SEMANA 9 — DÍA 1
Alimento matutino
Ef. 4:22-23 Que…os despojéis del viejo hombre…y os renovéis en el espíritu de vuestra mente.
Ro. 12:2 No os amoldéis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestra mente, para que comprobéis cuál sea la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable y lo perfecto.
2 Co. 3:18 Mas, nosotros todos, a cara descubierta mirando y reflejando como un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Señor Espíritu.
En la salvación orgánica que Dios efectúa, nosotros los creyentes de Cristo podemos participar de la divinidad de Dios. La vida de Dios fue impartida en nuestra vida, Su naturaleza está siendo forjada en la nuestra, Su mente está siendo forjada en la nuestra, e incluso nosotros tenemos Su elemento divino, que es las riquezas de Su vida inescrutable, la cual transforma todo nuestro ser.Por tanto, tenemos la vida de Dios, Su naturaleza, Su mente y el elemento divino que es propio de todas Sus riquezas, y ahora podemos participar plenamente de Su divinidad. El hecho de que nosotros participemos de la divinidad de Dios significa que Él nos convierte en Él mismo. Él nos hace Dios en vida, naturaleza, manera de pensar y en expresión, pero no en Su Deidad. (El secreto de la salvación orgánica queDios efectúa: “El Espíritu mismo con nuestro espíritu”, págs. 42-43)
DÍA 1 Lectura para hoy
La transformación es efectuada en todo el ser de los creyentes por el Espíritu que los transforma, quien mora en su espíritu lleno de Cristo, hasta que lleguen a tener la imagen gloriosa de Cristo a fin de que participen de lleno de la divinidad de Dios. Ser lleno de Cristo, quien es divino, es ser lleno de divinidad. Actualmente participamos de la divinidad de Dios solamente en parte, pero cuando todo nuestro ser sea transformado y lleno de divinidad, participaremos plenamente de la divinidad de Dios.
La transformación se lleva a cabo por medio de la renovación, y es el resultado de la misma. Romanos 12:2 dice: “No os amoldéis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestra mente”. Esto indica que la transformación es resultado de la renovación … La renovación ocurre principalmente en la mente de los creyentes (Ef. 4:23); la transformación ocurre en el alma de los creyentes y abarca todo su ser … La transformación no consiste en corregir ni reformar a las personas de forma externa.
La transformación es una especie de metabolismo, realizado al añadirse el elemento de la vida divina de Cristo al ser de los creyentes, para que expresen exteriormente la imagen de Cristo. Esto es semejante al semblante saludable que una persona adquiere al alimentarse apropiadamente. La manera de obtener un semblante saludable no es aplicar cosméticos, sino comer alimentos nutritivos, y después digerirlos y asimilarlos metabólicamente. Si nos alimentamos bien, lo que digerimos y asimilamos nos proporcionará un nuevo elemento, el cual con el tiempo producirá un cambio exterior y visible en nuestro semblante. El mismo principio también se aplica a la transformación. La transformación es un metabolismo interno que produce una expresión externa.
La transformación es efectuada por el Señor Espíritu (el Cristo pneumático), quien transforma a los creyentes en la imagen de la gloria de Cristo (2Co. 3:18).El metabolismo relacionado con la transformación finalmente nos transforma en la imagen de la gloria de Cristo.
La transformación es consumada por la conformación, la cual es el proceso de madurez en la vida divina en el que los creyentes son conformados a la imagen de Cristo, el Hijo primogénito de Dios, a fin de que participen plenamente de la divinidad de Dios. Así, ellos manifiestan a Dios en vida, en naturaleza, en Sus pensamientos internos y en Su expresión externa, para disfrutar la filiación divina y participar plenamente de la divinidad de Dios.
Dios no se forja en nosotros de este modo meramente para hacernos santos, ni para hacernos perfectos, victoriosos y espirituales. Él forja Su vida, Su naturaleza, Su mente y Su elemento en nosotros para hacernos Dios en vida, en naturaleza, en mente y en expresión. (El secreto de la salvación orgánica que Dios efectúa: “ElEspíritumismo con nuestro espíritu”,págs. 40-41, 42, 43)
Lectura adicional:El secreto de la salvación orgánica queDios efectúa: “El Espíritu mismo con nuestro espíritu”, caps. 3-4
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¡Jesús es el Señor!
Alimento matutino
Ef. 4:22-23 Que…os despojéis del viejo hombre…y os renovéis en el espíritu de vuestra mente.
Ro. 12:2 No os amoldéis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestra mente, para que comprobéis cuál sea la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable y lo perfecto.
2 Co. 3:18 Mas, nosotros todos, a cara descubierta mirando y reflejando como un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Señor Espíritu.
En la salvación orgánica que Dios efectúa, nosotros los creyentes de Cristo podemos participar de la divinidad de Dios. La vida de Dios fue impartida en nuestra vida, Su naturaleza está siendo forjada en la nuestra, Su mente está siendo forjada en la nuestra, e incluso nosotros tenemos Su elemento divino, que es las riquezas de Su vida inescrutable, la cual transforma todo nuestro ser.Por tanto, tenemos la vida de Dios, Su naturaleza, Su mente y el elemento divino que es propio de todas Sus riquezas, y ahora podemos participar plenamente de Su divinidad. El hecho de que nosotros participemos de la divinidad de Dios significa que Él nos convierte en Él mismo. Él nos hace Dios en vida, naturaleza, manera de pensar y en expresión, pero no en Su Deidad. (El secreto de la salvación orgánica queDios efectúa: “El Espíritu mismo con nuestro espíritu”, págs. 42-43)
DÍA 1 Lectura para hoy
La transformación es efectuada en todo el ser de los creyentes por el Espíritu que los transforma, quien mora en su espíritu lleno de Cristo, hasta que lleguen a tener la imagen gloriosa de Cristo a fin de que participen de lleno de la divinidad de Dios. Ser lleno de Cristo, quien es divino, es ser lleno de divinidad. Actualmente participamos de la divinidad de Dios solamente en parte, pero cuando todo nuestro ser sea transformado y lleno de divinidad, participaremos plenamente de la divinidad de Dios.
La transformación se lleva a cabo por medio de la renovación, y es el resultado de la misma. Romanos 12:2 dice: “No os amoldéis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestra mente”. Esto indica que la transformación es resultado de la renovación … La renovación ocurre principalmente en la mente de los creyentes (Ef. 4:23); la transformación ocurre en el alma de los creyentes y abarca todo su ser … La transformación no consiste en corregir ni reformar a las personas de forma externa.
La transformación es una especie de metabolismo, realizado al añadirse el elemento de la vida divina de Cristo al ser de los creyentes, para que expresen exteriormente la imagen de Cristo. Esto es semejante al semblante saludable que una persona adquiere al alimentarse apropiadamente. La manera de obtener un semblante saludable no es aplicar cosméticos, sino comer alimentos nutritivos, y después digerirlos y asimilarlos metabólicamente. Si nos alimentamos bien, lo que digerimos y asimilamos nos proporcionará un nuevo elemento, el cual con el tiempo producirá un cambio exterior y visible en nuestro semblante. El mismo principio también se aplica a la transformación. La transformación es un metabolismo interno que produce una expresión externa.
La transformación es efectuada por el Señor Espíritu (el Cristo pneumático), quien transforma a los creyentes en la imagen de la gloria de Cristo (2Co. 3:18).El metabolismo relacionado con la transformación finalmente nos transforma en la imagen de la gloria de Cristo.
La transformación es consumada por la conformación, la cual es el proceso de madurez en la vida divina en el que los creyentes son conformados a la imagen de Cristo, el Hijo primogénito de Dios, a fin de que participen plenamente de la divinidad de Dios. Así, ellos manifiestan a Dios en vida, en naturaleza, en Sus pensamientos internos y en Su expresión externa, para disfrutar la filiación divina y participar plenamente de la divinidad de Dios.
Dios no se forja en nosotros de este modo meramente para hacernos santos, ni para hacernos perfectos, victoriosos y espirituales. Él forja Su vida, Su naturaleza, Su mente y Su elemento en nosotros para hacernos Dios en vida, en naturaleza, en mente y en expresión. (El secreto de la salvación orgánica que Dios efectúa: “ElEspíritumismo con nuestro espíritu”,págs. 40-41, 42, 43)
Lectura adicional:El secreto de la salvación orgánica queDios efectúa: “El Espíritu mismo con nuestro espíritu”, caps. 3-4
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¡Jesús es el Señor!