APRENDER A ORAR

11 Diciembre 2007
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APRENDER A ORAR

Parece fácil. Sin embargo no siempre se tiene una respuesta adecuada cuando alguien te hace cualquier pregunta. Y si esta pregunta es “¿Qué es orar? La respuesta no siempre es acertada. Tal vez lo más sencillo que se podría responder es que orar es uno de los modos de relacionarse con Dios estableciendo un encuentro que se realiza mediante la fe

Para los cristianos nuestra asignatura pendiente sería descubrir la belleza de la liturgia en este mundo sencillo y gratificante, como es el de la oración.
Habría que llevar una vida de oración normal, pero la mayoría nos hemos estancado en una oración que se conforma con repetir fórmulas aprendidas, sin darnos cuenta que lo importante a la hora de orar es establecer un contacto directo con Dios y saber estar a solas con Quien nos ama. Algo que de por sí es terriblemente sencillo.
Comentaba Jesús “cuando oréis, decid “Padre Nuestro…” y nosotros lo hemos convertido en algo complicado y rutinario que además nos deja a menudo insatisfechos como si fuera algo que no hemos realizado.

Es evidente que no es fácil orar a menudo porque nos movemos sobre lo superficial y Dios anda sobre lo profundo. Porque vivimos una vida que apenas permite sosiego y la oración requiere concentración y tranquilidad para tener una perfecta relación con el Señor.
Por ello es cierto que para orar no es necesario decir muchas cosas a Dios ni esperar sentimientos emocionales. Como en nuestra relación con los amigos, se trata simplemente de reflexionar, escuchar y hacer silencios acomodados en una fidelidad ilimitada aunque a veces no encontremos respuestas inmediatas.

Francisco de Asís que siempre se le ha identificado como el amante de los animales, como cantor de la naturaleza y como pacificador del “hermano lobo”, no podemos olvidar que siempre fue un gran orante.
Nos dejó muchos escritos y gran parte de ellos son oraciones que constituían el centro de la vida de este místico que para prolongar su encuentro, para entenderlo mejor saborearlo y cantarlo, fue tocado por Dios.
Y así de este modo con frecuencia comentaba que orar es aprender a relacionarse y a conversar con el Amigo que nos ama. Ese Amigo a quien acudimos con frecuencia porque con su compañía nos sentimos bien contándole nuestros proyectos y nuestras preocupaciones teniendo la seguridad de que Él siempre nos escucha.

Así las cosas yo pienso que quizás lo que nos falta en este tema de la oración es poner todo nuestro corazón en ello buscando con sencillez la relación y el encuentro con Jesús con el convencimiento de que con ella nos acercamos más a Dios y nos adentra a una vida más viva y más santificada.

Decía San Francisco de Asís: “En la oración Dios me inventa cada día”
 
Re: APRENDER A ORAR



APRENDER A ORAR

Parece fácil. Sin embargo no siempre se tiene una respuesta adecuada cuando alguien te hace cualquier pregunta. Y si esta pregunta es “¿Qué es orar? La respuesta no siempre es acertada. Tal vez lo más sencillo que se podría responder es que orar es uno de los modos de relacionarse con Dios estableciendo un encuentro que se realiza mediante la fe

Para los cristianos nuestra asignatura pendiente sería descubrir la belleza de la liturgia en este mundo sencillo y gratificante, como es el de la oración.
Habría que llevar una vida de oración normal, pero la mayoría nos hemos estancado en una oración que se conforma con repetir fórmulas aprendidas, sin darnos cuenta que lo importante a la hora de orar es establecer un contacto directo con Dios y saber estar a solas con Quien nos ama. Algo que de por sí es terriblemente sencillo.
Comentaba Jesús “cuando oréis, decid “Padre Nuestro…” y nosotros lo hemos convertido en algo complicado y rutinario que además nos deja a menudo insatisfechos como si fuera algo que no hemos realizado.

Es evidente que no es fácil orar a menudo porque nos movemos sobre lo superficial y Dios anda sobre lo profundo. Porque vivimos una vida que apenas permite sosiego y la oración requiere concentración y tranquilidad para tener una perfecta relación con el Señor.
Por ello es cierto que para orar no es necesario decir muchas cosas a Dios ni esperar sentimientos emocionales. Como en nuestra relación con los amigos, se trata simplemente de reflexionar, escuchar y hacer silencios acomodados en una fidelidad ilimitada aunque a veces no encontremos respuestas inmediatas.

Francisco de Asís que siempre se le ha identificado como el amante de los animales, como cantor de la naturaleza y como pacificador del “hermano lobo”, no podemos olvidar que siempre fue un gran orante.
Nos dejó muchos escritos y gran parte de ellos son oraciones que constituían el centro de la vida de este místico que para prolongar su encuentro, para entenderlo mejor saborearlo y cantarlo, fue tocado por Dios.
Y así de este modo con frecuencia comentaba que orar es aprender a relacionarse y a conversar con el Amigo que nos ama. Ese Amigo a quien acudimos con frecuencia porque con su compañía nos sentimos bien contándole nuestros proyectos y nuestras preocupaciones teniendo la seguridad de que Él siempre nos escucha.

Así las cosas yo pienso que quizás lo que nos falta en este tema de la oración es poner todo nuestro corazón en ello buscando con sencillez la relación y el encuentro con Jesús con el convencimiento de que con ella nos acercamos más a Dios y nos adentra a una vida más viva y más santificada.

Decía San Francisco de Asís: “En la oración Dios me inventa cada día”


Amigo Manchego, estoy cien por ciento de acuerdo con tu aporte.

Tú dices: "...descubrir la belleza de la liturgia en este mundo sencillo y gratificante, como es el de la oración" Así es, por esto cuando pedimos o agradecemos, acuden a nuestra alma juntos la poesía y la oración. La oración es pues, el feliz contacto con la divinidad.

El PAdrenuestro es la oración por excelencia, pero debería orarse lenta y detenidamente reflexionando en su palabras para nuestra edificación.

En el afán de nuestrio vivir podemos dejar de lado la oración cuando es tan importante para nuestro andar cristiano, Y reitero la oración es inseparable de la acción.
La fuerza de la oración no radica en la fuerzas de palabras mágicas, sino en la plena confianza de que somos escuchado por un Padre que nos ama y mira lo más profundo del nuestro ser. Como tú bien lo expresas, es conversar con el Amigo que nos ama y tener la certeza que nos escucha.

Tú has mencinado a San Francisco de Asís, quien tenía una relación amorosa y tierna con Dios. Su espíritu era de benevolencia, fraternidad y paz. La Oración de San Francisco u Oración de la paz, se dice por eruditos que es una de las oraciones más ecuménicas que existen, y es que tiene el don de unir a todos en un mismo espíritu de paz y de amor.

Lo que quiere Dios es la sinceridad del corazón, en ese encuentro amoroso con él en la verdad, que es la oración.

Recibe un saludo cariñoso.

Dios te bendiga.
 
Re: APRENDER A ORAR

Te pido disculpa estimado hermano y amigo Manchego, por desviar un poquito con el mensaje siguiente, el tema de tu epígrafe, pero se me hace necesario, ya que así como hay personas tocadas por Dios y por la maravillosa acción de su Espíritu, como San Francisco de Asís, que tú lo lees y sus escritos te edifican, te enriquecen, te hacen pensar , reflexionar; así también hay otros que tristemente sus almas persisten en la oscuridad, y dañan.

Son las 3 y 20 am en mi país, y no puedo dormir...

Me llama la atención este subforo: "Testimonios", tan poco visitado pero de repente uno escribe, y ....

El ímpio es de acciones e intenciones ambiguas, oprime y entristece. Ese es su fin, pero su mal proceder es su ruina.

Frente al ataque cobarde y vil, uno continúa con la frente en alto, de quien tiene LA CONCIENCIA LIMPIA.

y ya que este tema abierto por el hermano Manchego, habla sobre la oración, entonces esta maravillosa herramienta también nos sirve para enfrentarnos al enemigo (el Adversario), para librar sus insidias, sus ataques.

Oración: Amado Señor Jesucristo, te pido a través del Espíritu Santo nos dé luz, sabiduría y fuerzas necesarias para continuar adelante. Amén.
 
Re: APRENDER A ORAR

Hola, los he leido atentamente y no puedo más que sumarme al concepto profundo del medio más eficaz y directo de comunicación con nuestro Creador que ustedes han expresado.
Pensar en que hubo un tiempo en que el hombre gozaba de una hermosa y estrecha relación con Dios. Seguramente disfrutaban de largas conversaciones. El hombre aprendia de Dios y amorosamente Dios le instruia y capacitaba para cumplir con su comisión de llenar la tierra y mantener la armonía en toda la creación.

Hoy dia, luego de perder el favor de Dios por causa de la desobediencia, no gozamos de conversaciones de ese tipo con Dios; sin embargo la Biblia nos asegura que èl escucha las oraciones sinceras provenientes de un corazón agradecido.
Siervos fieles del pasado expresaron en oración a Dios su agradecimiento, sus temores, sus anhelos, sus alabanzas y su dolor, y fueron escuchados favorablemente, obteniendo quizá no lo que esperaban pero sí lo que necesitaban. Esto nos asegura que no importa cuáles sean nuestras inquietudes o nuestras circunstancias; aun si nos privaran de nuestra libertad para adorar a Dios, nada puede impedir nuestra comunicación con Dios.

A Él sea toda la gloria y la honra. Apocalipsis 4:11

Saludos