Hay momentos en que el alma se queda quieta, sin rumbo ni respuesta.
Te detienes y piensas: “¿Qué hago ahora? ¿Dónde está Dios en medio de este silencio?”
Y sin embargo… incluso ahí, Él sigue obrando.
“Estad quietos, y conoced que yo soy Dios.” — Salmo 46:10
A veces, el cielo no responde con truenos ni señales, sino con una invitación al reposo.
Porque el Señor no siempre te pedirá moverte… a veces te pide esperar.
No es falta de fe detenerte; a veces, la fe se demuestra al quedarte quieto sabiendo que el Padre aún tiene el control.
“Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos.” — Éxodo 14:14
Hace años, una mujer llamada Marta enfrentó un tiempo de duda paralizante. Su esposo perdió el trabajo y su familia atravesó problemas económicos graves. Oraba cada noche: “Señor, ¿qué hago? ¿Por qué no actúas?”. Pero las respuestas no llegaban.
Un día, leyendo la Biblia, se topó con Salmo 46:10. Decidió dejar de luchar y simplemente confiar. Al poco tiempo, su esposo recibió una oferta inesperada de trabajo; no solo eso, sino que la paz volvió a su hogar.
Marta entendió que, en el silencio, Dios estaba acomodando las piezas sin que ella lo viera. El milagro ocurría en la espera silenciosa.
UNA PAUSA CON DIOS
Detente.
“Mi presencia irá contigo, y te daré descanso.” — Éxodo 33:14
Respira tres veces profundamente.
Di en voz baja: “Señor, no sé qué hacer… pero mis ojos están puestos en Ti.”
“No temas, porque Yo estoy contigo; no desmayes, porque Yo soy tu Dios.” — Isaías 41:10
Quédate ahí un momento, sin buscar respuestas, solo Su presencia.
No tienes que resolverlo todo. A veces, la mayor oración es el silencio que confía.
“Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia.” — Proverbios 3:5
RECUERDA ESTO:
No necesitas ver el camino entero.
“Tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él.” — Isaías 30:21
Solo el próximo paso… o incluso el derecho a quedarte quieto hasta que tu alma esté lista, y Dios te diga: “Ahora sí, camina.”

Y tú… ¿qué parte de tu vida necesita hoy detenerse y escuchar? Escríbelo aquí abajo. Quizás tu silencio sea el espacio donde Dios quiere hablarte. 
REFLEXIONA:
Te detienes y piensas: “¿Qué hago ahora? ¿Dónde está Dios en medio de este silencio?”
Y sin embargo… incluso ahí, Él sigue obrando.
A veces, el cielo no responde con truenos ni señales, sino con una invitación al reposo.
Porque el Señor no siempre te pedirá moverte… a veces te pide esperar.
No es falta de fe detenerte; a veces, la fe se demuestra al quedarte quieto sabiendo que el Padre aún tiene el control.
ANECDOTA:
Hace años, una mujer llamada Marta enfrentó un tiempo de duda paralizante. Su esposo perdió el trabajo y su familia atravesó problemas económicos graves. Oraba cada noche: “Señor, ¿qué hago? ¿Por qué no actúas?”. Pero las respuestas no llegaban.Un día, leyendo la Biblia, se topó con Salmo 46:10. Decidió dejar de luchar y simplemente confiar. Al poco tiempo, su esposo recibió una oferta inesperada de trabajo; no solo eso, sino que la paz volvió a su hogar.
Marta entendió que, en el silencio, Dios estaba acomodando las piezas sin que ella lo viera. El milagro ocurría en la espera silenciosa.
No necesitas ver el camino entero.
Solo el próximo paso… o incluso el derecho a quedarte quieto hasta que tu alma esté lista, y Dios te diga: “Ahora sí, camina.”
- ¿Qué emoción te invade cuando no sabes qué hacer? ¿Miedo, ansiedad… o tal vez alivio al soltar el control?
“En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza.” — Isaías 30:15
- Si dejaras de luchar por un momento, ¿qué te diría Dios en el silencio?
"Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que Él os exalte cuando fuere tiempo.” — 1 Pedro 5:6
- ¿Podrías confiar en que su tiempo es perfecto, aunque no entiendas el proceso?
“Espera en Jehová; sé valiente, y fortalece tu corazón; sí, espera en Jehová.” — Salmo 27:14