Conociendo a Dios por medio de sus Nombres
ELOHIM
(El término Elohim tiene diversas aplicaciones que son muy importantes de destacar, puesto que en reiteradas oportunidades se utiliza esta voz no sólo para referirse al Dios verdadero, sino a algunos hombres a modo de título, o a mensajeros de Dios, como ser ángeles, e incluso Satanás en la Biblia es llamado el dios (elohim) de este mundo (2 Corintios 4: 4).
Elohim: Es el primer “nombre” de Dios encontrado en el Tenaj o Tanaj (Antiguo Testamento). Si bien no es estrictamente el Nombre del Señor, puesto que su Nombre personal es el tetragrámaton: YHWH, del que comentaremos más adelante; Dios es mencionado por primera vez en las Escrituras como Elohim en Génesis 1:1.
Elohim es regularmente traducido como “Dios”. Elohim proviene de una raíz que significa “fuerza, habilidad, autoridad, poder”. Se lo menciona más de 2,300 veces en la Biblia para referirse al Dios de Israel.
También es utilizado para referirse a los dioses paganos (Elohim ajerim) “esos que no son Dios”, como en el caso de Éxodo 20:3, o en Éxodo 12:12 cuando se refiere a "todos los elohim (dioses) de Egipto”.
Cuando se alude a hombres dirigentes (Benei HaElohim), (algunos gobernantes u hombres que estén en eminencia pueden ser llamados de ésta manera); de igual modo los mensajeros de Dios (ángeles) como podemos ver en Génesis 6:2, los hijos de Dios.
A los jueces también se los denominaba con éste título, como puede apreciarse en Éxodo 22:27.
El término Ish Elohim era dado también a los profetas según 2 Reyes 5:14.
Algunas variantes del mismo nombre son: El, Elohay, Eloha, Elohenu, Eloheja, Eli, o Elohejem, algunos de los cuales veremos más adelante.
Elohim es una voz en plural, lo cual no implica que sea muchos dioses, puesto que ésta sería una visión politeísta, sino que como dice el texto hebreo en Deuteronomio 6:4: “Oye Israel; el Señor nuestro Dios es una unidad compuesta”. Dios es UNO.
Tanto la voz Elohim, como sus otras variantes, es, en muchas oportunidades, combinada con otras palabras. De este modo quedan expresados los diversos atributos del Dios de Israel:
Y Elohay Tzevaot -Dios de los ejércitos o Dios de las huestes: (2 Samuel 5:10).
“David se engrandecía cada vez más, porque el Señor, Elohay Tzevaot, estaba con él”.
Tzevaot es el plural de tzavá. Palabra que puede traducirse de múltiples maneras: Ejército, tropa, hueste, agrupamiento de multitudes, legión, muchedumbre, congregación o colectividad numerosa.
Esta voz no expresa terminantemente la idea de guerra o batalla (si bien esto depende del contexto en el cual ésta aparezca). Por la misma razón no debemos asociar su identidad con la guerra únicamente, puesto que existen otras variantes indudablemente apropiadas.
La primera vez que nos encontramos con ésta expresión es en el libro de Samuel:
"E hizo voto diciendo: Oh Señor de los Ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré al Señor todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza."
(1 Samuel 1:11)
Aquí notamos que la referencia a éste nombre está muy alejada a alguna situación de guerra o batalla, sino más bien es un ruego al Señor de los ejércitos, al que ha creado multitudes, huestes en todos los ámbitos, un llamado a la misericordia, con la intención de hacerle llegar a Dios su confianza en Él: Así como el Señor creó innumerables multitudes, también le concedería a su sierva la alegría de un hijo.
En Isaías 1:24, por dar sólo un ejemplo, éste título está claramente ligado con la guerra y su batallar constante en contra de sus enemigos:
“Por tanto declara el Señor, Dios de los ejércitos, el Poderoso de Israel: ¡Ah!, me libraré de mis adversarios, y me vengaré de mis enemigos”.
Cuando meditamos en éste nombre inmediatamente viene a nuestro espíritu un incalculable sentimiento de protección, puesto que el Señor pelea por nosotros, nos podemos sentir protegidos, pues Él es Dios Poderoso, Dios Grande que ha creado inmensas huestes que pone a nuestro servicio. Verdaderamente si como el criado de Eliseo nos serían abiertos los ojos, veríamos cómo hay a nuestro alrededor una multitud de gente de a caballo, por que más son los que están con nosotros que los que están en nuestra contra:
“Y cuando el que servía al hombre de Dios se levantó temprano y salió, he aquí que un ejército con caballos y carros rodeaba la ciudad. Y su criado le dijo: ¡Ah, señor mío! ¿Qué haremos? Y él respondió: No temas, porque los que están con nosotros son más que los que están con ellos.
Eliseo entonces oró, y dijo: Oh Señor, te ruego que abras sus ojos para que vea. Y el Señor abrió los ojos del criado, y miró, y he aquí que el monte estaba lleno de caballos y carros de fuego alrededor de Eliseo”.
(2 Reyes 6: 15-17)
Asimismo si mirásemos con los ojos de la fe, veríamos a multitud de hombres y mujeres tocados por el Señor, sirviéndole en nuestras congregaciones, ésta es una palabra preciosa para que aquellos que somos ministros de Dios, o ayudas en el ministerio, siempre tengamos guardado en nuestro corazón éste nombre, porque Dios habrá de darnos multitudes para que ministremos, atendamos, socorramos y llevemos a Su reposo, porque Dios es Señor de multitudes, aunque el enemigo intente hacernos creer lo contrario. Por eso te animo a que te prepares para la última cosecha de almas, puesto que será admirable.
Y Elohay Kedem - Dios Eterno: (Deuteronomio 33:27).
“Elohay Kedem es tu refugio, y debajo están los brazos eternos. El echó al enemigo delante de ti, y dijo: “¡Destruye!”.
Nuestro Dios es esencialmente eterno, y mora en eternidad (Isaías 57:15), Dios envió desde la eternidad a su Hijo Unigénito para que entrara en nuestro tiempo (Kronos) en el tiempo (Kairos) de Dios y así realizar su obra salvadora:
“Pero tú Bet-lehem Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad”.
(Miqueas 5: 2)
Esta profecía mesiánica se cumplió en la persona de Yeshua (Jesús) de Nazareth. Es importante destacar que Bet-lehem Efrata fue pequeña hasta que salió de ella el Mesías, tal como está escrito en Mateo 2: 6:
“Y tú Bet-lehem, de la tierra de Judá, no eres la más pequeña entre los príncipes de Judá...”
Para este entonces ya había nacido el Cristo, el Mesías Yeshua, el Salvador.
En los días actuales, donde los hombres van tras un montón de ídolos a los que deifican con sus muestras de adoración, los cuales son hombres y sus días son como la hierba, como la flor del campo que perece, es precioso saber que en el mundo entero hay muchos remanentes que no doblaron sus rodillas ante ningún baal, sino que siguen, adoran y sirven a Elohay Kedem, el Dios eterno, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación, el Dios que vive para siempre: (Salmos 103: 14 -18; Santiago 1: 17)
Y Elohay Mishpat - Dios de Justicia: (Isaías 30:18).
“Por tanto, el Señor espera para tener piedad de vosotros, y por eso se levantará para tener compasión de vosotros. Porque el Señor es Elohay Mishpat; ¡cuán bienaventurados son todos los que en Él esperan!
Nosotros como creyentes debemos buscar la justicia de Dios, tal como el Señor nos manda: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”.
(Mateo 6: 33)
Debemos estar agradecidos por la justicia del Señor, puesto que gracias a ella vino la justificación, y reina la gracia para vida eterna por medio de Jesucristo (Romanos 5: 19 -21). Si por nuestra justicia fuera, nada hubiéramos alcanzado, así como el pueblo de Israel no entró a poseer la tierra prometida por su propia justicia (Deuteronomio 9: 5), así tampoco nosotros no entraremos al reino de Dios por nuestra propia justicia, cosiendo hojas de higuera como Adam y Eva en su desobediencia, sino creyendo en el sacrificio del Justo y dejándonos cubrir con la piel del Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Debemos descansar en Dios, porque su justicia no es como la de la tierra, sino que Él es Juez Justo, y como está escrito en Apocalipsis 19: 11, el Señor, su nombre es Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea.
Y Elohay Mauzi - Dios de mi fortaleza: (Salmo 43:2).
“Ya que tú eres Elohay Mauzi, ¿por qué me has rechazado? ¿Por qué ando sombrío por la opresión del enemigo?”.
Muchas veces cuando sentimos que nuestra fortaleza tanto espiritual como física comienza a flaquear, inmediatamente debemos recordar que el Señor es Dios de ella, es Dios de nuestra fortaleza. Aunque los vientos de la debilidad soplen en nosotros, debemos darnos cuenta que el poder de Dios se perfecciona en la debilidad (2 Corintios 12: 9), pues es entonces cuando nos queda por decir lo que el apóstol Pablo escribió en 2 Corintios 12: 10 “... cuando soy débil, entonces soy fuerte”.
Nuestra fortaleza quedará intacta siempre y cuando le permitamos al Señor que sea Dios de ella y no nosotros mismos, es imprescindible que entendamos que nada podremos hacer por nuestras propias fuerzas, tarde o temprano desfalleceremos y veremos cómo lo que la fuerza de nuestras manos edificó ahora es un montón de ruinas, no olvidemos que todo lo podemos, pero en CRISTO, porque es Él quien nos da su fuerza:
“No con ejército, ni con espada, sino con mi Espíritu, ha dicho el Señor de los ejércitos”.
(Zacarías 4: 6)
Y Elohay Selichot - Dios que perdona: (Nehemías 9:17).
“Rehusaron escuchar, y no se acordaron de las maravillas que hiciste entre ellos; endurecieron su cerviz y eligieron un jefe para volver a su esclavitud en Egipto. Pero tú eres Elohay Selichot, compasivo y clemente, lento para la ira y abundante en misericordia, y no los abandonaste”.
Entre tantas preciosas cualidades, nuestro Dios es Dios que perdona al que con un corazón contrito y humillado viene hacia su presencia arrepentido y convertido (Hechos 3: 19), es entonces cuando de Él vienen tiempos de refrigerio. La palabra refrigerio tiene un delicioso significado: Alivio que produce una cosa fresca. Y esto es exactamente lo que se siente cuando uno se sabe perdonado por Dios, el Dios que perdona todos nuestros pecados, un alivio incomparable; es que nos quitan el horrible peso del pecado y la culpa, y luego entonces podemos refrescarnos con las frescas aguas de su Espíritu Santo y de su Palabra.
El mismo Dios que perdona es el que también nos dice que perdonemos a los que nos ofenden:
Efesios 4: 32:
“Sed más bien amables unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, así como también Dios os perdonó en Cristo”.
Y Elohay Mikarov - Dios cercano: (Jeremías 23:23).
“¿Soy yo Elohay Mikarov - declara el Señor - y no un Dios de lejos?”
Son muchos los que creen en un Dios apático, lejano, indiferente en los cielos; pero no es así, pues debemos buscar su rostro todo el tiempo, pues hay promesa de hallarlo para quienes así hagan. En la Biblia nos encontramos con un versículo que nos habla de lo tan cerca que Dios está de los que le aman:
“El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él”.
(Juan 14: 23)
Es lamentable ver hermanos que enfrentando problemas llegan a pensar que Dios se alejó de ellos (aunque Dios es también Dios de lejos), piensan que por no sentir sensaciones en su cuerpo Dios ya no está en ellos; pero debemos recordar que no andamos por vista, ni por los sentidos, sino por fe, y aunque no lo sintamos sabemos por la Palabra que Él estará con nosotros todos los días hasta el fin del mundo (Mateo 28: 20).
El siempre está cerca nuestro, lo cierto es que muchas veces somos nosotros los que nos alejamos, y cuando esto ocurre comenzamos a no sentir su fuego y andamos como el apóstol Pedro en la noche, buscando el fuego de las religiones, fuegos extraños para combatir nuestro enfriamiento (Marcos 14: 54). Es penoso comprender que el Señor no habita dentro de los corazones de todos los cristianos, aunque lo desea. Si leemos la carta que el Señor le envía a su iglesia de Laodicea, podemos descubrir esta realidad:
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo”.
(Apocalipsis 3: 20)
Dios decidió estar lo más cerca posible de su pueblo, primero habitando en medio de ellos en el Tabernáculo que erigió Israel en el desierto y luego en el Templo, hasta llegar a la expresión más deseosa de acercamiento a los suyos, esto fue a través de su Hijo, encarnándose, tabernaculizando entre los hombres, y hoy habitando dentro nuestro hasta que llegue el día esperado por todos lo que aman su venida, cuando Él venga y se tome así mismo y así estaremos con Él siempre.
Y Elohay Marom - Dios de las Alturas: (Miqueas 6:6).
“¿Con qué me presentaré al Señor y me postraré ante Elohay Marom? ¿Me presentaré delante de El con holocaustos, con becerros de un año?
Dios es Omnipresente, el puede estar en todo sitio al mismo tiempo, lo cual explica que si bien Él está morando en nuestros corazones, no dejó de morar en las alturas. El Dios que está cerca nuestro es Dios exaltado, no hay nadie más alto que Él, nuestro Señor gobierna sobre todas las cosas, pues está escrito en la Palabra que Jesús por su disposición a humillarse, a hacerse obediente hasta la muerte y muerte de cruz, Dios también lo exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para la gloria de Dios Padre. (Filipenses 2: 5- 11)
Nuestro Señor fue exaltado hasta lo sumo, hasta lo máximo, y desde ese lugar de supremacía es que extiende Su mano y nos levanta incluso de las aguas tormentosas de nuestra incredulidad. Cada vez que peligramos y decimos: ¡Señor sálvame!, nuestro amoroso Salvador nos toma y nos levanta para que podamos caminar igual que Él. (Mateo 14: 28- 33).
“Torre fuerte es el nombre del Señor; a él correrá el justo, y será levantado”.
(Proverbios 18: 10)
Y Elohay Elohim - Dios de dioses: (Deuteronomio 10:17).
“Porque el Señor vuestro Dios es Elohay Elohim y Señor de señores, Dios grande, poderoso y temible que no hace acepción de personas ni acepta soborno”.
“Porque aunque haya algunos llamados dioses, ya sea en el cielo o en la tierra, como por cierto hay muchos dioses y muchos señores, sin embargo, para nosotros hay un solo Dios, el Padre, de quien proceden todas las cosas, y nosotros somos para Él; y un Señor, Jesucristo, por quien son todas las cosas, y por medio del cual existimos nosotros”.
(1 Corintios 8: 5 -6)
Aquí el apóstol Pablo da por cierto que hay muchos dioses no sólo en los cielos, sino también en la tierra. Estos dioses como tales tienen ciertos poderes, es absurdo negarlo, y estos poderes incluso pueden atormentar muchas vidas, o al menos inquietarlas; pero utilizando la expresión de este pasaje debemos comprender lo siguiente: sin embargo, para nosotros hay un solo Dios, y está muy por encima de todos los dioses, por lo cual podemos habitar seguros. No hay poder de hechicería que sea mayor que el Poder del Dios nuestro: Elohay Elohim. Por otro lado nosotros somos para Él, y Él habrá de cuidarnos.
Y Elohay Tehilati - Dios de mi alabanza: (Salmo 109:1)
“Oh Elohay Tehilati, no calles”.
Dios es digno de recibir nuestra alabanza. Incluso él habita en medio de nuestras alabanzas. Cuando nosotros alabamos su nombre, con cada cántico que dirigimos a él, estamos levantando un edificio donde habitará nuestro Señor. La alabanza no es simplemente cantar un coro en la iglesia, si bien cantamos cuando alabamos; no es solamente para derribar muros, si bien ellos son derribados cuando alabamos; alabar es proclamar las grandes cosas que hizo Dios en y por nosotros, incluso sin cantar alabamos a Dios cuando testificamos a los hombres las grandes maravillas que hizo y hace en medio nuestro. ¡Cuántas cosas maravillosas habrá hecho Dios en tu vida que son dignas de alabanza! Quizás te sacó del alcoholismo, de la drogadicción, de la prostitución, del robo, del contrabando, de la enfermedad e incluso de la muerte, tal vez no haya sido nada de esto, quizás Dios te sacó de la mediocridad de una vida sin Cristo, o te sacó de la religiosidad, de los legalismos, de la ignorancia espiritual... de cuántas cosas Dios te habrá sacado, ¿brujería? ¿astrología?
Del hoyo que sea, Él te sacó para coronarte de favores y misericordias (Salmos 103: 4), por esto y por muchas cosas más el Señor es Dios de mis alabanzas, alabémosle porque estamos vivos (Salmos 150: 6) ¡Aleluya!.
Y Elohim Kedoshim - Dios Santo: (Levítico 19:2)
“Habla a toda la congregación de los hijos de Israel, y diles: ‘Seréis santos porque yo, el Señor vuestro Dios, soy Elohim Kedoshim’ ”.
Nuestro Dios es Santo, y nos dice que porque Él lo es debemos serlo nosotros también.
Debemos buscar la paz con todos, tal como está escrito, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor (Hebreos 12: 14). Si anhelamos ser participantes de la Parusía, de su manifestación secreta donde le veremos a Él, debemos de guardarnos en santidad, debemos ser santos. La santidad es un “estado” que está en pleno movimiento, no es estática en nosotros, es como la luz de la aurora que va de aumento en aumento, por eso la Biblia nos dice que la sigamos, debemos ir detrás de ella, con un anhelo profundo.
Dios es un Dios que nos da mucho y nos demanda mucho, entre otras cosas nos demanda irreprensibilidad, no nos demanda impecabilidad:
“Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es el que os llama, el cual también lo hará”.
(1 Tesalonicenses 5: 23, 24)
Irreprensible es que no merece reprensión, o sea que no merece amonestación, y esto es para el espíritu, alma y cuerpo; como que hay almas que serán amonestadas, espíritus que serán amonestados y aun cuerpos que también serán amonestados.
Es por esto que Dios nos pide que nos guardemos íntegramente en todo nuestro ser. De igual manera estos versículos señalan algo muy importante, esto es que el Dios Fiel será quien nos santificará completamente, y si bien Él es quien nos está llamando a este nivel, el versículo que da fin a la epístola nos declara que será Dios mismo el que lo hará en nosotros. Entonces, ¿cuál es nuestra tarea? Nuestra tarea es dejarnos moldear, permitirle a Dios que Él obre en nosotros, tal como está escrito:
“...el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”.
(Filipenses 1: 6)
Y Elohim Chaiyim - Dios viviente: (Jeremías 10:10)
“Pero el Señor es el Dios verdadero; El es Elohim Chaiyim y el Rey eterno. Ante su enojo tiembla la tierra, y las naciones son impotentes ante su indignación”.
Muchas veces la religión nos ha hecho creer en un Dios muerto, incluso un filósofo ha escrito: Dios está muerto. Otros igualmente confundidos dicen: Dios está vivo; en realidad Dios no está muerto; pero tampoco está vivo, sino que Él es la Vida, El no tiene vida, Él es la Vida, y esto es muy distinto. Nosotros estamos vivos; pero no somos la vida, en cambio Él sí es la Vida. Por ejemplo leemos en Juan 1: 4: “En Él estaba la vida...”; pero en la Biblia de las Américas hay una llamada que nos da otra interpretación, dice así: “En Él existía la vida...”. Esta es una diferencia muy grande, porque si en Él estaba la vida se puede interpretar que estaba vivo porque en Él estaba la vida; pero si leemos que en Él existía la vida, entendemos que la vida existía por medio de Él. Él incluso es el creador de la vida, y el creador es mayor que su criatura.
Incluso el Salmo 63: 3 dice:
“Porque mejor es tu misericordia que la vida; mis labios te alabarán”.
Si la misericordia, que es un atributo de Dios, es más grande que la vida, mucho más grande que la vida es el Dueño de ese atributo, y Jesucristo es DIOS, el que tiene misericordia de nosotros.
El Dios viviente puede vivificarnos, puede darnos vida para nuestro cuerpo; puede darnos vida en abundancia para nuestra alma; y puede darnos vida eterna para nuestro espíritu.
Y Elohay Yishi - Dios de mi salvación: (Salmo 25: 5)
“Guíame en tu verdad y enséñame, porque tú eres Elohay Yishi; en ti espero todo el día”.
Jesús, Yeshua, el salvador, es autor de eterna salvación (Hebreos 5: 9). Dios no quiere que nadie perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento:
“El Señor no se tarda en cumplir su promesa, según algunos entienden la tardanza, sino que es paciente para con vosotros, no queriendo que nadie perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento ”.
(2 Pedro 3: 9)
Hoy cuando son centenares los libros de autoayuda que pregonan también la autosalvación, como ser la Nueva Era, la cual insiste en que el hombre es dios mismo, debemos de meditar en este nombre para conocerlo aún más: Dios de mi salvación. Todas estas falsas doctrinas no son tan Nuevas, no es de ahora que se levantan hombres en los cuales muchos creen encontrar su salvación, podríamos mencionar muchos... por esto mismo la Biblia insiste en que el hombre debe reconocer a un único Salvador, su nombre es Yeshua, Jesús de Nazareth, el Mesías:
“Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”.
(Hechos 4: 11,12)
Aunque haya pasado mucho tiempo desde aquél momento en el cual hemos aceptado al Señor como nuestro único y suficiente Salvador, nunca dejemos de emocionarnos al recordar cómo Él nos rescató, como Él dio su vida por nosotros, cómo Él pagó para que nosotros no nos perdamos eternamente en el infierno. Hoy más que nunca podemos recordar aquél versículo que dice que con amor eterno nos ha amado nuestro Redentor.
Y Elohay Tzur - Dios de la roca: (2 Samuel 22:47).
“El Señor vive, bendita sea mi roca, y ensalzado sea Dios, Elohay Tzur...”.
El Señor es nuestra Roca inconmovible, nuestra Roca eterna. Aquí nos habla no sólo de estabilidad, pues Él nos proporciona estabilidad emocional, espiritual y material, también nos brinda su compañía, pues la misma roca que seguía a los Israelitas en el desierto, Cristo mismo, es el que hoy nos sigue a todas partes, no nos desampara ni nos deja. Pues su promesa es de estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo.
Pero esa misma Roca no sólo los seguía, sino que les daba agua, elemento vital para nuestra subsistencia (1 Corintios 10: 1- 4). También leemos en el libro de Job que la roca derrama ríos de aceite (Job 29: 6), lo cual representa la unción del Espíritu Santo, la misma unción que pudre todo yugo, proporcionándonos también una completa liberación para nuestro ser.
La Roca nos aporta asimismo estabilidad, pues aunque vengan las dificultades, si estamos cimentados sobre la Roca seguiremos adelante (Mateo 7: 24 -27), más que vencedores por medio del Señor.
Y Elohay Kol Basar - Dios de toda carne: (Jeremías 32:27)
“He aquí, yo soy el Señor, Elohay Kol Basar, ¿habrá algo imposible para mi?”.
Dios es el único creador, el creó a cada criatura, por lo pronto toda carne le debe adoración, ya sea forzada o voluntaria. Dios desea que salga de nuestro corazón una alabanza espontánea, fresca, pues Él merece toda expresión de agradecimiento, puesto que es por su voluntad que hemos venido a ésta tierra y es por su entera voluntad que aún permanecemos en ella.
Dios es digno de recibir nuestra adoración, y debemos dar gracias porque, si le hemos aceptado como nuestro único y suficiente salvador, de nuestra voluntad podemos doblar nuestras rodillas en muestra de reverencia y sumisión. Por esto mismo hoy, en el año agradable del Señor, rindámonos a Él, postrémonos a Él porque no hay otro dios más grande que el Dios eterno: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
“Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que al nombre de Yeshua se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Yeshua el Mesías es el Señor, para gloria de Dios Padre”.
(Filipenses 2: 9- 11)
Y Elohay HaRuchot LeKol Basar - Dios de los espíritus de toda carne: (Números 16:22).
“Pero ellos cayeron sobre sus rostros, y dijeron: Oh Dios, Elohay HaRuchot LeKol Basar, cuando un hombre peque, ¿te enojarás con toda la congregación?”.
Dios no sólo ha creado un mundo físico, sino que primeramente Dios creó un mundo espiritual. Nosotros debemos entender que existe un mundo invisible a los ojos, aunque de vez en cuando se manifieste. Cuando surgen ciertos inconvenientes en nuestro hogar o trabajo o congregación, debemos entender que el problema no viene por culpa de tal o cual persona, sino que ese conflicto o dificultad es provocada por seres espirituales que intentan bloquearnos, que pretenden hacernos perder la calma y la paz que el Señor nos ha dado.
Tenemos que entender que muchas veces, si bien no todas, el problema que estamos pasando o la dificultad que estamos teniendo, no es siempre por culpa de nuestra esposa o esposo o hijos o vecinos o hermanos, sino que puede ser un problema almático o bien un ataque espiritual, es por esta razón que el apóstol Pablo escribe que nuestra lucha no es contra carne y sangre, es decir que no es contra hombres y mujeres, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes (Efesios 6: 12).
Sea cual fuere el inconveniente sabemos que el Señor será quien nos dará la victoria en todas las áreas de nuestra vida, porque Dios es Dios de los espíritus de toda carne.
El término hebreo rûah (espíritu) tiene diversas interpretaciones, todas ellas igualmente válidas:
1. Viento: Fuerza sobrenatural invisible a los ojos, poderosa y a veces violenta:
“Con viento (rûah) solano quiebras tú las naves de Tarsis”. (Salmo 48: 7)
2. Aliento, respiración o espíritu: (La vida del hombre y las bestias)
“Porque lo que sucede a los hijos de los hombres, y lo que sucede a las bestias, un mismo suceso es: como mueren los unos, así mueren los otros, y una misma respiración (rûah) tienen todos; ni tiene más el hombre que la bestia; porque todo es vanidad”. (Eclesiastés 3: 19)
3. Poder de Dios: (Aquí se trata de una demostración sobrenatural de Dios)
“Y el Espíritu (rûah) de YHWH vino sobre Sansón, quien despedazó al león como quien despedaza un cabrito, sin tener nada en su mano; y no declaró ni a su padre ni a su madre lo que había hecho”. (Jueces 14: 6)
Así que Dios es Dios de los espíritus de toda carne:
“No toda carne es la misma carne, sino que una es la de los hombres, otra carne la de las bestias, otra la de los peces, y otra la de las aves”.
(1 Corintios 15: 39)
EL
Este nombre también se traduce como Dios. Como quedó explicado más arriba, esta es una variante de Elohim, se usa 200 veces en las Escrituras. Así como Elohim es combinado con otras palabras, las cuales resaltan los diferentes atributos de Dios, El va acompañado de distintas voces, algunas de las cuales veremos a continuación:
Y El HaNe'eman - El Dios fiel: (Deuteronomio 7: 9, 10).
“Reconoce, pues, que el Señor tu Dios es Dios, El HaNe'eman, que guarda su pacto y su misericordia hasta mil generaciones con aquellos que le aman y guardan sus mandamientos; pero al que le odia le da el pago en su misma cara, destruyéndolo; y no se tarda en castigar al que le odia, en su misma cara le dará el pago”.
Comenzamos esta serie con una de las cualidades y características más preciosas de nuestro Dios: Su fidelidad. Dios es fiel, e incluso exige que aquellos que trabajen en su obra sean de igual modo fieles. Si bien es cierto que Dios demanda de los obreros distintas cosas como ser que sean aptos para enseñar, hombres de una sola mujer, no dados al mucho vino, que sepa gobernar bien su casa, etc.; es una de las cualidades, el ser fieles, que el Señor más se detiene a observar:
“Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros”.
(2 Timoteo 2: 2)
En la primera carta escrita a Timoteo, Pablo nos da a conocer cuál fue la característica que vio Dios en él para ser llamado al ministerio:
“Doy gracias al que me fortaleció, al Mesías Yeshua nuestro Adonai (Señor), porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio ...”
(1 Timoteo 1: 12)
¿El que demanda que seamos fieles será infiel? No, Dios es Fiel aunque nosotros muchas veces somos infieles, debemos darle gracias al Señor por su fidelidad.
“Palabra fiel es esta: Si somos muertos con él, también viviremos con él; si sufrimos, también reinaremos con él; si le negáremos, él también nos negará. Si fuéremos infieles, él permanece fiel; él no puede negarse a sí mismo”.
(2 Timoteo 2: 11- 13)
Y El HaGadol -Dios grande: (Deuteronomio 10:17).
“Porque el Señor vuestro Dios es Dios de dioses y Señor de señores, El Ha Gadol, poderoso y temible que no hace acepción de personas ni acepta soborno”.
Nuestro Dios no es un Dios en miniatura como muchos creen y enseñan, Dios es Grande y por lo tanto sus obras son grandes, como bien lo dice el salmista:
“Porque tú eres grande, y hacedor de maravillas; sólo tú eres Dios”.
(Salmo 86: 10)
Esta bellísima verdad la comprobamos cuando miramos los cielos inmensos, el espacio, cada estrella, cada sistema solar, los científicos cuando creen llegar al fin del espacio se encuentran con nuevos sistemas solares... cuando vemos la inmensidad de los cielos notamos sin embargo que Dios es aún más Grande, porque su Nombre es El Ha Gadol:
“He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener... dijo el rey Salomón, el hombre más sabio, cuando dedicó el templo que había edificado como morada para el Señor (1 Reyes 8: 27).
Pero no hace falta irse tan lejos, basta con mirar a nuestro alrededor, una mujer con su hijo en gestación, cada vena, cada hueso, cada milímetro de piel, las uñas y el cabello, cómo todo se va formando en sus entrañas, en cada célula microscópica puede verse la Grandeza del Creador.
Dios es grande en poder: Nahum 1: 3; grande en misericordia y grande en verdad (Éxodo 34: 6), por lo cual es digno de ser en gran manera alabado (Salmo 48: 1).
En este mundo muchos se creen grandes, ya sea por su fama, poder económico, político o por su inteligencia o títulos universitarios, y muchos de ellos tratan con desprecio a los “pequeñitos”, pues Dios, siendo Él verdaderamente GRANDE, nunca hace tal cosa, por eso seamos imitadores de Él. Leamos juntos un verso donde está expresada esta verdad tan gloriosa y meditemos en esta palabra:
“He aquí que Dios es grande, pero no desestima (no tiene en poco) a nadie; es poderoso en fuerza de sabiduría”.
(Job 36: 5)
Y El HaKadosh - El Dios Santo: (Isaías 5:16). (Ver Elohim Kedoshim)
“Pero el Señor de los ejércitos será exaltado por su juicio, y El HaKadosh se mostrará santo por su justicia”.
Y El Yisrael - El Dios de Israel: (Salmo 68:35)
“Imponente eres, oh Dios, desde tu santuario. El Yisrael da fortaleza y poder al pueblo.
¡Bendito sea Dios!”.
Dios está totalmente identificado con su pueblo, muchas veces se le ha dado un significado erróneo a esta situación, pues si bien el Señor escogió este pueblo como suyo propio, y les ha revelado su Nombre, les ha dado sus promesas y sus bendiciones, ahora viene Dios y declara por medio del apóstol Pablo:
“No que la palabra de Dios haya fallado; porque no todos los que descienden de Israel son israelitas, ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos; sino: En Isaac te será llamada descendencia. Esto es: no los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la promesa son contados como descendientes”.
(Romanos 9: 6- 8)
Aquí claramente explica el apóstol que aunque no desciendas de Israel según la carne, según la promesa sí desciendes; y es en esta verdad revelada donde se gesta la idea que traza Pablo en Gálatas 6: 16, cuando se refiere a los creyentes que andan conforme a la verdad y utiliza una frase que será acuñada por la teología: el Israel de Dios.
Hoy somos israelitas, aunque no hayamos nacido en la Nación de Israel, aunque no desciendas del patriarca según la carne, pero mediante el sacrificio redentor del Mesías, nosotros, que no éramos pueblo, hoy sí lo somos, y por lo pronto tenemos idénticos beneficios: El es nuestro Dios: El Yisrael; y nosotros somos de Él.
Y El Simchat Gili - Dios de mi alegría y de mi gozo: (Salmo 43:4).
“Entonces entraré al altar de Dios, a Dios, El Simchat Gili; y al son de la lira te alabaré, oh Dios, Dios mío”.
“... a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso”.
(1 Pedro 1: 8)
En este versículo notamos que existe una diferencia entre el gozo y la alegría, si lo vemos en el griego notaríamos un poco más claramente dicha distinción:
agalliasqe: os alegráis... aquí nos habla de gran regocijo, expresiones de alegría que se exteriorizan.
cara: gozo... aquí nos habla de placer, por lo que podemos deducir que aquí el disfrute es interno.
No puede haber alegría sin gozo, nadie puede estar verdaderamente contento, si por dentro no se siente bien, si no tiene paz, gozo, disfrute interior, y Dios está dispuesto a dar cada día de ese gozo, ungirnos con óleo de alegría, de placer, de contentamiento (Isaías 61:3) y se cumplirá aquél versículo que dice:
“Y se dirá en aquél día: He aquí, éste es nuestro Dios, le hemos esperado, y nos salvará; éste es YHWH a quien hemos esperado, nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación (YESHUA)”.
(Isaías 25: 9)
¡Nuestro gozo y alegría está en el Nombre del Señor Yeshua, quien viene pronto a buscar a aquellos que aman su venida, Maran-ata!
Y El Rah'ee - Dios que ve: (Génesis 16:13).
“Y Agar llamó el nombre del Señor que le había hablado: Tú eres El Rah’ee; porque dijo: ¿Estoy todavía con vida después de verle?”.
Nuestro Dios todo lo ve, Dios ve tu aflicción, tu necesidad, ve lo mucho que estás sufriendo, el Señor no está ciego, sólo que a Él le agrada verte cuando nadie te ve, recordemos siempre que nuestro Padre ve en lo secreto para luego recompensar en público:
“Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”.
(Mateo 6: 6)
¿Cuál es tu actitud en lo secreto? ¿Es la misma actitud que muestras en público? La iglesia debe aprender a vivir en libertad, sin máscaras ni hipocresías, cuidando siempre que nuestro vaso se limpie diariamente por dentro, lo que no se ve, lo secreto; para que lo de fuera también se limpie: he aquí la recompensa en público (Mateo 23: 25- 28).
Aunque ninguna persona mire tus esfuerzos por guardarte limpio, no dejes de hacer lo bueno para que no peques (Santiago 4: 17). Quizás sentís que nadie ve tu sacrificio, cuando cansada te pones a cocinar para tu familia, quizás ni tu esposo ni tus hijos ni nadie ve tu labor agotadora, pero tu Dios se llama El Rah’ee, el Dios que ve, Él sí ve todo tu esfuerzo. Quizás sentís que nadie ve tu esfuerzo por sustentar a tu familia, pues acaso como ésa es tu obligación no se detienen a ver tu esmero, lo agotado que llegas luego de una jornada intensa de trabajo; pero tu Dios se llama El Rah’ee, el Dios que ve. Quizás estás sirviendo en la iglesia y nadie ve tu inmensa labor, quizás les parezca insignificante, y pase ante sus ojos desapercibida tu tarea; pero tu Dios te ve. Quizás te pase a vos, pastor, ministro, siervo de Dios, nadie ve tus esfuerzos, tus largas horas de estudio, de búsqueda intensa en oración, quizás nadie lo vea, ni tu esposa ni tampoco tus hijos; pero hay UNO que sí todo lo ve, y su nombre es: El Rah’ee.
Y El HaKavod - Dios de Gloria: (Salmo 29:3).
“Vos del Señor sobre las aguas. El HaKavod truena, el Señor está sobre las muchas aguas”.
Cuando hablamos de gloria, inmediatamente pensamos en el honor, y la fama merecida; pero la gloria de Dios no sólo nos habla de esto, sino también de su esplendor, de su hermosura incomparable. Dios es hermoso, bellísimo; sólo que no podría asegurar que su belleza sea tal como nosotros la tenemos conceptuada, no estoy muy consciente de esto.
Existen muchos cánones de belleza; hay culturas para las cuales es bello ver mujeres con sus cuellos extremadamente largos, al punto que lo provocan poniéndose aros; es decir que no es la belleza tal como nosotros la concebimos, pues nuestra visión de belleza cambia, incluso cuando va pasando el tiempo; hace algunos años si se era muy delgada no era bella, y hoy las bellas resulta que son las delgadas; así y todo para unos las delgadas siguen sin ser bellas y sí lo son las rollizas, y así con morochos y rubios, etc.
Parece ser que la hermosura, la belleza de nuestro Dios es espiritual, la hermosura de nuestro Señor incluso, para dar un ejemplo, es espiritual. Yo sé que para muchos el Señor es hermoso, es precioso, es bello, y sin embargo muchos de los que dicen esto nunca lo vieron, entonces ha de ser espiritual, veamos un ejemplo en el libro de Cantar de los cantares:
“Mi amado es blanco y rubio, señalado entre diez mil. Su cabeza como oro finísimo; sus cabellos crespos, negros como el cuervo”.
(Cantares 5: 10, 11)
Cualquiera le podría preguntar a la Sulamita: Bueno, ¿en qué quedamos, es rubio o morocho?
Indudablemente esta es una visión poética y simbólica, lo que vemos en este verso es una descripción figurada de la belleza del amado, pues dice el texto que es señalado entre diez mil, y en otro lugar de las Escrituras dice:
“Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos”.
(Isaías 53: 2)
Es de mucho explicar este versículo y no tenemos el espacio suficiente para hacerlo; pero lo que sí debemos notar es que aquí dice que no tiene hermosura (aunque es glorioso), e incluso dice algo muy sugestivo, dice que vino sin atractivo para que le deseemos, ¿cómo se explica esto?. Todos siempre desean aquello que les atrae; pero aquí dice que a propósito vino sin atractivo, para que lo deseemos. La explicación es muy sencilla, él vino sin atractivo humano, para que lo deseemos a Él por lo que Él es y no por como Él se ve; pues sí vino con atractivo espiritual: su amor, su santidad atraían, el Espíritu Santo dentro de Él atraía a las almas cuando les anunciaba las buenas nuevas. Dios no quería que lo siguieran por su hermosura física, sino por lo que traía dentro. Lo mismo ocurría con todo aquél que veía el Tabernáculo que levantó Moisés en el desierto, se veía como una tienda común y corriente, no muy distinta a la de los demás hebreos, sólo aquél que la miraba por dentro notaba la tremenda diferencia, el sumo sacerdote cuando una vez al año entraba era el único que veía la gloria shekina de Dios, y ése sí que volvía al campamento totalmente cambiado, había visto la hermosura de adentro y no sólo la simpleza de afuera.
Hoy podemos cerrar los ojos y contemplar con los de nuestro corazón, la gloria del Dios invisible.
Y El De'ot - El Dios de todo saber: (1 Samuel 2:3).
“No os jactéis más con tanto orgullo, no salga la arrogancia de vuestra boca; porque el Señor es El De’ot, y por Él son pesadas las acciones”.
¿Habrá alguien más sabio que Dios? Definitivamente Dios es el más sabio, Él todo lo sabe, nada está escondido delante de Él, su sabiduría es magnífica, y está dispuesto a dárnosla si se la pedimos. Los creyentes en el Señor deberían ser los más sabios de toda la tierra, y no los que le son indiferentes y enemigos de Dios, puesto que El De’ot, el Dios de todo saber, el Dios de todo conocimiento, El Dios sabio está deseoso de dar sabiduría de lo alto:
“Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor”.
(Santiago 1: 5- 7)
Hay decisiones en la vida que debemos tomar, algunas son difíciles y es en esos momentos cuando quizás consultamos con personas equivocadas, malos consejos que en un comienzo simulaban ser buenos quizás echaron a perder negocios, amistades, afectos e incluso la familia, tanto la natural como la espiritual, que es la iglesia; pero sólo aquellos que tomaron malas decisiones saben lo terrible de sus consecuencias. Cuando tengamos que hacer o decidir algo que nos resulta complejo, pidamos a Dios sabiduría, creyendo que la recibiremos. Nuestro Dios todo lo sabe, su Nombre es: El De’ot
Y El Echad - El Dios Único: (Malaquías 2:10).
“¿No tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha creado El Echad? ¿Por qué nos portamos deslealmente unos contra otros, profanando el pacto de nuestros padres?”.
Nuestro Dios es el mismo ayer, hoy y por los siglos de los siglos, Él no cambia, es el mismo Dios que separó las aguas del Mar Rojo, quien dio maná en el desierto, Él es único Dios en quien debemos depositar no sólo nuestra confianza, sino también nuestra adoración. En verdad no hay otro Dios fuera de Él, es único, y aunque otros dioses quieran imitarlo, se podrán parecer pero Él es Único, es El Echad. Debemos entender que nuestro Dios es Dios también de los demás creyentes verdaderos, por lo pronto somos hermanos, así que nos debemos Lealtad unos con otros. No murmuremos, no critiquemos ni juzguemos a nuestros hermanos, puesto que el que así hace está profanando el pacto de nuestros padres.
Y El HaShamayim - El Dios de los cielos: (Salmo 136:26).
“Dad gracias a El HaShamayim, porque para siempre es su misericordia”.
“He aquí, de Adonai tu Dios son los cielos, y los cielos de los cielos, la tierra, y todas las cosas que hay en ella”
(Deuteronomio 10: 14)
Algunos rabinos creen, acertadamente, que existen siete cielos, siendo el séptimo donde tiene el Señor su trono, lo que llaman el Cielo.
Es totalmente precioso darnos cuenta que nuestro Dios gobierna muy por encima de todos los cielos, muy por encima de todos los gobernadores y huestes espirituales en las regiones celestes. Muchas veces pensamos que en el infierno están los malos y en el cielo los buenos; pero en la Biblia descubrimos que incluso Satanás está en los cielos:
“Entonces hubo guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron contra el dragón. Y el dragón y sus ángeles lucharon, pero no pudieron vencer, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue arrojado el gran dragón, la serpiente antigua que se llama Diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra y sus ángeles fueron arrojados con él”.
(Apocalipsis 12: 7- 9)
El pasaje que acabamos de leer es escatológico y pertenece a lo que se conoce como “escatología inaugurada”, y tendrá lugar en el período de la Tribulación, por lo tanto aún el enemigo está en el cielo. Pero nuestro Gran Dios, El HaShamayim, está sobre todos los cielos, es decir que todos los cielos y todos los ejércitos de los cielos están debajo de sus pies ¡Bendito es YHWH!
Y El Olam - Dios de la Eternidad, o Dios del Universo o Planetas: (Génesis 21:33).
“Y Abraham plantó un tamarisco en Beerseba; y allí invocó el nombre del Señor, El Olam”.
Nuestro Dios es eterno. Hablar de la eternidad es hablar del Olam. Muchas teorías judías dicen que el Olam HaZe es éste mundo en el que estamos viviendo, un mundo de apariencias, real para los que viven en él; aunque no es la realidad definitiva, es decir el Olam HaBá, el mundo venidero. A esta terminología, los rabinos le llaman a ese tiempo, cuando todavía no había nada y sólo estaba Dios, “La soledad de Dios” le han llamado a ese estado el Ayin Sof. Incluso en muchas oportunidades, en las lápidas judías se acostumbra inscribir 5 siglas: taf, nun, tzadi, bet, he; las cuales significan: "Tehe nishmato tzerura bitzeror hajaim"
Queda claro que en muchas oportunidades el término Olam también puede traducirse Mundo o Mundos, por lo que podemos apreciar que Dios es Dios creador, y que antes de crear el planeta Tierra, creó otros mundos o planetas: En la Biblia nos encontramos con varios textos que respaldan lo aquí escrito. Hay dos voces hebreas que erróneamente se traducen tierra por igual: 'adâmâh, cuyo significado es tierra, y hâ-'âräz, cuyo significado es Planeta.
Lamentablemente puedo dar sólo un ejemplo por falta de espacio, en donde aparece la voz hâ-'âräz, es decir Planeta, y es este versículo un gran misterio para muchos teólogos incluso, pero que viendo el hebreo se nos resuelven muchos de los interrogantes, estoy refiriéndome a la maldición de Caín:
“Ahora pues, maldito eres de la tierra ('adâmâh), que ha abierto su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano. Cuando cultives el suelo ('adâmâh), no te dará más su vigor; vagabundo y errante serás en el Planeta (hâ-'âräz). Y Caín dijo al Señor: Mi castigo es demasiado grande para soportarlo. He aquí, me has arrojado hoy de la faz de la tierra ('adâmâh), y de tu presencia me esconderé, y seré vagabundo y errante en el Planeta (hâ-'âräz); y sucederá que cualquiera que me halle me matará. Entonces el Señor le dijo: No será así; pues cualquiera que mate a Caín, siete veces sufrirá venganza. Y puso el Señor una marca sobre Caín, para que cualquiera que lo hallase no lo matara. Y salió Caín de la presencia del Señor, y se estableció en el Planeta (hâ-'âräz) de Nod (en el Planeta de los Errantes), al oriente (kadam) del Edén. Y conoció Caín a su mujer, y ella concibió y dio a luz a Enoc; y edificó una ciudad y la llamó Enoc, como el nombre de su hijo.”. (Génesis 4: 11- 17)
Los grandes interrogantes eran, ¿quiénes iban a matar a Caín si sólo él y sus padres, Adam y Eva eran los únicos pobladores de la tierra?, ¿de dónde sacó Caín una esposa si sólo ellos tres habitaban la tierra?. Los interrogantes quedan dilucidados cuando comprendemos que la Biblia no habla de la tierra de Nod, sino de un Planeta de seres errantes, donde ahí sí habría gente que pudiera haberlo matado, y una mujer con la cual hubiera podido unirse. Entendamos que luego la genealogía de Caín es un listado de hombres malvados entre los que se encuentran Lamec, Tubal-caín, y otros de los que ya no vuelven a mencionarse.
Dios es El Olam, el Dios de todos los mundos y planetas, el Dios del Universo, de el Cosmos:
“Porque si Dios no perdonó a los ángeles cuando pecaron, sino que los arrojó al infierno y los entregó a fosos de tinieblas, reservados para juicio; si no perdonó al mundo (cosmos) antiguo, sino que guardó a Noé, un predicador de justicia, con otros siete, cuando trajo el diluvio sobre el mundo (cosmos) de los impíos...”
(2 Pedro 2: 4, 5)
Dios es el Dios de todos los mundos y cosmos, Él gobierna sobre todos:
“Del Señor es la tierra y toda su plenitud, el kosmos (Universo) y los que en él habitan”.
(Salmos 24: 1)
Y El Rachum - Dios compasivo: (Deuteronomio 4:31).
“Pues el Señor tu Dios es El Rachum; no te abandonará, ni te destruirá, ni olvidará el pacto que Él juró a tus padres”.
(Deuteronomio 4: 31)
Dios es sensible al mal que padecemos algunas veces, esto es ser compasivo. Es revelador ver que Dios tiene sentimientos, que el ríe, que él llora, que se enoja, que se mueve a misericordia cuando ve nuestro sufrimiento. Es un Dios tan amoroso que así tal como somos nos ama, aunque anhela que cambiemos a su imagen. Dios te ama y por esta razón se compadece de ti, el amó nuestras miserias, esto es lo que significa tener misericordia, compasión, sufrir con nosotros. Es grandioso saber que cuando sufrimos él también sufre, porque es muy grande el amor que nos tiene, el desea vernos bien y contentos; pero hay veces que nos debe disciplinar justamente porque nos ama (Hebreos 12: 6). Ningún padre se siente bien cuando pone en disciplina a uno de sus hijos, y aunque lo ve llorar, y lo conmueva, sabe el padre, cuando este es sensato, que esa disciplina hará que el día de mañana su hijo aprenda obediencia (Hebreos 5: 8).
Así ocurre muchas veces, nuestro Padre celestial se conmueve cuando nos ve llorar; pero sabe Él, en su Santa morada, que a los que le amamos, todas las cosas cooperan para bien, aún las negativas (Romanos 8: 28).
Y El Chanun - Dios lleno de Gracia: (Jonás 4:2)
“Y oró al Señor, y dijo: ¡Ah Señor! ¿No era esto lo que yo decía cuando aún estaba en mi tierra? Por eso me anticipé a huir a Tarsis, porque sabía yo que tú eres El Chanun, lento para la ira y rico en misericordia, y que te arrepientes del mal que amenazas”.
Este pasaje nos demuestra a las claras que nuestro Dios es Dios de toda Gracia, y que el hombre, aunque la esté disfrutando, suele negársela a sus prójimos. Esto es lo que Dios reprende a aquellos que aún estando en vigor la gracia, pretenden hacer vivir a las ovejas en un montón de Legalismos absurdos.
Es sorprendente saber que ya no hay obras que valgan, no hay sacrificios que consigan la Salvación para el que está perdido, sino simple, maravillosa y gratuitamente por su Gracia (Romanos 3: 24); la misma gracia que ya existía desde la Eternidad, desde el Olam; pero que ahora ha sido manifestada (Tito 2: 11- 15).
Por esto mismo digamos no a cualquier mandamiento de hombres, cualquier legalismo para ya no estar bajo MALDICIÓN:
“Porque todos los que son de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo el que no permanece en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas. Y que nadie es justificado ante Dios por la ley es evidente, porque el justo vivirá por la fe. Sin embargo, la ley no es de fe; al contrario, El que las hace, vivirá por ellas. Cristo nos redimió de la maldición de la ley, habiéndose hecho maldición por nosotros (porque escrito está: Maldito todo el que cuelga de un madero), a fin de que en Cristo Jesús la bendición de Abraham viniera a los gentiles, para que recibiéramos la promesa del Espíritu mediante la fe”.
(Gálatas 3: 10- 14)
Y El Kana - Dios celoso: (Deuteronomio 4:24)
“Porque el Señor vuestro Dios es fuego consumidor, es El Kana”.
Así como nuestro Dios es el Dios de toda gracia, misericordioso, clemente, bondadoso; Él también es fuego consumidor, y ésta es una faceta que no queremos conocer de Él, y verdaderamente no la conoceremos, al menos en nuestra propia carne, si nos mantenemos fieles a Él. Dios es un esposo celoso, Él te cela y suele enojarlo cuando sus hijos tienen o andan detrás de otros dioses. Cuando hace unos muchos años atrás, se introdujeron en la iglesia un sinfín de ceremonias paganas, la iglesia de Jesucristo sufrió muchos padecimientos, y es hasta el día de hoy que aún suelen conservarse en algunos lugares costumbres cuyas raíces provienen de ritos y ceremonias idólatras, muchas veces de peligrosas consecuencias. Fiestas tales como la Navidad, el día de todos los muertos, son fiestas relacionadas con la religión, inventadas por hombres, su origen es Babilónico. Veamos sólo algunas a modo de ejemplo:
• La Navidad: Es una fiesta dedicada al dios sol (Nimrod y a su hijo Tamúz)
• El día de reyes: Este era un culto antiguo al dios Fregua uno de los dioses de Babilonia que se celebraba el 6 de enero.
• Fiesta de Carnaval: Esta era una celebración a 3 dioses paganos: a) Eros = sexo, b) Par = música, c) Baco = alcohol.
• Semana Santa: Esta es una fiesta que paganiza el sacrificio de Cristo.
• Fiesta de la Asunción: Este es un culto a la diosa Diana, celebrado el 15 de agosto.
• Fiesta del día de Brujas: Es celebrada por los Celtas (galos) en honor al dios de la muerte llamado Samhair, el 31 de octubre se celebra el Festival galo de Samhair, llamada también Hallowen que es un culto a Satanás.
• El día de todos los muertos: Esta fiesta se celebra el 2 de noviembre en conmemoración de todas las almas que han partido al purgatorio (según el papa Urbano IV) este es un culto a los muertos lo cuál está en contra de la doctrina cristiana.
Debemos despojarnos de toda idolatría y ser fieles al único y bondadoso Dios, porque su Nombre es El Kana. Su mismo nombre y naturaleza es Celoso:
“pues no adorarás a ningún otro dios, ya que el Señor, cuyo nombre es Celoso, es El Kana...”
(Éxodo 34:14).
Y El Shaddai - Dios el Todo Suficiente: (Génesis 17:1)
“Cuando Abraham tenía noventa y nueve años, el Señor se le apareció, y le dijo: Yo soy El Shaddai; anda delante de mi, y sé perfecto”.
"Shad" significa "pechos" en hebreo. Por lo cual una interpretación de éste nombre es: “Los pechos que amamantan”, o como algunos también han traducido como: “Los siete pechos que amamantan”.
No en pocas oportunidades Dios compara su amor con el de una madre, pues está escrito que Él nos consuela como una madre. El hecho de amamantar se traduce en la idea de satisfacer todas y cada una de nuestras necesidades. El es Todopoderoso para sostenernos, para darnos todo lo apropiado para vivir felizmente en su presencia.
La madre es para la cultura hebrea un pilar irremplazable en la vida de un niño, y más aún en los primeros años de su infancia, hasta los doce. La madre es la que le enseña en sus primeros años las Escrituras, la que lo viste y lo alimenta, ella se encarga de atenderlo y cuidarlo, hasta que luego toma rol similar el padre.
Nuestro Dios se llama El Shaddai.
Y El Elyon - El Altísimo: (Génesis 14:18)
“Entonces Melquisedec, rey de Salem, sacó pan y vino; él era sacerdote de El Elyon”.
Nuestro Dios es Dios Altísimo, nadie es más alto que Él, ver El HaShamayim.
Y El Gibor - El Dios Todopoderoso: (Isaías 9:6)
“Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado, y la soberanía reposará sobre sus hombros; y se llamará su nombre Admirable Consejero, El Gibor, Padre Eterno, Príncipe de Paz”.
Esta gloriosa profecía, cumplida hace aproximadamente 2000 años en la persona de Jesús de Nazaret, Yeshua el Mesías, nos habla del poder inmenso de nuestro Señor, él es un guerrero poderoso y la persona más potente de todo lo existente.
Es importante saber que así como vino manso hace 2000 años, nuevamente regresará, y vendrá con vara de hierro:
“De su boca sale una espada afilada para herir con ella a las naciones; y las regirá con vara de hierro; y El pisa el lagar del vino del furor de la ira de Dios Todopoderoso. Y en su manto y en su muslo tiene un nombre escrito: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES”.
(Apocalipsis 19: 15, 16)
Pero en cambio hoy el Señor tiene todavía una vara pastoril, y callado para tomarnos y acercarnos con todo amor y misericordia. En este tiempo de la buena voluntad, rindámonos a Él y Él nos dará ánimo para seguir adelante:
“Tu vara y tu callado me infundirán aliento”
(Salmos 23: 4)
Y Immanu El - Dios con nosotros: (Isaías 7:14)
“Por tanto, el Señor mismo os dará una señal: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Immanu El”.
Este nombre nos habla del amor de Dios; pero también nos habla de su inmenso poder, puesto que un extraordinario milagro hizo posible esta concepción virginal. Pero no sólo nos habla de su amor y su poder, sino también de su humillación al encarnarse, vivir entre los hombres siendo Dios y morir en nuestro lugar: Esto es lo que se conoce en términos teologales como la kenosis de Cristo. El hecho de su encarnación es algo sublime, y nos muestra su amor incondicional, puesto que Él nos amó aun cuando éramos sus enemigos, cuando no había visto nada bueno en nosotros, sin poner ninguna condición. Él dejó su gloria, su trono, se metió en el tiempo siendo Eterno, se metió en un cuerpo limitado siendo Ilimitado, tomó forma de hombre siendo con forma de Dios, se hizo siervo siendo SEÑOR, y caminó en esta tierra hasta morir siendo El Inmortal, Eterno Dios. Todo esto Él lo hizo sólo porque nos amó primero. Dios con nosotros, significa que Él se acercó a nosotros, que Él tomó la iniciativa.
YHWH
"YHWH" se usa aproximadamente 7000 veces en el Tanaj, más que ningún otro nombre de Dios. Se lo conoce como el “Tetragrámaton”, que significa literalmente “las cuatro letras”; que son las cuatro letras hebreas: Yud, Hay, Vav, Hay.
Aunque algunos suelen pronuncian YHWH como Jehová, Yahweh o Yavé, realmente no se sabe cómo es en verdad su correcta pronunciación, ya que el pueblo judío dejó de pronunciar Su Nombre alrededor del tercer siglo DC por temor a violar el mandamiento. La palabra sin embargo nos enseña que este nombre será nuevamente pronunciado, y así lo indican muchas profecías:
“Y sucederá que todo aquél que invoque el nombre de YHWH será salvo; porque en el monte Sión y en Jerusalén habrá salvación, como ha dicho el Señor, y entre los sobrevivientes estarán los que el Señor llame”.
(Joel 2: 32)
Una palabra profética también señala que Yeshua mismo habrá de aparecerse en medio de los hermanos alabando a Dios y dándonos a conocer el nombre YHWH:
“Anunciaré tu nombre a mis hermanos, en medio de la congregación te cantaré himnos”.
(Hebreos 2: 12)
Es probable que una de las razones por las cuales acusaron al Señor de blasfemar sea por pronunciar el Nombre sagrado de Dios, puesto que esto era castigado con pena de muerte. Lo cierto es que el Señor pronunció el Nombre YHWH ante sus discípulos, lo dio a conocer y la promesa es que volverá a hacerlo, como está escrito:
“Yo les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer, para que el amor con que me amaste esté en ellos y yo en ellos”.
(Juan 17: 26)
Es de vital importancia que conozcamos su Nombre, y ésta promesa: “Y lo daré a conocer”, no sólo nos debe llenar de gozo y alegría, sino también de una necesidad grande porque ese día glorioso llegue, notemos que el conocer este nombre ocasionará en nosotros lo que el Señor dice en el versículo que ya leímos: “... para que el amor con que me amaste esté en ellos y yo en ellos”, es decir que esto no habrá de ser en su máxima expresión hasta que este bendito Nombre no lo conozcamos.
Por lo pronto entendemos que este nombre no debe pronunciarse Jehová o Yavé, puesto que tales pronunciaciones están equivocadas, el Señor habrá de restaurar el hebreo puro en este tiempo final, puesto que esto es en gran parte lo que se ha denominado: La Restauración del Tabernáculo Caído de David:
“En aquél tiempo cambiaré el hablar de mi pueblo que regresa, y hablarán hebreo con pureza de modo que todos puedan adorar juntos a Dios”.
(Sofonías 3: 9)
“Después de esto volveré, y reedificaré el Tabernáculo de David que ha caído. Y reedificaré sus ruinas, y lo levantaré de nuevo, para que el resto de los hombres busque al Señor, y todos los gentiles sobre quienes mi nombre es invocado, dice el Señor, que hace saber todo esto desde tiempos antiguos”.
(Hechos 15: 16- 18)
Aún hoy los hebreos cuando leen YHWH lo sustituyen por “Adonai”.
Aunque el nombre YHWH aparece en Génesis 2, Dios no se reveló a Sí mismo como YHWH hasta Éxodo 3 en conjunción con la creación de Israel. Este nombre proviene del verbo hebreo que significa “ser”. YHWH nos habla del Ser Total del Dios Eterno.
Al igual que en los anteriores nombres que hemos estudiado, YHWH se combina con otras palabras:
Y YHWH Elohim - SEÑOR Dios: (Génesis 2:4)
“Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día en que YHWH Elohim hizo la tierra y los cielos”.
El Señor YHWH es el único Dios que existe y es por sí mismo, El permanece para siempre. Esta es una revelación que nos es mostrada en el principio, en el génesis, porque desde siempre Él existe y para siempre existirá, Dios no tiene tiempo Él existe desde siempre, Él es:
“Vuestro padre Abraham se regocijó esperando ver mi día; y lo vio y se alegró. Por esto los judíos le dijeron [a Jesús]: Aún no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham? Jesús les dijo: En verdad, en verdad os digo: antes que Abraham viniera a ser, yo soy. Entonces tomaron piedras para tirárselas, pero Jesús fue ocultado y salió del templo pasando por en medio de ellos, se fue, y así pasó”.
(Juan 6: 56- 59)
Y YHWH M'kadesh - El SEÑOR que santifica: (Ezequiel 37:28) Ver Elohim Kedoshim
“Y las naciones sabrán que yo, YHWH M’kadesh, santifico a Israel, cuando mi santuario esté en medio de ellos para siempre”.
Y YHWH Yireh - El SEÑOR que cuando ve provee: (Génesis 22:14)
“Y llamó Abraham aquel lugar con el nombre de YHWH-Yireh, como se dice hasta hoy: En el monte del Señor se verá”.
Es de alegrarse cuando sabemos que el mismo Dios que ve nuestra necesidad también nos provee todo lo necesario para que ya no estemos indigentes.
“Los de tu pueblo se establecieron en ella; en tu bondad, oh Dios, proveíste para el pobre”.
(Salmos 68: 10)
Así como escribía el salmista: Mira mi aflicción que padezco, así también nosotros llevemos delante del Señor nuestro problema, presentémosle nuestra necesidad y pidámosle a YHWH-Yireh que mire nuestra aflicción, nuestra necesidad y Él entonces proveerá:
“Y el Señor dijo: Ciertamente he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he escuchado su clamor a causa de sus capataces, pues estoy consciente de sus sufrimientos. Y he descendido para librarlos de la mano de los egipcios, y para sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y espaciosa, a una tierra que mana leche y miel, al lugar de los cananeos, de los heteos, de los amorreos, de los ferezeos, de los heveos y de los jebuseos. Y ahora, he aquí, el clamor de los hijos de Israel ha llegado hasta mí, y además he visto la opresión con que los egipcios los oprimen. Ahora pues, ven y te enviaré a Faraón, para que saques a mi pueblo, los hijos de Israel, de Egipto”.
(ÉXODO 3: 7- 10)
Cuando el Señor vio la aflicción de los hijos de Israel les proveyó un libertador, Moisés; pero cuando el Señor vio nuestra aflicción, Él nos proveyó otro Libertador, Glorioso, Majestuoso, cuyo Nombre es Yeshua de Nazareth, el Hijo del Dios vivo. No escondas tu aflicción y clama a Dios, y El verá y proveerá porque su Nombre es YHWH-Yireh.
Y YHWH Nisi - El SEÑOR es mi milagro, o El SEÑOR mi bandera: (Éxodo 17:15)
“Y edificó Moisés un altar, y le puso por nombre YHWH Nisi...”
Quizás hoy estás enfrentando una situación tan complicada que sólo un milagro te puede sacar de ello, pues a no desmayar, porque Dios es un Dios de milagros, frente a cualquier batalla que debamos enfrentar en esta vida, debemos saber que nuestra bandera y estandarte es el Señor: YHWH Nisi. El Señor siempre se nos mostrará alto y elevado, como un estandarte que aterroriza a nuestros enemigos en el campo de batalla. Sólo debemos mirarlo a Él y seguir sus instrucciones, hay veces que nos dirá que debemos gritar, otras que debemos alabar, otras que debemos permanecer callados, otras que debemos alzar nuestras manos, otras que debemos hacer sonar nuestro shofar... debemos acatar cada una de las órdenes de nuestro Capitán, y veremos la victoria en todas los órdenes de nuestra vida, los milagros se sucederán uno tras otro, porque nuestro Dios es el mismo Ayer, hoy y siempre, El es YHWH Nisi.
Y YHWH Shalom - El SEÑOR es paz: (Jueces 6:24).
“Y Gedeón edificó allí un altar al Señor y lo llamó YHWH Shalom, el cual permanece en Ofra de los abiezeritas hasta hoy”.
"Shalom" significa la Paz Total.
“La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”.
(Juan 14: 27)
En este versículo es importante notar que de parte del Señor proviene una doble paz, Él les dijo que la paz que ya tenían se las dejaba; y además que les daba Su paz, hoy nosotros somos “La Jerusalén celestial”:
“Y vino uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las últimas siete plagas, habló conmigo, diciendo: Ven, te mostraré la novia, la esposa del Cordero. Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la ciudad santa, Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, y tenía la gloria de Dios. Su fulgor era semejante al de una piedra muy preciosa, como una piedra de jaspe cristalino”.
(Apocalipsis 21: 9- 11)
Ante cualquier situación adversa debemos cuidar no perder la paz doble que nos ha dado el Señor, no debemos seguirle las peleas a nadie, sino todo lo contrario, debemos seguir la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor: Hebreos 12: 14.
Y YHWH Rofehcha - El SEÑOR que te sana: (Éxodo 15:26)
“Y dijo: Si escuchas atentamente la voz del Señor tu Dios, y haces lo que es recto ante sus ojos, y escuchas sus mandamientos, y guardas todos sus estatutos, no te enviaré ninguna de las enfermedades que envié sobre los egipcios; porque yo, el Señor, soy YHWH Rofehcha”.
Dios está tan interesado en tu vida espiritual como en tu vida natural, él desea sanar tu enfermedad, ya sea física o almática. El concepto errado de muchos religiosos que enseñan que Dios trata a su pueblo mediante la enfermedad está errado de plano, puesto que si bien Dios puede permitirla por un trato especial, no podemos generalizar dicho concepto. Lo cierto es que Dios no está interesado en que nos caigan enfermedades, Dios no desea que vivas enfermo para que prediques en los hospitales, es tiempo de entrar sano a ellos y en el Nombre de Yeshua vaciar todas las salas sanando a todos los oprimidos por el diablo, tal como lo hizo nuestro Señor durante su ministerio terrenal:
“Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: Ciertamente ahora entiendo que Dios no hace acepción de personas, sino que en toda nación el que le reverencia y hace lo justo, Dios se agrada de él. El mensaje que Él envió a los hijos de Israel, anunciando el evangelio de paz por medio de Jesucristo (El es Señor de todos), vosotros sabéis lo que ocurrió en toda Judea, comenzando desde Galilea, después del bautismo que Juan predicó. Vosotros sabéis cómo Dios ungió a Jesús de Nazaret con el Espíritu Santo y con poder, el cual anduvo haciendo bien y sanando a todos los oprimidos por el diablo; porque Dios estaba con Él. Y nosotros somos testigos de todas las cosas que hizo en la tierra de los judíos y en Jerusalén. Y también le dieron muerte, colgándole en un madero. A éste Dios le resucitó al tercer día y concedió que se hiciera visible, no a todo el pueblo, sino a los testigos que fueron escogidos de antemano por Dios, es decir, a nosotros que comimos y bebimos con Él después que resucitó de los muertos”.
(Hechos 10: 34- 41)
Dios desea sanar tu cuerpo, pero primero quiere que le permitas sanar tu alma, pues quizás ha sido herida por sentimientos de amargura, quizás porque te sentiste rechazado, no querido, heridas que provocan el resentimiento, el odio, el rencor, ese constante deseo de vengarte por todo, cada mal pensamiento, cada puñal escondido en tu corazón jamás permitirá que te sanes. La falta de perdón frena tus bendiciones, el callar tus faltas y transgresiones te va deteriorando no sólo por dentro, sino también por fuera:
“Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día”.
(Salmos 32: 3)
Nunca olvides que así como el callar envejece tus huesos, el confesar tus faltas y bendecir a Dios hace que te rejuvenezcas como el águila. Aunque sea doloroso, el águila sabe que cuanto más se estrella contra las rocas en las altas montañas, más rápido cambia su plumaje y luce rejuvenecida; aunque sea doloroso, mayores son las bendiciones que nos tiene preparadas nuestro Señor.
Prepara tu corazón, escucha atentamente la voz del Señor tu Dios, y comienza a hacer lo que es recto ante sus ojos, y si escuchas sus mandamientos, y guardas todos sus estatutos, no te enviará ninguna enfermedad; porque el Señor, es YHWH Rofehcha, tu Sanador.
Y YHWH Tz'vaot - El SEÑOR de los ejércitos: (1 Samuel 1:11) Ver Elohay Tzevaot
Y YHWH O'saynu - El SEÑOR nuestro hacedor: (Salmo 95:6)
“Venid, adoremos y postrémonos; doblemos la rodilla ante YHWH O`saynu”.
Somos obras de sus manos, Él es el Alfarero, el que nos moldea y nos da la forma que a El le agrada, somos hechura suya:
“¿Quién eres tú, oh hombre, que le contestas a Dios? ¿Dirá acaso el objeto modelado al que lo modela: Por qué me hiciste así?
(Romanos 9: 20)
Cuantas veces habremos dicho u oído decir: ¿Por qué tengo que tener esta nariz? ¿Por qué tuve que nacer de éste color? ¿Por qué esto y por qué aquello...? ¿Por qué tan bajo? ¿Por qué tan alto?
Siempre en alguna u otra medida nos podemos llegar a sentir disconformes por cómo somos, pero a la verdad debemos comprender que a Dios así le gustamos, y muchas veces debemos aprender a amarnos no por cómo nos vemos, sino por lo que somos: Hijos de Dios. Debemos aprender a convivir con lo que muchos llaman defectos, siempre y cuando tengamos un sobrio equilibrio:
“Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno”.
(Romanos 12: 3)
Al Señor vemos que no le agrada ver a la persona que es agraciada física o incluso intelectualmente ufanarse o engreírse delante de todos; pero tampoco se agrada de aquellos que se tienen en muy poca estima. El profeta de Dios llamado Samuel si leemos cuidadosamente el pasaje que se encuentra en 1 Samuel 16: 1-13, el profeta debía ungir al futuro rey de Israel, por lo pronto esperaba encontrarse con un hombre alto, fuerte, con presencia de rey; pero Dios tenía en mente otro modelo de rey: un jovencito, de baja estatura, pelirrojo y con facciones algo aniñadas, pero Dios no lo había escogido por su apariencia, sino más bien porque su corazón le agradó.
Este no fue el único rechazo o desprecio que experimentó David veamos otro:
“Y cuando el filisteo miró y vio a David, le tuvo en poco; porque era muchacho, y rubio, y de hermoso parecer”.
(1 Samuel 17: 42)
Esto nos comprueba que no son sólo los que se creen feos aquellos que pueden sufrir complejos, sino también los que tal como David tienen un “hermoso parecer”.
Lo que podemos resaltar es que a pesar de todos estos menosprecios, David siguió teniendo un buen concepto de sí mismo:
“Porque tú formaste mis entrañas; me hiciste en el seno de mi madre. Te alabaré, porque asombrosa y maravillosamente he sido hecho; maravillosas son tus obras, y mi alma lo sabe muy bien”.
(Salmos 139: 13, 14)
Es muy importante ministrar nuestra alma, para que ella sepa que somos maravillosos porque el Dios Maravilloso nos hizo, su Nombre es YHWH O`saynu.
YAH
"Yah" es la forma abreviada de YHWH. Por lo tanto tiene idéntico significado, se usa unas 40 veces en las Escrituras. Yah aparece primeramente en el libro de Salmos.
“Jerusalén, que está edificada como ciudad compacta, bien unida, a la cual suben las tribus, las tribus de YAH, (lo cual es ordenanza para Israel) para alabar el nombre del Señor”.
(Salmos 122: 3, 4)
También encontramos este nombre en la palabra compuesta “hallelu-Yah”, que significa “sea alabado Yah”.
ADONAI
"Adonai" es el sustituto rabínico del Tetragrámaton. Si bien “Adonai” se traduce mayormente como “Señor”, también puede traducirse literalmente como “mis señores”. Es una forma enfática de la palabra “Adon”, que significa “amo” o “señor”. Se usa una 450 veces.
“En el año de la muerte del rey Uzías vi yo a Adonai sentado sobre un trono alto y sublime, y la orla de su manto llenaba el templo”.
(Isaías 6: 1)
En este pasaje, si seguimos leyendo los siguientes versículos, vemos cómo se relata el llamamiento de Isaías, pero éste llamado no puede darse si primero no se reconoce el Señorío de Dios, nosotros debemos reconocer el Señorío de Jesucristo y no ser como Judas que nunca llamó Señor a Jesús, sino Maestro. Judas reconocía el magisterio de Jesús pero no su Señorío. Y esto muchas veces sucede porque aún no se ha muerto nuestro propio rey Uzías. El rey Uzías fue un rey que comenzó bien su reinado hasta que se hizo fuerte, entonces se endureció su corazón para su propia ruina, pues se rebeló contra el Señor. Es decir que el rey Uzías representa nuestra autosuficiencia y nuestras rebeliones, y si logramos que estas se mueran en nuestro corazón, no sólo reconoceremos verdaderamente el Señorío de Jesucristo, sino recibiremos un llamado especial, en ese entonces estaremos en condiciones de decir: Heme aquí, envíame a mí.
ADON
Y Adon significa "Señor":
“He aquí, Adon, Dios de los ejércitos, desgajará el ramaje con terrible crujido; los árboles de gran altura serán cortados, los elevados serán abatidos”.
(Isaías 10: 33).
OTROS NOMBRES Y TÍTULOS DE DIOS EN EL TANAJ
Y HaShem: El Nombre (Levítico 24:16)
“Además, el que blasfeme el nombre del Señor, ciertamente ha de morir; toda la congregación ciertamente lo apedreará. Tanto el forastero como el nativo, cuando blasfeme HaShem, ha de morir”.
Y Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob: (Éxodo 3:15)
“Dijo además Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: “El Señor, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros.” Este es mi nombre para siempre, y con él se hará memoria de mí de generación en generación”.
Y Admirable Consejero, Dios poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz: (Isaías 9:6)
“Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado, y la soberanía reposará sobre sus hombros; y se llamará su nombre Admirable Consejero, Dios poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz”.
Y Shiloh: - Pacificador: (Génesis 49: 10)
“No se apartará de Judá el cetro, ni la vara de gobernador de entre sus pies, hasta que venga Shiloh: y a Él será tributada la obediencia de las naciones”.
Y Oriente: (Zacarías 6: 12)
“Al cual hablarás de esta manera: Esto es lo que dice el Señor de los ejércitos: He aquí el varón cuyo nombre es Oriente: y él nacerá de sí mismo, y edificará un templo al Señor”.
Y Estrella: (Números 24:17)
“¡Le estoy viendo, mas no en tiempos cercanos: de Jacob ha salido una Estrella, y de Israel se ha levantado un Cetro, que hiere los costados de Moab, y destruye a todos los hijos de tumulto!”.
Y Piedra angular, el Clavo y Arco de Batalla: (Zacarías 10:4)
“De ella saldrá la piedra angular, de ella el clavo, de ella el arco de batalla, de ella todo caudillo juntamente”.
Y Esposo: (Isaías 54:5)
“Pues será tu dueño y esposo aquél Señor que te ha criado, cuyo nombre es el Señor de los ejércitos; y tu redentor, el Santo de Israel, será llamado el Dios de toda la tierra”.
Y Mensajero del Pacto: (Malaquías 3:1)
“He aquí, yo envío a mi ángel, y él allanará el camino delante de mí. Y luego sí vendrá de repente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis; el mensajero del pacto en quien vosotros os complacéis, he aquí, viene - dice el Señor de los ejércitos”.
Y Anciano de Días: (Daniel 7:9)
“Yo estaba mirando hasta que fueron puestos tronos; y El Anciano de días se sentó, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el cabello de su cabeza como lana purísima; llamas de fuego era su trono, y las ruedas de éste un fuego abrasador”.
Y Mesías el Príncipe: (Daniel 9:25)
“Sabe pues, y entiende que desde que salga la orden para restaurar y reedificar a Jerusalem, hasta el Mesías, el Príncipe, habrá siete semanas y sesenta y dos semanas: la ciudad volverá a edificarse con calle y foso, bien que en tiempos de angustia”.
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Apóstol Duilio Vetere Casco
ELOHIM
(El término Elohim tiene diversas aplicaciones que son muy importantes de destacar, puesto que en reiteradas oportunidades se utiliza esta voz no sólo para referirse al Dios verdadero, sino a algunos hombres a modo de título, o a mensajeros de Dios, como ser ángeles, e incluso Satanás en la Biblia es llamado el dios (elohim) de este mundo (2 Corintios 4: 4).
Elohim: Es el primer “nombre” de Dios encontrado en el Tenaj o Tanaj (Antiguo Testamento). Si bien no es estrictamente el Nombre del Señor, puesto que su Nombre personal es el tetragrámaton: YHWH, del que comentaremos más adelante; Dios es mencionado por primera vez en las Escrituras como Elohim en Génesis 1:1.
Elohim es regularmente traducido como “Dios”. Elohim proviene de una raíz que significa “fuerza, habilidad, autoridad, poder”. Se lo menciona más de 2,300 veces en la Biblia para referirse al Dios de Israel.
También es utilizado para referirse a los dioses paganos (Elohim ajerim) “esos que no son Dios”, como en el caso de Éxodo 20:3, o en Éxodo 12:12 cuando se refiere a "todos los elohim (dioses) de Egipto”.
Cuando se alude a hombres dirigentes (Benei HaElohim), (algunos gobernantes u hombres que estén en eminencia pueden ser llamados de ésta manera); de igual modo los mensajeros de Dios (ángeles) como podemos ver en Génesis 6:2, los hijos de Dios.
A los jueces también se los denominaba con éste título, como puede apreciarse en Éxodo 22:27.
El término Ish Elohim era dado también a los profetas según 2 Reyes 5:14.
Algunas variantes del mismo nombre son: El, Elohay, Eloha, Elohenu, Eloheja, Eli, o Elohejem, algunos de los cuales veremos más adelante.
Elohim es una voz en plural, lo cual no implica que sea muchos dioses, puesto que ésta sería una visión politeísta, sino que como dice el texto hebreo en Deuteronomio 6:4: “Oye Israel; el Señor nuestro Dios es una unidad compuesta”. Dios es UNO.
Tanto la voz Elohim, como sus otras variantes, es, en muchas oportunidades, combinada con otras palabras. De este modo quedan expresados los diversos atributos del Dios de Israel:
Y Elohay Tzevaot -Dios de los ejércitos o Dios de las huestes: (2 Samuel 5:10).
“David se engrandecía cada vez más, porque el Señor, Elohay Tzevaot, estaba con él”.
Tzevaot es el plural de tzavá. Palabra que puede traducirse de múltiples maneras: Ejército, tropa, hueste, agrupamiento de multitudes, legión, muchedumbre, congregación o colectividad numerosa.
Esta voz no expresa terminantemente la idea de guerra o batalla (si bien esto depende del contexto en el cual ésta aparezca). Por la misma razón no debemos asociar su identidad con la guerra únicamente, puesto que existen otras variantes indudablemente apropiadas.
La primera vez que nos encontramos con ésta expresión es en el libro de Samuel:
"E hizo voto diciendo: Oh Señor de los Ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré al Señor todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza."
(1 Samuel 1:11)
Aquí notamos que la referencia a éste nombre está muy alejada a alguna situación de guerra o batalla, sino más bien es un ruego al Señor de los ejércitos, al que ha creado multitudes, huestes en todos los ámbitos, un llamado a la misericordia, con la intención de hacerle llegar a Dios su confianza en Él: Así como el Señor creó innumerables multitudes, también le concedería a su sierva la alegría de un hijo.
En Isaías 1:24, por dar sólo un ejemplo, éste título está claramente ligado con la guerra y su batallar constante en contra de sus enemigos:
“Por tanto declara el Señor, Dios de los ejércitos, el Poderoso de Israel: ¡Ah!, me libraré de mis adversarios, y me vengaré de mis enemigos”.
Cuando meditamos en éste nombre inmediatamente viene a nuestro espíritu un incalculable sentimiento de protección, puesto que el Señor pelea por nosotros, nos podemos sentir protegidos, pues Él es Dios Poderoso, Dios Grande que ha creado inmensas huestes que pone a nuestro servicio. Verdaderamente si como el criado de Eliseo nos serían abiertos los ojos, veríamos cómo hay a nuestro alrededor una multitud de gente de a caballo, por que más son los que están con nosotros que los que están en nuestra contra:
“Y cuando el que servía al hombre de Dios se levantó temprano y salió, he aquí que un ejército con caballos y carros rodeaba la ciudad. Y su criado le dijo: ¡Ah, señor mío! ¿Qué haremos? Y él respondió: No temas, porque los que están con nosotros son más que los que están con ellos.
Eliseo entonces oró, y dijo: Oh Señor, te ruego que abras sus ojos para que vea. Y el Señor abrió los ojos del criado, y miró, y he aquí que el monte estaba lleno de caballos y carros de fuego alrededor de Eliseo”.
(2 Reyes 6: 15-17)
Asimismo si mirásemos con los ojos de la fe, veríamos a multitud de hombres y mujeres tocados por el Señor, sirviéndole en nuestras congregaciones, ésta es una palabra preciosa para que aquellos que somos ministros de Dios, o ayudas en el ministerio, siempre tengamos guardado en nuestro corazón éste nombre, porque Dios habrá de darnos multitudes para que ministremos, atendamos, socorramos y llevemos a Su reposo, porque Dios es Señor de multitudes, aunque el enemigo intente hacernos creer lo contrario. Por eso te animo a que te prepares para la última cosecha de almas, puesto que será admirable.
Y Elohay Kedem - Dios Eterno: (Deuteronomio 33:27).
“Elohay Kedem es tu refugio, y debajo están los brazos eternos. El echó al enemigo delante de ti, y dijo: “¡Destruye!”.
Nuestro Dios es esencialmente eterno, y mora en eternidad (Isaías 57:15), Dios envió desde la eternidad a su Hijo Unigénito para que entrara en nuestro tiempo (Kronos) en el tiempo (Kairos) de Dios y así realizar su obra salvadora:
“Pero tú Bet-lehem Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad”.
(Miqueas 5: 2)
Esta profecía mesiánica se cumplió en la persona de Yeshua (Jesús) de Nazareth. Es importante destacar que Bet-lehem Efrata fue pequeña hasta que salió de ella el Mesías, tal como está escrito en Mateo 2: 6:
“Y tú Bet-lehem, de la tierra de Judá, no eres la más pequeña entre los príncipes de Judá...”
Para este entonces ya había nacido el Cristo, el Mesías Yeshua, el Salvador.
En los días actuales, donde los hombres van tras un montón de ídolos a los que deifican con sus muestras de adoración, los cuales son hombres y sus días son como la hierba, como la flor del campo que perece, es precioso saber que en el mundo entero hay muchos remanentes que no doblaron sus rodillas ante ningún baal, sino que siguen, adoran y sirven a Elohay Kedem, el Dios eterno, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación, el Dios que vive para siempre: (Salmos 103: 14 -18; Santiago 1: 17)
Y Elohay Mishpat - Dios de Justicia: (Isaías 30:18).
“Por tanto, el Señor espera para tener piedad de vosotros, y por eso se levantará para tener compasión de vosotros. Porque el Señor es Elohay Mishpat; ¡cuán bienaventurados son todos los que en Él esperan!
Nosotros como creyentes debemos buscar la justicia de Dios, tal como el Señor nos manda: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”.
(Mateo 6: 33)
Debemos estar agradecidos por la justicia del Señor, puesto que gracias a ella vino la justificación, y reina la gracia para vida eterna por medio de Jesucristo (Romanos 5: 19 -21). Si por nuestra justicia fuera, nada hubiéramos alcanzado, así como el pueblo de Israel no entró a poseer la tierra prometida por su propia justicia (Deuteronomio 9: 5), así tampoco nosotros no entraremos al reino de Dios por nuestra propia justicia, cosiendo hojas de higuera como Adam y Eva en su desobediencia, sino creyendo en el sacrificio del Justo y dejándonos cubrir con la piel del Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Debemos descansar en Dios, porque su justicia no es como la de la tierra, sino que Él es Juez Justo, y como está escrito en Apocalipsis 19: 11, el Señor, su nombre es Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea.
Y Elohay Mauzi - Dios de mi fortaleza: (Salmo 43:2).
“Ya que tú eres Elohay Mauzi, ¿por qué me has rechazado? ¿Por qué ando sombrío por la opresión del enemigo?”.
Muchas veces cuando sentimos que nuestra fortaleza tanto espiritual como física comienza a flaquear, inmediatamente debemos recordar que el Señor es Dios de ella, es Dios de nuestra fortaleza. Aunque los vientos de la debilidad soplen en nosotros, debemos darnos cuenta que el poder de Dios se perfecciona en la debilidad (2 Corintios 12: 9), pues es entonces cuando nos queda por decir lo que el apóstol Pablo escribió en 2 Corintios 12: 10 “... cuando soy débil, entonces soy fuerte”.
Nuestra fortaleza quedará intacta siempre y cuando le permitamos al Señor que sea Dios de ella y no nosotros mismos, es imprescindible que entendamos que nada podremos hacer por nuestras propias fuerzas, tarde o temprano desfalleceremos y veremos cómo lo que la fuerza de nuestras manos edificó ahora es un montón de ruinas, no olvidemos que todo lo podemos, pero en CRISTO, porque es Él quien nos da su fuerza:
“No con ejército, ni con espada, sino con mi Espíritu, ha dicho el Señor de los ejércitos”.
(Zacarías 4: 6)
Y Elohay Selichot - Dios que perdona: (Nehemías 9:17).
“Rehusaron escuchar, y no se acordaron de las maravillas que hiciste entre ellos; endurecieron su cerviz y eligieron un jefe para volver a su esclavitud en Egipto. Pero tú eres Elohay Selichot, compasivo y clemente, lento para la ira y abundante en misericordia, y no los abandonaste”.
Entre tantas preciosas cualidades, nuestro Dios es Dios que perdona al que con un corazón contrito y humillado viene hacia su presencia arrepentido y convertido (Hechos 3: 19), es entonces cuando de Él vienen tiempos de refrigerio. La palabra refrigerio tiene un delicioso significado: Alivio que produce una cosa fresca. Y esto es exactamente lo que se siente cuando uno se sabe perdonado por Dios, el Dios que perdona todos nuestros pecados, un alivio incomparable; es que nos quitan el horrible peso del pecado y la culpa, y luego entonces podemos refrescarnos con las frescas aguas de su Espíritu Santo y de su Palabra.
El mismo Dios que perdona es el que también nos dice que perdonemos a los que nos ofenden:
Efesios 4: 32:
“Sed más bien amables unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, así como también Dios os perdonó en Cristo”.
Y Elohay Mikarov - Dios cercano: (Jeremías 23:23).
“¿Soy yo Elohay Mikarov - declara el Señor - y no un Dios de lejos?”
Son muchos los que creen en un Dios apático, lejano, indiferente en los cielos; pero no es así, pues debemos buscar su rostro todo el tiempo, pues hay promesa de hallarlo para quienes así hagan. En la Biblia nos encontramos con un versículo que nos habla de lo tan cerca que Dios está de los que le aman:
“El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él”.
(Juan 14: 23)
Es lamentable ver hermanos que enfrentando problemas llegan a pensar que Dios se alejó de ellos (aunque Dios es también Dios de lejos), piensan que por no sentir sensaciones en su cuerpo Dios ya no está en ellos; pero debemos recordar que no andamos por vista, ni por los sentidos, sino por fe, y aunque no lo sintamos sabemos por la Palabra que Él estará con nosotros todos los días hasta el fin del mundo (Mateo 28: 20).
El siempre está cerca nuestro, lo cierto es que muchas veces somos nosotros los que nos alejamos, y cuando esto ocurre comenzamos a no sentir su fuego y andamos como el apóstol Pedro en la noche, buscando el fuego de las religiones, fuegos extraños para combatir nuestro enfriamiento (Marcos 14: 54). Es penoso comprender que el Señor no habita dentro de los corazones de todos los cristianos, aunque lo desea. Si leemos la carta que el Señor le envía a su iglesia de Laodicea, podemos descubrir esta realidad:
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo”.
(Apocalipsis 3: 20)
Dios decidió estar lo más cerca posible de su pueblo, primero habitando en medio de ellos en el Tabernáculo que erigió Israel en el desierto y luego en el Templo, hasta llegar a la expresión más deseosa de acercamiento a los suyos, esto fue a través de su Hijo, encarnándose, tabernaculizando entre los hombres, y hoy habitando dentro nuestro hasta que llegue el día esperado por todos lo que aman su venida, cuando Él venga y se tome así mismo y así estaremos con Él siempre.
Y Elohay Marom - Dios de las Alturas: (Miqueas 6:6).
“¿Con qué me presentaré al Señor y me postraré ante Elohay Marom? ¿Me presentaré delante de El con holocaustos, con becerros de un año?
Dios es Omnipresente, el puede estar en todo sitio al mismo tiempo, lo cual explica que si bien Él está morando en nuestros corazones, no dejó de morar en las alturas. El Dios que está cerca nuestro es Dios exaltado, no hay nadie más alto que Él, nuestro Señor gobierna sobre todas las cosas, pues está escrito en la Palabra que Jesús por su disposición a humillarse, a hacerse obediente hasta la muerte y muerte de cruz, Dios también lo exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para la gloria de Dios Padre. (Filipenses 2: 5- 11)
Nuestro Señor fue exaltado hasta lo sumo, hasta lo máximo, y desde ese lugar de supremacía es que extiende Su mano y nos levanta incluso de las aguas tormentosas de nuestra incredulidad. Cada vez que peligramos y decimos: ¡Señor sálvame!, nuestro amoroso Salvador nos toma y nos levanta para que podamos caminar igual que Él. (Mateo 14: 28- 33).
“Torre fuerte es el nombre del Señor; a él correrá el justo, y será levantado”.
(Proverbios 18: 10)
Y Elohay Elohim - Dios de dioses: (Deuteronomio 10:17).
“Porque el Señor vuestro Dios es Elohay Elohim y Señor de señores, Dios grande, poderoso y temible que no hace acepción de personas ni acepta soborno”.
“Porque aunque haya algunos llamados dioses, ya sea en el cielo o en la tierra, como por cierto hay muchos dioses y muchos señores, sin embargo, para nosotros hay un solo Dios, el Padre, de quien proceden todas las cosas, y nosotros somos para Él; y un Señor, Jesucristo, por quien son todas las cosas, y por medio del cual existimos nosotros”.
(1 Corintios 8: 5 -6)
Aquí el apóstol Pablo da por cierto que hay muchos dioses no sólo en los cielos, sino también en la tierra. Estos dioses como tales tienen ciertos poderes, es absurdo negarlo, y estos poderes incluso pueden atormentar muchas vidas, o al menos inquietarlas; pero utilizando la expresión de este pasaje debemos comprender lo siguiente: sin embargo, para nosotros hay un solo Dios, y está muy por encima de todos los dioses, por lo cual podemos habitar seguros. No hay poder de hechicería que sea mayor que el Poder del Dios nuestro: Elohay Elohim. Por otro lado nosotros somos para Él, y Él habrá de cuidarnos.
Y Elohay Tehilati - Dios de mi alabanza: (Salmo 109:1)
“Oh Elohay Tehilati, no calles”.
Dios es digno de recibir nuestra alabanza. Incluso él habita en medio de nuestras alabanzas. Cuando nosotros alabamos su nombre, con cada cántico que dirigimos a él, estamos levantando un edificio donde habitará nuestro Señor. La alabanza no es simplemente cantar un coro en la iglesia, si bien cantamos cuando alabamos; no es solamente para derribar muros, si bien ellos son derribados cuando alabamos; alabar es proclamar las grandes cosas que hizo Dios en y por nosotros, incluso sin cantar alabamos a Dios cuando testificamos a los hombres las grandes maravillas que hizo y hace en medio nuestro. ¡Cuántas cosas maravillosas habrá hecho Dios en tu vida que son dignas de alabanza! Quizás te sacó del alcoholismo, de la drogadicción, de la prostitución, del robo, del contrabando, de la enfermedad e incluso de la muerte, tal vez no haya sido nada de esto, quizás Dios te sacó de la mediocridad de una vida sin Cristo, o te sacó de la religiosidad, de los legalismos, de la ignorancia espiritual... de cuántas cosas Dios te habrá sacado, ¿brujería? ¿astrología?
Del hoyo que sea, Él te sacó para coronarte de favores y misericordias (Salmos 103: 4), por esto y por muchas cosas más el Señor es Dios de mis alabanzas, alabémosle porque estamos vivos (Salmos 150: 6) ¡Aleluya!.
Y Elohim Kedoshim - Dios Santo: (Levítico 19:2)
“Habla a toda la congregación de los hijos de Israel, y diles: ‘Seréis santos porque yo, el Señor vuestro Dios, soy Elohim Kedoshim’ ”.
Nuestro Dios es Santo, y nos dice que porque Él lo es debemos serlo nosotros también.
Debemos buscar la paz con todos, tal como está escrito, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor (Hebreos 12: 14). Si anhelamos ser participantes de la Parusía, de su manifestación secreta donde le veremos a Él, debemos de guardarnos en santidad, debemos ser santos. La santidad es un “estado” que está en pleno movimiento, no es estática en nosotros, es como la luz de la aurora que va de aumento en aumento, por eso la Biblia nos dice que la sigamos, debemos ir detrás de ella, con un anhelo profundo.
Dios es un Dios que nos da mucho y nos demanda mucho, entre otras cosas nos demanda irreprensibilidad, no nos demanda impecabilidad:
“Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es el que os llama, el cual también lo hará”.
(1 Tesalonicenses 5: 23, 24)
Irreprensible es que no merece reprensión, o sea que no merece amonestación, y esto es para el espíritu, alma y cuerpo; como que hay almas que serán amonestadas, espíritus que serán amonestados y aun cuerpos que también serán amonestados.
Es por esto que Dios nos pide que nos guardemos íntegramente en todo nuestro ser. De igual manera estos versículos señalan algo muy importante, esto es que el Dios Fiel será quien nos santificará completamente, y si bien Él es quien nos está llamando a este nivel, el versículo que da fin a la epístola nos declara que será Dios mismo el que lo hará en nosotros. Entonces, ¿cuál es nuestra tarea? Nuestra tarea es dejarnos moldear, permitirle a Dios que Él obre en nosotros, tal como está escrito:
“...el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”.
(Filipenses 1: 6)
Y Elohim Chaiyim - Dios viviente: (Jeremías 10:10)
“Pero el Señor es el Dios verdadero; El es Elohim Chaiyim y el Rey eterno. Ante su enojo tiembla la tierra, y las naciones son impotentes ante su indignación”.
Muchas veces la religión nos ha hecho creer en un Dios muerto, incluso un filósofo ha escrito: Dios está muerto. Otros igualmente confundidos dicen: Dios está vivo; en realidad Dios no está muerto; pero tampoco está vivo, sino que Él es la Vida, El no tiene vida, Él es la Vida, y esto es muy distinto. Nosotros estamos vivos; pero no somos la vida, en cambio Él sí es la Vida. Por ejemplo leemos en Juan 1: 4: “En Él estaba la vida...”; pero en la Biblia de las Américas hay una llamada que nos da otra interpretación, dice así: “En Él existía la vida...”. Esta es una diferencia muy grande, porque si en Él estaba la vida se puede interpretar que estaba vivo porque en Él estaba la vida; pero si leemos que en Él existía la vida, entendemos que la vida existía por medio de Él. Él incluso es el creador de la vida, y el creador es mayor que su criatura.
Incluso el Salmo 63: 3 dice:
“Porque mejor es tu misericordia que la vida; mis labios te alabarán”.
Si la misericordia, que es un atributo de Dios, es más grande que la vida, mucho más grande que la vida es el Dueño de ese atributo, y Jesucristo es DIOS, el que tiene misericordia de nosotros.
El Dios viviente puede vivificarnos, puede darnos vida para nuestro cuerpo; puede darnos vida en abundancia para nuestra alma; y puede darnos vida eterna para nuestro espíritu.
Y Elohay Yishi - Dios de mi salvación: (Salmo 25: 5)
“Guíame en tu verdad y enséñame, porque tú eres Elohay Yishi; en ti espero todo el día”.
Jesús, Yeshua, el salvador, es autor de eterna salvación (Hebreos 5: 9). Dios no quiere que nadie perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento:
“El Señor no se tarda en cumplir su promesa, según algunos entienden la tardanza, sino que es paciente para con vosotros, no queriendo que nadie perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento ”.
(2 Pedro 3: 9)
Hoy cuando son centenares los libros de autoayuda que pregonan también la autosalvación, como ser la Nueva Era, la cual insiste en que el hombre es dios mismo, debemos de meditar en este nombre para conocerlo aún más: Dios de mi salvación. Todas estas falsas doctrinas no son tan Nuevas, no es de ahora que se levantan hombres en los cuales muchos creen encontrar su salvación, podríamos mencionar muchos... por esto mismo la Biblia insiste en que el hombre debe reconocer a un único Salvador, su nombre es Yeshua, Jesús de Nazareth, el Mesías:
“Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”.
(Hechos 4: 11,12)
Aunque haya pasado mucho tiempo desde aquél momento en el cual hemos aceptado al Señor como nuestro único y suficiente Salvador, nunca dejemos de emocionarnos al recordar cómo Él nos rescató, como Él dio su vida por nosotros, cómo Él pagó para que nosotros no nos perdamos eternamente en el infierno. Hoy más que nunca podemos recordar aquél versículo que dice que con amor eterno nos ha amado nuestro Redentor.
Y Elohay Tzur - Dios de la roca: (2 Samuel 22:47).
“El Señor vive, bendita sea mi roca, y ensalzado sea Dios, Elohay Tzur...”.
El Señor es nuestra Roca inconmovible, nuestra Roca eterna. Aquí nos habla no sólo de estabilidad, pues Él nos proporciona estabilidad emocional, espiritual y material, también nos brinda su compañía, pues la misma roca que seguía a los Israelitas en el desierto, Cristo mismo, es el que hoy nos sigue a todas partes, no nos desampara ni nos deja. Pues su promesa es de estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo.
Pero esa misma Roca no sólo los seguía, sino que les daba agua, elemento vital para nuestra subsistencia (1 Corintios 10: 1- 4). También leemos en el libro de Job que la roca derrama ríos de aceite (Job 29: 6), lo cual representa la unción del Espíritu Santo, la misma unción que pudre todo yugo, proporcionándonos también una completa liberación para nuestro ser.
La Roca nos aporta asimismo estabilidad, pues aunque vengan las dificultades, si estamos cimentados sobre la Roca seguiremos adelante (Mateo 7: 24 -27), más que vencedores por medio del Señor.
Y Elohay Kol Basar - Dios de toda carne: (Jeremías 32:27)
“He aquí, yo soy el Señor, Elohay Kol Basar, ¿habrá algo imposible para mi?”.
Dios es el único creador, el creó a cada criatura, por lo pronto toda carne le debe adoración, ya sea forzada o voluntaria. Dios desea que salga de nuestro corazón una alabanza espontánea, fresca, pues Él merece toda expresión de agradecimiento, puesto que es por su voluntad que hemos venido a ésta tierra y es por su entera voluntad que aún permanecemos en ella.
Dios es digno de recibir nuestra adoración, y debemos dar gracias porque, si le hemos aceptado como nuestro único y suficiente salvador, de nuestra voluntad podemos doblar nuestras rodillas en muestra de reverencia y sumisión. Por esto mismo hoy, en el año agradable del Señor, rindámonos a Él, postrémonos a Él porque no hay otro dios más grande que el Dios eterno: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
“Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que al nombre de Yeshua se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Yeshua el Mesías es el Señor, para gloria de Dios Padre”.
(Filipenses 2: 9- 11)
Y Elohay HaRuchot LeKol Basar - Dios de los espíritus de toda carne: (Números 16:22).
“Pero ellos cayeron sobre sus rostros, y dijeron: Oh Dios, Elohay HaRuchot LeKol Basar, cuando un hombre peque, ¿te enojarás con toda la congregación?”.
Dios no sólo ha creado un mundo físico, sino que primeramente Dios creó un mundo espiritual. Nosotros debemos entender que existe un mundo invisible a los ojos, aunque de vez en cuando se manifieste. Cuando surgen ciertos inconvenientes en nuestro hogar o trabajo o congregación, debemos entender que el problema no viene por culpa de tal o cual persona, sino que ese conflicto o dificultad es provocada por seres espirituales que intentan bloquearnos, que pretenden hacernos perder la calma y la paz que el Señor nos ha dado.
Tenemos que entender que muchas veces, si bien no todas, el problema que estamos pasando o la dificultad que estamos teniendo, no es siempre por culpa de nuestra esposa o esposo o hijos o vecinos o hermanos, sino que puede ser un problema almático o bien un ataque espiritual, es por esta razón que el apóstol Pablo escribe que nuestra lucha no es contra carne y sangre, es decir que no es contra hombres y mujeres, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes (Efesios 6: 12).
Sea cual fuere el inconveniente sabemos que el Señor será quien nos dará la victoria en todas las áreas de nuestra vida, porque Dios es Dios de los espíritus de toda carne.
El término hebreo rûah (espíritu) tiene diversas interpretaciones, todas ellas igualmente válidas:
1. Viento: Fuerza sobrenatural invisible a los ojos, poderosa y a veces violenta:
“Con viento (rûah) solano quiebras tú las naves de Tarsis”. (Salmo 48: 7)
2. Aliento, respiración o espíritu: (La vida del hombre y las bestias)
“Porque lo que sucede a los hijos de los hombres, y lo que sucede a las bestias, un mismo suceso es: como mueren los unos, así mueren los otros, y una misma respiración (rûah) tienen todos; ni tiene más el hombre que la bestia; porque todo es vanidad”. (Eclesiastés 3: 19)
3. Poder de Dios: (Aquí se trata de una demostración sobrenatural de Dios)
“Y el Espíritu (rûah) de YHWH vino sobre Sansón, quien despedazó al león como quien despedaza un cabrito, sin tener nada en su mano; y no declaró ni a su padre ni a su madre lo que había hecho”. (Jueces 14: 6)
Así que Dios es Dios de los espíritus de toda carne:
“No toda carne es la misma carne, sino que una es la de los hombres, otra carne la de las bestias, otra la de los peces, y otra la de las aves”.
(1 Corintios 15: 39)
EL
Este nombre también se traduce como Dios. Como quedó explicado más arriba, esta es una variante de Elohim, se usa 200 veces en las Escrituras. Así como Elohim es combinado con otras palabras, las cuales resaltan los diferentes atributos de Dios, El va acompañado de distintas voces, algunas de las cuales veremos a continuación:
Y El HaNe'eman - El Dios fiel: (Deuteronomio 7: 9, 10).
“Reconoce, pues, que el Señor tu Dios es Dios, El HaNe'eman, que guarda su pacto y su misericordia hasta mil generaciones con aquellos que le aman y guardan sus mandamientos; pero al que le odia le da el pago en su misma cara, destruyéndolo; y no se tarda en castigar al que le odia, en su misma cara le dará el pago”.
Comenzamos esta serie con una de las cualidades y características más preciosas de nuestro Dios: Su fidelidad. Dios es fiel, e incluso exige que aquellos que trabajen en su obra sean de igual modo fieles. Si bien es cierto que Dios demanda de los obreros distintas cosas como ser que sean aptos para enseñar, hombres de una sola mujer, no dados al mucho vino, que sepa gobernar bien su casa, etc.; es una de las cualidades, el ser fieles, que el Señor más se detiene a observar:
“Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros”.
(2 Timoteo 2: 2)
En la primera carta escrita a Timoteo, Pablo nos da a conocer cuál fue la característica que vio Dios en él para ser llamado al ministerio:
“Doy gracias al que me fortaleció, al Mesías Yeshua nuestro Adonai (Señor), porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio ...”
(1 Timoteo 1: 12)
¿El que demanda que seamos fieles será infiel? No, Dios es Fiel aunque nosotros muchas veces somos infieles, debemos darle gracias al Señor por su fidelidad.
“Palabra fiel es esta: Si somos muertos con él, también viviremos con él; si sufrimos, también reinaremos con él; si le negáremos, él también nos negará. Si fuéremos infieles, él permanece fiel; él no puede negarse a sí mismo”.
(2 Timoteo 2: 11- 13)
Y El HaGadol -Dios grande: (Deuteronomio 10:17).
“Porque el Señor vuestro Dios es Dios de dioses y Señor de señores, El Ha Gadol, poderoso y temible que no hace acepción de personas ni acepta soborno”.
Nuestro Dios no es un Dios en miniatura como muchos creen y enseñan, Dios es Grande y por lo tanto sus obras son grandes, como bien lo dice el salmista:
“Porque tú eres grande, y hacedor de maravillas; sólo tú eres Dios”.
(Salmo 86: 10)
Esta bellísima verdad la comprobamos cuando miramos los cielos inmensos, el espacio, cada estrella, cada sistema solar, los científicos cuando creen llegar al fin del espacio se encuentran con nuevos sistemas solares... cuando vemos la inmensidad de los cielos notamos sin embargo que Dios es aún más Grande, porque su Nombre es El Ha Gadol:
“He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener... dijo el rey Salomón, el hombre más sabio, cuando dedicó el templo que había edificado como morada para el Señor (1 Reyes 8: 27).
Pero no hace falta irse tan lejos, basta con mirar a nuestro alrededor, una mujer con su hijo en gestación, cada vena, cada hueso, cada milímetro de piel, las uñas y el cabello, cómo todo se va formando en sus entrañas, en cada célula microscópica puede verse la Grandeza del Creador.
Dios es grande en poder: Nahum 1: 3; grande en misericordia y grande en verdad (Éxodo 34: 6), por lo cual es digno de ser en gran manera alabado (Salmo 48: 1).
En este mundo muchos se creen grandes, ya sea por su fama, poder económico, político o por su inteligencia o títulos universitarios, y muchos de ellos tratan con desprecio a los “pequeñitos”, pues Dios, siendo Él verdaderamente GRANDE, nunca hace tal cosa, por eso seamos imitadores de Él. Leamos juntos un verso donde está expresada esta verdad tan gloriosa y meditemos en esta palabra:
“He aquí que Dios es grande, pero no desestima (no tiene en poco) a nadie; es poderoso en fuerza de sabiduría”.
(Job 36: 5)
Y El HaKadosh - El Dios Santo: (Isaías 5:16). (Ver Elohim Kedoshim)
“Pero el Señor de los ejércitos será exaltado por su juicio, y El HaKadosh se mostrará santo por su justicia”.
Y El Yisrael - El Dios de Israel: (Salmo 68:35)
“Imponente eres, oh Dios, desde tu santuario. El Yisrael da fortaleza y poder al pueblo.
¡Bendito sea Dios!”.
Dios está totalmente identificado con su pueblo, muchas veces se le ha dado un significado erróneo a esta situación, pues si bien el Señor escogió este pueblo como suyo propio, y les ha revelado su Nombre, les ha dado sus promesas y sus bendiciones, ahora viene Dios y declara por medio del apóstol Pablo:
“No que la palabra de Dios haya fallado; porque no todos los que descienden de Israel son israelitas, ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos; sino: En Isaac te será llamada descendencia. Esto es: no los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la promesa son contados como descendientes”.
(Romanos 9: 6- 8)
Aquí claramente explica el apóstol que aunque no desciendas de Israel según la carne, según la promesa sí desciendes; y es en esta verdad revelada donde se gesta la idea que traza Pablo en Gálatas 6: 16, cuando se refiere a los creyentes que andan conforme a la verdad y utiliza una frase que será acuñada por la teología: el Israel de Dios.
Hoy somos israelitas, aunque no hayamos nacido en la Nación de Israel, aunque no desciendas del patriarca según la carne, pero mediante el sacrificio redentor del Mesías, nosotros, que no éramos pueblo, hoy sí lo somos, y por lo pronto tenemos idénticos beneficios: El es nuestro Dios: El Yisrael; y nosotros somos de Él.
Y El Simchat Gili - Dios de mi alegría y de mi gozo: (Salmo 43:4).
“Entonces entraré al altar de Dios, a Dios, El Simchat Gili; y al son de la lira te alabaré, oh Dios, Dios mío”.
“... a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso”.
(1 Pedro 1: 8)
En este versículo notamos que existe una diferencia entre el gozo y la alegría, si lo vemos en el griego notaríamos un poco más claramente dicha distinción:
agalliasqe: os alegráis... aquí nos habla de gran regocijo, expresiones de alegría que se exteriorizan.
cara: gozo... aquí nos habla de placer, por lo que podemos deducir que aquí el disfrute es interno.
No puede haber alegría sin gozo, nadie puede estar verdaderamente contento, si por dentro no se siente bien, si no tiene paz, gozo, disfrute interior, y Dios está dispuesto a dar cada día de ese gozo, ungirnos con óleo de alegría, de placer, de contentamiento (Isaías 61:3) y se cumplirá aquél versículo que dice:
“Y se dirá en aquél día: He aquí, éste es nuestro Dios, le hemos esperado, y nos salvará; éste es YHWH a quien hemos esperado, nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación (YESHUA)”.
(Isaías 25: 9)
¡Nuestro gozo y alegría está en el Nombre del Señor Yeshua, quien viene pronto a buscar a aquellos que aman su venida, Maran-ata!
Y El Rah'ee - Dios que ve: (Génesis 16:13).
“Y Agar llamó el nombre del Señor que le había hablado: Tú eres El Rah’ee; porque dijo: ¿Estoy todavía con vida después de verle?”.
Nuestro Dios todo lo ve, Dios ve tu aflicción, tu necesidad, ve lo mucho que estás sufriendo, el Señor no está ciego, sólo que a Él le agrada verte cuando nadie te ve, recordemos siempre que nuestro Padre ve en lo secreto para luego recompensar en público:
“Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”.
(Mateo 6: 6)
¿Cuál es tu actitud en lo secreto? ¿Es la misma actitud que muestras en público? La iglesia debe aprender a vivir en libertad, sin máscaras ni hipocresías, cuidando siempre que nuestro vaso se limpie diariamente por dentro, lo que no se ve, lo secreto; para que lo de fuera también se limpie: he aquí la recompensa en público (Mateo 23: 25- 28).
Aunque ninguna persona mire tus esfuerzos por guardarte limpio, no dejes de hacer lo bueno para que no peques (Santiago 4: 17). Quizás sentís que nadie ve tu sacrificio, cuando cansada te pones a cocinar para tu familia, quizás ni tu esposo ni tus hijos ni nadie ve tu labor agotadora, pero tu Dios se llama El Rah’ee, el Dios que ve, Él sí ve todo tu esfuerzo. Quizás sentís que nadie ve tu esfuerzo por sustentar a tu familia, pues acaso como ésa es tu obligación no se detienen a ver tu esmero, lo agotado que llegas luego de una jornada intensa de trabajo; pero tu Dios se llama El Rah’ee, el Dios que ve. Quizás estás sirviendo en la iglesia y nadie ve tu inmensa labor, quizás les parezca insignificante, y pase ante sus ojos desapercibida tu tarea; pero tu Dios te ve. Quizás te pase a vos, pastor, ministro, siervo de Dios, nadie ve tus esfuerzos, tus largas horas de estudio, de búsqueda intensa en oración, quizás nadie lo vea, ni tu esposa ni tampoco tus hijos; pero hay UNO que sí todo lo ve, y su nombre es: El Rah’ee.
Y El HaKavod - Dios de Gloria: (Salmo 29:3).
“Vos del Señor sobre las aguas. El HaKavod truena, el Señor está sobre las muchas aguas”.
Cuando hablamos de gloria, inmediatamente pensamos en el honor, y la fama merecida; pero la gloria de Dios no sólo nos habla de esto, sino también de su esplendor, de su hermosura incomparable. Dios es hermoso, bellísimo; sólo que no podría asegurar que su belleza sea tal como nosotros la tenemos conceptuada, no estoy muy consciente de esto.
Existen muchos cánones de belleza; hay culturas para las cuales es bello ver mujeres con sus cuellos extremadamente largos, al punto que lo provocan poniéndose aros; es decir que no es la belleza tal como nosotros la concebimos, pues nuestra visión de belleza cambia, incluso cuando va pasando el tiempo; hace algunos años si se era muy delgada no era bella, y hoy las bellas resulta que son las delgadas; así y todo para unos las delgadas siguen sin ser bellas y sí lo son las rollizas, y así con morochos y rubios, etc.
Parece ser que la hermosura, la belleza de nuestro Dios es espiritual, la hermosura de nuestro Señor incluso, para dar un ejemplo, es espiritual. Yo sé que para muchos el Señor es hermoso, es precioso, es bello, y sin embargo muchos de los que dicen esto nunca lo vieron, entonces ha de ser espiritual, veamos un ejemplo en el libro de Cantar de los cantares:
“Mi amado es blanco y rubio, señalado entre diez mil. Su cabeza como oro finísimo; sus cabellos crespos, negros como el cuervo”.
(Cantares 5: 10, 11)
Cualquiera le podría preguntar a la Sulamita: Bueno, ¿en qué quedamos, es rubio o morocho?
Indudablemente esta es una visión poética y simbólica, lo que vemos en este verso es una descripción figurada de la belleza del amado, pues dice el texto que es señalado entre diez mil, y en otro lugar de las Escrituras dice:
“Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos”.
(Isaías 53: 2)
Es de mucho explicar este versículo y no tenemos el espacio suficiente para hacerlo; pero lo que sí debemos notar es que aquí dice que no tiene hermosura (aunque es glorioso), e incluso dice algo muy sugestivo, dice que vino sin atractivo para que le deseemos, ¿cómo se explica esto?. Todos siempre desean aquello que les atrae; pero aquí dice que a propósito vino sin atractivo, para que lo deseemos. La explicación es muy sencilla, él vino sin atractivo humano, para que lo deseemos a Él por lo que Él es y no por como Él se ve; pues sí vino con atractivo espiritual: su amor, su santidad atraían, el Espíritu Santo dentro de Él atraía a las almas cuando les anunciaba las buenas nuevas. Dios no quería que lo siguieran por su hermosura física, sino por lo que traía dentro. Lo mismo ocurría con todo aquél que veía el Tabernáculo que levantó Moisés en el desierto, se veía como una tienda común y corriente, no muy distinta a la de los demás hebreos, sólo aquél que la miraba por dentro notaba la tremenda diferencia, el sumo sacerdote cuando una vez al año entraba era el único que veía la gloria shekina de Dios, y ése sí que volvía al campamento totalmente cambiado, había visto la hermosura de adentro y no sólo la simpleza de afuera.
Hoy podemos cerrar los ojos y contemplar con los de nuestro corazón, la gloria del Dios invisible.
Y El De'ot - El Dios de todo saber: (1 Samuel 2:3).
“No os jactéis más con tanto orgullo, no salga la arrogancia de vuestra boca; porque el Señor es El De’ot, y por Él son pesadas las acciones”.
¿Habrá alguien más sabio que Dios? Definitivamente Dios es el más sabio, Él todo lo sabe, nada está escondido delante de Él, su sabiduría es magnífica, y está dispuesto a dárnosla si se la pedimos. Los creyentes en el Señor deberían ser los más sabios de toda la tierra, y no los que le son indiferentes y enemigos de Dios, puesto que El De’ot, el Dios de todo saber, el Dios de todo conocimiento, El Dios sabio está deseoso de dar sabiduría de lo alto:
“Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor”.
(Santiago 1: 5- 7)
Hay decisiones en la vida que debemos tomar, algunas son difíciles y es en esos momentos cuando quizás consultamos con personas equivocadas, malos consejos que en un comienzo simulaban ser buenos quizás echaron a perder negocios, amistades, afectos e incluso la familia, tanto la natural como la espiritual, que es la iglesia; pero sólo aquellos que tomaron malas decisiones saben lo terrible de sus consecuencias. Cuando tengamos que hacer o decidir algo que nos resulta complejo, pidamos a Dios sabiduría, creyendo que la recibiremos. Nuestro Dios todo lo sabe, su Nombre es: El De’ot
Y El Echad - El Dios Único: (Malaquías 2:10).
“¿No tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha creado El Echad? ¿Por qué nos portamos deslealmente unos contra otros, profanando el pacto de nuestros padres?”.
Nuestro Dios es el mismo ayer, hoy y por los siglos de los siglos, Él no cambia, es el mismo Dios que separó las aguas del Mar Rojo, quien dio maná en el desierto, Él es único Dios en quien debemos depositar no sólo nuestra confianza, sino también nuestra adoración. En verdad no hay otro Dios fuera de Él, es único, y aunque otros dioses quieran imitarlo, se podrán parecer pero Él es Único, es El Echad. Debemos entender que nuestro Dios es Dios también de los demás creyentes verdaderos, por lo pronto somos hermanos, así que nos debemos Lealtad unos con otros. No murmuremos, no critiquemos ni juzguemos a nuestros hermanos, puesto que el que así hace está profanando el pacto de nuestros padres.
Y El HaShamayim - El Dios de los cielos: (Salmo 136:26).
“Dad gracias a El HaShamayim, porque para siempre es su misericordia”.
“He aquí, de Adonai tu Dios son los cielos, y los cielos de los cielos, la tierra, y todas las cosas que hay en ella”
(Deuteronomio 10: 14)
Algunos rabinos creen, acertadamente, que existen siete cielos, siendo el séptimo donde tiene el Señor su trono, lo que llaman el Cielo.
Es totalmente precioso darnos cuenta que nuestro Dios gobierna muy por encima de todos los cielos, muy por encima de todos los gobernadores y huestes espirituales en las regiones celestes. Muchas veces pensamos que en el infierno están los malos y en el cielo los buenos; pero en la Biblia descubrimos que incluso Satanás está en los cielos:
“Entonces hubo guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron contra el dragón. Y el dragón y sus ángeles lucharon, pero no pudieron vencer, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue arrojado el gran dragón, la serpiente antigua que se llama Diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra y sus ángeles fueron arrojados con él”.
(Apocalipsis 12: 7- 9)
El pasaje que acabamos de leer es escatológico y pertenece a lo que se conoce como “escatología inaugurada”, y tendrá lugar en el período de la Tribulación, por lo tanto aún el enemigo está en el cielo. Pero nuestro Gran Dios, El HaShamayim, está sobre todos los cielos, es decir que todos los cielos y todos los ejércitos de los cielos están debajo de sus pies ¡Bendito es YHWH!
Y El Olam - Dios de la Eternidad, o Dios del Universo o Planetas: (Génesis 21:33).
“Y Abraham plantó un tamarisco en Beerseba; y allí invocó el nombre del Señor, El Olam”.
Nuestro Dios es eterno. Hablar de la eternidad es hablar del Olam. Muchas teorías judías dicen que el Olam HaZe es éste mundo en el que estamos viviendo, un mundo de apariencias, real para los que viven en él; aunque no es la realidad definitiva, es decir el Olam HaBá, el mundo venidero. A esta terminología, los rabinos le llaman a ese tiempo, cuando todavía no había nada y sólo estaba Dios, “La soledad de Dios” le han llamado a ese estado el Ayin Sof. Incluso en muchas oportunidades, en las lápidas judías se acostumbra inscribir 5 siglas: taf, nun, tzadi, bet, he; las cuales significan: "Tehe nishmato tzerura bitzeror hajaim"
Queda claro que en muchas oportunidades el término Olam también puede traducirse Mundo o Mundos, por lo que podemos apreciar que Dios es Dios creador, y que antes de crear el planeta Tierra, creó otros mundos o planetas: En la Biblia nos encontramos con varios textos que respaldan lo aquí escrito. Hay dos voces hebreas que erróneamente se traducen tierra por igual: 'adâmâh, cuyo significado es tierra, y hâ-'âräz, cuyo significado es Planeta.
Lamentablemente puedo dar sólo un ejemplo por falta de espacio, en donde aparece la voz hâ-'âräz, es decir Planeta, y es este versículo un gran misterio para muchos teólogos incluso, pero que viendo el hebreo se nos resuelven muchos de los interrogantes, estoy refiriéndome a la maldición de Caín:
“Ahora pues, maldito eres de la tierra ('adâmâh), que ha abierto su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano. Cuando cultives el suelo ('adâmâh), no te dará más su vigor; vagabundo y errante serás en el Planeta (hâ-'âräz). Y Caín dijo al Señor: Mi castigo es demasiado grande para soportarlo. He aquí, me has arrojado hoy de la faz de la tierra ('adâmâh), y de tu presencia me esconderé, y seré vagabundo y errante en el Planeta (hâ-'âräz); y sucederá que cualquiera que me halle me matará. Entonces el Señor le dijo: No será así; pues cualquiera que mate a Caín, siete veces sufrirá venganza. Y puso el Señor una marca sobre Caín, para que cualquiera que lo hallase no lo matara. Y salió Caín de la presencia del Señor, y se estableció en el Planeta (hâ-'âräz) de Nod (en el Planeta de los Errantes), al oriente (kadam) del Edén. Y conoció Caín a su mujer, y ella concibió y dio a luz a Enoc; y edificó una ciudad y la llamó Enoc, como el nombre de su hijo.”. (Génesis 4: 11- 17)
Los grandes interrogantes eran, ¿quiénes iban a matar a Caín si sólo él y sus padres, Adam y Eva eran los únicos pobladores de la tierra?, ¿de dónde sacó Caín una esposa si sólo ellos tres habitaban la tierra?. Los interrogantes quedan dilucidados cuando comprendemos que la Biblia no habla de la tierra de Nod, sino de un Planeta de seres errantes, donde ahí sí habría gente que pudiera haberlo matado, y una mujer con la cual hubiera podido unirse. Entendamos que luego la genealogía de Caín es un listado de hombres malvados entre los que se encuentran Lamec, Tubal-caín, y otros de los que ya no vuelven a mencionarse.
Dios es El Olam, el Dios de todos los mundos y planetas, el Dios del Universo, de el Cosmos:
“Porque si Dios no perdonó a los ángeles cuando pecaron, sino que los arrojó al infierno y los entregó a fosos de tinieblas, reservados para juicio; si no perdonó al mundo (cosmos) antiguo, sino que guardó a Noé, un predicador de justicia, con otros siete, cuando trajo el diluvio sobre el mundo (cosmos) de los impíos...”
(2 Pedro 2: 4, 5)
Dios es el Dios de todos los mundos y cosmos, Él gobierna sobre todos:
“Del Señor es la tierra y toda su plenitud, el kosmos (Universo) y los que en él habitan”.
(Salmos 24: 1)
Y El Rachum - Dios compasivo: (Deuteronomio 4:31).
“Pues el Señor tu Dios es El Rachum; no te abandonará, ni te destruirá, ni olvidará el pacto que Él juró a tus padres”.
(Deuteronomio 4: 31)
Dios es sensible al mal que padecemos algunas veces, esto es ser compasivo. Es revelador ver que Dios tiene sentimientos, que el ríe, que él llora, que se enoja, que se mueve a misericordia cuando ve nuestro sufrimiento. Es un Dios tan amoroso que así tal como somos nos ama, aunque anhela que cambiemos a su imagen. Dios te ama y por esta razón se compadece de ti, el amó nuestras miserias, esto es lo que significa tener misericordia, compasión, sufrir con nosotros. Es grandioso saber que cuando sufrimos él también sufre, porque es muy grande el amor que nos tiene, el desea vernos bien y contentos; pero hay veces que nos debe disciplinar justamente porque nos ama (Hebreos 12: 6). Ningún padre se siente bien cuando pone en disciplina a uno de sus hijos, y aunque lo ve llorar, y lo conmueva, sabe el padre, cuando este es sensato, que esa disciplina hará que el día de mañana su hijo aprenda obediencia (Hebreos 5: 8).
Así ocurre muchas veces, nuestro Padre celestial se conmueve cuando nos ve llorar; pero sabe Él, en su Santa morada, que a los que le amamos, todas las cosas cooperan para bien, aún las negativas (Romanos 8: 28).
Y El Chanun - Dios lleno de Gracia: (Jonás 4:2)
“Y oró al Señor, y dijo: ¡Ah Señor! ¿No era esto lo que yo decía cuando aún estaba en mi tierra? Por eso me anticipé a huir a Tarsis, porque sabía yo que tú eres El Chanun, lento para la ira y rico en misericordia, y que te arrepientes del mal que amenazas”.
Este pasaje nos demuestra a las claras que nuestro Dios es Dios de toda Gracia, y que el hombre, aunque la esté disfrutando, suele negársela a sus prójimos. Esto es lo que Dios reprende a aquellos que aún estando en vigor la gracia, pretenden hacer vivir a las ovejas en un montón de Legalismos absurdos.
Es sorprendente saber que ya no hay obras que valgan, no hay sacrificios que consigan la Salvación para el que está perdido, sino simple, maravillosa y gratuitamente por su Gracia (Romanos 3: 24); la misma gracia que ya existía desde la Eternidad, desde el Olam; pero que ahora ha sido manifestada (Tito 2: 11- 15).
Por esto mismo digamos no a cualquier mandamiento de hombres, cualquier legalismo para ya no estar bajo MALDICIÓN:
“Porque todos los que son de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo el que no permanece en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas. Y que nadie es justificado ante Dios por la ley es evidente, porque el justo vivirá por la fe. Sin embargo, la ley no es de fe; al contrario, El que las hace, vivirá por ellas. Cristo nos redimió de la maldición de la ley, habiéndose hecho maldición por nosotros (porque escrito está: Maldito todo el que cuelga de un madero), a fin de que en Cristo Jesús la bendición de Abraham viniera a los gentiles, para que recibiéramos la promesa del Espíritu mediante la fe”.
(Gálatas 3: 10- 14)
Y El Kana - Dios celoso: (Deuteronomio 4:24)
“Porque el Señor vuestro Dios es fuego consumidor, es El Kana”.
Así como nuestro Dios es el Dios de toda gracia, misericordioso, clemente, bondadoso; Él también es fuego consumidor, y ésta es una faceta que no queremos conocer de Él, y verdaderamente no la conoceremos, al menos en nuestra propia carne, si nos mantenemos fieles a Él. Dios es un esposo celoso, Él te cela y suele enojarlo cuando sus hijos tienen o andan detrás de otros dioses. Cuando hace unos muchos años atrás, se introdujeron en la iglesia un sinfín de ceremonias paganas, la iglesia de Jesucristo sufrió muchos padecimientos, y es hasta el día de hoy que aún suelen conservarse en algunos lugares costumbres cuyas raíces provienen de ritos y ceremonias idólatras, muchas veces de peligrosas consecuencias. Fiestas tales como la Navidad, el día de todos los muertos, son fiestas relacionadas con la religión, inventadas por hombres, su origen es Babilónico. Veamos sólo algunas a modo de ejemplo:
• La Navidad: Es una fiesta dedicada al dios sol (Nimrod y a su hijo Tamúz)
• El día de reyes: Este era un culto antiguo al dios Fregua uno de los dioses de Babilonia que se celebraba el 6 de enero.
• Fiesta de Carnaval: Esta era una celebración a 3 dioses paganos: a) Eros = sexo, b) Par = música, c) Baco = alcohol.
• Semana Santa: Esta es una fiesta que paganiza el sacrificio de Cristo.
• Fiesta de la Asunción: Este es un culto a la diosa Diana, celebrado el 15 de agosto.
• Fiesta del día de Brujas: Es celebrada por los Celtas (galos) en honor al dios de la muerte llamado Samhair, el 31 de octubre se celebra el Festival galo de Samhair, llamada también Hallowen que es un culto a Satanás.
• El día de todos los muertos: Esta fiesta se celebra el 2 de noviembre en conmemoración de todas las almas que han partido al purgatorio (según el papa Urbano IV) este es un culto a los muertos lo cuál está en contra de la doctrina cristiana.
Debemos despojarnos de toda idolatría y ser fieles al único y bondadoso Dios, porque su Nombre es El Kana. Su mismo nombre y naturaleza es Celoso:
“pues no adorarás a ningún otro dios, ya que el Señor, cuyo nombre es Celoso, es El Kana...”
(Éxodo 34:14).
Y El Shaddai - Dios el Todo Suficiente: (Génesis 17:1)
“Cuando Abraham tenía noventa y nueve años, el Señor se le apareció, y le dijo: Yo soy El Shaddai; anda delante de mi, y sé perfecto”.
"Shad" significa "pechos" en hebreo. Por lo cual una interpretación de éste nombre es: “Los pechos que amamantan”, o como algunos también han traducido como: “Los siete pechos que amamantan”.
No en pocas oportunidades Dios compara su amor con el de una madre, pues está escrito que Él nos consuela como una madre. El hecho de amamantar se traduce en la idea de satisfacer todas y cada una de nuestras necesidades. El es Todopoderoso para sostenernos, para darnos todo lo apropiado para vivir felizmente en su presencia.
La madre es para la cultura hebrea un pilar irremplazable en la vida de un niño, y más aún en los primeros años de su infancia, hasta los doce. La madre es la que le enseña en sus primeros años las Escrituras, la que lo viste y lo alimenta, ella se encarga de atenderlo y cuidarlo, hasta que luego toma rol similar el padre.
Nuestro Dios se llama El Shaddai.
Y El Elyon - El Altísimo: (Génesis 14:18)
“Entonces Melquisedec, rey de Salem, sacó pan y vino; él era sacerdote de El Elyon”.
Nuestro Dios es Dios Altísimo, nadie es más alto que Él, ver El HaShamayim.
Y El Gibor - El Dios Todopoderoso: (Isaías 9:6)
“Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado, y la soberanía reposará sobre sus hombros; y se llamará su nombre Admirable Consejero, El Gibor, Padre Eterno, Príncipe de Paz”.
Esta gloriosa profecía, cumplida hace aproximadamente 2000 años en la persona de Jesús de Nazaret, Yeshua el Mesías, nos habla del poder inmenso de nuestro Señor, él es un guerrero poderoso y la persona más potente de todo lo existente.
Es importante saber que así como vino manso hace 2000 años, nuevamente regresará, y vendrá con vara de hierro:
“De su boca sale una espada afilada para herir con ella a las naciones; y las regirá con vara de hierro; y El pisa el lagar del vino del furor de la ira de Dios Todopoderoso. Y en su manto y en su muslo tiene un nombre escrito: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES”.
(Apocalipsis 19: 15, 16)
Pero en cambio hoy el Señor tiene todavía una vara pastoril, y callado para tomarnos y acercarnos con todo amor y misericordia. En este tiempo de la buena voluntad, rindámonos a Él y Él nos dará ánimo para seguir adelante:
“Tu vara y tu callado me infundirán aliento”
(Salmos 23: 4)
Y Immanu El - Dios con nosotros: (Isaías 7:14)
“Por tanto, el Señor mismo os dará una señal: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Immanu El”.
Este nombre nos habla del amor de Dios; pero también nos habla de su inmenso poder, puesto que un extraordinario milagro hizo posible esta concepción virginal. Pero no sólo nos habla de su amor y su poder, sino también de su humillación al encarnarse, vivir entre los hombres siendo Dios y morir en nuestro lugar: Esto es lo que se conoce en términos teologales como la kenosis de Cristo. El hecho de su encarnación es algo sublime, y nos muestra su amor incondicional, puesto que Él nos amó aun cuando éramos sus enemigos, cuando no había visto nada bueno en nosotros, sin poner ninguna condición. Él dejó su gloria, su trono, se metió en el tiempo siendo Eterno, se metió en un cuerpo limitado siendo Ilimitado, tomó forma de hombre siendo con forma de Dios, se hizo siervo siendo SEÑOR, y caminó en esta tierra hasta morir siendo El Inmortal, Eterno Dios. Todo esto Él lo hizo sólo porque nos amó primero. Dios con nosotros, significa que Él se acercó a nosotros, que Él tomó la iniciativa.
YHWH
"YHWH" se usa aproximadamente 7000 veces en el Tanaj, más que ningún otro nombre de Dios. Se lo conoce como el “Tetragrámaton”, que significa literalmente “las cuatro letras”; que son las cuatro letras hebreas: Yud, Hay, Vav, Hay.
Aunque algunos suelen pronuncian YHWH como Jehová, Yahweh o Yavé, realmente no se sabe cómo es en verdad su correcta pronunciación, ya que el pueblo judío dejó de pronunciar Su Nombre alrededor del tercer siglo DC por temor a violar el mandamiento. La palabra sin embargo nos enseña que este nombre será nuevamente pronunciado, y así lo indican muchas profecías:
“Y sucederá que todo aquél que invoque el nombre de YHWH será salvo; porque en el monte Sión y en Jerusalén habrá salvación, como ha dicho el Señor, y entre los sobrevivientes estarán los que el Señor llame”.
(Joel 2: 32)
Una palabra profética también señala que Yeshua mismo habrá de aparecerse en medio de los hermanos alabando a Dios y dándonos a conocer el nombre YHWH:
“Anunciaré tu nombre a mis hermanos, en medio de la congregación te cantaré himnos”.
(Hebreos 2: 12)
Es probable que una de las razones por las cuales acusaron al Señor de blasfemar sea por pronunciar el Nombre sagrado de Dios, puesto que esto era castigado con pena de muerte. Lo cierto es que el Señor pronunció el Nombre YHWH ante sus discípulos, lo dio a conocer y la promesa es que volverá a hacerlo, como está escrito:
“Yo les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer, para que el amor con que me amaste esté en ellos y yo en ellos”.
(Juan 17: 26)
Es de vital importancia que conozcamos su Nombre, y ésta promesa: “Y lo daré a conocer”, no sólo nos debe llenar de gozo y alegría, sino también de una necesidad grande porque ese día glorioso llegue, notemos que el conocer este nombre ocasionará en nosotros lo que el Señor dice en el versículo que ya leímos: “... para que el amor con que me amaste esté en ellos y yo en ellos”, es decir que esto no habrá de ser en su máxima expresión hasta que este bendito Nombre no lo conozcamos.
Por lo pronto entendemos que este nombre no debe pronunciarse Jehová o Yavé, puesto que tales pronunciaciones están equivocadas, el Señor habrá de restaurar el hebreo puro en este tiempo final, puesto que esto es en gran parte lo que se ha denominado: La Restauración del Tabernáculo Caído de David:
“En aquél tiempo cambiaré el hablar de mi pueblo que regresa, y hablarán hebreo con pureza de modo que todos puedan adorar juntos a Dios”.
(Sofonías 3: 9)
“Después de esto volveré, y reedificaré el Tabernáculo de David que ha caído. Y reedificaré sus ruinas, y lo levantaré de nuevo, para que el resto de los hombres busque al Señor, y todos los gentiles sobre quienes mi nombre es invocado, dice el Señor, que hace saber todo esto desde tiempos antiguos”.
(Hechos 15: 16- 18)
Aún hoy los hebreos cuando leen YHWH lo sustituyen por “Adonai”.
Aunque el nombre YHWH aparece en Génesis 2, Dios no se reveló a Sí mismo como YHWH hasta Éxodo 3 en conjunción con la creación de Israel. Este nombre proviene del verbo hebreo que significa “ser”. YHWH nos habla del Ser Total del Dios Eterno.
Al igual que en los anteriores nombres que hemos estudiado, YHWH se combina con otras palabras:
Y YHWH Elohim - SEÑOR Dios: (Génesis 2:4)
“Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día en que YHWH Elohim hizo la tierra y los cielos”.
El Señor YHWH es el único Dios que existe y es por sí mismo, El permanece para siempre. Esta es una revelación que nos es mostrada en el principio, en el génesis, porque desde siempre Él existe y para siempre existirá, Dios no tiene tiempo Él existe desde siempre, Él es:
“Vuestro padre Abraham se regocijó esperando ver mi día; y lo vio y se alegró. Por esto los judíos le dijeron [a Jesús]: Aún no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham? Jesús les dijo: En verdad, en verdad os digo: antes que Abraham viniera a ser, yo soy. Entonces tomaron piedras para tirárselas, pero Jesús fue ocultado y salió del templo pasando por en medio de ellos, se fue, y así pasó”.
(Juan 6: 56- 59)
Y YHWH M'kadesh - El SEÑOR que santifica: (Ezequiel 37:28) Ver Elohim Kedoshim
“Y las naciones sabrán que yo, YHWH M’kadesh, santifico a Israel, cuando mi santuario esté en medio de ellos para siempre”.
Y YHWH Yireh - El SEÑOR que cuando ve provee: (Génesis 22:14)
“Y llamó Abraham aquel lugar con el nombre de YHWH-Yireh, como se dice hasta hoy: En el monte del Señor se verá”.
Es de alegrarse cuando sabemos que el mismo Dios que ve nuestra necesidad también nos provee todo lo necesario para que ya no estemos indigentes.
“Los de tu pueblo se establecieron en ella; en tu bondad, oh Dios, proveíste para el pobre”.
(Salmos 68: 10)
Así como escribía el salmista: Mira mi aflicción que padezco, así también nosotros llevemos delante del Señor nuestro problema, presentémosle nuestra necesidad y pidámosle a YHWH-Yireh que mire nuestra aflicción, nuestra necesidad y Él entonces proveerá:
“Y el Señor dijo: Ciertamente he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he escuchado su clamor a causa de sus capataces, pues estoy consciente de sus sufrimientos. Y he descendido para librarlos de la mano de los egipcios, y para sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y espaciosa, a una tierra que mana leche y miel, al lugar de los cananeos, de los heteos, de los amorreos, de los ferezeos, de los heveos y de los jebuseos. Y ahora, he aquí, el clamor de los hijos de Israel ha llegado hasta mí, y además he visto la opresión con que los egipcios los oprimen. Ahora pues, ven y te enviaré a Faraón, para que saques a mi pueblo, los hijos de Israel, de Egipto”.
(ÉXODO 3: 7- 10)
Cuando el Señor vio la aflicción de los hijos de Israel les proveyó un libertador, Moisés; pero cuando el Señor vio nuestra aflicción, Él nos proveyó otro Libertador, Glorioso, Majestuoso, cuyo Nombre es Yeshua de Nazareth, el Hijo del Dios vivo. No escondas tu aflicción y clama a Dios, y El verá y proveerá porque su Nombre es YHWH-Yireh.
Y YHWH Nisi - El SEÑOR es mi milagro, o El SEÑOR mi bandera: (Éxodo 17:15)
“Y edificó Moisés un altar, y le puso por nombre YHWH Nisi...”
Quizás hoy estás enfrentando una situación tan complicada que sólo un milagro te puede sacar de ello, pues a no desmayar, porque Dios es un Dios de milagros, frente a cualquier batalla que debamos enfrentar en esta vida, debemos saber que nuestra bandera y estandarte es el Señor: YHWH Nisi. El Señor siempre se nos mostrará alto y elevado, como un estandarte que aterroriza a nuestros enemigos en el campo de batalla. Sólo debemos mirarlo a Él y seguir sus instrucciones, hay veces que nos dirá que debemos gritar, otras que debemos alabar, otras que debemos permanecer callados, otras que debemos alzar nuestras manos, otras que debemos hacer sonar nuestro shofar... debemos acatar cada una de las órdenes de nuestro Capitán, y veremos la victoria en todas los órdenes de nuestra vida, los milagros se sucederán uno tras otro, porque nuestro Dios es el mismo Ayer, hoy y siempre, El es YHWH Nisi.
Y YHWH Shalom - El SEÑOR es paz: (Jueces 6:24).
“Y Gedeón edificó allí un altar al Señor y lo llamó YHWH Shalom, el cual permanece en Ofra de los abiezeritas hasta hoy”.
"Shalom" significa la Paz Total.
“La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”.
(Juan 14: 27)
En este versículo es importante notar que de parte del Señor proviene una doble paz, Él les dijo que la paz que ya tenían se las dejaba; y además que les daba Su paz, hoy nosotros somos “La Jerusalén celestial”:
“Y vino uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las últimas siete plagas, habló conmigo, diciendo: Ven, te mostraré la novia, la esposa del Cordero. Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la ciudad santa, Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, y tenía la gloria de Dios. Su fulgor era semejante al de una piedra muy preciosa, como una piedra de jaspe cristalino”.
(Apocalipsis 21: 9- 11)
Ante cualquier situación adversa debemos cuidar no perder la paz doble que nos ha dado el Señor, no debemos seguirle las peleas a nadie, sino todo lo contrario, debemos seguir la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor: Hebreos 12: 14.
Y YHWH Rofehcha - El SEÑOR que te sana: (Éxodo 15:26)
“Y dijo: Si escuchas atentamente la voz del Señor tu Dios, y haces lo que es recto ante sus ojos, y escuchas sus mandamientos, y guardas todos sus estatutos, no te enviaré ninguna de las enfermedades que envié sobre los egipcios; porque yo, el Señor, soy YHWH Rofehcha”.
Dios está tan interesado en tu vida espiritual como en tu vida natural, él desea sanar tu enfermedad, ya sea física o almática. El concepto errado de muchos religiosos que enseñan que Dios trata a su pueblo mediante la enfermedad está errado de plano, puesto que si bien Dios puede permitirla por un trato especial, no podemos generalizar dicho concepto. Lo cierto es que Dios no está interesado en que nos caigan enfermedades, Dios no desea que vivas enfermo para que prediques en los hospitales, es tiempo de entrar sano a ellos y en el Nombre de Yeshua vaciar todas las salas sanando a todos los oprimidos por el diablo, tal como lo hizo nuestro Señor durante su ministerio terrenal:
“Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: Ciertamente ahora entiendo que Dios no hace acepción de personas, sino que en toda nación el que le reverencia y hace lo justo, Dios se agrada de él. El mensaje que Él envió a los hijos de Israel, anunciando el evangelio de paz por medio de Jesucristo (El es Señor de todos), vosotros sabéis lo que ocurrió en toda Judea, comenzando desde Galilea, después del bautismo que Juan predicó. Vosotros sabéis cómo Dios ungió a Jesús de Nazaret con el Espíritu Santo y con poder, el cual anduvo haciendo bien y sanando a todos los oprimidos por el diablo; porque Dios estaba con Él. Y nosotros somos testigos de todas las cosas que hizo en la tierra de los judíos y en Jerusalén. Y también le dieron muerte, colgándole en un madero. A éste Dios le resucitó al tercer día y concedió que se hiciera visible, no a todo el pueblo, sino a los testigos que fueron escogidos de antemano por Dios, es decir, a nosotros que comimos y bebimos con Él después que resucitó de los muertos”.
(Hechos 10: 34- 41)
Dios desea sanar tu cuerpo, pero primero quiere que le permitas sanar tu alma, pues quizás ha sido herida por sentimientos de amargura, quizás porque te sentiste rechazado, no querido, heridas que provocan el resentimiento, el odio, el rencor, ese constante deseo de vengarte por todo, cada mal pensamiento, cada puñal escondido en tu corazón jamás permitirá que te sanes. La falta de perdón frena tus bendiciones, el callar tus faltas y transgresiones te va deteriorando no sólo por dentro, sino también por fuera:
“Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día”.
(Salmos 32: 3)
Nunca olvides que así como el callar envejece tus huesos, el confesar tus faltas y bendecir a Dios hace que te rejuvenezcas como el águila. Aunque sea doloroso, el águila sabe que cuanto más se estrella contra las rocas en las altas montañas, más rápido cambia su plumaje y luce rejuvenecida; aunque sea doloroso, mayores son las bendiciones que nos tiene preparadas nuestro Señor.
Prepara tu corazón, escucha atentamente la voz del Señor tu Dios, y comienza a hacer lo que es recto ante sus ojos, y si escuchas sus mandamientos, y guardas todos sus estatutos, no te enviará ninguna enfermedad; porque el Señor, es YHWH Rofehcha, tu Sanador.
Y YHWH Tz'vaot - El SEÑOR de los ejércitos: (1 Samuel 1:11) Ver Elohay Tzevaot
Y YHWH O'saynu - El SEÑOR nuestro hacedor: (Salmo 95:6)
“Venid, adoremos y postrémonos; doblemos la rodilla ante YHWH O`saynu”.
Somos obras de sus manos, Él es el Alfarero, el que nos moldea y nos da la forma que a El le agrada, somos hechura suya:
“¿Quién eres tú, oh hombre, que le contestas a Dios? ¿Dirá acaso el objeto modelado al que lo modela: Por qué me hiciste así?
(Romanos 9: 20)
Cuantas veces habremos dicho u oído decir: ¿Por qué tengo que tener esta nariz? ¿Por qué tuve que nacer de éste color? ¿Por qué esto y por qué aquello...? ¿Por qué tan bajo? ¿Por qué tan alto?
Siempre en alguna u otra medida nos podemos llegar a sentir disconformes por cómo somos, pero a la verdad debemos comprender que a Dios así le gustamos, y muchas veces debemos aprender a amarnos no por cómo nos vemos, sino por lo que somos: Hijos de Dios. Debemos aprender a convivir con lo que muchos llaman defectos, siempre y cuando tengamos un sobrio equilibrio:
“Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno”.
(Romanos 12: 3)
Al Señor vemos que no le agrada ver a la persona que es agraciada física o incluso intelectualmente ufanarse o engreírse delante de todos; pero tampoco se agrada de aquellos que se tienen en muy poca estima. El profeta de Dios llamado Samuel si leemos cuidadosamente el pasaje que se encuentra en 1 Samuel 16: 1-13, el profeta debía ungir al futuro rey de Israel, por lo pronto esperaba encontrarse con un hombre alto, fuerte, con presencia de rey; pero Dios tenía en mente otro modelo de rey: un jovencito, de baja estatura, pelirrojo y con facciones algo aniñadas, pero Dios no lo había escogido por su apariencia, sino más bien porque su corazón le agradó.
Este no fue el único rechazo o desprecio que experimentó David veamos otro:
“Y cuando el filisteo miró y vio a David, le tuvo en poco; porque era muchacho, y rubio, y de hermoso parecer”.
(1 Samuel 17: 42)
Esto nos comprueba que no son sólo los que se creen feos aquellos que pueden sufrir complejos, sino también los que tal como David tienen un “hermoso parecer”.
Lo que podemos resaltar es que a pesar de todos estos menosprecios, David siguió teniendo un buen concepto de sí mismo:
“Porque tú formaste mis entrañas; me hiciste en el seno de mi madre. Te alabaré, porque asombrosa y maravillosamente he sido hecho; maravillosas son tus obras, y mi alma lo sabe muy bien”.
(Salmos 139: 13, 14)
Es muy importante ministrar nuestra alma, para que ella sepa que somos maravillosos porque el Dios Maravilloso nos hizo, su Nombre es YHWH O`saynu.
YAH
"Yah" es la forma abreviada de YHWH. Por lo tanto tiene idéntico significado, se usa unas 40 veces en las Escrituras. Yah aparece primeramente en el libro de Salmos.
“Jerusalén, que está edificada como ciudad compacta, bien unida, a la cual suben las tribus, las tribus de YAH, (lo cual es ordenanza para Israel) para alabar el nombre del Señor”.
(Salmos 122: 3, 4)
También encontramos este nombre en la palabra compuesta “hallelu-Yah”, que significa “sea alabado Yah”.
ADONAI
"Adonai" es el sustituto rabínico del Tetragrámaton. Si bien “Adonai” se traduce mayormente como “Señor”, también puede traducirse literalmente como “mis señores”. Es una forma enfática de la palabra “Adon”, que significa “amo” o “señor”. Se usa una 450 veces.
“En el año de la muerte del rey Uzías vi yo a Adonai sentado sobre un trono alto y sublime, y la orla de su manto llenaba el templo”.
(Isaías 6: 1)
En este pasaje, si seguimos leyendo los siguientes versículos, vemos cómo se relata el llamamiento de Isaías, pero éste llamado no puede darse si primero no se reconoce el Señorío de Dios, nosotros debemos reconocer el Señorío de Jesucristo y no ser como Judas que nunca llamó Señor a Jesús, sino Maestro. Judas reconocía el magisterio de Jesús pero no su Señorío. Y esto muchas veces sucede porque aún no se ha muerto nuestro propio rey Uzías. El rey Uzías fue un rey que comenzó bien su reinado hasta que se hizo fuerte, entonces se endureció su corazón para su propia ruina, pues se rebeló contra el Señor. Es decir que el rey Uzías representa nuestra autosuficiencia y nuestras rebeliones, y si logramos que estas se mueran en nuestro corazón, no sólo reconoceremos verdaderamente el Señorío de Jesucristo, sino recibiremos un llamado especial, en ese entonces estaremos en condiciones de decir: Heme aquí, envíame a mí.
ADON
Y Adon significa "Señor":
“He aquí, Adon, Dios de los ejércitos, desgajará el ramaje con terrible crujido; los árboles de gran altura serán cortados, los elevados serán abatidos”.
(Isaías 10: 33).
OTROS NOMBRES Y TÍTULOS DE DIOS EN EL TANAJ
Y HaShem: El Nombre (Levítico 24:16)
“Además, el que blasfeme el nombre del Señor, ciertamente ha de morir; toda la congregación ciertamente lo apedreará. Tanto el forastero como el nativo, cuando blasfeme HaShem, ha de morir”.
Y Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob: (Éxodo 3:15)
“Dijo además Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: “El Señor, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros.” Este es mi nombre para siempre, y con él se hará memoria de mí de generación en generación”.
Y Admirable Consejero, Dios poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz: (Isaías 9:6)
“Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado, y la soberanía reposará sobre sus hombros; y se llamará su nombre Admirable Consejero, Dios poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz”.
Y Shiloh: - Pacificador: (Génesis 49: 10)
“No se apartará de Judá el cetro, ni la vara de gobernador de entre sus pies, hasta que venga Shiloh: y a Él será tributada la obediencia de las naciones”.
Y Oriente: (Zacarías 6: 12)
“Al cual hablarás de esta manera: Esto es lo que dice el Señor de los ejércitos: He aquí el varón cuyo nombre es Oriente: y él nacerá de sí mismo, y edificará un templo al Señor”.
Y Estrella: (Números 24:17)
“¡Le estoy viendo, mas no en tiempos cercanos: de Jacob ha salido una Estrella, y de Israel se ha levantado un Cetro, que hiere los costados de Moab, y destruye a todos los hijos de tumulto!”.
Y Piedra angular, el Clavo y Arco de Batalla: (Zacarías 10:4)
“De ella saldrá la piedra angular, de ella el clavo, de ella el arco de batalla, de ella todo caudillo juntamente”.
Y Esposo: (Isaías 54:5)
“Pues será tu dueño y esposo aquél Señor que te ha criado, cuyo nombre es el Señor de los ejércitos; y tu redentor, el Santo de Israel, será llamado el Dios de toda la tierra”.
Y Mensajero del Pacto: (Malaquías 3:1)
“He aquí, yo envío a mi ángel, y él allanará el camino delante de mí. Y luego sí vendrá de repente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis; el mensajero del pacto en quien vosotros os complacéis, he aquí, viene - dice el Señor de los ejércitos”.
Y Anciano de Días: (Daniel 7:9)
“Yo estaba mirando hasta que fueron puestos tronos; y El Anciano de días se sentó, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el cabello de su cabeza como lana purísima; llamas de fuego era su trono, y las ruedas de éste un fuego abrasador”.
Y Mesías el Príncipe: (Daniel 9:25)
“Sabe pues, y entiende que desde que salga la orden para restaurar y reedificar a Jerusalem, hasta el Mesías, el Príncipe, habrá siete semanas y sesenta y dos semanas: la ciudad volverá a edificarse con calle y foso, bien que en tiempos de angustia”.
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Apóstol Duilio Vetere Casco