¿Cómo nos entenderemos.....?

2 Junio 1999
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¿CÓMO NOS ENTENDEREMOS,
SI NO HABLAMOS DEL MISMO CRISTO?

"Mirad que no seáis engañados; porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo, y : el tiempo está cerca. Mas no vayáis en pos de ellos" (Lucas 21:8)

Bajo este título vamos a dar respuesta, en distintos números de nuestra revista, a un largo escrito enviado por el señor José L. Fierro Córdova desde México. Así comienza sus reflexiones:

Hace ya algunos años ha llegado a mis manos su revista titulada "La Calle Recta", misma que leo íntegramente y colecciono. Desde hace algún tiempo deseaba escribirles para expresarles mis reflexiones acerca de la publicación de referencia y su propósito que en la misma creo ver reflejado. A continuación, les participo lo siguiente:
En primer lugar, les manifiesto que soy laico católico que me esfuerzo por tener siempre a Cristo como centro de mi vida y amo a su Iglesia Universal o católica tratando de seguir su ejemplo, manifestado en Efesios 5,25.
A pesar de las miserias de mi naturaleza humana, también ayudado con la Gracia de Dios, deseo caminar y prevalecer en el camino del amor o caridad cristiana con todas las personas que Él permita encuentre a mi paso; aún cuando no comparta con ellas sus conceptos religiosos, máxime con las que como Uds. un día ejercieron el ministerio altísimo del sacerdocio por participación del único de Cristo en mi Iglesia Católica y digo ejercieron, porque ahora por lo manifestado en su revista, al retirarse de la Iglesia Católica Apostólica Romana, es lógico entienda, ya no es así, quizás por considerarlo inútil, sin sentido y posiblemente hasta herético. De todas maneras, para un servidor, independientemente de su actitud, seguirán siendo SACERDOTES para siempre. Ya que este sacramento imprime CARÁCTER PARA SIEMPRE.
No obstante, de que ya son muchos números de varios años de ejemplares de ECR que tengo coleccionados, veo en todos ellos siempre un común denominador o círculo cerrado, con el mismo contenido o sea, que aunque hubiese solamente leído un ejemplar, tendría una visión general de todos los demás, ya que realmente TODOS tienen los mismos planteamientos y omisiones..........
El propósito de su revista, más que evangelizar a nuevos discípulos de Cristo, está dirigida principalmente a matar la fe de los católicos en Cristo y en su Iglesia. Les deseo que nuestro Justo Juez sea misericordioso con Uds. y su obra el día que se presenten ante Él, en el Juicio Final.

NUESTRA REFLEXIÓN:
Los hombres somos muy dados a hacer conjeturas sobre los íntimos pensamientos de los demás. Como jueces implacables nos sentamos en el trono de nuestro "yo" egoísta y desde ahí impartimos nuestras propias opiniones ajustadas al veredicto de nuestro "yo". Pero a quien Dios puso por "Juez de vivos y muertos" (Hechos 10:42), es Jesús, Su Hijo Amado.
Cuando usted pone como finalidad de nuestra revista: "matar la fe de los católicos en Cristo y en su Iglesia", está tergiversando totalmente el objetivo de nuestra revista: "dar a conocer a los católicos al Cristo que nos presentan las Sagradas Escrituras", para que su fe no esté fundamentada en los hombres que les hablan en "nombre" de Cristo, sino en Cristo Mismo. Y dejen, así, la fe muerta de la humana religiosidad y vivan por la fe auténtica en Cristo.
Decir que nuestra revista "mata la fe" en Cristo, solo se podría concebir desde la más obscura religiosidad humana, y que nada tiene que ver con la Palabra de Dios. Porque si algo pretendemos con nuestra revista es, que el hombre, todo hombre, sea católico, protestante o gentil, ponga toda su confianza en Cristo como su único y perfecto Salvador. Si usted, después de leer nuestra revista, ha sacado esa conclusión, tengo que decirle que la ha leído con las gafas de su propia religiosidad, que otros le han graduado con sus dogmas y normas. Eso le impide ver con claridad lo que la Palabra de Dios nos presenta.

¿Por qué no toma en sus manos una Biblia y la lee reposadamente, buscando a ese Cristo del que usted habla? ¿O tal vez tiene miedo que la Biblia le "mate la fe" en su Cristo y en su Iglesia? Si ese Cristo no se encuentra en la Biblia y esa Iglesia no se ve reflejada en la Palabra de Dios, entonces usted sólo ha escuchado a alguien que vino en nombre de Cristo, diciendo: Yo soy el Cristo. En ese caso, el consejo del Señor Jesús es que no vayamos en pos de ellos.
Y si usted obedece a los hombres antes que a Dios, se encuentra al margen de lo que dijeron Pedro y los apóstoles: "Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres" (Hechos 5:29).
Si como sacerdotes anduvimos en ese camino, que usted anda, hoy damos gracias a Dios por haber abierto nuestros ojos con la Luz de Su Hijo Amado, y perdonarnos en Su sangre todos nuestros pecados, ignorancia e idolatría. Él con un solo sacrificio en la Cruz del Gólgota, "se presentó una vez para siempre por el sacrificio de Sí Mismo para quitar de en medio el pecado"... "y por cuanto permanece para siempre tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por Él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos" (Hebreos, 9:26; 7:24,25).
Nuestra decisión de dejar el sacerdocio clerical, que recibimos como un sacramento de su Iglesia,-esa decisión digo-, está basada en la Palabra de Dios y en la obediencia a esa Palabra; nunca fue una rebelión gratuita e inconformista de nuestro propio "yo" religioso.
Según la Palabra de Dios, Cristo es el único sacerdote del Nuevo Pacto en Su sangre. Y una sola vez y para siempre se ofreció a Sí Mismo por todos los pecados de los hombres. Y Él tiene un sacerdocio inmutable e intransferible, porque Él vive y permanece para siempre, por ello no tiene necesidad de que otros sacerdotes tomen su oficio. Porque Él Mismo salva perpetuamente a los que por medio de la fe en Él se acercan a Dios. Él Mismo les da vida a los que creen en Él e intercede por ellos ante el Padre, como único MEDIADOR entre Dios y los hombres pecadores.
Cuando un hombre ha recibido el sacramento del orden sacerdotal y vestido con las ropas sacerdotales, Dios le abre los ojos para que se vea ante el espejo de Su Santa Palabra, te sientes desnudo, pobre, miserable y ciego. Te arrepientes de haber ignorado la inmensa realidad del Sumo y Único Sacerdote que "una vez para siempre entró en el Lugar Santísimo de Dios, habiendo obtenido eterna redención" (Hebreos 9:12).
Y además el Espíritu te hace ver que tú mismo por la Sangre de Cristo mediante la fe, tienes libertad para entrar, sin otros sacerdotes o mediadores, al Lugar Santísimo. No por el camino viejo y muerto de la religión nacida de las fantasías del hombre, sino por el Camino Nuevo y Vivo que el Mismo Cristo nos abrió directamente al Padre.
¿Esto que estoy diciendo puede matar la fe de los católicos en Cristo?
Yo sólo puedo responder por mí, y, sí, le digo con toda firmeza y sinceridad delante de Dios y en Cristo, que a mí como sacerdote católico la Palabra de Dios me ha abierto los ojos y el Señor por Su Palabra me ha llevado a conocer a Cristo que vive y hace vivir.
La Palabra de Dios deshizo como nieblina mi clericalismo y mi santidad sacerdotal. En cierta manera mató en mí todo aquello que era impedimento para aceptar a Cristo como mi único sacerdote y mi único Salvador. Pero todo esto no me llevó a la muerte de mi fe en Él, antes al contrario, me hizo vivir por la fe en Él.
Este también es mi deseo, que Ud. viva en Cristo y Cristo en Ud., como nos lo presenta la Palabra de Dios.
Continuará....

Fco. Rodríguez
 
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