Los temas que mas atraen y que generan adiccion, discutir sobre Satanas, sobre un forista o sobre doctrinas y errores dogmaticos, sin nombrar asuntos de politica.
Sin embargo, lo que mas cuesta prestar atencion, son los temas en los cuales debemos esforzarnos por vaciarnos interiormente y reflexionar. Porque ello responde a un esfuerzo personal, a vaciarse interormente, y dejar de lado lo banal y el hambre. El hambre no siempre se define como el habito de alimentarse por la boca de comidas, sino que se almuerzan discusiones, chismes, vanidades personales, intelectualismo, etc., habitos de los cuales ningun mortal escapa. Porque esa es materia placentera, ocio, pasa tiempo, y agitar la quimica cerebral, adrenalina, revanchas, desafios, etc. Es lo mismo de lo que esta conformada la TV y lo que mas vende en las redes sociales y en los medios de comunicacion, inclusive en encuentros de amigos o de reuniones sociales. No esta mal todo eso, alimenta, pero hay que resaltar que es lo que mas atrae. Sin embargo aquello que demanda esfuerzo, que demanda despojarnos de nosotros mismos, son los temas que mas cuestan abordar o darle atencion.
Se puede discutir sobre citas biblicas, contrastar teotrias biblicas con teorias cientificas, desacreditar sectas, creencias y religiones, pero menos atractivo es cuando debemos silenciar nuestro intelecto, o reflexionar sobre nuestra relacion con Dios. Ergo, no resta que todo el resto no lo hagamos, sino que aquello que implica la relacion con Dios, es lo que mas cuesta, de ahi que muchos andemos desviados, y no solo por meras creencias, porque por creencias nadie esta bien ubicado cuando aquello que promulgamos no es mas que letra muerta.
Esto que senialo, no implica una censura al intelecto, porque tampoco es bueno censurarlo, sino que tambien, ademas de ello, lo que senialo es que para ciertos temas de discusion, lo que implica un esfuerzo, nos da aburrimiento o pereza y no lo abordamos, porque implica despojarnos de todo aquello que aviva nuestra quimica cerebral.
Sin embargo, lo que mas cuesta prestar atencion, son los temas en los cuales debemos esforzarnos por vaciarnos interiormente y reflexionar. Porque ello responde a un esfuerzo personal, a vaciarse interormente, y dejar de lado lo banal y el hambre. El hambre no siempre se define como el habito de alimentarse por la boca de comidas, sino que se almuerzan discusiones, chismes, vanidades personales, intelectualismo, etc., habitos de los cuales ningun mortal escapa. Porque esa es materia placentera, ocio, pasa tiempo, y agitar la quimica cerebral, adrenalina, revanchas, desafios, etc. Es lo mismo de lo que esta conformada la TV y lo que mas vende en las redes sociales y en los medios de comunicacion, inclusive en encuentros de amigos o de reuniones sociales. No esta mal todo eso, alimenta, pero hay que resaltar que es lo que mas atrae. Sin embargo aquello que demanda esfuerzo, que demanda despojarnos de nosotros mismos, son los temas que mas cuestan abordar o darle atencion.
Se puede discutir sobre citas biblicas, contrastar teotrias biblicas con teorias cientificas, desacreditar sectas, creencias y religiones, pero menos atractivo es cuando debemos silenciar nuestro intelecto, o reflexionar sobre nuestra relacion con Dios. Ergo, no resta que todo el resto no lo hagamos, sino que aquello que implica la relacion con Dios, es lo que mas cuesta, de ahi que muchos andemos desviados, y no solo por meras creencias, porque por creencias nadie esta bien ubicado cuando aquello que promulgamos no es mas que letra muerta.
Esto que senialo, no implica una censura al intelecto, porque tampoco es bueno censurarlo, sino que tambien, ademas de ello, lo que senialo es que para ciertos temas de discusion, lo que implica un esfuerzo, nos da aburrimiento o pereza y no lo abordamos, porque implica despojarnos de todo aquello que aviva nuestra quimica cerebral.