ANDAR EN PAZ Y ALIMENTO MATUTINO

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5 Septiembre 2001
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ANDAR EN PAZ Y ALIMENTO MATUTINO

Andar en paz

Romanos 5:1-2 “Justificados, pues, por la fe tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por medio del cual hemos obtenido acceso por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes y nos gloriamos por la esperanza de la gloria de Dios.”

Ya que fuimos justificados por la fe y estamos firmes en la esfera de la gracia, tenemos paz para con Dios por medio del Señor Jesucristo (5:1). Pablo no dice que tenemos paz con Dios, sino que tenemos paz para con Dios. No hemos terminado aun nuestra jornada. En el mundo espiritual, primero entramos por la puerta y luego andamos por el camino. La justificación por fe es la puerta que se abre ante nosotros dándonos el libre acceso, la entrada, al amplio campo del disfrute. Una vez que entramos por la puerta de la justificación, debemos avanzar por el camino de la paz. Los pecadores no tienen paz. Romanos 3:17 dice que cuando éramos pecadores nunca conocimos el camino de la paz. Sin embargo, hoy andamos en él.
Si uno va andando en cierta dirección y no siente paz interior, debe detenerse. Sólo debe avanzar si tiene la paz. Según Lucas 7:50 el Señor Jesús dijo a la mujer pecadora después de que ella fue salva: “Ve en paz”.
Los jóvenes, después de haber sido salvos, deben andar por el camino de la paz. A cualquier lugar que vayan, siempre deben seguir el camino de la paz. Si no tienen paz, no deben ir. Todo lo que hagan y adondequiera que vayan, deben proceder en paz. Si no tienen paz, mejor no hagan nada. La gracia se nos da para que estemos firmes; la paz se nos da para nuestro caminar. Si en cierto lugar no nos sentimos en la esfera de la gracia, no debemos permanecer allí. Y si no tenemos paz en cuanto a tomar cierta dirección, no debemos seguir caminando en ese sentido. Permanezcamos en la gracia y caminemos en paz.

Los versículos del Nuevo Testamento son tomados de la Versión Recobro del Nuevo Testamento y los versículos del Antiguo Testamento, de la versión Reina Valera 1960. Las "Palabras del ministerio" provienen de Estudio-vida de Romanos, escrito por Witness Lee, mensaje 9, págs. 112-113. Ambos son publicados por Living Stream Ministry, Anaheim, CA.
¡Jesús es el señor!

SEMANA 6 — DÍA 2
Alimento matutino
Ef. 2:10 Porque somos Su obra maestra, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
15-16 Aboliendo en Su carne la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en Sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo Cuerpo, habiendo dado muerte en ella a la enemistad.
La salvación de la cual habla Efesios 2…ha hecho que nosotros, quienes éramos personas muertas, estemos vivos. En Cristo, fuimos vivificados, resucitados y sentados juntamente con Él en los lugares celestiales (vs. 4-10)…Estamos vivos y somos personas celestiales. Esto es producto de la impartición divina…de la Trinidad Divina [que] nos salvó, nos vivificó, nos resucitó y nos sentó en los lugares celestiales, haciéndonos personas vivientes que están en los lugares celestiales. Esto sucedió en la resurrección y ascensión de Cristo (1 P. 1:3; Ef. 4:8).
Esta obra de impartición ha hecho de nosotros la obra maestra de Dios. Efesios 2:10 nos dice que somos “Su obra maestra”. La palabra griega que se traduce “obra maestra” es póiema, la cual también puede traducirse “poema” … Un poema pone de manifiesto la sabiduría del compositor y el designio ideado por él. Nosotros, la iglesia, la obra maestra, fruto de la obra de Dios, también somos un poema que expresa la infinita sabiduría de Dios y Su designio divino. Tal vez no pensemos en nosotros mismos como algo tan maravilloso, pero tenemos que ver el hecho divino de que Cristo está en nosotros y que nosotros estamos en Cristo…Somos la obra maestra de Dios porque Dios mismo ha sido impartido a nuestro ser…Esto hace de nosotros una entidad maravillosa, que es la obra maestra de Dios. (El Cuerpo de Cristo, págs. 22-24)
Lectura para hoy
Cuando Cristo estuvo en la cruz, Él no solamente quitó nuestros pecados, crucificó nuestro viejo hombre y destruyó al diablo, sino que, además, abolió las ordenanzas. Cuando Cristo derribó en la cruz toda barrera que dividía a las personas al abolir las ordenanzas, Él creó en
Sí mismo de los dos, los creyentes judíos y gentiles, un solo y nuevo hombre…Lo que existe hoy no es una multitud de hombres nuevos, sino un solo y nuevo hombre. No es que individualmente seamos hombres nuevos; más bien, formamos parte del nuevo hombre, tanto usted como yo junto a todos los que han sido salvos formamos parte del nuevo hombre. El nuevo hombre es único y singular, pero a la vez, este nuevo hombre tiene millones de miembros. Hay un solo Cuerpo, y hay un solo y nuevo hombre: un Cuerpo y un solo y nuevo hombre … La creación del nuevo hombre está relatada en Efesios 2:15, y en el versículo 16 vemos el Cuerpo. Esto muestra que el nuevo hombre mencionado en el versículo 15 es el Cuerpo mencionado en el versículo 16, lo cual también pone de manifiesto el vínculo tan estrecho que existe entre ambas entidades.
La iglesia no es solamente el Cuerpo, sino también un solo y nuevo hombre. Mientras el Cuerpo necesita que Cristo sea su vida, el nuevo hombre requiere que Cristo sea su persona. Cuando usted quiere hablar, cuando yo quiero hablar, cuando cualquiera de nosotros quiere hablar, tenemos que resolver primero esta pregunta elemental: ¿qué persona es la que habla? Si usted es la persona, entonces es usted el que habla, con su propia voz. Si yo soy la persona, entonces el que habla soy yo, con mi propia voz. Así pues, cada uno posee su propia voz, usted tiene la suya y yo lamía, y por ende, no hablamos a una sola voz, sino con dos voces divergentes. Siempre que cada uno de nosotros se comporta como un individuo aislado y habla por cuenta propia, nosotros no hablamos a una voz, sino que entre nosotros hay muchas voces. Esto es lo que sucede en cualquier sociedad, asociación o denominación, y ésta es la condición en la que hoy se encuentra el cristianismo degradado. Sin embargo, en el recobro del Señor, la iglesia es el Cuerpo y la iglesia es un solo y nuevo hombre. El Cuerpo tiene a Cristo como su vida, y el nuevo hombre tiene a Cristo como su persona. cuando usted hable, debe recordar que usted no es la persona del nuevo hombre, y cuando yo hablo, también debe ser patente que yo no soy la persona del nuevo hombre. Así, cuando cualquiera de nosotros hable, en realidad será Cristo como nuestra persona quien hable. ¿Cuál es el resultado de todo ello? El resultado es que hablamos a una voz.
A esto se debe que en 1 Corintios 1:10 Pablo nos inste a hablar “todos una misma cosa”. Éste es otro versículo que me intrigó durante muchos años. Yo pensaba: “¿cómo podrían todos los cristianos hablar una misma cosa?”. A mi parecer, esto era imposible, pero un día entendí. La iglesia es un solo y nuevo hombre y posee una sola persona; es esta persona la que regula nuestro hablar. Así que, todo lo que habla este nuevo hombre es ciertamente aquella “misma cosa” que todos nosotros hablamos como nuevo hombre. (One Body, One Spirit, and One New Man, págs. 54-55, 59)
Lectura adicional: El Cuerpo de Cristo,cap. 2;One Body, One Spirit, and One NewMan, cap. 5
Witness Lee
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¡Jesús es el Señor!