ALIMENTO MATUTINO
(Martes)
Jn.14:11 Creedme que Yo estoy en el Padre, y el Padre está en Mí; y si no, creedme por las mismas obras.
17 El Espíritu de realidad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque permanece con vosotros, y estará en vosotros.
20 En aquel día vosotros conoceréis que Yo estoy en Mi Padre, y vosotros en Mí, y Yo en vosotros.
Cristo como grano de trigo, por medio de Su muerte y resurrección, llegó a ser muchos granos, y éstos son el resultado de Su glorificación.
El Evangelio de Juan explica el resultado de la glorificación de Cristo en el capítulo 14. Este resultado es la incorporación universal. Primero, los tres del Dios Triuno conformaban una incorporación, el uno en el otro, desde la eternidad. En Juan 14:10 el Señor le dijo a Felipe: “Yo estoy en el Padre, y el Padre está en Mí”. Esto revela que los tres de la Trinidad Divina están incorporados entre sí al morar mutuamente el uno en el otro. El versículo 10 de Juan 14 nos revela que esta incorporación universal ha existido desde la eternidad. El versículo 11 muestra que también en virtud de la obra conjunta que ellos realizan, los tres conforman una sola incorporación, es decir, operan conjuntamente como uno solo. (El resultado de la glorificación de Cristo efectuada por el Padre con la gloria divina, pág. 45)
Lectura para hoy
Un día el segundo de la Trinidad Divina fue enviado por esta incorporación. Hechos 2:23 indica que los tres de esta incorporación universal sostuvieron un concilio (1 P.1:20). En este concilio decidieron enviar al segundo de la Trinidad Divina para que entrara en la esfera del tiempo y llegara a ser un hombre (Mi. 5:2). Antes de la encarnación, esta incorporación universal consistía de tres participantes. Luego el segundo de la Trinidad Divina introdujo esta incorporación divina en la humanidad. Sus discípulos se preguntaban: “¿Quién es este hombre?”. Hablaban en secreto sobre Él, pero realmente ignoraban quién era Él intrínsecamente. En Juan 14:20 el Señor les dijo que en el día de la resurrección ellos sabrían que Él estaba en el Padre, que ellos estaban en Él, y Él en ellos. Estas tres preposiciones en revelan que el Dios Triuno consumado y los creyentes regenerados llegaron a ser una incorporación en la resurrección de Cristo [Juan 14:16-19].
El Espíritu, el tercero de la Trinidad Divina, el otro Consolador, quien es la realidad del Hijo, el segundo de la Trinidad Divina como el primer Consolador y la corporificación del Dios Triuno, no sólo permanece con los creyentes regenerados sino que también mora en ellos (vs. 16-17).
El Hijo, el primer Consolador, al morir dejó a Sus creyentes y regresó a ellos como otro Consolador al resucitar a fin de vivificarlos consigo mismo (vs. 18-19). Por eso dijo: “Porque Yo vivo, vosotros también viviréis” (v. 19b).
El Dios Triuno consumado y los creyentes regenerados llegaron a ser una incorporación en la resurrección de Cristo… [Véase Juan 14:20.] “En aquel día” se refiere al día de la resurrección del Hijo. “Vosotros conoceréis que Yo estoy en Mi Padre”, es decir, el Hijo y el Padre conforman una incorporación. “Y vosotros en Mí”: los creyentes regenerados en el Hijo son incorporados al Hijo y al Padre. “Y Yo en vosotros”: el Hijo, quien está en el Padre, es incorporado a los creyentes regenerados. Aquí tenemos las tres preposiciones en. En el versículo 17 tenemos la cuarta preposición en: “El Espíritu de realidad … permanece con vosotros, y estará en vosotros”. Este en, que se refiere al Espíritu de realidad en el versículo 17, es la totalidad de las otras tres preposiciones en que se mencionan en el versículo 20. Mientras que la preposición en del versículo 17 denota una afirmación general, las otras tres veces en que se usa la preposición en en el versículo 20 constituye una afirmación detallada.
Que el Señor abra nuestros ojos para que veamos que el Dios Triuno, quien es una incorporación en Sí mismo, incorporó a todos los creyentes de Cristo a Su incorporación única y universal. Esta incorporación es el resultado de la glorificación de Cristo. (El resultado de la glorificación de Cristo efectuada por el Padre con la gloria divina, págs. 45-46, 27-28)
Lectura adicional: El resultado de la glorificación de Cristo efectuada por el Padre con la gloria divina, cap. 3;La historia de Dios en Su unión con el hombre, cap. 1
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¡Jesús es el Señor!
(Martes)
Jn.14:11 Creedme que Yo estoy en el Padre, y el Padre está en Mí; y si no, creedme por las mismas obras.
17 El Espíritu de realidad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque permanece con vosotros, y estará en vosotros.
20 En aquel día vosotros conoceréis que Yo estoy en Mi Padre, y vosotros en Mí, y Yo en vosotros.
Cristo como grano de trigo, por medio de Su muerte y resurrección, llegó a ser muchos granos, y éstos son el resultado de Su glorificación.
El Evangelio de Juan explica el resultado de la glorificación de Cristo en el capítulo 14. Este resultado es la incorporación universal. Primero, los tres del Dios Triuno conformaban una incorporación, el uno en el otro, desde la eternidad. En Juan 14:10 el Señor le dijo a Felipe: “Yo estoy en el Padre, y el Padre está en Mí”. Esto revela que los tres de la Trinidad Divina están incorporados entre sí al morar mutuamente el uno en el otro. El versículo 10 de Juan 14 nos revela que esta incorporación universal ha existido desde la eternidad. El versículo 11 muestra que también en virtud de la obra conjunta que ellos realizan, los tres conforman una sola incorporación, es decir, operan conjuntamente como uno solo. (El resultado de la glorificación de Cristo efectuada por el Padre con la gloria divina, pág. 45)
Lectura para hoy
Un día el segundo de la Trinidad Divina fue enviado por esta incorporación. Hechos 2:23 indica que los tres de esta incorporación universal sostuvieron un concilio (1 P.1:20). En este concilio decidieron enviar al segundo de la Trinidad Divina para que entrara en la esfera del tiempo y llegara a ser un hombre (Mi. 5:2). Antes de la encarnación, esta incorporación universal consistía de tres participantes. Luego el segundo de la Trinidad Divina introdujo esta incorporación divina en la humanidad. Sus discípulos se preguntaban: “¿Quién es este hombre?”. Hablaban en secreto sobre Él, pero realmente ignoraban quién era Él intrínsecamente. En Juan 14:20 el Señor les dijo que en el día de la resurrección ellos sabrían que Él estaba en el Padre, que ellos estaban en Él, y Él en ellos. Estas tres preposiciones en revelan que el Dios Triuno consumado y los creyentes regenerados llegaron a ser una incorporación en la resurrección de Cristo [Juan 14:16-19].
El Espíritu, el tercero de la Trinidad Divina, el otro Consolador, quien es la realidad del Hijo, el segundo de la Trinidad Divina como el primer Consolador y la corporificación del Dios Triuno, no sólo permanece con los creyentes regenerados sino que también mora en ellos (vs. 16-17).
El Hijo, el primer Consolador, al morir dejó a Sus creyentes y regresó a ellos como otro Consolador al resucitar a fin de vivificarlos consigo mismo (vs. 18-19). Por eso dijo: “Porque Yo vivo, vosotros también viviréis” (v. 19b).
El Dios Triuno consumado y los creyentes regenerados llegaron a ser una incorporación en la resurrección de Cristo… [Véase Juan 14:20.] “En aquel día” se refiere al día de la resurrección del Hijo. “Vosotros conoceréis que Yo estoy en Mi Padre”, es decir, el Hijo y el Padre conforman una incorporación. “Y vosotros en Mí”: los creyentes regenerados en el Hijo son incorporados al Hijo y al Padre. “Y Yo en vosotros”: el Hijo, quien está en el Padre, es incorporado a los creyentes regenerados. Aquí tenemos las tres preposiciones en. En el versículo 17 tenemos la cuarta preposición en: “El Espíritu de realidad … permanece con vosotros, y estará en vosotros”. Este en, que se refiere al Espíritu de realidad en el versículo 17, es la totalidad de las otras tres preposiciones en que se mencionan en el versículo 20. Mientras que la preposición en del versículo 17 denota una afirmación general, las otras tres veces en que se usa la preposición en en el versículo 20 constituye una afirmación detallada.
Que el Señor abra nuestros ojos para que veamos que el Dios Triuno, quien es una incorporación en Sí mismo, incorporó a todos los creyentes de Cristo a Su incorporación única y universal. Esta incorporación es el resultado de la glorificación de Cristo. (El resultado de la glorificación de Cristo efectuada por el Padre con la gloria divina, págs. 45-46, 27-28)
Lectura adicional: El resultado de la glorificación de Cristo efectuada por el Padre con la gloria divina, cap. 3;La historia de Dios en Su unión con el hombre, cap. 1
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