Cuando se calculan los años que han pasado desde una fecha “a. E.C.” a una de la “E.C.”, se debe tener presente que desde el 1 de octubre del año 1 a. E.C. al 1 de octubre del año 1 E.C. hay solo un año, y no dos, como puede verse en el siguiente diagrama:
a. E.C.
E.C.
2
1
1
2
1 de oct.
1 de oct.
Esto se debe a que los años de las fechas tienen un valor ordinal.
Por consiguiente, desde el 1 de octubre del año 2 a. E.C. (la fecha aproximada del nacimiento de Jesús) hasta el 1 de octubre de 29 E.C. (la fecha aproximada del bautismo de Jesús) hay un total de treinta años, es decir: un año y tres meses, tiempo que corresponde al período anterior a la era común, más veintiocho años y nueve meses, espacio de tiempo que pertenece al período de la era común. (Lu 3:21-23.)
Los historiadores modernos son incapaces de determinar una fecha fija para el comienzo del “período histórico” de la humanidad.
Sea que investiguen en la historia de Asiria, Babilonia o Egipto, a medida que se adentran en el II milenio a. E.C., la cronología se hace cada vez más incierta e inestable, y ya en el III milenio se encuentran con un panorama confuso y oscuro.
Por otro lado, la Biblia suministra una historia coherente que permite contar metódicamente el tiempo hacia atrás hasta llegar al comienzo de la historia humana.
Este cómputo puede realizarse gracias a las referencias bíblicas a determinados períodos de tiempo extensos, como los cuatrocientos setenta y nueve años completos que transcurren desde el éxodo hasta el comienzo de la construcción del templo durante el reinado de Salomón. (1Re 6:1.)
Para ello debemos emplear un punto fijo o fecha absoluta como punto de partida, es decir, una fecha en la historia que sea aceptada por su firme respaldo y que corresponda con un acontecimiento específico registrado en la Biblia.
Partiendo de esta fecha absoluta podemos calcular hacia atrás o hacia adelante y fechar según el calendario actual los muchos acontecimientos referidos en la Biblia.
Una de estas fechas de convergencia entre la Biblia y la historia seglar es el año 29 E.C., cuyos primeros meses coincidieron con el decimoquinto año de Tiberio César, nombrado emperador por el senado romano el 15 de septiembre de 14 E.C. (calendario gregoriano).
En el año 29, Juan el Bautista comenzó su predicación y posiblemente seis meses más tarde bautizó a Jesús. (Lu 3:1-3, 21, 23; 1:36.)
Otra fecha que puede considerarse como absoluta es el año 539 a. E.C., apoyado por varias fuentes históricas como el año de la caída de Babilonia ante Ciro el persa.
(Entre estas fuentes históricas sobre el reinado de Ciro están Diodoro, Africano, Eusebio y Tolomeo, así como también las tablillas babilonias.)
El decreto para la liberación de los judíos se dio durante el primer año del reinado de Ciro.
Y, es muy probable que este decreto se expidiera en el invierno de 538 o hacia la primavera de 537 a. E.C., lo que permitiría que los judíos hicieran los preparativos necesarios, efectuaran el viaje de cuatro meses de regreso a Jerusalén y tuvieran tiempo de llegar para el séptimo mes (Tisri, aproximadamente el 1 de octubre) de 537 a. E.C. (Esd 1:1-11; 2:64-70; 3:1.)
Usando estas fechas absolutas podemos relacionar una gran cantidad de acontecimientos bíblicos con fechas específicas del calendario.
A continuación se ofrece el esquema de fechas principales que sirve de base para dicha cronología:
Período entre sucesos
Desde la creación de Adán
4026 a. E.C.
Hasta el comienzo del Diluvio
2370 a. E.C.
1.656 años
Hasta la validación del pacto abrahámico
1943 a. E.C.
427 años
Hasta el éxodo de Egipto
1513 a. E.C.
430 años
Hasta el comienzo de la construcción del templo
1034 a. E.C.
479 años
Hasta la división del reino
997 a. E.C.
37 años
Hasta la desolación de Judá
607 a. E.C.
390 años
Hasta el regreso de los judíos del cautiverio
537 a. E.C.
70 años
Hasta la reconstrucción de los muros de Jerusalén
455 a. E.C.
82 años
Hasta el bautismo de Jesús
29 E.C.
483 años
Hasta la actualidad
1990 E.C.
1.961 años
Total de años transcurridos desde la creación de Adán hasta 1990 E.C.
6.015 años
¿Cómo se ha elaborado esta cronología partiendo de los datos bíblicos y, en algunos casos, de la historia extrabíblica?
A continuación explicamos cómo se ha calculado cada uno de los períodos de tiempo indicados.
Desde la creación de Adán hasta el Diluvio. Los 1.656 años de este período se basan en el registro de Génesis 5:1-29 y 7:6. Pueden desglosarse como se ve en el siguiente recuadro.
Desde la creación de Adán hasta el nacimiento de Set
130 años
Luego, hasta el nacimiento de Enós
105 años
Hasta el nacimiento de Quenán
90 años
Hasta el nacimiento de Mahalalel
70 años
Hasta el nacimiento de Jared
65 años
Hasta el nacimiento de Enoc
162 años
Hasta el nacimiento de Matusalén
65 años
Hasta el nacimiento de Lamec
187 años
Hasta el nacimiento de Noé
182 años
Hasta el Diluvio
600 años
Total
1.656 años
Las cantidades que se han indicado para el período antediluviano se encuentran en el texto masorético, texto en el que se basan las traducciones modernas de las Escrituras Hebreas.
Estas cantidades difieren de las que se hallan en la Septuaginta griega, pero el texto masorético ha demostrado ser más confiable.
La obra Commentary on the Holy Scriptures (de Lange, 1976, “Genesis”, pág. 272, nota) dice:
“No hay duda de que las pruebas internas favorecen al texto hebreo por su consecuencia proporcional.
Se ve que las cifras de la LXX siguen un plan al que han sido conformadas.
Esto no se aprecia en el texto hebreo, lo que hace que se le pueda considerar un auténtico registro genealógico [...].
Sobre la base fisiológica, también ha de preferirse el hebreo; como la duración de la vida no requiere de ningún modo una madurez tan tardía como esas cifras [de la Septuaginta] parecerían indicar [...], los cien años que la Septuaginta añade en cada caso demuestran un intento deliberado de conformarlas a unas proporciones más normales, basadas en alguna supuesta noción fisiológica [...].
A todo esto debe añadirse que el hebreo tiene mejores credenciales para ser considerado el texto original debido al escrupuloso y, a veces, supersticioso, cuidado con el que se ha conservado textualmente”.
Aunque los historiadores modernos suelen extender la existencia humana sobre la tierra mucho más allá de 4026 a. E.C., los hechos no concuerdan en absoluto con tal postura.
Los miles de años de “prehistoria” cuya existencia defienden se basan en la especulación, como puede verse por la siguiente declaración que hizo el eminente científico Dr. P. E. Klopsteg, quien dijo:
“Acompáñeme, si lo desea, a una excursión especulativa por la prehistoria.
Supóngase la era en la que la especie ‘sapiens’ surgió del género ‘homo’ [...], salte varios milenios desde el tiempo en que la información de que disponemos depende en su mayor parte de la conjetura y la interpretación hasta la era de las primeras inscripciones, de las que se pueden extraer algunos datos” (Science, 30 de diciembre de 1960, pág. 1914.)
El período postdiluviano comienza en el año 2369 a. E.C. Aunque algunos piensan que ciertos escritos pictográficos pertenecen al período que va de 3300 a 2800 a. E.C. (New Discoveries in Babylonia About Genesis, P. J. Wiseman, 1949, pág. 36), en realidad estos documentos no están fechados; la edad que se les atribuye se basa tan solo en conjeturas arqueológicas.
Aunque en ocasiones se ha recurrido a la técnica de fechar con radiocarbono (C14), este método tiene claras limitaciones.
La revista Science del 11 de diciembre de 1959 dijo al respecto: “El caso que parece que llegará a convertirse en un ejemplo clásico de ‘irresponsabilidad del C14’ es el de la aldea prehistórica de Jarmo, en el nordeste de Irak.
Se han atribuido once diferentes fechas a esta aldea con una diferencia máxima entre ellas de seis mil años, mientras que, sobre la base de todos los indicios arqueológicos, no fue ocupada por más de quinientos años consecutivos”.
En realidad, no existe prueba sólida que favorezca una fecha anterior a 2369 a. E.C. para el comienzo de la sociedad humana postdiluviana.