CIENCIA CRISTIANA (una especie de neo-gnosticismo).

18 Junio 2001
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Ciencia Cristiana

I. Definición y génesis histórica
Un adepto de la Ciencia Cristiana es la persona que acepta y practica la Ciencia Cristiana como su religión. Mary Baker Eddy, la fundadora de esta religión, dio la siguiente definición de la Ciencia Cristiana: "Es la ley de Dios, la ley del bien, interpretando y demostrando el Principio divino y el gobierno de armonía universal."

Fue en 1892 que la señora Mary Baker Eddy fundó en la ciudad de Boston, Estado de Massachusetts, en los Estados Unidos, la Iglesia de Cristo, Científica. Esta es considerada como la Iglesia Madre, a la cual todos los creyentes de la Ciencia Cristiana pertenecen en calidad de miembros. La señora Baker Eddy hizo hincapié en la sanidad cuando dijo que esta era "una iglesia designada a conmemorar la palabra y las obras de nuestro Maestro, la cual debe reintegrar el cristianismo primitivo y su elemento perdido de sanidad". De manera que un seguidor de esta iglesia es aquel que acepta y practica la enseñanza de esta iglesia, tal como interpretan ellos que se halla ésta en la Biblia y en el texto de la Ciencia Cristiana, o sea, el libro de La Ciencia y la Salud con Clave de las Escrituras. Este fue escrito por la señora Baker Eddy, y los de la Ciencia Cristiana lo consideran como de inspiración divina y sin errores y, de consiguiente, como la autoridad final.

La señora Baker Eddy, antes de fundar su nueva religión, había pertenecido a la denominación Congregacional, y en general, la mayoría de sus seguidores han pertenecido también a diferentes iglesias o congregaciones. Por toda su vida, ella fue una estudiante de la Biblia y reclamó haber descubierto en las Escrituras lo que consideró una ciencia divina, la Ciencia de Cristo. Interpretó a esta Ciencia como el Consolador que Jesús prometió. Ella murió en el año 1910.

En las congregaciones de la Ciencia Cristiana no hay pastores ni otros "oficiales" como los hay en las denominaciones religiosas tradicionales, sino solamente "lectores" y "practicantes". Sus servicios religiosos son sencillos; los celebran los domingos y éstos consisten de una lectura en voz alta hecha de pasajes de la Biblia y partes del libro Ciencia y Salud. Dos lectores se alternan en hacer dicha lectura, los cuales son elegidos por los miembros locales. El "practicante" es uno que ora por los que piden oraciones a favor de ellos, y para serlo, la Iglesia Madre de Boston debe dar su aprobación "oficial".

La explicación que dan respecto del significado del nombre Ciencia Cristiana es la siguiente: Es "cristiana" porque la iglesia se basa en la vida y las enseñanzas de Jesucristo, quien les hizo a sus seguidores la promesa de que en todos los tiempos ellos debían sanar a los enfermos en su nombre. Es "ciencia", o científica, porque revela a Dios como el Principio divino de todo lo que realmente es, y porque muestra cómo la bondad infinita, el poder y el amor de Dios pueden demostrarse en todas las fases de la vida humana. Cristo hace claro el significado espiritual de las Santas Escrituras. Los adherentes de esta religión deben ser activos en obedecer todos los mandamientos de Jesús, incluyendo el de sanar a los enfermos.

II. Cuerpo de doctrinas características
La Ciencia Cristiana es un sistema de interpretación de las Escrituras en el que pone énfasis en la sanidad o la salud. Como principio filosófico que sirve de base a la curación o la salud está la negación que ellos hacen de la realidad física. La Ciencia Cristiana proclama que no hay enfermedad, dolor, pecado,

materia ni muerte. Estas cosas son producto de la imaginación, son puras ilusiones inexistentes en la realidad. La premisa fundamental de la Ciencia Cristiana es esta: Dios es la mente divina, la fuente y la substancia del verdadero ser del hombre. La mente o el espíritu es causa; el hombre y el universo son efectos. La materia es sólo un falso sentido de la substancia. La victoria auténtica que deviene en salud consiste en entender que todo es falso y aparente y que sólo lo espiritual es lo real, lo verdadero.

Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor son sinónimos de Dios, y el hombre es manifestación de todo eso. Que el hombre enferma, se equivoca y peca es una mentira, un producto de la mente carnal o mortal. La salvación viene a ser que el hombre reclame su real identidad. Ellos, pues, enseñan que Dios es un Principio, no una persona. No hay tal cosa como deidad personal, un diablo personal o un hombre personal.

El hombre fue y es la idea de Dios, la concepción de la Mente eterna. El hombre estaba eternalmente en la Mente; pero la Mente no estaba en el hombre. Todo es mente, la materia no es sino una suposición, un sueño sin soñador. Cualquier cosa que apele al sentido mortal es sólo un sueño. La muerte no es sino una ilusión. En una palabra, no hay muerte.

Todo y lo único que existe es la Mente divina, y el hombre es la expresión de la mente. El Espíritu es tierno y real; la materia, como una ilusión irreal, está sujeta al decaimiento y a la disolución. El hombre, como la idea y la imagen de Dios, es inmortal, perfecto, totalmente bueno, y no puede ser tocado o manchado por el mal porque la mente expresa a Dios.

La salud es una realidad espiritual y, como tal, es eterna. La enfermedad es sólo un aspecto de la falsedad. Para la Ciencia Cristiana, la oración es científica y logra la salud. La salvación consiste en ser uno salvo de las ilusiones y los engaños del sentido mortal, es decir, de sentir uno que puede enfermar y morir.

Ellos aceptan la divinidad de Cristo, pero sólo en el sentido de que él fue el Hijo de Dios; y su misión consistió en redimir a la humanidad de la creencia en la mortalidad, demostrándole al hombre que su verdadera naturaleza es espiritual. Jesús no hizo milagros, sino que él hizo aplicación de la ley natural espiritual.

Para ellos, la Trinidad es que Vida, Verdad y Amor son "el Principio trino llamado Dios". El hombre es, realmente, sin pecado y libre. El pecado es la creencia en la existencia real de una mente o de mentes aparte de la Mente divina, Dios. Esta es la "mente carnal" de que habla el apóstol Pablo. "Si una persona acepta la mente carnal, sus pecados aparecerán ser sus pecados, y su sufrimiento aparecerá ser su sufrimiento."

Ellos creen en el cielo y el infierno, pero no geográficamente. La señora Baker Eddy dijo: "El pecador hace su propio infierno al hacer el mal, y el santo su propio cielo al hacer el bien."

Los de la Ciencia Cristiana creen que el decaimiento y la destrucción pueden ser detenidos mediante la plena realización de la verdad divina. En otras palabras, la inmortalidad puede alcanzarse a través del mejoramiento progresivo del entendimiento espiritual de uno.

III. ¿Qué dicen las Sagradas Escrituras?
1. En cuanto a un Dios vivo y personal. "El que me ha visto a mí, ha visto al Padre", dijo Jesús (Jn. 14:9). "Aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros" (Jn. 1:14; 20:27). "El es Dios vivo y Rey eterno" (Jer. 10:10). "Y no hay más Dios que yo; Dios justo y Salvador; ningún otro fuera de mí. Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más" (Is. 45:21, 22). Véanse también Hebreos 9:14; 1 Tesalonicenses 1:9; Salmo 23; Apocalipsis 1:17, 18.

2. En cuanto al hecho de la enfermedad. Tres veces pidió Pablo a Dios que le quitara de su carne una espina (2 Co. 12:7-9). En 2 Reyes 20, léase lo de la enfermedad de Ezequías; lo de Uzías en 2 Crónicas 26:16-23. Jesús sanó a muchas personas de las enfermedades que tenían, no de sus ilusiones: Mateo 9:27-31; Juan 9:1-7; Marcos 9:23-29; Lucas 17:11-19; Santiago 5:13-18. En este último pasaje se habla de la eficacia de la oración y el uso de los medios para recuperar la salud.

3. En cuanto a la oración. Véase la oración del Señor en Mateo 6:9-13. También Juan 17 en donde está la oración intercesora de Jesús. Nosotros no recibimos porque no pedimos

(Stg. 4:2); o no recibimos porque pedimos malamente (Stg. 4:3; Mr. 10:35-45). Gracias a Dios por sus bendiciones: Filipenses 4:6; Lucas 17:16; Romanos 8:34, 37.

4. En cuanto a la realidad del pecado y de la muerte expiatoria de Cristo Jesús. Isaías 53; Romanos 3:23; 5:8-10; Hebreos 9:14; 1 Juan 1:7-10; Isaías 1:4-6; Santiago 4:17; 1 Juan 3:4.

5. En cuanto a la realidad de la muerte. Génesis 2:16, 17; 5:5; Romanos 5:12-14; Hebreos 9:27.

IV. Breve exposición de comparación con el punto de vista bíblico evangélico
1. La posición bíblica y evangélica respecto de Dios el Padre es que "Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren" (Jn. 4:24). Dios es una persona divina, el creador y sustentador de todo lo que existe. En Hebreos 11:3, 6 dice: "Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía . . . Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan." Además, él es nuestro Padre celestial: "Para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él" (1 Co. 8:6).

2. De acuerdo con la Biblia y con la realidad que todos experimentamos y constatamos, la enfermedad es una realidad evidente; el dolor lo sentimos y nos hace sufrir. Es posible distinguir entre la enfermedad física y la enfermedad mental; entre el dolor físico y el dolor emocional. Si la enfermedad y el dolor son sólo ilusión de la mente, ¿por qué entonces somos conscientes de esta diferencia? ¿Por qué cuando se le aplica la medicina apropiada al que está enfermo, éste se recupera y sana? El leproso del Evangelio (véase Marcos 1:40-45) estaba leproso, se sentía leproso, Jesús lo reconoció leproso y lo sanó de su lepra. Los cinco sentidos de nuestro cuerpo atestiguan de que el cuerpo está enfermo cuando está enfermo. El punto es que la enfermedad

es una realidad, física y tangible, como cualquier otra experiencia directa de nuestro cuerpo. Los Evangelios nos dicen que Jesucristo sanó a los enfermos de diversas enfermedades, no dice que los sanó de sus ilusiones. La enfermedad y el dolor son tristes consecuencias del pecado de la humanidad.

3. La oración es una práctica religiosa que se basa en la fe en Dios y en el hecho de que como sus hijos que somos, podemos ir a él con toda confianza para adorarlo, agradecerle, pedirle el perdón dé nuestros pecados y suplicar sus bendiciones. Debemos orar a él en la actitud de que se haga su santa voluntad. La oración no es un esfuerzo ilusorio de la mente, sino el establecimiento consciente y auténtico de una relación de amistad y comunión con Dios, por la mediación de Jesucristo.

4. Podríamos decir sin temor a equivocarnos que sobre el escenario de la tierra, el pecado y la muerte son realidades inescapables de los hombres. La Biblia dice que "el pecado es infracción de la ley" (1 Jn. 3:4). No es una cosa liviana, una suposición ni un autoengaño, ni es que la salvación consiste en que el hombre llegue a darse cuenta de que no hay pecado. Llamar a la muerte física una idea falsa de la mente es un craso error. El hecho es que los hombres mueren, desaparecen del escenario de la vida humana. La Biblia lo afirma, nuestra observación diaria lo atestigua y todos sabemos íntimamente que un día tendremos que morir.

5. La muerte de Jesús en la cruz del Calvario fue un manifiesto hecho físico, literal; y su muerte fue vicaria, expiatoria, es decir, para redimir a los hombres de sus pecados y de la condenación eterna. Toda la Biblia apunta al hecho central de la redención, de que Cristo es "el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo" (Jn. 1:29). La salvación o la vida eterna no es el resultado de un proceso de autosugestión mental, o como quiera llamársele; no, sino que es el fruto de la obra que Cristo consumó en el Calvario cuando murió allí en lugar de los pecadores. "La sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado" es la declaración constante de las Sagradas Escrituras. "Sin derramamiento de sangre no se hace remisión [de pecados]" (He. 9:22).

V. Resumen y evaluación rápida
La Ciencia Cristiana es, en esencia, un sistema de interpretación que espiritualiza y alegoriza las Sagradas Escrituras. No se le puede llamar con propiedad una teología, sino que es más bien una filosofía de especulación, que dice ser ilusión y sueño lo que es físico, real e histórico. Esta serie de conceptos metafísicos y arbitrarios, más confunden que aclaran; más enredan que aseguran.

Tal vez, lo único que pudiéramos mencionar como acertado, sea el énfasis de la Ciencia Cristiana de que sí hay enfermedades producidas por trastornos mentales, por imaginación y son las llamadas enfermedades sico-somáticas. Un reconocimiento de parte del "paciente" del origen imaginario de sus malestares, puede, en muchos casos, producirle el alivio y la curación. Sin embargo, esta admisión, reconocida por la ciencia médica, no se la puede generalizar en el sentido de atribuirle un origen mental a todas las enfermedades, porque bien sabemos que hay enfermedades infecto-contagiosas producidas por virus o microbios, y enfermedades hereditarias y también las causadas por accidentes.

En conclusión, la Ciencia Cristiana, en análisis objetivo y bíblico, ni es ciencia ni es cristiana. No es ciencia, por cuanto no se basa en las leyes y los principios descubiertos por los médicos científicos que reconocen la realidad de la enfermedad, del dolor y de la muerte; ni tampoco es cristiana, por cuanto niega los hechos históricos de Jesucristo y, de consiguiente, su poder y eficacia redentores.
 
Re: CIENCIA CRISTIANA (una especie de neo-gnosticismo).

La ciencia y el cristianismo nunca se van a chocar, por el simple hecho de que van por caminos diferentes. Así que hacer una ciencia cristiana es una contradiccion absoluta. Si bien la fe esta fundada sobre la Biblia, no me parece que la ciencia se funde sobre algun principio mas que el empirico, y Dios no es empirico. Por lo tanto no es ciencia. La ciencia niega a Dios, por eso no pueden converger nunca. A mi me gusta la ciencia, y me gusta estudiarla, pero cuando la estudio trato de separar las cosas. Una ciencia que niega a Dios, una ciencia que crea seres, es solo una ciencia atea. LA CIENCIA AVANZA POR EL ATEISMO, NUNCA POR LA FE
 
Re: CIENCIA CRISTIANA (una especie de neo-gnosticismo).

La ciencia y el cristianismo nunca se van a chocar, por el simple hecho de que van por caminos diferentes. Así que hacer una ciencia cristiana es una contradiccion absoluta. Si bien la fe esta fundada sobre la Biblia, no me parece que la ciencia se funde sobre algun principio mas que el empirico, y Dios no es empirico. Por lo tanto no es ciencia. La ciencia niega a Dios, por eso no pueden converger nunca. A mi me gusta la ciencia, y me gusta estudiarla, pero cuando la estudio trato de separar las cosas. Una ciencia que niega a Dios, una ciencia que crea seres, es solo una ciencia atea. LA CIENCIA AVANZA POR EL ATEISMO, NUNCA POR LA FE

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Al respecto debo decir según mi entender, que Dios ni es empírico ni deja de serlo, puesto que El sólo ES, sin calificativos, por lo tanto, creo entender que la ciencia puede ir por caminos erróneos, asi sucede en su mayoría, pero la ciencia por serlo,`puede demostar si lo desea que Dios realmente existe, icluso para los ateos, o como bien decia Albert Einstein, persona bien conocida por sus teorias matemáticas, la verdadera ciencia, se entiende, puede demostrar mediante explicaciones cientificas ejemplos de quien hay de tras de todo efecto, hay una sola causa, DIOS, incluso en la fisica cuántica, donde en estos espectros energéticos todo se transforma nada se destruye, los atomos son realmente particulas de energia que vibran a diferentes velocidades, por lo que todo lo material no existe en la realidad, solo hay la energia, otra forma de expresar al espiritu de DIOS.
No sé si os sirve mi pequeña y esforzada explicación, pero me gustaria no lo entendierais con la razón, sino con el corazón, la razón no puede dar explicación a los planos celestes,...

Seguiré buscando

Un abrazo fraternal