Andar en el Espiritu para mantenernos en la presencia del Señor

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5 Septiembre 2001
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ALIMENTO DIARIO
Leer con oración: Hch.1540; 16:1-7; Ga.3:3
“Salió encomendado por los hermanos a la gracia del Señor” (Hch.15:40b)
ANDAR EN EL ESPÍRITU PARA MANTENERNOS
EN LA PRESENCIA DEL SEÑOR
La iglesia de los Tesalonicenses fue levantada por Pablo, Silvano (Silas) y Timoteo cuando fueron de Filipos a Tesalónica en el segundo viaje ministerial de Pablo. En el primer viaje ministerial de Pablo, Bernabé lo acompaño, y su primo Juan Marcos también fue con ellos en la primera parte de la jornada. Por medio de ellos, muchas iglesias fueron levantadas y la obra fue bien terminada. Cuando estaba por iniciar el segundo viaje, Bernabé quiso llevar nuevamente a Juan Marcos, pero Pablo no quería llevarlo, pues él los abandonó en medio del viaje anterior. Así que, hubo desavenencia entre ellos, y se separaron: Bernabé tomó consigo a Juan Marcos y fue a Chipre. Pablo, juntamente con Silas, “Partió encomendado por los hermanos a la gracia del Señor” (Hch 15:40).
Silas era de Jerusalén, fue uno de los hermanos notables, escogidos por los santos en ese lugar para llevar a las iglesias de los gentiles la decisión escrita por los apóstoles y ancianos, relacionada al hecho de que algunos en Jerusalén creían que los gentiles deberían circuncidarse y seguir la ley de Moisés. Timoteo era un joven, hijo de madre judía creyente y padre griego, de quien daban buen testimonio los hermanos de Listra e Iconio (16:1-3).
Pablo llevó a Silas y a Timoteo en su segundo viaje ministerial para predicar el evangelio. Ellos pasaron por Galacia y fueron en dirección a Asia Menor (vs.4-5). Pablo seguía al Espíritu y estaba siempre con Dios. Hechos 16:6-7 dice: “Y atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia; y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se lo permitió”. Pablo vivía en el Espíritu, y sus colaboradores lo acompañaban; de esa manera, ellos también aprendieron a andar en el Espíritu.
Silas no seguía la persona de Pablo, pero sí, al Espíritu que estaba en él, por eso decía “amén” a lo que Pablo hacía. Él no estaba en la esfera de las doctrinas y enseñanzas exteriores, antes bien, del Espíritu. Igualmente nosotros debemos ser así: si el Espíritu Santo no lo permite, no iremos.
En Tesalónica, predicaron el evangelio y naturalmente, hablaron por el Espíritu. Desde que se predicó en la región de Galacia, Pablo llevó a las personas a entrar en el Espíritu (cfr.Gá 3:3). En el Espíritu las personas podían recibir fácilmente la provisión de la palabra. Entonces cuando predicaban el evangelio, los apóstoles siempre lo hacían por medio del Espíritu, pues eran personas que vivían en Él.
Cuando el Espíritu Santo y el Espíritu de Jesús no les permitió ir a ciertos lugares, ellos fueron adelante pero para otro lado. Era como Abraham que, cuando Dios lo llamó para salir de su tierra, no sabía para donde ir. Pero tenía fe de que el Señor le daría la dirección. ¡Que seamos personas conducidas en todo por el Espíritu en nuestro espíritu, para hacer solamente la voluntad del Señor, especialmente en Su obra!
Palabra clave: Seguir al Espíritu en nuestro espíritu.
Pregunta: ¿Qué experiencia Silas obtuvo al andar con Pablo?
Dong Yu Lan
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¡Jesús es el Señor!