Hola a todos los que invocan el nombre de Jesucristo.
Así es. Escribo para que aquéllos o aquéllas que tengan la madurez suficiente en el Señor y Su amor gobernando sus corazones, me puedan decir qué hago en medio de un pésimo estado espiritual en el que me encuentro.
Soy un hombre joven, casado y con hijos pequeños.
Desde siempre me llamó mucho la atención la pornografía. Vivía en lugares donde no tenía mucho acceso a ella, pero cuando tuve más oportunidad vi revistas. Yo tenía problemas con la homosexualidad, aunque era y soy bien hombrecito en mi forma de ser. Siempre luché contra esa parte oscura mía, por lo tanto, nunca lo asumí. El Señor Jesús me halló cuando tenía 17 años, en medio de ese tipo de problemas y problemas en casa, sobre todo con papá.
Yo creí que por haber recibido a Cristo, todo iba a cambiar en mi vida; pero no fue así. La homosexualidad siempre me perseguía, y yo luchaba contra ella, suplicando ahora al nuevo Amigo que tenía que me ayudara. A mí igual me atraían las damas, y quería casarme y tener mis hijos.
En medio de estas luchas, conocí a una hermosa joven. Nos hicimos muy buenos amigos como por espacio de tres años, y de ahí tomamos la determinación de casarnos. Ella, mucho antes de este tiempo, se enteró de mis pecados de adolescencia, con respecto a la homosexualidad. Y supo también que me había metido con un joven de la iglesia donde nos congregábamos, el cual tenía mis mismos problemas. Tiempo después, cuando ella y yo ya estábamos de novios, le confirmé todo lo que había hecho antes de conocerla. Ella me tomó entre sus brazos, me abrazó y me dijo: ¡Te amo!
Cuando yo había llegado a esa iglesia, le había confidenciado mi problema al pastor de allí. El problema fue que, no sé cómo, la mayoría de los jóvenes se enteraron. Sin embargo, no me andaban molestando. Pienso que no lo hacían, porque no era ni afeminado ni andaba tonteando, sino que me veían muy dado a la oración, al trabajo en la iglesia (yo servía en muchas cosas en la congregación), buen asistente a las reuniones de estudio, de oración, etc., y muy apegado al pastor y su familia...
A pesar de que yo amaba mucho al Señor y estaba enrolado en no pocas actividades, mis luchas contra esa pesadilla eran recurrentes y fuertes.
El pastor, su esposa y mi novia, pensaban que yo ya había superado mi problema... me veían normal. Sin embargo, no era así. Y por no ventilar ya mi vida con nadie y para no decepcionar a nadie, solito vivía mis peores pesadillas, mis peores momentos, mis terribles luchas.
Llegó el tiempo de casarme, porque la amaba, quería estar con ella y que fuéramos felices juntos, creyendo a la vez, que mis luchas se minimizarían hasta el punto de que después ya no habrían más... Pero no fue así. En mi trabajo pusieron internet al Pc de mi compañero. Él visitaba de vez en cuando sitios porno. Cuando él no iba al trabajo yo aprovechaba de meterme a su Pc y navegar por sitios cristianos, pero cuando vi en el historial los sitios que había visitado, no resistí la tentación y accedí a esos sitios prohibidos. Allí me encontré con sitios gay. Y de ahí en adelante, vez que podía, visitaba sólo esos sitios. Después yo tuve internet en mi Pc. Así que la cosa fue peor.
Comenzé a chatear con este tipo de gente y a hacer contacto. Me encontré que habían no pocos casados que estaban pasando por lo mismo que yo.
A la final, hice contacto con 4 ó 5 hombres, y tuve sexo con ellos.
Yo venía mirando sexo gay como por 3 ó 4 años. Sólo en estos últimos 4 meses hice estos contactos.
Deben saber que por esta cantidad de años también, no estamos comprometidos con ninguna iglesia.
Yo estoy arrepentido de todo esto. De hecho, cuando estaba en medio de mis pecados, me acordaba de Dios y de mi esposa, y en mi pensamiento les pedía perdón. Sin embargo, sabía que estaba terriblemente mal. Más que nada, en esos encuentro, yo buscaba cariño de parte de otro hombre...
Ahora, no sé qué hacer, si decirle a mi esposa o no. Si le digo, me da miedo que se me muera. Así es... que se me muera, pues es muy sensible.
Tengo miedo, vergüenza..., pero igual quiero confesárselo a un pastor de confianza.
Quiero ayuda y orientación. Si puede alguien, por favor, hágalo. Y si alguien puede también, ore por mi esposa y por mí... Se los agradeceré.
Si alguien me escribe, procure no condenarme. Gracias.
Atte.,
Un hermano que anhela, definitivamente, vencer...
Así es. Escribo para que aquéllos o aquéllas que tengan la madurez suficiente en el Señor y Su amor gobernando sus corazones, me puedan decir qué hago en medio de un pésimo estado espiritual en el que me encuentro.
Soy un hombre joven, casado y con hijos pequeños.
Desde siempre me llamó mucho la atención la pornografía. Vivía en lugares donde no tenía mucho acceso a ella, pero cuando tuve más oportunidad vi revistas. Yo tenía problemas con la homosexualidad, aunque era y soy bien hombrecito en mi forma de ser. Siempre luché contra esa parte oscura mía, por lo tanto, nunca lo asumí. El Señor Jesús me halló cuando tenía 17 años, en medio de ese tipo de problemas y problemas en casa, sobre todo con papá.
Yo creí que por haber recibido a Cristo, todo iba a cambiar en mi vida; pero no fue así. La homosexualidad siempre me perseguía, y yo luchaba contra ella, suplicando ahora al nuevo Amigo que tenía que me ayudara. A mí igual me atraían las damas, y quería casarme y tener mis hijos.
En medio de estas luchas, conocí a una hermosa joven. Nos hicimos muy buenos amigos como por espacio de tres años, y de ahí tomamos la determinación de casarnos. Ella, mucho antes de este tiempo, se enteró de mis pecados de adolescencia, con respecto a la homosexualidad. Y supo también que me había metido con un joven de la iglesia donde nos congregábamos, el cual tenía mis mismos problemas. Tiempo después, cuando ella y yo ya estábamos de novios, le confirmé todo lo que había hecho antes de conocerla. Ella me tomó entre sus brazos, me abrazó y me dijo: ¡Te amo!
Cuando yo había llegado a esa iglesia, le había confidenciado mi problema al pastor de allí. El problema fue que, no sé cómo, la mayoría de los jóvenes se enteraron. Sin embargo, no me andaban molestando. Pienso que no lo hacían, porque no era ni afeminado ni andaba tonteando, sino que me veían muy dado a la oración, al trabajo en la iglesia (yo servía en muchas cosas en la congregación), buen asistente a las reuniones de estudio, de oración, etc., y muy apegado al pastor y su familia...
A pesar de que yo amaba mucho al Señor y estaba enrolado en no pocas actividades, mis luchas contra esa pesadilla eran recurrentes y fuertes.
El pastor, su esposa y mi novia, pensaban que yo ya había superado mi problema... me veían normal. Sin embargo, no era así. Y por no ventilar ya mi vida con nadie y para no decepcionar a nadie, solito vivía mis peores pesadillas, mis peores momentos, mis terribles luchas.
Llegó el tiempo de casarme, porque la amaba, quería estar con ella y que fuéramos felices juntos, creyendo a la vez, que mis luchas se minimizarían hasta el punto de que después ya no habrían más... Pero no fue así. En mi trabajo pusieron internet al Pc de mi compañero. Él visitaba de vez en cuando sitios porno. Cuando él no iba al trabajo yo aprovechaba de meterme a su Pc y navegar por sitios cristianos, pero cuando vi en el historial los sitios que había visitado, no resistí la tentación y accedí a esos sitios prohibidos. Allí me encontré con sitios gay. Y de ahí en adelante, vez que podía, visitaba sólo esos sitios. Después yo tuve internet en mi Pc. Así que la cosa fue peor.
Comenzé a chatear con este tipo de gente y a hacer contacto. Me encontré que habían no pocos casados que estaban pasando por lo mismo que yo.
A la final, hice contacto con 4 ó 5 hombres, y tuve sexo con ellos.
Yo venía mirando sexo gay como por 3 ó 4 años. Sólo en estos últimos 4 meses hice estos contactos.
Deben saber que por esta cantidad de años también, no estamos comprometidos con ninguna iglesia.
Yo estoy arrepentido de todo esto. De hecho, cuando estaba en medio de mis pecados, me acordaba de Dios y de mi esposa, y en mi pensamiento les pedía perdón. Sin embargo, sabía que estaba terriblemente mal. Más que nada, en esos encuentro, yo buscaba cariño de parte de otro hombre...
Ahora, no sé qué hacer, si decirle a mi esposa o no. Si le digo, me da miedo que se me muera. Así es... que se me muera, pues es muy sensible.
Tengo miedo, vergüenza..., pero igual quiero confesárselo a un pastor de confianza.
Quiero ayuda y orientación. Si puede alguien, por favor, hágalo. Y si alguien puede también, ore por mi esposa y por mí... Se los agradeceré.
Si alguien me escribe, procure no condenarme. Gracias.
Atte.,
Un hermano que anhela, definitivamente, vencer...