AZAZEL

ricardo perales

Lo importante es la salvación de las almas.
23 Abril 2020
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Azazel - Diccionario Perspicacia




(Macho Cabrío Que Desaparece).

La palabra “Azazel” figura cuatro veces en la Biblia, todas ellas en el registro de las disposiciones reglamentarias relacionadas con el Día de Expiación anual. (Levítico 16:8, 10, 26).

La etimología de esta palabra es objeto de discusión. Si nos atenemos a la grafía del texto masorético hebreo, `aza´·zél parece ser una combinación de las raíces de dos palabras cuyos significados son “macho cabrío” y “desaparecer”, de ahí: “Macho Cabrío Que Desaparece”. Según otra derivación etimológica propuesta, basada en la opinión de que hay en la palabra una transposición de dos consonantes, significa “Fuerza de Dios”. La Vulgata latina traduce el vocablo hebreo como caper emissarius, es decir, “macho cabrío emisario” mientras que la expresión griega que aparece en la Septuaginta significa “que se lleva (aparta) los males”.

En el Día de Expiación, el sumo sacerdote tomaba dos machos cabríos (cabritos) de la asamblea de los hijos de Israel, y después de echar suertes, uno de ellos se designaba “para Jehová” y el otro, “para Azazel”. Una vez sacrificado un toro a favor del sumo sacerdote y su casa (seguramente todos los levitas), se sacrificaba el macho cabrío “para Jehová” como ofrenda por los pecados. Sin embargo, el que se apartaba para Azazel se conservaba con vida “delante de Jehová para hacer expiación por él, a fin de enviarlo para Azazel al desierto”. (Levítico 16:5, 7-10). Ya que la vida está en la sangre (Levítico 17:11) «Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona». la sangre vertida del macho cabrío para Jehová, sacrificado poco antes como ofrenda por los pecados, le confería facultad expiatoria al macho cabrío para Azazel. Así, el valor de la sangre o de la vida de aquel se transfería al macho cabrío vivo para Azazel, de modo que aunque el sacerdote no lo sacrificaba, el animal llevaba sobre sí mérito expiatorio, o el valor de la vida que procedía del otro animal. El que se le presentara delante de Jehová debió indicar que Él aprobaba esta transferencia de facultad expiatoria. Existía en la Ley un procedimiento semejante, relacionado con la limpieza ceremonial de un israelita que era curado de lepra o de una casa que quedaba limpia de la misma enfermedad: se mojaba un pájaro vivo en la sangre de otro al que previamente se había dado muerte, y entonces se le echaba a volar, lo que representaba que se llevaba consigo el pecado. (Levítico 14:1-8, 49-53).

Los dos machos cabríos debían ser sin tacha, sanos y lo más parecidos posible. Antes de que se echaran las suertes sobre ellos, ambos tenían la posibilidad de ser el macho cabrío escogido para Jehová. Después de sacrificar el macho cabrío para Jehová, el sumo sacerdote ponía las manos sobre la cabeza del otro y confesaba sobre él los errores de todo el pueblo. Seguidamente, se le enviaba al desierto, conducido por “un hombre preparado para ello”. (Levítico 16:20-22). De esa manera, el macho cabrío para Azazel llevaba sobre sí, en sentido figurado, los pecados del pueblo de todo un año, y desaparecía con ellos en el desierto.

A ambos animales se les consideraba una sola ofrenda por el pecado. (Levítico 16:5) «Y de la congregación de los hijos de Israel tomará dos machos cabríos para expiación, y un carnero para holocausto». Parece que se usaban dos con el objeto de resaltar lo que conseguía esta provisión para la expiación de los pecados del pueblo: el primero se sacrificaba, pero el segundo, al llevar consigo a un lugar distante en el desierto los pecados confesados del pueblo, realzaba de manera especial el perdón que Jehová concedía a los que se arrepentían. A este respecto, el (Salmos 103:12) «Cuanto está lejos el oriente del occidente, Hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones». asegura: “Tan lejos como está el naciente del poniente, así de lejos ha puesto de nosotros nuestras transgresiones”.

Tal como explicó el apóstol Pablo, el que Jesús sacrificara su vida humana perfecta como expiación por los pecados de la humanidad logró infinitamente mucho más que lo que se había conseguido con “la sangre de toros y de machos cabríos”. (Hebreos 10:4, 11-12). Por lo tanto, sirvió de “víctima expiatoria”, ‘cargó con nuestras dolencias’ y “se le estuvo traspasando por nuestra transgresión”. (Isaías 53:4, 5); (Mateo 8:17) «para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias». (1 Pedro 2:24) «quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados». Él “cargó” con los pecados de todos los que ejercen fe en el valor de su sacrificio y así ha materializado la provisión de Dios para desterrar por completo el pecado. De estas diversas maneras, el macho cabrío “para Azazel” representó el sacrificio de Jesucristo.
 

Azazel - Diccionario Perspicacia




(Macho Cabrío Que Desaparece).

La palabra “Azazel” figura cuatro veces en la Biblia, todas ellas en el registro de las disposiciones reglamentarias relacionadas con el Día de Expiación anual. (Levítico 16:8, 10, 26).

La etimología de esta palabra es objeto de discusión. Si nos atenemos a la grafía del texto masorético hebreo, `aza´·zél parece ser una combinación de las raíces de dos palabras cuyos significados son “macho cabrío” y “desaparecer”, de ahí: “Macho Cabrío Que Desaparece”. Según otra derivación etimológica propuesta, basada en la opinión de que hay en la palabra una transposición de dos consonantes, significa “Fuerza de Dios”. La Vulgata latina traduce el vocablo hebreo como caper emissarius, es decir, “macho cabrío emisario” mientras que la expresión griega que aparece en la Septuaginta significa “que se lleva (aparta) los males”.

En el Día de Expiación, el sumo sacerdote tomaba dos machos cabríos (cabritos) de la asamblea de los hijos de Israel, y después de echar suertes, uno de ellos se designaba “para Jehová” y el otro, “para Azazel”. Una vez sacrificado un toro a favor del sumo sacerdote y su casa (seguramente todos los levitas), se sacrificaba el macho cabrío “para Jehová” como ofrenda por los pecados. Sin embargo, el que se apartaba para Azazel se conservaba con vida “delante de Jehová para hacer expiación por él, a fin de enviarlo para Azazel al desierto”. (Levítico 16:5, 7-10). Ya que la vida está en la sangre (Levítico 17:11) «Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona». la sangre vertida del macho cabrío para Jehová, sacrificado poco antes como ofrenda por los pecados, le confería facultad expiatoria al macho cabrío para Azazel. Así, el valor de la sangre o de la vida de aquel se transfería al macho cabrío vivo para Azazel, de modo que aunque el sacerdote no lo sacrificaba, el animal llevaba sobre sí mérito expiatorio, o el valor de la vida que procedía del otro animal. El que se le presentara delante de Jehová debió indicar que Él aprobaba esta transferencia de facultad expiatoria. Existía en la Ley un procedimiento semejante, relacionado con la limpieza ceremonial de un israelita que era curado de lepra o de una casa que quedaba limpia de la misma enfermedad: se mojaba un pájaro vivo en la sangre de otro al que previamente se había dado muerte, y entonces se le echaba a volar, lo que representaba que se llevaba consigo el pecado. (Levítico 14:1-8, 49-53).

Los dos machos cabríos debían ser sin tacha, sanos y lo más parecidos posible. Antes de que se echaran las suertes sobre ellos, ambos tenían la posibilidad de ser el macho cabrío escogido para Jehová. Después de sacrificar el macho cabrío para Jehová, el sumo sacerdote ponía las manos sobre la cabeza del otro y confesaba sobre él los errores de todo el pueblo. Seguidamente, se le enviaba al desierto, conducido por “un hombre preparado para ello”. (Levítico 16:20-22). De esa manera, el macho cabrío para Azazel llevaba sobre sí, en sentido figurado, los pecados del pueblo de todo un año, y desaparecía con ellos en el desierto.

A ambos animales se les consideraba una sola ofrenda por el pecado. (Levítico 16:5) «Y de la congregación de los hijos de Israel tomará dos machos cabríos para expiación, y un carnero para holocausto». Parece que se usaban dos con el objeto de resaltar lo que conseguía esta provisión para la expiación de los pecados del pueblo: el primero se sacrificaba, pero el segundo, al llevar consigo a un lugar distante en el desierto los pecados confesados del pueblo, realzaba de manera especial el perdón que Jehová concedía a los que se arrepentían. A este respecto, el (Salmos 103:12) «Cuanto está lejos el oriente del occidente, Hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones». asegura: “Tan lejos como está el naciente del poniente, así de lejos ha puesto de nosotros nuestras transgresiones”.

Tal como explicó el apóstol Pablo, el que Jesús sacrificara su vida humana perfecta como expiación por los pecados de la humanidad logró infinitamente mucho más que lo que se había conseguido con “la sangre de toros y de machos cabríos”. (Hebreos 10:4, 11-12). Por lo tanto, sirvió de “víctima expiatoria”, ‘cargó con nuestras dolencias’ y “se le estuvo traspasando por nuestra transgresión”. (Isaías 53:4, 5); (Mateo 8:17) «para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias». (1 Pedro 2:24) «quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados». Él “cargó” con los pecados de todos los que ejercen fe en el valor de su sacrificio y así ha materializado la provisión de Dios para desterrar por completo el pecado. De estas diversas maneras, el macho cabrío “para Azazel” representó el sacrificio de Jesucristo.

Esta género demoníaco no sale si no es antes con el ayuno y la oración.
Y es el causante de la epilepsia entre la gente del pueblo.


Gracias por su atención. ;)
 
Disculpen, he consultado por internet, la palabra azazel, y también se refiere a un demonio. pero según el escrito de levitico como dice "De estas diversas maneras, el macho cabrío “para Azazel” representó el sacrificio de Jesucristo." saludos.
 
Aquí lo que dice el apócrifo de Bernabe :
El Macho cabrío emisario, símbolo de la Pasión del Señor
VII 1. Asi, pues, considerad, hijos de la alegría, cómo el Señor bueno nos lo ha manifestado todo de antemano, para que sepamos a quién debernos alabar conacciones de gracia por todo. 2. Ahora bien, si el Hijo de Dios, Señor que es y que ha de juzgar a los vivos y a los muertos, padeció para que su herida nos vivificara a nosotros, creamos que el Hijo de Dios no podía sufrir sino por causa nuestra. 3. Es más, clavado ya en la cruz, fué abrevado con vinagre y hiel.Escuchad cómo de antemano mostraron este pormenor los sacerdotes del templo. Como está escrito el precepto: El que no ayunare el ayuno, sea exterminado con muerte; la razón de mandarlo el Señor fué porque Él había de ofrecer en sacrificio por nuestros pecados el vaso del Espíritu y cumplir a la par la figura de Isaac ofrecido sobre el altar. 4. Ahora bien, ¿qué dice en el profeta? Y coman del macho cabrío ofrecido durante el ayuno por todos los pecados.
Atended cuidadosamente: Y coman los sacerdotes solos y todos el intestino sin lavar con vinagre. 5. ¿Con qué fin? "Pues vosotros sois los que me habéis de abrevar un día con hiel mezclado de vinagre, a mi, que he de ofrecer mi carne por los pecados de mi pueblo nuevo; comed vosotros solos, mientras el pueblo ayuna y se golpea el pecho en saco y ceniza." Para demostrar que Él había de sufrir mucho de parte de ellos.
6. Atended a lo que mandó: Tomad dos machos cabrios, hermosos e iguales, y ofrecedlos en sacrificio, y tome al uno el sacerdote en holocausto. 7. ¿Y qué harán del otro? Maldito—dice la Escritura—es el otro. Atended cómo se manifiesta aquí la figura de Jesús: 8. Y escupidle todos y pinchadle y poned en torno a su cabeza la lana purpúrea y de este modo sea arrojado al desierto. Y cumplido esto, el que lleva el macho cabrío lo conduce al desierto, le quita la lana y la coloca sobre un arbusto llamado zarza, cuyos frutos solemos comer cuando los hallamos en el campo. De ahí resulta que sólo los frutos de la zarza son dulces.
9. Ahora bien, ¿qué quiere decir todo esto? Atended: El uno puesto sobre el altar y el otro maldecido. Y justamente el maldecido es el coronado; es que entonces, en aquel día, le verán llevando el manto de púrpura sobre su carne y dirán: "¿No es éste a quien nosotros un día crucificamos, después que le hubimos menospreciado, atravesado y escupido? Verdaderamente, éste era el que entonces decía ser el Hijo de Dios. 10. Porque ¿cómo semejante a aquél? Para esto dijo ser los machos cabrios semejantes, hermosos, iguales, para que, cuando le vean venir entonces, se espanten de la semejanza del macho cabrio. En conclusión, ahí tienes al macho cabrio, figura de Jesús, que tenía que sufrir.
11. ¿Y por qué motivo pone la lana en medio de las espinas? He ahí otra figura de Jesús puesta para la Iglesia; porque el que quiere coger la lana purpúrea, no tiene otro remedio que sufrir mucho por lo terrible que son las espinas, y tras la tribulación apoderarse de ella. "Así—dice el Señor—, los que quisieren verme y alcanzar mi reino, han de pasar por tribulaciones y sufrimientos antes de apoderarse de mí."




Al parecer hay una opinión contraria con los adventistas, que dicen que es el demonio quien sufre y es condenado.