Los hombres y las mujeres piadosas se comparan en las Escrituras con árboles fuertes y saludables, plantados juntos a corrientes de agua, cargados de frutos y llenos de hojas (Sal. 1:3; 104:16). Para poder ser árboles fructíferos debemos:
1.- <<Vivir para Dios>>. Es un deleite contemplar las vidas que revelan un carácter semejante al de Cristo, pues no están deformadoas por el pecado ni corrompidas por la hipocrecia.
2.- <<Ser firmes>>. Los que están bien arraigados en la Palabra de Dios, no se moverán en tiempos de pruebay tentación.
3.- <<Seguir creciendo>>. Asi como los árboles sanos añaden un nuevo anillo de crecimiento cada año, nosotros tambièn debemos crecer constantemente en la gracia (2P. 3:18).
4.- <<Ser una bendición para otros>>. Algunos árboles dan comida, otros dan sombra, y otros dan madera. Asi tambièn los cristianos deben proporcionar alimento espiritual y consuelo a su prójimo, y usar su tiempo y sus talento para edificar a la gente en el Señor.
5.- <<Estar listos para ser trasplantados cuándo Dios asi lo quiera>>. Los cristianos no están aqui para quedarse; están esperando ser trasplantados al huerto del cielo donde su fruto nunca se secará y su hoja nunca se marchitará.
1.- <<Vivir para Dios>>. Es un deleite contemplar las vidas que revelan un carácter semejante al de Cristo, pues no están deformadoas por el pecado ni corrompidas por la hipocrecia.
2.- <<Ser firmes>>. Los que están bien arraigados en la Palabra de Dios, no se moverán en tiempos de pruebay tentación.
3.- <<Seguir creciendo>>. Asi como los árboles sanos añaden un nuevo anillo de crecimiento cada año, nosotros tambièn debemos crecer constantemente en la gracia (2P. 3:18).
4.- <<Ser una bendición para otros>>. Algunos árboles dan comida, otros dan sombra, y otros dan madera. Asi tambièn los cristianos deben proporcionar alimento espiritual y consuelo a su prójimo, y usar su tiempo y sus talento para edificar a la gente en el Señor.
5.- <<Estar listos para ser trasplantados cuándo Dios asi lo quiera>>. Los cristianos no están aqui para quedarse; están esperando ser trasplantados al huerto del cielo donde su fruto nunca se secará y su hoja nunca se marchitará.