Alimento matutino (viernes)

hgo

2
5 Septiembre 2001
3.029
1
SEMANA 9 — DÍA 5
Alimento matutino
1 Co.3:13-17 La obra de cada uno se hará manifiesta…pues por el fuego es revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego mismo la probará. Si permanece la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la
obra de alguno es consumida, él sufrirá pérdida … ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruye el templo de Dios, Dios le destruirá a él…
En 1 Corintios 3 vemos lo que es la vida. En primer lugar, tenemos que comprender que somos plantas…Olvidémonos por ahora de asuntos tales como el servicio, la obra, el cuerpo de ancianos y el apostolado…Yo simplemente soy una plantita y, como tal, necesito crecer; y para poder crecer, necesito agua. Yo estoy dispuesto a recibir agua de quien quiera regarme. De este modo, creceré. Además, deseo ser transformado en los preciosos materiales requeridos para el edificio de Dios, los cuales son: el oro, la plata y las piedras preciosas. Lo primero y lo más básico que debemos aprender es el asunto relacionado con el crecimiento en vida. Como planta que soy, estoy creciendo en el suelo que me provee de toda clase de riquezas. Mi suelo es el Dios Triuno procesado y consumado, y mi deseo es morar en Él y ser arraigado en Él, a fin de absorber todas Sus riquezas a través de mi comunión con Él … De este modo, creceré hasta ser transformado en los preciosos materiales requeridos para Su edificio, el cual es único y singular en el universo. Así, pues, a medida que yo crezca, Él me guiará a participar en la obra divina. (Elders’ Training, Book 7: One Accord for the Lord’s Move, págs. 91-92)
Lectura para hoy
Yo laboro en este edificio divino, mas no por mi capacidad natural; tampoco edifico con madera, heno y hojarasca. Estas categorías de materiales son naturales y mundanas, y no tienen nada que ver con el crecimiento, la vida y la transformación. Yo jamás realizaría ninguna obra con este tipo de materiales; más bien, debo negarme a mí mismo, rechazar la vida de mi alma y condenar mi capacidad natural … De este modo, edifico con el mismo crecimiento que he obtenido, con el disfrute que tengo del Dios Triuno. Esto es lo que significa edificar con oro, plata y piedras preciosas.
También me preocupo por no ir a causar daño ni destrucción al Cuerpo de Cristo; si lo hago, sé que seré destruido porque la iglesia, que es el Cuerpo de Cristo y el templo de Dios, es un tesoro que Él estima y considera precioso, pues lo compró con Su propia sangre (Hch. 20:28)…Yo no quiero ser un cristiano semejante a los corintios. Ellos no se preocuparon por el crecimiento
en vida … por lo cual siguieron siendo niños … (1 Co. 3:1-3). Debido a que ellos eran carnales e incluso de la carne, Pablo no pudo darles alimento sólido, sino únicamente leche. (Elders’ Training, Book 7: One Accord for the Lord’s Move, pág. 92)
Hoy la labor que realizamos en el recobro consiste en ministrar A Dios a las personas. Indudablemente, necesitamos salvar a los pecadores así como alimentar y perfeccionar a los santos; pero lo crucial es que impartamos a Dios en los demás. El Dios que ministramos no es solamente el Dios que edifica; es también el Dios edificado. Si no ministramos a Dios de esta manera, nuestra
labor será de madera, heno y hojarasca (1 Co. 3:12).
Les pido que examinen la labor que están llevando a cabo para el Señor. Tal vez ustedes hayan iniciado la obra en una región o hayan traído muchas personas a Dios, pero les hago esta pregunta: ¿Cuánto de Cristo como corporificación del Dios Triuno se ha forjado en ellas? Si somos sinceros y veraces, nos humillaremos y confesaremos que muy poco del Dios Triuno se ha forjado en las personas que hemos traído a Dios. Por consiguiente, debemos poner en práctica una sola cosa: ministrar al Dios Triuno procesado en los demás para que Él se forje en el hombre interior de ellos. En cada aspecto de nuestra obra —sea predicar el evangelio, nutrir a los creyentes o perfeccionar a los santos—, debemos ministrar al Dios que edifica y al Dios edificado a las personas. Les insto a que oren para que el Señor les enseñe a laborar de esta manera.
El Dios Triuno procesado está corporificado en Cristo y es hecho real para nosotros como el Espíritu consumado. A este Dios adoramos, predicamos y ministramos a los demás. Hoy Él se está forjando en Su pueblo redimido para producir una casa que tenga a Dios mismo como elemento y también la humanidad redimida y elevada de Su pueblo. Esta casa es la iglesia, el Cuerpo de Cristo. Además, es el agrandamiento, la expansión de Cristo, quien es la corporificación del Dios Triuno hecho real para nosotros como el Espíritu. (Estudio-vida de 1 y 2 Samuel, págs. 205-206)
Lectura adicional: Estudio-vida de 1 y 2 Samuel, mensajes 29-31
Witness Lee
Derechos reservados a: Living Stream Ministry
¡Jesús es el Señor!