Re: ¿Cómo mantener la esperanza?
Hola mmaria, Feliz año nuevo!!
Bueno, ese "gran deseo" que tienes es algo natural y normal que hemos experimentado la gran mayoría de seres humanos. Es normal de nuestra propia naturaleza e incluso es bueno. Sin embargo, yo quisiera, en mi humilde capacidad dejarte algunos consejillos que tal vez puedan ayudarte
* No te culpes por tener ese deseo
* No trates de ahogar o frenar ese deseo, solo conseguirás avivarlo aún más. En su lugar, trata de conducirlo/dominarlo correctamente.
* Sé prudente y sabia: examina cual es tu situacion actual, si realmente te conviene intentar formalizar una relacion a tu edad, examinas cuales son tus metas y expectativas de futuro, examina si es mejor esperar y sobre todo, mira que no vayas a hacer algo de lo que tengas que arrepentirte en el futuro todos los dias; Obedece la palabra del Señor, no vayas detras de un yugo desigual, te ahorrarás muchas aflicciones y sufrimientos en la carne. No quieras ir demasiado prisa, para que te tropieces y te hagas daño al caer.
* Dejáte guiar por el Espíritu Santo, Él sabe mejor que nadie que te conviene más, cuentales cuantas veces necesites hacerlo tus necesidades, dedica parte de tu tiempo expresamente con Él, ora y adora al Señor y deja que sea Él quien supla para tus anhelos. Recuerda: Deleitate en el Señor y el te concederá las peticiones de tu corazón. Te sorprenderas que muchas veces después de haberte deleitado en el Señor, los deseos que antes tenías se desvanecen y surgen otros nuevos mucho más maravillosos.
* Aléjate de todo lo que te incite y lleve a una mala orientacion de ese deseo que tienes(que no es malo el deseo pero si como orientes ese deseo) como por ejemplo ir a lugares donde sabes que el Señor no quieres que vayas como fiestas, bebidas, alcohol..etc, paginas webs de citas... o intentar llamar la atención de ese chico por el mal camino, por ejemplo como a él le gusta salir los vienes noche a X sitio, tu vas también para llamar su atención y así tratar de estar cerca de él...etc es solo un ejemplo no quiero decir que sea así . Recuerda a Pablo: "y no proveais para los deseos de la carne" y también recuerda que el Señor nos dio Espíritu de Dominio propio, sujeta ese deseo para que no te conduzca al mal. Al final, si lo haces, entiende que aunque tu creas ser feliz con ello, a la postre solo te acarreará problemas a tí misma y a los que te quieren de verdad, porque los mandamientos del Señor son para nuestro bienestar y el de nuestro projimo no para simplemente fastidiarnos.
* Como contrapunto del anterior, acercate a todo los que es puro y agrada al Señor, recuerda Filipenses 4:6-8, busca personas con valores, que tengan al Señor y a sus mandamientos como prioridad, busca conducir y/o dominar ese deseo hacia lo correcto. Por ejemplo, puedes invitar a ese compañero a un culto, a un estudio Biblico, o puedes hablarle personalmente del Señor, trata de conocerle mejor, pronponle hacer cosas juntos que el Señor ama, por ejemplo hacer voluntariado juntos para ayudar a otras personas de donde tu vivas o hacer deporte juntos, cosas que no te lleven por un mal camino, trata de no hacerlo en compañia de otros amigos no sola con él, al menos mientras le conoces. Si te dejas guiar por el Señor, pontro descubrirás si realmente ese chico es la persona con la quieres estar o no, si lo que realmente quieres es tener una vida de compromiso con él y el Señor, haciendo lo recto, o si lo que quieres es simplemente "satisfacer los deseos de tu carne".
En fin,.... yo entiendo mmaria que es una situación dificil y se pasa mal, pero trata de aprender de ello, aveces tenemos que caer para aprender a levantarnos. Solamente hija te puedo decir que tengas cuidado, que seas prudente y paciente, que pongas al Señor y su palabra primero que todo y que confies en que él conoce tu situación y te guiará por el buen camino. Mira en el mundo hay muchos chicos y chicas, no te apenes que tal vez el Señor tenga uno mucho más conveniente para tí o tal vez ese mismo, pero busca primeramente al Señor y no quieras comprometerte siendo tan jovencita, la mayoría de las cosas vienen a nosotros cuando menos las esperamos porque el Señor sabe a qué tiempo y hora las necesitamos de verdad.