice "acuérdate de mi sábado", las iglesias dicen: "no lo guardes". ¿A quién hemos de obedecer? (Hechos
5:29).
Se equivoca quien diga que los adventistas enseñan que la frase "la ley" se refiere sólo a los Diez Mandamientos. Antes bien, la ley representa un caso de polisemia como otros en la Biblia y, por tal motivo, su significado ha de entenderse de acuerdo con el contexto en que aparezca. Los adventistas enseñan, de acuerdo con el texto sagrado, que la ley puede referirse a los Diez Mandamientos (Rom. 7:7), pero también a la ley ceremonial (Gál. 3:19).

# El apóstol Pablo describe la ley como un ministerio de muerte en letras grabadas en piedra. (2 Corintios 3:1-18; Éxodo 20:1-17; 31:18; 32:15,16; 34:1-28). Nos dice que había de perecer. (2 Corintios 3:7-11). ¿Puede el adventismo decirnos quién la hizo volver?*

Aunque se lea y se relea todo 2 Corintios 3, no se hallará allí una sola indicación de que la ley fuera borrada. Antes bien, dice que la ley estará escrita en "tablas de carne del corazón" (vers. 3). Si no hubiera ley, no habría nada que escribir en el corazón. No obstante, Jeremías indica que en el nuevo pacto la ley ha de ser escrita en las mentes y en los corazones de los hijos de Dios (Jer. 31:33). No para salvarse por cumplirla, sino como resultado de que han sido perdonados (Juan8:10).
El ministerio de muerte indica que, como todos los hombres han pecado, están destituidos de la gloria de Dios. Sin embargo, al aparecer Cristo los hombres reciben la oferta de perdón de Dios, en virtud de que el Hijo saldó esa deuda que teníamos con Dios. Sin embargo, aunque recibamos perdón, el sacrifico de Cristo quedaría sin efecto si el hombre perdonado se empeñara en seguir transgrediendo la ley. "¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? ¡De ninguna manera! Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?" (Rom. 6:28, 29).

Lo que explica Pablo en 2 Corintios 3 no es que la ley haya sido borrada, sino que ha sido escrita en el corazón, tal como se había prometido. Pero si la ley está escrita en el corazón, ¿significa eso que el cristiano debe olvidarla? ¿O por el contrario significa que vivirá de acuerdo con ella? Nuestro Dios lo aclara:
"Os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros. Quitaré de vosotros el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Pondré dentro de vosotros mi espíritu, y haré que andéis en mis estatutos y que guardéis mis preceptos y los pongáis por obra" (Ez. 36:26, 27). De modo que el hombre sincero que se acerca a Dios, en lugar de quejarse por la vigencia de la ley, cantará:
El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu Ley está en medio de mi corazón (Sal. 40:8)
Y también:
¡Cuánto amo yo tu Ley! ¡Todo el día es ella mi meditación! (Sal. 119:97)

# En Gálatas 3:19, leemos que la ley fue puesta hasta que viniese la simiente, dejando así claro que la ley no sería perpetua sino que serviría por un tiempo definido. La Simiente, Cristo, ha venido y nos ha redimido de la ley. (Gálatas 3:13). De manera que, según las Escrituras, ha terminado el período para el cual nos fue dada la ley. Somos libres de ella. Nótense también Romanos 7:1-6. ¿Aceptan los dichos de la Palabra de Dios en este sentido?*

En cuanto a Gálatas 3:19, estamos de acuerdo con que esa ley que allí se menciona está abolida. Pero nótese a qué ley se refiere: la que "fue añadida a causa de las transgresiones". Como hemos visto, si había transgresiones, es porque había una ley que se estaba transgrediendo (Rom. 4:15). Así, Gálatas 3:19 se refiere a la ley que se ordenó como sombra de Cristo, el conjunto de sacrificios y actos ceremoniales, los cuales fueron efectivamente añadidos como símbolos del sacrifico expiatorio del Cordero de Dios (Luc. 24:44).
Sin embargo, se declara en la pregunta que Cristo nos "ha redimido de la ley", como queriendo decir que ya no hay que obedecer la ley. Cristo nos redimió de la maldición de la ley, es decir, nos salvó de la condenación que pendía sobre nosotros como pecadores. Porque todos somos pecadores, pues todos hemos violado la ley de Dios (Rom 3:23; 5:12). Pero Gálatas 3:13 no dice que Cristo nos autoriza a desobedecer la ley de Dios, Tampoco lo dice el resto de la Biblia. Al contrario, Pablo declara enfáticamente: "yo no estoy sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo" (1 Cor. 9:21). ¿Y qué es la ley de Cristo? Es la Ley bajo la cual Cristo Mismo nació (Gál. 4:4). Es la Ley que está en su corazón (Sal. 40:8). Es la Ley que Él vino a "cumplir" (Mat. 5:17). La "Ley de Dios" es ahora llamada "la Ley de Cristo" porque ahora se relaciona con todos los Cristianos. Como criaturas estamos para "servir a la ley de Dios" (Rom. 7:25). Como pecadores redimidos estamos obligados a ser "siervos de Cristo" (Ef. 6:6), y así es como estamos obligados a servir "a Cristo el Señor" (Col. 3:24). La relación entre estas dos apelaciones, "la ley de Dios" y "la ley de Cristo" está claramente demostrada en 1 Cor.9:21, donde el apóstol declara, que él no estaba sin ley de Dios, porque él estaba "bajo" la ley de Cristo.

Una cuidadosa lectura de la Epístola mostrará que la Emancipación aquí no es de la Ley como regla de conducta moral, sino de la maldición o pena de la Ley; y la herejía particular de los Judaizantes no era que pretendían hacer presión en los santos en relación con los Diez Mandamientos como norma de vida, sino que insistían que las obras de la Ley debían cumplirse para que el pecador pudiera salvarse. (Véase Hechos 15:1). El problema en Galacia era el legalismo y el ritualismo.

A ver... Romanos 7:1-6. Romanos 7 es uno de los capítulos más esclarecedores en relación con el tema de la ley y la salvación. La ley, según lo que enseña Pablo allí, condena al hombre, por cuanto el hombre la violó: "al venir el mandamiento, el pecado revivió y yo morí" (Rom. 7:9). Sin embargo, la muerte de Cristo ha logrado que el hombre sea salvado del peso de muerte que pende sobre todo transgresor. Al morir Cristo en nuestro lugar, es como si nosotros mismos hubiésemos sido crucificados. Es lo que explica Pablo claramente al decir que "habéis muerto a la Ley mediante el cuerpo de Cristo" (vers. 4).Obsérvese que no es la ley la que ha muerto, sino nosotros a ella, por medio del sacrifico vicario de Cristo (Gál. 5:24). Puesto que ya Cristo murió por nosotros, quedamos libres de la condenación de la ley.
Nótese además que el problema no es la ley sino el pecado, es decir, la desobediencia a la ley. Pablo aclara que la ley no es mala: "el mismo mandamiento que era para vida, a mí me resultó para muerte, porque el pecado, aprovechándose del mandamiento, me engañó, y por él me mató" (Rom. 7:10, 11). No es malo el mandamiento en sí, sino su trnasgresión, con la consecuente pena de la muerte eterna. Pero Pablo aclara: "De manera que la Ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno" (vers. 12). ¿Pero cómo es que siendo bueno el mandamiento puede causar la muerte? Pablo lo explica: "Entonces, ¿lo que es bueno vino a ser muerte para mí? ¡De ninguna manera! Más bien, el pecado, para mostrarse como pecado, produjo en mí la muerte por medio de lo que es bueno, a fin de que el pecado, por medio del mandamiento, llegara a ser extremadamente pecaminoso" (vers. 13).
En los versículos 15-25 Pablo manifiesta claramente que él no puede quitarse el pecado obedeciendo la ley, sencillamente porque su naturaleza humana es pecadora. Sin embargo, él ratifica: "Según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios", dándole así plena vigencia a la ley. Con todo, Pablo sabe que es pecador y, aunque en su mente están escritos los mandamientos, él no puede dejar de pecar por su propio esfuerzo (17-21).

# Si los cristianos están obligados a guardar el sábado, ¿por qué no fue incluido esto en la importantísima carta enviada a las iglesias por el concilio de apóstoles y ancianos que se celebró en Jerusalén para considerar la cuestión de si los gentiles deberían guardar la ley? (Hechos 15:1-29).*

Si leemos atentamente el capítulo 15 de Hechos notaremos que en la iglesia primitiva algunos judaizantes querían imponer la circuncisión y todas las ceremonias mosaicas (Hec. 15:1, 5). Como puede verse, el problema no estaba relacionado con los Diez Mandamientos, sino con la ley ceremonial, la cual ya había sido abolida por la muerte de Cristo y por tanto invalidada (Ef. 2:13-15).
¿Creerá alguien que, como en Hechos 15:20 no se menciona el sábado, los cristianos están desobligados de guardarlo? Allí tampoco se les prohíbe a los cristianos mentir ¿Significa eso que los cristianos pueden mentir? Tampoco se prohíbe mentir. ¿Somos por eso libres de mentir? Decididamente no. la carta redactada por los apóstoles nada menciona sobre el espiritismo, ni sobre las borracheras, ni sobre las envidias, ni sobre las contiendas, ni sobre las mentiras, ni sobre las hechicerías, ni sobre otros pecados también reprobados por Dios. ¿Por qué no se hace mención de estas y otras responsabilidades igualmente trascendentales? ¿Acaso no son estos también asuntos importantísimos? (Rom. 13:13, 14; Gál. 5:19-21; Apoc. 21:8; 22:15). La respuesta más obvia es que en ese momento específico estos problemas no representaban una amenaza para la comunidad cristiana de Judea, y la carta estaba referida sólo a aquellos puntos en que la congregación estaba fallando.
Sin embargo, eso no significa que los cristianos de Judea no tuvieran que observar también otras disposiciones divinas. Del mismo modo, debe entenderse que el sábado no era ningún problema para ellos, o de lo contrario la indicación habría Sido impartida.

# Si los cristianos deben guardar el sábado, ¿cómo se explica que el Señor Jesús no hizo mención del tema, al enumerar los mandamientos al mancebo de Mateo 19:16-22 Y, ¿cómo es que el apóstol Pablo, escribiendo bajo la inspiración del Espíritu Santo, no trata en ninguna parte de sus varias epístolas la supuesta gran importancia de guardar el sábado?*

Si nos vamos al relato del mancebo Entonces creen que los seis últimos mandamientos están en vigor ya que Cristo allí los menciona, pero no así el sábado? Pero si al no mencionar al sábado Jesús lo estaba invalidando, entonces también estaba invalidando los primeros tres mandamientos, que Jesús tampoco se los menciona al joven rico. Difícilmente se aceptará que Jesús estaba autorizando al joven a tener otros dioses, a adorar ídolos y a tomar el nombre de Dios en vano. Del mismo modo, tampoco lo estaba autorizando a violar el sábado, ya que violar un punto de la ley, es violar la ley completa (Sant. 2:10-12). Recuerda Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos. Santiago 2:10

Pero ahora bien, A fin de ofrecer una respuesta clara, convendrá analizar los tres casos por separado.

El joven rico: Jesús fue explícito con él recordándole cinco de los Diez Mandamientos. No citó los cuatro primeros ni el décimo. Si por no mencionar el sábado, que es el cuarto, estamos autorizados a desobedecerlo" por lógica nos asiste el mismo derecho a desobedecer los otros no mencionados. En lógica se señala la falacia de este argumento diciendo que "el que prueba demasiado, no prueba nada". Jesús no mencionó al joven rico muchas cosas necesarias en la vida del creyente, como ser la fe, la gracia, el arrepentimiento, etc. No diríamos por eso que no son necesarias. Aceptamos, por otra parte, que Jesús como Maestro de los maestros no se equivocó en su método de enseñanza. Hizo lo único y mejor que convenía hacerse. No hay duda que si alguna vez ese joven reflexionó, se dio cuenta que era adorador de un dios ajeno: sus riquezas, pecado señalado por el primer mandamiento. Y es precisamente la fe, no mencionada al joven rico, la que a todos nos ayuda a ser obedientes (Rom. 3: 31; Heb. 11: 6). Por lo dicho, queda claro que no queda anulado el mandamiento del sábado porque Jesús no se lo menciono; como tampoco quedan anulados los otros mandamientos por la sola razón de que no fueron mencionados en esa ocasión.
Dos mandamientos y no diez: Los dos mandamientos citados por Jesús sus fueron tomados del Antiguo Testamento. El primero está en Deuteronomio 6: 5 y el segundo en Levítico 19: 18. Vale decir que fueron dada por el mismo Dios que dio los Diez Mandamientos; por lo tanto, no se anulan, sino que se complementan. Los dos son la síntesis de las manifestaciones de nuestro amor a Dios y al prójimo, y los diez son el análisis o la expresión detallada de cómo hacerlo. "De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas", dijo Jesús. "Depende" quiere decir, estar en sujeción o subordinación de uno, provenir, proceder, ser consecuencia. Y eso es justamente lo que sucede, Los Diez Mandamientos son consecuencia o provienen de los dos principales. Los primeros cuatro nos enseñan cómo amar a Dios con todo nuestro corazón y nuestra fuerzas, y los últimos seis, cómo amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
Así es que los dos mandamientos no anulan los diez, ni los diez contradicen a los dos. Los diez dependen o provienen de los dos.
¡¡El concilio de Jerusalén: La carta apostólica dice: "Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas necesarias: que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis" (Hech. 15: 28, 29). En la carta se hace referencia directa al séptimo mandamiento. Si aceptamos que por no haberse mencionado el sábado, eso significa que no hay que guardarlo, ¿qué de los otros ocho mandamientos no mencionados ¿Quedaron anulados? ¿Y qué de la fe, la gracia, el arrepentimiento, el bautismo, que tampoco fueron mencionados en la carta? ¿Eso nos autoriza a descartar tales verdades?
¿Qué cosas se estudian en un concilio? Los problemas que causan disputa o inseguridad, para encontrar la forma de resolverlos. Las doctrinas o mandamientos aceptados no se discuten en los concilios. Por eso nada dice la carta respecto al robo, al sábado, al bautismo, a la gracia, etc. En esas cosas no había desacuerdo. Para la iglesia cristiana de ese entonces no había duda si debían guardar el sábado o el domingo. Todos guardaban el sábado, y por esa sencilla razón nada se dijo respecto al día de reposo.
De haber habido cambio en cuanto al día de reposo, sin duda se hubiera levantado una seria polémica. Grandes fueron las reclamaciones de los judíos y serias las amenazas cuando Jesús se propuso enseñar la correcta observancia del sábado. Hasta quisieron matarlo (Mat. 12: 14; Juan 5: 16). ¡Qué clamor de protestas se hubiera levantado si los discípulos hubiesen enseñado que el sábado estaba abolido y el domingo era el verdadero día! Nada de eso aparece en el Nuevo Testamento. Ese silencio total en cuanto a un cambio, es la prueba mayor de que todos observaban el sábado.
Lo que nadie puede hacer es demostrar que Pablo o cualquier otro escritor de la Biblia ordene desobedecer los Diez Mandamientos. Ni el sábado, ni ningún otro.

#En los capítulos 2 y 3 del Apocalipsis se encuentran siete cartas de la gran Cabeza de las iglesias, dirigidas a siete iglesias locales. Son los últimos mensajes directos a las iglesias sobre la tierra. Si fuese verdad lo que enseña el adventismo, ¿no les habría recordado su deber de guardar el sábado?*

Cuando se le escriben estás cartas a las iglesias se hace mención de algunos pecados y se les exhorta a no seguirlos cometiendo, pero era porque cada iglesia había caído en el error de cometer dicho pecado, por ello no era necesario nombrar los otros. Ahora que se cita apocalipsis, allí también encontramos versículos muy interesante con respecto a los mandamientos, te cito algunos.
"Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús." Apocalipsis 14:12
"¡Temed a Dios y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado. Adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas!" (Apoc. 14:7). Si nos fijamos en el cuarto mandamiento, observaremos de inmediato que se nos ordena guardar el sábado "porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el sábado y lo santificó"
(Apoc. 14:7).

# Ustedes dicen que el domingo entró con Constantino en el siglo IV. ¿Cómo explican entonces que los "padres" de la Iglesia, que escribieron durante los primeros tres siglos después de Cristo, hablan del primer día de la semana para las reuniones de los creyentes?

Como ahora se toca un tema extrabíblico, será bueno revisar los datos históricos disponibles para determinar hasta qué punto los "padres" de la iglesia católica acertaron en la verdad. Pablo dice que ya en sus tiempos estaba en marcha el plan de la apostasía (2 Tes. 2:7-9), lo que permite entender que, si en algo los cristianos de los tres primeros siglos procedieron de manera diferente al evangelio eterno, es porque estaban apostatando.

Citar a los autores católicos del periodo postbíblico, ¿es una prueba fidedigna de la verdad? De ser así, ¿por qué los protestantes no hacen votos por los muertos, tal como lo enseñaron Tertuliano, Juan Crisóstomo, Lactancio, y Gregorio Magno? ¿Por qué no creen en el Purgatorio, tal como lo enseñaron Tertuliano y Agustín de Hipona? ¿Por qué no veneran a María,como lo enseñaron Justino Mártir e Ireneo de Lión? ¿Por qué no creen en la preexistencia del alma, tal como lo enseñó Orígenes? ¿Por qué además los protestantes no usan imágenes en sus iglesias, tal como lo hicieron Agustín, Jerónimo, Paulino de Nola, Basilo, Barlaam, Cirilo de Aljandría y tantos otros? Pues si el hecho de que ellos no guardaran el sábado demuestra la legitimidad de esta actitud, entonces todo lo demás que practicaron contra los mandatos divinos también será legítimo a los ojos de Dios.
Tal como lo entendió el protestante James Buchanan en el siglo XVI, hay una gran diferencia entre la teología histórica de la Escritura y la teología histórica de la iglesia, y esta diferencia está dada en razón de que los escritos bíblicos fueron inspirados, pero no los escritos "patrísticos".
Estos escritos [de la iglesia católica], sean antiguos o modernos, no poseen autoridad divina en asuntos de Fe, y su enseñanza en estos temas no deben afectar nuestras creencias, a menos que pueda probarse que están en conformidad con las normas infalibles de la palabra de Dios… La levadura anticristiana, que existía en la iglesia primitiva, gradualmente se expandió y fermentó en tiempos posteriores, y se ha vuelto casi universal, cuando el poder de Roma, que tenía obstruido su temprano desarrollo, tomó su camino, y la "Apostasía" predicha tuvo libre curso, hasta culminar en el "Hombre de Pecado", que se sienta "en el templo de Dios" como "Aquel Inicuo" (hoánomos), el cuerpo visible del "misterio de la iniquidad" (2 Tes. 2:3-8), u "hombre de pecado" (amartías). No podemos esperar que durante el progreso de esta Apostasía predicha, la verdad del Evangelio continuara en su pureza original, y hallamos que,consecuentemente, mientras continuó con su simplicidad durante los tiempos de la persecución y martirio, al final del segundo siglo comenzó a corromperse con muchas doctrinas erróneas y prácticas supersticiosas, que crecieron bajo el fomento de los padres más eminentes, tanto de la Iglesia Oriental como de la Iglesia de Occidente.
Esto lo escribe un protestante, no un adventista. Si es verdad que en el periodo postbíblico el Evangelio no continuó con su pureza original, ¿cómo podremos esperar una demostración doctrinal a partir de lo que aquellos hombres enseñaron? ¿No debe ser la Biblia, y la Biblia sola, la fuente de la doctrina? Por eso, recurrir a los "padres" católicos para demostrar una doctrina bíblica, sólo puede traernos más tinieblas que luz.

# ¿Por qué porfían en que uno de los papas cambió el día de descanso del séptimo día al primero? Hay plena prueba histórica que los cristianos observaban el primer día durante los siglos antes de que hubiese papa alguno.
Para empezar, hace falta que se citen las fuentes que demuestran que todos los cristianos de los primeros siglos guardaban el domingo en lugar del sábado. Por el contrario, consta en la historia que la observancia del domingo fue introduciéndose de manera gradual en el mundo cristiano.


La historia enseña (no los adventistas) que fue Constantino el Grande quien el 3 de marzo de 321 decretó la santidad del venerabilis dies solis, para legitimar una práctica pagana que se había infiltrado en la iglesia desde los primeros siglos. Tal como lo confiesa el sacerdote jesuita Félix Moracho, "El emperador Constantino, el año 321 decretó que el domingo tienen que descansar los jueces y las demás actividades ciudadanas. Este descanso, en los siglos V y VI se generalizó y se fue interpretando rigurosamente". Después de Constantino, Graciano y Teodosio ratificarán esta medida. El papa Inocencio I, en el 416 (su último año de pontificado), decretó que el domingo fuese día de ayuno. En el 538 el Concilio de Orleáns prohibió que se hiciera en domingo el trabajo con arado, o en viña, siega, cosecha, descasque, cultivo, seca, a fin de que las personas pudiesen frecuentar la iglesia. Y en el 590 el papa Gregorio I condenó como "anticristo" a quien enseñara que debiese guardarse el sábado como día de reposo. Esto revela que, al contrario de lo que se asegura en la pregunta 23, sí había cristianos que guardaban el sábado contrariando así los decretos imperiales y pontificales. De no ser así, ¿qué sentido tenía la amenaza de Gregorio?
El historiador católico Sócrates Escolástico registra hacia el año 440 que "aunque casi todas las iglesias del mundo celebran los sagrados misterios cada semana en sábado, los cristianos de Alejandría y de Roma, por una antigua tradición, han dejado de hacer esto". Por su parte Sozómeno, otro historiador católico, registra más o menos hacia la misma fecha: "la gente de Constantinopla, y de casi todas partes, se reúne en sábado, tanto como en el primer día de la semana, costumbre que nunca se observa en Roma ni en Alejandría". Así que la propia iglesia católica reconoce que la mayoría de los cristianos del mundo guardaba el sábado a mediados del siglo V.
Será con el paso del tiempo que la iglesia romana presionará por la implementación de la observancia del domingo, lo que finalmente conseguirá. El Catecismo del Concilio de Trento confiesa: "La Iglesia [católica] de Dios en su sabiduría ha ordenado que la celebración del día sábado fuese transferida al «día del Señor» [domingo]". Este catecismo fue escrito por orden del Concilio de Trento y publicado bajo la autoridad del papa Pío V.

Las investigaciones históricas confirman además el origen pagano de la celebración del domingo como día de reposo por parte del catolicismo. Franz Cumont declara: "La preeminencia asignada al dies solis ["día del sol"] ciertamente contribuyó al reconocimiento general del Domingo como día de fiesta", lo cual es ratificado por P. Cotton: "No puede negarse que el uso pagano del Domingo ha tenido un apreciable efecto en la Cristiandad al traer el Domingo Cristiano en preeminencia en la Iglesia como el único día de adoración".
Por su parte A. P. Stanley explica:
La retención del antiguo nombre pagano de Dies Solis, o Día del Sol ["Sunday", en inglés] para la observancia semanal cristiana se debe en gran medida a la unión del sentimiento pagano y el cristiano con que Constantino recomendó a sus súbditos, tanto paganos como cristianos, que el primer día de la semana fuera «el día venerable del Sol»
Pero si fue Constantino quien lo hizo, ¿por qué los adventistas denuncian al catolicismo de haberlo hecho? Porque, tal como lo explica el católico C. S. Mosna en su trabajo doctoral, fue la iglesia católica la que "influyó en la decisión de Constantino de hacer del domingo un día de reposo para todo el imperio, y esto indudablemente fue para darle al día del Señor un lugar preeminente sobre los otros días". Es por esto que la iglesia católica "puede reclamar el honor de haber garantizado al hombre una pausa en su trabajo cada siete días".

# Si debemos guardar el séptimo día, ¿cómo es que los apóstoles y cristianos primitivos celebraban sus reuniones de mayor importancia, como la cena del Señor, el primer día en vez del séptimo?*
Te cito algunos de los pocos versículos (9 total, 8 en el nuevo, 1 en el antiguo) en los que el primer día de la semana (domingo) es nombrado en la biblia, y te explico.
"Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros." Juan 20:19 En este versículo si, es más que claro que los discípulos estaban reunidos el primer dia de la semana Pero no estaban celebrando nada ni estaban guardando ningún reposo. El versículo dice que "los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos", es decir, que estaban escondiéndose. Ninguna celebración estaba llevándose a cabo. Contrariados por la muerte de Cristo y temiendo la arremetida de los judíos, los discípulos se sentían en completo abandono y procuraban evitar que los hallaran. Además, no podían estar reunidos en honor de la resurrección de Cristo porque, en primer lugar, aún no creían que él hubiera resucitado. Acá no se habla de santidad del domingo. No sé menciona una colecta en público. No está hablando de ninguna reunión en la iglesia, esto era una donación especial reunida entre las iglesias gentiles para los santos pobres de Jerusalén. Pablo llevaría esa donación con un representante de cada zona. Léase 1cor 16:3,4; Rom 15:24-28; 2Cor 8:1-4 y 2Cor 9:1-5.

"El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche." Hechos 20:7 Que los discípulos se hayan reunido un primer día de la semana para partir el pan, nada tiene de particular. En Hechos 2:46 se dice que los discípulos "todos los días se reunían en el Templo con entusiasmo, partían el pan en sus casas y compartían sus comidas con alegría y con gran sencillez de corazón" (Biblia Latinoamericana, 1995), pero eso no hace santos todos los días. Por demás, la cena del Señor puede celebrarse cualquier día de la semana y todas las veces que se desee celebrarla, sin que ello vaya a quitarle al sábado la santidad que Dios le confirió (1 Cor. 11:26). El pasaje dice textualmente: "El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche".
Los Hechos de los apóstoles fue escrito por el apóstol Lucas unos 35 años después de la resurrección de Cristo. La mayoría de los comentaristas aceptan que utilizó la manera bíblica de contar los días, respetada por los judíos y cristianos primitivos; vale decir, que el día comienza a la puesta de sol. El cómputo romano para contar el día de medianoche a medianoche, como se estila hoy, no aparece en los escritos del Nuevo Testamento; por lo tanto, la reunión de Troas tuvo que efectuarse en lo que nosotros llamamos "sábado de noche", pues a la puesta del sol comenzaba el primer día de la semana.
Dice el texto que Pablo "alargó el discurso hasta la medianoche", o sea, nuestro sábado de noche. A esa hora el joven Eutico se accidentó, después de lo cual habiendo "partido el pan y comido, habló largamente hasta el alba; y así salió"(vers.9,10).
Así queda claro que el apóstol Pablo salió de viaje después del alba, bien temprano, al aclarar o recién salido el sol. Mientras sus compañeros de viaje subieron al barco, él fue por tierra hasta Asón (vers.13), desde donde siguió con ellos. Con esto concluimos que después de la reunión nocturna del mismo día, en la parte clara de ese primer día de la semana, o sea el domingo por la mañana, el apóstol continuó su viaje.
Si alguien no pudiera aceptar que Lucas usó el cómputo bíblico para contar los días, y prefiere aceptar que ya había abandonado lo indicado por las Escrituras para plegarse a costumbres paganas de los romanos, lo cual no es fácil de aceptar, tampoco este texto puede usarse como prueba de que era COSTUMBRE la observancia del primer día de la semana, pues el mismo escritor se ocupó en indicar el motivo de la reunión: "Pablo les enseñaba, HABIENDO DE SALIR AL DIA SIGUIENTE" (vers.7). Esta explicación es muy importante, porque IMPIDE DAR OTRA RAZON. Si Lucas aclaró que la reunión de ese domingo fue porque Pablo había de viajar, ¿qué derecho nos asistiría, 20 siglos después, de indicar otro motivo? De haber sido costumbre observar el domingo, ésta hubiera sido la oportunidad de explicarlo. Pero al contrario, como si Lucas hubiera anticipado una equivocada interpretación futura respecto a esa reunión, dejó aclarada la razón de la reunión: el apóstol iba "a salir al día siguiente".
No es prudente hacerle decir a la Biblia lo que no dice, y mucho menos contradecir lo que dice con claridad. Por lo tanto, Hechos 20:7 no prueba en absoluto que era costumbre entre los cristianos del primer siglo celebrar reuniones en domingo. Esa fue una reunión ocasional, en la que se trató de aprovechar lo más posible la visita del apóstol a los creyentes de Troas.

LA CENA DEL SEÑOR EN ESA OCASION TAMPOCO PRUEBA QUE SE LA CELEBRÓ POR SER DOMINGO, PUES NO HABIA DIA FIJO PARA SU CELEBRACION. Cuando Jesús instituyó ese rito, fue jueves de noche. Aparentemente hubo un tiempo cuando se la celebraba todos los días (Hech.2:46). En su carta a los corintios, el apóstol Pablo dice: "Así, pues, TODAS LAS VECES que comiéreis este pan, y bebiéreis esta copa, la muerte del Señor aununciáis hasta que venga" (1 Cor.11:26). Así el apóstol reconoce que la celebración de la Cena del Señor se realizaba en ocasiones determinadas por las circunstancias, como lo fue en Troas.
"En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera que ordené en las iglesias de Galacia. Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas." 1 Corintios 16:1-2 Lo que allí recomienda Pablo es recoger una ofrenda especial para los hermanos pobres de Jerusalén. Con esto Pablo ni está santificando el domingo, ni está aboliendo el sábado. No se dice allí que el domingo sea día de reposo ni que hubiera sido santificado. Todo se trata de una medida de emergencia, y nada tiene que ver con el reposo semanal. Nótese que la recomendación era que "cada uno de vosotros reserve en su casa"; "cada uno ponga aparte en su casa"; "cada uno de vosotros aparte en su casa" (RV, 1909). No era una colecta en la iglesia, sino una donación particular que Pablo enviaría a buscar de casa en casa para llevarla a Jerusalén (vers. 3). Ahora bien, si todos los hermanos habían de reunirse en la iglesia ese día, ¿por qué Pablo tenía que molestarse en ir de casa en casa, en vez de que todos llevaran sus donativos a la reunión? Sin embargo, allí no se menciona ninguna reunión religiosa, ninguna lectura de las Escrituras, ninguna oración, ni ninguna discusión doctrinal.
Ahora cito versículos dónde afirman que se reunian los sábados, bien sea con judíos o gentiles:
El mejor ejemplo: "Vino a Nazaret, donde se había criado; y el sábado entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer." Lucas 4:16
¿Esperaba que Cristo que el Sábado fuera abolido? "Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en Sábado;" Mateo 24:20
"Ellos, pasando de Perge, llegaron a Antioquía de Pisidia; y entraron en la sinagoga un día de sábado y se sentaron."Hechos 13:14
"Cuando salieron ellos de la sinagoga de los judíos, los gentiles les rogaron que el siguiente sábado les hablasen de estas cosas." Hechos 13:42

"El siguiente sábado se juntó casi toda la ciudad para oír la palabra de Dios". Hechos 13:44
"Y un sábado salimos fuera de la puerta, junto al río, donde solía hacerse la oración; y sentándonos, hablamos a las mujeres que se habían reunido." Hechos 16:13
Pablo, también, trabajaba haciendo tiendas, y los sábados predicaba el evangelio a judíos y griegos: "y como era del mismo oficio, se quedó con ellos, y trabajaban juntos, pues el oficio de ellos era hacer tiendas. Y discutía en la sinagoga todos los días de reposo, y persuadía a judíos y a griegos." Hechos 18:3-4. Es llamativo el hecho de que, nuevamente, los griegos recibieran el evangelio no en domingo, sino en sábado, lo cual habla claramente de que era el sábado y no el domingo el día que los cristianos guardaban.
La Biblia es clara en señalar que "El que permanece en él (Cristo), debe andar como él anduvo" (Jn.2:6). Muchos citan la ocasión en que El apareció a sus discípulos después de su resurrección el primer día de la semana (Jn.20:19) como prueba de que deseaba instituir dicho día en lugar del séptimo para el servicio religioso. Sin embargo, éste no era su propósito. Cristo tenía la certeza de haber podido grabar en la mente de sus discípulos, durante tres años y medio, que su costumbre era la de observar el sábado. Jamás observó otro día, ni sus discípulos lo hicieron. Una sola reunión en un día distinto no sienta costumbre. La costumbre es un hecho repetido y constante en el tiempo, y la costumbre de Cristo, mientras estuvo en esta tierra, fue la de observar el sábado.
Además que el contexto demuestra que ellos no estaban celebrando un servicio religioso, sino que estaban reunidos "por miedo de los judíos". Es más, en aquella ocasión Cristo reprendió a los apóstoles porque "no habían creído a los que le habían visto resucitado" (Mr.16:14). Es decir, ni siquiera habían creído los informes referentes a su resurrección. No existe ningún versículo que explique que el primer día de la semana conmemore la resurrección, de manera que la evidencia es elocuente.
Otro porcentaje de observadores del domingo, casi desesperadamente aducen evidencias históricas de que en la iglesia cristiana primitiva muchos comenzaron a guardar el primer día de la semana. Pero Juan 2:6 es más poderoso. El ejemplo de Cristo no fue en vano, ni se vio obligado a obedecer las tradiciones de los judíos. Cristo enseñó con su ejemplo en vida. Si diéramos más autoridad a estos primeros "cristianos" guardadores del domingo que al ejemplo de Cristo, estaríamos cayendo en el mismo error de los judíos que le daban más valor a sus propias tradiciones que a la voluntad de Dios.
El domingo no fue instituido para conmemorar la resurrección, y mucho menos puede sustituir el papel que cumple el sábado que Dios estableció desde la Creación.



# Y, ¿cómo saben que de veras guardan el séptimo día? ¿Pueden estar seguros de que no han [sic] habido errores en los cálculos desde el día en que descansó Dios? Hay que tener en cuenta los cambios efectuados en el calendario en el año 46 a.C., cuando se convino en que el año tuviera solamente 345 días, para corregir los errores que se habían acumulado. Se debe pensar también en la ley del año 1751, hecha "para corregir el calendario", y que ordenó quitar once días del mes de septiembre. Con estas y otras modificaciones, ¿están ustedes seguros de que saben contar los días desde la creación?

Primero que nada resaltar que Jesús guardó el sábado durante toda su vida terrenal "Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer." Lucas 4:16 si el sábado se hubiera perdido o cambiado de algún modo, Él lo hubiera rectificado, puesto que Él reprendió a los judíos por muchos errores o descuidos religiosos, nunca señaló que guardaban un sábado falso.
El calendario ha sido un instrumento para contar los años, meses y días, inventado por el hombre desde que tenemos conocimiento de su historia. El sol y la luna intervienen en la medición y el fraccionamiento del tiempo (Gén.1:14). La semana es una excepción, pues es un período de tiempo marcado por el acto creador realizado por Dios en siete días.
Poco antes de Jesús, el emperador Julio César (101-44 AC) tuvo que ajustar el calendario civil al astronómico. Dicho en otras palabras, el invierno según el calendario astronómico estaba adelantado en 90 días. Por eso Julio César, asesorado por el famoso astrónomo egipcio Sosígenes, en el año 47, antes de Cristo, le quitó esos 90 días al calendario civil y lo ajustó así al astronómico. Esto se hizo sin afectar o alterar el ciclo semanal. Ese calendario era usado por el Imperio Romano en los días de Jesús.
Unos 1.600 años después de Julio César, se hizo necesario otro cambio. Como el calendario juliano se basaba en un año de 365 días y 6 horas, en vez de la realidad que son 365 días, 5 horas, 48 minutos y 46 segundos, al llegar al siglo XVI, esos 11 minutos y algunos segundos, sumaron 11 días de diferencia con el calendario astronómico. Por ello Gregorio VII, asesorado por el astrónomo Cristóbal Clavio, decidió seguir su consejo de omitir esos once días, lo que se hizo el jueves 4 de octubre de 1582, pasándose al viernes 15 de octubre. Tampoco en esta ocasión se alteró el ciclo semanal.
Por lo indicado, sabemos que no se ha alterado el ciclo semanal en todos los tiempos. Había razones fuertes para evitarlo, pues así como el pueblo conocedor del Dios verdadero santificaba el séptimo en honor del Dios vivo, el Creador, así los pueblos paganos tenían el primero en homenaje de su gran dios, el sol. De modo que ni para los paganos ni para los cristianos era aceptable despreciar su día sagrado.

La semana siempre ha Sido la misma, el domingo es el primer día de la semana y el sábado el séptimo día de la semana. Jesús vivió en el tiempo del imperio romano. Lo que ellos llamaban sábado y primer día de la semana, los romanos llamaban entonces día de Saturno y día del sol.

# ¿Han leído Colosenses 2:14-17 acerca del acta de los decretos o cédula de los ritos (el mandamiento de guardar el sábado es uno de ellos) que ha sido raída, quitada de en medio y clavada en la cruz?

El pasaje mencionado no habla de Sábado, sino de Sábados lo que marca una diferencia. Además, la frase "cédula de los ritos" (RV, 1909) se refiere precisamente a la ley ceremonial o ley ritual, que constaba de sacrificios, comidas, libaciones, etc. La frase "acta de los decretos" (gr. quirógrafon) no se refiere a las dos tablas escritas por Dios, sino precisamente al documento manuscrito, al rollo escrito por la mano de Moisés (Deut. 31:24)

# En los versículos 16 y 17 del mismo capítulo, vemos que ciertas cosas exigidas bajo la ley de Moisés, entre ellas la observancia del sábado, no son más de una sombra de lo por venir: El cuerpo espiritual de Cristo. Guardar el sábado es asi una sombra.

Pablo aquí no se refieren al sábado semanal, sino a otras fiestas rituales que se introdujeron en tiempos de Moisés, las cuales eran llamados "sábados" aun cuando no coincidían con el séptimo día de la semana, pues debían dedicarse por completo a la adoración. Para comenzar, las comidas, las bebidas, los días de reposo o sábados mencionados en Colosenses 2:16, son identificados por el versículo 17, donde dice: "Todo lo cual ES SOMBRA DE LO QUE HA DE VENIR; pero el cuerpo es Cristo". Esto demuestra que Pablo se está refiriendo al ritual del templo y su sacerdocio levítico, pues en él había fiestas, comidas, bebidas y días de reposo o sábados que eran "sombra" o SIMBOLOS de Cristo (Heb.10:1).
La sombra anuncia que la persona que la proyecta pronto llegará, pero cuando llega "el cuerpo", dice Pablo, la sombra ya no interesa; y agrega que "el cuerpo es Cristo"."La Pascua era un día de descanso, un "sábado" anual judío, celebrado con comidas y bebidas en recuerdo de la liberación de la esclavitud de Egipto. Desde que Cristo nos liberó de la esclavitud del pecado (Rom.6:17,18), se constituyó en nuestra pascua "sacrificada por nosotros" (1 Cor.5:7). Así, el apóstol reconoce en la Pascua una sombra de Cristo. La gran fiesta de la Purificación del Santuario, celebrada cada año el 10 del mes séptimo, otro día de descanso o sábado, también era una "sombra" de Cristo cumplida con su único sacrificio (Heb.9:23-26). Y lo mismo podría decirse de otras fiestas o días de reposo como los panes ázimos, el pentecostés, las cabañas, etc (Véase Lev.23:4-44). De esta manera, contrariamente a lo que enseñarían esas "filosofías y huecas sutilezas" contra las que Pablo precavía a los colosenses, los cristianos no necesitaban tomar en cuenta para su salvación ese ceremonial simbólico, pues las "sombras" dejaban su lugar a la realidad: Cristo -Incluso, en ocasión de la crucifixión de Cristo, "el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló" (Mt.27:51), con lo que se indicaba que el sistema típico había sido suprimido por Cristo-.
No podríamos decir lo mismo respecto al séptimo día, el día de reposo señalado por la ley de Dios, pues cuando fue establecido mediante la bendición y santificación del Señor (Gén.2:1-3), aún no había entrado el pecado en el mundo, por lo tanto no podía habérselo establecido como sombra de algo que no había ocurrido. Obsérvese que el mismo mandamiento da como razón de su santificación la creación del mundo (Exo.20:8-11).
Anular la observancia del sábado es anular la creación y a su Creador, Cristo (Col.1:15-18; Mar.2:28). "El día de reposo semanal fue dado al hombre en el Edén, no como una sombra de alguna cosa venidera, sino como un monumento conmemorativo de la obra creadora de Dios"
De esta manera, las fiestas señaladas en el versículo 16, eran referencia directa a las fiestas simbólicas o "sombras" de Cristo del ritual del templo y del sacerdocio levítico, que ya no tenían objeto. Por lo tanto, si alguno no quería celebrarlas no cometía falta y por ese motivo no debía juzgárselo como transgresor (Rom.14:10,13).
Después de la crucifixión de Cristo, hubo algunos judíos que hicieron caso omiso de la abolición de la ley ritual, y que predicaban la observancia de ella (Hch.15:1,24). Los versos 28 y 29 de ese mismo pasaje, aclaran que el problema planteado en el Concilio de Jerusalén se refería a la ley de Moisés. Esteban fue acusado por los judíos por hablar de la abolición de la ley de Moisés (Hch.6:13,14). Una acusación similar se levantó en contra de Pablo (Hch.18:13). Como se demuestra, la acusación contra Esteban y Pablo no se basaba en ninguna violación de la ley Moral, sino en sus enseñanzas acerca de la ley ritual. Pablo admitió de que él era culpable de lo que los judíos llamaban herejía, simplemente porque difería de ellos respecto a la obligación de seguir observando la ley ritual (Hch.24:14). Finalmente los apóstoles hicieron prevalecer la verdad.

#¿Han leído en Romanos 14:5,6 que unos hacen diferencia entre día y día pero otros juzgan iguales todos los días? Se agrega: "Cada uno esté asegurado en su propio ánimo." ¿Por qué no insiste el apóstol en que los que juzgaban iguales todos los días debían estimar el séptimo como superior a los demás días para santificarlo?

Pablo en Romanos 14:5 dice: "Uno hace diferencia entre día y día, y otro juzga iguales todos los días". ¿No significa esto que podemos considerar como día de reposo cualquier día, sea el sábado o el domingo? Para poder responder sin equivocarse, es necesario tener en cuenta el contexto del pasaje, y también los problemas existentes en la época en torno al posible cambio del día de reposo.
En primer lugar, es interesante notar que el Nuevo Testamento siempre hace distinción entre el sábado y el domingo. Al séptimo día de la semana siempre lo llama sábado, o "día de reposo", según la Versión Reina-Valera revisada en 1960. En esta versión se tradujo la palabra "shabbath" como día de reposo". En cambio, al domingo lo llama invariablemente "primer día de la semana". Pablo en este texto se refiere a "días" solamente.

En segundo lugar, un análisis del capítulo 14 revela que no se está tratando de posibles divergencias en cuanto al día de reposo. El tema es más bien la dificultad ocasionada por ciertos creyentes débiles en la fe, que tenían opiniones particulares respecto de algunas comidas (vers.1,2). Obsérvese que en ocho de los 23 versículos del capítulo, se hace referencia a esas comidas (2,3,6,14,17,20,21,23), y en ocho se aconseja no hacer de ello motivo de juicio o tropiezo (2,3,4,10,13,15,19,20). Además, en ningún otro capítulo de la epístola, el apóstol alude a un posible cambio del día de reposo semanal, como para concluir que en la expresión "diferencia entre día y día" se refiera al día de reposo.
Más aún, atenidos a todo lo expresado en el Nuevo Testamento, podemos asegurar que no había controversia en cuanto al día de reposo semanal. Se discute reiteradamente la circuncisión y se define con claridad que no era necesaria (Gál.5:6; 1 Cor.7:19). En cambio, Jesús mismo dijo que de los Diez Mandamientos ni una jota ni una tilde podría tocarse (Mat.5:17-19; Luc.16:17).
En cuanto a que todos los días son iguales, en referencia al día de reposo, la misma Escritura declara que no es así. Entonces, ¿a qué días pudo haberse referido el apóstol? Creemos que el versículo 6 nos revela la respuesta. Dice: "El que hace caso del día, lo hace para el Señor; el que no hace caso del día, no lo hace para el Señor. El que come, para el Señor come, porque da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor no come, y da gracias a Dios". ¿Significa esto que algún creyente de aquella época podía vivir sin comer? ¡De ninguna manera! Pero sí podrían haber vivido sin comer durante esos "días" mencionados. El que comía en esos días dedicados a no comer, no cometía falta, como tampoco el que no comía. Los ayunos o días de ayuno no eran ordenados por mandamiento de Dios, eran voluntarios.
Era costumbre judía ayunar dos veces por semana (Luc.18:11,12). En el Megillat Ta'anith (un tratado judío sobre el ayuno, escrito en el primer siglo de nuestra era), se explica que los judíos ayunaban los lunes y los jueves. En otro antiguo documento llamado laDidajé, escrito a principios del siglo II, en el capítulo 8:1, se señala que los cristianos no judíos, particularmente en el oeste del imperio romano, a causa de sus sentimientos antisemitas declararon los miércoles y los viernes como días de ayuno.
Teniendo en cuenta las consideraciones hechas, sería claramente admisible que en los versos 5 y 6 se hace referencia a los días de ayuno, pero es evidente, por lo expuesto, que no hace referencia al día de reposo, el sábado.
Es común escuchar de hermanos que observan el domingo "Todos los días son del Señor. No hay ninguno en especial". Aunque todos los días tienen la misma cantidad de horas, y en cada uno de ellos debemos manifestar una conducta cristiana, la Biblia señala que existe una diferencia. Al respecto surgen dos argumentos muy poderosos:
1) Dios apartó el séptimo día en la creación. La Biblia no dice "un" día séptimo, sino "él" día séptimo. El artículo definido nos muestra desde ya una diferencia, porque nos limita sólo a un día de la semana: el séptimo. En Isa.58:13,14, Dios lo llama "mi día santo". Ello recalca lo anterior.
2) Además, Dios bendijo y santificó el séptimo día, una vez que hubo terminado su obra creadora (Gén.2:1-3). Ello hizo la naturaleza del sábado notoriamente distinta del resto de los días de la semana, pues no encontramos en la Biblia que Dios haya bendecido o santificado otro día más que el séptimo. Tal vez, si comprendemos qué significa "bendecir" y qué "santificar" podamos comprender la naturaleza espiritual especial que Dios le asigna a este día.
BENDECIR significa "alabar, celebrar, ensalzar". En este sentido, Dios ensalzó al sábado sobre el resto de los días de la semana.
SANTIFICAR significa "hacer santo, dedicar algo a Dios, apartar algo para un uso sagrado". De modo que Dios anhela un trato especial y sagrado al sábado. En consecuencia, cuando Dios bendijo y santificó el séptimo día, lo hizo definidamente diferente de los demás días del ciclo semanal. ¿Podemos como cristianos rechazar o despreciar la bendición y santificación que Dios da a su día?
Todos los días son del Señor en el sentido de que en todos ellos debemos mantener una comunión personal con El. La fortaleza espiritual debe aprovisionarse cada día. Pero el sábado va más allá que nuestra relación diaria con Dios. Es el día que el Señor hizo "por causa del hombre" (Mr.2:27), y es a la vez el día del Señor (Mr.2:28). Dios quiere que le dediquemos un tiempo especial dentro de la semana, un día que El determinó en la creación. Quiere que ese día abandonemos nuestras labores comunes de la semana para tener un compañerismo más profundo con El; quiere que descansemos de nuestras obras para reposar espiritualmente en El.
Debemos tener cuidado con eso de que "todos los días son para el Señor, de modo que todos los días son iguales". Esa es una mentira mezclada con verdad. Es prácticamente lo mismo que el diablo le llevó a pensar a Eva (todas las frutas son buenas, porque Dios es bueno y no puede hacer nada malo).

# El tema principal del adventismo es el de guardar la ley, especialmente la ley del sábado. Ahora, en el Nuevo Testamento encontramos que cincuenta veces se hace mención de predicar el Evangelio, diecisiete veces de predicar la Palabra, veintitrés veces de predicar a Cristo y ocho veces de predicar el reino. Ni una vez se habla de predicar la ley o el sábado. ¿Cómo lo explican?


Esta pregunta sugiere que basta con predicar a Cristo y nada más. Pero Cristo dice: "No todo el que me dice: «¡Señor, Señor!», entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos" (Mat. 7:21). Y David nos dice: "Me agrada, Dios mío, hacer tu voluntad; tu ley la llevo dentro de mí" (Sal. 40:8, NVI).
Puesto que el sábado semanal no representó un problema doctrinal en la comunidad cristiana, no hay correcciones que hacer en ese sentido. Al contrario, vemos en los evangelios y en el libro de los Hechos que los cristianos observaban el séptimo día conforme al mandamiento. Hoy en día, en cambio, la ley divina es objeto de ataques al igual que en el pasado, pero esta vez se hace hincapié en violar el cuarto mandamiento. Puesto que no puede haber salvación en desobediencia, el tema del sábado se ha convertido en un punto álgido.
Unos citan los mandamientos como regla a seguir; otros cuestionan la observancia de los mandamientos. ¿A quién debemos creer? La Biblia establece: "Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres" (Hechos 5:29). el evangelio eterno está íntimamente ligado a la obediencia a Dios. De hecho, Pablo asegura que la ley es buena y sirve como testimonio contra los transgresores y desobedientes (1 Tim. 1:9-11). Obsérvese cómo Pablo presenta la ley como parte fundamental del "glorioso evangelio del Dios bienaventurado, que a mí me ha sido encomendado" (vers. 11). Y aunque en este pasaje no se mencionan ni la idolatría ni la observancia del sábado, está claro que Pablo no los excluye del concepto de obediencia.
Juan también enseña que "todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado" (1 Juan 3:7-10). Sí, el evangelio permitió sacar a los hombres de la desobediencia, habiendo hecho Dios provisión para rescatar al hombre perdido. Que alguien diga que el evangelio no implica la obediencia a la ley de Dios no es extraño, si se toma en cuenta que la Biblia profetizó que tal clase de cristianos existirían en los últimos tiempos:
También debes saber que en los últimos días vendrán tiempos peligrosos. Habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanidosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, sin templanza, crueles, enemigos de lo bueno, traidores, impetuosos, engreídos, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella. A esos, evítalos (2 Tim. 3:1-5).
De manera que el argumento de que la obediencia es un tema secundario, luce como una nueva treta para disminuir la necesidad de observar la ley de Dios. Pero se engañan ellos, y engañan a los que enseñan, al pensar que podrán entrar en el reino de Dios con sólo llamar a Cristo su "Salvador", omitiendo la responsabilidad que él les pone como hombres redimidos. En realidad, pretender que el cristiano está libre de pecar porque Cristo lo perdonó es blasfemia, y es tomar la sangre de Cristo por inmunda.

# En el Nuevo Testamento se encuentra la palabra sábado unas sesenta veces. [El escrito se basa en la traducción Reina-Valera de 1909, la que se emplea corrientemente en las congregaciones adventistas]. Ustedes admiten que en todos los casos menos uno se hace referencia al día sábado. Sin embargo, en este solo caso, Colosenses 2:16, donde la palabra es la misma en los textos en griego, quieren hacernos entender que tiene otro sentido. ¿Por qué? ¿No será que los versículos 2:16,17 echan por tierra sus argumentos en cuanto a que los cristianos deben guardar la ley?

Nuevamente se contradicen nuestros interpeladores al decir ahora que hay un solo significado para "sábado", cuando en la primera pregunta de este cuestionario de hecho declaran que hay varios sábados, incluyendo los años sabáticos mencionados en Levítico 25:1-22, y por eso quieren que los adventistas guarden esos otros "sábados". Puesto que, tal como ellos mismos confiesan, no sólo era "sábado" el séptimo día de la semana, sino también otros días del año, según Levítico 23, y hasta años completos, el significado de la palabra "sábado" en un texto habrá de entenderse según el contexto.
Nótese que Pablo recomienda que "nadie os juzgue en comida o en bebida…", como queriendo decir que el cristiano puede comer y beber cualquier cosa, y ése es el sentido que generalmente les da la cristiandad a estas palabras. Sin embargo, en Hechos 15:19, 20 se prohíbe a los cristianos comer sangre y animales ahogados. ¿Debe o no debe un cristiano apartarse de sangre y de ahogado, a pesar de lo que dice Colosenses 2? Si debe, entonces lo que Pablo escribe a los colosenses ha de tener un significado diferente del de un consejo alimentario, o de lo contrario estaríamos ante una insalvable contradicción.
La clave para entender el asunto está en las palabras que siguen: "…o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o sábados. Todo esto es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo" (Col. 2:16, 17). ¿Qué comidas y bebidas estaban relacionadas con el sacrifico de Cristo? En el AT se prescribe el consumo de ciertos alimentos durante las fiestas anuales, en tanto prohíben otros (Éx. 12:8, 9; Lev. 23:6, 13-15). Estas fiestas estaban ligadas a sacrificios que prefiguraban la muerte de Cristo y, por tanto, eran "sombra de los bienes venideros" (Heb. 10:1), y son esas comidas y bebidas las que refiere Pablo. Habiendo muerto Cristo –nuestro pan de vida (Juan 6:51) y nuestra Pascua (1 Cor. 5:7)–, todo rito de comidas relacionado con la salvación queda inutilizado. Por eso es que Pablo vuelve a describir aquel ceremonial como "símbolo para el tiempo presente, según el cual se presentan ofrendas y sacrificios que no pueden hacer perfecto, en cuanto a la conciencia, al que practica ese culto, ya que consiste solo de comidas y bebidas, de diversas purificaciones y ordenanzas acerca de la carne, impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas" (Heb. 9:9, 10).
¿Cuáles son, entonces, los "sábados" referidos en Col 2:16? Al igual que ocurre con las "comidas" y las "bebidas", los "sábados" aquí mencionados son precisamente aquellos que se introdujeron como ritos que prefiguraban la inmolación de Cristo. Estos reposos coincidían con la Pascua, la fiesta de los panes sin levadura, la fiesta de las Semanas, la fiesta de las Trompetas, el Día de la Expiación y la fiesta de los Tabernáculos. Como puede apreciarse de la lectura de Levítico 23, estos sábados no coincidían con el séptimo día de la semana, sino con "el primer día" (vers. 7, 24, 35,39) u "octavo día" (vers. 36, 39), y hasta con el "décimo día" (vers. 27). De modo que son estos los "sábados" aludidos como sombras de Cristo, y no el séptimo día, que es memorial de la Creación (Éx. 20:8-11).
Como el sábado semanal fue instituido en el Edén, no es una sombra del sacrifico de Jesús. Por tanto, Colosenses 2:16 no desvirtúa el cuarto mandamiento, ni las restricciones en cuanto a alimentación.

# ¿Saben ustedes que en Gálatas 3:23-25 se dice que la ley fue nuestro ayo [mentor] para llevarnos a Cristo, pero que, venida la fe, ya no estamos bajo ayo? Por tanto, ya no estamos bajo la ley.

¿Qué significa estar bajo la ley? ¿Se referirá la frase "los que están bajo la ley" a los que guardan los mandamientos de Dios? Si fuera así, todos los santos estarían perdidos, porque son precisamente los santos los que guardan los mandamientos de Dios (Apoc. 12:17). Como puede verse, "estar bajo la ley" y "guardar los mandamientos" son dos cosas distintas. Afortunadamente, Pablo ilustra lo que significa "estar bajo la ley" en Romanos 7 con la alegoría de la mujer casada. Él explica:
¿Acaso ignoráis, hermanos (hablo con los que conocen de leyes), que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que este vive? La mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras este vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley que la unía a su marido. Así que, si en vida del marido se une a otro hombre, será llamada adúltera; pero si su marido muere, es libre de esa ley, de tal manera que si se une a otro marido, no será adúltera (Rom. 7:1-3).
Según esta alegoría, una mujer casada vive comprometida con su marido en tanto éste viva. Si su esposo muere, la mujer queda libre de las obligaciones que tenía como esposa. Obsérvese que lo que queda destruido con la muerte del esposo es el matrimonio y no la ley. La mujer queda "libre de la ley", en el sentido de que ninguna responsabilidad tiene ya como si aún estuviese casada, pero eso no significa que la ley haya quedado destruida, pues la ley sigue vigente y así, si ella decide casarse de nuevo, la ley seguirá rigiendo su nueva unión.
De la misma manera el ser humano, habiendo pecado, tenía una deuda con la ley. Debía morir (Rom. 5:12). Sin embargo, Cristo se ofreció para morir por nosotros saldando así nuestra deuda como pecadores (Heb. 9:23). Una vez que se lleva a efecto su muerte vicaria, la demanda de la ley queda satisfecha como si nosotros hubiésemos muerto, y Dios nos otorga la vida eterna (Rom. 6:23).
Pablo lo explica así:
Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la Ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de entre los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios. Mientras vivíamos en la carne, las pasiones pecaminosas, estimuladas por la Ley, obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte. Pero ahora estamos libres de la Ley, por haber muerto para aquella a la que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra (Rom. 7:3-5).
El hombre queda libre de la ley porque su deuda fue saldada por la sangre de Cristo, y no porque la ley haya sido anulada. Puesto que Cristo pagó nuestra deuda, el cristiano no está bajo condenación sino bajo la gracia.
Si Cristo hubiera eliminado la ley, nadie podría hoy ser inculpado de pecado, pues "donde no hay Ley, no se inculpa de pecado" (Rom. 5:13). Y si nadie fuera pecador, entonces no se necesitaría un Salvador. Así, el antinominanismo rebaja a Cristo de su posición de Salvador de los hombres (1 Tim. 1:15). Por el contrario, el hecho de que haya pecadores, y de que haya Salvador, es la mejor evidencia de que la ley divina sigue vigente. En la doctrina de Pablo el perdón obtenido por la gracia divina no autoriza al hombre a pecar.
¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Romanos 6:1-6
Así, el hombre arrepentido y nacido de nuevo es perdonado porque Cristo pagó su pecado, pero esto no lo autoriza a seguir practicando el pecado, como si la gracia de Dios fuera susceptible de abuso (1 Juan 3:8, 9). En otras palabras, para Pablo el hombre perdonado ha de vivir de acuerdo con la voluntad divina, y no en contra de ella.
No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia. ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera. Romanos 6:12-15
De manera que no hay excusa para quien, habiendo sido objeto de la gracia divina, pretenda no tener que obedecer la ley de Dios pues, al desobedecer, pierde esa posición de gracia.
Vayamos ahora a Gálatas 3:23, 24. Dice que la ley fue nuestro guía para llevarnos a Cristo, pero que una vez que ha venido Cristo, ya no estamos bajo el guía. ¿A cuál ley se refiere? Indudablemente a la que viene mencionando: la ley que fue "añadida" (vers. 19). Es decir, a la ley ceremonial.

¿De qué manera la ley ceremonial nos llevó a Cristo? Al presentar un sistema ritual de sacrificios, la ley ceremonial esbozó durante siglos una lección sobre la futura obra expiatoria del Mesías. En este sentido, todo pecado cometido ameritaba un sacrificio vicario, que simbolizaba a Cristo (Heb. 9:13,14). Pero, una vez venido Cristo, cesan los ritos y las ceremonias que lo prefiguraban. Así que, si un cristiano persistía en practicar tales ritos, estaba negando a Cristo. Esto es lo que denuncia Pablo a los gálatas: "Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a cumplir toda la Ley. De Cristo os desligasteis, los que por la Ley os justificáis; de la gracia habéis caído" (Gál. 5:3, 4).

En otras palabras, quien estuviera observando la ley ceremonial para obtener por sus propios medios el perdón de sus pecados, estaba negando al Salvador. Y sin Salvador, no hay salvación. Nótese que es la ley ceremonial, la de los ritos y sacrificios, lo que Pablo cuestiona. Pablo no se refiere allí a los Diez Mandamientos. Es la ley ceremonial la que, prescribiendo la circuncisión, las fiestas anuales, las comidas y bebidas especiales, nos llevó a Cristo como Salvador. A él apuntaban todos los ritos, todos los sacrificios y todo el sistema sacerdotal israelita. Si nuestro guía nos había llevado hasta nuestro Maestro, ¿cómo íbamos a pretender ignorar al Maestro para quedarnos con el guía? Muy al contrario, Pablo ratifica a los gálatas la vigencia de la ley moral, cuando les dice: "porque toda la Ley en esta sola palabra se cumple: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo». Pero si os mordéis y os coméis unos a otros, mirad que también no os destruyáis unos a otros"(Gál. 5:14, 15). Así Pablo, al citar la ley que se resume en el amor, es decir, los Diez Mandamientos (Rom. 13:9), los está validando para los cristianos, y por eso los exhorta a cumplirla.

#Hay una advertencia en el Nuevo Testamento contra el pecado mencionado en cada uno de los diez mandamientos, menos el cuarto. En cambio, no se hace mención en todo el Nuevo Testamento del deber de guardar el sábado. Fíjense, por favor, en las citas de las Sagradas Escrituras que presentamos a continuación, citando en cada caso el capítulo de Éxodo con su pasaje correspondiente en el Nuevo Testamento: 20:3 No tener dioses ajenos; Hechos 14:15. 20:4,5 No hacerse imágenes; 1 Juan 5:21. 20:7 No tomar el nombre de Dios en vano; Santiago 5:12. 20:8 Guardar el sábado; ¡No hay! 20:12 Honrar a los padres; Efesios 6:1,2. 20:13 No matar; Romanos 13:9. 20:14 No adulterar; Romanos 13:9, 1 Corintios 6:9. 20:15 No hurtar; Romanos 13:9, Efesios 4:28. 20:16 No mentir; Colosenses 3:9. 20:17 No codiciar; Efesios 5:3. Ahora, si es pecado no guardar el sábado de los judíos, ¿cómo es posible que no se advierta de ello en todo el Nuevo Testamento, especialmente cuando figuran en el Nuevo Testamento los otros mandamientos de la lista de diez?

No sé enreden con sus propias contradicciones, porque habiendo insistido antes en que la ley estaba abolida y clavada en la cruz, ahora salen con que en realidad la ley sigue vigente, exceptuando el sábado, porque no se le menciona como a los otros. Tal vez si se estudiara la doctrina bíblica con el verdadero deseo de aprenderla tal y como aparece escrita se habrían evitado más de una de las incongruencias en que aquí han caído. Por ahora, sus muchas y muy variadas excusas para no guardar el sábado sólo revelan el interés de su parte por no someter su voluntad a la voluntad de Dios. Su claro objetivo, pues, es no obedecer el mandamiento del sábado, a como dé lugar y cueste lo que cueste, aunque para ello tengan que torcer las Escrituras y reinventar la historia, sin importar que ellos mismos se vean enredados en sus propias trampas.
Tras habernos insistido varias veces que los Diez Mandamientos estaban abolidos, cosa que la Biblia no dice, ahora dicen que en realidad sí están vigentes con excepción del cuarto. Obsérvese cómo lo aseguran en la pregunta: El apóstol Pablo describe la ley como un ministerio de muerte en letras grabadas en piedra. (2 Corintios 3:1-18 Éxodo 20:1-17;31:18; 32:15,16;34:1-28). Nos dice que había de perecer.(2 Corintios 3:7-11). ¿Puede el adventismo decirnos quién la hizo volver?
Creo que les toca a uds responder esa pregunta, porque si la ley fue clavada en la cruz, ¿cómo es que en el Nuevo Testamento se nos advierte obedecerla? ¿Quién hizo volver la ley que ellos habían asegurado que pereció? Porque si pereció, ¿cómo es que ahora hay que cumplirla? Peor aún, ¿cómo es que de estos Diez Mandamientos, nueve resucitaron y uno quedó muerto? Al contrario, el hecho de que se haya descubierto que estos mandamientos siguen vigentes, quiere decir que no fueron abolidos, y que todo fue una argucia de nuestros refractarios para invalidar el sábado.
¿Pretenden que Dios clavó los Diez Mandamientos en la cruz, sólo para después desclavar nueve de ellos, y dejar clavado sólo el sábado? ¿Acaso hay una parte en los Diez Mandamientos que era pasajera y otra que es permanente? Pero si una parte es permanente, ¿cómo es que fue clavada en la cruz? Cuando vemos que los Diez Mandamientos son citados en el NT, sólo puede concluirse que están vigentes, y en consecuencia, Dios no pudo clavarlos en la cruz. Además, si Dios clavó los Diez Mandamientos en la cruz, ¿cómo es que nueve siguen vigentes?
Cuando los discípulos fueron acusados de violar el sábado, ¿no hubiera sido momento ideal para que Jesús enseñara que el sábado habría de perecer, tal como lo dijo acerca del templo, y acerca de Jerusalén, o que al menos lo sugiriera? (Mat. 24:1,2; Luc. 19:44). Pero, al contrario, él ratificó que nada se eliminaría de los mandamientos (Mat. 5:17-19).
Santiago cita los Diez Mandamientos y señala que, si uno los guarda todos pero ofende en un solo punto, se hace culpable de todos (Sant.2:10-12). Aunque Santiago no cita todos los Diez Mandamientos, está claro que, al citar dos de ellos no hace sino validarlos todos.
Por eso ellos no pueden, a pesar de que citan nueve de los diez mandamientos, probar que el cuarto haya sido abolido.

#El sábado es parte de la ley; por lo tanto, ponerse bajo el sábado es ponerse bajo la ley. Pero Gálatas 3:10 dice que todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición. ¿Cómo puede uno desearse tanto la maldición de Dios?

Gálatas como el resto de la Biblia muestran que no es la ley el problema, sino el pecado, es decir, la transgresión de esa ley. Gálatas 3:13 dice que "Cristo nos redimió de la maldición de la ley", es decir, nos rescató de la pena que nos correspondía como pecadores. ¿Cuál es el papel de la ley en el plan de salvación? La ley sirve para mostrar al pecador su condición pecaminosa (Rom. 3:20; 7:7). Santiago compara la ley como un espejo donde el hombre puede ver su inmundicia espiritual (Sant. 1:23-25).
Pablo explica que, como el hombre es pecador, la ley lo acusó de pecado y lo condenó a muerte: "porque el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, me engañó, y por él me mató" (Rom. 7:8-11). Es el pecado el que mata, no la ley. Pero la ley sirve para señalar el pecado. Esto puso al hombre en un callejón sin salida, pues siendo pecador, debía morir para siempre. Pero Dios, en su infinito amor por el ser humano, proveyó la salida para otorgarle al hombre vida eterna, "porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro" (Rom. 6:23).
Muchos dicen que Dios eliminó su ley y todo resuelto. Pero si así fuera, ¿cómo es que hoy sigue habiendo pecados, es decir, "transgresiones de la ley"? Dicen que desear obedecer los mandamientos es estar bajo maldición, pero, al contrario, la Biblia dice que "son malditos cuantos se desvían de tus mandamientos" (Sal 119:21).

#Dice Gálatas 5:4 que "vacíos son de Cristo" los que vuelven a ponerse bajo la ley después de ser salvos por gracia, y que ellos "han caído de la gracia."

Si fuera verdad que la gracia nos exime de guardar el sábado, o sea de la obediencia al cuarto mandamiento, la misma gracia nos permitiría desobedecer cualquiera de los otros nueve mandamientos. Sin embargo, observamos que todas las congregaciones cristianas enseñan que aquellos deben ser obedecidos, y reconocen el hecho de la obediencia como prueba de la salvación lograda por gracia.
La gracia no sólo nos otorga el perdón de nuestros pecados (Rom.8:1), sino que nos da el poder para vencerlo cada día (Rom.6:4) De manera que ESTAR BAJO LA GRACIA NO ES VIVIR CON AUTORIZACION PARA DESOBEDECER LA LEY DE DIOS, sino recibir el poder divino que nos habilita para obedecerla.
El que vive bajo la gracia es el que ha aceptado el perdón de sus pecados por la fe en el sacrificio de Jesús, y ha recibido ese perdón sin pagar algo o realizar alguna obra especial. El perdón es gratuito, o sea, de gracia. Viene al caso la pregunta del apóstol Pablo que él mismo contesta: "¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?" (Rom.6:1,12). Vale decir que el perdón recibido por gracia no nos es dado para que sigamos pecando. Ya no vivimos para pecar, estamos muertos al pecado.
¿Qué acciones constituyen pecado? "Todo aquel que comete pecado, infringe la ley, pues el pecado es infracción de la ley" (1 Juan 3:4). Y para que sepamos a qué ley se refiere, citamos Romanos 7:7: "Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás".
"No codiciarás" es el décimo mandamiento de la Ley de Dios. De manera que si estamos muertos al pecado, significa que por la gracia de Dios ya no vivimos pecando voluntariamente. Así como el apóstol Pablo supo que la codicia es pecado, y la abandonó, podemos saber que la idolatría es pecado, porque lo dice el sexto mandamiento; o que el no santificar el sábado es pecado, porque lo indica el cuarto mandamiento. Lo mismo podríamos decir de cada uno de los Diez Mandamientos.
Vivir bajo la gracia no solamente es recibir el perdón gratuito de nuestros pecados o desobediencias a la ley de Dios, sino que también es recibir el poder de su gracia para vivir una nueva vida. "Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad" (2 Cor.12:9).
La fe adventista del séptimo día jamás ha enseñado que la justificación se obtiene por obras, ni que la salvación depende de la ley.
Pero sí enseña, de acuerdo con lo que demuestra la Escritura, que la gracia no nos autoriza a desobedecer la ley y que, al contrario, quienes renieguen su responsabilidad ante la ley son "convictos por la Ley como transgresores" (Sant. 2:9). Que esta advertencia a la humanidad es responsabilidad del pueblo de Dios, se desprende por las palabras de Pablo, quien enseña que los que se oponen a la ley se oponen a la "sana doctrina", y que la ley es parte del "glorioso evangelio del Dios bienaventurado, que a mí me ha sido encomendado" (1 Tim 1:8-11)

#Se nos enseña en Romanos 7:4 que el creyente en Cristo está muerto a la ley, pero la teoría adventista representa a sus creyentes como del todo vivos a la ley. He ahí una grave contradicción con la Palabra de Dios.*

¿Qué significa estar muerto a la ley? Pablo lo expone de manera clara. Indudablemente, todos los hombres pecaron, pues violaron la ley de Dios. Si la ley de Dios no estuviera vigente, no habría hoy pecadores, no habiendo ninguna ley que transgredir. Pero Dios hizo provisión por el pecado, por medio de la sangre de su Hijo. Puesto que yo, pecador, acepto a Jesús como Salvador, la pena de muerte que la ley imponía sobre mí es quitada, habiéndola llevado Cristo en la cruz. Al morir él en mi lugar, la paga del pecado queda saldada, y yo recibo la vida eterna gratuitamente. Por eso es que Pablo dice a sus hermanos "hermanos míos, habéis muerto a la Ley mediante el cuerpo de Cristo" (Rom. 7:4), no queriendo decir que ya no tenían que obedecer, sino que estaban libres de toda deuda.
Obsérvense las palabras clarificadoras que ha dicho Pablo unos renglones antes: "¿Qué, pues? ¿Pecaremos porque no estamos bajo la Ley, sino bajo la gracia? ¡De ninguna manera! ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerlo, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte o sea de la obediencia para justicia? Pero gracias a Dios que, aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina que os transmitieron; y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia" (Rom.6:15-18).
Nótese que Pablo no está autorizando a los cristianos a desobedecer la ley. Antes bien, los exhorta a ser hijos de obediencia, porque a los desobedientes les aguarda un fin de muerte (vers. 21). En cambio, los que han sido libertados del pecado, proceden a la santificación. Apropiadamente, los santos son descritos en la Biblia como "los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo" (Apoc. 12:17).

#Los diez mandamientos "en letras grabadas en piedra", son un ministerio de muerte, según lo expresa 2 Corintios 3:7. Este ministerio de muerte había de perecer, 3:11. Pero, ¿no es cierto que los señores del adventismo, al citar los mandamientos, casi siempre dejan afuera estas palabras de introducción? Este texto demuestra que los mandamientos fueron dados solamente a Israel (por mucho que nos manifiestan a nosotros la santidad de Dios), y dejan entrever que la teoría adventista está errada.

Lee la respuesta de la pregunta de más arriba

# Han notado que los diez mandamientos comienzan con Yo soy Jehová tu Dios que te saqué de tierra de Egipto, de casa de servidumbre? De nuevo estamos frente a una manifestación de que se trata de ordenanzas dadas específicamente a Israel.

Siguen enredandose en sus propias contradiciones.

# Los diez mandamientos se repiten en Deuteronomio capítulo 5, y allí se encuentran las siguientes palabras: Acuérdate que fuisteis siervo en Egipto, y que Jehová tu Dios te sacó de allá …; por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo, 5:15. De nuevo vemos claramente que la ordenanza del sábado fue dada a un pueblo que había salido de Egipto. Esto no cuadra con la teoría adventista.

A menudo se considera al séptimo día como el día de reposo judío por antonomasia. Esto es debido a que el pueblo judío ha sido uno de los pocos que respetó la santidad de ese día, pero nunca ha sido el propósito de Dios que sólo los judíos lo observaran. Dios dio el sábado a toda la humanidad. A continuación analizaremos los argumentos más importantes a este respecto:
El sábado es una institución conmemorativa de la Creación (Exo.20:8-11). Observarlo implica reconocer a Dios como el Creador de todo. Difícilmente esto puede ser privilegio exclusivo de los judíos. El hecho de que el sábado haya sido instituido en la creación (Gén.2:1-3) demuestra fehacientemente que fue dado a la humanidad entera, puesto que fue dado a Adán y Eva, quienes NO ERAN JUDIOS.
Exodo 16 demuestra que el sábado se observaba antes de la dictación de la Ley en el monte Sinaí. Al leer el capítulo verás cómo algunos judíos recogieron maná del desierto un sábado, transgrediendo el mandamiento del Señor. Esto demuestra cómo el sábado fue transmitido de generación en generación desde los días de nuestros primeros padres. Al parecer, esto ocurrió con todos los mandamientos. Si leemos Gén.26:5, ahí se dice que Abraham ya conocía y observaba los mandamientos de Dios. Fue con posterioridad a esta escena cuando Moisés recibió las tablas de la Ley.
Dentro del Decálogo. el mismo cuarto mandamiento nos dice que el sábado se extiende no sólo a los judíos, sino también "al extranjero" (Exo.20:10), con el objetivo de que todos puedan gozar de las bendiciones del sábado. ¿Ves cómo era el propósito de Dios que TODOS pudiesen disfrutar de las bendiciones del sábado?
Dios lo llama "SU DIA SANTO" (Isa.58:13, ver tb. Mr.2:28). En consecuencia, el Sábado es el día de Dios, de modo que tanto judíos como gentiles tienen acceso a él (Isa.56:6,7). Esto implica, por otra parte, que no puede el hombre disponer a su arbitrio el día especial de consagración a Dios. Cristo mismo declaró que el sábado fue hecho "por causa del hombre", es decir, para el hombre, en beneficio de él (Mr.2:27). Si ello es así, Dios nos invita a todos a participar de él.
Existen, además, datos históricos que demuestran que el postulado de "el sábado pertenece a los judíos" comenzó en la iglesia primitiva por parte de algunos profesos "cristianos" que para evitar la persecución de la que los judíos eran objeto, repudiaron lo que consideraban las características más comunes de los judíos, entre las que estaba observar el sábado.
El sábado, así como el resto de los mandamientos, fueron dados a la humanidad entera. Eclesiastés 12:13 nos dice que los mandamientos de Dios "son el todo del hombre". No dice que son el "todo del judío", sino "del hombre". "Estas leyes son mucho más que un conjunto pasajero de reglas para un determinado grupo de personas. Han sido ampliamente reconocidas como universales y permanentes"
Y Efectivamente, en estos dos ítems se hace
referencia al antiguo pacto establecido con el Israel natural. Sin embargo, el nuevo pacto, hecho con todo aquel que cree, incluye que, en lugar de tablas de piedra, la ley estará escrita en el corazón (Jer. 31:31-33). Ya no en tablas de piedra, sino en la carne del corazón. Pablo reitera la vigencia de la ley en el nuevo pacto, cuando explica a Jeremías: "con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.
El Espíritu Santo nos atestigua lo mismo, porque después de haber dicho: «Este es el pacto que haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, y en sus mentes las escribiré», añade: «Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones», pues donde hay remisión de estos, no hay más ofrenda por el pecado" (Heb. 10:14-17).
Como puede verse, esta promesa se aplica a la congregación cristiana, no a los judíos. ¿Dice en alguna parte que en el nuevo pacto la ley sería quitada? No, antes bien, aún cuando las tablas de piedra ya no están con nosotros, la ley de Dios está escrita en nuestros corazones, y el cristiano recibe poder de lo alto para poner por obra los mandamientos de Dios (Sal. 51:10).
Se menciona la esclavitud en Egipto como prueba de que la ley fue sólo para los judíos, como si la esclavitud al pecado no fuera igualmente objeto de liberación divina. Pablo enseña a los gentiles: "¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerlo, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte o sea de la obediencia para justicia? Pero gracias a Dios que, aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina que os transmitieron; y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia" (Rom. 6:16-18). Pablo, además, nos advierte que "si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te ha cambiado su ley. Si el cristiano de hoy pretende serle infiel a su palabra como lo fue el Israel natural, sencillamente Dios lo desechará como desechó a Israel.

# Los adscritos al adventismo enseñan que hay dos leyes: (i) los diez mandamientos, que ellos llaman la ley de Dios, y (ii) la ley ceremonial, que ellos llaman la ley de Moisés. ¿Pueden darnos, por favor, un solo capítulo y un versículo (en el Antiguo Testamento o en el Nuevo) donde se hace tal distinción?

Gálatas 3:19: "Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa, y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador". Como puede apreciarse, este pasaje aclara que existen dos leyes diferentes: una que fue transgredida (la ley de Dios), y otra que fue añadida a causa de esas transgresiones (la ley ceremonial). No puede entenderse que sea la misma ley la que se añadió y la que se transgredió, pues entonces la declaración de Pablo perdería todo sentido.
1) Deuteronomio 31:9,24-26 (La ley ritual fue escrita por Moisés en un libro y dada a los sacerdotes, quienes la pusieron al lado del arca.) Éxodo 31:18 y Deuteronomio 10:5 (La ley moral fue escrita por Dios en dos tablas de piedra y dada a Moisés, quien la puso dentro del arca).

2) Hebreos 10:1 (La ley ritual trata asuntos ceremoniales) Salmo 19:7,8 (La ley eterna de Dios trata asuntos morales)

3) Levítico 5:15 (La ley ritual prescribe ofrendas por el pecado) Romanos 7:7 (La ley moral revela qué es pecado)

4) Colosenses 2:16 (Por la ley ritual no seremos juzgados) Santiago 2:12 (Por la ley moral seremos juzgados)

5) Gálatas 5:1 (Quienes guardan la ley ritual pierden su libertad) Santiago 1:25 (La ley moral es para el cristiano una ley de libertad)

6) Gálatas 3:19 (La ley ritual pierde su significado en Cristo) Romanos 3:31 (La fe en Cristo establece la ley, no la deroga)

7) Efesios 2:15 (La ley ritual culminó sus funciones en la cruz del Calvario cuando Jesús murió) Mateo 5:18 (La ley moral durará mientras existan cielo y tierra)

La distinción entre la ley moral y la ley ceremonial no es ningún invento de "los adscritos al adventismo", sino de los "adscritos al protestantismo", pues fue la teología protestante la que concluyó, desde sus inicios y antes de que existiera un solo adventista, que la doctrina bíblica presenta una clara diferencia entre una ley eterna y otra ley transitoria.
Martín Lutero, padre de la reforma protestante, asegura una clara diferencia entre las "disposiciones referentes a ceremonias o «ley ceremonial»", y "la ley que rige el comportamiento moral o «ley moral»", es decir, "el santísimo Decálogo, los Diez Mandamientos eternos de Dios".

#Vamos ahora a Nehemías 8:1-3, 8:14 y 9:3. Al hablar del único libro que se leía, aquellos pasajes lo llaman (i) la ley de Moisés, (ii) la ley de Dios, (iii) el libro de la ley, y (iv) la ley de Jehová su Dios. Se intercambian las palabras indiferentemente por tratarse de un solo libro, una sola ley.

Efectivamente, en la Biblia la palabra "ley" es relativa y puede asumir diferentes significados. Por ejemplo, cuando Jehová entregó las dos tablas con los Diez Mandamientos, las describe como "la ley y los mandamientos que he escrito para enseñarles" (Éx. 24:12). Obsérvese que lo único que Jehová escribió con su dedo fueron precisamente los Diez Mandamientos (Éx. 31:18; Deut. 5:22). Sin embargo, también se llama "ley" a las prescripciones ceremoniales,civiles, mercantiles y de salud incluidos en elPentateuco.
Para diferenciar los Diez Mandamientos de las otras leyes, Moisés recurría a los términos"tablas del pacto" (Deut. 9:10; 10:4) y al rollo manuscrito lo llamaba "libro de la ley" (Deut. 31:24-26). Ahora, puesto que los Diez Mandamientos estaban dentro del arca del pacto (Deut. 10:4, 5), lo único que podían hacer los israelitas era leer el libro de Moisés, donde también estaban incluidos los Diez Mandamientos. Eso fue precisamente lo que hizo Esdras en Nehemías 8. El arca del pacto que contenía las tablas de la Ley se perdió durante la cautividad babilónica, pero en el "libro de la ley" podía leerse la voluntad divina.
Obsérvese que lo que leyó el escriba Esdras fue precisamente "el libro de la ley de Moisés", es decir, los rollos manuscritos de Moisés. No obstante, ¿qué fue lo que Moisés escribió ¿Fueron palabras suyas? ¿O fueron revelación divina? En Deu. 1:1 se lee: "Estas son las palabras que habló Moisés a todo Israel". Como eran palabras que Israel oyó de Moisés, apropiadamente puede llamársele "la ley de Moisés". Sin embargo, Deu. 1:3 aclara que "Moisés habló a los hijos de Israel conforme a todas las Diez Mandamientos nunca son llamados "ley de Moisés", y esto marca un hito fundamental que nunca debe olvidarse, y es lo que marca la pauta para diferenciar lo que hoy llamamos "la ley de Moisés" y "la ley de Dios".
que Jehová le había mandado acerca de ellos", por lo que también a los rollos podía llamárseles "la ley de Jehová".
En modo parecido, Jeremías inicia su libro diciendo que son "Las palabras de Jeremías" (Jer. 1:1), pero en el versículo 2 Jeremías aclara que no eran palabras suyas, sino "palabra de Jehová". Cuando citamos hoy a Jeremías, solemos decir igualmente "Jeremías dice" o "Jehová dice". Y así con cualquier libro de las Escrituras. Del mismo modo, que en Nehemías se refiera a "la ley de Moisés" o a "la ley de Dios", es sólo un recurso estilístico para referir el Pentateuco.
Con fines puramente pedagógicos, debido al amplio campo semántico de la palabra "ley", hoy en día recurrimos a los conceptos de "Ley de Moisés" para referir a la ley transitoria introducida después del pecado, y "Ley de Dios" para referir a los Diez Mandamientos. Pero, ¿se hace esto de manera arbitraria y en contra de las Escrituras? No. Obsérvese esta diferencia: en tanto en la Biblia las leyes ceremoniales son igualmente llamadas "ley de Moisés" o "ley de Dios", los Diez Ma

Muy buenas tardes queridos hermanos, el Señor les bendiga, creo que más que estar en oposición a los adventistas, están oponiendose al día santo del Señor.

#¿Por qué guardan ustedes un solo sábado? El año séptimo y también el año del jubileo eran sábados, Levítico 25.1 al 22. ¿Por qué guardan el uno y dejan de guardar los otros?

R. Hay una ley que fue abolida cuando Cristo murió en la cruz. Es la ley que regulaba las comidas y bebidas, y los sábados anuales, la instrucción de cada uno de ellos la conseguimos en lev 23. Siendo que estas fiestas anuales fueron usadas para el culto y caían en ciertos días fijos del mes estos sábados rituales también caían en diversos días de la semana, cómo sucede ahora con la navidad. Estos sábados anuales o rituales eran diferentes de los sábados semanales que siempre caen en séptimo día de la semana.
"Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo," Colosenses 2:16
Esta ley era de los símbolos y sombras, que señalaban al pueblo judío eventos por ocurrir. o de ello Juan 1:29 dónde él vio en el cuarto rdero que se sacrificaba un símbolo de Cristo. Cuando Cristo murió el símbolo encontró su cumplimiento, y por está razón los cristianos no celebran más la pascua judía anual, con sus sábados rituales, ni las otras fiestas.

#¿Porque basan tanto su religión en el día del sábado cuando sabemos que el Señor enseñó que la ley y los profetas se basan todos en el amor y no guardar la ley?

R. Por supuesto que estamos de acuerdo que el amor es el primer mandamiento, para el pueblo de Dios la ley(moral, no ritual) es una manera apropiada de demostrar amor a Dios y al prójimo. O... Pretende alguien decir ser seguidor o hijo de Dios, sin guardar sus mandamientos?
"Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él;"
1 Juan 2:3-4
"Nosotros como seguidores de Dios debemos seguir su ejemplo: "El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo." 1 Juan 2:6
"Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y REPOSÓ en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó.
Éxodo 20:9-11
Guardar el sábado es más que su mera obediencia; es vivir para Dios.


#¿Cómo es que encienden lumbre en el séptimo día, ya que en la ley levítica esto estaba prohibido? Éxodo 35.3 Haciendo así, ustedes quebrantan la ley del sábado.

El no encender fuego en día de reposo, así como otras normas fueron dadas transitoriamente al pueblo de Israel para que comprendiese el carácter sagrado de ese día. El sábado es un día completamente consagrado a Jehová y por lo tanto, se ordena no hacer obra alguna en beneficio propio, sino de Dios y del prójimo. De acuerdo a Exodo 16:23 vemos que Dios incluso ha ordenado tener preparada la comida el día anterior al shabat, es decir, el viernes.Considerando el contexto histórico de la época del Israel cuando le fue dada la norma de no encender fuego en día sábado, debemos tener presente que puesto que el clima era y es relativamente cálido en la zona del Sinaí, el fuego no hubiera tenido otro propósito que el de cocinar. En otras palabras, al dar este precepto (de no encender fuego), Jehová estaba recalcando su deseo de que no se preparase comida en sábado, sino de tenerla lista del día anterior.
Ahora, como es lógico, el ser humano tiende a pervertir el propósito de Dios manifestado en sus preceptos. Los rabinos y las sectas judías han malentendido y malinterpretado de mil maneras los principios divinos. Incluso han añadido muchas normas que no forman parte del mandato de Dios (tradiciones rabínicas). De hecho, algunas sectas judías en la actualidad siguen aplicando estas normas.
Sin embargo, el ejemplo de Jesús es fundamental. En el Nuevo Testamento podemos verlo en los sábados predicando, compartiendo y admirando la naturaleza, creación de su Padre.

Jesús sanó en sábado y permitió que sus discípulos cortaran espigas para alimentarse (Mt.12:1). Estas conductas fueron consideradas como "transgresiones" del sábado por algunos judíos.Pero nuevamente ¿quién tiene mayor autoridad para determinar qué era lo correcto y qué lo incorrecto de hacer en sábado? ¿Jesús o los fariseos?. Cristo es el Señor del Sábado (Mr.2:28), y él con amor reprochó a sus insidiosos acusadores y les dijo: "lícito es hacer bien en el sábado" (Mt.12:12). No dijo "lícito es transgredir el sábado", sino que "lícito es hacer el bien en sábado", reconociendo implícitamente la vigencia del sábado.

En consecuencia, no podemos unirnos a los judíos y pretender que Cristo transgredió el sábado porque lo que en realidad estaba haciendo era mostrarnos cómo observarlo. Jesús transgredió el sábado según éste era guardado por esos judíos, no cómo El mismo lo instituyó en la Creación (Gén.2:1-3; Jn.1:1-3).Cristo nos enseñó con su palabra y ejemplo la verdadera forma de observar el sábado. Una de ellas es hacer obras de misericordia. En Lc.4:16 vemos que, siguiendo el ejemplo.de Cristo, debemos asistir a la iglesia y estudiar las Sagradas Escrituras. En la Biblia no encontramos a Cristo o a sus discípulos haciendo obras seculares en sábado, o dedicándose a la atención de sus negocios o de las tareas comunes de la semana. Conforme al mensaje de Isa.58:13,14, el sábado es un día para deleitarse en el Señor, haciendo su voluntad, la que incluye entre otras cosas, hacer bien a los demás.

#¿Pueden darnos una escritura donde se manda a los gentiles observar el sábado según la ley? Otra vez, por favor: simplemente el capítulo y versículo.

R. "Así dijo Jehová: Guardad derecho, y haced justicia; porque cercana está mi salvación para venir, y mi justicia para manifestarse. Bienaventurado el hombre que hace esto, y el hijo de hombre que lo abraza; que guarda el día de reposo para no profanarlo, y que guarda su mano de hacer todo mal. Y el extranjero que sigue a Jehová no hable diciendo: Me apartará totalmente Jehová de su pueblo. Ni diga el eunuco: He aquí yo soy árbol seco. Porque así dijo Jehová: A los eunucos que guarden mis días de reposo, y escojan lo que yo quiero, y abracen mi pacto, yo les daré lugar en mi casa y dentro de mis muros, y nombre mejor que el de hijos e hijas; nombre perpetuo les daré, que nunca perecerá. Y a los hijos de los extranjeros que sigan a Jehová para servirle, y que amen el nombre de Jehová para ser sus siervos; a todos los que guarden el día de reposo para no profanarlo, y abracen mi pacto, yo los llevaré a mi santo monte, y los recrearé en mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos."
Isaías 56:1-7

#Dicen que el sábado se guardaba antes de darse la ley a Moisés. La ley de la circuncisión también fue dada antes de Moisés. (Génesis 17:10). Entonces, ¿por qué no practican la circuncisión, siendo que éste es uno de los mandamientos claros de la ley? De nuevo preguntamos: ¿Por qué el uno sí y el otro no?

R. El sábado de Jehová fue santificado no sólo antes de la ley de Moisés, sino antes de la entrada del pecado: "Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo SANTIFICÓ. Éxodo 20:11 La circuncisión, en cambio, entró años después del pecado: "Y circuncidó Abraham a su hijo Isaac de ocho días, como Dios le había mandado." Génesis 21:4. Como bien lo dice la Biblia, la circuncisión dejó de tener validez con la muerte de Cristo: "porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor." Gálatas 5:6 En cambio, la ley de Dios es válida aún. Pablo explica: "La circuncisión nada es, y la incircuncisión nada es, sino el guardar los mandamientos de Dios" (1 Cor. 7:19). ¿Nos autoriza Pablo a desobedecer los mandamientos? No, no lo hace. Lo que dice la Biblia sobre la circuncisión es claro: ya no es necesaria (Gál.5:2, 3). En cambio, no se encontrará en toda la Biblia esa misma declaración en relación con los Diez Mandamientos, sino la idea contraria.

#El apóstol Pablo escribe en Gálatas 3:19 que la ley fue dada a causa de las rebeliones. Ustedes enseñan que la parte de la ley que se refiere al mandamiento de guardar el sábado fue dada al hombre inmediatamente después de su creación, pero las Escrituras dicen que fue después de la caída. ¿No ven que la teoría adventista de que la ley fue dada en dos entregas no concuerda con los hechos?

R. Por alguna razón en esta pregunta se cita Gálatas 3:19 usando el verbo "dar" en vez del verbo añadir, que es el que usa Pablo. Esta pequeña diferencia lingüística marca sin embargo una importante diferencia cuando se lee el pasaje. Nótese que la ley de la que se habla en Gálatas 3:19 fue "añadida". El verbo "añadir" (prostíthemi) significa agregar, anexar, aumentar, sugiriendo la idea de complemento o adición a algo que ya existe. Por ejemplos, aumentar un codo a la estatura del hombre (Mat. 6:27), o aumentar el número de creyentes en la iglesia (Hechos 2:41, 47; 5:14; 11:24). Por eso, que Pablo diga que una ley fue "añadida", implica que otra ley ya existía. ¿Cuál ley es ésa? Precisamente la que fue transgredida por el pecado. El mismo versículo lo dice: "Entonces, ¿para qué sirve la Ley? Fue añadida a causa de las transgresiones…". Puesto que el pecado es la "transgresión de la ley" (1 Juan 3:4, Nueva Versión Internacional) se entiende que existía una ley transgredida antes de la ley que fue añadida; y que esta ley añadida se añadió precisamente a causa de la transgresión de aquella ley. Por tanto, la ley añadida que menciona Pablo en Gálatas 3:19 es una ley que no existió sino después que se introdujo el pecado, como representación del sacrifico expiatorio de Jesús y, por tanto, era una ley transitoria. El versículo 24 dice que la ley fue nuestro guía para llevarnos a Cristo. Esto ratifica la idea de que esta ley de que habla Pablo fue la que se introdujo a raíz de la entrada del pecado en el mundo. No se trata de la ley eterna de Jehová, aquella que fue transgredida, sino del sistema ritual judío que fue introducido a causa de esa transgresión, y que simbolizaba la muerte de Cristo.
Obsérvese cómo Pablo dice que antes del Sinaí ya había pecado en el mundo (Rom. 5:13). ¿Cómo podía haber pecado en el mundo si no había ley que transgredir? Porque "donde no hay ley, tampoco hay transgresión" (Rom. 4:15). Necesariamente, entonces, tenía que haber ley en la humanidad, o no habría habido pecadores.
Por otro lado, no es que la ley se haya dado "en dos entregas", sino que de hecho se dieron dos leyes diferentes, una ley eterna, inmutable, perfecta (Sal. 111:7, 8) dada antes de la caída; y otra pasajera, mutable, imperfecta (Heb. 10:1-4) y añadida a causa del pecado.

#Por qué será que en los mandamientos dados a nuestros primeros padres en el Edén, y en los que fueron dados a los patriarcas Noé, Abraham y otros no se hace ni una sola referencia al deber de guardar el sábado? ¿Por qué no se menciona la palabra sábado sino cuando habían pasado más de dos mil años desde la creación del hombre? Si las teorías adventistas fueran ciertas, ¿no se había de hacer referencia al deber de guardar el sábado muchas veces antes del capítulo 16 del Éxodo?

Dice ud que del sábado no hay ninguna referencia antes del capítulo 16 de éxodo Pero, ¿qué hay de los demás mandamientos que tampoco son mencionados antes de Sinaí? Por ejemplo, Dónde dice la Biblia, antes de Sinaí, que se le prohibió al hombre matar? Estaprohibición no aparece por ningún lado. Sin embargo, Caín mató a su hermano, y ya sabemos cómo reaccionó el cielo. ¿Por quéDios respondió de manera tan drástica contraCaín? ¿Qué de malo había en que él le diera muerte a su hermano, si no había un mandamiento que se lo prohibiera? Pablo declara inequívocamente que "donde no hay Ley no se inculpa de pecado" (Rom. 5:13). Si no se les había dado la ley a aquellos primeros hombres, ¿por qué entonces se inculpó de pecado a Caín?
Antes de dar muerte a su hermano le fue advertido: "Elpecado está a la puerta" (Gén. 4:7). ¿Porqué se le habla de pecado cuando no había ley? Si el pecado es la transgresión de la ley (1 Juan. 3:4), y si no hay pecado donde no hay ley (Rom. 4:15), ¿cómo puede explicarse que a Caín se le acuse de pecado?
Y que decir de los sodomitas? quienes sondescritos como "muy malos y pecadores contra Yahveh" (Gén.13:13, Biblia de Jerusalén). ¿Qué pecados cometían y dónde dice que eran pecados? El pacto sinaítico estaba todavía a unos 400 años en el futuro y, por demás, ¿porqué Dios demanda obediencia a los sodomitas si él a fin de cuentas no había hecho con ellos un pacto como el que establecerá después con los israelitas? Esto demuestra que, si los sodomitas pecaban contra Jehová, es porque conocían la voluntad divina en relación con lo que practicaban, y tenían una responsabilidad ante Dios. Y esto es así porque "por medio de la Ley es el conocimiento del pecado" (Rom. 3:20).

Enoc, séptimo desde Adán, testifica que los hombres de su tiempo eran "pecadores impíos" (Judas 15) , lo que comprueba que, 18 siglos antes de Moisés, los hombres conocían la ley de Dios y la transgredían a voluntad.

Pero, ¿cómo es que los hombres conocían los mandamientos de Dios si estos aun no se habían escrito? En esto nos ayuda el justo Job, quien pasó su prueba aproximadamente hacia el -1613, es decir, un siglo antes del Éxodo. Él nos dice: "Recibe la ley de su boca, pon sus preceptos en tu corazón" (Job 22:22). Esto quiere decir que Dios había expresado su voluntad oralmente, y así se había transmitido a todos los hombres. Job, quien no era judío y vivió antes del Éxodo, declara conocer los mandamientos de Dios: "¿Cuántas son mis iniquidades y pecados? Hazme entender mi transgresión y mi pecado" (Job 13.23). Además, enumera varios pecados que sabe que violaban la ley de Dios: asesinato (Job 24:14), adulterio (Job 24:15; 31:9), codicia (Job 31:1, 9), falso testimonio (Job 31:5), hurto (Job 27:8, 31:7), idolatría (Job 31:26). Aunque sólo menciona seis de los diez mandamientos, ¿significa eso que él desatendía los otros mandamientos?él declara: "Nunca me separé del mandamiento de sus labios, sino que guardé las palabras de su boca más que mi comida" (Job 23:12).

¿dónde hay una orden en el Génesis sobre los sacrificios? En ninguna parte. Sin embargo, vemos que Adán y Eva fueron vestidos con "túnicas de pieles", obviamente provenientes de animales sacrificados (Gén. 3:21). Además, vemos a Abel ofreciendo a Jehová una ofrenda "de los primogénitos de sus ovejas, y de la grasa de ellas" (Gén 4:4). ¿Dónde está la orden de los sacrificios? ¡No aparece en el relato!
¿Habrá de concluirse por eso que nunca se dio tal indicación? De ninguna manera. Así tampoco puede concluirse que Dios no reveló su voluntad a los primeros humanos, tan sólo porque en el relato no se registra tal indicación.

#¿Dónde en las Escrituras leemos que se haya dado mandamiento alguno de guardar el séptimo día antes de ser redimido el pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto? Habrá que citar capítulo y versículo en cada caso, sin hacer referencia a Génesis 2.1 al 3, pues allí no hay mandamiento.

R. Dios bendijo el sábado al terminar la obra de creación, y no ha de creerse que la bendición del sábado estuvo en estado de latencia hasta que llegó el pacto sinaítico. La Biblia dice claramente: "El séptimo día terminó Dios lo que había hecho, y descansó. Entonces bendijo el séptimo día y lo declaró día sagrado, porque en ese día descansó de todo su trabajo de creación" (Gén. 2:2, 3). Ahora bien, toda santificación es de efecto inmediato, pues aquello que Dios santifica no necesita esperar siglos para ser santo. Por consiguiente, la observancia del sábado atañó a los patriarcas, quienes vivieron después de que el sábado de Jehová fue santificado.

# Si fue como ustedes alegan, que el mandamiento fue dado a Adán en el día de la creación, ¿cómo es que se equivocó de fecha? Fue creado Adán en el sexto día; el séptimo día al cual se hace referencia en el Génesis fue el segundo de su existencia. Si Adán tuvo que trabajar seis días y luego descansar en el séptimo, ya estaría equivocado cinco días en su cálculo. El sábado suyo no sería el séptimo día porque habría trabajado un solo día. “El sábado de Adán fue un sábado del segundo día”

R. Es incorrecto hablar del "sábado suyo" refiriéndose a Adán, o "el sábado de Adán", pues el séptimo día no se cuenta en relación con el nacimiento del hombre, sino en relación con la creación del mundo. Este sofisma demuestra que el autor o los autores de las preguntas se ven obligados a recurrir al mínimo artificio posible con tal de desvirtuar la santidad de un día que se sabe que Dios santificó en el Edén. Que Adán descansara el segundo día de su vida ni viola ningún mandamiento ni desvirtúa la santidad del sábado. El cuarto mandamiento no significa descansar el séptimo día después que uno nace, sino descansar el séptimo día de la semana, es decir, de la semana que el Señor creó.En realidad, más absurdo sería creer que Adán se negara a guardar el primer sábado alegando que todavía le faltaban cinco días de trabajo.

#¿No han leído Nehemías 9:12-14, donde dice claramente que el sábado fue dado al pueblo de Israel en el Monte Sinaí? Viendo que el sábado fue dado solamente a Israel, ¿por qué insisten en obligar a otros a guardarlo?

R. Nehemías no dice que el sábado fue dado "solamente" a Israel. Esa palabra ha sido agregada a propósito. Jesús dice que "el sábado fue hecho por causa del hombre" (Mar.2:27). No dice "por causa del israelita", lo cual sería de esperar si este mandamiento fuese una exclusividad de los judíos. Pero al decir "por causa del hombre", Jesús ratifica la universalidad de este mandamiento, al igual que los otros.
Inclusive Cristo esperaba que el sábado siguiera vigente después de su ascensión, porque para cuando llegara el sitio de Jerusalén que sucedió en el 70DC les recomendó: "Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de sabado;" Mateo 24:20
El apóstol Juan, al referirse a los ritos de expiación, los llama indistintamente "fiestas de los judíos". A la Pascua, "Pascua de los judíos" (Juan 2:13; 6:4; 11:55; 19:42); a la Fiesta de los Tabernáculos, "la fiesta de los judíos, la de los Tabernáculos" (Juan 7:2); y a otras fiestas "de los judíos" (Juan 2:6; 5:1), con lo que Juan aclara la limitación de estas fiestas a la nación de Israel, y por lo tanto no son extensibles a los gentiles. Pero no ocurre así con el sábado. Juan se refiere al menos unas 11 veces al sabbáton, pero ni él, ni ningún otro escritor del NT se refiere al séptimo día como el "sábado de los judíos". Esto permite aclarar que no se trataba de un mandamiento limitado a los israelitas, sino que es extensivo a todos los hombres, como lo es el resto de los mandamientos.

#¿Por qué ponen ustedes a los gentiles bajo el sábado, cuando a ellos nunca les fue dado? La ley dice: "Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel". (Éxodo 31:16,17). No hace mención de los gentiles. Léanse también Ezequiel 20:10-12.

R. "También les dijo: El sabado fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del sabado." Marcos 2:27. Hoy hay un Israel espiritual, no de carne, sino de corazón. Esto es al menos lo que enseña Pablo a los efesios, quienes no eran israelitas según la carne, pero por la sangre de Cristo ya no pueden ser considerados extranjeros (Ef. 2:1-22). A los gálatas les dice: "…si vosotros sois de Cristo, ciertamente descendientes de Abraham sois, y herederos según la promesa" (Gál. 3:29), y a los romanos les dice: "No es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu y no según la letra. La alabanza del tal no viene de los hombres, sino de Dios" (Rom. 2:28, 29). Esto quiere decir que hay un Israel espiritual, heredero del nuevo pacto que Jehová estableció con el sacrificio de Cristo. Nótese en qué consiste el nuevo pacto: "Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Pondré mi ley en su mente y la escribiré en su corazón; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo." (Jer. 31:33)

# La ley dice: "El día séptimo os será santo, día de reposo para Jehová; cualquiera que en él hiciere trabajo alguno, morirá". (Éxodo 35:2; 31:14). Si la primera parte de la cita es obligatoria para los cristianos, debe serlo también la segunda parte. ¿Por qué no cumplir la ley que manda matar a los que trabajan en el día sábado?

En principio, no sólo los transgresores del sábado, sino todo aquel que viola los mandamientos de Dios sin arrepentirse de sus pecados, habrá de pagar con la muerte eterna, en conformidad con lo que estipula la Escritura (Rom. 2:12). "Dormirán el sueño eterno y nodespertarán" (Jer. 51:57). "Los abrasará, diceJehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama" (Mal. 4:1). Sin embargo, la pregunta sugiere que sólo los que profanaban el sábado debían morir en el antiguo Israel, lo cual es falso. Los asesinos (Éx. 21:12), los zoófilos (Éx. 22:19), los idólatras (Lev. 20:2; Deut. 13:5,10,13-15; 17:2-7; Núm. 25:1-9), los hechiceros (Éx. 22:18; Lev.20:27), los falsos profetas (Deut. 13:5; 18:20), los maldicientes a los padres (Lev. 20:9; Éx. 21:15,17), los adúlteros (Lev. 20:10; Deut. 22:22), los incestuosos (Lev. 18:6-17,29; 20:11,12,14), los sodomitas (Lev. 20:13; 18:22), los secuestradores (Éx. 21:16; Deut. 24:7) y otros que practicaban otros pecados eran igualmente llevados a la muerte

#El apóstol Pablo describe la ley como un ministerio de muerte en letras grabadas en piedra. (2 Corintios 3:1-18; Éxodo 20:1-17; 31:18; 32:15,16; 34:1-28). Nos dice que había de perecer. (2 Corintios 3:7-11). ¿Puede el adventismo decirnos quién la hizo volver?

Aunque se lea y se relea todo 2 Corintios 3, no se hallará allí una sola indicación de que la ley fuera borrada. Antes bien, dice que la ley estará escrita en "tablas de carne del corazón" (vers. 3). Si no hubiera ley, no habría nada que escribir en el corazón. No obstante, Jeremías indica que en el nuevo pacto la ley ha de ser escrita en las mentes y en los corazones de los hijos de Dios (Jer. 31:33). No para salvarse por cumplirla, sino como resultado de que han sido perdonados (Juan8:10).
El ministerio de muerte indica que, como todos los hombres han pecado, están destituidos de la gloria de Dios. Sin embargo, al aparecer Cristo los hombres reciben la oferta de perdón de Dios, en virtud de que el Hijo saldó esa deuda que teníamos con Dios. Sin embargo, aunque recibamos perdón, el sacrifico de Cristo quedaría sin efecto si el hombre perdonado se empeñara en seguir transgrediendo la ley. "¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? ¡De ninguna manera! Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?" (Rom. 6:28, 29).

Lo que explica Pablo en 2 Corintios 3 no es que la ley haya sido borrada, sino que ha sido escrita en el corazón, tal como se había prometido. Pero si la ley está escrita en el corazón, ¿significa eso que el cristiano debe olvidarla? ¿O por el contrario significa que vivirá de acuerdo con ella? Nuestro Dios lo aclara:
"Os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros. Quitaré de vosotros el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Pondré dentro de vosotros mi espíritu, y haré que andéis en mis estatutos y que guardéis mis preceptos y los pongáis por obra" (Ez. 36:26, 27). De modo que el hombre sincero que se acerca a Dios, en lugar de quejarse por la vigencia de la ley, cantará: El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu Ley está en medio de mi corazón (Sal. 40:8) Y también: ¡Cuánto amo yo tu Ley! ¡Todo el día es ella mi meditación! (Sal. 119:97)

#¿Por qué comen lo que ha sido preparado con un fuego encendido en día sábado? ¿No saben que así infringen la ley sobre la cual basan su salvación eterna? (Éxodo 35:1-3, 16:23-30).

Sobre encender fuego en sábado, véase la respuesta a la pregunta #3. Sobre la declaración de que los adventistas basan su salvación eterna en la observancia de la ley, es falso. La salvación es un don gratuito de Dios (Ef. 2:8). Nadie se salva por sus propias obras (Gál. 2:16). Sin embargo, la justificación por la fe no implica que deba desaparecer la obediencia a la ley. "¿Por la fe invalidamos la Ley? ¡De ninguna manera! Más bien, confirmamos la Ley" (Rom. 3:31).

#¿Por qué no cumplen con la ley ofreciendo sacrificios cada sábado? Es parte esencial de la ley del sábado, según Números 28:9,10, pero ustedes no respetan la ordenanza.

La mayor prueba de la falacia de este argumento es que los apóstoles observaron el día de reposo sin realizar sacrificios (Hec. 13:14, 42; 16:13; 18:3, 4). Y no lo hacían, porque los sacrificios ya no tenían sentido alguno, habiendo muerto ya Aquel a quien apuntaban los sacrificios (Heb. 10:11, 12).

#Si los mandamientos o la ley quiere decir los diez mandamientos, y nada más, ¿por qué respondió el Señor Jesús acerca de la ley citando dos mandamientos que no se encuentran entre los diez? En Mateo 22:35-40, Él citó uno del libro de Levítico y otro de Deuteronomio. ¿Acaso empleaba el engaño? Si el adventismo está en lo correcto, entonces sólo una u otra de estas cosas es verdad.

Tal como lo explican Jesús y Pablo, los Diez Mandamientos están fundamentados en el amor a Dios y al prójimo (Mat. 22:40; Rom. 13:9). Nadie que diga que ama al prójimo tendrá una conducta social impropia, como mentir, adulterar, robar y matar. Del mismo modo, nadie que diga amar a Dios lo ofenderá adorando ídolos, o blasfemando su nombre, o violando su sábado. Es algo que Dios ha escrito y ordenado, no el hombre ni la iglesia adventista.
En cambio, son los hombres los que dicen "no hay que guardar el sábado", y al respecto argumentan diferentes excusas. En tanto Dios dice "acuérdate de mi sábado", las iglesias dicen: "no lo guardes". ¿A quién hemos de obedecer? (Hechos
5:29).
Se equivoca quien diga que los adventistas enseñan que la frase "la ley" se refiere sólo a los Diez Mandamientos. Antes bien, la ley representa un caso de polisemia como otros en la Biblia y, por tal motivo, su significado ha de entenderse de acuerdo con el contexto en que aparezca. Los adventistas enseñan, de acuerdo con el texto sagrado, que la ley puede referirse a los Diez Mandamientos (Rom. 7:7), pero también a la ley ceremonial (Gál. 3:19).

# El apóstol Pablo describe la ley como un ministerio de muerte en letras grabadas en piedra. (2 Corintios 3:1-18; Éxodo 20:1-17; 31:18; 32:15,16; 34:1-28). Nos dice que había de perecer. (2 Corintios 3:7-11). ¿Puede el adventismo decirnos quién la hizo volver?*

Aunque se lea y se relea todo 2 Corintios 3, no se hallará allí una sola indicación de que la ley fuera borrada. Antes bien, dice que la ley estará escrita en "tablas de carne del corazón" (vers. 3). Si no hubiera ley, no habría nada que escribir en el corazón. No obstante, Jeremías indica que en el nuevo pacto la ley ha de ser escrita en las mentes y en los corazones de los hijos de Dios (Jer. 31:33). No para salvarse por cumplirla, sino como resultado de que han sido perdonados (Juan8:10).
El ministerio de muerte indica que, como todos los hombres han pecado, están destituidos de la gloria de Dios. Sin embargo, al aparecer Cristo los hombres reciben la oferta de perdón de Dios, en virtud de que el Hijo saldó esa deuda que teníamos con Dios. Sin embargo, aunque recibamos perdón, el sacrifico de Cristo quedaría sin efecto si el hombre perdonado se empeñara en seguir transgrediendo la ley. "¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? ¡De ninguna manera! Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?" (Rom. 6:28, 29).

Lo que explica Pablo en 2 Corintios 3 no es que la ley haya sido borrada, sino que ha sido escrita en el corazón, tal como se había prometido. Pero si la ley está escrita en el corazón, ¿significa eso que el cristiano debe olvidarla? ¿O por el contrario significa que vivirá de acuerdo con ella? Nuestro Dios lo aclara:
"Os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros. Quitaré de vosotros el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Pondré dentro de vosotros mi espíritu, y haré que andéis en mis estatutos y que guardéis mis preceptos y los pongáis por obra" (Ez. 36:26, 27). De modo que el hombre sincero que se acerca a Dios, en lugar de quejarse por la vigencia de la ley, cantará:
El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu Ley está en medio de mi corazón (Sal. 40:8)
Y también:
¡Cuánto amo yo tu Ley! ¡Todo el día es ella mi meditación! (Sal. 119:97)

# En Gálatas 3:19, leemos que la ley fue puesta hasta que viniese la simiente, dejando así claro que la ley no sería perpetua sino que serviría por un tiempo definido. La Simiente, Cristo, ha venido y nos ha redimido de la ley. (Gálatas 3:13). De manera que, según las Escrituras, ha terminado el período para el cual nos fue dada la ley. Somos libres de ella. Nótense también Romanos 7:1-6. ¿Aceptan los dichos de la Palabra de Dios en este sentido?*

En cuanto a Gálatas 3:19, estamos de acuerdo con que esa ley que allí se menciona está abolida. Pero nótese a qué ley se refiere: la que "fue añadida a causa de las transgresiones". Como hemos visto, si había transgresiones, es porque había una ley que se estaba transgrediendo (Rom. 4:15). Así, Gálatas 3:19 se refiere a la ley que se ordenó como sombra de Cristo, el conjunto de sacrificios y actos ceremoniales, los cuales fueron efectivamente añadidos como símbolos del sacrifico expiatorio del Cordero de Dios (Luc. 24:44).
Sin embargo, se declara en la pregunta que Cristo nos "ha redimido de la ley", como queriendo decir que ya no hay que obedecer la ley. Cristo nos redimió de la maldición de la ley, es decir, nos salvó de la condenación que pendía sobre nosotros como pecadores. Porque todos somos pecadores, pues todos hemos violado la ley de Dios (Rom 3:23; 5:12). Pero Gálatas 3:13 no dice que Cristo nos autoriza a desobedecer la ley de Dios, Tampoco lo dice el resto de la Biblia. Al contrario, Pablo declara enfáticamente: "yo no estoy sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo" (1 Cor. 9:21). ¿Y qué es la ley de Cristo? Es la Ley bajo la cual Cristo Mismo nació (Gál. 4:4). Es la Ley que está en su corazón (Sal. 40:8). Es la Ley que Él vino a "cumplir" (Mat. 5:17). La "Ley de Dios" es ahora llamada "la Ley de Cristo" porque ahora se relaciona con todos los Cristianos. Como criaturas estamos para "servir a la ley de Dios" (Rom. 7:25). Como pecadores redimidos estamos obligados a ser "siervos de Cristo" (Ef. 6:6), y así es como estamos obligados a servir "a Cristo el Señor" (Col. 3:24). La relación entre estas dos apelaciones, "la ley de Dios" y "la ley de Cristo" está claramente demostrada en 1 Cor.9:21, donde el apóstol declara, que él no estaba sin ley de Dios, porque él estaba "bajo" la ley de Cristo.

Una cuidadosa lectura de la Epístola mostrará que la Emancipación aquí no es de la Ley como regla de conducta moral, sino de la maldición o pena de la Ley; y la herejía particular de los Judaizantes no era que pretendían hacer presión en los santos en relación con los Diez Mandamientos como norma de vida, sino que insistían que las obras de la Ley debían cumplirse para que el pecador pudiera salvarse. (Véase Hechos 15:1). El problema en Galacia era el legalismo y el ritualismo.

A ver... Romanos 7:1-6. Romanos 7 es uno de los capítulos más esclarecedores en relación con el tema de la ley y la salvación. La ley, según lo que enseña Pablo allí, condena al hombre, por cuanto el hombre la violó: "al venir el mandamiento, el pecado revivió y yo morí" (Rom. 7:9). Sin embargo, la muerte de Cristo ha logrado que el hombre sea salvado del peso de muerte que pende sobre todo transgresor. Al morir Cristo en nuestro lugar, es como si nosotros mismos hubiésemos sido crucificados. Es lo que explica Pablo claramente al decir que "habéis muerto a la Ley mediante el cuerpo de Cristo" (vers. 4).Obsérvese que no es la ley la que ha muerto, sino nosotros a ella, por medio del sacrifico vicario de Cristo (Gál. 5:24). Puesto que ya Cristo murió por nosotros, quedamos libres de la condenación de la ley.
Nótese además que el problema no es la ley sino el pecado, es decir, la desobediencia a la ley. Pablo aclara que la ley no es mala: "el mismo mandamiento que era para vida, a mí me resultó para muerte, porque el pecado, aprovechándose del mandamiento, me engañó, y por él me mató" (Rom. 7:10, 11). No es malo el mandamiento en sí, sino su trnasgresión, con la consecuente pena de la muerte eterna. Pero Pablo aclara: "De manera que la Ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno" (vers. 12). ¿Pero cómo es que siendo bueno el mandamiento puede causar la muerte? Pablo lo explica: "Entonces, ¿lo que es bueno vino a ser muerte para mí? ¡De ninguna manera! Más bien, el pecado, para mostrarse como pecado, produjo en mí la muerte por medio de lo que es bueno, a fin de que el pecado, por medio del mandamiento, llegara a ser extremadamente pecaminoso" (vers. 13).
En los versículos 15-25 Pablo manifiesta claramente que él no puede quitarse el pecado obedeciendo la ley, sencillamente porque su naturaleza humana es pecadora. Sin embargo, él ratifica: "Según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios", dándole así plena vigencia a la ley. Con todo, Pablo sabe que es pecador y, aunque en su mente están escritos los mandamientos, él no puede dejar de pecar por su propio esfuerzo (17-21).

# Si los cristianos están obligados a guardar el sábado, ¿por qué no fue incluido esto en la importantísima carta enviada a las iglesias por el concilio de apóstoles y ancianos que se celebró en Jerusalén para considerar la cuestión de si los gentiles deberían guardar la ley? (Hechos 15:1-29).*

Si leemos atentamente el capítulo 15 de Hechos notaremos que en la iglesia primitiva algunos judaizantes querían imponer la circuncisión y todas las ceremonias mosaicas (Hec. 15:1, 5). Como puede verse, el problema no estaba relacionado con los Diez Mandamientos, sino con la ley ceremonial, la cual ya había sido abolida por la muerte de Cristo y por tanto invalidada (Ef. 2:13-15).
¿Creerá alguien que, como en Hechos 15:20 no se menciona el sábado, los cristianos están desobligados de guardarlo? Allí tampoco se les prohíbe a los cristianos mentir ¿Significa eso que los cristianos pueden mentir? Tampoco se prohíbe mentir. ¿Somos por eso libres de mentir? Decididamente no. la carta redactada por los apóstoles nada menciona sobre el espiritismo, ni sobre las borracheras, ni sobre las envidias, ni sobre las contiendas, ni sobre las mentiras, ni sobre las hechicerías, ni sobre otros pecados también reprobados por Dios. ¿Por qué no se hace mención de estas y otras responsabilidades igualmente trascendentales? ¿Acaso no son estos también asuntos importantísimos? (Rom. 13:13, 14; Gál. 5:19-21; Apoc. 21:8; 22:15). La respuesta más obvia es que en ese momento específico estos problemas no representaban una amenaza para la comunidad cristiana de Judea, y la carta estaba referida sólo a aquellos puntos en que la congregación estaba fallando.
Sin embargo, eso no significa que los cristianos de Judea no tuvieran que observar también otras disposiciones divinas. Del mismo modo, debe entenderse que el sábado no era ningún problema para ellos, o de lo contrario la indicación habría Sido impartida.

# Si los cristianos deben guardar el sábado, ¿cómo se explica que el Señor Jesús no hizo mención del tema, al enumerar los mandamientos al mancebo de Mateo 19:16-22 Y, ¿cómo es que el apóstol Pablo, escribiendo bajo la inspiración del Espíritu Santo, no trata en ninguna parte de sus varias epístolas la supuesta gran importancia de guardar el sábado?*

Si nos vamos al relato del mancebo Entonces creen que los seis últimos mandamientos están en vigor ya que Cristo allí los menciona, pero no así el sábado? Pero si al no mencionar al sábado Jesús lo estaba invalidando, entonces también estaba invalidando los primeros tres mandamientos, que Jesús tampoco se los menciona al joven rico. Difícilmente se aceptará que Jesús estaba autorizando al joven a tener otros dioses, a adorar ídolos y a tomar el nombre de Dios en vano. Del mismo modo, tampoco lo estaba autorizando a violar el sábado, ya que violar un punto de la ley, es violar la ley completa (Sant. 2:10-12). Recuerda Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos. Santiago 2:10

Pero ahora bien, A fin de ofrecer una respuesta clara, convendrá analizar los tres casos por separado.

El joven rico: Jesús fue explícito con él recordándole cinco de los Diez Mandamientos. No citó los cuatro primeros ni el décimo. Si por no mencionar el sábado, que es el cuarto, estamos autorizados a desobedecerlo" por lógica nos asiste el mismo derecho a desobedecer los otros no mencionados. En lógica se señala la falacia de este argumento diciendo que "el que prueba demasiado, no prueba nada". Jesús no mencionó al joven rico muchas cosas necesarias en la vida del creyente, como ser la fe, la gracia, el arrepentimiento, etc. No diríamos por eso que no son necesarias. Aceptamos, por otra parte, que Jesús como Maestro de los maestros no se equivocó en su método de enseñanza. Hizo lo único y mejor que convenía hacerse. No hay duda que si alguna vez ese joven reflexionó, se dio cuenta que era adorador de un dios ajeno: sus riquezas, pecado señalado por el primer mandamiento. Y es precisamente la fe, no mencionada al joven rico, la que a todos nos ayuda a ser obedientes (Rom. 3: 31; Heb. 11: 6). Por lo dicho, queda claro que no queda anulado el mandamiento del sábado porque Jesús no se lo menciono; como tampoco quedan anulados los otros mandamientos por la sola razón de que no fueron mencionados en esa ocasión.
Dos mandamientos y no diez: Los dos mandamientos citados por Jesús sus fueron tomados del Antiguo Testamento. El primero está en Deuteronomio 6: 5 y el segundo en Levítico 19: 18. Vale decir que fueron dada por el mismo Dios que dio los Diez Mandamientos; por lo tanto, no se anulan, sino que se complementan. Los dos son la síntesis de las manifestaciones de nuestro amor a Dios y al prójimo, y los diez son el análisis o la expresión detallada de cómo hacerlo. "De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas", dijo Jesús. "Depende" quiere decir, estar en sujeción o subordinación de uno, provenir, proceder, ser consecuencia. Y eso es justamente lo que sucede, Los Diez Mandamientos son consecuencia o provienen de los dos principales. Los primeros cuatro nos enseñan cómo amar a Dios con todo nuestro corazón y nuestra fuerzas, y los últimos seis, cómo amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
Así es que los dos mandamientos no anulan los diez, ni los diez contradicen a los dos. Los diez dependen o provienen de los dos.
¡¡El concilio de Jerusalén: La carta apostólica dice: "Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas necesarias: que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis" (Hech. 15: 28, 29). En la carta se hace referencia directa al séptimo mandamiento. Si aceptamos que por no haberse mencionado el sábado, eso significa que no hay que guardarlo, ¿qué de los otros ocho mandamientos no mencionados ¿Quedaron anulados? ¿Y qué de la fe, la gracia, el arrepentimiento, el bautismo, que tampoco fueron mencionados en la carta? ¿Eso nos autoriza a descartar tales verdades?
¿Qué cosas se estudian en un concilio? Los problemas que causan disputa o inseguridad, para encontrar la forma de resolverlos. Las doctrinas o mandamientos aceptados no se discuten en los concilios. Por eso nada dice la carta respecto al robo, al sábado, al bautismo, a la gracia, etc. En esas cosas no había desacuerdo. Para la iglesia cristiana de ese entonces no había duda si debían guardar el sábado o el domingo. Todos guardaban el sábado, y por esa sencilla razón nada se dijo respecto al día de reposo.
De haber habido cambio en cuanto al día de reposo, sin duda se hubiera levantado una seria polémica. Grandes fueron las reclamaciones de los judíos y serias las amenazas cuando Jesús se propuso enseñar la correcta observancia del sábado. Hasta quisieron matarlo (Mat. 12: 14; Juan 5: 16). ¡Qué clamor de protestas se hubiera levantado si los discípulos hubiesen enseñado que el sábado estaba abolido y el domingo era el verdadero día! Nada de eso aparece en el Nuevo Testamento. Ese silencio total en cuanto a un cambio, es la prueba mayor de que todos observaban el sábado.
Lo que nadie puede hacer es demostrar que Pablo o cualquier otro escritor de la Biblia ordene desobedecer los Diez Mandamientos. Ni el sábado, ni ningún otro.

#En los capítulos 2 y 3 del Apocalipsis se encuentran siete cartas de la gran Cabeza de las iglesias, dirigidas a siete iglesias locales. Son los últimos mensajes directos a las iglesias sobre la tierra. Si fuese verdad lo que enseña el adventismo, ¿no les habría recordado su deber de guardar el sábado?*

Cuando se le escriben estás cartas a las iglesias se hace mención de algunos pecados y se les exhorta a no seguirlos cometiendo, pero era porque cada iglesia había caído en el error de cometer dicho pecado, por ello no era necesario nombrar los otros. Ahora que se cita apocalipsis, allí también encontramos versículos muy interesante con respecto a los mandamientos, te cito algunos.
"Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús." Apocalipsis 14:12
"¡Temed a Dios y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado. Adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas!" (Apoc. 14:7). Si nos fijamos en el cuarto mandamiento, observaremos de inmediato que se nos ordena guardar el sábado "porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el sábado y lo santificó"
(Apoc. 14:7).

# Ustedes dicen que el domingo entró con Constantino en el siglo IV. ¿Cómo explican entonces que los "padres" de la Iglesia, que escribieron durante los primeros tres siglos después de Cristo, hablan del primer día de la semana para las reuniones de los creyentes?

Como ahora se toca un tema extrabíblico, será bueno revisar los datos históricos disponibles para determinar hasta qué punto los "padres" de la iglesia católica acertaron en la verdad. Pablo dice que ya en sus tiempos estaba en marcha el plan de la apostasía (2 Tes. 2:7-9), lo que permite entender que, si en algo los cristianos de los tres primeros siglos procedieron de manera diferente al evangelio eterno, es porque estaban apostatando.

Citar a los autores católicos del periodo postbíblico, ¿es una prueba fidedigna de la verdad? De ser así, ¿por qué los protestantes no hacen votos por los muertos, tal como lo enseñaron Tertuliano, Juan Crisóstomo, Lactancio, y Gregorio Magno? ¿Por qué no creen en el Purgatorio, tal como lo enseñaron Tertuliano y Agustín de Hipona? ¿Por qué no veneran a María,como lo enseñaron Justino Mártir e Ireneo de Lión? ¿Por qué no creen en la preexistencia del alma, tal como lo enseñó Orígenes? ¿Por qué además los protestantes no usan imágenes en sus iglesias, tal como lo hicieron Agustín, Jerónimo, Paulino de Nola, Basilo, Barlaam, Cirilo de Aljandría y tantos otros? Pues si el hecho de que ellos no guardaran el sábado demuestra la legitimidad de esta actitud, entonces todo lo demás que practicaron contra los mandatos divinos también será legítimo a los ojos de Dios.
Tal como lo entendió el protestante James Buchanan en el siglo XVI, hay una gran diferencia entre la teología histórica de la Escritura y la teología histórica de la iglesia, y esta diferencia está dada en razón de que los escritos bíblicos fueron inspirados, pero no los escritos "patrísticos".
Estos escritos [de la iglesia católica], sean antiguos o modernos, no poseen autoridad divina en asuntos de Fe, y su enseñanza en estos temas no deben afectar nuestras creencias, a menos que pueda probarse que están en conformidad con las normas infalibles de la palabra de Dios… La levadura anticristiana, que existía en la iglesia primitiva, gradualmente se expandió y fermentó en tiempos posteriores, y se ha vuelto casi universal, cuando el poder de Roma, que tenía obstruido su temprano desarrollo, tomó su camino, y la "Apostasía" predicha tuvo libre curso, hasta culminar en el "Hombre de Pecado", que se sienta "en el templo de Dios" como "Aquel Inicuo" (hoánomos), el cuerpo visible del "misterio de la iniquidad" (2 Tes. 2:3-8), u "hombre de pecado" (amartías). No podemos esperar que durante el progreso de esta Apostasía predicha, la verdad del Evangelio continuara en su pureza original, y hallamos que,consecuentemente, mientras continuó con su simplicidad durante los tiempos de la persecución y martirio, al final del segundo siglo comenzó a corromperse con muchas doctrinas erróneas y prácticas supersticiosas, que crecieron bajo el fomento de los padres más eminentes, tanto de la Iglesia Oriental como de la Iglesia de Occidente.
Esto lo escribe un protestante, no un adventista. Si es verdad que en el periodo postbíblico el Evangelio no continuó con su pureza original, ¿cómo podremos esperar una demostración doctrinal a partir de lo que aquellos hombres enseñaron? ¿No debe ser la Biblia, y la Biblia sola, la fuente de la doctrina? Por eso, recurrir a los "padres" católicos para demostrar una doctrina bíblica, sólo puede traernos más tinieblas que luz.

# ¿Por qué porfían en que uno de los papas cambió el día de descanso del séptimo día al primero? Hay plena prueba histórica que los cristianos observaban el primer día durante los siglos antes de que hubiese papa alguno.
Para empezar, hace falta que se citen las fuentes que demuestran que todos los cristianos de los primeros siglos guardaban el domingo en lugar del sábado. Por el contrario, consta en la historia que la observancia del domingo fue introduciéndose de manera gradual en el mundo cristiano.


La historia enseña (no los adventistas) que fue Constantino el Grande quien el 3 de marzo de 321 decretó la santidad del venerabilis dies solis, para legitimar una práctica pagana que se había infiltrado en la iglesia desde los primeros siglos. Tal como lo confiesa el sacerdote jesuita Félix Moracho, "El emperador Constantino, el año 321 decretó que el domingo tienen que descansar los jueces y las demás actividades ciudadanas. Este descanso, en los siglos V y VI se generalizó y se fue interpretando rigurosamente". Después de Constantino, Graciano y Teodosio ratificarán esta medida. El papa Inocencio I, en el 416 (su último año de pontificado), decretó que el domingo fuese día de ayuno. En el 538 el Concilio de Orleáns prohibió que se hiciera en domingo el trabajo con arado, o en viña, siega, cosecha, descasque, cultivo, seca, a fin de que las personas pudiesen frecuentar la iglesia. Y en el 590 el papa Gregorio I condenó como "anticristo" a quien enseñara que debiese guardarse el sábado como día de reposo. Esto revela que, al contrario de lo que se asegura en la pregunta 23, sí había cristianos que guardaban el sábado contrariando así los decretos imperiales y pontificales. De no ser así, ¿qué sentido tenía la amenaza de Gregorio?
El historiador católico Sócrates Escolástico registra hacia el año 440 que "aunque casi todas las iglesias del mundo celebran los sagrados misterios cada semana en sábado, los cristianos de Alejandría y de Roma, por una antigua tradición, han dejado de hacer esto". Por su parte Sozómeno, otro historiador católico, registra más o menos hacia la misma fecha: "la gente de Constantinopla, y de casi todas partes, se reúne en sábado, tanto como en el primer día de la semana, costumbre que nunca se observa en Roma ni en Alejandría". Así que la propia iglesia católica reconoce que la mayoría de los cristianos del mundo guardaba el sábado a mediados del siglo V.
Será con el paso del tiempo que la iglesia romana presionará por la implementación de la observancia del domingo, lo que finalmente conseguirá. El Catecismo del Concilio de Trento confiesa: "La Iglesia [católica] de Dios en su sabiduría ha ordenado que la celebración del día sábado fuese transferida al «día del Señor» [domingo]". Este catecismo fue escrito por orden del Concilio de Trento y publicado bajo la autoridad del papa Pío V.

Las investigaciones históricas confirman además el origen pagano de la celebración del domingo como día de reposo por parte del catolicismo. Franz Cumont declara: "La preeminencia asignada al dies solis ["día del sol"] ciertamente contribuyó al reconocimiento general del Domingo como día de fiesta", lo cual es ratificado por P. Cotton: "No puede negarse que el uso pagano del Domingo ha tenido un apreciable efecto en la Cristiandad al traer el Domingo Cristiano en preeminencia en la Iglesia como el único día de adoración".
Por su parte A. P. Stanley explica:
La retención del antiguo nombre pagano de Dies Solis, o Día del Sol ["Sunday", en inglés] para la observancia semanal cristiana se debe en gran medida a la unión del sentimiento pagano y el cristiano con que Constantino recomendó a sus súbditos, tanto paganos como cristianos, que el primer día de la semana fuera «el día venerable del Sol»
Pero si fue Constantino quien lo hizo, ¿por qué los adventistas denuncian al catolicismo de haberlo hecho? Porque, tal como lo explica el católico C. S. Mosna en su trabajo doctoral, fue la iglesia católica la que "influyó en la decisión de Constantino de hacer del domingo un día de reposo para todo el imperio, y esto indudablemente fue para darle al día del Señor un lugar preeminente sobre los otros días". Es por esto que la iglesia católica "puede reclamar el honor de haber garantizado al hombre una pausa en su trabajo cada siete días".

# Si debemos guardar el séptimo día, ¿cómo es que los apóstoles y cristianos primitivos celebraban sus reuniones de mayor importancia, como la cena del Señor, el primer día en vez del séptimo?*
Te cito algunos de los pocos versículos (9 total, 8 en el nuevo, 1 en el antiguo) en los que el primer día de la semana (domingo) es nombrado en la biblia, y te explico.
"Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros." Juan 20:19 En este versículo si, es más que claro que los discípulos estaban reunidos el primer dia de la semana Pero no estaban celebrando nada ni estaban guardando ningún reposo. El versículo dice que "los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos", es decir, que estaban escondiéndose. Ninguna celebración estaba llevándose a cabo. Contrariados por la muerte de Cristo y temiendo la arremetida de los judíos, los discípulos se sentían en completo abandono y procuraban evitar que los hallaran. Además, no podían estar reunidos en honor de la resurrección de Cristo porque, en primer lugar, aún no creían que él hubiera resucitado. Acá no se habla de santidad del domingo. No sé menciona una colecta en público. No está hablando de ninguna reunión en la iglesia, esto era una donación especial reunida entre las iglesias gentiles para los santos pobres de Jerusalén. Pablo llevaría esa donación con un representante de cada zona. Léase 1cor 16:3,4; Rom 15:24-28; 2Cor 8:1-4 y 2Cor 9:1-5.

"El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche." Hechos 20:7 Que los discípulos se hayan reunido un primer día de la semana para partir el pan, nada tiene de particular. En Hechos 2:46 se dice que los discípulos "todos los días se reunían en el Templo con entusiasmo, partían el pan en sus casas y compartían sus comidas con alegría y con gran sencillez de corazón" (Biblia Latinoamericana, 1995), pero eso no hace santos todos los días. Por demás, la cena del Señor puede celebrarse cualquier día de la semana y todas las veces que se desee celebrarla, sin que ello vaya a quitarle al sábado la santidad que Dios le confirió (1 Cor. 11:26). El pasaje dice textualmente: "El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche".
Los Hechos de los apóstoles fue escrito por el apóstol Lucas unos 35 años después de la resurrección de Cristo. La mayoría de los comentaristas aceptan que utilizó la manera bíblica de contar los días, respetada por los judíos y cristianos primitivos; vale decir, que el día comienza a la puesta de sol. El cómputo romano para contar el día de medianoche a medianoche, como se estila hoy, no aparece en los escritos del Nuevo Testamento; por lo tanto, la reunión de Troas tuvo que efectuarse en lo que nosotros llamamos "sábado de noche", pues a la puesta del sol comenzaba el primer día de la semana.
Dice el texto que Pablo "alargó el discurso hasta la medianoche", o sea, nuestro sábado de noche. A esa hora el joven Eutico se accidentó, después de lo cual habiendo "partido el pan y comido, habló largamente hasta el alba; y así salió"(vers.9,10).
Así queda claro que el apóstol Pablo salió de viaje después del alba, bien temprano, al aclarar o recién salido el sol. Mientras sus compañeros de viaje subieron al barco, él fue por tierra hasta Asón (vers.13), desde donde siguió con ellos. Con esto concluimos que después de la reunión nocturna del mismo día, en la parte clara de ese primer día de la semana, o sea el domingo por la mañana, el apóstol continuó su viaje.
Si alguien no pudiera aceptar que Lucas usó el cómputo bíblico para contar los días, y prefiere aceptar que ya había abandonado lo indicado por las Escrituras para plegarse a costumbres paganas de los romanos, lo cual no es fácil de aceptar, tampoco este texto puede usarse como prueba de que era COSTUMBRE la observancia del primer día de la semana, pues el mismo escritor se ocupó en indicar el motivo de la reunión: "Pablo les enseñaba, HABIENDO DE SALIR AL DIA SIGUIENTE" (vers.7). Esta explicación es muy importante, porque IMPIDE DAR OTRA RAZON. Si Lucas aclaró que la reunión de ese domingo fue porque Pablo había de viajar, ¿qué derecho nos asistiría, 20 siglos después, de indicar otro motivo? De haber sido costumbre observar el domingo, ésta hubiera sido la oportunidad de explicarlo. Pero al contrario, como si Lucas hubiera anticipado una equivocada interpretación futura respecto a esa reunión, dejó aclarada la razón de la reunión: el apóstol iba "a salir al día siguiente".
No es prudente hacerle decir a la Biblia lo que no dice, y mucho menos contradecir lo que dice con claridad. Por lo tanto, Hechos 20:7 no prueba en absoluto que era costumbre entre los cristianos del primer siglo celebrar reuniones en domingo. Esa fue una reunión ocasional, en la que se trató de aprovechar lo más posible la visita del apóstol a los creyentes de Troas.

LA CENA DEL SEÑOR EN ESA OCASION TAMPOCO PRUEBA QUE SE LA CELEBRÓ POR SER DOMINGO, PUES NO HABIA DIA FIJO PARA SU CELEBRACION. Cuando Jesús instituyó ese rito, fue jueves de noche. Aparentemente hubo un tiempo cuando se la celebraba todos los días (Hech.2:46). En su carta a los corintios, el apóstol Pablo dice: "Así, pues, TODAS LAS VECES que comiéreis este pan, y bebiéreis esta copa, la muerte del Señor aununciáis hasta que venga" (1 Cor.11:26). Así el apóstol reconoce que la celebración de la Cena del Señor se realizaba en ocasiones determinadas por las circunstancias, como lo fue en Troas.
"En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera que ordené en las iglesias de Galacia. Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas." 1 Corintios 16:1-2 Lo que allí recomienda Pablo es recoger una ofrenda especial para los hermanos pobres de Jerusalén. Con esto Pablo ni está santificando el domingo, ni está aboliendo el sábado. No se dice allí que el domingo sea día de reposo ni que hubiera sido santificado. Todo se trata de una medida de emergencia, y nada tiene que ver con el reposo semanal. Nótese que la recomendación era que "cada uno de vosotros reserve en su casa"; "cada uno ponga aparte en su casa"; "cada uno de vosotros aparte en su casa" (RV, 1909). No era una colecta en la iglesia, sino una donación particular que Pablo enviaría a buscar de casa en casa para llevarla a Jerusalén (vers. 3). Ahora bien, si todos los hermanos habían de reunirse en la iglesia ese día, ¿por qué Pablo tenía que molestarse en ir de casa en casa, en vez de que todos llevaran sus donativos a la reunión? Sin embargo, allí no se menciona ninguna reunión religiosa, ninguna lectura de las Escrituras, ninguna oración, ni ninguna discusión doctrinal.
Ahora cito versículos dónde afirman que se reunian los sábados, bien sea con judíos o gentiles:
El mejor ejemplo: "Vino a Nazaret, donde se había criado; y el sábado entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer." Lucas 4:16
¿Esperaba que Cristo que el Sábado fuera abolido? "Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en Sábado;" Mateo 24:20
"Ellos, pasando de Perge, llegaron a Antioquía de Pisidia; y entraron en la sinagoga un día de sábado y se sentaron."Hechos 13:14
"Cuando salieron ellos de la sinagoga de los judíos, los gentiles les rogaron que el siguiente sábado les hablasen de estas cosas." Hechos 13:42

"El siguiente sábado se juntó casi toda la ciudad para oír la palabra de Dios". Hechos 13:44
"Y un sábado salimos fuera de la puerta, junto al río, donde solía hacerse la oración; y sentándonos, hablamos a las mujeres que se habían reunido." Hechos 16:13
Pablo, también, trabajaba haciendo tiendas, y los sábados predicaba el evangelio a judíos y griegos: "y como era del mismo oficio, se quedó con ellos, y trabajaban juntos, pues el oficio de ellos era hacer tiendas. Y discutía en la sinagoga todos los días de reposo, y persuadía a judíos y a griegos." Hechos 18:3-4. Es llamativo el hecho de que, nuevamente, los griegos recibieran el evangelio no en domingo, sino en sábado, lo cual habla claramente de que era el sábado y no el domingo el día que los cristianos guardaban.
La Biblia es clara en señalar que "El que permanece en él (Cristo), debe andar como él anduvo" (Jn.2:6). Muchos citan la ocasión en que El apareció a sus discípulos después de su resurrección el primer día de la semana (Jn.20:19) como prueba de que deseaba instituir dicho día en lugar del séptimo para el servicio religioso. Sin embargo, éste no era su propósito. Cristo tenía la certeza de haber podido grabar en la mente de sus discípulos, durante tres años y medio, que su costumbre era la de observar el sábado. Jamás observó otro día, ni sus discípulos lo hicieron. Una sola reunión en un día distinto no sienta costumbre. La costumbre es un hecho repetido y constante en el tiempo, y la costumbre de Cristo, mientras estuvo en esta tierra, fue la de observar el sábado.
Además que el contexto demuestra que ellos no estaban celebrando un servicio religioso, sino que estaban reunidos "por miedo de los judíos". Es más, en aquella ocasión Cristo reprendió a los apóstoles porque "no habían creído a los que le habían visto resucitado" (Mr.16:14). Es decir, ni siquiera habían creído los informes referentes a su resurrección. No existe ningún versículo que explique que el primer día de la semana conmemore la resurrección, de manera que la evidencia es elocuente.
Otro porcentaje de observadores del domingo, casi desesperadamente aducen evidencias históricas de que en la iglesia cristiana primitiva muchos comenzaron a guardar el primer día de la semana. Pero Juan 2:6 es más poderoso. El ejemplo de Cristo no fue en vano, ni se vio obligado a obedecer las tradiciones de los judíos. Cristo enseñó con su ejemplo en vida. Si diéramos más autoridad a estos primeros "cristianos" guardadores del domingo que al ejemplo de Cristo, estaríamos cayendo en el mismo error de los judíos que le daban más valor a sus propias tradiciones que a la voluntad de Dios.
El domingo no fue instituido para conmemorar la resurrección, y mucho menos puede sustituir el papel que cumple el sábado que Dios estableció desde la Creación.



# Y, ¿cómo saben que de veras guardan el séptimo día? ¿Pueden estar seguros de que no han [sic] habido errores en los cálculos desde el día en que descansó Dios? Hay que tener en cuenta los cambios efectuados en el calendario en el año 46 a.C., cuando se convino en que el año tuviera solamente 345 días, para corregir los errores que se habían acumulado. Se debe pensar también en la ley del año 1751, hecha "para corregir el calendario", y que ordenó quitar once días del mes de septiembre. Con estas y otras modificaciones, ¿están ustedes seguros de que saben contar los días desde la creación?

Primero que nada resaltar que Jesús guardó el sábado durante toda su vida terrenal "Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer." Lucas 4:16 si el sábado se hubiera perdido o cambiado de algún modo, Él lo hubiera rectificado, puesto que Él reprendió a los judíos por muchos errores o descuidos religiosos, nunca señaló que guardaban un sábado falso.
El calendario ha sido un instrumento para contar los años, meses y días, inventado por el hombre desde que tenemos conocimiento de su historia. El sol y la luna intervienen en la medición y el fraccionamiento del tiempo (Gén.1:14). La semana es una excepción, pues es un período de tiempo marcado por el acto creador realizado por Dios en siete días.
Poco antes de Jesús, el emperador Julio César (101-44 AC) tuvo que ajustar el calendario civil al astronómico. Dicho en otras palabras, el invierno según el calendario astronómico estaba adelantado en 90 días. Por eso Julio César, asesorado por el famoso astrónomo egipcio Sosígenes, en el año 47, antes de Cristo, le quitó esos 90 días al calendario civil y lo ajustó así al astronómico. Esto se hizo sin afectar o alterar el ciclo semanal. Ese calendario era usado por el Imperio Romano en los días de Jesús.
Unos 1.600 años después de Julio César, se hizo necesario otro cambio. Como el calendario juliano se basaba en un año de 365 días y 6 horas, en vez de la realidad que son 365 días, 5 horas, 48 minutos y 46 segundos, al llegar al siglo XVI, esos 11 minutos y algunos segundos, sumaron 11 días de diferencia con el calendario astronómico. Por ello Gregorio VII, asesorado por el astrónomo Cristóbal Clavio, decidió seguir su consejo de omitir esos once días, lo que se hizo el jueves 4 de octubre de 1582, pasándose al viernes 15 de octubre. Tampoco en esta ocasión se alteró el ciclo semanal.
Por lo indicado, sabemos que no se ha alterado el ciclo semanal en todos los tiempos. Había razones fuertes para evitarlo, pues así como el pueblo conocedor del Dios verdadero santificaba el séptimo en honor del Dios vivo, el Creador, así los pueblos paganos tenían el primero en homenaje de su gran dios, el sol. De modo que ni para los paganos ni para los cristianos era aceptable despreciar su día sagrado.

La semana siempre ha Sido la misma, el domingo es el primer día de la semana y el sábado el séptimo día de la semana. Jesús vivió en el tiempo del imperio romano. Lo que ellos llamaban sábado y primer día de la semana, los romanos llamaban entonces día de Saturno y día del sol.

# ¿Han leído Colosenses 2:14-17 acerca del acta de los decretos o cédula de los ritos (el mandamiento de guardar el sábado es uno de ellos) que ha sido raída, quitada de en medio y clavada en la cruz?

El pasaje mencionado no habla de Sábado, sino de Sábados lo que marca una diferencia. Además, la frase "cédula de los ritos" (RV, 1909) se refiere precisamente a la ley ceremonial o ley ritual, que constaba de sacrificios, comidas, libaciones, etc. La frase "acta de los decretos" (gr. quirógrafon) no se refiere a las dos tablas escritas por Dios, sino precisamente al documento manuscrito, al rollo escrito por la mano de Moisés (Deut. 31:24)

# En los versículos 16 y 17 del mismo capítulo, vemos que ciertas cosas exigidas bajo la ley de Moisés, entre ellas la observancia del sábado, no son más de una sombra de lo por venir: El cuerpo espiritual de Cristo. Guardar el sábado es asi una sombra.

Pablo aquí no se refieren al sábado semanal, sino a otras fiestas rituales que se introdujeron en tiempos de Moisés, las cuales eran llamados "sábados" aun cuando no coincidían con el séptimo día de la semana, pues debían dedicarse por completo a la adoración. Para comenzar, las comidas, las bebidas, los días de reposo o sábados mencionados en Colosenses 2:16, son identificados por el versículo 17, donde dice: "Todo lo cual ES SOMBRA DE LO QUE HA DE VENIR; pero el cuerpo es Cristo". Esto demuestra que Pablo se está refiriendo al ritual del templo y su sacerdocio levítico, pues en él había fiestas, comidas, bebidas y días de reposo o sábados que eran "sombra" o SIMBOLOS de Cristo (Heb.10:1).
La sombra anuncia que la persona que la proyecta pronto llegará, pero cuando llega "el cuerpo", dice Pablo, la sombra ya no interesa; y agrega que "el cuerpo es Cristo"."La Pascua era un día de descanso, un "sábado" anual judío, celebrado con comidas y bebidas en recuerdo de la liberación de la esclavitud de Egipto. Desde que Cristo nos liberó de la esclavitud del pecado (Rom.6:17,18), se constituyó en nuestra pascua "sacrificada por nosotros" (1 Cor.5:7). Así, el apóstol reconoce en la Pascua una sombra de Cristo. La gran fiesta de la Purificación del Santuario, celebrada cada año el 10 del mes séptimo, otro día de descanso o sábado, también era una "sombra" de Cristo cumplida con su único sacrificio (Heb.9:23-26). Y lo mismo podría decirse de otras fiestas o días de reposo como los panes ázimos, el pentecostés, las cabañas, etc (Véase Lev.23:4-44). De esta manera, contrariamente a lo que enseñarían esas "filosofías y huecas sutilezas" contra las que Pablo precavía a los colosenses, los cristianos no necesitaban tomar en cuenta para su salvación ese ceremonial simbólico, pues las "sombras" dejaban su lugar a la realidad: Cristo -Incluso, en ocasión de la crucifixión de Cristo, "el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló" (Mt.27:51), con lo que se indicaba que el sistema típico había sido suprimido por Cristo-.
No podríamos decir lo mismo respecto al séptimo día, el día de reposo señalado por la ley de Dios, pues cuando fue establecido mediante la bendición y santificación del Señor (Gén.2:1-3), aún no había entrado el pecado en el mundo, por lo tanto no podía habérselo establecido como sombra de algo que no había ocurrido. Obsérvese que el mismo mandamiento da como razón de su santificación la creación del mundo (Exo.20:8-11).
Anular la observancia del sábado es anular la creación y a su Creador, Cristo (Col.1:15-18; Mar.2:28). "El día de reposo semanal fue dado al hombre en el Edén, no como una sombra de alguna cosa venidera, sino como un monumento conmemorativo de la obra creadora de Dios"
De esta manera, las fiestas señaladas en el versículo 16, eran referencia directa a las fiestas simbólicas o "sombras" de Cristo del ritual del templo y del sacerdocio levítico, que ya no tenían objeto. Por lo tanto, si alguno no quería celebrarlas no cometía falta y por ese motivo no debía juzgárselo como transgresor (Rom.14:10,13).
Después de la crucifixión de Cristo, hubo algunos judíos que hicieron caso omiso de la abolición de la ley ritual, y que predicaban la observancia de ella (Hch.15:1,24). Los versos 28 y 29 de ese mismo pasaje, aclaran que el problema planteado en el Concilio de Jerusalén se refería a la ley de Moisés. Esteban fue acusado por los judíos por hablar de la abolición de la ley de Moisés (Hch.6:13,14). Una acusación similar se levantó en contra de Pablo (Hch.18:13). Como se demuestra, la acusación contra Esteban y Pablo no se basaba en ninguna violación de la ley Moral, sino en sus enseñanzas acerca de la ley ritual. Pablo admitió de que él era culpable de lo que los judíos llamaban herejía, simplemente porque difería de ellos respecto a la obligación de seguir observando la ley ritual (Hch.24:14). Finalmente los apóstoles hicieron prevalecer la verdad.

#¿Han leído en Romanos 14:5,6 que unos hacen diferencia entre día y día pero otros juzgan iguales todos los días? Se agrega: "Cada uno esté asegurado en su propio ánimo." ¿Por qué no insiste el apóstol en que los que juzgaban iguales todos los días debían estimar el séptimo como superior a los demás días para santificarlo?

Pablo en Romanos 14:5 dice: "Uno hace diferencia entre día y día, y otro juzga iguales todos los días". ¿No significa esto que podemos considerar como día de reposo cualquier día, sea el sábado o el domingo? Para poder responder sin equivocarse, es necesario tener en cuenta el contexto del pasaje, y también los problemas existentes en la época en torno al posible cambio del día de reposo.
En primer lugar, es interesante notar que el Nuevo Testamento siempre hace distinción entre el sábado y el domingo. Al séptimo día de la semana siempre lo llama sábado, o "día de reposo", según la Versión Reina-Valera revisada en 1960. En esta versión se tradujo la palabra "shabbath" como día de reposo". En cambio, al domingo lo llama invariablemente "primer día de la semana". Pablo en este texto se refiere a "días" solamente.

En segundo lugar, un análisis del capítulo 14 revela que no se está tratando de posibles divergencias en cuanto al día de reposo. El tema es más bien la dificultad ocasionada por ciertos creyentes débiles en la fe, que tenían opiniones particulares respecto de algunas comidas (vers.1,2). Obsérvese que en ocho de los 23 versículos del capítulo, se hace referencia a esas comidas (2,3,6,14,17,20,21,23), y en ocho se aconseja no hacer de ello motivo de juicio o tropiezo (2,3,4,10,13,15,19,20). Además, en ningún otro capítulo de la epístola, el apóstol alude a un posible cambio del día de reposo semanal, como para concluir que en la expresión "diferencia entre día y día" se refiera al día de reposo.
Más aún, atenidos a todo lo expresado en el Nuevo Testamento, podemos asegurar que no había controversia en cuanto al día de reposo semanal. Se discute reiteradamente la circuncisión y se define con claridad que no era necesaria (Gál.5:6; 1 Cor.7:19). En cambio, Jesús mismo dijo que de los Diez Mandamientos ni una jota ni una tilde podría tocarse (Mat.5:17-19; Luc.16:17).
En cuanto a que todos los días son iguales, en referencia al día de reposo, la misma Escritura declara que no es así. Entonces, ¿a qué días pudo haberse referido el apóstol? Creemos que el versículo 6 nos revela la respuesta. Dice: "El que hace caso del día, lo hace para el Señor; el que no hace caso del día, no lo hace para el Señor. El que come, para el Señor come, porque da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor no come, y da gracias a Dios". ¿Significa esto que algún creyente de aquella época podía vivir sin comer? ¡De ninguna manera! Pero sí podrían haber vivido sin comer durante esos "días" mencionados. El que comía en esos días dedicados a no comer, no cometía falta, como tampoco el que no comía. Los ayunos o días de ayuno no eran ordenados por mandamiento de Dios, eran voluntarios.
Era costumbre judía ayunar dos veces por semana (Luc.18:11,12). En el Megillat Ta'anith (un tratado judío sobre el ayuno, escrito en el primer siglo de nuestra era), se explica que los judíos ayunaban los lunes y los jueves. En otro antiguo documento llamado laDidajé, escrito a principios del siglo II, en el capítulo 8:1, se señala que los cristianos no judíos, particularmente en el oeste del imperio romano, a causa de sus sentimientos antisemitas declararon los miércoles y los viernes como días de ayuno.
Teniendo en cuenta las consideraciones hechas, sería claramente admisible que en los versos 5 y 6 se hace referencia a los días de ayuno, pero es evidente, por lo expuesto, que no hace referencia al día de reposo, el sábado.
Es común escuchar de hermanos que observan el domingo "Todos los días son del Señor. No hay ninguno en especial". Aunque todos los días tienen la misma cantidad de horas, y en cada uno de ellos debemos manifestar una conducta cristiana, la Biblia señala que existe una diferencia. Al respecto surgen dos argumentos muy poderosos:
1) Dios apartó el séptimo día en la creación. La Biblia no dice "un" día séptimo, sino "él" día séptimo. El artículo definido nos muestra desde ya una diferencia, porque nos limita sólo a un día de la semana: el séptimo. En Isa.58:13,14, Dios lo llama "mi día santo". Ello recalca lo anterior.
2) Además, Dios bendijo y santificó el séptimo día, una vez que hubo terminado su obra creadora (Gén.2:1-3). Ello hizo la naturaleza del sábado notoriamente distinta del resto de los días de la semana, pues no encontramos en la Biblia que Dios haya bendecido o santificado otro día más que el séptimo. Tal vez, si comprendemos qué significa "bendecir" y qué "santificar" podamos comprender la naturaleza espiritual especial que Dios le asigna a este día.
BENDECIR significa "alabar, celebrar, ensalzar". En este sentido, Dios ensalzó al sábado sobre el resto de los días de la semana.
SANTIFICAR significa "hacer santo, dedicar algo a Dios, apartar algo para un uso sagrado". De modo que Dios anhela un trato especial y sagrado al sábado. En consecuencia, cuando Dios bendijo y santificó el séptimo día, lo hizo definidamente diferente de los demás días del ciclo semanal. ¿Podemos como cristianos rechazar o despreciar la bendición y santificación que Dios da a su día?
Todos los días son del Señor en el sentido de que en todos ellos debemos mantener una comunión personal con El. La fortaleza espiritual debe aprovisionarse cada día. Pero el sábado va más allá que nuestra relación diaria con Dios. Es el día que el Señor hizo "por causa del hombre" (Mr.2:27), y es a la vez el día del Señor (Mr.2:28). Dios quiere que le dediquemos un tiempo especial dentro de la semana, un día que El determinó en la creación. Quiere que ese día abandonemos nuestras labores comunes de la semana para tener un compañerismo más profundo con El; quiere que descansemos de nuestras obras para reposar espiritualmente en El.
Debemos tener cuidado con eso de que "todos los días son para el Señor, de modo que todos los días son iguales". Esa es una mentira mezclada con verdad. Es prácticamente lo mismo que el diablo le llevó a pensar a Eva (todas las frutas son buenas, porque Dios es bueno y no puede hacer nada malo).

# El tema principal del adventismo es el de guardar la ley, especialmente la ley del sábado. Ahora, en el Nuevo Testamento encontramos que cincuenta veces se hace mención de predicar el Evangelio, diecisiete veces de predicar la Palabra, veintitrés veces de predicar a Cristo y ocho veces de predicar el reino. Ni una vez se habla de predicar la ley o el sábado. ¿Cómo lo explican?


Esta pregunta sugiere que basta con predicar a Cristo y nada más. Pero Cristo dice: "No todo el que me dice: «¡Señor, Señor!», entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos" (Mat. 7:21). Y David nos dice: "Me agrada, Dios mío, hacer tu voluntad; tu ley la llevo dentro de mí" (Sal. 40:8, NVI).
Puesto que el sábado semanal no representó un problema doctrinal en la comunidad cristiana, no hay correcciones que hacer en ese sentido. Al contrario, vemos en los evangelios y en el libro de los Hechos que los cristianos observaban el séptimo día conforme al mandamiento. Hoy en día, en cambio, la ley divina es objeto de ataques al igual que en el pasado, pero esta vez se hace hincapié en violar el cuarto mandamiento. Puesto que no puede haber salvación en desobediencia, el tema del sábado se ha convertido en un punto álgido.
Unos citan los mandamientos como regla a seguir; otros cuestionan la observancia de los mandamientos. ¿A quién debemos creer? La Biblia establece: "Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres" (Hechos 5:29). el evangelio eterno está íntimamente ligado a la obediencia a Dios. De hecho, Pablo asegura que la ley es buena y sirve como testimonio contra los transgresores y desobedientes (1 Tim. 1:9-11). Obsérvese cómo Pablo presenta la ley como parte fundamental del "glorioso evangelio del Dios bienaventurado, que a mí me ha sido encomendado" (vers. 11). Y aunque en este pasaje no se mencionan ni la idolatría ni la observancia del sábado, está claro que Pablo no los excluye del concepto de obediencia.
Juan también enseña que "todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado" (1 Juan 3:7-10). Sí, el evangelio permitió sacar a los hombres de la desobediencia, habiendo hecho Dios provisión para rescatar al hombre perdido. Que alguien diga que el evangelio no implica la obediencia a la ley de Dios no es extraño, si se toma en cuenta que la Biblia profetizó que tal clase de cristianos existirían en los últimos tiempos:
También debes saber que en los últimos días vendrán tiempos peligrosos. Habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanidosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, sin templanza, crueles, enemigos de lo bueno, traidores, impetuosos, engreídos, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella. A esos, evítalos (2 Tim. 3:1-5).
De manera que el argumento de que la obediencia es un tema secundario, luce como una nueva treta para disminuir la necesidad de observar la ley de Dios. Pero se engañan ellos, y engañan a los que enseñan, al pensar que podrán entrar en el reino de Dios con sólo llamar a Cristo su "Salvador", omitiendo la responsabilidad que él les pone como hombres redimidos. En realidad, pretender que el cristiano está libre de pecar porque Cristo lo perdonó es blasfemia, y es tomar la sangre de Cristo por inmunda.

# En el Nuevo Testamento se encuentra la palabra sábado unas sesenta veces. [El escrito se basa en la traducción Reina-Valera de 1909, la que se emplea corrientemente en las congregaciones adventistas]. Ustedes admiten que en todos los casos menos uno se hace referencia al día sábado. Sin embargo, en este solo caso, Colosenses 2:16, donde la palabra es la misma en los textos en griego, quieren hacernos entender que tiene otro sentido. ¿Por qué? ¿No será que los versículos 2:16,17 echan por tierra sus argumentos en cuanto a que los cristianos deben guardar la ley?

Nuevamente se contradicen nuestros interpeladores al decir ahora que hay un solo significado para "sábado", cuando en la primera pregunta de este cuestionario de hecho declaran que hay varios sábados, incluyendo los años sabáticos mencionados en Levítico 25:1-22, y por eso quieren que los adventistas guarden esos otros "sábados". Puesto que, tal como ellos mismos confiesan, no sólo era "sábado" el séptimo día de la semana, sino también otros días del año, según Levítico 23, y hasta años completos, el significado de la palabra "sábado" en un texto habrá de entenderse según el contexto.
Nótese que Pablo recomienda que "nadie os juzgue en comida o en bebida…", como queriendo decir que el cristiano puede comer y beber cualquier cosa, y ése es el sentido que generalmente les da la cristiandad a estas palabras. Sin embargo, en Hechos 15:19, 20 se prohíbe a los cristianos comer sangre y animales ahogados. ¿Debe o no debe un cristiano apartarse de sangre y de ahogado, a pesar de lo que dice Colosenses 2? Si debe, entonces lo que Pablo escribe a los colosenses ha de tener un significado diferente del de un consejo alimentario, o de lo contrario estaríamos ante una insalvable contradicción.
La clave para entender el asunto está en las palabras que siguen: "…o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o sábados. Todo esto es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo" (Col. 2:16, 17). ¿Qué comidas y bebidas estaban relacionadas con el sacrifico de Cristo? En el AT se prescribe el consumo de ciertos alimentos durante las fiestas anuales, en tanto prohíben otros (Éx. 12:8, 9; Lev. 23:6, 13-15). Estas fiestas estaban ligadas a sacrificios que prefiguraban la muerte de Cristo y, por tanto, eran "sombra de los bienes venideros" (Heb. 10:1), y son esas comidas y bebidas las que refiere Pablo. Habiendo muerto Cristo –nuestro pan de vida (Juan 6:51) y nuestra Pascua (1 Cor. 5:7)–, todo rito de comidas relacionado con la salvación queda inutilizado. Por eso es que Pablo vuelve a describir aquel ceremonial como "símbolo para el tiempo presente, según el cual se presentan ofrendas y sacrificios que no pueden hacer perfecto, en cuanto a la conciencia, al que practica ese culto, ya que consiste solo de comidas y bebidas, de diversas purificaciones y ordenanzas acerca de la carne, impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas" (Heb. 9:9, 10).
¿Cuáles son, entonces, los "sábados" referidos en Col 2:16? Al igual que ocurre con las "comidas" y las "bebidas", los "sábados" aquí mencionados son precisamente aquellos que se introdujeron como ritos que prefiguraban la inmolación de Cristo. Estos reposos coincidían con la Pascua, la fiesta de los panes sin levadura, la fiesta de las Semanas, la fiesta de las Trompetas, el Día de la Expiación y la fiesta de los Tabernáculos. Como puede apreciarse de la lectura de Levítico 23, estos sábados no coincidían con el séptimo día de la semana, sino con "el primer día" (vers. 7, 24, 35,39) u "octavo día" (vers. 36, 39), y hasta con el "décimo día" (vers. 27). De modo que son estos los "sábados" aludidos como sombras de Cristo, y no el séptimo día, que es memorial de la Creación (Éx. 20:8-11).
Como el sábado semanal fue instituido en el Edén, no es una sombra del sacrifico de Jesús. Por tanto, Colosenses 2:16 no desvirtúa el cuarto mandamiento, ni las restricciones en cuanto a alimentación.

# ¿Saben ustedes que en Gálatas 3:23-25 se dice que la ley fue nuestro ayo [mentor] para llevarnos a Cristo, pero que, venida la fe, ya no estamos bajo ayo? Por tanto, ya no estamos bajo la ley.

¿Qué significa estar bajo la ley? ¿Se referirá la frase "los que están bajo la ley" a los que guardan los mandamientos de Dios? Si fuera así, todos los santos estarían perdidos, porque son precisamente los santos los que guardan los mandamientos de Dios (Apoc. 12:17). Como puede verse, "estar bajo la ley" y "guardar los mandamientos" son dos cosas distintas. Afortunadamente, Pablo ilustra lo que significa "estar bajo la ley" en Romanos 7 con la alegoría de la mujer casada. Él explica:
¿Acaso ignoráis, hermanos (hablo con los que conocen de leyes), que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que este vive? La mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras este vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley que la unía a su marido. Así que, si en vida del marido se une a otro hombre, será llamada adúltera; pero si su marido muere, es libre de esa ley, de tal manera que si se une a otro marido, no será adúltera (Rom. 7:1-3).
Según esta alegoría, una mujer casada vive comprometida con su marido en tanto éste viva. Si su esposo muere, la mujer queda libre de las obligaciones que tenía como esposa. Obsérvese que lo que queda destruido con la muerte del esposo es el matrimonio y no la ley. La mujer queda "libre de la ley", en el sentido de que ninguna responsabilidad tiene ya como si aún estuviese casada, pero eso no significa que la ley haya quedado destruida, pues la ley sigue vigente y así, si ella decide casarse de nuevo, la ley seguirá rigiendo su nueva unión.
De la misma manera el ser humano, habiendo pecado, tenía una deuda con la ley. Debía morir (Rom. 5:12). Sin embargo, Cristo se ofreció para morir por nosotros saldando así nuestra deuda como pecadores (Heb. 9:23). Una vez que se lleva a efecto su muerte vicaria, la demanda de la ley queda satisfecha como si nosotros hubiésemos muerto, y Dios nos otorga la vida eterna (Rom. 6:23).
Pablo lo explica así:
Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la Ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de entre los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios. Mientras vivíamos en la carne, las pasiones pecaminosas, estimuladas por la Ley, obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte. Pero ahora estamos libres de la Ley, por haber muerto para aquella a la que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra (Rom. 7:3-5).
El hombre queda libre de la ley porque su deuda fue saldada por la sangre de Cristo, y no porque la ley haya sido anulada. Puesto que Cristo pagó nuestra deuda, el cristiano no está bajo condenación sino bajo la gracia.
Si Cristo hubiera eliminado la ley, nadie podría hoy ser inculpado de pecado, pues "donde no hay Ley, no se inculpa de pecado" (Rom. 5:13). Y si nadie fuera pecador, entonces no se necesitaría un Salvador. Así, el antinominanismo rebaja a Cristo de su posición de Salvador de los hombres (1 Tim. 1:15). Por el contrario, el hecho de que haya pecadores, y de que haya Salvador, es la mejor evidencia de que la ley divina sigue vigente. En la doctrina de Pablo el perdón obtenido por la gracia divina no autoriza al hombre a pecar.
¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Romanos 6:1-6
Así, el hombre arrepentido y nacido de nuevo es perdonado porque Cristo pagó su pecado, pero esto no lo autoriza a seguir practicando el pecado, como si la gracia de Dios fuera susceptible de abuso (1 Juan 3:8, 9). En otras palabras, para Pablo el hombre perdonado ha de vivir de acuerdo con la voluntad divina, y no en contra de ella.
No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia. ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera. Romanos 6:12-15
De manera que no hay excusa para quien, habiendo sido objeto de la gracia divina, pretenda no tener que obedecer la ley de Dios pues, al desobedecer, pierde esa posición de gracia.
Vayamos ahora a Gálatas 3:23, 24. Dice que la ley fue nuestro guía para llevarnos a Cristo, pero que una vez que ha venido Cristo, ya no estamos bajo el guía. ¿A cuál ley se refiere? Indudablemente a la que viene mencionando: la ley que fue "añadida" (vers. 19). Es decir, a la ley ceremonial.

¿De qué manera la ley ceremonial nos llevó a Cristo? Al presentar un sistema ritual de sacrificios, la ley ceremonial esbozó durante siglos una lección sobre la futura obra expiatoria del Mesías. En este sentido, todo pecado cometido ameritaba un sacrificio vicario, que simbolizaba a Cristo (Heb. 9:13,14). Pero, una vez venido Cristo, cesan los ritos y las ceremonias que lo prefiguraban. Así que, si un cristiano persistía en practicar tales ritos, estaba negando a Cristo. Esto es lo que denuncia Pablo a los gálatas: "Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a cumplir toda la Ley. De Cristo os desligasteis, los que por la Ley os justificáis; de la gracia habéis caído" (Gál. 5:3, 4).

En otras palabras, quien estuviera observando la ley ceremonial para obtener por sus propios medios el perdón de sus pecados, estaba negando al Salvador. Y sin Salvador, no hay salvación. Nótese que es la ley ceremonial, la de los ritos y sacrificios, lo que Pablo cuestiona. Pablo no se refiere allí a los Diez Mandamientos. Es la ley ceremonial la que, prescribiendo la circuncisión, las fiestas anuales, las comidas y bebidas especiales, nos llevó a Cristo como Salvador. A él apuntaban todos los ritos, todos los sacrificios y todo el sistema sacerdotal israelita. Si nuestro guía nos había llevado hasta nuestro Maestro, ¿cómo íbamos a pretender ignorar al Maestro para quedarnos con el guía? Muy al contrario, Pablo ratifica a los gálatas la vigencia de la ley moral, cuando les dice: "porque toda la Ley en esta sola palabra se cumple: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo». Pero si os mordéis y os coméis unos a otros, mirad que también no os destruyáis unos a otros"(Gál. 5:14, 15). Así Pablo, al citar la ley que se resume en el amor, es decir, los Diez Mandamientos (Rom. 13:9), los está validando para los cristianos, y por eso los exhorta a cumplirla.

#Hay una advertencia en el Nuevo Testamento contra el pecado mencionado en cada uno de los diez mandamientos, menos el cuarto. En cambio, no se hace mención en todo el Nuevo Testamento del deber de guardar el sábado. Fíjense, por favor, en las citas de las Sagradas Escrituras que presentamos a continuación, citando en cada caso el capítulo de Éxodo con su pasaje correspondiente en el Nuevo Testamento: 20:3 No tener dioses ajenos; Hechos 14:15. 20:4,5 No hacerse imágenes; 1 Juan 5:21. 20:7 No tomar el nombre de Dios en vano; Santiago 5:12. 20:8 Guardar el sábado; ¡No hay! 20:12 Honrar a los padres; Efesios 6:1,2. 20:13 No matar; Romanos 13:9. 20:14 No adulterar; Romanos 13:9, 1 Corintios 6:9. 20:15 No hurtar; Romanos 13:9, Efesios 4:28. 20:16 No mentir; Colosenses 3:9. 20:17 No codiciar; Efesios 5:3. Ahora, si es pecado no guardar el sábado de los judíos, ¿cómo es posible que no se advierta de ello en todo el Nuevo Testamento, especialmente cuando figuran en el Nuevo Testamento los otros mandamientos de la lista de diez?

No sé enreden con sus propias contradicciones, porque habiendo insistido antes en que la ley estaba abolida y clavada en la cruz, ahora salen con que en realidad la ley sigue vigente, exceptuando el sábado, porque no se le menciona como a los otros. Tal vez si se estudiara la doctrina bíblica con el verdadero deseo de aprenderla tal y como aparece escrita se habrían evitado más de una de las incongruencias en que aquí han caído. Por ahora, sus muchas y muy variadas excusas para no guardar el sábado sólo revelan el interés de su parte por no someter su voluntad a la voluntad de Dios. Su claro objetivo, pues, es no obedecer el mandamiento del sábado, a como dé lugar y cueste lo que cueste, aunque para ello tengan que torcer las Escrituras y reinventar la historia, sin importar que ellos mismos se vean enredados en sus propias trampas.
Tras habernos insistido varias veces que los Diez Mandamientos estaban abolidos, cosa que la Biblia no dice, ahora dicen que en realidad sí están vigentes con excepción del cuarto. Obsérvese cómo lo aseguran en la pregunta: El apóstol Pablo describe la ley como un ministerio de muerte en letras grabadas en piedra. (2 Corintios 3:1-18 Éxodo 20:1-17;31:18; 32:15,16;34:1-28). Nos dice que había de perecer.(2 Corintios 3:7-11). ¿Puede el adventismo decirnos quién la hizo volver?
Creo que les toca a uds responder esa pregunta, porque si la ley fue clavada en la cruz, ¿cómo es que en el Nuevo Testamento se nos advierte obedecerla? ¿Quién hizo volver la ley que ellos habían asegurado que pereció? Porque si pereció, ¿cómo es que ahora hay que cumplirla? Peor aún, ¿cómo es que de estos Diez Mandamientos, nueve resucitaron y uno quedó muerto? Al contrario, el hecho de que se haya descubierto que estos mandamientos siguen vigentes, quiere decir que no fueron abolidos, y que todo fue una argucia de nuestros refractarios para invalidar el sábado.
¿Pretenden que Dios clavó los Diez Mandamientos en la cruz, sólo para después desclavar nueve de ellos, y dejar clavado sólo el sábado? ¿Acaso hay una parte en los Diez Mandamientos que era pasajera y otra que es permanente? Pero si una parte es permanente, ¿cómo es que fue clavada en la cruz? Cuando vemos que los Diez Mandamientos son citados en el NT, sólo puede concluirse que están vigentes, y en consecuencia, Dios no pudo clavarlos en la cruz. Además, si Dios clavó los Diez Mandamientos en la cruz, ¿cómo es que nueve siguen vigentes?
Cuando los discípulos fueron acusados de violar el sábado, ¿no hubiera sido momento ideal para que Jesús enseñara que el sábado habría de perecer, tal como lo dijo acerca del templo, y acerca de Jerusalén, o que al menos lo sugiriera? (Mat. 24:1,2; Luc. 19:44). Pero, al contrario, él ratificó que nada se eliminaría de los mandamientos (Mat. 5:17-19).
Santiago cita los Diez Mandamientos y señala que, si uno los guarda todos pero ofende en un solo punto, se hace culpable de todos (Sant.2:10-12). Aunque Santiago no cita todos los Diez Mandamientos, está claro que, al citar dos de ellos no hace sino validarlos todos.
Por eso ellos no pueden, a pesar de que citan nueve de los diez mandamientos, probar que el cuarto haya sido abolido.

#El sábado es parte de la ley; por lo tanto, ponerse bajo el sábado es ponerse bajo la ley. Pero Gálatas 3:10 dice que todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición. ¿Cómo puede uno desearse tanto la maldición de Dios?

Gálatas como el resto de la Biblia muestran que no es la ley el problema, sino el pecado, es decir, la transgresión de esa ley. Gálatas 3:13 dice que "Cristo nos redimió de la maldición de la ley", es decir, nos rescató de la pena que nos correspondía como pecadores. ¿Cuál es el papel de la ley en el plan de salvación? La ley sirve para mostrar al pecador su condición pecaminosa (Rom. 3:20; 7:7). Santiago compara la ley como un espejo donde el hombre puede ver su inmundicia espiritual (Sant. 1:23-25).
Pablo explica que, como el hombre es pecador, la ley lo acusó de pecado y lo condenó a muerte: "porque el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, me engañó, y por él me mató" (Rom. 7:8-11). Es el pecado el que mata, no la ley. Pero la ley sirve para señalar el pecado. Esto puso al hombre en un callejón sin salida, pues siendo pecador, debía morir para siempre. Pero Dios, en su infinito amor por el ser humano, proveyó la salida para otorgarle al hombre vida eterna, "porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro" (Rom. 6:23).
Muchos dicen que Dios eliminó su ley y todo resuelto. Pero si así fuera, ¿cómo es que hoy sigue habiendo pecados, es decir, "transgresiones de la ley"? Dicen que desear obedecer los mandamientos es estar bajo maldición, pero, al contrario, la Biblia dice que "son malditos cuantos se desvían de tus mandamientos" (Sal 119:21).

#Dice Gálatas 5:4 que "vacíos son de Cristo" los que vuelven a ponerse bajo la ley después de ser salvos por gracia, y que ellos "han caído de la gracia."

Si fuera verdad que la gracia nos exime de guardar el sábado, o sea de la obediencia al cuarto mandamiento, la misma gracia nos permitiría desobedecer cualquiera de los otros nueve mandamientos. Sin embargo, observamos que todas las congregaciones cristianas enseñan que aquellos deben ser obedecidos, y reconocen el hecho de la obediencia como prueba de la salvación lograda por gracia.
La gracia no sólo nos otorga el perdón de nuestros pecados (Rom.8:1), sino que nos da el poder para vencerlo cada día (Rom.6:4) De manera que ESTAR BAJO LA GRACIA NO ES VIVIR CON AUTORIZACION PARA DESOBEDECER LA LEY DE DIOS, sino recibir el poder divino que nos habilita para obedecerla.
El que vive bajo la gracia es el que ha aceptado el perdón de sus pecados por la fe en el sacrificio de Jesús, y ha recibido ese perdón sin pagar algo o realizar alguna obra especial. El perdón es gratuito, o sea, de gracia. Viene al caso la pregunta del apóstol Pablo que él mismo contesta: "¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?" (Rom.6:1,12). Vale decir que el perdón recibido por gracia no nos es dado para que sigamos pecando. Ya no vivimos para pecar, estamos muertos al pecado.
¿Qué acciones constituyen pecado? "Todo aquel que comete pecado, infringe la ley, pues el pecado es infracción de la ley" (1 Juan 3:4). Y para que sepamos a qué ley se refiere, citamos Romanos 7:7: "Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás".
"No codiciarás" es el décimo mandamiento de la Ley de Dios. De manera que si estamos muertos al pecado, significa que por la gracia de Dios ya no vivimos pecando voluntariamente. Así como el apóstol Pablo supo que la codicia es pecado, y la abandonó, podemos saber que la idolatría es pecado, porque lo dice el sexto mandamiento; o que el no santificar el sábado es pecado, porque lo indica el cuarto mandamiento. Lo mismo podríamos decir de cada uno de los Diez Mandamientos.
Vivir bajo la gracia no solamente es recibir el perdón gratuito de nuestros pecados o desobediencias a la ley de Dios, sino que también es recibir el poder de su gracia para vivir una nueva vida. "Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad" (2 Cor.12:9).
La fe adventista del séptimo día jamás ha enseñado que la justificación se obtiene por obras, ni que la salvación depende de la ley.
Pero sí enseña, de acuerdo con lo que demuestra la Escritura, que la gracia no nos autoriza a desobedecer la ley y que, al contrario, quienes renieguen su responsabilidad ante la ley son "convictos por la Ley como transgresores" (Sant. 2:9). Que esta advertencia a la humanidad es responsabilidad del pueblo de Dios, se desprende por las palabras de Pablo, quien enseña que los que se oponen a la ley se oponen a la "sana doctrina", y que la ley es parte del "glorioso evangelio del Dios bienaventurado, que a mí me ha sido encomendado" (1 Tim 1:8-11)

#Se nos enseña en Romanos 7:4 que el creyente en Cristo está muerto a la ley, pero la teoría adventista representa a sus creyentes como del todo vivos a la ley. He ahí una grave contradicción con la Palabra de Dios.*

¿Qué significa estar muerto a la ley? Pablo lo expone de manera clara. Indudablemente, todos los hombres pecaron, pues violaron la ley de Dios. Si la ley de Dios no estuviera vigente, no habría hoy pecadores, no habiendo ninguna ley que transgredir. Pero Dios hizo provisión por el pecado, por medio de la sangre de su Hijo. Puesto que yo, pecador, acepto a Jesús como Salvador, la pena de muerte que la ley imponía sobre mí es quitada, habiéndola llevado Cristo en la cruz. Al morir él en mi lugar, la paga del pecado queda saldada, y yo recibo la vida eterna gratuitamente. Por eso es que Pablo dice a sus hermanos "hermanos míos, habéis muerto a la Ley mediante el cuerpo de Cristo" (Rom. 7:4), no queriendo decir que ya no tenían que obedecer, sino que estaban libres de toda deuda.
Obsérvense las palabras clarificadoras que ha dicho Pablo unos renglones antes: "¿Qué, pues? ¿Pecaremos porque no estamos bajo la Ley, sino bajo la gracia? ¡De ninguna manera! ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerlo, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte o sea de la obediencia para justicia? Pero gracias a Dios que, aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina que os transmitieron; y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia" (Rom.6:15-18).
Nótese que Pablo no está autorizando a los cristianos a desobedecer la ley. Antes bien, los exhorta a ser hijos de obediencia, porque a los desobedientes les aguarda un fin de muerte (vers. 21). En cambio, los que han sido libertados del pecado, proceden a la santificación. Apropiadamente, los santos son descritos en la Biblia como "los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo" (Apoc. 12:17).

#Los diez mandamientos "en letras grabadas en piedra", son un ministerio de muerte, según lo expresa 2 Corintios 3:7. Este ministerio de muerte había de perecer, 3:11. Pero, ¿no es cierto que los señores del adventismo, al citar los mandamientos, casi siempre dejan afuera estas palabras de introducción? Este texto demuestra que los mandamientos fueron dados solamente a Israel (por mucho que nos manifiestan a nosotros la santidad de Dios), y dejan entrever que la teoría adventista está errada.

Lee la respuesta de la pregunta de más arriba

# Han notado que los diez mandamientos comienzan con Yo soy Jehová tu Dios que te saqué de tierra de Egipto, de casa de servidumbre? De nuevo estamos frente a una manifestación de que se trata de ordenanzas dadas específicamente a Israel.

Siguen enredandose en sus propias contradiciones.

# Los diez mandamientos se repiten en Deuteronomio capítulo 5, y allí se encuentran las siguientes palabras: Acuérdate que fuisteis siervo en Egipto, y que Jehová tu Dios te sacó de allá …; por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo, 5:15. De nuevo vemos claramente que la ordenanza del sábado fue dada a un pueblo que había salido de Egipto. Esto no cuadra con la teoría adventista.

A menudo se considera al séptimo día como el día de reposo judío por antonomasia. Esto es debido a que el pueblo judío ha sido uno de los pocos que respetó la santidad de ese día, pero nunca ha sido el propósito de Dios que sólo los judíos lo observaran. Dios dio el sábado a toda la humanidad. A continuación analizaremos los argumentos más importantes a este respecto:
El sábado es una institución conmemorativa de la Creación (Exo.20:8-11). Observarlo implica reconocer a Dios como el Creador de todo. Difícilmente esto puede ser privilegio exclusivo de los judíos. El hecho de que el sábado haya sido instituido en la creación (Gén.2:1-3) demuestra fehacientemente que fue dado a la humanidad entera, puesto que fue dado a Adán y Eva, quienes NO ERAN JUDIOS.
Exodo 16 demuestra que el sábado se observaba antes de la dictación de la Ley en el monte Sinaí. Al leer el capítulo verás cómo algunos judíos recogieron maná del desierto un sábado, transgrediendo el mandamiento del Señor. Esto demuestra cómo el sábado fue transmitido de generación en generación desde los días de nuestros primeros padres. Al parecer, esto ocurrió con todos los mandamientos. Si leemos Gén.26:5, ahí se dice que Abraham ya conocía y observaba los mandamientos de Dios. Fue con posterioridad a esta escena cuando Moisés recibió las tablas de la Ley.
Dentro del Decálogo. el mismo cuarto mandamiento nos dice que el sábado se extiende no sólo a los judíos, sino también "al extranjero" (Exo.20:10), con el objetivo de que todos puedan gozar de las bendiciones del sábado. ¿Ves cómo era el propósito de Dios que TODOS pudiesen disfrutar de las bendiciones del sábado?
Dios lo llama "SU DIA SANTO" (Isa.58:13, ver tb. Mr.2:28). En consecuencia, el Sábado es el día de Dios, de modo que tanto judíos como gentiles tienen acceso a él (Isa.56:6,7). Esto implica, por otra parte, que no puede el hombre disponer a su arbitrio el día especial de consagración a Dios. Cristo mismo declaró que el sábado fue hecho "por causa del hombre", es decir, para el hombre, en beneficio de él (Mr.2:27). Si ello es así, Dios nos invita a todos a participar de él.
Existen, además, datos históricos que demuestran que el postulado de "el sábado pertenece a los judíos" comenzó en la iglesia primitiva por parte de algunos profesos "cristianos" que para evitar la persecución de la que los judíos eran objeto, repudiaron lo que consideraban las características más comunes de los judíos, entre las que estaba observar el sábado.
El sábado, así como el resto de los mandamientos, fueron dados a la humanidad entera. Eclesiastés 12:13 nos dice que los mandamientos de Dios "son el todo del hombre". No dice que son el "todo del judío", sino "del hombre". "Estas leyes son mucho más que un conjunto pasajero de reglas para un determinado grupo de personas. Han sido ampliamente reconocidas como universales y permanentes"
Y Efectivamente, en estos dos ítems se hace
referencia al antiguo pacto establecido con el Israel natural. Sin embargo, el nuevo pacto, hecho con todo aquel que cree, incluye que, en lugar de tablas de piedra, la ley estará escrita en el corazón (Jer. 31:31-33). Ya no en tablas de piedra, sino en la carne del corazón. Pablo reitera la vigencia de la ley en el nuevo pacto, cuando explica a Jeremías: "con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.
El Espíritu Santo nos atestigua lo mismo, porque después de haber dicho: «Este es el pacto que haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, y en sus mentes las escribiré», añade: «Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones», pues donde hay remisión de estos, no hay más ofrenda por el pecado" (Heb. 10:14-17).
Como puede verse, esta promesa se aplica a la congregación cristiana, no a los judíos. ¿Dice en alguna parte que en el nuevo pacto la ley sería quitada? No, antes bien, aún cuando las tablas de piedra ya no están con nosotros, la ley de Dios está escrita en nuestros corazones, y el cristiano recibe poder de lo alto para poner por obra los mandamientos de Dios (Sal. 51:10).
Se menciona la esclavitud en Egipto como prueba de que la ley fue sólo para los judíos, como si la esclavitud al pecado no fuera igualmente objeto de liberación divina. Pablo enseña a los gentiles: "¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerlo, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte o sea de la obediencia para justicia? Pero gracias a Dios que, aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina que os transmitieron; y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia" (Rom. 6:16-18). Pablo, además, nos advierte que "si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te ha cambiado su ley. Si el cristiano de hoy pretende serle infiel a su palabra como lo fue el Israel natural, sencillamente Dios lo desechará como desechó a Israel.

# Los adscritos al adventismo enseñan que hay dos leyes: (i) los diez mandamientos, que ellos llaman la ley de Dios, y (ii) la ley ceremonial, que ellos llaman la ley de Moisés. ¿Pueden darnos, por favor, un solo capítulo y un versículo (en el Antiguo Testamento o en el Nuevo) donde se hace tal distinción?

Gálatas 3:19: "Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa, y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador". Como puede apreciarse, este pasaje aclara que existen dos leyes diferentes: una que fue transgredida (la ley de Dios), y otra que fue añadida a causa de esas transgresiones (la ley ceremonial). No puede entenderse que sea la misma ley la que se añadió y la que se transgredió, pues entonces la declaración de Pablo perdería todo sentido.
1) Deuteronomio 31:9,24-26 (La ley ritual fue escrita por Moisés en un libro y dada a los sacerdotes, quienes la pusieron al lado del arca.) Éxodo 31:18 y Deuteronomio 10:5 (La ley moral fue escrita por Dios en dos tablas de piedra y dada a Moisés, quien la puso dentro del arca).

2) Hebreos 10:1 (La ley ritual trata asuntos ceremoniales) Salmo 19:7,8 (La ley eterna de Dios trata asuntos morales)

3) Levítico 5:15 (La ley ritual prescribe ofrendas por el pecado) Romanos 7:7 (La ley moral revela qué es pecado)

4) Colosenses 2:16 (Por la ley ritual no seremos juzgados) Santiago 2:12 (Por la ley moral seremos juzgados)

5) Gálatas 5:1 (Quienes guardan la ley ritual pierden su libertad) Santiago 1:25 (La ley moral es para el cristiano una ley de libertad)

6) Gálatas 3:19 (La ley ritual pierde su significado en Cristo) Romanos 3:31 (La fe en Cristo establece la ley, no la deroga)

7) Efesios 2:15 (La ley ritual culminó sus funciones en la cruz del Calvario cuando Jesús murió) Mateo 5:18 (La ley moral durará mientras existan cielo y tierra)

La distinción entre la ley moral y la ley ceremonial no es ningún invento de "los adscritos al adventismo", sino de los "adscritos al protestantismo", pues fue la teología protestante la que concluyó, desde sus inicios y antes de que existiera un solo adventista, que la doctrina bíblica presenta una clara diferencia entre una ley eterna y otra ley transitoria.
Martín Lutero, padre de la reforma protestante, asegura una clara diferencia entre las "disposiciones referentes a ceremonias o «ley ceremonial»", y "la ley que rige el comportamiento moral o «ley moral»", es decir, "el santísimo Decálogo, los Diez Mandamientos eternos de Dios".

#Vamos ahora a Nehemías 8:1-3, 8:14 y 9:3. Al hablar del único libro que se leía, aquellos pasajes lo llaman (i) la ley de Moisés, (ii) la ley de Dios, (iii) el libro de la ley, y (iv) la ley de Jehová su Dios. Se intercambian las palabras indiferentemente por tratarse de un solo libro, una sola ley.

Efectivamente, en la Biblia la palabra "ley" es relativa y puede asumir diferentes significados. Por ejemplo, cuando Jehová entregó las dos tablas con los Diez Mandamientos, las describe como "la ley y los mandamientos que he escrito para enseñarles" (Éx. 24:12). Obsérvese que lo único que Jehová escribió con su dedo fueron precisamente los Diez Mandamientos (Éx. 31:18; Deut. 5:22). Sin embargo, también se llama "ley" a las prescripciones ceremoniales,civiles, mercantiles y de salud incluidos en elPentateuco.
Para diferenciar los Diez Mandamientos de las otras leyes, Moisés recurría a los términos"tablas del pacto" (Deut. 9:10; 10:4) y al rollo manuscrito lo llamaba "libro de la ley" (Deut. 31:24-26). Ahora, puesto que los Diez Mandamientos estaban dentro del arca del pacto (Deut. 10:4, 5), lo único que podían hacer los israelitas era leer el libro de Moisés, donde también estaban incluidos los Diez Mandamientos. Eso fue precisamente lo que hizo Esdras en Nehemías 8. El arca del pacto que contenía las tablas de la Ley se perdió durante la cautividad babilónica, pero en el "libro de la ley" podía leerse la voluntad divina.
Obsérvese que lo que leyó el escriba Esdras fue precisamente "el libro de la ley de Moisés", es decir, los rollos manuscritos de Moisés. No obstante, ¿qué fue lo que Moisés escribió ¿Fueron palabras suyas? ¿O fueron revelación divina? En Deu. 1:1 se lee: "Estas son las palabras que habló Moisés a todo Israel". Como eran palabras que Israel oyó de Moisés, apropiadamente puede llamársele "la ley de Moisés". Sin embargo, Deu. 1:3 aclara que "Moisés habló a los hijos de Israel conforme a todas las cosas que Jehová le había mandado acerca de ellos", por lo que también a los rollos podía llamárseles "la ley de Jehová".
En modo parecido, Jeremías inicia su libro diciendo que son "Las palabras de Jeremías" (Jer. 1:1), pero en el versículo 2 Jeremías aclara que no eran palabras suyas, sino "palabra de Jehová". Cuando citamos hoy a Jeremías, solemos decir igualmente "Jeremías dice" o "Jehová dice". Y así con cualquier libro de las Escrituras. Del mismo modo, que en Nehemías se refiera a "la ley de Moisés" o a "la ley de Dios", es sólo un recurso estilístico para referir el Pentateuco.
Con fines puramente pedagógicos, debido al amplio campo semántico de la palabra "ley", hoy en día recurrimos a los conceptos de "Ley de Moisés" para referir a la ley transitoria introducida después del pecado, y "Ley de Dios" para referir a los Diez Mandamientos. Pero, ¿se hace esto de manera arbitraria y en contra de las Escrituras? No. Obsérvese esta diferencia: en tanto en la Biblia las leyes ceremoniales son igualmente llamadas "ley de Moisés" o "ley de Dios", los Diez Ma
Diez Mandamientos nunca son llamados "ley de Moisés", y esto marca un hito fundamental que nunca debe olvidarse, y es lo que marca la pauta para diferenciar lo que hoy llamamos "la ley de Moisés" y "la ley de Dios".