AVIVAMIENTO MATUTINO
Jn.19:34 Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua.
Ro.5:18 Así que, tal como por un solo delito resultó la condenación para todos los hombres, así también por un solo acto de justicia resultó la justificación de vida para todos los hombres.
6:19 …Presentad vuestros miembros como esclavos a la justicia para santificación.
Ap.22:14 Bienaventurados los que lavan sus vestiduras, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad.
El fundamento de la Nueva Jerusalén consta de doce capas de piedras preciosas (Ap.21:14,19-20).Algunos libros fundamentalistas que se refieren a los cimientos de la Nueva Jerusalén han señalado que los colores de las doce capas de piedras preciosas que componen los cimientos de la Nueva Jerusalén se parecen a un arco iris. Según Génesis 9:8-17, el arco iris es una señal que nos recuerda la fidelidad que Dios muestra al guardar Su palabra. La fidelidad de Dios se basa en Su justicia. Sin justicia, no habría fidelidad. Así que, el cimiento de la Nueva Jerusalén es la justicia de Dios con la fidelidad de Dios.
Dentro de la Nueva Jerusalén hay un río de vida que fluye, en forma de espiral, de arriba a abajo, y llega a cada una de las doce puertas (Ap. 22:1). Ese fluir del río de vida satura toda la ciudad. Además, a ambos lados del río crece el árbol de la vida. Así que, la vida divina es el contenido de la Nueva Jerusalén…Esto indica que la Nueva Jerusalén en su totalidad no es otra cosa que la vida divina edificada sobre el cimiento de la justicia. La vida es la consumación de la justicia, y la justicia es la base, el cimiento, de la vida. (Life-study of Isaiah, págs. 348-349)
Lectura para hoy
La justicia de Dios exige la muerte tanto de Cristo como de nosotros mismos. Nosotros estábamos incluidos en la muerte de Cristo. Cuando Él murió, nosotros también morimos, pues morimos en Él. Esta muerte todo-inclusiva se efectuó para cumplir los justos requisitos de Dios. Una vez que los justos requisitos de Dios son satisfechos, Dios tiene una base justa para impartirse en Su pueblo redimido y crucificado.
Si queremos experimentar la impartición del Dios Triuno, debemos presentarnos ante Él como personas crucificadas. Debemos creer y declarar el hecho de que morimos con Cristo en la cruz. Ya que morimos con Cristo de una manera práctica, Dios puede ahora impartirse a nosotros junto con todas Sus riquezas. Ésta es la impartición de Dios conforme a Su justicia.
En Romanos 6:19 Pablo habla de “la justicia para santificación”. Esto indica que la justicia nos conduce a la santidad, a la santificación. La impartición del Dios Triuno se efectúa por medio de Su santidad … De hecho, el Cristo resucitado es el mismo elemento de santidad que está en nuestro interior. Esta santidad nos hace germinar, nos genera y nos santifica. Todo esto depende absolutamente de la vida divina.
La muerte de Jesús tenía como fin satisfacer la justicia de Dios, pero la resurrección de Cristo tiene como objetivo la santidad de Dios. La justicia denota el proceder de Dios, es decir, la manera en que Él hace las cosas; mientras que la santidad denota Su naturaleza misma. El justo proceder de Dios se halla respaldado por la muerte de Cristo, pero la naturaleza misma de Dios nos es impartida mediante la resurrección de Cristo. Una vez que la justicia de Dios es respaldada mediante la muerte de Cristo, Dios está en posición de impartirse a nosotros por medio de la resurrección de Cristo. Al entrar en nosotros, el Cristo resucitado imparte la naturaleza de Dios en nuestro ser. Entonces, esta naturaleza santa nos germina, genera y santifica. El Cristo resucitado que está en nosotros es el elemento de santidad que nos vivifica. Este elemento nos germina, nos vivifica y luego nos santifica. En esto consiste la santificación. La santificación implica un largo proceso que comienza a partir del momento en que somos salvos y continúa a lo largo de nuestra vida cristiana. Mediante este proceso somos transformados e incluso conformados a la imagen del Hijo primogénito de Dios.
(Estudio-vida de Romanos, págs. 692-694)
Lectura adicional:Life-study of Isaiah,mensaje 47;Estudio-vida de
Romanos, mensaje 61; El vivir del Dios-hombre, mensajes 4-5
Witness Lee
Derechos reservados a: “Living Stream Ministry”
¡Jesús es el Señor!
Jn.19:34 Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua.
Ro.5:18 Así que, tal como por un solo delito resultó la condenación para todos los hombres, así también por un solo acto de justicia resultó la justificación de vida para todos los hombres.
6:19 …Presentad vuestros miembros como esclavos a la justicia para santificación.
Ap.22:14 Bienaventurados los que lavan sus vestiduras, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad.
El fundamento de la Nueva Jerusalén consta de doce capas de piedras preciosas (Ap.21:14,19-20).Algunos libros fundamentalistas que se refieren a los cimientos de la Nueva Jerusalén han señalado que los colores de las doce capas de piedras preciosas que componen los cimientos de la Nueva Jerusalén se parecen a un arco iris. Según Génesis 9:8-17, el arco iris es una señal que nos recuerda la fidelidad que Dios muestra al guardar Su palabra. La fidelidad de Dios se basa en Su justicia. Sin justicia, no habría fidelidad. Así que, el cimiento de la Nueva Jerusalén es la justicia de Dios con la fidelidad de Dios.
Dentro de la Nueva Jerusalén hay un río de vida que fluye, en forma de espiral, de arriba a abajo, y llega a cada una de las doce puertas (Ap. 22:1). Ese fluir del río de vida satura toda la ciudad. Además, a ambos lados del río crece el árbol de la vida. Así que, la vida divina es el contenido de la Nueva Jerusalén…Esto indica que la Nueva Jerusalén en su totalidad no es otra cosa que la vida divina edificada sobre el cimiento de la justicia. La vida es la consumación de la justicia, y la justicia es la base, el cimiento, de la vida. (Life-study of Isaiah, págs. 348-349)
Lectura para hoy
La justicia de Dios exige la muerte tanto de Cristo como de nosotros mismos. Nosotros estábamos incluidos en la muerte de Cristo. Cuando Él murió, nosotros también morimos, pues morimos en Él. Esta muerte todo-inclusiva se efectuó para cumplir los justos requisitos de Dios. Una vez que los justos requisitos de Dios son satisfechos, Dios tiene una base justa para impartirse en Su pueblo redimido y crucificado.
Si queremos experimentar la impartición del Dios Triuno, debemos presentarnos ante Él como personas crucificadas. Debemos creer y declarar el hecho de que morimos con Cristo en la cruz. Ya que morimos con Cristo de una manera práctica, Dios puede ahora impartirse a nosotros junto con todas Sus riquezas. Ésta es la impartición de Dios conforme a Su justicia.
En Romanos 6:19 Pablo habla de “la justicia para santificación”. Esto indica que la justicia nos conduce a la santidad, a la santificación. La impartición del Dios Triuno se efectúa por medio de Su santidad … De hecho, el Cristo resucitado es el mismo elemento de santidad que está en nuestro interior. Esta santidad nos hace germinar, nos genera y nos santifica. Todo esto depende absolutamente de la vida divina.
La muerte de Jesús tenía como fin satisfacer la justicia de Dios, pero la resurrección de Cristo tiene como objetivo la santidad de Dios. La justicia denota el proceder de Dios, es decir, la manera en que Él hace las cosas; mientras que la santidad denota Su naturaleza misma. El justo proceder de Dios se halla respaldado por la muerte de Cristo, pero la naturaleza misma de Dios nos es impartida mediante la resurrección de Cristo. Una vez que la justicia de Dios es respaldada mediante la muerte de Cristo, Dios está en posición de impartirse a nosotros por medio de la resurrección de Cristo. Al entrar en nosotros, el Cristo resucitado imparte la naturaleza de Dios en nuestro ser. Entonces, esta naturaleza santa nos germina, genera y santifica. El Cristo resucitado que está en nosotros es el elemento de santidad que nos vivifica. Este elemento nos germina, nos vivifica y luego nos santifica. En esto consiste la santificación. La santificación implica un largo proceso que comienza a partir del momento en que somos salvos y continúa a lo largo de nuestra vida cristiana. Mediante este proceso somos transformados e incluso conformados a la imagen del Hijo primogénito de Dios.
(Estudio-vida de Romanos, págs. 692-694)
Lectura adicional:Life-study of Isaiah,mensaje 47;Estudio-vida de
Romanos, mensaje 61; El vivir del Dios-hombre, mensajes 4-5
Witness Lee
Derechos reservados a: “Living Stream Ministry”
¡Jesús es el Señor!