Amazing grace. Wilberforce y la abolición de la esclavitud

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«Amazing Grace», la lucha abolicionista del político protestante W. Wilberforce llevada al cine

LONDRES, 27/02/2007 (Agencias/ACPress.net)

La vida del político protestante inglés que luchó contra la esclavitud llega a los cines de todo el mundo. Con una magnífica presentación, se estrenó la película “Amazing Grace”, de Michael Apted, basada en la vida de William Wilberfoce, el político cristiano que consiguió abolir la esclavitud en el Imperio británico.



La película se llama así por conocido el himno cristiano del mismo título (significa “Gracia salvadora”) compuesto por John Newton, que había sido capitán de barcos negreros durante muchos años, hasta que fue alcanzado por esta “gracia salvadora” abrazando la fe en Jesús. En una tormenta en el mar se convirtió, se arrepintió profundamente del sufrimiento causado a miles de personas esclavizadas y se hizo pastor protestante. Wilberforce le conoció y quedó impactado por él, influyendo en su lucha en contra de la esclavitud.

Aunque en España aún no se sabe la fecha de estreno del film (ni el título que tendrá en castellano), el estreno de la película coincide con una fecha clave, ya que se cumplen 200 años de la votación que puso completamente fuera de la legalidad el tráfico de seres humanos en los dominios británicos.

WILBERFORCE, METODISTA Y AMIGO DEL PRIMER MINISTRO William Wilberforce nació el 24 de agosto de 1759 en Hull, condado de Yorkshire. Hijo de un rico mercader y huérfano a los 17 años, se traslado con sus tíos a Londres. Por su tía Hannah conoció el metodismo, denominación protestante fundada por John Wesley en el seno de la Iglesia anglicana. El metodismo sacaba la predicación a las calles, fuera de los templos, y pedía con ardor una reforma de las costumbres frente a un anglicanismo cada vez más “culto de Estado”, enfatizando la vida en santidad. Muerto Wesley, el metodismo se separó de la Iglesia Anglicana.

En 1776, Wilberforce entabló una profunda amistad con William Pitt, al que conoció estudiando en el St John´s College de Cambridge. Pitt acabaría siendo nada menos que Primer Ministro de Inglaterra durante 20 años.

Wilberforce entró en la actividad política porque veía en ella un instrumento para reformar la sociedad a partir de los valores éticos y morales del Evangelio.

CONTRA EL ESCLAVISMO
Su campaña abolicionista no fue tarea fácil, ya que tocaba aspectos económicos y de estatus social muy arraigados. Pese a todo, Wilberforce y sus compañeros abolicionistas –Charles Fox en la Cámara de los Comunes y Lord Grenville en la Cámara de los Lores- no cejaron en el empeño.

Finalmente Lord Grenville consiguió que la Cámara de los Lores aprobara por un margen insospechadamente favorable un proyecto de ley abolicionista. La Cámara de los Comunes confirmó posteriormente dicho proyecto de ley.

Aunque ya había sido abolido anteriormente en territorio británico el tráfico de esclavos (en cuanto a su captura y comercio) no se habían convertido en liberados aquellos que ya tenían esta condición antes de abolir el comercio de seres humanos.

Wilberforce tuvo tiempo de ver cómo el Acta de Abolición de la Esclavitud fue aprobada por la Cámara de los Comunes el 26 de julio de 1833. Pareció que vivía sólo para poder verlo con sus ojos, ya que tres días después falleció.

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Trailer de la película (en inglés) AQUÍ (video, 4 Mb )
Fuente: Agencias. Redacción: ACPress.net

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Profetas con causa

La vida de William Wilberforce, llevada al cine con el título en inglés de “Amazing Grace”, trata la vida de un político inglés de firmes convicciones cristianas (era metodista, una denominación protestante que surgió de la Iglesia anglicana).


Además de los aspectos sociales de su lucha en contra de la esclavitud, el estreno de esta película nos hace plantear tres cuestiones.

La primera es la posibilidad de que el poder de esta historia de fe en Dios y amor al ser humano sirva como imagen del protestantismo en países –como España- donde el protestantismo es un verdadero desconocido,
incluso para personas de un nivel cultural elevado. No en vano la Alianza Evangélica Europea está promocionando esta película como herramienta de testimonio.

El segundo aspecto sería el de la presencia de cristianos evangélicos en la política activa. Tenemos la impresión que los cristianos tienen una confusión acentuada entre el ejercicio de la política y los valores morales sexuales. Con esto no queremos decir que deban ir separados, pero sí que no forman un binomio exclusivo. Hoy en día gozan de reconocimiento general evangélico creyentes como Martin Luther King, Abraham Lincoln, William Wilberforce, y Henry Dunant (fundador de la Cruz Roja), por citar a algunos de los más conocidos.

Todos ellos lucharon por aspectos morales que tenían un especial énfasis en los sectores sufrientes y abandonados de la sociedad. Quizás se les hubiese visto hoy en día como poco cristiana su labor, y sin embargo era de un alto nivel no sólo humano, sino de su propia fe. Necesitamos hoy en día que existan este tipo de cristianos políticos. Entendiendo que ningún partido democrático es per se inmoral, y que tampoco ninguno de ellos es un baluarte de la moral.

Por último, nos preguntamos cuál es la necesidad que existe hoy en día y que pueda ser causa de lucha para un creyente porque nadie o casi nadie lo haga. Y es difícil encontrar una que no tenga ya valedores de peso: inmigración, sanidad, violencia doméstica, marginados sociales, problemas ecológicos… causas sin resolver pero que todas ellas cuentan con defensores. Defensores a los que podemos sumarnos, pero como un apoyo más, no por ser una bandera que se levante porque nadie la recoge del suelo.

Y dando vueltas, hemos llegado a una conclusión: lo que casi nadie defiende hoy en día es la libertad de conciencia (algo muy distinto de hacer lo que me viene en gana, o imponer a los demás mis criterios y conciencia). Vamos hacia la moral única dentro y fuera de la iglesia, y en un sentido de permisivismo: tolerancia a todo e “intolerancia cero” al derecho a definirse y actuar en consecuencia.

Por lo cual, en este tiempo de profetas de la sociedad de bienestar y de la justicia social, creemos que el mundo postmoderno -en el que estamos cada vez más inmersos- lo que más que nunca precisa (sin decir en absoluto que haya que abandonar el resto de causas) son profetas de la libertad de conciencia.

Al fin y al cabo, lo que Jesús vino a proclamar fue eso: la libertad responsable de elegir o rechazar a Dios. Lo mismo que hizo Lutero ante el Papa y el Emperador: defender que somos cautivos de nuestra conciencia, no de las autoridades políticas o religiosas, ni de los intereses institucionalizados. Claro, que a Jesús le mataron por estropear el mercado fariseo-saduceo de su tiempo, y a Lutero casi por estropear el bien montado tinglado de la Europa católica del “tanto monta, monta tanto” el Emperador como el Vaticano.

Profetas de la libertad de conciencia. Sin duda alguna. Libres de intereses o condicionamientos políticos, religiosos, económicos o afectivos que les condicionen. Entendiendo que estar libres no significa que no existan, sino que ocupen un lugar siempre secundario al actuar, y en los objetivos y opiniones. Libres para ser cautivos de nuestra conciencia.

Sinceramente creemos que en este sentido el informe del OCI (Observatorio Cívico Independiente), recién publicado, sobre libertad religiosa es una piedra de toque que a todo aquel que lo lea libre de prejuicios debería hacerle pensar… y decidir ante su conciencia.



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AMAZING GRACE
Noticia sobre la película “Amazing Grace” AQUI(video, 4 Mb )

INFORME DEL OCI
Texto completo del informe AQUÍ.

Noticia sobre el informe con un resumen del mismo AQUÍ.

Rueda de prensa de presentación del informe del OCI (incluyendo el diálogo con los periodistas) pulsando AQUÍ (audio, 9 Mb).

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