Alimento matutino (sabado)

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5 Septiembre 2001
3.029
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SEMANA 4 — DÍA 6
Alimento matutino
Sal.133:3 Como el rocío de Hermón, / Que descendió sobre los montes de Sion; / Porque allí mandó Jehová bendición: / La vida eterna.
1 P. 3:7 Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas…dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida…
En la tipología, Hermón representa los cielos, el lugar más elevado del universo, y el rocío significa la gracia de la vida (1 P.3:7). Sin el Nuevo Testamento, nos sería difícil darnos cuenta de que el rocío representa la gracia. Cada una de las epístolas escritas por Pablo comienzan hablándonos de la gracia y concluyen con alguna mención de la gracia … La gracia de la que se habla en las Escrituras no se refiere simplemente a bendiciones materiales… La gracia es el Dios procesado como el suministro de vida dado a nosotros para que lo disfrutemos. (The Genuine Ground of Oneness, pág. 91)
Lectura para hoy
Diariamente en las iglesias locales estamos bajo el rocío, bajo la gracia…que desciende sobre los montes de Sion. ¡Oh, cuánto disfrutamos de la gracia del Señor, la cual es suficiente, rebosante, multiforme y abundante! Esta gracia es el Señor Jesucristo mismo como nuestro suministro de vida. Si deseamos disfrutar de esta gracia en plenitud, tenemos que estar en la vida de iglesia. Según el salmo 133, la gracia no desciende sobre cada uno de los hogares de los creyentes individualmente, sino que desciende sobre los montes de Sion, que tipifican las iglesias locales. Así que, si hemos de disfrutar del rocío que desciende desde el monte Hermón, tenemos que estar sobre una de las cumbres de Sion … En la vida de iglesia el rocío desciende sobre nosotros ricamente. Estamos contentos porque recibimos el suministro abundante de la gracia todo-suficiente.
Nunca debemos subestimar la importancia de la iglesia como una persona corporativa que recibe el ungüento y como el lugar donde desciende el rocío. Si nos apartamos de la iglesia en alguno de estos dos aspectos, no podremos participar más de la unción ni podremos disfrutar más del rocío. Otros cristianos quizás nos critiquen por llevar tal testimonio en cuanto a la vida de iglesia… Sin embargo, muchos de entre nosotros podemos testificar del gran cambio que significó para nosotros venir a la iglesia… Puedo testificar que, no importa si la condición de las reuniones de la iglesia es elevada o deficiente, rica o pobre, siempre que asisto a las reuniones experimento el ungüento y el rocío. Y cuanto más asisto a las reuniones, más soy resguardado en la gracia del Señor. En cambio, aquellos que se apartan de la vida de iglesia, quedan separados del rico suministro de la gracia. Si no contaran con la misericordia del Señor, es posible que después de algún tiempo ellos regresaran completamente al mundo.
Asistamos a las reuniones de la iglesia, incluso durante aquellas temporadas en que las reuniones no parecen ser muy ricas. Simplemente por el hecho de asistir a las reuniones somos resguardados, porque aun en esas reuniones desciende el rocío sobre los montes de Sion. Así que, simplemente por el hecho de estar en las reuniones, nosotros experimentamos el rocío que riega. Nuestra experiencia ha confirmado esto una y otra vez.
La unidad de la cual venimos hablando es el buen óleo que ha sido derramado sobre Cristo, la Cabeza, y también es el rocío refrescante que desciende sobre los montes de Sion. Importa mucho si permanecemos en esta unidad o renunciamos a ella. Hoy en día, los cristianos se sienten libres de ir y venir donde les place porque no han visto la unidad genuina. Por ello carecen del elemento que la unidad proporciona, el cual nos preserva y salvaguarda. El Señor, en Su recobro, nos ha mostrado que la verdadera unidad es la mezcla del Dios Triuno procesado con Su pueblo escogido. Por una parte, el Dios procesado es el Espíritu compuesto y todo-inclusivo, que nos unge y nos “pinta” día tras día. Por otra, el Dios procesado es el suministro de vida que nos es dado para nuestro disfrute. Al permanecer nosotros bajo este aceite que nos unge y este rocío que nos riega, experimentamos la verdadera unidad. En tanto que experimentemos el ungüento y el rocío continuamente, nos será imposible dividirnos; antes bien, seremos resguardados en unidad. Éste es el significado de las palabras de Pablo en Efesios 4:3, las cuales nos instan a ser diligentes en guardar la unidad del Espíritu. De hecho, esta unidad es simplemente el propio Espíritu vivificante y todo-inclusivo. Al permanecer bajo el aceite que nos unge y el rocío que nos riega, guardaremos esta unidad y haremos que ésta se preserve. (The Genuine Ground of Oneness, págs. 94-96)
Lectura adicional: The Genuine Ground of Oneness, cap. 7
Witness Lee
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