Cada fibra de mi clamaba por El (Jesucristo) sin conocerlo sabia que tanto lo necesitaba, todo mi ser lo llamaba y comenzó mi búsqueda, buscando a quien me amaba mas que nadie en todo el universo, pero ¿donde estaba?, ¿donde podría encontrarlo?
Busque en las raíces de mis padres, la iglesia católica, iba todos los domingos a las reuniones, pero cuando miraba a mi alrededor, veía a todos tan acartonados parecidos a las estatuas que rodeaban el templo, sabia que ellos entendía menos que yo.
Un día cuando estamos cantando una canción, tengo un encuentro maravilloso con mi rey, el también me estaba buscando, cerré mis ojos, entonces lo vi por primera vez, iba delante de mí y girando, me mira y con dulce vos me llama por mi nombre: carolina, y con su mano me llama para que vaya hacia El. La canción decía “…sonriendo has dicho mi nombre; Señor e dejado mi barca junto a ti buscare otro mar”.
Entonces supe que mi vida era para el, era de Jesucristo, por fin había hallado el amor de mi vida.
Comprendí que la iglesia católica no podía ayudarme, entonces comencé a buscar en yoga, buscaba que alguien me guiara, para conocerlo mejor, pero los instructores de yoga estaban aun más lejos.
Hasta que comencé con una depresión muy fuerte, tenia tanta necesidad de paz, en las noches no podía dormir, y me dormía recitando una y otra ves el salmo 4.
Recuerdo que en esos tiempos hice un dibujo que sin saber estaba profetizando lo que pasaría en los siguientes días: era una ventana gigante de donde yo salía con mis manos llenas de sangre, y por la ventana se veía una ruta y una paloma. Con el tiempo entendí que esa era yo que Dios me sacaba de la cautividad para comisionarme guiada por el Espíritu Santo, y me esperaban rutas, viajes, un ministerio guiado por el Espíritu santo.
Sabía que el poder de Dios era tremendo, pero no sabía como conocerlo más, y las personas que tenia cerca sabían menos que yo.
En un tiempo cuando la depresión avanzo, conocí gente preciosa del Señor, y comenzaron a ayudarme, pero todavía ignoraba mucho hasta que un día di con la persona justa que Dios puso en mí camino, Elsa, que no tenía todas las respuestas, pero me llevo a una iglesia cristiana. Y por fin entregue todo mi ser a mi rey, nací de nuevo, me bautice, todo lo que comencé a anhelar era El, obedecerle a El (Jesucristo). Fui libre de la depresión y por fin comencé a experimentar una paz como nunca antes.
Hoy estoy creciendo, conociéndolo un poco más y cada día me sorprende y no deja de sorprenderme y de enamorarme. Pero es tan inmenso que nunca termino de conocerlo, cada día se que lo necesito mas y mas, esta aquí ahora mismo, es tan amoroso, tan bello, estaría escribiendo todo lo que El es, lo dulce, lo gentil, y no alcanzaría ni las palabras, ni los términos, ni toda la vida para describirlo apropiadamente.
Hoy Jesucristo te llama como lo hizo conmigo, un Dios que te conoce y que te busca. Un Dios real, verdadero, no una estatua, no alguien que pocos pueden alcanzar, El esta aquí, ahora, para ti.