Benedicto XVI había aceptado que Jesús era seguidor de los Esenios

ricardo perales

Lo importante es la salvación de las almas.
23 Abril 2020
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El Papa avala que Jesús era seguidor de la misteriosa secta de los esenios​

ÍÑIGO DOMÍNGUEZROMA

SOCIEDAD

10 abr 2007. Actualizado a las 07:00 h.

Jesús seguía los ritos de los esenios, la secta judía que se asentó en Qumran, donde fueron hallados en 1947 los famosos Manuscritos del mar Muerto. No es nada escandaloso, se trata de una tesis de bastantes teólogos que fue avalada el otro día, por sorpresa, por Benedicto XVI. Ésa sería la clave para resolver la «aparente contradicción» que, según el Papa, contienen los Evangelios sobre el día de la muerte de Cristo. Ratzinger es un apasionado de la figura de Jesucristo, y de hecho le dedica el libro que publicará mañana. La curiosa homilía que pronunció el Jueves Santo es un adelanto muy interesante. El enigma de partida es el siguiente. Como se sabe, hay tres Evangelios, el de Lucas, Marcos y Mateo, que son muy parecidos. Por eso se les suele llamar sinópticos. Lo más probable es que sean copias del más antiguo, el de Marcos, aunque todos fueron escritos entre 40 y 50 años después de la muerte de Jesús. Luego está el de Juan, que es del año 100 y debió de beber de otras fuentes. Pues bien, entre ellos hay una diferencia crucial sobre la fecha de la muerte de Cristo: los tres sinópticos sitúan la Última Cena en el día de la Pascua judía, banquete a base de cordero que conmemora la liberación de Egipto, la noche en que un ángel hizo una escabechina salvando a quienes estaban sobre aviso y habían marcado la casa con sangre del animal. Sin embargo, Juan dice que Jesús murió mientras se sacrificaban los corderos, es decir, la víspera de Pascua, por lo que no habría podido celebrar la cena. «Esta contradicción parecía irresoluble hasta hace unos años», explicó el Papa. «Los exégetas pensaban que Juan no había querido comunicar la fecha de la muerte de Jesús, sino una simbólica para hacer evidente la verdad más profunda: que Jesús es el nuevo y verdadero cordero». Han sido los Manuscritos del mar Muerto los que han dado «una posible solución convincente», según reconoció Benedicto XVI. Judíos disidentes Los esenios, que se consideran un antecedente del cristianismo primitivo, eran una secta judía disidente, enemiga de fariseos y saduceos, que vivía en el desierto. Por ello celebraban las fiestas con un calendario propio y hacían la cena de Pascua un día antes y sin cordero, porque eran vegetarianos. Y esto explicaría todo el enigma. Según el Papa, «Jesús celebró la Pascua según el calendario de Qumran, y sin cordero, como la comunidad de Qumran». El cordero, añadió el Papa, era el mismo Jesús, que iba a morir al día siguiente. Caso resuelto. O casi, porque el sello oficial a esta tesis abre más preguntas: ¿cuál era la relación de Jesús con los esenios? ¿Por qué no se citan en el Nuevo Testamento? ¿Cuál fue su relación con San Juan Bautista? Quizá Ratzinger proponga más respuestas en su libro.
 
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Reacciones: edcentinela
Es probable
Se pueden escribir distintos puntos de vistas de un mismo hecho
Punto de vista no significa "interpretaciones"
Punto de vista se refiere al sitio en el que se encuentra el narrador en el momento de los hechos
 

El Papa avala que Jesús era seguidor de la misteriosa secta de los esenios​

ÍÑIGO DOMÍNGUEZROMA

SOCIEDAD

10 abr 2007. Actualizado a las 07:00 h.

Jesús seguía los ritos de los esenios, la secta judía que se asentó en Qumran, donde fueron hallados en 1947 los famosos Manuscritos del mar Muerto. No es nada escandaloso, se trata de una tesis de bastantes teólogos que fue avalada el otro día, por sorpresa, por Benedicto XVI. Ésa sería la clave para resolver la «aparente contradicción» que, según el Papa, contienen los Evangelios sobre el día de la muerte de Cristo. Ratzinger es un apasionado de la figura de Jesucristo, y de hecho le dedica el libro que publicará mañana. La curiosa homilía que pronunció el Jueves Santo es un adelanto muy interesante. El enigma de partida es el siguiente. Como se sabe, hay tres Evangelios, el de Lucas, Marcos y Mateo, que son muy parecidos. Por eso se les suele llamar sinópticos. Lo más probable es que sean copias del más antiguo, el de Marcos, aunque todos fueron escritos entre 40 y 50 años después de la muerte de Jesús. Luego está el de Juan, que es del año 100 y debió de beber de otras fuentes. Pues bien, entre ellos hay una diferencia crucial sobre la fecha de la muerte de Cristo: los tres sinópticos sitúan la Última Cena en el día de la Pascua judía, banquete a base de cordero que conmemora la liberación de Egipto, la noche en que un ángel hizo una escabechina salvando a quienes estaban sobre aviso y habían marcado la casa con sangre del animal. Sin embargo, Juan dice que Jesús murió mientras se sacrificaban los corderos, es decir, la víspera de Pascua, por lo que no habría podido celebrar la cena. «Esta contradicción parecía irresoluble hasta hace unos años», explicó el Papa. «Los exégetas pensaban que Juan no había querido comunicar la fecha de la muerte de Jesús, sino una simbólica para hacer evidente la verdad más profunda: que Jesús es el nuevo y verdadero cordero». Han sido los Manuscritos del mar Muerto los que han dado «una posible solución convincente», según reconoció Benedicto XVI. Judíos disidentes Los esenios, que se consideran un antecedente del cristianismo primitivo, eran una secta judía disidente, enemiga de fariseos y saduceos, que vivía en el desierto. Por ello celebraban las fiestas con un calendario propio y hacían la cena de Pascua un día antes y sin cordero, porque eran vegetarianos. Y esto explicaría todo el enigma. Según el Papa, «Jesús celebró la Pascua según el calendario de Qumran, y sin cordero, como la comunidad de Qumran». El cordero, añadió el Papa, era el mismo Jesús, que iba a morir al día siguiente. Caso resuelto. O casi, porque el sello oficial a esta tesis abre más preguntas: ¿cuál era la relación de Jesús con los esenios? ¿Por qué no se citan en el Nuevo Testamento? ¿Cuál fue su relación con San Juan Bautista? Quizá Ratzinger proponga más respuestas en su libro.

Benedicto XVI desde el cementerio seguro que no va contestar sus preguntas y la verdad que un disparate que el Verbo de Dios encarnado siga los ritos de los esenios y no resiste comentario y es un total absurdo y desde la doctrina de Cristo es esquizofrénico.​

 
Juan el Bautista era esenio.

De todas las sectas judías está era la superior. Ascetismo, ayuno y espiritualidad.

En la antiguedad estos ascetas eran llamados "los hijos de los profetas", busquen esa expresión en la Biblia.
 
Juan el Bautista era esenio.

De todas las sectas judías está era la superior. Ascetismo, ayuno y espiritualidad.

En la antiguedad estos ascetas eran llamados "los hijos de los profetas", busquen esa expresión en la Biblia.

Porque siguen diciendo disparates que Juan el Bautista como Jesús seguían los ritos hebreos, porque el ayuno y las oraciones lo eran y lavamiento ritual no solo es hebreo sino también islámico y son falto de toda cultura y dicen y apoyan cualquier disparate que sale en internet.​

 
Juan el Bautista era esenio.

De todas las sectas judías está era la superior. Ascetismo, ayuno y espiritualidad.

En la antiguedad estos ascetas eran llamados "los hijos de los profetas", busquen esa expresión en la Biblia.

Es importante señalar que, aunque Jesús condenaba la vida en la carne, y vivía con frugalidad, no practicaba el ascetismo.
De otra manera sus enemigos no lo hubieran acusado de glotón y bebedor.
Tampoco practicaba ni predicaba el aislarse de la sociedad, como algunos esenios, sino todo lo contrario: su vida estaba dedicada a la gente.

Así pues, es posible que Jesús haya rescatado de los esenios los aspectos más espirituales (el desprendimiento del mundo y de la carne) pero no haya arrastrado consigo los aspectos menos deseables (castigo a la carne y aislamiento social).

Durante los primeros años del cristianismo, Pablo y otros apóstoles lucharon contra estos dos extremos en las comunidades cristianas.
Ciertas sectas vivían una vida licenciosa, entregada a la glotonería y lujuria, porque "ya no podían pecar", sino que su gnosis les aseguraba la salvación. Y por otro lado, otras sectas vivían una vida de ascetismo, negando el sexo y todo tipo de placer corporal, e instando a sus seguidores a abandonar la comunidad para vivir como ermitaños. Todo esto porque el mundo material era intrínsecamente malo.