Breve historia del culto a las imágenes

12 Mayo 2000
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www.maic.net
Ya que en otro epígrafe se ha vuelto a defender el culto a las imágenes, refloto, con leves modificaciones, este escrito.

EL CULTO A LAS IMÁGENES

1. Prohibición del culto a las imágenes en la Biblia

Es bien conocido el hecho de que en el Antiguo Testamento se prohíbe que los israelitas se hagan imágenes y que les rindan culto (Exodo 20:4-5; Deuteronomio 5:8-9). Los profetas, en particular Isaías y Jeremías, ridiculizan el culto a las imágenes idolátricas: Isaías 44: 9-20; Jeremías 10: 1-16. El episodio del becerro de oro (Exodo 32), como los de Jeroboam (1 Reyes 12: 26-33) ilustran las consecuencias de la transgresión.

Cabe subrayar que lo que se prohíbe de manera absoluta es que el hombre se haga imágenes por su propia iniciativa con el objeto de rendirles culto. Por tanto, no está prohibida para los cristianos la hechura de imágenes con fines didácticos, recordatorios u otros diferentes del culto. La mayoría de los cristianos toma fotografías de los seres queridos y admite la erección de monumentos públicos y esculturas. Empleamos imágenes para enseñar a nuestros niños y vemos películas y videos donde Jesús y los Apóstoles son representados.

Aunque el judaísmo tardío entendió la prohibición de las imágenes de manera absoluta, tal actitud no está justificada por los datos bíblicos. En efecto, Dios mismo mandó hacer imágenes bordadas, talladas y esculpidas para el tabernáculo, como también la serpiente de bronce (Números 21:9) que según Jesús enseñó era un tipo de su muerte redentora (Juan 3:14). Lo que evidentemente estaba proscripto era rendir culto a las imágenes, como lo demuestra la aprobación divina ante la destrucción de la serpiente de bronce cuando ella se tornó en un objeto de culto para los israelitas (2 Reyes 18:4).

2. El uso de imágenes en la Iglesia subapostólica

Los primeros cristianos dejaron testimonios de su fe por medio de las imágenes que hasta hoy se conservan en las catacumbas. Sus representaciones, mayormente pictóricas, incluían episodios de la Biblia, símbolos como el pez (griego YCHTHYS, acrónimo de Iesous Christos , Theou Hyious, Soter = Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador), y del Buen Pastor. Sin embargo, no existe evidencia de que existiese ningún tipo de culto hacia tales imágenes recordatorias. Adrian Fortescue escribe en la Catholic Encyclopedia:

“Diferente de la admisión de imágenes es la cuestión del modo en que eran tratadas. ¿Qué signo de reverencia daban los primeros cristianos a las imágenes de sus catacumbas, si es que daban alguno? Para el primer período no tenemos información. Hay tan pocas referencias en absoluto a las imágenes en la literatura cristiana más primitiva que difícilmente hubiésemos sospechado su ubicua presencia si no estuviesen realmente allí en las catacumbas como el argumento más convincente. Pero estas pinturas de las catacumbas no nos dicen cómo eran tratadas. Podemos dar por sentado, por una parte, que los primeros cristianos entendían perfectamente que las pinturas no tenían parte alguna en la adoración debida sólo a Dios. Su monoteísmo, su insistencia en el hecho de que servían solamente al todopoderoso e invisible Dios, su horror ante la idolatría de sus vecinos, la tortura y muerte que sufrían los mártires antes de derramar una pizca de incienso ante la estatua del numen del emperador son suficientes para convencernos de que no estaban disponiendo filas de ídolos propios. Por otra parte, el lugar de honor que le dan a sus símbolos y pinturas, el cuidado con el que decoran, indica que trataban a las representaciones de sus creencias más sagradas con el menos una decente reverencia. Es a partir de esta reverencia que toda la tradición de venerar las imágenes sagradas se desarrolló gradual y naturalmente.
(s.v. Images, Veneration of . En The Catholic Encyclopedia , Volume VII, 1910; negritas añadidas)
Tal vez las escasas alusiones a las imágenes no nos proporcione información de cómo eran tratadas, pero este mismo hecho testimonia que su papel en la vida cristiana era modesto, y en modo alguno tenía la importancia indebida que adquirió luego.

3. Los Padres de los primeros siglos condenan la veneración de imágenes

De hecho, diversos escritores cristianos primitivos (siglos II y III) fueron explícitos acerca de la prohibición de imágenes en el culto, ya que veían claramente el peligro de idolatría que esto suponía. El autor católico citado, Fortescue, reconoce que ellos no sólo denunciaron la adoración, sino incluso la manufactura y posesión de las tales imágenes, y menciona a Atenágoras en su “Legación a favor de los cristianos”, Teófilo en su “Carta a Autólico”, Minucio Félix en su “Octavio”, Arnobio en “Contra los Gentiles”, Tertuliano en “Sobre la Idolatría” y Cipriano en “La vanidad de los ídolos.”

A esto podríamos agregar el testimonio de Orígenes (m. 254):

"Son los más ignorantes quienes no se avergüenzan de dirigirse a objetos sin vida ... y aunque algunos pueden decir que estos objetos no son sus dioses sino tan sólo imitaciones de ellos y símbolos, sin embargo se necesita ser ignorante y esclavo para suponer que las manos viles de unos artesanos puedan modelar la semejanza de la Divinidad; os aseguramos que el más bajo de los nuestros se ve libre de tamaña ignorancia y falta de discernimiento.” (Contra Celso, 6:14; negritas añadidas).

Javier Gonzaga narra la siguiente ilustrativa anécdota:

“Cuando los soldados de Diocleciano [emperador que lanzó la última gran persecución contra los cristianos] irrumpieron en una iglesia en Nicomedia [en] el año 297 mostraron su ignorancia total del cristianismo al sorprenderse de no encontrar ninguna representación de lo que los cristianos adoraban allí. Esto era precisamente lo que diferenciaba a una iglesia cristiana de un templo pagano.” (Concilios. Grand Rapids: International Publications, 1965; 1: 237).

Por la misma época del acontecimiento recién narrado, Lactancio (240-320) escribió:

Es indubitable que en donde quiera que hay una imagen no hay religión. Porque si la religión consiste de cosas divinas, y no hay nada divino más que en las cosas celestiales, se sigue que las imágenes se hallan fuera de la esfera de la religión, porque no puede haber nada de celestial en lo que se hace de la tierra ... no hay religión en las imágenes, sino una simple imitación de religión.” (Instituciones Divinas 2:19; negritas añadidas).

En 305 ó 306 un concilio reunido en Elvira, cerca de la actual Granada, estableció en su canon 36: “Ordenamos que no haya pinturas en la Iglesia, de modo que aquello que es objeto de nuestra adoración no será pintado en las paredes.” En el pasado, apologistas católicos como Baronio y Bellarmino cuestionaron este sínodo español, pero su ortodoxia es hoy generalmente admitida.

Eusebio de Cesarea habla de una estatua de Cristo existente en Paneas que tuvo ocasión de ver, y comenta:

“Y no es extraño que hayan esto aquellos paganos de otro tiempo que recibieron algún beneficio de nuestro Salvador, cuando hemos indagado que se conservaban pintadas en cuadros las imágenes de sus apóstoles Pablo y Pedro, e incluso del mismo Cristo, cosa natural, pues los antiguos tenían por costumbre honrarlos de este modo, sin miramiento, como a salvadores, según el uso pagano vigente entre ellos.” (Historia Eclesiástica 7,18:4; negritas añadidas).

Asimismo Epifanio (315-403), obispo de Salamina en Chipre, quien era un acérrimo enemigo de las enseñanzas de Orígenes, concuerda con éste contra las imágenes, según una carta a Juan, obispo de Jerusalén , conservada por Jerónimo. Epifanio fue a una iglesia de Palestina a orar y, según dice: “hallé allí una cortina colgada en las puertas de la citada iglesia, teñida y bordada. Tenía una imagen de Cristo o de uno de los santos; no recuerdo precisamente de quién era la imagen. Viendo esto, y oponiéndome a que la imagen de un hombre fuese colgada en la iglesia de Cristo, contrariamente a la enseñanza de las Escrituras, la desgarré ...” Epifanio aconseja además a Juan que instruya a los responsables para que no se cuelguen cortinados de esa clase en ninguna Iglesia de Cristo, “opuestos como están a nuestra religión” , y continúa: “Un hombre de tu rectitud debiera ser cuidadoso en quitar una ocasión de ofensa, indigna por igual de la Iglesia de Cristo como de aquellos cristianos que están confiados a tu cargo.” (Jerónimo, Epist. 51:9; negritas añadidas).

En uno de sus escritos contra los maniqueos, Agustín de Hipona admite que algunos adoran imágenes, pero no reconoce a los tales como a verdaderos cristianos: “No reúnas contra mí a los profesantes del nombre cristiano, quienes ni conocen ni dan evidencia del poder de su profesión... Sé que hay muchos adoradores de tumbas y de pinturas ... Ni es sorprendente que entre tantas multitudes [de cristianos] hayas de encontrar algunos por la condenación de cuya vida puedas engañar a los incautos y seducirlos [para sacarlos] de la seguridad católica.” (De Moribus Eccl. Cath., 34:75).

El obispo de Hipona, como Orígenes antes que él, refutó de antemano el argumento de Santo Tomás acerca de que no se le rinde culto a la imagen, sino a lo que representa:

“¡Avergüéncense todos los que sirven a una escultura, los que se glorían en los ídolos! Pero avanza uno que se cree docto y dice: ‘Yo no adoro a una piedra ni esta imagen que no tiene sentimientos; porque no es posible que vuestros profetas hayan imaginado que tenían ojos y no veían, y que yo sea ignorante hasta el punto de no saber que la imagen no tiene alma y no ve por sus ojos y no oye por sus oídos. Yo no adoro esto; sino que me inclino ante esto que veo y sirvo a aquel a quien no veo’, ‘¿quién es éste?’. ‘Algún poder invisible –se nos dice- que radica en esta imagen.’ Mediante esta clase de explicación acerca de sus imágenes, piensan que son muy listos y que en modo alguno se les puede contar entre los adoradores de ídolos .” (Sobre Salmos 96, 2; negritas añadidas).

De este modo, la enseñanza unánime de los Padres de los primeros siglos, la cual la Iglesia de Roma se precia de respetar y venerar, es radicalmente adversa al uso de imágenes en el culto. Adicionalmente, como notó Agustín, tampoco los paganos, salvo los muy incultos, tomaban a las imágenes como algo más que representaciones; pero son precisamente tales representaciones lo que los escritores cristianos antiguos prohíben como contrarias a las Escrituras y por tanto opuestas al cristianismo.

4. Rechazo del culto a las imágenes por un obispo de Roma

A partir del siglo IV y sobre todo del V, luego de que el cristianismo devino la religión oficial del Imperio y de que vastas multitudes de paganos incultos ingresasen a la iglesia, el empleo de imágenes comenzó a generalizarse. La razón invocada fue que las imágenes eran los libros de los analfabetos, y que eran necesarias para la enseñanza.

A fines del siglo VI el papa Gregorio Magno censuraba al obispo de Marsella, Sereno, por haber destruido las imágenes de las iglesias de su diócesis:

“Hemos sabido, hermano, que habiendo observado a algunas personas adorando imágenes, habéis destruido y arrojado esas imágenes de las iglesias. Os alabamos por haberos mostrado celoso ya que nada hecho de manos debe ser adorado , pero somos de la opinión que no debíais haber roto estas imágenes. La razón por la que se usan las representaciones en las iglesias es la de que aquellos que son iletrados puedan leer en las paredes lo que no pueden leer en los libros. Por tanto, hermano, debíais haberlas conservado, prohibiendo al mismo tiempo al pueblo que las adorase .” (Epístola 7,2:3).

En una epístola posterior a Sereno escrita en 600, Gregorio Magno reitera su posición; “tomad todas las medidas para evitar la adoración de las imágenes” (Epístola 9,4:9). He aquí un destacadísimo obispo de Roma que, a fines del siglo VI y principios del VII, desconoce todo culto lícito a las imágenes y las considera exclusivamente de valor didáctico. Como en la época de Gregorio aún no se había inventado la artificial distinción entre el culto de latría y el de dulía, es obvio que él se refiere a todo tipo de culto.

Ludwig Ott escribe, tratando de atenuar la fuerza de las enseñanzas de los Padres primitivos: “Por efecto de esa prohibición existente en el Antiguo Testamento, vemos que el culto a las imágenes solamente se forma una vez que el paganismo gentílico está totalmente vencido....” (Manual de Teología Dogmática, Ed. Rev. Barcelona: Herder, 1969, p. 480).

5. Desarrollo tardío del culto a las imágenes por influencia pagana

El tiempo mostraría que el paganismo distaba de estar vencido y que el temor de Sereno de Marsella era muy fundado. Se descuidó la catequesis y la predicación, y pronto proliferó el culto a las reliquias e imágenes, de puro linaje pagano. Ott admite: “Primitivamente, las imágenes no tenían otra finalidad que la de instruir: La veneración a las mismas (por medio de ósculos, reverencias, cirios encendidos, incensaciones) se desarrolló principalmente en la iglesia griega desde los siglos V al VII” (l.c., negritas añadidas). Es decir que, como lo reconoce este autor católico, no se trata de una práctica trazable a los apóstoles, y ni siquiera a la Iglesia de los primeros siglos.

Tal verdad, es decir que el culto a las imágenes es una costumbre tardía, de raigambre pagana y carente de base doctrinal, es reafirmada por Fortescue, en el artículo de la Catholic Encyclopedia ya citado:

“El desarrollo fue entonces un asunto de moda general más que de principio. Para el cristiano bizantino de los siglos V y VI las postraciones, besos e incienso eran las formas naturales de mostrar honor a cualquiera; él estaba habituado a tales cosas, aún aplicadas a sus superiores civiles y sociales; estaba acostumbrado a tratar a los símbolos del mismo modo, dándoles el honor relativo que era obviamente en realidad dirigido a sus prototipos. Y así llevó sus hábitos normales a la iglesia. La tradición, el instinto conservador que en asuntos eclesiásticos insiste siempre en la costumbre, gradualmente hizo estereotipos de tales prácticas hasta que se inscribieron como rúbricas y se hicieron parte del ritual...
Al mismo tiempo uno debe reconocer que justo antes del surgimiento del iconoclasmo [reacción violenta contra las imágenes] las cosas habían ido muy lejos en la dirección de la adoración de las imágenes. Aunque es inconcebible que nadie, excepto quizás el más estúpido campesino, pudiese haber pensado que una imagen podía oír las oraciones o hacer nada por nosotros. Y sin embargo, la forma en que algunos trataban a sus íconos sagrados indica más que el honor meramente relativo que se les enseña a los católicos a observar hacia éstos. En primer lugar, las imágenes se habían multiplicado enormemente en todas partes, las paredes de las iglesias estaban cubiertas por dentro de piso a techo con íconos, escenas de la Biblia [y] grupos alegóricos (un ejemplo de esto es Santa María Antigua, construida en el siglo VII en el foro romano, con su disposición sistemática de pinturas que recubren toda la iglesia). Los íconos, especialmente en el Oriente, eran llevados como protección en los viajes, marchaban a la cabeza de los ejércitos, y presidían las carreras en el hipódromo; colgaban en un lugar de honor en cada habitación, sobre cada comercio; cubrían copas, vestimentas, muebles, anillos; dondequiera que se encontrase un espacio, era llenado con un cuadro de Cristo, nuestra Señora, o un santo. Es difícil entender lo que aquellos cristianos bizantinos de los siglos VII y VIII pensaban acerca de ellos. El ícono parece haber sido en cierto modo el canal a través del cual se aproximaban al santo; tiene un valor sacramental ... en aquellos que lo miraban; por y a través del ícono Dios obraba milagros; el ícono hasta parece haber tenido una especie de personalidad propia en la medida en que ciertas imágenes eran especialmente eficaces para [obtener] ciertas gracias. Los íconos eran coronados con guirnaldas, se les quemaba incienso, eran besados. Delante de ellos ardían lámparas y se cantaban himnos en su honor. Los enfermos eran puestos en contacto con ellos, eran atravesados en el camino de un fuego o una inundación para detenerlos por una especie de magia. En muchas oraciones de este tiempo la inferencia natural de las palabras sería que se dirigían a la imagen misma."

"Si tanta reverencia se le brindaba a las imágenes ordinarias “hechas con las manos”, cuánta más se le daba a las milagrosas “no hechas con manos” (eikones acheiropoietai). De éstas habían muchas que habían descendido milagrosamente del cielo o –como la más famosa de todas en Edesa—habían sido producidas por nuestro mismo Señor por la impresión de su rostro en una tela (la historia del retrato de Edesa es la forma oriental de nuestra leyenda de la Verónica). El emperador Miguel II (820-829) , en su carta a Luis el Piadoso, describe los excesos de los iconolatras:

«Ellos han sacado la santa cruz de las iglesias y la han reemplazado por imágenes delante de las cuales queman incienso... Cantan salmos delante de estas imágenes, se postran ante ellas, imploran su ayuda. Muchos visten a las imágenes en ropajes de lino y las escojen como padrinos para sus hijos. Otros que se hacen monjes, abandonando la antigua tradición –según la cual el cabello que es cortado es recibido por alguna persona distinguida- lo dejan caer en las manos de alguna imagen. Algunos sacerdotes raspan la pintura de las imágenes, la mezclan con el pan y el vino consagrados y se lo dan a los fieles. Otros ponen el cuerpo del Señor en las manos de imágenes , de donde es tomado por los comulgantes. Aún otros, despreciando las iglesias, celebran el servicio divino en casas privadas, empleando una imagen como altar (Mansi, XIV, 417-422).»

Estas son las palabras de un vehemente iconoclasta y deben, sin duda, ser recibidas con cautela. De todos modos, la mayor parte de las prácticas descriptas por el emperador pueden establecerse por otra evidencia irrefutable.” (negritas añadidas).

Es interesante que este autor romanista, al tiempo que intenta eximir a los católicos de aquello que achaca a los orientales, presenta como paradigma de la profusión de imágenes a {b]una iglesia de Roma[/b]. Del mismo modo, para cualquiera que, como quien esto escribe, viva en un país de tradición católica, el retrato que hace de los excesos de los orientales resulta dolorosamente familiar.

6. La controversia sobre las imágenes

Las costumbres paganas se arraigaron de tal forma en la iglesia de Cristo, que para el siglo VIII la veneración de imágenes era considerada no sólo aceptable sino buena y piadosa.

Cuando el emperador León III Isaurio emitió decretos contra las imágenes, el papa Gregorio III (731-741), pasando por alto las enseñanzas de su tocayo y predecesor ya citado, convocó un sínodo que excomulgó a los adversarios de las imágenes. “El emperador por toda respuesta arrebató los obispados griegos de la Italia meridional y Sicilia de la superintendencia del papa, trasladándola a la del patriarca de Constantinopla. Mientras tanto en Roma, el papa ordenaba la multiplicación de las imágenes en los templos, construyendo también una capilla especial para la veneración de reliquias ‘sagradas’.” (Gonzaga, o.c., 1: 242).

Más de 300 obispos concurrieron a un concilio convocado en Hiereia por Constantino V, hijo y sucesor de León III en 754. Allí tras escuchar y discutir los argumentos de los partidarios de las imágenes, se estableció que los únicos símbolos del culto cristiano eran el pan y el vino de la Eucaristía. Los iconolatras fueron excomulgados, y se prohibió el uso de imágenes tanto privado como público.

Sin embargo, más tarde la emperatriz regente, Irene, ardiente partidaria de las imágenes, depuso al patriarca de Constantinopla y nombró a un hombre de su confianza en su lugar. Convocó a un concilio ecuménico que se reunió en Nicea en 787; solamente pudieron concurrir obispos partidarios de las imágenes, entre ellos los representantes del papa Adriano (772-795).Como no podía ser de otro modo, el concilio anuló los decretos imperiales contra las imágenes, como asimismo las decisiones de Hiereia. Los acuerdos del sínodo fueron firmados por la regente Irene y su hijo Constantino VI.

Fue en este concilio que se introdujo la arbitraria distinción entre el culto de latría, debido sólo a Dios, y el de dulía, que sería lícito para los santos. También se habló de un culto “terminativo”, dirigido a la persona, y otro “relativo” dirigido a la imagen que la representa. Desde luego, tales bizantinismos (strictu sensu!) son por completo ajenos a las Escrituras, donde hay un solo culto válido, el que se dirige al Trino Dios.

Este concilio niceno, de infausta memoria, al no poder fundamentar escrituralmente el culto a las imágenes, declaró la insuficiencia de las Escrituras y lanzó un anatema contra quienes no estaban dispuestos a aceptar doctrinas sobre la autoridad de la tradición y de los concilios, si las tales no tenían claro fundamento bíblico. La importancia de esta novedad para las progresivas desviaciones romanas de la doctrina escritural debiera ser obvia. Así escribieron los partidarios del culto a las imágenes, en una ruptura flagrante con la Escritura y la enseñanza de los Padre antiguos:

“Porque de esta manera se mantiene la enseñanza de nuestros santos Padres, o sea, la traidición de la Iglesia Católica, que ha recibido el Evangelio de un confín a otro de la tierra; de esta manera seguimos a Pablo, que habló en Cristo [2 Corintios 2:17] y al divino colegio de los Apóstoles y a la santidad de los Padres, manteniendo las tradiciones [2 Tesalonicenses 2:14] que hemos recibido...
Así, pues, quienes se atrevan a pensar o enseñar de otra manera; o bien a desechar, siguiendo a los sacrílegos herejes, las tradiciones de la Iglesia , e inventar novedades, o rechazar alguna de las cosas consagradas a la Iglesia: el Evangelio o la figura de la cruz, o la pintura de una imagen, o una santa reliquia de un mártir; o bien a excogitar torcida y astutamente con miras a trastornar algo de las legítimas tradiciones de la Iglesia Católica ... si son obispos o clérigos, ordenamos que sean depuestos; si monjes o laicos, que sean separados de la comunión.” (Denzinger 303-304).

Nótese que los obispos iconolatras no pudieron ni siquiera apelar a la supuesta tradición apostólica, pues ninguna había para apoyar el culto a las imágenes. Esgrimieron en cambio una espuria “tradición de la iglesia católica” cuando, en realidad, todos los escritores cristianos de los primeros siglos que trataron el tema se opusieron por completo a semejante abominación. Y esto para no reiterar la clara enseñanza de las Escrituras.

7. Conclusión

En conclusión, el culto a las imágenes, prohibido en la Biblia y rechazado unánimemente con horror por los maestros cristianos primitivos, y prohibido por el obispo de Roma Gregorio I y por los trescientos obispos reunidos en Hiereia, se introdujo por la puerta trasera de la Iglesia de manera gradual y creció hasta proporciones descomunales. La sanción dogmática de tan repugnante doctrina fue un estigma que permaneció hasta su cuestionamiento y firme rechazo durante la Reforma del siglo XVI.

Así que, queridos católicos y orientales, les invito a rechazar a los falsos maestros que los extravían y a volver a las Escrituras y a la práctica de la Iglesia primitiva. Esto será sin duda agradable a Dios.

Bendiciones en Cristo,
Jetonius
<{{{><
 
Jetonio:
Me ha sorprendido gratamente el MÉTODO empleado por Vd. para "rastrear" an la vida de los primeros siglos cómo se vivía la fe cristiana. Acude a "testigos", algunos tan importantes como Obispos de Roma. Recurre a testigos "indirectos" que narran detalles que reflejan costumbres. Eso es lo que en la metodología católica (y ortodoxa) se llama el estudio de la Sagrada Tradición.
Supongo que ya aparecerán más datos y el cómo y el porqué llega a ser objeto de una definición dogmática la lícita VENERACIÓN de imágenes sagradas. Tema que, en mi opinión, se hizo importante por la presencia del Islam en el Imperio Bizantino y, durante el Barroco, como reacción a una nueva iconoclastia de raiz protestante (aunque en este tema hubo mucha diferencia entre sectores de la Reforma). En sí mismo no tiene tanta importancia, pero se ha hecho relativamente importante.
 
Hermano Jetonius y amigos Catolicos

Gracias, muy interesante y claro tu mensaje que hasta el mismo papa debería de leerlo!, y convocar un concilio para quitar totalmente toda imagen y culto hacia ellas, seguro que con esto muchos fieles católicos brincarían de alegría, otros dejarían al papa y su iglesia antes de soltar las imágenes.
Es innegable como han hecho daños las imágenes, cuantos no se abran perdido por ellas y a cuantos no han hecho tropezar por ellas.

Hasta cuando van a entender que la fe es la convicción de lo que no se ve, que no se necesitan para hacernos recordar las cosas celestiales y que es falta de fe y confianza que Cristo oye sin ellas, la utilización de imágenes no sirven mas que para poner en la mente de los que las usan una imagen irreal con todas sus características (color de piel, forma de la cara, ojos, nariz, etc.) que son invención del ingenio humano y a eso es a lo que dan culto. Amigo católico ¿qué color de piel tiene la imagen de tu cristo, de que color sus ojos, como es su cabello y la forma de su cara, es delgado? ¿Crees que ese cristo al que tu ves y veneras es la misma imagen fotográfica del Rey de reyes? Seguro que no lo es, ¿entonces que haces reclinándote a ellas?.

Ten Fe no desconfíes, Dios oye las oraciones y suplicas con alegría de todo aquel que a El acude creyéndole que le hay. Las imágenes son innecesarias y peligrosas.

Bendiciones
 
Según el escrito de Jetonuis ¿donde esta la sagrada tradición para avalar el culto a las imágenes?

Hermano Jetonuis, tu mensaje es tan convincente que creo que no abra mucha participación de los amigos católicos. Esperemos en Dios que hagan conciencia en ello. Aunque confió que muchos de los amigos católicos de este foro no emplean imágenes pues como sabes no es dogma que tengan que utilizarlas.

Saludos
 
Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.(Palabras de Jesús en Juan 4:23-24)
 
Jetonius:
Con tantas copias que he hecho de tus aportes, te debo mucho dinero en derechos, pero que mi Padre, que es el tuyo, te los pague, jejejejeje
 
¿Como?

¿No se podían copiar?


¿Tienen copyright Jetonius?


Pues lo que dice haaz, ¡¡¡ que te lo pague Papá !!


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Maripaz
 
Muy agradecido hermano JETONIUS por tan
buena información. Confío en que no tendrías
inconveniente en que yo la haya insertado en
otro Foro donde a través ya de 878 mensajes
estamos debatiendo sobre el mandamiento
"No te harás imagen...". Hemos hecho una
pausa en la dureza de la polémica, y ahora
la seguimos, pero en verso, valiéndome del
estilo repentista del payador ríoplatense
(tipo Martín Fierro), aunque a veces me
descuelgo también con un soneto.
He citado las fuentes de procedencia de tu
esclarecido estudio.
El Señor te bendiga.
Ricardo.
 
Ricardo, me podrías dar tu dirección de correo??????
 
<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>Originalmente enviado por Ricardo:
Muy agradecido hermano JETONIUS por tan
buena información. Confío en que no tendrías
inconveniente en que yo la haya insertado en
otro Foro donde a través ya de 878 mensajes
estamos debatiendo sobre el mandamiento
"No te harás imagen...". Hemos hecho una
pausa en la dureza de la polémica, y ahora
la seguimos, pero en verso, valiéndome del
estilo repentista del payador ríoplatense
(tipo Martín Fierro), aunque a veces me
descuelgo también con un soneto.
He citado las fuentes de procedencia de tu
esclarecido estudio.
El Señor te bendiga.
Ricardo.
[/quote]

Estimados Ricardo, Maripaz y Haaz:
TODO lo que escribo puede ser reproducido con tal de que sea fielmente y con mención de la fuente. Me reservo los derechos solamente para obrar en caso de abuso.

Bendiciones en Cristo,
Jetonius
<{{{><
 
Estimados foristas:
Dado que mis hermanos separados no han querido o no han podido presentar aqui ningún argumento sólido u objeción fundada en contra del rechazo de las imágenes en el culto, y que Juan Manuel ha preferido abrir otro epígrafe, haré algunos comentarios adicionales allí.

Bendiciones en Cristo,
Jetonius
<{{{><
 
Sr Jetenios:

Por este medio quiero dirigirme a Ud. y todos esos respetables foristas:
Ud. dice que nadie de los hermanos separados como que tienen miedo referirse a lo escrito a su epígrafe.

No hay que negar que todo dato histórico es importante, lo que no es importante son las interpretaciones particulares del hombre.
La Biblia es muy clara en Exodo 20:2.3,4,5,
Yo soy el Señor Jehová, Yave, que te saque de la tierra de Egipto de casa de siervos.
Observe; No tendras dioses ajenos. Sr. Jetenios Ud. se ha olvidado que la palabra “dios” significa todo objeto de adoración? A esto es lo que El Señor se refería. Ud. habla como si fuera un niño. Ud. compara una imagen con una fotografía, la fotografía es reproducción del reflejo de algo real que pegó sobre la lente y se produjo por los puntos a través de emulsión de nitrato de plata y no una pintura imaginada en la mente de un gran escultor, pintor, como Rafael, Dante; Miguel Ángel, y otros. Estas obras son valiosas. No olvide que En esos tiempos León X las mandó a pintar para adornar el templo de Roma y ahora muchas de esas pinturas son veneradas “honradas” parece que a Ud. Sr. Jetenios se le ha olvidado el Vers.5 que dice: No las honraras, eso es lo mismo que venerar.

Luego dice: No te inclinaras a ellas, Sr. Jetenios con su gran sabiduría que Ud. tiene me extraña que Ud. olvidó la palabra “NO TE INCLINARAS A ELLAS” si esa palabra es lo “Gr. es lo mismo que arrodillarse” “rendirse” “rendirle culto” Ud. que es tan sabio y no es ignorante como los protestantes o como Ud. le quiera llamar a mis preciosos hermanos cristianos quiero decirle que si Ud. piensa que con sus buenas historias moderadas por la misma Roma, nosotros vamos a convencernos está muy lejos aunque viniera otra inquisición.

Sr Jetenios: Ud. dice que las imágenes enarboladas por Roma no son imágenes para adoración, yo le pregunto: ¿Qué hacen las gentes cuando van a una romería, primero esa palabra es derivada de Romano “Romería” Si no son las imágenes de Adoración ¿Por qué la gente camina de rodillas hasta mutilarse y sangrar para adorar a la virgen María , a Lucía, a San Antonio.? Eso fue lo que Yave, Jehová condeno.

Yo creo que si María es justa ella ha de llorar cuando mira tanta gente inocente mutilada de sus brazos y rodillas sangrando. ¿No le parece que eso es despreciable jugar con la sinceridad e integridad de las almas? Si eso es ser Católico, gracias al Señor que Dios me saco de esas mentiras cuando yo tenía once añitos de edad y desde entonces me dedique a escudriñar la Palabra de Dios. Ya tengo 56 años y no me arrepiento de haber conicido a Cristo.

Ud. en su epígrafe habla de los monumentos erigidos como símbolos patrios, se ve que Ud. desconoce lo que es divino y lo que es netamente político. Ud. sabe que la política es la manifestación de algo hipócrita, no es real.

Quiero aportar unos pequeños párrafos escritos por un Obispo catolico, por cierto un Sr. Muy respetado en su religión. ¿Haber que dice Ud. ya que es tan sabio para copiar los párrafos históricos.

Este escrito es del libro MANUAL DE RELIGIÓN.
Prohibiciones: IDOLATRÍA SUPERTICION.
Idolatría, definición –La idolatría es un acto por el cual se da a una criatura el culto devido a Dios.

2 División: Hay varias clases de idolatría: Idolatría por ignorancia: es el estado de quienes no conocen al Dios verdadero por no haber oído jamás hablar de él.

Idolatría simulada, “adoración en dulia” es fingir a dorar una criatura para salvarse de un peligro. (Nota: es mia, prender una vela y San Antonio retira la tormenta...)

Idolatría verdadera es dar culto divino a algo que no sea Dios, porque eso desprecia a Dios.

La idolatría simulada es pecado mortal. Constituye una negación externa de la fe y una mentira injuriosa contra Dios. La idolatría verdadera, es un pecado gravísimo porque se basa en el desprecio a Dios.

Sr. Jetenios: No ha leído Ud. 2 Cort. 6: 14. ¿Qué comunión tiene la luz con las tinieblas? ¿Qué comunión tiene la luz con las tinieblas? ¿Qué compañerismos tiene el templo de Dios y las imágenes? ¿Qué parte tiene el fiel con los infieles? Vosotros soy el templo de Dios.

El templo de Dios no es ninguna entidad religiosa, un nombre que sobrevivió por la fuerza de los emperadores, que se cambió de imperial a Papal . Sr. Jetenios: ¿A caso Ud. no sabe lo que sucedió en los siglos 312 en los tiempos de Constantino Cloro y la princesa británica Elena. Ud. cree que nosotros los cristianos desconocemos lo que pasó en el año 313 en el tratado de Milan, cuando se le dio el poder a la Iglesia de Roma . El poder que tiene se lo dio Constantino y no Dios. Sr. Jetenios: ¿ Ya olvidó lo que paso en siglo 381? Los acontecimientos del año 406.
Hay un detalle: No olvide esto mis amigos foristas y elogiadores de Jetenio.

Después de que Constantino dio todo su poder a la Iglesia por lo obligaron a bautizarse en lecho de muerte. Este construyó muchas basílicas y trasladó la capital del imperio a oriente, a fin dejara al Papa como único soberano en Roma
Sr. Jetenios: Ud. quiere hacer que otros desconozcan estas verdades?.

Señores: Imágenes, Ídolos, dioses, figuras humanas, de animales, de astros, de Ángeles, de pinturas, de vírgenes, romerías, veneraciones. Adoraciones en dulia, son condenadas por Dios y su Biblia. “La Palabra de Dios”.

Toda la honra es para Dios. Hechos 4:12. En ningún otro hay salvación por que no hay otro nombre debajo del cielo dado a los hombre, Jesucristo hombre.

No hay ningún Obispo, Papa romano, Pastor, o predicador grande, solo el Señor y solo a él se le debe doblar toda rodilla.

Muchas gracias,
Pastor: Mónico Cubías.
 
<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>Originalmente enviado por Pastor: Mónico Cubías:
Sr Jetenios:

Por este medio quiero dirigirme a Ud. y todos esos respetables foristas:
Ud. dice que nadie de los hermanos separados como que tienen miedo referirse a lo escrito a su epígrafe.

...
Muchas gracias,
Pastor: Mónico Cubías.
[/quote]

Estimado Pastor Mónico:
Noto que está usted muy, pero muy confundido. ¿Me supone católico? ¿Cree que defiendo el culto a las imágenes?
Yo soy un cristiano evangélico; por tanto,
cuando hablo de "hermanos separados" no me refiero a los protestantes, sino a los católicos y ortodoxos. Y no dije que tuviesen "miedo" de contestar; solamente que no habían podido o no habían querido contestar.
Me sorprende que intente tenazmente convencerme de lo que yo creo y defiendo, es decir, que no hay lugar válido para las imágenes en el culto cristiano.
Lea, por favor, de nuevo mi mensaje.
De paso, mi nombre es Jetonius, y soy su hermano en Cristo.

Que él le bendiga ricamente,
Jetonius
<{{{><
 
En otro foro hay un epígrafe sobre el tema de las imágenes que lleva ya casi 900 mensajes. Poco más de lo que yo he dicho en ese foro puedo añadir aquí, así que lo mejor es que repita alguno de los mensajes que allá puse:

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Unos huesos, por sí mismos, no tienen ningún poder para hacer nada. La sombra de una persona, por sí misma, no tiene tampoco ningún poder. Tampoco lo tiene los trapos de un apóstol. Y tampoco lo tiene el agua de una piscina. Sin embargo, un hombre cayó muerto sobre los huesos de un profeta y resucitó. La sombra de Pedro sanaba enfermos y los trapos de Pablo tenían la unción de sanidad. Y los enfermos eran sanados cuando un ángel removía el agua de determinada piscina ¿Qué quiere decir todo esto?....

Sabemos que algunos apóstoles tuvieron que salir zumbando porque unos paganos querían idolatrarlos. Sabemos que aquellos pobres que no podían llegar al agua por sus minusvalías físicas, se tenían que aguantar (menos uno al que el Señor mismo sanó). Sabemos que a Pedro le ofrecieron dinero para "comprarle" su "poder". Sabemos que un uso abusivo de las reliquias ha sido fuente de ganancias deshonestas para multitud de sinverguenzas.
Pero los ejemplos bíblicos que acabo de citar con anterioridad muestran que Dios quiso valerse de elementos materiales que por sí mismo no tienen valor, para realizar milagros. Eso es el sacramento. Y la variedad es tal, que no creo que nadie pueda decir, con cierta lógica, que si Dios utilizó unos trapos de Pablo para sanar personas, hoy no pueda hacer lo mismo con "otros trapos" (otra cosa es que uno saque provecho económico de este tema), con otras aguas o con otros huesos. ¿O acaso limitaremos el poder de Dios?
¿Qué tiene esto que ver con el asunto de las imágenes? Todo y nada.
Todo, porque si por la misma regla de tres aceptamos que Dios utilizó una imagen para algo provechoso (la serpiente de bronce), hoy puede volver a hacerlo. Nada, porque si alguien piensa que Dios "NECESITA" de una imagen para hacer algo provechoso, está engañado y no sabe nada.
Dios prohibe a los hombres el que se hagan imágenes, pero luego les manda que hagan varias para ciertos fines que Él, en su voluntad, dispuso. Dios no quiere que el hombre idolatre lo material, pero se vale en determinadas ocasiones de materia muerta para transmitir la unción de su Espíritu. Llega entonces el tiempo de la Iglesia de Cristo. Un tiempo en el que la Iglesia no está sujeta a la Ley de Moisés pero está sujeta a la Ley de Cristo, que es la ley del amor. Un tiempo en el que lo material es redimido por lo espiritual, gracias a la muerte y resurrección de Cristo , aunque este mundo material todavía está sujeto a la ley del pecado. Surge la pregunta ¿qué autoridad tiene la Iglesia para disponer de cosas materiales para darles un uso espiritual? ¿ninguno? ¿alguno? ¿todo?
¿necesitamos de la letra de la Ley que nos prohibía hacer cualquier tipo de imágenes, que nos prohibía matar y robar, o necesitamos del Espíritu de la Ley que nos habla de los pecados del corazón, que son los que realmente importan? El mandamiento de no hacernos imágenes apuntaba directamente hacia la idolatría del corazón, de la falta de fe que necesita de algo "palpable" a lo que asirse para creer en Dios. El mandamiento del Espíritu nos enseña que para aquel que ama a Dios sobre todas las cosas no pecará aunque esté rodeado de ochocientas imágenes, las cuales pueden llegar incluso a ser utilizadas por él para transmitir aspectos de la revelación divina a través de ese arte (recordemos que los cielos hablan de la gloria de Dios. Un cuadro de la cruz nos puede hablar de su amor por nosotros). El que necesita de una imagen para llegar a Dios, o es un bebé en la fe o no se ha enterado de qué va la cosa. El que cree que un uso cristiano de una imagen es idolatría, vive en los tiempos de la Ley.
Yo no utilizo las imágenes para orar. No las necesito. Me irrita profundamente la idolatría que veo entre muchos católicos. Pero al mismo tiempo, he podido comprobar lo MUCHO que un icono me puede ayudar para transmitir a mi hijo pequeño una enseñanza que quizás no lograría entender con mis pañabras. He podido comprobar que las más grandes almas del cristianismo ortodoxo eran iconodulos convencidos. Y he podido comprobar que tan malo puede llegar a ser el pecado de la idolatría como el del imponer una esclavitud hacia una ley de la cual Cristo nos liberó. Libres, no para pecar en la carne, sino para vencer la carne con el Espíritu, de forma que esa carne (materia) pueda llegar a ser utilizada para transmitir parte de la esencia del espíritu.
Este es el gran misterio de la piedad:
Dios fue manifestado en carne.
En Cristo y en su bendita Iglesia

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Hay un mandamiento del Decálogo que obliga a guardar el sábado y que yo sepa, ninguno de los que estamos participando en este debate somos sabatistas y nos sentimos obligados a guardar el sábado. Eso quiere decir que al menos UNO de los mandamientos del decálogo no está en vigor de la forma en que lo estaba antes de Cristo. Y versículos hay en el NT para apoyar ese cambio. El problema, o la solución, está en que resulta que el decálogo no es algo ajeno al resto de la Ley de Moisés. Y no estamos ya bajo esa ley. Lo cual no significa que podamos matar, idolatrar, adultera, etc. Todo se simplifica al reducirse toda la ley a "amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo". El que ama a Dios sobre todas las cosas, ¿cómo va a ser un idólatra?. Y si no se ama a Dios sobre todas las cosas, ¿qué más da que se idolatre una imagen o se idolatre al fútbol?. El que ama al prójimo como a sí mismo, ¿cómo le va a matar o robar o quitar al cónyuge? Por tanto creo que el debate sobre las imágenes o no imágenes no tendría sentido si no fuera porque hay una pregunta muy legítima: ¿ayudan las imágenes a que la gente ame a Dios sobre todas las cosas o por el contrario son un impedimento? Mi opinión es que los HECHOS demuestran que ayudan poco y estorban mucho, no tanto a los que sí aman al Señor sobre todas las cosas como a aquellos que NECESITAN de una imagen para llegar a Dios, ignorando que la gracia del Espíritu Santo no necesita de una imagen para enseñarnos cómo adorar a Dios. Dicho eso, también digo que he visto como las imágenes pueden tener un uso no sólo legítimo sino beneficioso. Por tanto, mantener una postura iconoclasta es también absurdo. Primero porque esos iconoclastas siempre ejercen un iconoclasmo a medias ya que admiten la existencia del arte (pintura y escultura) pero rechazan el que ese arte sirva para una expresión espiritual, cosa "curiosa" dado que todo el Universo es una inmensa obra de arte que refleja la grandeza y omnipotencia de Dios.

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.....................
Dicho eso, también se puede decir lo siguiente:
- Una cosa es que las imágenes puedan ser útiles en determinados momentos y otra muy distinta que sean absolutamente necesarias. Yo, desde luego, no lo creo.
- Dentro del pueblo católico, bastante menos en el ortodoxo, hay mucha gente que hace un muy mal uso de las imágenes. Corresponde a las autoridades religiosas, especialmente los diáconos, presbíteros y obispos el corregir los abusos, cosa que se puede hacer fácilmente a través de una catequesis adecuada. En este sentido es ESENCIAL que las nuevas generaciones de sacerdotes sigan por el camino que ya están transitando (por lo menos en España)
- En los lugares donde no haya una respuesta positiva hacia dicha catequesis por parte de la mayoría del pueblo católico y sigan haciendo un mal uso de las imágenes, habrá que echarle un par de narices y cortar por lo sano (a buen entendedor, pocas palabras bastan)

Bendiciones

---------
 
Mi apreciado hermano Jetenius:
Saludos cariñosos en el nombre santo de nuestro Señor Jesucristo, deseo que las ricas bendiciones del Dios alto le tengan siempre lleno de su Santo Espíritu.

Es cierto acepto que no había entendido sus referidos articulos tocante a la imagenes. Pero si al refutar el concepto de lo que los catolicos hacen a los idolos, adorarlos es pecado.

Hermano Jetenius: Perdoname mi precioso hermano, espero que no te haya ofendido.

Retiro mis palabras hacia ti, pero siempre estaré encontra de la idolatría porque la simonía es pecado.

Hermano Jetenius. Esta es otro parrafo que escribio este Obispo: La simonía conciste en comprar o vender, por un precio tempora, algo espiritual, o unido a algo espiritual.(Sacramento,indulgencias, vasos sagrados)Pero figece hermano, ¿que pasará con aquel Obispo Texel de los Siglos XV.

El Señor lo bendiga.
Mónico Cubías
 
<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>Originalmente enviado por Pastor: Mónico Cubías:
Mi apreciado hermano Jetenius:
Saludos cariñosos en el nombre santo de nuestro Señor Jesucristo, deseo que las ricas bendiciones del Dios alto le tengan siempre lleno de su Santo Espíritu.

Es cierto acepto que no había entendido sus referidos articulos tocante a la imagenes. Pero si al refutar el concepto de lo que los catolicos hacen a los idolos, adorarlos es pecado.

Hermano Jetenius: Perdoname mi precioso hermano, espero que no te haya ofendido.

Retiro mis palabras hacia ti, pero siempre estaré encontra de la idolatría porque la simonía es pecado.

Hermano Jetenius. Esta es otro parrafo que escribio este Obispo: La simonía conciste en comprar o vender, por un precio tempora, algo espiritual, o unido a algo espiritual.(Sacramento,indulgencias, vasos sagrados)Pero figece hermano, ¿que pasará con aquel Obispo Texel de los Siglos XV.

El Señor lo bendiga.
Mónico Cubías
[/quote]

Estimado Pastor Mónico:
No, no me ofendió en absoluto. Me dí cuenta que se trataba de una confusión involuntaria.
Solamente le pido que me llame JETONIUS, no Jetenius.


Puede leer una amplia discusión sobre el mismo tema, ahora dada por concluida por quien la inició, en el epígrafe "Fundamentos teológicos: El buen uso de las imágenes en el culto (la otra campana)".

Concuerdo con usted en que la simonía (así llamada por Simón Mago) es cosa grave, lo mismo que el nepotismo, que consiste en abusar de la autoridad para colocar familiares en cargos eclesiásticos.

Bendiciones en Cristo,
Jetonius
<{{{><
 
Estimados Luis Fernando y demás foristas:
Ya que Luis Fernando ha colocado estas reflexiones en los dos sitios de reciente debate sobre el problema de las imágenes en el culto, he considerado oportuno agregar algunos comentarios.
Bendiciones para todos,
Jetonius
<{{{><

(Luis Fernando)
Repito el mensaje que ya puse en http://www.forocristiano.com/Forum12/HTML/001721.html por si creéis que añade algo a lo que ya se ha debatido en este epígrafe.
Dios os bendiga


En otro foro hay un epígrafe sobre el tema de las imágenes que lleva ya casi 900 mensajes. Poco más de lo que yo he dicho en ese foro puedo añadir aquí, así que lo mejor es que repita alguno de los mensajes que allá puse:
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Unos huesos, por sí mismos, no tienen ningún poder para hacer nada. La sombra de una persona, por sí misma, no tiene tampoco ningún poder. Tampoco lo tiene los trapos de un apóstol. Y tampoco lo tiene el agua de una piscina. Sin embargo, un hombre cayó muerto sobre los huesos de un profeta y resucitó. La sombra de Pedro sanaba enfermos y los trapos de Pablo tenían la unción de sanidad. Y los enfermos eran sanados cuando un ángel removía el agua de determinada piscina ¿Qué quiere decir todo esto?....
Sabemos que algunos apóstoles tuvieron que salir zumbando porque unos paganos querían idolatrarlos. Sabemos que aquellos pobres que no podían llegar al agua por sus minusvalías físicas, se tenían que aguantar (menos uno al que el Señor mismo sanó). Sabemos que a Pedro le ofrecieron dinero para "comprarle" su "poder". Sabemos que un uso abusivo de las reliquias ha sido fuente de ganancias deshonestas para multitud de sinverguenzas.
Pero los ejemplos bíblicos que acabo de citar con anterioridad muestran que Dios quiso valerse de elementos materiales que por sí mismo no tienen valor, para realizar milagros. Eso es el sacramento. Y la variedad es tal, que no creo que nadie pueda decir, con cierta lógica, que si Dios utilizó unos trapos de Pablo para sanar personas, hoy no pueda hacer lo mismo con "otros trapos" (otra cosa es que uno saque provecho económico de este tema), con otras aguas o con otros huesos. ¿O acaso limitaremos el poder de Dios?
¿Qué tiene esto que ver con el asunto de las imágenes?

(Jetonius) No cabe duda de que hay varios ejemplos de milagros ocurridos en conexión con objetos materiales (y otros no tan materiales, como la sombra de Pedro).
De esto es lícito concluir que Dios puede (¿¡y cómo no va a poder!?) emplear objetos materiales para hacer milagros, como asimismo lo hizo Jesús con el ciego de nacimiento (Juan 9:6; y cf. el caso de la mujer con hemorragia que tocó el manto del Señor, Lucas 8:43-44 y paralelos).
También es de que los restos y las pertenencias de quienes nos precedieron en la fe deben ser tratados con respeto. La conservación de las reliquias de los santos mártires no es una práctica bíblica, pero no parece contraria a las Escrituras. Ahora bien, rendirles culto –siquiera relativo- ya es otro asunto muy diferente, lo mismo que esperar por su intermedio milagros, como si Dios se hubiese comprometido a obrar a través de restos u objetos de santos difuntos. El problema es que la Iglesia de Roma va en su enseñanza mucho más allá de la reverencia debida a las reliquias al enseñar que es lícito y provechoso rendirles culto, sobre la excusa que con ello se honra en realidad a Dios: “puesto que de tal manera adoramos y veneramos las reliquias de los mártires y confesores, que adoramos a Aquel de quien son mártires y confesores; honramos a los siervos para que el honor redunde en el Señor, que dijo: El que a vosotros recibe, a mí me recibe [Mt. 10,40].” (Juan XV, 985-996 y Concilio Romano de 993; Denzinger 342). Sin embargo, ni los apóstoles ni los ángeles de Dios (Apocalipsis 22:8-9) aceptaron ningún tipo de veneración siquiera “relativa”.
Por lo demás, una cosa es una reliquia, es decir un objeto o fragmento de la propiedad o de los restos mortales de algún santo, o de la cruz de Cristo, etc., y otra una imagen, con frecuencia surgida de la concepción del artista. La reliquia , si es auténtica desde luego, tiene una relación directa con el santo, ya que fue parte de su cuerpo, o de sus pertenencias. La imagen no tiene otra relación que la asignada por la creencia de quien la venera

Por tanto, en respuesta a tu pregunta diría que tienen poco que ver las reliquias con las imágenes, excepto en que se trata en ambos casos de objetos materiales que guardan alguna relación, real para las reliquias y subjetiva para las imágenes, con la persona (santo) en cuestión.

(Luis Fernando) ¿Qué tiene esto que ver con el asunto de las imágenes? Todo y nada.
Todo, porque si por la misma regla de tres aceptamos que Dios utilizó una imagen para algo provechoso (la serpiente de bronce), hoy puede volver a hacerlo. Nada, porque si alguien piensa que Dios "NECESITA" de una imagen para hacer algo provechoso, está engañado y no sabe nada.

(Jetonius) Pero he ahí precisamente el asunto: no es una regla de tres. El hecho de que Dios haya obrado en ciertas ocasiones de determinadas maneras no es una receta o una fórmula infalible. Dios estableció las oportunidades en las que esto ocurrió. Si Dios nos hubiese mandado hacer determinada imagen, pues ¿quiénes somos para contender con él? El asunto es que las imágenes que pueblan los templos católicos y ortodoxos no han sido hechas por mandato directo de Dios, sino por decisión de los hombres; que ellos crean sinceramente que honran a Dios haciendo tal cosa no hace la práctica menos censurable. Yerran ignorando las Escrituras y el poder de Dios.

(Luis Fernando)
Dios prohibe a los hombres el que se hagan imágenes, pero luego les manda que hagan varias para ciertos fines que Él, en su voluntad, dispuso. Dios no quiere que el hombre idolatre lo material, pero se vale en determinadas ocasiones de materia muerta para transmitir la unción de su Espíritu.

(Jetonius) Pero claro: es Dios quien dicta las reglas. Puede prohibirle absolutamente al hombre hacerse imágenes por su propia iniciativa para rendirles culto, y al mismo tiempo ordenar la manufactura de ciertas imágenes según su voluntad. A diferencia de las hechas por iniciativa humana, tales imágenes ordenadas por Dios no estaban destinadas a constituirse ellas mismas en objetos de culto, como lo demuestra la destrucción de la serpiente de bronce en cuanto se le dio una “veneración” especial (y tengo para mí que este gravemente censurado era un culto tan “relativo” como el que los católicos reclaman para la Virgen y los santos).

(Luis Fernando) Llega entonces el tiempo de la Iglesia de Cristo. Un tiempo en el que la Iglesia no está sujeta a la Ley de Moisés pero está sujeta a la Ley de Cristo, que es la ley del amor. Un tiempo en el que lo material es redimido por lo espiritual, gracias a la muerte y resurrección de Cristo , aunque este mundo material todavía está sujeto a la ley del pecado.

(Jetonius) En todo el Nuevo Testamento jamás ni Cristo ni los Apóstoles enseñaron, por palabra o ejemplo, que fuese lícito venerar imagen alguna. La falta total de discusión acerca de este tema indica que el Señor y los Apóstoles estaban por completo de acuerdo con las prácticas del resto de los judíos palestinos al respecto: “En la época de Cristo, la Ley [referente a las imágenes] era estrictamente observada, de tal forma que los escritores romanos acusaban a los judíos de «ateos» por su repugnancia a plasmar en imágenes sus ideas religiosas [Cf. Tácito, Hist. V,5].” (Alberto Colunga, O.P. y Maximiliano García Cordero, O.P.: Pentateuco. En Profesores de Salamanca. Biblia Comentada , 3ª Ed. Madrid, BAC, 1967, 1:494-495).
Es de todos conocido que a los primeros cristianos les aconteció lo mismo. Por donde se la mire, la ley de Cristo, o ley del amor, no autoriza en absoluto el empleo de imágenes en el culto. De hecho, el culto cristiano primitivo se relaciona más con el de la sinagoga que con el del templo. Está singularmente libre de objetos materiales, a excepción de las Escrituras, el agua bautismal, y el pan y vino eucarísticos. Nada que se parezca siquiera remotamente a una imagen, para no hablar de lo que hoy se ve en los templos de los partidarios de las imágenes.

(Luis Fernando) Surge la pregunta ¿qué autoridad tiene la Iglesia para disponer de cosas materiales para darles un uso espiritual? ¿ninguno? ¿alguno? ¿todo?

(Jetonius) Sin duda que tiene alguna autoridad, derivada de las enseñanzas del Señor y sus Apóstoles. Pero la pregunta es muy general. Si la Iglesia tratara de mandar algo que Dios siempre aborreció, por cierto que estaría abusando flagrantemente de su autoridad relativa y derivada.

(Luis Fernando)¿necesitamos de la letra de la Ley que nos prohibía hacer cualquier tipo de imágenes, que nos prohibía matar y robar, o necesitamos del Espíritu de la Ley que nos habla de los pecados del corazón, que son los que realmente importan? El mandamiento de no hacernos imágenes apuntaba directamente hacia la idolatría del corazón, de la falta de fe que necesita de algo "palpable" a lo que asirse para creer en Dios.

(Jetonius) ¡A juzgar por la proliferación de imágenes grandes y pequeñas que se veneran en los templos católicos, por cierto que haría falta un poco más de lo que llamas “letra de la Ley”! Como los profetas dieron a entender y Cristo lo dejó muy claro en el sermón del monte y en realidad durante todo su ministerio terreno, la limpieza de corazón es más importante que las observancias y los ritos, que no son nada, o son peor que nada, cuando aquélla está ausente.
La prohibición para las imágenes a las que se les pudiese rendir culto sin duda se relaciona con las malas tendencias del corazón humano, tendencias que no ha desaparecido ni desaparecerán por completo sino en los cielos nuevos y tierra nueva, en la Jerusalén celestial. Por tanto, son por completo pertinentes hoy. El hecho de que las imágenes se empleen precisamente como “ayudas” para la fe indican que las gentes desean aferrarse a cosas palpables para dirigirse a Dios -en el mejor caso- o a los múltiples intercesores subordinados, en el peor.
Cuando habla de las imágenes, el nuevo Catecismo subraya la vinculación de todas con Cristo y su función docente: “La iconografía cristiana transcribe mediante la imagen el mensaje evangélico que al Sagrada Escritura transmite mediante la palabra.” (# 1160). ¡Si esto fuera todo, nada habría que objetar! Sin embargo, las imágenes no están allí primariamente para aprender de ellas, sino para ser veneradas y con grandes despliegues. Ayer fue el día de la Virgen del Carmen de Cuyo, y aquí en Mendoza pudimos ver una muestra más de lo que digo. Son fundamentalmente y por sobre todo, objetos de culto.

(Luis Fernando) El mandamiento del Espíritu nos enseña que para aquel que ama a Dios sobre todas las cosas no pecará aunque esté rodeado de ochocientas imágenes,

(Jetonius) ¿Cómo era aquello de “evitar toda ocasión propicia de pecado”? La impecabilidad no es la condición de ningún creyente, y las imágenes son una permanente tentación, sobre todo cuando se recuerda que el Magisterio romano insiste en que su veneración no solamente es lícita, sino buena y provechosa.

(Luis Fernando) las cuales pueden llegar incluso a ser utilizadas por él para transmitir aspectos de la revelación divina a través de ese arte (recordemos que los cielos hablan de la gloria de Dios. Un cuadro de la cruz nos puede hablar de su amor por nosotros).

(Jetonius) Dios se puede servir de lo que le plazca, pero ya ha dicho hace tiempo al hombre que éste no debe hacerse imágenes para rendirles culto. Por cierto que, así como la contemplación del universo creado, las obras artísticas nos pueden inspirar para glorificar a Dios , sin que ello implique en absoluto rendirles culto de ninguna especie. A mí me parece muy inspiradora la película “Jesús”, basada en el evangelio deLucas, pero no pienso hacerle un santuario en mi casa.

(Luis Fernando) El que necesita de una imagen para llegar a Dios, o es un bebé en la fe o no se ha enterado de qué va la cosa.

(Jetonius) Entonces es evidente que en la Iglesia de Roma pululan los bebés y hay muchos que no se han enterado “de qué va la cosa”. Tal vez se podría construir una guardería al lado de los templos, y poner allí todas las imágenes que los creyentes maduros ya no necesitan.

(Luis Fernando) El que cree que un uso cristiano de una imagen es idolatría, vive en los tiempos de la Ley.

(Jetonius) El que cree que un uso cristiano de una imagen es idolatría no vive bajo la Ley; simplemente es legalista y además está equivocado. Porque existe un único uso cristiano posible de las imágenes, y es en la enseñanza. Nada hay en la Biblia que proscriba tal empleo legítimo.

(Luis Fernando)Yo no utilizo las imágenes para orar. No las necesito. Me irrita profundamente la idolatría que veo entre muchos católicos. Pero al mismo tiempo, he podido comprobar lo MUCHO que un icono me puede ayudar para transmitir a mi hijo pequeño una enseñanza que quizás no lograría entender con mis pañabras.

(Jetonius) Bien, aquí vamos por buen camino. Hay idolatría entre los católicos (no digo todos). No empleas imágenes para orar, pero sí para enseñar. ¡Yo hago exactamente lo mismo! El problema es que, como católico, tú no puedes decir que hacerse imágenes para rendirles culto es abominación a Dios, como él mismo lo dijo.

(Luis Fernando)He podido comprobar que las más grandes almas del cristianismo ortodoxo eran iconodulos convencidos.

(Jetonius) Pero Luis Fernando, supongo que no reclamarás infalibilidad para estos hombres. Por lo demás, solo Dios es quien sabe el “tamaño” de cada alma.

(Luis Fernando)Y he podido comprobar que tan malo puede llegar a ser el pecado de la idolatría como el del imponer una esclavitud hacia una ley de la cual Cristo nos liberó. Libres, no para pecar en la carne, sino para vencer la carne con el Espíritu, de forma que esa carne (materia) pueda llegar a ser utilizada para transmitir parte de la esencia del espíritu.
Este es el gran misterio de la piedad:
Dios fue manifestado en carne.
En Cristo y en su bendita Iglesia

(Jetonius) El hecho de que existan otros pecados no justifica en absoluto la idolatría. No se trata de esclavitud a la Ley. Cristo no nos liberó en absoluto de la obediencia a Dios. Por el contrario, su obra en la cruz hizo posible el milagro de la obediencia.

(Luis Fernando)Hay un mandamiento del Decálogo que obliga a guardar el sábado y que yo sepa, ninguno de los que estamos participando en este debate somos sabatistas y nos sentimos obligados a guardar el sábado. Eso quiere decir que al menos UNO de los mandamientos del decálogo no está en vigor de la forma en que lo estaba antes de Cristo. Y versículos hay en el NT para apoyar ese cambio. El problema, o la solución, está en que resulta que el decálogo no es algo ajeno al resto de la Ley de Moisés. Y no estamos ya bajo esa ley. Lo cual no significa que podamos matar, idolatrar, adultera, etc.

(Jetonius) No hace falta mayor comentario, porque presentas el problema y su solución. Las enseñanzas de Jesús y de Pablo sobre el sábado justifican plenamente la posición de la mayoría de los cristianos. Como dices muy bien, este caso no permite ignorar el resto de la enseñanza del Antiguo Testamento, que como lo ha reconocido la Iglesia de todos los tiempos, es un libro cristiano.

(Luis Fernando) Todo se simplifica al reducirse toda la ley a "amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo". El que ama a Dios sobre todas las cosas, ¿cómo va a ser un idólatra?.

(Jetonius) En un sentido es una simplificación, en otro supone mayor responsabilidad por parte de los creyentes en el Nuevo Pacto. Dios dijo una vez que prohibía absolutamente que el hombre se hiciese imágenes para postrarse ante ellas o rendirles culto. No hace falta que lo reitere una y otra vez; tal cosa sigue siendo vinculante para todo creyente. Lo que uno debería pensar es que si alguien dice hacerse imágenes, o promover su culto, “para la gloria de Dios”, es porque desconoce involuntaria o deliberadamente lo que Dios ha dicho al respecto. Por tanto, es dudoso que ame a Dios sobre todas las cosas.

(Luis Fernando) Y si no se ama a Dios sobre todas las cosas, ¿qué más da que se idolatre una imagen o se idolatre al fútbol?. El que ama al prójimo como a sí mismo, ¿cómo le va a matar o robar o quitar al cónyuge?

(Jetonius) La idolatría es mala en sí misma, independientemente de su objeto. Sus variedades podrán ser muchas, pero no hay razón para pensar que a los ojos de Dios unas sean mejores que otras. Es tan mala la idolatría a las imágenes como al fútbol, etc.

(Luis Fernando) Por tanto creo que el debate sobre las imágenes o no imágenes no tendría sentido si no fuera porque hay una pregunta muy legítima: ¿ayudan las imágenes a que la gente ame a Dios sobre todas las cosas o por el contrario son un impedimento? Mi opinión es que los HECHOS demuestran que ayudan poco y estorban mucho, no tanto a los que sí aman al Señor sobre todas las cosas como a aquellos que NECESITAN de una imagen para llegar a Dios, ignorando que la gracia del Espíritu Santo no necesita de una imagen para enseñarnos cómo adorar a Dios.

(Jetonius) Muy bien. El único punto que observaría es que quien ama a Dios sobre todas las cosas, no le va a rendir culto a una imagen. Y quien recurre a una imagen para llegar a Dios no es ayudado, antes bien entorpecido en su intento.

(Luis Fernando) Dicho eso, también digo que he visto como las imágenes pueden tener un uso no sólo legítimo sino beneficioso. Por tanto, mantener una postura iconoclasta es también absurdo. Primero porque esos iconoclastas siempre ejercen un iconoclasmo a medias ya que admiten la existencia del arte (pintura y escultura) pero rechazan el que ese arte sirva para una expresión espiritual, cosa "curiosa" dado que todo el Universo es una inmensa obra de arte que refleja la grandeza y omnipotencia de Dios.

(Jetonius) Por cierto, como ya lo he notado, existe un uso legítimo para las imágenes. Por eso no soy iconoclasta (aunque a algunos les parezca lo contrario). De todos modos, renunciaría a lo bueno que las imágenes puedan aportar a la fe cristiana, en su carácter docente, si eso significase extirpar la idolatría de su culto.

(Luis Fernando) Dicho eso, también se puede decir lo siguiente:
- Una cosa es que las imágenes puedan ser útiles en determinados momentos y otra muy distinta que sean absolutamente necesarias. Yo, desde luego, no lo creo.

(Jetonius) Ni tienes que creerlo. Por cierto, son dos cosas diferentes. La Iglesia de Roma no enseña que las imágenes sean imprescindibles. Sin embargo, alienta y promueve su uso de muchas maneras.

(Luis Fernando)- Dentro del pueblo católico, bastante menos en el ortodoxo, hay mucha gente que hace un muy mal uso de las imágenes. Corresponde a las autoridades religiosas, especialmente los diáconos, presbíteros y obispos el corregir los abusos, cosa que se puede hacer fácilmente a través de una catequesis adecuada. En este sentido es ESENCIAL que las nuevas generaciones de sacerdotes sigan por el camino que ya están transitando (por lo menos en España)

(Jetonius) Una excelente expresión de deseos que, a mi entender, está lejos de realizarse. La práctica y doctrina católica de siglos se interponen. Tal vez en España estén un poco más avanzados que aquí en la Argentina, pero después de ver la celebración de la Virgen del Carmen de Cuyo, así como las multitudes que van a pedirle trabajo a San Cayetano, etc., creo que en lo que a la abrumadora mayoría de la feligresía católica se refiere, se ha retrocedido en lugar de avanzarse. Hace poco hubo una polémica por la estatua del santo patrono de Mendoza, Santiago matamoros (la estatua ecuestre lo presenta haciendo honor a su apelativo). Se quería reemplazar la imagen por otra más “políticamente correcta” y menos discriminatoria hacia los musulmanes. No te cuento el revuelo que se armó.

(Luis Fernando) En los lugares donde no haya una respuesta positiva hacia dicha catequesis por parte de la mayoría del pueblo católico y sigan haciendo un mal uso de las imágenes, habrá que echarle un par de narices y cortar por lo sano (a buen entendedor, pocas palabras bastan)

(Jetonius) En ausencia de una modificación de la enseñanza del magisterio al respecto, preveo que poco se podrá lograr. Es más, si hipotéticamente el Magisterio cambiase su posición, podría tener que enfrentar una grave crisis interna. Por lo demás, los intentos de cambiar las cosas a medias están encaminados al fracaso. Fíjate que en el IV Concilio de Letrán , ante los abusos de la época por la venta de “reliquias de santos” se estableció: “Como quiera que frecuentemente se ha censurado la religión cristiana por el hecho de que algunos exponen a la venta las reliquias de los Santos y las muestran a cada paso, para que en adelante no se la censure, estatuimos por el presente decreto que las antiguas reliquias en modo alguno se muestren fuera de su cápsula ni se expongan a la venta. En cuanto a las nuevamente encontradas, nadie ose venerarlas públicamente, si no hubieran sido antes aprobadas por autoridad del Romano Pontífice...” (Denzinger 440).
Esto se decidió en 1215. ¿Te parece que detuvo los abusos?

Bendiciones en Cristo,
Jetonius
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Luis
Yo no utilizo las imágenes para orar. No las necesito. Me irrita profundamente la idolatría que veo entre muchos católicos. Pero al mismo tiempo, he podido comprobar lo MUCHO que un icono me puede ayudar para transmitir a mi hijo pequeño una enseñanza que quizás no lograría entender con mis pañabras. He podido comprobar que las más grandes almas del cristianismo ortodoxo eran iconodulos convencidos. Y he podido comprobar que tan malo puede llegar a ser el pecado de la idolatría como el del imponer una esclavitud hacia una ley de la cual Cristo nos liberó. Libres, no para pecar en la carne, sino para vencer la carne con el Espíritu, de forma que esa carne (materia) pueda llegar a ser utilizada para transmitir parte de la esencia del espíritu.
Este es el gran misterio de la piedad:
Dios fue manifestado en carne.
En Cristo y en su bendita Iglesia


Luis,
Pregunto que hacían los judíos para enseñar a sus hijos para trasmitir esas enseñanzas? Sacaban iconos o muñequitos, o les enseñaban a sus hijos con trapitos?

Ex:20:4:
No te harás imagen, ni ninguna semejanza de cosa que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra: (RVA)
Dt:4:16: Porque no os corrompáis, y hagáis para vosotros escultura, imagen de figura alguna, efigie de varón ó hembra, (RVA)
Dt:4:23: Guardaos no os olvidéis del pacto de Jehová vuestro Dios, que él estableció con vosotros, y os hagáis escultura ó imagen de cualquier cosa, que Jehová tu Dios te ha vedado. (RVA)
Dt:4:25: Cuando hubiereis engendrado hijos y nietos, y hubiereis envejecido en la tierra, y os corrompiereis, é hiciereis escultura ó imagen de cualquier cosa, é hiciereis mal en ojos de Jehová vuestro Dios, para enojarlo; (RVA)

Cualquier texto en contra de la Palabra de Dios es puro pretexto para solapar la idolatria.

Mizpa
Daniel Ortega
 
Interesante tema que se quedó sin conclusión.....:D