La información que contiene la Biblia no es de tipo "científico", y eso tampoco sería posible desde la forma de pensar moderna, porque el contenido de ella está datado desde 15 siglos antes de Cristo, y la forma de pensar de las personas sabias en aquel tiempo no tiene nada que ver con la forma de pensar que tienen las personas que se dedican a la investigación en tiempos modernos.
Por ejemplo, aunque la Biblia habla de algunos tipos de animales como insectos, aves, reptiles y otros, esas clasificaciones no se refieren a las clasificaciones científicas modernas. Para una persona con mente antigua, por ejemplo, una ballena sería un pez como lo es un tiburón, pero en la mente moderna no son iguales por las clasificaciones que se hacen en la actualidad que incluyen aspectos más específicos de los animales, como poner huevos o parir al animal completo, o dar de mamar a las crías, etc. En tiempos antiguos no existían las clasificaciones modernas. Dios no dió las Escrituras como libro de texto científico para aprender cosas relacionadas con la naturaleza ... para esto nos dió la inteligencia, poder estudiar la creación. Las Escrituras tienen otro propósito relacionado con la relación de los seres humanos con el Creador, el origen y propósito de la vida, y el futuro de la humanidad entre otros.
Además, la Biblia se escribió en hebreo. Los términos hebreos no tienen porqué ser tratados como sus traducciones en español u otro idioma moderno. Por ejemplo: si se compara la palabra para "silla" en francés con la traducción española, nos damos cuenta que aunque significan algo similar, las especificaciones del objeto a que se refieren no son las mismas. Si eso sucede con idiomas contemporáneos, imagínense con idiomas antiguos comparados con modernos. No puede juzgarse la idea original a partir de pensamiento moderno solamente; hay que tener en cuenta los contextos. Dios no escogió ángeles para escribir los pensamientos de Él para nosotros, sino que escogió humanos de ciertas épocas y en un contexto cultural, social e intelectual específico en cada caso.
Una cosa sí es cierta: las ideas contenidas en la Biblia son todas veraces, y nos ayudan a entender los pensamientos de Dios. De cualquier modo, aunque la Biblia no sea un libro de texto científico, sí hay verdades científicas que sí se encuentran en la Biblia como el hecho de que la tierra flota en el espacio vacío (Job 26:7), que el agua en el planeta sigue un ciclo repetitivo de ascenso y descenso desde la atmósfera (Ecl. 1:7), que la tierra es circular o redonda (Is. 40:22), que todas las especies animales fueron creadas por separado y ya completas (Gén. 1:21,22,24), que los seres vivos terrestres contienen material tomado del suelo (Gén. 2:7), que el hombre tiene una cualidad especial que lo diferencia de los animales (Gén. 1:27), etc.
Hay mucha más información superior (al respecto de la época en que se escribió) contenida en las Escrituras. Por ejemplo, los israelitas desde el éxodo tenían leyes que se referían a cómo tratar las heces humanas, poner en cuarentena a los enfermos, tenían un día específico en el cual hacer el corte de la circunscición a los bebés (cuando la coagulación humana tiene su máximo punto en toda la vida: el 8vo día de nacido), deshacerse de material que pueda contagiar enfermedades, etc. Todas esas medidas recibidas directamente de Dios eran noveles en su época, y demuestran que el que protegía al pueblo de Israel tenía conocimiento superior al humano.