Comentando Un Libro

Miniyo

Discípulo de Cristo
20 Abril 2006
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Invito a mis hermanos y a quien quiera a descargar y leer este libro, que es una biografia de un cura catolico del siglo XIX, es edificante y se lee muy facil, amena y apasionadamente. Y despues a comentar las partes que crean convenientes, quizas de esta manera tambien lo lean los catolicos, para saber de lo que se debate y si es correcto o no.

Cincuenta años en la Iglesia Católica por Charles Chiniquy_Libro en PDF.zip

Yo estoy comentando el Capitulo 16 Aqui pero me extraña que nadie haya comentado nada al respecto, cuando para mi es evidente que la unidad que pretenden los catolicos se basan en engaños.

A mi este libro me gusto mucho y es revelador de lo que es el sistema babilonico, sea en la ICAR o en el mundo protestante que sigue ese modelo.

Aclaro que el epigrafe antes mencionado se ciñe al Capitulo 16 y la invitacion de este es a comentar todo el libro, si los foristas estuviesen mas interesados en este epigrafe y no participaran en el otro, cuando termine de comentar el capitulo lo dare por terminado.

Que Dios les bendiga

Paz
 
Re: Comentando Un Libro

En el Capitulo uno me ecuentro con lo siguiente:

"Su plática era animada e interesante el primer cuarto de hora; nos dio verdadero gusto escucharlo.

Pero, de repente, su rostro cambió como si una nube negra viniera sobre su mente y dejó de hablar.

Mis padres habían quedado respetuosamente callados mientras le escuchaban. El silencio que seguía era sumamente desagradable para todos, como la hora pesada que precede a una tempestad.

Por fin, el sacerdote, dirigiéndose a mi padre, dijo: —Señor Chíniquy, ¿Es verdad que usted y su hijo leen la Biblia?

—Sí, señor, —fue su pronta respuesta, —mi hijo y yo leemos la Biblia y mejor aún, él ha memorizado un gran número de sus capítulos más interesantes. Si usted permite señor cura, él le recitará algunos.

—¡No vine con ese propósito! —contestó bruscamente el sacerdote, —Pero, ¿No sabe usted que está prohibido por el concilio de Trento leer la Biblia en francés?

—Me da lo mismo leer la Biblia en francés, griego o latín, —contestó mi padre, —porque entiendo estos idiomas con igual facilidad.

—Pero, ¿Ignora el hecho de que no puede permitir a su hijo leer la Biblia? —replicó el sacerdote.

—Mi esposa dirige a nuestro hijo en la lectura de la Biblia y no creo que cometemos ningún pecado.

Señor Chíniquy, —respondió el sacerdote, —usted ha pasado todo un curso de teología. Usted sabe los deberes de un cura. Usted sabe que es mi penosa obligación venir aquí, quitarle la Biblia y quemarla.

Mi abuelo era un audaz marinero español (nuestro apellido original era Etchiniquía) y había demasiado orgullo y sangre española en mi padre para escuchar con paciencia a tales frases en su propia casa. Se paró rápido como un rayo; yo abracé, temblando, a mi madre quien también temblaba.

Al principio, temí que sucedería alguna escena desafortunada y violenta, porque el enojo de mi padre en ese momento era terrible. Pero más temía que el sacerdote echara mano a mi querida Biblia que estaba delante de él en la mesa. Era mía; fue un regalo de navidad del año pasado. Afortunadamente, mi padre se controló, pero se paseaba por la habitación con sus labios pálidos, temblando y hablando entre dientes.

El sacerdote le observaba atentamente, presionando sus manos convulsivamente a su bastón y su rostro manifestaba un terror bien fundado. Quedó claro que el embajador de Roma no se hallaba tan infaliblemente seguro de su posición. Después de sus últimas palabras, permaneció silencioso como una tumba.

Por fin, mi padre se paró súbitamente delante del sacerdote, —Señor, ¿Es eso todo lo que usted tiene que decir?

—Sí, señor. —dijo el sacerdote temblando.

—Bien, —añadió mi padre, —usted sabe por cual puerta entró a mi casa; por favor, salga por la misma y váyase rápido.

El sacerdote salió inmediatamente. Yo sentí gozo inefable de que mi Biblia estaba segura. Corrí a mi padre, le abracé, le besé y le agradecí su victoria. Y para compensarlo, en mi sencillez de niño, me subí a la mesa grande y en mi mejor estilo, recité la pelea entre David y Goliat. Por supuesto, en mi mente, mi padre era David y el sacerdote de Roma era el gigante a quien la pequeña piedra del arroyo había derribado."


Me pregunto ¿porque la ICAR no queria que sus feligreses leyesen la Biblia en su propia lengua?.

Si Cristo dijo:

San Marcos 16:15

Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a
toda criatura.


¿No es propio del Diablo y las tinieblas, tratar de impedir que la gente conozca el evangelio?

Que Dios les bendiga

Paz
 
Re: Comentando Un Libro

Invito a mis hermanos y a quien quiera a descargar y leer este libro, que es una biografia de un cura catolico del siglo XIX, es edificante y se lee muy facil, amena y apasionadamente. Y despues a comentar las partes que crean convenientes, quizas de esta manera tambien lo lean los catolicos, para saber de lo que se debate y si es correcto o no.

Cincuenta años en la Iglesia Católica por Charles Chiniquy_Libro en PDF.zip

Yo estoy comentando el Capitulo 16 Aqui pero me extraña que nadie haya comentado nada al respecto, cuando para mi es evidente que la unidad que pretenden los catolicos se basan en engaños.

A mi este libro me gusto mucho y es revelador de lo que es el sistema babilonico, sea en la ICAR o en el mundo protestante que sigue ese modelo.

Aclaro que el epigrafe antes mencionado se ciñe al Capitulo 16 y la invitacion de este es a comentar todo el libro, si los foristas estuviesen mas interesados en este epigrafe y no participaran en el otro, cuando termine de comentar el capitulo lo dare por terminado.

Que Dios les bendiga

Paz

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En el Capitulo 2 me encuentro esto:

"Había una mezcla de timidez y dignidad en el hermano Mark que no he hallado en ningún otro. Era cariñoso con los niños y sonreía graciosamente cuando yo le mostraba aprecio por su amabilidad. Pero esa sonrisa y cualquiera otra expresión de gozo eran pasajeras. De repente cambiaba como si alguna nube misteriosa pasara sobre su corazón.

El y los demás monjes del monasterio habían sido librados por el Papa de sus votos de pobreza y obediencia. Ellos podían ser independientes y aun ascender a una posición respetable en el mundo por sus esfuerzos honrados. Pero el Papa había sido inflexible en cuanto a sus votos de celibato. El deseo honesto del buen monje de vivir conforme a las leyes de Dios, con una esposa que el cielo le concediera, llegó a ser imposible: ¡El Papa se lo había prohibido!

El hermano Mark, dotado de un corazón tan amoroso, ha de haber sufrido mucho intentando en vano aniquilar los instintos y afectos que Dios mismo había implantado en él.

Un día, yo estaba con varios amigos jóvenes cerca de la casa del hermano Mark. De repente, vimos algo cubierto de sangre, arrojado de la ventana, caer a corta distancia de nosotros. Al mismo instante, oímos fuertes gritos saliendo de la casa del monje: —¡Ay, Dios mío! ¡Ten misericordia de mí! ¡Sálvame! ¡Estoy perdido!

La hermana del hermano Mark salió precipitadamente y gritó a algunos hombres que pasaban: — ¡Vengan a ayudarnos! ¡Mi pobre hermano se está muriendo! ¡Por amor de Dios, apresúrense, está perdiendo toda su sangre!

Yo corrí a la puerta, pero su hermana la cerró bruscamente, diciendo: —No queremos niños aquí.

Yo tenía un sincero afecto por el buen hermano; él había sido muy amable conmigo. Pero yo tenía que retroceder entre la multitud que rápidamente se había juntado. El misterio singular en que intentaban envolver al pobre monje me llenaba de preocupación y ansiedad.

Pero la preocupación pronto se convirtió en confusión indecible cuando oí la risa convulsiva y las bromas vergonzosas del gentío, después que el doctor anunció la naturaleza de la herida.

Sobrecogido de horror, salí huyendo. Ya no quería saber más de esa tragedia. Ya sabía demasiado. Pobre hermano Mark dejó de ser hombre: se convirtió en eunuco.

¡Oh cruel y apóstata Iglesia de Roma! ¡Cuántos corazones has quebrantado con aquel celibato que sólo Satanás pudo haber inventado! Sin embargo, no murió esta víctima desafortunado de su acción precipitada; pronto recuperó su salud normal."


El celibato impuesto es una de las doctrinas de demonios de las que habla Pablo a Timoteo.

1Timoteo 4:1 Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios;

1Timoteo 4:2 por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia,

1Timoteo 4:3 prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad.

Que Dios les bendiga

Paz