CRISTO SALIO DE LA MUERTE Y ALIMENTO MATUTINO
Cristo salió de la muerte
Génesis 41:14 “Entonces Faraón envió y llamó a José. Y los sacaron apresuradamente de la cárcel.
Hechos 2:23 Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las obras poderosas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de Él, como vosotros mismos sabéis; (24) al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella”.
José tipifica a Cristo como Aquel que resucitó de la cárcel de la muerte. Cristo no fue arrestado y echado a la cárcel, sino que fue voluntariamente a la cárcel, es decir, fue voluntariamente a la cárcel de la muerte. Aunque Él entró voluntariamente en la muerte, las puertas del Hades, es decir, el poder de la muerte, la autoridad de las tinieblas, se levantaron inmediatamente y procuraron retenerlo allí para siempre. Sin embargo, según lo afirma Hechos 2:24, era imposible que fuese retenido por la muerte. Cristo estuvo en la cárcel de la muerte tres días. Durante esos días, el poder de la muerte hizo todo lo posible por mantenerlo encarcelado. Pero Cristo no pudo ser retenido por la muerte porque Él es la resurrección.
¿Cuál tiene más poder, la muerte o la resurrección? Sin duda alguna, la resurrección es más poderosa que la muerte. Así que la muerte no podía retener a Cristo, quien no era solamente la vida, sino también la resurrección. Por consiguiente, Cristo salió de la muerte. Esta salida fue Su resurrección. Así como José fue liberado de la cárcel, también Cristo fue liberado de la cárcel de la muerte.
Todos los cristianos deberían estar conscientes de tres cosas: la encarnación de Cristo, Su crucifixión y Su resurrección.
Witness Lee
¡Jesús es el Señor!
SEMANA 7 — DÍA 3
Alimento matutino
Ef. 3:14, 16-17 Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre…para que os dé, conforme a las riquezas de Su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por Su Espíritu; para que Cristo haga Su hogar en vuestros corazones por medio de la fe…
[En Efesios 3:14] el apóstol comienza diciendo: “Por esta causa…”.¿A cuál “causa” se refiere?…[Se refiere a que]Dios planeó y predestinó que la iglesia obtuviera la filiación a fin de que Dios sea expresado, que Él dé a conocer Su sabiduría al enemigo, y que Él reúna todas las cosas bajo una sola Cabeza en Cristo … Pablo doblaba sus rodillas por causa del propósito terno de Dios, para que Dios diera a los santos el ser fortalecidos en el hombre interior. El hombre interior, nuestro espíritu humano que fue regenerado y en el cualmora Cristo, necesita ser fortalecido. (La manera en que se edifica la iglesia, págs. 14-15)
Lectura para hoy
Sabemos que Dios creó al hombre de tres partes: espíritu, alma y cuerpo … El alma a su vez se compone de tres partes: mente, parte emotiva y voluntad … De las tres partes del alma … la mente es la parte más dominante. Nuestra mente es muy fuerte, y nuestro espíritu es extremadamente débil … Si dedicáramos un tiempo para hablar sobre algún asunto, todo el mundo hablaría, debido a que nuestra mente es muy fuerte y activa. Pero si alguien dijera: “Oremos”, todo el mundo se quedaría callado … La razón por la que callamos es que somos débiles en nuestro hombre interior, es decir, somos débiles en nuestro espíritu.
Por esta razón, el apóstol Pablo no oró de forma superficial. Por causa del propósito eterno de Dios y por causa de la iglesia, él dobló sus rodillas ante el Padre para que nos diera el ser fortalecidos en el hombre interior. Nuestro espíritu necesita ser fortalecido… Debemos desechar nuestros pensamientos, imaginaciones, juicios y conceptos, y doblar nuestras rodillas ante el Padre y ejercitar nuestro espíritu para orar. ¡Y esto no sólo una vez, sino continuamente!
A fin de ejercitar nuestro espíritu para orar, debemos arrepentirnos… Cuando nos arrepentimos volviendo nuestra mente al Señor de todo lo demás, nuestra conciencia será activada para dar testimonio sobre lo que hemos hecho mal, y nos dirá específicamente qué debemos confesar…Al confesar nuestras faltas, ejercitamos nuestra conciencia. La mente y la conciencia son las dos partes principales del corazón…[el cual] es la puerta del espíritu.
Es por medio del arrepentimiento y de la confesión que las dos partes principales del corazón —lamente y la conciencia—, se abren. De este modo, la puerta que conduce al espíritu es abierta para que más del Señor pueda entrar en nosotros, a fin de llenar y fortalecer nuestro espíritu. Cuando nos arrepentimos y confesamos nuestras faltas de esta manera, nuestra parte emotiva sentirá más amor por el Señor y nuestra voluntad decidirá buscar más del Señor. Esto significa que todo el corazón está ejercitado y abierto al Señor, de tal manera, que el espíritu queda liberado para recibir más de Cristo. Entonces el Señor, quien es el Espíritu viviente, llenará y fortalecerá nuestro espíritu y, espontáneamente, Cristo hará Su hogar en nuestro corazón.
Cuando nuestro espíritu sea fortalecido, Cristo podrá hacer Su hogar cada vez más en todas las partes de nuestro corazón. Cristo está ahora en nuestro espíritu, pero Él se encuentra encarcelado allí debido a que ponemos nuestra mente en otras cosas y no ejercitamos nuestra conciencia…[Por lo tanto,] debemos arrepentirnos volviendo nuestra mente a Él. Luego, debemos confesar nuestros pecados y decirle al Señor que le amamos y que hemos decidido buscarlo a Él. Cuando hacemos esto, todo nuestro corazón se abre para que Cristo llene y fortalezca nuestro espíritu. Así, a partir de nuestro espíritu, Él se extenderá y hará Su hogar en nuestro corazón. Esto significa que todo nuestro ser vendrá a ser Su morada y Su hogar.
[Entonces] cuando Cristo esté haciendo Su hogar en nuestros corazones, nosotros estaremos siendo unidos a todos los santos… [y] habremos sido edificados corporativamente con todos los santos para comprender cuán inconmensurable es Cristo…Debemos percatarnos de las inescrutables riquezas de Cristo y ser llenos [de Dios mismo] hasta la medida de toda la plenitud de Dios…La realidad de la vida del Cuerpo es la experiencia subjetiva que tenemos del Cristo que mora en nosotros. (La manera en que se edifica la iglesia, págs. 15-21)
Lectura adicional: Estudio-vida de Efesios, mensaje 32;The Vision, Practice and Building Up of the Church as the Body of Christ, cap. 5; Life Messages, cap. 37;Lamanera en que se edifica la iglesia; Las dos oraciones más grandes del apóstol Pablo, cap. 3
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Derechos reservados a: “Living Stream Ministry”
¡Jesús es el Señor
Cristo salió de la muerte
Génesis 41:14 “Entonces Faraón envió y llamó a José. Y los sacaron apresuradamente de la cárcel.
Hechos 2:23 Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las obras poderosas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de Él, como vosotros mismos sabéis; (24) al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella”.
José tipifica a Cristo como Aquel que resucitó de la cárcel de la muerte. Cristo no fue arrestado y echado a la cárcel, sino que fue voluntariamente a la cárcel, es decir, fue voluntariamente a la cárcel de la muerte. Aunque Él entró voluntariamente en la muerte, las puertas del Hades, es decir, el poder de la muerte, la autoridad de las tinieblas, se levantaron inmediatamente y procuraron retenerlo allí para siempre. Sin embargo, según lo afirma Hechos 2:24, era imposible que fuese retenido por la muerte. Cristo estuvo en la cárcel de la muerte tres días. Durante esos días, el poder de la muerte hizo todo lo posible por mantenerlo encarcelado. Pero Cristo no pudo ser retenido por la muerte porque Él es la resurrección.
¿Cuál tiene más poder, la muerte o la resurrección? Sin duda alguna, la resurrección es más poderosa que la muerte. Así que la muerte no podía retener a Cristo, quien no era solamente la vida, sino también la resurrección. Por consiguiente, Cristo salió de la muerte. Esta salida fue Su resurrección. Así como José fue liberado de la cárcel, también Cristo fue liberado de la cárcel de la muerte.
Todos los cristianos deberían estar conscientes de tres cosas: la encarnación de Cristo, Su crucifixión y Su resurrección.
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¡Jesús es el Señor!
SEMANA 7 — DÍA 3
Alimento matutino
Ef. 3:14, 16-17 Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre…para que os dé, conforme a las riquezas de Su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por Su Espíritu; para que Cristo haga Su hogar en vuestros corazones por medio de la fe…
[En Efesios 3:14] el apóstol comienza diciendo: “Por esta causa…”.¿A cuál “causa” se refiere?…[Se refiere a que]Dios planeó y predestinó que la iglesia obtuviera la filiación a fin de que Dios sea expresado, que Él dé a conocer Su sabiduría al enemigo, y que Él reúna todas las cosas bajo una sola Cabeza en Cristo … Pablo doblaba sus rodillas por causa del propósito terno de Dios, para que Dios diera a los santos el ser fortalecidos en el hombre interior. El hombre interior, nuestro espíritu humano que fue regenerado y en el cualmora Cristo, necesita ser fortalecido. (La manera en que se edifica la iglesia, págs. 14-15)
Lectura para hoy
Sabemos que Dios creó al hombre de tres partes: espíritu, alma y cuerpo … El alma a su vez se compone de tres partes: mente, parte emotiva y voluntad … De las tres partes del alma … la mente es la parte más dominante. Nuestra mente es muy fuerte, y nuestro espíritu es extremadamente débil … Si dedicáramos un tiempo para hablar sobre algún asunto, todo el mundo hablaría, debido a que nuestra mente es muy fuerte y activa. Pero si alguien dijera: “Oremos”, todo el mundo se quedaría callado … La razón por la que callamos es que somos débiles en nuestro hombre interior, es decir, somos débiles en nuestro espíritu.
Por esta razón, el apóstol Pablo no oró de forma superficial. Por causa del propósito eterno de Dios y por causa de la iglesia, él dobló sus rodillas ante el Padre para que nos diera el ser fortalecidos en el hombre interior. Nuestro espíritu necesita ser fortalecido… Debemos desechar nuestros pensamientos, imaginaciones, juicios y conceptos, y doblar nuestras rodillas ante el Padre y ejercitar nuestro espíritu para orar. ¡Y esto no sólo una vez, sino continuamente!
A fin de ejercitar nuestro espíritu para orar, debemos arrepentirnos… Cuando nos arrepentimos volviendo nuestra mente al Señor de todo lo demás, nuestra conciencia será activada para dar testimonio sobre lo que hemos hecho mal, y nos dirá específicamente qué debemos confesar…Al confesar nuestras faltas, ejercitamos nuestra conciencia. La mente y la conciencia son las dos partes principales del corazón…[el cual] es la puerta del espíritu.
Es por medio del arrepentimiento y de la confesión que las dos partes principales del corazón —lamente y la conciencia—, se abren. De este modo, la puerta que conduce al espíritu es abierta para que más del Señor pueda entrar en nosotros, a fin de llenar y fortalecer nuestro espíritu. Cuando nos arrepentimos y confesamos nuestras faltas de esta manera, nuestra parte emotiva sentirá más amor por el Señor y nuestra voluntad decidirá buscar más del Señor. Esto significa que todo el corazón está ejercitado y abierto al Señor, de tal manera, que el espíritu queda liberado para recibir más de Cristo. Entonces el Señor, quien es el Espíritu viviente, llenará y fortalecerá nuestro espíritu y, espontáneamente, Cristo hará Su hogar en nuestro corazón.
Cuando nuestro espíritu sea fortalecido, Cristo podrá hacer Su hogar cada vez más en todas las partes de nuestro corazón. Cristo está ahora en nuestro espíritu, pero Él se encuentra encarcelado allí debido a que ponemos nuestra mente en otras cosas y no ejercitamos nuestra conciencia…[Por lo tanto,] debemos arrepentirnos volviendo nuestra mente a Él. Luego, debemos confesar nuestros pecados y decirle al Señor que le amamos y que hemos decidido buscarlo a Él. Cuando hacemos esto, todo nuestro corazón se abre para que Cristo llene y fortalezca nuestro espíritu. Así, a partir de nuestro espíritu, Él se extenderá y hará Su hogar en nuestro corazón. Esto significa que todo nuestro ser vendrá a ser Su morada y Su hogar.
[Entonces] cuando Cristo esté haciendo Su hogar en nuestros corazones, nosotros estaremos siendo unidos a todos los santos… [y] habremos sido edificados corporativamente con todos los santos para comprender cuán inconmensurable es Cristo…Debemos percatarnos de las inescrutables riquezas de Cristo y ser llenos [de Dios mismo] hasta la medida de toda la plenitud de Dios…La realidad de la vida del Cuerpo es la experiencia subjetiva que tenemos del Cristo que mora en nosotros. (La manera en que se edifica la iglesia, págs. 15-21)
Lectura adicional: Estudio-vida de Efesios, mensaje 32;The Vision, Practice and Building Up of the Church as the Body of Christ, cap. 5; Life Messages, cap. 37;Lamanera en que se edifica la iglesia; Las dos oraciones más grandes del apóstol Pablo, cap. 3
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