SEMANA 8 — DÍA 3 154
Alimento matutino
1 Co. 3:12 Y si sobre este fundamento alguno edifica oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca.
2 P. 1:4 Por medio de las cuales Él nos ha concedido preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina…
¿Por qué se encuentran las perlas [o el bedelio] en Génesis 2 y en Apocalipsis 21 y la plata en 1 Corintios 3? En 1 Corintios 3 vemos la plata porque en tipología la plata representa la redención. La redención resuelve el problema del pecado. Si no existiera el pecado, no habría necesidad de redención. En el huerto de Génesis 2 no había ningún pecado, y por la eternidad, en la Nueva Jerusalén de Apocalipsis 21, el pecado habrá sido desterrado. El pecado ha operado a partir de Génesis 3 y será completamente eliminado en Apocalipsis 20. Por consiguiente, no encontramos pecado ni en Génesis 2 ni en Apocalipsis 21. Por tanto, en estas situaciones no se necesita la redención, o sea, la plata. Allí no es necesaria la plata, la cual trae redención, sino la perla, que tiene que ver con la regeneración. La redención consiste en eliminar el pecado, y la regeneración, en traer la vida divina. La plata representa la redención que aparece entre Génesis 2 y Apocalipsis 21 debido al gran problema del pecado, el cual requiere tal redención. En la era actual necesitamos la plata. (Estudio-vida de Génesis, pág. 160)
Lectura para hoy
Con este trasfondo, llegamos al tema de la transformación. Ya vimos que Dios tiene un propósito, y para cumplirlo creó al hombre como vaso que lo contuviera a Él, poniendo en él un espíritu humano … para que éste tuviera contacto con él y lo adorara.
Dios es vida. Dios mismo es el árbol de la vida. Cuando Él se hizo carne, se reveló como vida y como el suministro de vida. Cristo es el pan de vida (Jn. 6:35). Todo lo que comamos lo asimilará nuestro ser. Esto es muy significativo. Dios viene a ser vida para nosotros en forma de alimento. Debemos recibirlo a Él comiéndole. Una vez en nosotros, Dios llega a ser la corriente de vida, el fluir de vida dentro de nosotros. Una comida adecuada requiere algo sólido y algo líquido. Juan 6 trata del pan de vida que debemos comer, y Juan 7 habla del agua viva que debemos beber…En Génesis 2 vemos el árbol de vida que podemos comer y el río que fluye para que lo bebamos … Cuando recibimos al Señor como alimento, le obtenemos también como el agua que fluye dentro de nosotros.
Esta corriente de agua viva produce tres clases de materiales. El primero es el oro, el cual tipifica la naturaleza de Dios…El oro no es una sustancia transformada, sino un elemento. A diferencia del oro, la perla y las piedras preciosas son materiales transformados, pues han pasado de una forma a otra. El oro es un elemento creado y nunca puede ser transformado ni alterado… Es muy costoso y valioso. Por eso, en la tipología Dios usó el oro en representación de Su naturaleza divina. La naturaleza divina fue introducida en nuestro ser. El elemento de oro nos fue añadido (2 P. 1:4; 1 Co. 3:12; Ap. 21:18, 21).
El oro tiene mucho peso. Antes de orar, usted carece de peso y de cordura. Pero después de orar dos horas, tiene en su interior un elemento precioso, resplandeciente y de peso…Cuando ora a Dios el Padre o invoca el nombre del Señor Jesús, la vida divina fluye dentro de usted produciendo oro.
¿Cuánto “oro” tiene usted en su ser?…Si oramos y andamos en el espíritu, el oro interior se incrementará cada día. El fluir de la vida divina nos añadirá más naturaleza divina. Aunque fuimos hechos del polvo de la tierra, la intención de Dios es impartirnos Su oro mediante el fluir de Su vida. De esta manera empieza el proceso de transformación.
La transformación requiere que un nuevo elemento sea añadido al elemento original. Supongamos que soy una persona de tez pálida. Si usted me maquilla, eso será una decoración externa, y no una transformación interna. Si deseo cambiar verdaderamente, se me debe añadir un nuevo elemento. ¿Cómo puede hacerse esto? Por mi alimentación. Si ingiero comidas sanas día tras día, pasaré por una transformación interna, un cambio metabólico en vida. Cuando sucede un cambio metabólico, se añaden nuevos elementos y los viejos elementos son desechados. En esto consiste la transformación. (Estudio-vida de Génesis, págs. 160-162)
Lectura adicional: Life and Building as Portrayed in the Song of Songs, caps. 4-6; La aplicación de la interpretación de la Nueva Jerusalén a los creyentes que buscan más del Señor, cap. 1
Witness Lee
Derechos reservados a: Living Stream Ministry
¡Jesús es el Señor!
Alimento matutino
1 Co. 3:12 Y si sobre este fundamento alguno edifica oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca.
2 P. 1:4 Por medio de las cuales Él nos ha concedido preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina…
¿Por qué se encuentran las perlas [o el bedelio] en Génesis 2 y en Apocalipsis 21 y la plata en 1 Corintios 3? En 1 Corintios 3 vemos la plata porque en tipología la plata representa la redención. La redención resuelve el problema del pecado. Si no existiera el pecado, no habría necesidad de redención. En el huerto de Génesis 2 no había ningún pecado, y por la eternidad, en la Nueva Jerusalén de Apocalipsis 21, el pecado habrá sido desterrado. El pecado ha operado a partir de Génesis 3 y será completamente eliminado en Apocalipsis 20. Por consiguiente, no encontramos pecado ni en Génesis 2 ni en Apocalipsis 21. Por tanto, en estas situaciones no se necesita la redención, o sea, la plata. Allí no es necesaria la plata, la cual trae redención, sino la perla, que tiene que ver con la regeneración. La redención consiste en eliminar el pecado, y la regeneración, en traer la vida divina. La plata representa la redención que aparece entre Génesis 2 y Apocalipsis 21 debido al gran problema del pecado, el cual requiere tal redención. En la era actual necesitamos la plata. (Estudio-vida de Génesis, pág. 160)
Lectura para hoy
Con este trasfondo, llegamos al tema de la transformación. Ya vimos que Dios tiene un propósito, y para cumplirlo creó al hombre como vaso que lo contuviera a Él, poniendo en él un espíritu humano … para que éste tuviera contacto con él y lo adorara.
Dios es vida. Dios mismo es el árbol de la vida. Cuando Él se hizo carne, se reveló como vida y como el suministro de vida. Cristo es el pan de vida (Jn. 6:35). Todo lo que comamos lo asimilará nuestro ser. Esto es muy significativo. Dios viene a ser vida para nosotros en forma de alimento. Debemos recibirlo a Él comiéndole. Una vez en nosotros, Dios llega a ser la corriente de vida, el fluir de vida dentro de nosotros. Una comida adecuada requiere algo sólido y algo líquido. Juan 6 trata del pan de vida que debemos comer, y Juan 7 habla del agua viva que debemos beber…En Génesis 2 vemos el árbol de vida que podemos comer y el río que fluye para que lo bebamos … Cuando recibimos al Señor como alimento, le obtenemos también como el agua que fluye dentro de nosotros.
Esta corriente de agua viva produce tres clases de materiales. El primero es el oro, el cual tipifica la naturaleza de Dios…El oro no es una sustancia transformada, sino un elemento. A diferencia del oro, la perla y las piedras preciosas son materiales transformados, pues han pasado de una forma a otra. El oro es un elemento creado y nunca puede ser transformado ni alterado… Es muy costoso y valioso. Por eso, en la tipología Dios usó el oro en representación de Su naturaleza divina. La naturaleza divina fue introducida en nuestro ser. El elemento de oro nos fue añadido (2 P. 1:4; 1 Co. 3:12; Ap. 21:18, 21).
El oro tiene mucho peso. Antes de orar, usted carece de peso y de cordura. Pero después de orar dos horas, tiene en su interior un elemento precioso, resplandeciente y de peso…Cuando ora a Dios el Padre o invoca el nombre del Señor Jesús, la vida divina fluye dentro de usted produciendo oro.
¿Cuánto “oro” tiene usted en su ser?…Si oramos y andamos en el espíritu, el oro interior se incrementará cada día. El fluir de la vida divina nos añadirá más naturaleza divina. Aunque fuimos hechos del polvo de la tierra, la intención de Dios es impartirnos Su oro mediante el fluir de Su vida. De esta manera empieza el proceso de transformación.
La transformación requiere que un nuevo elemento sea añadido al elemento original. Supongamos que soy una persona de tez pálida. Si usted me maquilla, eso será una decoración externa, y no una transformación interna. Si deseo cambiar verdaderamente, se me debe añadir un nuevo elemento. ¿Cómo puede hacerse esto? Por mi alimentación. Si ingiero comidas sanas día tras día, pasaré por una transformación interna, un cambio metabólico en vida. Cuando sucede un cambio metabólico, se añaden nuevos elementos y los viejos elementos son desechados. En esto consiste la transformación. (Estudio-vida de Génesis, págs. 160-162)
Lectura adicional: Life and Building as Portrayed in the Song of Songs, caps. 4-6; La aplicación de la interpretación de la Nueva Jerusalén a los creyentes que buscan más del Señor, cap. 1
Witness Lee
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¡Jesús es el Señor!