Alimento diario
El ministerio orgánico de Juan
La tercera gran visión de Juan en el espíritu
Leer con oración: Gn 11:9; Ap 18:4-21; 19:1-21; Mt 6:19
“Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío” (Ap 18:4a)
DESPOJAR A EGIPTO
La Biblia revela tres aspectos de Babilonia: el primero es la ciudad de Babel, o Babilonia (Gn 11:9), que hoy se encuentra en Irak. Además de ella tenemos la Babilonia religiosa (Ap 17), que se refiere a la Iglesia Católica Romana; y la Babilonia material, que se refiere la ciudad de Roma (Ap 18), y tipifica a todo el mundo con su comercio.
En Apocalipsis 18:4-5 leemos: “Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas; porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades”. El Señor ahora nos llama: “Tú que estás envuelto con el mundo material, sal de la Babilonia material, porque la ira de Dios va a venir sobre ella”.
Los versículos 6 al 11 nos muestran que todo el mundo, con su comercio, aunque parezca tan sólidamente constituido, en una sola hora será destruido. Los versículos 12 y 13 muestran todos los productos que componen el mundo comercial: ornamentos, vestuario, mobiliario y decoración, especias, alimentos, transportes y empleo. Todos esos ítems serán destruidos al final de la gran tribulación. En ese momento, ya no habrá pobres ni ricos; todos quedarán desolados, diciendo: “¡Ay, ay, de la gran ciudad, que estaba vestida de lino fino, de púrpura y de escarlata, y estaba adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas! Porque en una hora han sido consumidas tantas riquezas. Y todo piloto, y todos los que viajan en naves, y marineros, y todos los que trabajan en el mar, se pararon lejos” (vs. 16-17).
Todas las personas del mundo hoy están ávidas por el dinero. Como hijos de Dios debemos acumular nuestra riqueza en el cielo, y no en la tierra (Mt 6:19). Antes bien, debemos despojar a Egipto, el mundo material, y ofrendar para el Señor. En el éxodo de Egipto, el pueblo de Israel despojó a Egipto (Ex 11:2). Nosotros, igualmente, debemos sacar el dinero del mundo material para la necesidad de la obra del Señor, para la expansión del evangelio en África, en Europa y en otros lugares. Como vemos, de aquí a un determinado tiempo todo el dinero del mundo no servirá para nada; será todo destruido. Pero sí acumulamos riquezas en el cielo, tendremos la verdadera riqueza.
Los versículos 20 y 21 nos muestran que la Babilonia material no será sólo destruida sino también lanzada al mar, de modo que jamás será hallada. Esto indica el juicio total de Dios. Babilonia será totalmente juzgada.
La primera parte del capítulo diecinueve (vs. 1-10) es bastante positiva: muestra la alabanza y el júbilo en los cielos (vs. 1-4) y las bodas del Cordero (vs. 5-10). La segunda parte de ese capítulo nos muestra la batalla de Armagedón (vs. 11-12), en la cual el Cristo victorioso, después de las bodas, vendrá como Rey de reyes y Señor de señores con los vencedores (Su novia amada), que compondrán Su ejército a fin de derrotar al anticristo y los reyes que lo sigan, juntamente con los ejércitos de ellos.
Todos estos puntos forman parte de la tercera gran visión que el apóstol Juan tuvo. Para tenerla es necesario estar en el espíritu. También nosotros debemos estar en el espíritu a fin de tener una visión adecuada de todos esos puntos.
Punto Clave: ¡Salid de ella, pueblo mío!
Su punto clave es:
Pregunta: ¿Cuáles son los tres aspectos de Babilonia?
Dong Yu Lan
Derechos reservados a: Editora "Arvore da Vida"
¡Jesús es el Señor!
AGUAS REFRESCANTES
Meditaciones y pensamientos basados sobre textos bíblicos. Al avanzar en su lectura diaria el lector observará una feliz combinación de profundidad espiritual con una aplicación sensata y práctica para el diario andar del creyente. Será un verdadero refresco espiritual para el cristiano que anhela una renovación permanente de su vida con el Señor.
“Watchman Nee”
El que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás. Juan 4:14.
El Señor Jesús ofrece satisfacción permanente a las almas. ¿Por qué, entonces, estamos con frecuencia insatisfechos? ¿Por qué seguimos anhelando dentro de nosotros por otras cosas. Hemos tomado debida atención de la promesa contenida en este versículo, pero, ¿no hemos pasado por alto la declaración que le procede? Señalando al pozo de Sicar Jesús había dicho: “Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed”. Es “esta agua” la que ha vuelto a despertar nuestra sed y no puede satisfacerla.
Nunca podrá hacerlo. Nuestro error está en fundar nuestras esperanzas —aun esperanzas cristianas— en las cosas pasajeras del tiempo. Esto explica nuestras desilusiones. La primera frase: “volverá a tener sed” fue necesaria para conducimos a la segunda: “no tendrá sed jamás”. Nosotros, a quienes el Señor desea satisfacer plenamente necesitamos recordar que no debemos hablar de otras fuentes.
¡Jesús es el Señor!
El ministerio orgánico de Juan
La tercera gran visión de Juan en el espíritu
Leer con oración: Gn 11:9; Ap 18:4-21; 19:1-21; Mt 6:19
“Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío” (Ap 18:4a)
DESPOJAR A EGIPTO
La Biblia revela tres aspectos de Babilonia: el primero es la ciudad de Babel, o Babilonia (Gn 11:9), que hoy se encuentra en Irak. Además de ella tenemos la Babilonia religiosa (Ap 17), que se refiere a la Iglesia Católica Romana; y la Babilonia material, que se refiere la ciudad de Roma (Ap 18), y tipifica a todo el mundo con su comercio.
En Apocalipsis 18:4-5 leemos: “Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas; porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades”. El Señor ahora nos llama: “Tú que estás envuelto con el mundo material, sal de la Babilonia material, porque la ira de Dios va a venir sobre ella”.
Los versículos 6 al 11 nos muestran que todo el mundo, con su comercio, aunque parezca tan sólidamente constituido, en una sola hora será destruido. Los versículos 12 y 13 muestran todos los productos que componen el mundo comercial: ornamentos, vestuario, mobiliario y decoración, especias, alimentos, transportes y empleo. Todos esos ítems serán destruidos al final de la gran tribulación. En ese momento, ya no habrá pobres ni ricos; todos quedarán desolados, diciendo: “¡Ay, ay, de la gran ciudad, que estaba vestida de lino fino, de púrpura y de escarlata, y estaba adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas! Porque en una hora han sido consumidas tantas riquezas. Y todo piloto, y todos los que viajan en naves, y marineros, y todos los que trabajan en el mar, se pararon lejos” (vs. 16-17).
Todas las personas del mundo hoy están ávidas por el dinero. Como hijos de Dios debemos acumular nuestra riqueza en el cielo, y no en la tierra (Mt 6:19). Antes bien, debemos despojar a Egipto, el mundo material, y ofrendar para el Señor. En el éxodo de Egipto, el pueblo de Israel despojó a Egipto (Ex 11:2). Nosotros, igualmente, debemos sacar el dinero del mundo material para la necesidad de la obra del Señor, para la expansión del evangelio en África, en Europa y en otros lugares. Como vemos, de aquí a un determinado tiempo todo el dinero del mundo no servirá para nada; será todo destruido. Pero sí acumulamos riquezas en el cielo, tendremos la verdadera riqueza.
Los versículos 20 y 21 nos muestran que la Babilonia material no será sólo destruida sino también lanzada al mar, de modo que jamás será hallada. Esto indica el juicio total de Dios. Babilonia será totalmente juzgada.
La primera parte del capítulo diecinueve (vs. 1-10) es bastante positiva: muestra la alabanza y el júbilo en los cielos (vs. 1-4) y las bodas del Cordero (vs. 5-10). La segunda parte de ese capítulo nos muestra la batalla de Armagedón (vs. 11-12), en la cual el Cristo victorioso, después de las bodas, vendrá como Rey de reyes y Señor de señores con los vencedores (Su novia amada), que compondrán Su ejército a fin de derrotar al anticristo y los reyes que lo sigan, juntamente con los ejércitos de ellos.
Todos estos puntos forman parte de la tercera gran visión que el apóstol Juan tuvo. Para tenerla es necesario estar en el espíritu. También nosotros debemos estar en el espíritu a fin de tener una visión adecuada de todos esos puntos.
Punto Clave: ¡Salid de ella, pueblo mío!
Su punto clave es:
Pregunta: ¿Cuáles son los tres aspectos de Babilonia?
Dong Yu Lan
Derechos reservados a: Editora "Arvore da Vida"
¡Jesús es el Señor!
AGUAS REFRESCANTES
Meditaciones y pensamientos basados sobre textos bíblicos. Al avanzar en su lectura diaria el lector observará una feliz combinación de profundidad espiritual con una aplicación sensata y práctica para el diario andar del creyente. Será un verdadero refresco espiritual para el cristiano que anhela una renovación permanente de su vida con el Señor.
“Watchman Nee”
El que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás. Juan 4:14.
El Señor Jesús ofrece satisfacción permanente a las almas. ¿Por qué, entonces, estamos con frecuencia insatisfechos? ¿Por qué seguimos anhelando dentro de nosotros por otras cosas. Hemos tomado debida atención de la promesa contenida en este versículo, pero, ¿no hemos pasado por alto la declaración que le procede? Señalando al pozo de Sicar Jesús había dicho: “Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed”. Es “esta agua” la que ha vuelto a despertar nuestra sed y no puede satisfacerla.
Nunca podrá hacerlo. Nuestro error está en fundar nuestras esperanzas —aun esperanzas cristianas— en las cosas pasajeras del tiempo. Esto explica nuestras desilusiones. La primera frase: “volverá a tener sed” fue necesaria para conducimos a la segunda: “no tendrá sed jamás”. Nosotros, a quienes el Señor desea satisfacer plenamente necesitamos recordar que no debemos hablar de otras fuentes.
¡Jesús es el Señor!