ALIMENTO DIARIO
Leer con oración: (1 Ts.2:12)
“Y os encargábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os lIamó a su reino y gloria” (1 Ts. 2: 12)
ANDAR COMO ES DIGNO DE DIOS
El mensaje de esta semana se titula “Andar como es digno de Dios” (1 Ts 2: 12). Pablo usó estas palabras para animar a los santos tesalonicenses, pues como apóstol y evangelista, él predicó el evangelio a las personas de Tesalónica y las pastoreó. Predicar el evangelio es proporcionalmente más fácil, pues es orar por ellas, ayudarlas a tener fe por medio de la palabra. Así al recibir la vida de Dios, ellas llegan a ser hijos de Dios. Pero esa vida aún necesita crecer.
Hay diferencia entre el apóstol y el evangelista: el evangelista predica la palabra y muchos son salvos; el apóstol debe tener un corazón que se preocupe con los que fueron salvos y con la simiente de vida plantada en ellos, que necesita ser cultivada para crecer. Ese es el encargo de los apóstoles. Por un lado, necesitan tener la obra de fe con tales personas; por otro, en el proceso de cuidarlos y alimentarlos, es necesario un trabajo de amor. El objetivo de los apóstoles es introducir a todos en la iglesia, donde ellos tienen la oportunidad de crecer, y así andar como es digno de Dios, que los llama a Su reino y gloria.
Andar como es digno de Dios quiere decir que las personas ya no son como antes, cuando vivían en el mundo;, ya fueron separadas de él. Antes andaban como es digno del mundo, como mundanos: estudiaban, trabajaban y actuaban de acuerdo con el patrón mundano. Ahora que fueron introducidos en la iglesia, es necesario ayudarlas a crecer. Los apóstoles entonces usan el evangelio del reino para ayudarlas a recibir la salvación orgánica, enseñando punto por punto, auxiliándolas a crecer gradualmente.
Veamos nuevamente algunos puntos relacionados a la salvación orgánica que practicamos en la iglesia. No es que tenemos que tener la experiencia de un punto a la vez para después pasar a otro, sino que podemos tener la experiencia de varios puntos simultáneamente. A veces disfrutamos la justificación y simultáneamente aprendemos la lección de la santificación. A veces sentimos que nuestra mente necesita ser renovada y buscamos tal renovación. A veces percibimos que vivimos tanto en nosotros mismos, buscando nuestro propio interés, y nos olvidamos de los intereses de Dios; es en ese momento que necesitamos la consagración.
Por tanto, necesitamos practicar esos puntos todo el tiempo en la vida de la iglesia, para andar como es digno de Dios, que nos llama a Su reino y gloria. Ahora pertenecemos al reino de Dios, y nuestro andar necesita ser el de alguien que vive en el reino, un ciudadano del reino. Ese es el encargo de Pablo y de los apóstoles.
En la vida de la iglesia, principalmente los hermanos que están en el liderazgo, necesitan preocuparse por los hijos de Dios, para que su andar sea digno de Dios, con la expectativa de que todos puedan tener un vivir normal, esto es, un vivir de acuerdo con la exigencia de Dios. Si alcanzamos esa exigencia, andaremos como es digno de Dios. Esa es la esperanza que los apóstoles tienen con los santos. Los que sirven en la iglesia necesitan tener tal esperanza. Esto se refiere a nuestro comportamiento, a nuestro proceder.
Necesitamos tener el mismo corazón que el de los apóstoles, tenerlos como un modelo, pues cuando predican el evangelio lo que desean es dar la vida de Dios a las personas. No se trata sólo de persuadidas con palabras, tocando sus conciencias; sino de ayudarlas a ser iluminadas, a despojarse de sí mismas, permitiendo que la vida de Dios sea recibida y vivida por ellas. Eso es andar como es digno de Dios.
Palabra clave: Dar vida a las personas
Pregunta: ¿Cuál es el objetivo de los apóstoles?
Dong Yu Lan
Derechos reservados a:
Editora “Arvore da Vida”
¡Jesús es el Señor!
Leer con oración: (1 Ts.2:12)
“Y os encargábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os lIamó a su reino y gloria” (1 Ts. 2: 12)
ANDAR COMO ES DIGNO DE DIOS
El mensaje de esta semana se titula “Andar como es digno de Dios” (1 Ts 2: 12). Pablo usó estas palabras para animar a los santos tesalonicenses, pues como apóstol y evangelista, él predicó el evangelio a las personas de Tesalónica y las pastoreó. Predicar el evangelio es proporcionalmente más fácil, pues es orar por ellas, ayudarlas a tener fe por medio de la palabra. Así al recibir la vida de Dios, ellas llegan a ser hijos de Dios. Pero esa vida aún necesita crecer.
Hay diferencia entre el apóstol y el evangelista: el evangelista predica la palabra y muchos son salvos; el apóstol debe tener un corazón que se preocupe con los que fueron salvos y con la simiente de vida plantada en ellos, que necesita ser cultivada para crecer. Ese es el encargo de los apóstoles. Por un lado, necesitan tener la obra de fe con tales personas; por otro, en el proceso de cuidarlos y alimentarlos, es necesario un trabajo de amor. El objetivo de los apóstoles es introducir a todos en la iglesia, donde ellos tienen la oportunidad de crecer, y así andar como es digno de Dios, que los llama a Su reino y gloria.
Andar como es digno de Dios quiere decir que las personas ya no son como antes, cuando vivían en el mundo;, ya fueron separadas de él. Antes andaban como es digno del mundo, como mundanos: estudiaban, trabajaban y actuaban de acuerdo con el patrón mundano. Ahora que fueron introducidos en la iglesia, es necesario ayudarlas a crecer. Los apóstoles entonces usan el evangelio del reino para ayudarlas a recibir la salvación orgánica, enseñando punto por punto, auxiliándolas a crecer gradualmente.
Veamos nuevamente algunos puntos relacionados a la salvación orgánica que practicamos en la iglesia. No es que tenemos que tener la experiencia de un punto a la vez para después pasar a otro, sino que podemos tener la experiencia de varios puntos simultáneamente. A veces disfrutamos la justificación y simultáneamente aprendemos la lección de la santificación. A veces sentimos que nuestra mente necesita ser renovada y buscamos tal renovación. A veces percibimos que vivimos tanto en nosotros mismos, buscando nuestro propio interés, y nos olvidamos de los intereses de Dios; es en ese momento que necesitamos la consagración.
Por tanto, necesitamos practicar esos puntos todo el tiempo en la vida de la iglesia, para andar como es digno de Dios, que nos llama a Su reino y gloria. Ahora pertenecemos al reino de Dios, y nuestro andar necesita ser el de alguien que vive en el reino, un ciudadano del reino. Ese es el encargo de Pablo y de los apóstoles.
En la vida de la iglesia, principalmente los hermanos que están en el liderazgo, necesitan preocuparse por los hijos de Dios, para que su andar sea digno de Dios, con la expectativa de que todos puedan tener un vivir normal, esto es, un vivir de acuerdo con la exigencia de Dios. Si alcanzamos esa exigencia, andaremos como es digno de Dios. Esa es la esperanza que los apóstoles tienen con los santos. Los que sirven en la iglesia necesitan tener tal esperanza. Esto se refiere a nuestro comportamiento, a nuestro proceder.
Necesitamos tener el mismo corazón que el de los apóstoles, tenerlos como un modelo, pues cuando predican el evangelio lo que desean es dar la vida de Dios a las personas. No se trata sólo de persuadidas con palabras, tocando sus conciencias; sino de ayudarlas a ser iluminadas, a despojarse de sí mismas, permitiendo que la vida de Dios sea recibida y vivida por ellas. Eso es andar como es digno de Dios.
Palabra clave: Dar vida a las personas
Pregunta: ¿Cuál es el objetivo de los apóstoles?
Dong Yu Lan
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¡Jesús es el Señor!