Alimento matutino
(Miércoles)
Jn 6:48 Yo soy el pan de vida.
57 Como me envió el Padre viviente, y Yo vivo por causa del Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por causa de Mí.
14:23 …El que me ama, Mi palabra guardará; y Mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.
Ap. 2:17 …Al que venza, daré a comer del maná escondido…
Los tres aspectos de la incorporación universal del Dios consumado y los creyentes regenerados se revelan en Juan, del capítulo 14 al 16: una casa, un árbol y un niño. Juan 16 nos presenta el niño que nació del Espíritu (v. 21). Este niño es Cristo. Finalmente, este niño llega a ser el nuevo hombre. En Colosenses 3 se nos dice que Cristo es este nuevo hombre. Él es todos los miembros del nuevo hombre y está en ellos (vs. 10-11). A los ojos de Dios la casa, el árbol y el hombre mencionados en Juan, del capítulo 14 al 16 son Cristo. Cristo es la casa, el templo, la morada de Dios; Él es la vid; y Él es el nuevo hombre. (El resultado de la glorificación de Cristo efectuada por el Padre con la gloria divina, pág. 47)
Lectura para hoy
Aunque hemos visto que la Nueva Jerusalén es la meta de la economía de Dios, no hemos visto que la Nueva Jerusalén es una incorporación. En Apocalipsis 21:2 el apóstol Juan dice: “Y ví la santa ciudad, la Nueva Jerusalén”, y en el versículo siguiente habla de la Nueva Jerusalén como “tabernáculo de Dios”. La Nueva Jerusalén como Tabernáculo de Dios es la morada de Dios. Estamos muy familiarizados con este aspecto de la Nueva Jerusalén al punto que ya no nos llama la atención. Ahora tenemos que aprender algo nuevo y ver que la Nueva Jerusalén, como Tabernáculo de Dios, es la incorporación universal.
El Señor Jesús dijo, como parte de su promesa, a los vencedores de Pérgamo. “Al que venza, daré a comer del maná escondido” (2:17). El maná escondido se refiere a Cristo. El maná es un tipo de Cristo como el alimento celestial que capacita al pueblo de Dios para seguir Su camino. Una porción del maná fue preservada en una urna de oro oculta en el arca (Éx. 16:32-34; He. 9:4). El maná escondido, el cual representa al Cristo escondido, es una porción especial reservada para los creyentes que venzan la degradación de la iglesia mundana. Mientras la iglesia sigue el camino del mundo, estos vencedores se acercan al Lugar Santísimo y permanecen allí, donde disfrutan al Cristo escondido, quien es una porción especial para su provisión diaria.
Ahora llegamos al punto crucial: comer del maná escondido es incorporarse al tabernáculo. En el Antiguo Testamento el tabernáculo es una señal de la incorporación universal … El maná escondido, el cual representa a Cristo, está en la urna de oro, que se refiere a Dios. El maná dentro de la urna de oro indica que Cristo está en el Padre (Jn.14:10a, 11a). El arca está en el Lugar Santísimo, y éste es nuestro espíritu. Hoy el Espíritu Santo mora en nuestro espíritu, que es el Lugar Santísimo. Podemos entonces ver que Cristo como maná escondido está en Dios el Padre, la urna de oro; que el Padre está en Cristo como arca con Sus dos naturalezas, esto es, divinidad y humanidad; y que Cristo como Espíritu que mora en nosotros, vive en nuestro espíritu regenerado a fin de ser la realidad del Lugar Santísimo. Esto quiere decir que … el Hijo está en el Padre, nosotros estamos en el Hijo, el Hijo está en nosotros, y el Espíritu de realidad mora en nosotros. Ésta es la incorporación del Dios procesado y los creyentes regenerados.
Comer del maná escondido es la manera de incorporarse al tabernáculo. Cuanto más de Cristo comamos, más nos incorporaremos al Dios Triuno para ser una sola incorporación universal. Al comer del maná escondido nos incorporamos al tabernáculo… Como tal, la Nueva Jerusalén es una incorporación universal. Esta incorporación es la meta eterna de Dios … Cuanto más de Cristo comamos, más nos incorporaremos a esta incorporación
universal. (El resultado de la glorificación de Cristo efectuada por el Padre con la gloria divina, págs. 32-33)
Lectura adicional: El resultado de la glorificación de Cristo efectuada por el Padre con la gloria divina, cap. 4; Living in and with the Divine Trinity, cap. 4
Witness Lee
Derechos reservados a: Living Stream Ministry
¡Jesús es el Señor!
(Miércoles)
Jn 6:48 Yo soy el pan de vida.
57 Como me envió el Padre viviente, y Yo vivo por causa del Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por causa de Mí.
14:23 …El que me ama, Mi palabra guardará; y Mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.
Ap. 2:17 …Al que venza, daré a comer del maná escondido…
Los tres aspectos de la incorporación universal del Dios consumado y los creyentes regenerados se revelan en Juan, del capítulo 14 al 16: una casa, un árbol y un niño. Juan 16 nos presenta el niño que nació del Espíritu (v. 21). Este niño es Cristo. Finalmente, este niño llega a ser el nuevo hombre. En Colosenses 3 se nos dice que Cristo es este nuevo hombre. Él es todos los miembros del nuevo hombre y está en ellos (vs. 10-11). A los ojos de Dios la casa, el árbol y el hombre mencionados en Juan, del capítulo 14 al 16 son Cristo. Cristo es la casa, el templo, la morada de Dios; Él es la vid; y Él es el nuevo hombre. (El resultado de la glorificación de Cristo efectuada por el Padre con la gloria divina, pág. 47)
Lectura para hoy
Aunque hemos visto que la Nueva Jerusalén es la meta de la economía de Dios, no hemos visto que la Nueva Jerusalén es una incorporación. En Apocalipsis 21:2 el apóstol Juan dice: “Y ví la santa ciudad, la Nueva Jerusalén”, y en el versículo siguiente habla de la Nueva Jerusalén como “tabernáculo de Dios”. La Nueva Jerusalén como Tabernáculo de Dios es la morada de Dios. Estamos muy familiarizados con este aspecto de la Nueva Jerusalén al punto que ya no nos llama la atención. Ahora tenemos que aprender algo nuevo y ver que la Nueva Jerusalén, como Tabernáculo de Dios, es la incorporación universal.
El Señor Jesús dijo, como parte de su promesa, a los vencedores de Pérgamo. “Al que venza, daré a comer del maná escondido” (2:17). El maná escondido se refiere a Cristo. El maná es un tipo de Cristo como el alimento celestial que capacita al pueblo de Dios para seguir Su camino. Una porción del maná fue preservada en una urna de oro oculta en el arca (Éx. 16:32-34; He. 9:4). El maná escondido, el cual representa al Cristo escondido, es una porción especial reservada para los creyentes que venzan la degradación de la iglesia mundana. Mientras la iglesia sigue el camino del mundo, estos vencedores se acercan al Lugar Santísimo y permanecen allí, donde disfrutan al Cristo escondido, quien es una porción especial para su provisión diaria.
Ahora llegamos al punto crucial: comer del maná escondido es incorporarse al tabernáculo. En el Antiguo Testamento el tabernáculo es una señal de la incorporación universal … El maná escondido, el cual representa a Cristo, está en la urna de oro, que se refiere a Dios. El maná dentro de la urna de oro indica que Cristo está en el Padre (Jn.14:10a, 11a). El arca está en el Lugar Santísimo, y éste es nuestro espíritu. Hoy el Espíritu Santo mora en nuestro espíritu, que es el Lugar Santísimo. Podemos entonces ver que Cristo como maná escondido está en Dios el Padre, la urna de oro; que el Padre está en Cristo como arca con Sus dos naturalezas, esto es, divinidad y humanidad; y que Cristo como Espíritu que mora en nosotros, vive en nuestro espíritu regenerado a fin de ser la realidad del Lugar Santísimo. Esto quiere decir que … el Hijo está en el Padre, nosotros estamos en el Hijo, el Hijo está en nosotros, y el Espíritu de realidad mora en nosotros. Ésta es la incorporación del Dios procesado y los creyentes regenerados.
Comer del maná escondido es la manera de incorporarse al tabernáculo. Cuanto más de Cristo comamos, más nos incorporaremos al Dios Triuno para ser una sola incorporación universal. Al comer del maná escondido nos incorporamos al tabernáculo… Como tal, la Nueva Jerusalén es una incorporación universal. Esta incorporación es la meta eterna de Dios … Cuanto más de Cristo comamos, más nos incorporaremos a esta incorporación
universal. (El resultado de la glorificación de Cristo efectuada por el Padre con la gloria divina, págs. 32-33)
Lectura adicional: El resultado de la glorificación de Cristo efectuada por el Padre con la gloria divina, cap. 4; Living in and with the Divine Trinity, cap. 4
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¡Jesús es el Señor!