La vida y la naturaleza de Dios – Las epístolas de Pedro
Semana 8 --- Amaos unos a otros
Jueves --- Leer con oración: Ro 12:1, 2; 2 Co 4:16
“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Ro 12:2)
De orugas a mariposas
El evangelio del reino es orgánico pues implica un proceso metabólico que elimina las células viejas y va produciendo células nuevas. Si no eliminamos las células viejas no hay lugar para producir las nuevas. Tanto la justificación como la santificación son procesos continuos. Necesitamos practicarlos siempre, permitiendo que el Dios justo y santo se dispense continuamente a nosotros. Así la vida crecerá poco a poco.
Para que nuestra alma sea totalmente saturada por la naturaleza divina necesitamos experimentar la renovación de la mente. Cada día que pasa envejecemos más. En 2 Corintios 4:16 leemos: “Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día”. Nuestro hombre exterior se desgasta y se corrompe día a día. Sin embargo, el hombre interior se renueva de día en día. La renovación significa echar fuera lo que es del viejo hombre y poniendo en su lugar lo que es del nuevo hombre. La renovación es algo diario, es decir, no se trata de algo que ocurre anualmente, sino diariamente.
Cada vez que la palabra de Dios venga a nosotros aprovechemos la oportunidad para renovarnos. Esta renovación nos ayuda a avanzar de la experiencia de brasas a antorcha. A veces somos como Timoteo, cuyo fuego se estaba apagando. La falta de Espíritu nos hace envejecer, entonces necesitamos ayuda para tocar en la renovación. Cuando tocamos el fuego somos renovados. Pues lo que es viejo es quemado, consumido y lo nuevo nos viene a renovar. Gracias al Señor. Necesitamos renovarnos en nuestra mente.
Además de la renovación necesitamos de la transformación. Debemos diariamente invocar el nombre del Señor y leer-orar Su palabra. Teniendo un contacto continuo con el Señor Jesús mediante Su palabra, para recibir más Espíritu, siempre vamos a mantenernos en este proceso de renovación. La consecuencia será nuestra transformación.
Delante de esto necesitamos preguntarnos, ¿ha habido un cambio en nosotros por causa de nuestra vida de iglesia? Si nuestra mente es renovada en el espíritu seremos transformados. La transformación no es repentina. Ésta requiere de un tiempo, así como lo es el crecimiento del ser humano. El ser humano para crecer necesita del metabolismo que se produce día a día. No es algo instantáneo, sino algo que se produce poco a poco.
Nuestra transformación es de la misma manera. Cuando nuestra mente es renovada, nuestra persona es transformada (Ro 12:1). La mariposa es una buena ilustración de la transformación. Antes de ser una mariposa era una oruga. Muchos, principalmente las mujeres, tienen miedo y asco a las orugas, pues algunas de ellas expelen líquidos que queman a los que las tocan. Si somos sinceros admitiríamos que antes de nuestra salvación éramos como las orugas. Éramos incluso repugnantes y nadie podía acercarse a nosotros. Pero gracias al Señor, cuando la oruga entra en el capullo comienza su transformación. Un pequeño capullo la retiene por cierto tiempo, pero un día la oruga lo romperá.
En nuestro caso, el capullo representa a la iglesia. Somos como una oruga colocada en la iglesia. Si estuviésemos en el piso probablemente seríamos pisados, porque somos muy feos. Sin embargo, cuando somos colocados en el capullo tenemos la oportunidad de ser transformados. En el capullo podemos reflexionar: “¡Vaya! en el pasado yo era tan malo que todos me consideraban repugnante. Quiero ser transformado y, al pasar por la vida de la iglesia voy a ser querido por todos, porque no seré más una oruga fea, horrorosa, que daña y quema a los demás. Seré alguien querido por todos”. La vida de la iglesia, el capullo, nos proporciona nuestra transformación. ¡Aleluya!
Punto Clave: Necesitamos permanecer en el capullo hasta madurar
Pregunta: ¿Cuáles son los procesos citados en la salvación orgánica?
Jesus es el Senor!
La iglesia en Armenia
Semana 8 --- Amaos unos a otros
Jueves --- Leer con oración: Ro 12:1, 2; 2 Co 4:16
“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Ro 12:2)
De orugas a mariposas
El evangelio del reino es orgánico pues implica un proceso metabólico que elimina las células viejas y va produciendo células nuevas. Si no eliminamos las células viejas no hay lugar para producir las nuevas. Tanto la justificación como la santificación son procesos continuos. Necesitamos practicarlos siempre, permitiendo que el Dios justo y santo se dispense continuamente a nosotros. Así la vida crecerá poco a poco.
Para que nuestra alma sea totalmente saturada por la naturaleza divina necesitamos experimentar la renovación de la mente. Cada día que pasa envejecemos más. En 2 Corintios 4:16 leemos: “Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día”. Nuestro hombre exterior se desgasta y se corrompe día a día. Sin embargo, el hombre interior se renueva de día en día. La renovación significa echar fuera lo que es del viejo hombre y poniendo en su lugar lo que es del nuevo hombre. La renovación es algo diario, es decir, no se trata de algo que ocurre anualmente, sino diariamente.
Cada vez que la palabra de Dios venga a nosotros aprovechemos la oportunidad para renovarnos. Esta renovación nos ayuda a avanzar de la experiencia de brasas a antorcha. A veces somos como Timoteo, cuyo fuego se estaba apagando. La falta de Espíritu nos hace envejecer, entonces necesitamos ayuda para tocar en la renovación. Cuando tocamos el fuego somos renovados. Pues lo que es viejo es quemado, consumido y lo nuevo nos viene a renovar. Gracias al Señor. Necesitamos renovarnos en nuestra mente.
Además de la renovación necesitamos de la transformación. Debemos diariamente invocar el nombre del Señor y leer-orar Su palabra. Teniendo un contacto continuo con el Señor Jesús mediante Su palabra, para recibir más Espíritu, siempre vamos a mantenernos en este proceso de renovación. La consecuencia será nuestra transformación.
Delante de esto necesitamos preguntarnos, ¿ha habido un cambio en nosotros por causa de nuestra vida de iglesia? Si nuestra mente es renovada en el espíritu seremos transformados. La transformación no es repentina. Ésta requiere de un tiempo, así como lo es el crecimiento del ser humano. El ser humano para crecer necesita del metabolismo que se produce día a día. No es algo instantáneo, sino algo que se produce poco a poco.
Nuestra transformación es de la misma manera. Cuando nuestra mente es renovada, nuestra persona es transformada (Ro 12:1). La mariposa es una buena ilustración de la transformación. Antes de ser una mariposa era una oruga. Muchos, principalmente las mujeres, tienen miedo y asco a las orugas, pues algunas de ellas expelen líquidos que queman a los que las tocan. Si somos sinceros admitiríamos que antes de nuestra salvación éramos como las orugas. Éramos incluso repugnantes y nadie podía acercarse a nosotros. Pero gracias al Señor, cuando la oruga entra en el capullo comienza su transformación. Un pequeño capullo la retiene por cierto tiempo, pero un día la oruga lo romperá.
En nuestro caso, el capullo representa a la iglesia. Somos como una oruga colocada en la iglesia. Si estuviésemos en el piso probablemente seríamos pisados, porque somos muy feos. Sin embargo, cuando somos colocados en el capullo tenemos la oportunidad de ser transformados. En el capullo podemos reflexionar: “¡Vaya! en el pasado yo era tan malo que todos me consideraban repugnante. Quiero ser transformado y, al pasar por la vida de la iglesia voy a ser querido por todos, porque no seré más una oruga fea, horrorosa, que daña y quema a los demás. Seré alguien querido por todos”. La vida de la iglesia, el capullo, nos proporciona nuestra transformación. ¡Aleluya!
Punto Clave: Necesitamos permanecer en el capullo hasta madurar
Pregunta: ¿Cuáles son los procesos citados en la salvación orgánica?
Jesus es el Senor!
La iglesia en Armenia