Benedicto XVI avisa: terrorismo internacional = choque civilizaciones
HACE UNA VIVA DEFENSA DE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN
Benedicto XVI advierte de que el terrorismo internacional podría provocar "un choque de civilizaciones"
El Santo Padre ha ofrecido este lunes su mensaje durante la audiencia para felicitar el Año Nuevo al cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, en el que advirtió este lunes del peligro "de que el terrorismo organizado, que se extiende ya a escala mundial" lleve a un "un choque de civilizaciones". Benedicto XVI pidió los Estados que favorezcan "las posibilidades de intercambio y de comprensión mutua", por lo que exigió que "se elimine todo obstáculo para el acceso a la información por medio de la prensa". El Papa proclamó el derecho de Israel a "subsistir pacíficamente de acuerdo con las normas del derecho internacional".
LD (Europa Press) Las preocupaciones de la cabeza de la Iglesia Católica le han llevado a considerar que "el peligro se hace más agudo por el terrorismo organizado, que se extiende ya a escala mundial. Sus causas son numerosas y complejas, además de las ideológicas y políticas, unidas a aberrantes concepciones religiosas". Benedicto XVI explicó que el origen de los conflictos y las guerras de religión se debe a veces a "tensiones, a incomprensiones" pero explicó que en ocasiones se llega a ellas "por una serie de causas concomitantes, que poco o nada tenían que ver con la verdad y la religión". Llegado a este punto, el Papa volvió a pedir perdón por los errores de la Iglesia Católica en el pasado.
En este sentido, pidió los Estados que favorezcan "las posibilidades de intercambio y de comprensión mutua". "Por ello", dijo, "lo que hoy se pide es, ante todo, que se elimine todo obstáculo para el acceso a la información por medio de la prensa y de los modernos medios informáticos, y, además, que se intensifiquen los intercambios de profesores y de estudiantes entre las disciplinas humanísticas de las universidades de las diversas regiones culturales".
En defensa de la libertad
Otro de los temas tocados este lunes por el Santo Padre en su mensaje fue la necesidad de que los Estados den "un valor prioritario al espacio reservado a los derechos, a la libertad, ya sea en la vida pública como en la privada, ya sea en las relaciones económicas como en las políticas, ya sea en las relaciones culturales como en las religiosas". A este respecto, Benedicto XVI destacó que "la acción de la diplomacia de la Santa Sede está, por su naturaleza, orientada a promover, entre los diversos ámbitos en que debe desarrollarse la libertad, el aspecto de la libertad de religión". El Papa continuó que "por lo que concierne específicamente a la Iglesia Católica, ésta condena los graves errores cometidos en el pasado, tanto por parte de sus miembros como de sus instituciones, y no ha dudado en pedir perdón. Lo exige el compromiso por la verdad".
Asimismo mostró su preocupación porque "en algunos Estados, incluso entre los que pueden alardear de tradiciones culturales pluriseculares, la libertad, lejos de ser garantizada, es más bien violada gravemente, particularmente respecto a las minorías". Para la cabeza de la Iglesia, "los derechos fundamentales del hombre son los mismos en todas las latitudes; y entre ellos un lugar preeminente tiene que ser reconocido al derecho a la libertad de religión, porque concierne a la relación humana más importante, la relación con Dios". Su encendida defensa de la libertad se volvió a mostrar en otro punto de su alocución, en la que declaró: "Quisiera decir a todos los responsables de la vida de las naciones: ¡si no teméis la verdad, no debéis temer la libertad! La Santa Sede, cuando por doquier pide condiciones de verdadera libertad para la Iglesia Católica, las pide igualmente para todos".
Derecho de Israel a subsistir
Asimismo, el Pontífice también habló de la situación en Tierra Santa y consideró que "el Estado de Israel tiene que poder subsistir pacíficamente de acuerdo con las normas del derecho internacional". Igualmente, añadió, "el pueblo palestino ha de poder desarrollar serenamente las propias instituciones democráticas por un futuro libre y próspero". Benedicto XVI llamó además la atención sobre la situación en Líbano, "cuya población debe encontrar, también con la ayuda de la solidaridad internacional, su vocación histórica de colaboración sincera y fructífera entre las comunidades de diferentes credos", así como en todo Oriente Próximo, y particularmente en Irak, "cuna de grandes civilizaciones, enlutado diariamente en estos años por sangrientos actos terroristas".
El Papa también recordó al continente africano y "sobre todo los países de la región de los Grandes Lagos, donde todavía se sufren las trágicas consecuencias de las guerras fratricidas de los años pasados; pienso en las poblaciones indefensas de Darfur, golpeadas con execrable ferocidad, con peligrosas repercusiones internacionales; y pienso en tantas otras tierras, de diversas partes del mundo, que son teatro de cruentos conflictos".
La voz del Papa se elevó también para criticar a algunos Estados prósperos que destinan su capital al armamento en vez de ayudar a los países necesitados. Según el Pontífice, que se remitió a "datos estadísticos disponibles", "menos de la mitad de las ingentes sumas destinadas globalmente a armamento sería más que suficiente para sacar de manera estable de la indigencia al inmenso ejército de los pobres". En su visión del mundo actual, el Pontífice resaltó "las multitudes inmensas de poblaciones que padecen hambre", "las imágenes sobrecogedoras de los grandes campos de prófugos o de refugiados --en muchas partes del mundo-- acogidos en precarias condiciones para librarse de una suerte peor, pero necesitados de todo" y "la plaga del tráfico de personas, que es una vergüenza para nuestro tiempo".
HACE UNA VIVA DEFENSA DE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN
Benedicto XVI advierte de que el terrorismo internacional podría provocar "un choque de civilizaciones"
El Santo Padre ha ofrecido este lunes su mensaje durante la audiencia para felicitar el Año Nuevo al cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, en el que advirtió este lunes del peligro "de que el terrorismo organizado, que se extiende ya a escala mundial" lleve a un "un choque de civilizaciones". Benedicto XVI pidió los Estados que favorezcan "las posibilidades de intercambio y de comprensión mutua", por lo que exigió que "se elimine todo obstáculo para el acceso a la información por medio de la prensa". El Papa proclamó el derecho de Israel a "subsistir pacíficamente de acuerdo con las normas del derecho internacional".
LD (Europa Press) Las preocupaciones de la cabeza de la Iglesia Católica le han llevado a considerar que "el peligro se hace más agudo por el terrorismo organizado, que se extiende ya a escala mundial. Sus causas son numerosas y complejas, además de las ideológicas y políticas, unidas a aberrantes concepciones religiosas". Benedicto XVI explicó que el origen de los conflictos y las guerras de religión se debe a veces a "tensiones, a incomprensiones" pero explicó que en ocasiones se llega a ellas "por una serie de causas concomitantes, que poco o nada tenían que ver con la verdad y la religión". Llegado a este punto, el Papa volvió a pedir perdón por los errores de la Iglesia Católica en el pasado.
En este sentido, pidió los Estados que favorezcan "las posibilidades de intercambio y de comprensión mutua". "Por ello", dijo, "lo que hoy se pide es, ante todo, que se elimine todo obstáculo para el acceso a la información por medio de la prensa y de los modernos medios informáticos, y, además, que se intensifiquen los intercambios de profesores y de estudiantes entre las disciplinas humanísticas de las universidades de las diversas regiones culturales".
En defensa de la libertad
Otro de los temas tocados este lunes por el Santo Padre en su mensaje fue la necesidad de que los Estados den "un valor prioritario al espacio reservado a los derechos, a la libertad, ya sea en la vida pública como en la privada, ya sea en las relaciones económicas como en las políticas, ya sea en las relaciones culturales como en las religiosas". A este respecto, Benedicto XVI destacó que "la acción de la diplomacia de la Santa Sede está, por su naturaleza, orientada a promover, entre los diversos ámbitos en que debe desarrollarse la libertad, el aspecto de la libertad de religión". El Papa continuó que "por lo que concierne específicamente a la Iglesia Católica, ésta condena los graves errores cometidos en el pasado, tanto por parte de sus miembros como de sus instituciones, y no ha dudado en pedir perdón. Lo exige el compromiso por la verdad".
Asimismo mostró su preocupación porque "en algunos Estados, incluso entre los que pueden alardear de tradiciones culturales pluriseculares, la libertad, lejos de ser garantizada, es más bien violada gravemente, particularmente respecto a las minorías". Para la cabeza de la Iglesia, "los derechos fundamentales del hombre son los mismos en todas las latitudes; y entre ellos un lugar preeminente tiene que ser reconocido al derecho a la libertad de religión, porque concierne a la relación humana más importante, la relación con Dios". Su encendida defensa de la libertad se volvió a mostrar en otro punto de su alocución, en la que declaró: "Quisiera decir a todos los responsables de la vida de las naciones: ¡si no teméis la verdad, no debéis temer la libertad! La Santa Sede, cuando por doquier pide condiciones de verdadera libertad para la Iglesia Católica, las pide igualmente para todos".
Derecho de Israel a subsistir
Asimismo, el Pontífice también habló de la situación en Tierra Santa y consideró que "el Estado de Israel tiene que poder subsistir pacíficamente de acuerdo con las normas del derecho internacional". Igualmente, añadió, "el pueblo palestino ha de poder desarrollar serenamente las propias instituciones democráticas por un futuro libre y próspero". Benedicto XVI llamó además la atención sobre la situación en Líbano, "cuya población debe encontrar, también con la ayuda de la solidaridad internacional, su vocación histórica de colaboración sincera y fructífera entre las comunidades de diferentes credos", así como en todo Oriente Próximo, y particularmente en Irak, "cuna de grandes civilizaciones, enlutado diariamente en estos años por sangrientos actos terroristas".
El Papa también recordó al continente africano y "sobre todo los países de la región de los Grandes Lagos, donde todavía se sufren las trágicas consecuencias de las guerras fratricidas de los años pasados; pienso en las poblaciones indefensas de Darfur, golpeadas con execrable ferocidad, con peligrosas repercusiones internacionales; y pienso en tantas otras tierras, de diversas partes del mundo, que son teatro de cruentos conflictos".
La voz del Papa se elevó también para criticar a algunos Estados prósperos que destinan su capital al armamento en vez de ayudar a los países necesitados. Según el Pontífice, que se remitió a "datos estadísticos disponibles", "menos de la mitad de las ingentes sumas destinadas globalmente a armamento sería más que suficiente para sacar de manera estable de la indigencia al inmenso ejército de los pobres". En su visión del mundo actual, el Pontífice resaltó "las multitudes inmensas de poblaciones que padecen hambre", "las imágenes sobrecogedoras de los grandes campos de prófugos o de refugiados --en muchas partes del mundo-- acogidos en precarias condiciones para librarse de una suerte peor, pero necesitados de todo" y "la plaga del tráfico de personas, que es una vergüenza para nuestro tiempo".