ALIMENTO DIARIO
Leer con oración: (Ts.2:7-12)
“Antes fuimos tiernos entre vosotros, como la nodriza que cuida con ternura a sus propios hijos. Tan grande es nuestro afecto por vosotros; que hubiéramos querido entregaros no sólo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas” (1 Ts. 2:7b-8a)
ANDAR SEGÚN EL PATRÓN DE LA VIDA DIVINA
Nosotros somos de Dios, y nuestra familia también es de, Dios, por eso necesitamos tener un andar según Dios para cuidar bien a los hijos. El gran problema es cuando los hijos van a la escuela y comienzan a sufrir la influencia externa. Mientras son, criados sólo en casa, todo está bien, pero en la edad escolar comienzan a cambiar, porque en las escuelas de hoy hay mucha presión del mundo. Si el andar en la escuela es según el mundo, el andar en casa debe ser según Dios para que los hijos no caigan en el mundo. No es fácil describir lo que es el mundo, porque el patrón mundano es diferente para cada uno, pero, el principio del mundo es usurpar a los hijos de Dios. Cuando deberíamos ser para Dios, el mundo nos usurpa y cuando somos usurpados de esa manera, no logramos tener un andar como es digno de Dios.
Pablo procuraba ayudar a los hijos de Dios a tener un andar como es digno de Dios. Nosotros tenemos la vida de Dios y, cuando y cuidamos de nuestra casa y de los hijos, debemos cuidar como es digno de Dios para que los hijos, desde la infancia, conozcan la Biblia. Debemos también ayudarlas a orar y a tener discernimiento de las cosas del mundo. Gracias al Señor, porque en su mayoría, los padres en la vida de la iglesia han cuidado bien de su casa y de su familia, conduciendo a sus hijos a las reuniones de la iglesia y a las conferencias para que conozcan más a Dios por medio de la Palabra y de las oraciones.
Hoy el mundo está corrompido. Un hijo de diez años de edad ya no es un niño. Esta es la responsabilidad de los padres: ayudar a los hijos, desde niños, a contactar a Dios y a orar, para que cuando sean regenerados aprendan a vivir por el Espíritu teniendo un andar como es digno de Dios.
¡Qué importante es nuestro andar! Cada vida produce un determinado andar. Nosotros tenemos la vida divina por tanto, debemos tener un andar divino, un andar como es digno de Dios. Alcanzar ese patrón a veces no es fácil. No obstante, por otro lado, tampoco es difícil, porque no es por nuestra vida humana natural caída, mas por la vida divina que está en nuestro espíritu, nos basta ser conducidos al espíritu. Cuando vivimos por el Espíritu en nuestro espíritu, siempre invocando el nombre del Señor, siempre en contacto con Su Palabra, nuestro andar ciertamente será como es digno de Dios. Si conducimos a nuestros hijos de esa manera, Dios ciertamente los guardará.
Esperamos que la preocupación por los jóvenes y el cuidado de ellos no quede solamente en los apóstoles, que tienen el papel de madre y de padre con los creyentes, sino que sea una preocupación y cuidado constante de los padres. Pablo les dijo a los Tesalonicenses que él actuó como un padre y como una madre. Él era un padre y una madre porque vivía en el espíritu y amaba al Señor. Padres y madres normales viven en el espíritu y de ese modo cuidan a los hijos con cariño y mansedumbre, y capaces de dar su propia vida por ellos. El papel de un padre no es sólo reprender y disciplinar. Considero que cuando un padre reprende y enseña es para que el hijo ande como es digno de Dios. Pablo les dijo a los tesalonicenses, que él exhortaba y consolaba a cada uno de ellos (1 Ts. 2: 11). Ese tipo de padre y madre es normal. Pablo es semejante a un padre y a una madre normal. En la vida de la iglesia, debemos aprender de Pablo a ser padres y madres que cuidan de los hijos para que podamos tener un andar como es digno de Dios.
Palabra clave: Conducir a los hijos como padres y madres,
Pregunta: ¡Como ayudar a los hijos a tener un andar como es digno de Dios?
Dong Yu Lan
Derechos reservados a:
Editora “Arvore da Vida”
¡Jesús es el Señor!
Leer con oración: (Ts.2:7-12)
“Antes fuimos tiernos entre vosotros, como la nodriza que cuida con ternura a sus propios hijos. Tan grande es nuestro afecto por vosotros; que hubiéramos querido entregaros no sólo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas” (1 Ts. 2:7b-8a)
ANDAR SEGÚN EL PATRÓN DE LA VIDA DIVINA
Nosotros somos de Dios, y nuestra familia también es de, Dios, por eso necesitamos tener un andar según Dios para cuidar bien a los hijos. El gran problema es cuando los hijos van a la escuela y comienzan a sufrir la influencia externa. Mientras son, criados sólo en casa, todo está bien, pero en la edad escolar comienzan a cambiar, porque en las escuelas de hoy hay mucha presión del mundo. Si el andar en la escuela es según el mundo, el andar en casa debe ser según Dios para que los hijos no caigan en el mundo. No es fácil describir lo que es el mundo, porque el patrón mundano es diferente para cada uno, pero, el principio del mundo es usurpar a los hijos de Dios. Cuando deberíamos ser para Dios, el mundo nos usurpa y cuando somos usurpados de esa manera, no logramos tener un andar como es digno de Dios.
Pablo procuraba ayudar a los hijos de Dios a tener un andar como es digno de Dios. Nosotros tenemos la vida de Dios y, cuando y cuidamos de nuestra casa y de los hijos, debemos cuidar como es digno de Dios para que los hijos, desde la infancia, conozcan la Biblia. Debemos también ayudarlas a orar y a tener discernimiento de las cosas del mundo. Gracias al Señor, porque en su mayoría, los padres en la vida de la iglesia han cuidado bien de su casa y de su familia, conduciendo a sus hijos a las reuniones de la iglesia y a las conferencias para que conozcan más a Dios por medio de la Palabra y de las oraciones.
Hoy el mundo está corrompido. Un hijo de diez años de edad ya no es un niño. Esta es la responsabilidad de los padres: ayudar a los hijos, desde niños, a contactar a Dios y a orar, para que cuando sean regenerados aprendan a vivir por el Espíritu teniendo un andar como es digno de Dios.
¡Qué importante es nuestro andar! Cada vida produce un determinado andar. Nosotros tenemos la vida divina por tanto, debemos tener un andar divino, un andar como es digno de Dios. Alcanzar ese patrón a veces no es fácil. No obstante, por otro lado, tampoco es difícil, porque no es por nuestra vida humana natural caída, mas por la vida divina que está en nuestro espíritu, nos basta ser conducidos al espíritu. Cuando vivimos por el Espíritu en nuestro espíritu, siempre invocando el nombre del Señor, siempre en contacto con Su Palabra, nuestro andar ciertamente será como es digno de Dios. Si conducimos a nuestros hijos de esa manera, Dios ciertamente los guardará.
Esperamos que la preocupación por los jóvenes y el cuidado de ellos no quede solamente en los apóstoles, que tienen el papel de madre y de padre con los creyentes, sino que sea una preocupación y cuidado constante de los padres. Pablo les dijo a los Tesalonicenses que él actuó como un padre y como una madre. Él era un padre y una madre porque vivía en el espíritu y amaba al Señor. Padres y madres normales viven en el espíritu y de ese modo cuidan a los hijos con cariño y mansedumbre, y capaces de dar su propia vida por ellos. El papel de un padre no es sólo reprender y disciplinar. Considero que cuando un padre reprende y enseña es para que el hijo ande como es digno de Dios. Pablo les dijo a los tesalonicenses, que él exhortaba y consolaba a cada uno de ellos (1 Ts. 2: 11). Ese tipo de padre y madre es normal. Pablo es semejante a un padre y a una madre normal. En la vida de la iglesia, debemos aprender de Pablo a ser padres y madres que cuidan de los hijos para que podamos tener un andar como es digno de Dios.
Palabra clave: Conducir a los hijos como padres y madres,
Pregunta: ¡Como ayudar a los hijos a tener un andar como es digno de Dios?
Dong Yu Lan
Derechos reservados a:
Editora “Arvore da Vida”
¡Jesús es el Señor!