!BIENVENIDO 2001!

22 Enero 2000
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!Bienvenido 2001!


ESTA VIDA ES EL TIEMPO

Es el destino de los espíritus de los hombres venir a esta tierra y emprender un viaje de duración indeterminada. A veces viajan peligrosamente, otra veces con seguridad, en ocasiones con tristeza, en ocasiones con felicidad. Siempre señala el camino un propósito divino.

El viaje nos conduce por la infancia con sus actividades despreocupadas pero aprendizaje rápido; por la niñez con sus pequeños desengaños y tropezones, sus sentimientos ofendidos, su viva excitación; por la juventud con su entusiasmos sus angustias y disgustos, sus temores y esperanzas e intensidades por el periodo de cónyuges jóvenes con sus responsabilidades, y sus competencias, sus ambiciones, su crianza de la familia, sus acumulaciones; por la edad avanzada con sus logros, cumplimientos, realización de meta, desahogo y jubilación.

Por todo el viaje hay oportunidad para instruirse y para crecer y desarrollarse hacia la meta final. Vemos a algunos que meramente viajan, pues carecen de objeto, dirección, destino o propósito. Faltándoles mapas de carreteras para guiarse, simplemente viajan por el camino, y en diversas grados van recogiendo las cosas que agradan al ojo, halagan las vanidades, satisfacen apetitos, apagan sedes, sacian pasiones. Y cuando se aproxima el fin de la vida han viajado, pero solo se encuentran, si acaso, a unos cuantos pasos mas cerca de su destino apropiado que cuando empezaron. Lamentablemente, algunos se han extraviado del camino por completo en las oscuras tinieblas. Por otra parte, hay otros que fijan un curso, toman decisiones prudentes y correctos, y en gran manera realizan sus metas y llegan a su feliz destino. En esto esta cooperando con el Creador en su propósito declarado de llevar a cabo la vida eterna del hombre en su estado elevado.

En vista de que la inmortalidad y la vida eterna constituyen el único propósito de la vida. Todo lo demás intereses y actividades no son mas que incidentales en lo que dicho objeto respecta; y tomando en cuenta que los fines anteriores son la obra y la gloria de Dios, constituyen a si mismo, la obra propia del hombre y la razon principal del viaje a la tierra. De los dos elementos, esa gran bendición, la de inmortalidad, le llego al hombre sin que este se esfuerce, como don del Creador. La otra, la vida eterna es un programa cooperativo que han de llevar a efecto Dios y su progenie en la tierra. De manera que se convierte en su responsabilidad global, por parte del hombre, cooperar en forma completa con el Dios Eterno en la realización de este propósito para su beneficio. Para este fin Dios creo al hombre para que viniera en el estado terrestre y le otorgo la potencialidad para perpetuar la raza humana, subyugar la tierra, perfeccionarse y regresar a la presencia de Dios.

Nuestro Padre Celestial entonces envío a la tierra a una serie de profetas, hombres con revelación para conservar al hombre percatado de sus deberes y destino, para advertirlos del peligro y señalarle el camino hacia el triunfo total.

Parece que la percepción espiritual de muchos no ha sido suficientemente adecuada para lograr un entendimiento completo de los propósitos de Dios, y consiguientemente, El ha causado que se les instruya de acuerdo con un nivel, inferior, que Dios concede a todas las naciones, que de su propia nación y lengua, les enseñe su palabra, con sabiduría, cuando El juzgue convenientemente que tengan. Desafortunadamente, el pueblo de Dios con demasiada frecuencia ha rechazado sus vias, para su propia destrucción. Mas el Señor jamas ha permitido que sean destruidos estos pueblos, ni ha permitido que dejen de alcanzar su meta; sin haberlos instruidos y amonestado. Por ejemplo, de los judíos se dice que ninguno de ellos ha sido destruido jamas, sin que se lo hayan predicho los profetas de Dios.

Las Escrituras indican claramente el noble propósito de la existencia del hombre. Abraham y Moisés, en particular, hablan explícitamente de este asunto, como se revela en los escritos que han llegado a nosotros por vías de esta Escrituras. Por medio de ellos Dios ha confirmado abundante que el hombre es la creación suprema hecho a imagen y semejanza de Dios y de su Hijo Unigénito Jesucristo; que el hombre es progenie de Dios; que para el hombre; y solo para el se creo, organizo, se planto y se dispuso la tierra como habitación humana, y que, llevando dentro de si las semilla de la divinidad, y siendo, por tanto, un hijo de Dios en embrión, hay en el hombre una potencialidad ilimitada para progresar y lograr.

Estas palabras presuponen una creencia en Dios Y en el noble propósito de la vida. Si no hubiera Dios, la vida ciertamente carecería de significado, y como tal como sucedió con los antidiluvianos, y los babilonios, los israelitas y numerosos pueblos y civilizaciones, podríamos hallar justificación en un afán de vivir solamente para hoy, de comer, beber y divertirse; de disipar, de satisfacer todo deseo carnal y mundano. Si no hubiera Dios no tendría sentido el arrepentimiento, y no habría redención, ni resurrección, ni eternidades futuras y, consiguientemente no habría justicia ni esperanza.

Sin embargo, existe Dios, es justo y misericordioso. Hay una existencia interminable. El hombre padecerá o disfrutara su futuro de acuerdo con las obras de su s acciones de su vida en la carne. Por consiguiente, en vista de que la vida terrenal es solo como un punto, comparado con la infinita duración de la eternidad, el hombre deber tener mucho cuidado de que su presente pueda asegurarle el gozo, el desarrollo y la felicidad para su beneficio futuro. El plan de Dios claramente bosquejo sus condiciones y beneficios. La tierra iba a ser no solamente un lugar de residencia para el hombre, sino también una escuela y un campo de pruebas, una oportunidad para el hombre de probarse a si mismo. Se le concedería el hombre mantener su libre albedrío para que pudiera escoger por si mismo.

Uno de los propósitos definitivos de la venida de nuestros espíritus a esta tierra para tomar sobre si el estado terrestre, fue el de obtener un cuerpo físico. Este cuerpo iba a verse sujeto a todas las debilidades, tentaciones, flaquezas y limitaciones del estado carnal, y tendría que hacer frente al desafío de dominarse a si mismo. Aun cuando carecemos del recuerdo de nuestra vida en la preexistencia, todos entendíamos definitivamente, antes de venir a esta tierra, el propósito por el cual estamos aquí. Se nos iba requerir que lográsemos conocimiento, nos educásemos y nos adiestrásemos. Debíamos controlar nuestros impulsos y deseos; dominar y gobernar nuestras pasiones y vencer nuestras debilidades pequeñas. Deberíamos eliminar las transgresiones de omisión y comisión; y seguir las leyes que nos diera nuestro Padre Eterno. Los grandes pensadores del mundo han reconocido que el esfuerzo que esto requiere, dignifica y ennoblece al hombre. Dante (La Divina Comedia), por ejemplo, lo expresa de esta manera: “Considerad vuestro origen; no fuiste formados para vivir como bestias, sino para seguir la virtud y el conocimiento”.

También entendíamos que después de un periodo, que podría durar desde algunos segundos hasta décadas de vida terrestre, íbamos a morir; que nuestro cuerpos volverían a los elementos de la tierra de la cual habían sido creados, y nuestros espíritus viajarían al mundo de los espíritus donde podríamos continuar, preparándonos para nuestro destino eterno. Después de un periodo indeterminado, se verificaría una resurrección y nuestro estado elevado. Esta resurrección se ha puesto a nuestro alcance mediante el sacrificio del Hijo Unigénito Jesucristo que llevo a cabo a efecto este servicio incomparable por nosotros, un milagro que no podríamos realizar por nosotros mismos.

Así se preparo el camino para nuestra inmortalidad y, si nos mostramos leales, justos y dignos. El gran viaje será hacia el reino de Dios, nuestro Padre Eterno.
 
Hola Infinito, Dios te bendiga.

Me parece una disertacion muy absorbente e interesante la que aqui has plasmado, pero debido a que estoy en periodo de replanteamiento de todas mis ideas acerca de lo que yo creia y lo que ahora creo que dice la Palabra, ha habido un punto que me ha chocado profundamente y que te rogaria tuvieras a bien explicarme,, dices:

"Aun cuando carecemos del recuerdo de nuestra vida en la preexistencia, todos entendíamos definitivamente, antes de venir a esta tierra, el propósito por el cual estamos aquí."

¿Podrias explicarme si eso es lo que creen los cristianos a la luz de la Palabra?

Muchas gracias.

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Desde España con amor

JL Sansaloni
Cristiano hombre libre
Sacado por la Gracia del Señor del pozo oscuro de la ignorancia.
 
Apreciado Infinito:

¿Tendrias la amabilidad de cuando tengas tiempo mirarme esa preguntita que te hize?

Gracias anticipadas, y por supuesto Felicisimo 2001 para todos los Hijos de Dios del foro.

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Desde España con amor

JL Sansaloni
Cristiano hombre libre
Sacado por la Gracia del Señor del pozo oscuro de la ignorancia.
 
Fe de erratas:

Perdon, quise decir hijos (con minuscula) de Dios, y por supuesto los que estan en vias de serlo. Gracias por vuestra comprension.
Sansa
 
Como estas estimado Sansa!

Todo lo que escribo lo hago tomando en cuenta en especial a la epistola a los romanos escrita por Pablo.

Te invito a que participes en el epigrafe de ´ROMANOS´ en este mismo foro. Y ojala te vislumbre en algo tus nueva PROYECCIONES SOBRE EL EL EVANGELIO DE JESUCRISTO.

Adelante ,pues, epieza tu viaje a escudriñar mas de las Escrituras

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Hasta una proxima!
 
EL TOMAR DECISIONES BASADAS EN EL PLAN DE DIOS


El plan de Dios esta al alcance de todos. Si el mundo los aceptara y la viviera, la paz, el gozo y la plenitud reinarían sobre este planeta. Si la gente de todo el mundo comprendiera y viviera el evangelio, se eliminaría gran parte del sufrimiento que existe en la actualidad. Los mortales tenemos una visión muy limitada de la vida en la perceptiva eterna, pero al conocer y comprender el Plan del Padre eterno, nos damos cuenta de que el enfrentarse con la adversidad es una de las formas principales de ser probados. La fe que depositemos en Jesucristo es nuestra fuente de fortaleza interior; por medio de la fe podemos encontrar paz, el consuelo y la valentía de perseverar. Al confiar en Dios y en su plan para nuestra felicidad con todo nuestro corazón, en lugar de apoyarnos en nuestra propia prudencia renace la esperanza. De la fe nace la esperanza que da sentido y propósito a todo lo que hacemos; nos consuela cuando nos enfrentamos a la adversidad, nos fortalece en los momentos de prueba y nos da paz cuando tenemos motivos para angustiarnos.

Si nos concentramos en los principios del Plan de Dios para nuestra felicidad eterna y lo vivimos, nos apartamos de la maldad del mundo. Si estamos afianzados con la comprensión correcta de quienes somos, porque estamos aquí en este mundo y adonde iremos después de esta vida aquí en la tierra, nadie pondrá en peligro nuestra meta a la vida eterna por medio de ninguna clase de desviación. Si hemos tomado la determinación de vivir de acuerdo con el plan de nuestro Padre Celestial, utilizaremos el libre albedrío que Él nos ha otorgado para tomar decisiones basadas en la verdad revelada y no en las opiniones de los demás, ni en la manera de pensar que esta de moda hoy en el mundo.

Por ejemplo, estamos entrando en una era en que la información que se recibe por vías tecnológicas tendrá la capacidad de llegar con suma facilidad a nuestro hogar. Por medio de la tecnología computarizada puede llegar a nuestra casa una variedad increíble de mensajes e influencias. Esa vía tecnológica será el conducto de una información que tendrá el poder de cambiar nuestra cultura y por lo tanto, nuestra propia vida. Al pensar en la importancia de nutrir el intelecto con el potencial prometedor de los recursos de esta vía tecnológica, debemos tener sumo cuidado en la elección de programas y en las repercusiones que los medios de información y prensa pueden tener en nuestra vida. Los que comprenden el plan eterno que Dios tiene para el gozo y la felicidad, estaremos mejor preparados para tomar buenas decisiones a medida que la información por vías tecnológicas se extienda por el mundo. La computadora, la televisión, el Internet, el satélite e incluso el teléfono pueden bendecir y mejorar nuestra vida, o pueden hacerla desdichada. Por eso, es tan importante tomar decisiones basadas en el plan de Dios. Si creemos verdaderamente que somos sus hijos y que estamos aquí en la tierra para aprender a vivir, por medio de la fe, las enseñas y los mandamientos de Dios y de su Hijo Unigénito Jesucristo, tomando las decisiones que nos hagan merecedoras de regresar algún día a su presencia.

A través de toda la historia de la tierra. Dios ha revelado las doctrinas de su plan de salvación, que consiste en principios infinitos, eternos y absolutos e inalterables. El plan enseña que nosotros somos sus hijos del Padre Eterno, y que venimos a esta tierra para recibir un cuerpo de carne y huesos de los elementos de la tierra. Después de la caída de Adan toda la humanidad se encuentra destituida de la presencia de Dios por cuanto todos transgredieron las leyes que el decreto. Y es por medio de la expiación de Jesucristo, el Plan del Padre proporciona la redención de la caída. Como el Unigénito de Dios y la única persona del mundo sin pecado, El logro la expiación perfecta para toda la humanidad, la cual se aplica a todos, sin condiciones, en lo que respecta a la resurrección de la muerte física. Sin embargo la expiación es condicional en el que concierne a las propias transgresiones de cada uno y el beneficio que de ella reciba toda persona depende de la fe que tenga en Jesucristo, de su arrepentimiento y su lealtad al evangelio.

La vida aquí en la tierra es el periodo que se nos da para probar la capacidad que tengamos de comprender el plan de nuestro Padre Celestial y, por cierto, de demostrar nuestra disposición para obedecer. Dios ha enviado sus profetas entre todas los hijos de los hombres, para declarar todas estas cosas a toda familia, nación y lengua, para que así, quienes creyesen en Cristo, esos mismo recibiesen la remisión de sus transgresiones y se regocijen con un gozo sumamente grande y considerar el feliz estado de aquellos que guardan sus mandamientos de Dios. Y así, seremos bendecidos en todas las cosas, tanto temporales como espirituales.

Es necesario comprender las doctrinas básicas. Nuestra presente vida aquí en al tierra nos ha colocado un velo de olvido sobre la mente para de esta forma permitirnos de acuerdo a nuestro libre albedrío probar si es que somos capaces de hacer toda las cosas que Dios nos mandare. Pero a pesar de que nuestra perspectiva de la eternidad es limitada el Señor no nos ha dejado sin guía y dirección. Él nos ha proporcionado como legado a las Escrituras y hombres con revelación, los profetas de todos las épocas, por medio de las cuales ha revelado su plan para que obtengamos la vida eterna.

El comprender el evangelio de Jesucristo y seguirle como nuestro Salvador y Redentor influirá en todos los aspectos de nuestra vida, incluso en todas nuestras decisiones personales. Quienes vivan de acuerdo con el plan eterno del Padre Celestial no se dejarán absorber por ninguna información impropia e indeseable, ni querrán destruir su sensibilidad espiritual por medio de hechos inmorales o de la consumición de substancias dañinas, tampoco buscaran pretextos doctrinales con el fin de hallar una razón para dudar de los lideres eclesiásticos ordenados de la iglesia, no se empeñaran en justificar ningún modo de vida que sea contrario al plan de Salvación. Por que si hacemos cualquiera de estas cosas, jamás encontraremos la paz interior que brinda el vivir el evangelio.

En la obediencia hay gozo y paz sin defecto y sin mezcla; y en vista de que Dios ha proyectado nuestra felicidad. El jamás ha instituido, jamás instituirá una ley o mandamiento alguno a sus hijos, que en su naturaleza no tenga por objeto adelantar esa felicidad que El ha proyectado, o que no resulta en la mayor bondad y gloria para aquellos que reciban su ley.