¿Ccreó Dios a Satanás?
Es una insensatez emitir juicios u opiniones sobre asuntos que no se conocen o no se han llegado a entender. Dios no ha creado a ningún ser inicuo o malvado, como muchos se preguntan, pues él es perfecto, justo y bondadoso, y todo cuanto crea, o da vida, es igualmente perfecto y con la finalidad de producir el bien. Pero como no es un Dios tiránico, a toda creación inteligente, hombres y ángeles, los ha dotado de libertad para que ellos mismos decidan el camino que desean seguir, o la forma de vida que prefieran tener. Quienes quieran permanecer en este estado de perfección, tienen que seguir las instrucciones divinas, que son indispensables para mantenerse en este estado, pero quienes no quieran hacerlo, ya es responsabilidad de ellos los resultados que se produzcan. A Lucifer, o Satanás, lo creó perfecto, como a todos los demás ángeles, pero él quizo actuar por su propia cuenta, sin seguir la guia divina, por lo tanto, sus obras inicuas ya no eran responsabilidad de Dios, sino del mismo diablo. Es decir, la persona, cuando abandona la dirección que su Creador le ofrece, deja de ser perfecta, porque las normas y principios de Dios son lo que mantiene al ser inteligente en el camino o estado de perfección original. Por lo tanto es la misma persona la que se hace imperfecta al actuar voluntariamente en contra del propósito divino. Fueron muchos los ángeles rebeldes que siguieron el ejemplo de Satanás, pero han sido muchos más los que se mantuvieron fieles a su Hacedor, lo que indica que no es porque sea más difícil mantenerse fiel a unos principios o persona justa el que se rebelen, sino que es cuestión de fidelidad y gratitud por los bienes recibidos lo que determina lo uno o lo otro.
El caso de los hombres es similar. La primera pareja humana fuel igualmente creada perfecta, y con las mismas posibilidades de poder permanecer en la perfección de forma indefinida, pero ellos optaron por independizarse del Creador, perdieron su perfección y la trasmitieron a toda su descendencia. Pero Dios, por su bondad inagotable, sigue ofreciendo a todos los humanos la posibilidad de volver a recobrar este estado perfecto si ellos deciden buscar y aceptar su guia salvadora dejándose instruir por los principios y normas justas y bondadosas del divino Hacedor. Los descendientes de Adán y Eva no son responsables de la desobediencia de sus primeros padres, pero sí somos responsables de nuestros deberes para con nuestro Creador, que es en primer lugar dejarnos guiar por sus normas justas y amorosas, que pueden limpiarnos de todas nuestras impurezas y errores, por eso Dios no tiene en cuenta nuestros pecados anteriores, quizás debido a la ignorancia, sino los que sigamos cometiendo después de conocer su bondadosa oferta. No despreciemos y desaprovechemos esta bondad divina.