Alimento matutino (martes)

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5 Septiembre 2001
3.029
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SEMANA 10 — DÍA 2
Alimento matutino
Col. 2:19- +++++-Y no asiéndose de la Cabeza, en virtud de quien todo el Cuerpo … crece con el crecimiento de Dios.
3:10-11 Y vestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno, donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro, escita, esclavo ni libre; sino que Cristo es el todo, y en todos.
La propagación del recobro del Señor es el mover que el Cristo viviente lleva a cabo en nuestro espíritu de manera corporativa. El mover del Señor no se produce de manera individualista, sino de manera corporativa en todos los santos. Nosotros los que buscamos al Señor no debemos tener ninguna reserva; al contrario, debemos siempre rendirnos a Él y estar dispuestos a ser quebrantados de tal forma que podamos ser edificados en la iglesia de nuestra localidad. Entonces, dondequiera que estemos, el recobro del Señor se propagará por medio de nosotros. Esto difiere completamente de un movimiento humano o de una organización. Debemos ser edificados localmente para que avance el mover genuino de Cristo como Espíritu vivificante por medio de Su Cuerpo.
Le damos gracias al Señor por las numerosas iglesias que se han establecido a través de la emigración. También le agradecemos por los muchos santos que emigraron, los cuales, por haber experimentado en cierta medida la edificación local antes de emigrar, han sido muy útiles. (Estudio-vida de Efesios, pág.747)
Lectura para hoy
El éxito de la emigración depende del grado de edificación. Si somos edificados sin ninguna reserva, la emigración se llevará a cabo también sin ninguna reserva; pero si no nos entregamos por completo a la edificación local, tampoco lo haremos en cualquier emigración futura.
La medida en que hayamos sido edificados, tanto universal como localmente, depende del grado en que hayamos abandonado las ordenanzas y de cuánto conozcamos de manera práctica al Cristo que lo es todo en la economía de Dios. Puesto que Él es todo-inclusivo, no debemos aferrarnos a nada que lo reemplace a Él. Si nos asimos a Cristo como a Aquel que es todo-inclusivo, seremos edificados de manera genuina, primero localmente y luego universalmente. Esto nos hará útiles para emigrar y propagar la vida de iglesia. (Estudio-vida de Efesios, págs. 747-748)
Hoy en día, hay algo que el Señor necesita aquí en la tierra con gran urgencia. Él necesita que la realidad del Cuerpo sea expresada en cada localidad … Estamos aquí con un solo objetivo, el cual es permanecer en nuestro espíritu…Permanecer en nuestro espíritu equivale a permanecer en Cristo. Hoy en día, el Señor necesita esta clase de testimonio en la tierra. En todas las localidades, no importa cuántas personas hayan sido añadidas a la vida de iglesia, todas ellas son uno en el espíritu. “No hay judío ni griego, esclavo ni libre, varón ni mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gá. 3:28). Aquí solamente existe Cristo. Todos hemos llegado a ser uno en Cristo. Esto es lo que el Señor anhela hoy. Y esto no debe darse únicamente en una localidad, sino que incluso cuando muchas localidades se reúnen, todas ellas conforman una sola entidad…En Cristo todos somos uno. Lo mismo es cierto no solamente con respecto a la relación que existe entre unas pocas localidades, sino incluso cuando muchos países se reúnen… Éste es el Cuerpo que el Señor anhela obtener. El Cuerpo no solamente es una entidad local, sino también universal. En principio, esta entidad es una sola, ya sea en su aspecto local o universal.
Hoy Cristo no es un Cristo local, sino un Cristo universal, y este Cristo universal tiene una parte de Sí mismo en cada localidad. La parte que está en Taipei es llamada la iglesia en Taipei … y la que está en Nueva York es llamada la iglesia en Nueva York. Toda iglesia local es parte de Cristo, y todas estas partes constituyen el Cuerpo.
¿Qué es el Cuerpo? El Cuerpo es la plenitud de Cristo. En términos doctrinales, la iglesia es el Cuerpo, pero en términos concretos y reales todavía tenemos que preguntarnos cuánto del elemento del Cuerpo de Cristo existe entre nosotros … No debemos condenar a otros; es preciso que sepamos cuál es nuestra propia condición… Todos tenemos que confesar a la luz del Señor que es posible que aun nosotros mismos apenas vivamos un treinta por ciento conforme al Espíritu, y que el setenta por ciento restante vivamos por nosotros mismos. ¿Se habían percatado ustedes de esto? Esto es lo que el Señor necesita hoy en día. El Señor no necesita meramente que exista una iglesia en cada localidad, sino que se haga realidad el Cuerpo. Mientras no vivamos a Cristo, mientras no vivamos conforme al Espíritu, no podremos ser el Cuerpo. Aunque sigamos siendo la iglesia en nombre, en la práctica y en realidad, no seremos el Cuerpo. ¿Por qué? Porque el Cuerpo es la plenitud de Cristo. (One Body, One Spirit, and One New Man, págs. 31-33, 35-36)
Lectura adicional:OneBody,OneSpirit,andOneNewMan,caps.3-4
Witness Lee
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¡Jesús es el Señor!