"¡Bendita sea!"
Ay Señor ábreme paso
Que se me cierra el camino
Aligérame el destino
Alúmbrame en el ocaso.
Hazme oh beber del Vaso
Que calma la sed austera
El Pasto de tu pradera
Haz que sea mi Alimento
Es tal el hambre que siento
Que mi alma desespera.
Trae con la primavera
La Luz de tu eterno hogar
Porque allí quiero habitar
Yo quiero estar a tu vera.
Haz brillar en mí la hoguera
De ese fuego abrasador
De la Palabra de amor
Que tanto el mundo detesta
Yo quiero entrar a tu fiesta
A tu boda, mi Señor.
Bendice pues mi Pastor
A éste humilde penitente
Y como a mí, mucha gente
Que tiene de ti temor.
Señor, es tanto el horror
Que se vive en este mundo
Somos como moribundos
Sin principios ni virtud
Adornando el ataúd
Que nos lleva a lo profundo.
Te pido en este segundo
Dios Santo que nos liberes
Del Maligno y sus poderes
Del pecado nauseabundo.
Libéranos de lo inmundo
Y de toda tentación
Danos pues la bendición
Porque el Malo es astuto
Y nosotros tan, tan brutos
No buscamos tu perdón...
Tennos Jesús compasión
Porque te hemos ofendido
Y esto Dios yo te lo pido
De adentro del corazón.
Renuévanos la pasión
De buscarte cada instante
Nútrenos de la importante
Sustancia de tu Alimento
Danos el conocimiento
Pues andamos como errantes...
Haznos como caminantes
Que puedan seguir tus pasos
Abríganos con tus brazos
Porque el frío es agobiante.
Púlenos como diamante
Con tu Voz tan pulcra y pura
Ésa que siempre perdura
La Palabra de tu don
Porque en Ella hay salvación
¡Bendita sea La Escritura!
Luis A. González.
Ay Señor ábreme paso
Que se me cierra el camino
Aligérame el destino
Alúmbrame en el ocaso.
Hazme oh beber del Vaso
Que calma la sed austera
El Pasto de tu pradera
Haz que sea mi Alimento
Es tal el hambre que siento
Que mi alma desespera.
Trae con la primavera
La Luz de tu eterno hogar
Porque allí quiero habitar
Yo quiero estar a tu vera.
Haz brillar en mí la hoguera
De ese fuego abrasador
De la Palabra de amor
Que tanto el mundo detesta
Yo quiero entrar a tu fiesta
A tu boda, mi Señor.
Bendice pues mi Pastor
A éste humilde penitente
Y como a mí, mucha gente
Que tiene de ti temor.
Señor, es tanto el horror
Que se vive en este mundo
Somos como moribundos
Sin principios ni virtud
Adornando el ataúd
Que nos lleva a lo profundo.
Te pido en este segundo
Dios Santo que nos liberes
Del Maligno y sus poderes
Del pecado nauseabundo.
Libéranos de lo inmundo
Y de toda tentación
Danos pues la bendición
Porque el Malo es astuto
Y nosotros tan, tan brutos
No buscamos tu perdón...
Tennos Jesús compasión
Porque te hemos ofendido
Y esto Dios yo te lo pido
De adentro del corazón.
Renuévanos la pasión
De buscarte cada instante
Nútrenos de la importante
Sustancia de tu Alimento
Danos el conocimiento
Pues andamos como errantes...
Haznos como caminantes
Que puedan seguir tus pasos
Abríganos con tus brazos
Porque el frío es agobiante.
Púlenos como diamante
Con tu Voz tan pulcra y pura
Ésa que siempre perdura
La Palabra de tu don
Porque en Ella hay salvación
¡Bendita sea La Escritura!
Luis A. González.
