Jesús dignificó a la mujer en un contexto cultural donde no tenía voz ni valor. Habló con la samaritana (Juan 4), defendió a la mujer adúltera, y fue seguido por mujeres fieles que incluso estuvieron presentes en la cruz y la resurrección. Pero también afirmó diferencias en los roles, sin disminuir el valor o la dignidad de nadie.
¿Podemos apoyar la igualdad sin abrazar una ideología que, en algunos casos, rechaza la autoridad de Dios?
¿Podemos apoyar la igualdad sin abrazar una ideología que, en algunos casos, rechaza la autoridad de Dios?
